El Punto Muerto Capitulo 4



Hola lectores les saluda Edd Liszt y lamento la demora del capitulo 4, tuve asuntos personales que requerían toda mi atención, pero ahora los capítulos se subirán de forma normal a como estaba acostumbrado a subirlos.  Un capitulo cada dos semanas, espero disfruten el episodio.

Nota: Agradecería un comentario acerca de que les pareció el episodio, esto me ayudara con el proceso de la historia.





Capitulo iv
"recuerdos"

E
xisten recuerdos de nuestro pasado que nos hacen permanecer durmiendo todo el tiempo, tratando de recordar aquellos días de calidez, felicidad y amor. ¿Por qué después de entregar todo de ti no recibes nada a cambio? El destino juega sucio no importa que tanto te prepares para el futuro nunca podrás salir ileso.

Dicen que los recuerdos es volver a vivir, pero para mí en realidad me hace darme cuenta cuando comencé a morir, porque el recuerdo no puede traer nada real, solo atrae anhelo, tristeza y dolor, cosas que fueron llevadas de mi vida. El recuerdo en mí, es desesperanza de nunca volver a mirarte, nunca volver a tocarte y nunca volver a amarte, el recuerdo lo único que hace es que me dice que te has ido, que ya no regresaras, que los días de ayer se acabaron. Me duele tanto seguir mi camino, completamente solo, sin esperanzas, sin fe. ¿Qué es el recuerdo, sino solo mirar mi presente? Presente que no me gusta, presente que vacía mi alma, presente que lo cambiaría por seguir viviendo en el pasado, aquel pasado donde yo era tu única prioridad.



Estados Unidos, Los ángeles.
2 de marzo del 2016, 3:00 pm.

El timbre había sonado hace algunos minutos, y como era costumbre todos los niños rápidamente tomaron sus cosas y corrieron fuera de los salones, después de todo así son los niños, sintiéndose liberados de esa prisión al que llaman colegio.

Los niños sin demora alguna se dirigen a casa para encontrarse con sus familias que los esperan con una sonrisa en el rostro y preparados para escuchar todas aquellas historias que les contaran acerca de su día en el colegio, sin embargo en una ciudad tan loca y desquiciada algunos no logran llegar sanos y salvos; en el peor de los casos, algunos no llegan a casa. En las noticias se escucha una noticia muy triste.

—Un accidente automovilístico ha ocurrido en el centro de la ciudad, cinco automóviles fueron arrastrados varios metros por un camión que había perdido el control; muchas personas han salido lastimadas, por el momento no se confirma ninguna muerte, en el lugar se encontraban dos niños, los cuales han recibido heridas de gravedad.

Los dos niños de cabello claro, ojos oscuros fueron llevados al hospital más cercano donde sus heridas fueron tratadas de inmediato. Uno de los niños se resistía a ser tratado por los doctores, estaba más preocupado en la salud de su hermano menor que en la de él mismo.

—Déjenme ir a ver a mi hermano ¡estoy bien!

La enfermera lo trata de calmar, mientras intenta inyectarle un sedante; en estos momentos lo que realmente necesitaba era no moverse.

—Quédate quieto niño o no te dejare ir a ver a tu hermano.

El niño logra escapar de la habitación y buscando de puerta en puerta se dirige a donde se encontraba su hermano; cuando por fin entro al cuarto donde estaba siendo tratado su hermano es atrapado por una de las enfermeras.

El niño tratando de soltarse de los brazos de la enfermera comenzaba a moverse en forma brusca haciendo que sus heridas se abrieran más.

—Suéltenme por favor, quiero ver a mi hermano, soy el mayor y es mi responsabilidad cuidarlo.

El doctor que estaba en la habitación se acercó al chico y en un acto por tranquilizar al niño le tocó la cabeza suavemente y con una sonrisa en el rostro intentó calmarlo.

—Mi nombre es Phillips Benson, soy el doctor que cuida de tu hermano en estos momentos, no te preocupes por tu hermano te prometo que lo cuidare muy bien, pero si quieres verlo, primero deja que las enfermeras te sanen las heridas y luego yo personalmente dejare que te quedes con él todo el tiempo que quieras.

— ¿Lo promete doctor?

—Lo prometo, soy un doctor y no romperé mi promesa. —No dejaba de sonreírle al niño tratando de simpatizar con él.

El niño se aleja con la enfermera y cree firmemente en la promesa del doctor de quedarse con su hermano después de que cuiden de sus heridas. Mientras el niño era tratado por la enfermera le pregunta con una tristeza evidente en su rostro.

— ¿Cree que mi hermano se recupere? Soy el responsable de él, mi madre me lo encargo y no pude cuidarlo, soy un inútil.

—Tú no tienes la culpa de ese accidente, ella comprenderá. Ya informamos a tu madre y estará aquí en unas horas.

Sin decir ni una sola palabra más cae dormido, al parecer estaba más herido y cansado de lo que él pensaba. La enfermera lo acuesta sobre la cama, lo acobija y se marcha de la habitación dirigiéndose a donde se encontraba el doctor Phillips.

—Dr. Benson el niño se durmió sin necesidad de anestesia, al parecer estaba muy cansado, sus heridas no eran tan graves después de todo, al mi parecer todo estará bien, sin embargo se veía muy afectado por su hermano.

Mirándola directamente a los ojos de la enfermera le responde con total tranquilidad.

—No te preocupes el otro chico estará bien, ya hemos hecho todo lo posible para estabilizar su salud y es cuestión de horas para que pueda recuperar el conocimiento.



El niño despierta de su larga siesta y corre rápidamente al cuarto de su hermano sin demorar ni un segundo; en el camino escucha llantos que provenían de la habitación continua a la de su hermano menor, sin ser visto por alguien a los alrededores espía por la puerta que convenientemente estaba entre cerrada y observa a una mujer mayor de cabello rubio, muy bien vestida, adornada de collares y anillos dorados. Estaba llorando frente a una cama mientras que uno de los doctores la consuela.

—Lo lamento señora pero aún no existe cura para esta enfermedad, sin embargo podemos mantener a su hija con vida mediante medicamentos que disminuirá el crecimiento y aceleración de la enfermedad en el cuerpo. La niña podrá seguir con su vida habitual siempre y cuando no deje de tomar la medicina, aunque el costo de esta es muy elevado.

—No importa el precio nosotros pagaremos lo que sea por ver a mi hija sonriendo como siempre.

El chico aún seguía escuchando y sin controlar sus sentimientos derramó una lágrima, aquel rostro desconsolado y esas palabras habían hecho eco en el niño. Corrió hacia donde estaba su hermano esperando volver a verlo sonreír.  Al llegar encontró al Doctor Benson frente a la cama de su hermano.

— ¿Estará bien mi hermano, doctor? —el niño empezaba a sentir escalofríos por la respuesta que estuviera por darle el doctor.

—Me alegro que te sientas mejor chico, y no te preocupes por tu hermano ahora solo está durmiendo, por cierto ¿Por qué aun no llega tu madre?

El chico cambiando de actitud rápidamente le responde evitando verlo a la cara.

—No creo que mi madre venga al hospital, no por ahora.

— ¿Por qué lo dices? Es tu madre, sé que vendrá pronto. —El doctor no quería creer en el chico, no conocía a nadie que no tenga como prioridad a sus hijos en momentos como estos.

Terminando la conversación con esas palabras el Dr. Benson sacudió el cabello del niño y se fue de la habitación dejando a solas a los hermanos.



Han pasado más de dos horas desde que el chico despertó y sin moverse de la habitación espera que su hermano menor despierte. Se escucha un sonido fuerte en el cuarto continuo, un sonido parecido al de un golpe, una caída. Corrió hacia la habitación lo más pronto posible para tratar de ayudar.

Entra a la habitación y para sorpresa del niño observa una pequeña niña tirada en el piso. Cabello café claro, casi rubio, ojos café claros y tez blanca. Rápidamente la toma de su mano y cuidadosamente la ayuda a regresar a su cama.  Todo indicaba que la mujer que se encontraba llorando hace unas horas ya se había marchado del hospital.

El niño había sido cautivado por aquella cara bonita y con una voz nerviosa intenta hablar con ella.

— ¿Te encuentras bien, no te has lastimado?

El rostro de la niña denotaba tristeza, que por más que ella quisiera ocultarlo era muy evidente.

—Si estoy bien, muchas gracias por ayudarme. — intentaba sonreír forzadamente.

El niño intentó animarla un poco, le sonrió y se presentó con ella.

—Disculpa mis modales, mi nombre es Dimitri Crow, tengo doce años.

La niña lo vio con intriga e igual que él, se presentó.

—Mi nombre es Nathalia Williams, ¿puedo preguntarte algo?

Tratando de ser amable con ella, acepta y escucha atentamente lo que tiene que decir.

—Sé que esto no se le pide a alguien que acabas de conocer pero creo que puedo confiar en ti. Me preguntaba si ¿me ayudarías a subir a la azotea del hospital?

Después de escucharla y sin pensar extendió su mano hacia ella ayudándola a ponerse de pie mientras su rostro se sonrojaba. Una vez más Nathalia miró a Dimitri antes de aceptar su ayuda. Lentamente, paso por paso y tratando de escabullirse de las enfermeras y doctores caminaron juntos hasta la azotea sin ser vistos; ella estaba tan débil que no podía sostenerse por sí sola.

Al llegar a la azotea la ayudó a sentarse suavemente en un banquillo para no lastimarla, Dimitri estaba tan nervioso de estar solo con una ella, ya que era la primera vez que hablaba con una niña, siempre fue muy tímido con el sexo opuesto y jamás se atrevía a hablarles. Ella logró observar el nerviosismo del chico y soltó una pequeña risa involuntaria.

Dimitri totalmente apenado le pregunta muy nervioso.

— ¿Por… porque te ríes, hice algo raro?

Abrazando sorpresivamente y acercando sus labios a la mejilla de Dimitri le susurra.

—No deberías estar nervioso, solo soy una niña y no te haré nada malo.

Su cuerpo reaccionó rápidamente alejándose de Nathalia.

—No vuelvas a hacer eso, por favor.

Viendo el cielo estrellado que estaba sobre el hospital, la niña había ignorado lo dicho por Dimitri y cambio su personalidad drásticamente demostrando una mirada fría y llena de odio. Se levanta con las pocas fuerzas que tenía y se dirige al lado de Dimitri.

— ¿Quieres saber porque estoy en el hospital?

Sin saber que decir trata de evitar el contacto visual con ella y mueve la cabeza para expresar su deseo por conocer la respuesta. Nathalia respira profundamente y sin despegar su mirada de las estrellas comienza a hablar.

—Mi papá es dueño de una de las mayores empresas comerciales de toda Inglaterra y mi madre era modelo, sin embargo dejo su carrera cuando nací, al parecer sus jefes creían que una mujer embarazada no era lo que ellos buscaban y la despidieron. Viví hasta los ocho años en Inglaterra y al parecer mi madre quería cambiar de ambiente, dejar ese lugar donde solo le traían malos recuerdos.
Dimitri le interrumpe confuso.

— ¿Por qué me dices todo eso?

Con una pequeña sonrisa continua su narración. —Eres muy impaciente, me comienzas a agradar. Cuando llegamos a este país mis padres parecían contentos, sin embargo para mí todo era igual, mi padre nunca salía de su cuarto ya que tenía que administrar su empresa desde este país y nunca tenía tiempo para estar conmigo. Mi madre… —intenta no demostrar tristeza en su rostro y mirando fijamente las estrellas, continua después de una pequeña pausa. —Siempre he pensado que mi madre me odia, yo fui la culpable de que perdiera su trabajo soñado, yo soy la que le impide seguir adelante con su vida; aunque mi madre me sonría al hablar sé que por dentro desea que jamás hubiera nacido, ahora que estoy enferma y paso la mayor parte en el hospital, sé que está feliz de no verme en la casa. Mi cara le hace recordar sus sueños rotos, odia verme a la cara.

Tratando de animarla Dimitri la abraza fuertemente sin decir ni una sola palabra, estaba demasiado apenado para decir algo.

—Estoy cansada de que los demás muestren compasión de mí.

Sin soltarla Dimitri le susurra al oído suavemente.

—Yo no te Abrazo por compasión, se por lo que pasas, entiendo el dolor de ver que tu propia madre te odia, saber que eres el ancla que la detiene para alcanzar sus metas.

Al escuchar las palabras de Dimitri comienza a llorar. Nathalia nunca había sentido este sentimiento antes, él sabía muy bien por lo que pasaba ella, quizás era una cruel mentira para hacerla sentir mejor, pero si esto era falso, entonces es un excelente mentiroso. Quizás fue la necesidad de sentirse comprendida, pero en esta ocasión aceptaría las mentiras de este niño.

Después de tranquilizarse un poco se suelta con cuidado de no caer y se sienta lentamente en el piso frió.

Nathalia le sonríe a Dimitri, y esta vez con naturalidad.

—Creo que me desvié del tema, al parecer necesitaba desahogarme con alguien y tú te veías buena persona.

—No te preocupes no quiero saber porque estas en el hospital me basta con saber que confías en mí y que tu tengas claro que estaré para ti cuando me necesites. A partir de ahora tú y yo seremos amigos, lo prometo— Dimitri le sonríe con amabilidad.

—Entonces será una promesa que jamás debes romper, ambos estaremos juntos cada vez que necesitemos desahogarnos.

Con esas palabras ambos niños se quedan mirando aquel cielo lleno de estrellas y lentamente caen dormidos en la azotea con una sonrisa en sus rostros. Dos niños que han tenido un gran peso en sus hombros, peso que ellos decidieron cargar.



A la mañana siguiente se escucha un gran alboroto en el hospital, dicho ruido despierta a Dimitri, asustado al escuchar los ruidos abre la puerta de la azote para asegurarse que todo está bien. Al abrir la puerta aparecen dos enfermeras que corren rápidamente donde estaba dormida Nathalia y tomándola del brazo bruscamente se la llevan a su respectiva habitación.

Dimitri estaba paralizado por el miedo y la confusión, no sabía que pasaba y a donde llevaban a Nathalia. Espero un par de segundos hasta que su cuerpo le permitiera moverse nuevamente: corre rápidamente a la habitación de su hermano para verificarse que todo estuviera bien; mientras corría por los pasillos del hospital todos los doctores y enfermeras lo miraban con odio ¿Qué había pasado?
En el cuarto de su hermano estaba esperándolo el Dr. Benson quien estaba verificando la salud del niño. Se escuchan pasos acercarse a la habitación,  Dimitri entra y observa al doctor.

Sin mirarlo a la cara el doctor comienza a hablar con Dimitri.

—Son las ocho de la mañana ¿Dónde estabas? Creí que estarías con tu hermano hasta que despertara.
Al parecer el doctor no había escuchado el alboroto.

—Tuve que ayudar a alguien más, necesitaba mi ayuda —aún seguía confundido, con dificultad hablaba, su cuerpo temblaba.

Sonriendo discretamente el doctor Benson se acerca a Dimitri y lo mira directamente a los ojos.
—Si en verdad necesitaba apoyo no hay que hablar más del tema, un hombre siempre debe ayudar a una damisela en apuros ¿cierto? —guiña un ojo al niño haciéndole saber que él estaba al tanto de lo sucedido por la noche.

— ¿Usted lo sabía desde un principio? Quiero decir, gracias por entenderme, la vi muy triste así que trate de hacerla feliz, sé que unos minutos de felicidad no le quitaran el sufrimiento acumulado por años, pero al menos le ayudara a pasar este día.

—Dimitri, eres un chico muy bondadoso y espero grandes cosas de ti en un futuro, sin embargo la sociedad ve con mala cara a gente como nosotros que tratamos de ayudar a las personas sin esperar algo a cambio.

El chico no entendió a qué se refería el Dr. Benson.

— ¿A qué se refiere con eso? Y ¿Cómo sabe mi nombre?

Comenzó a reírse, las preguntas del niño eran hilarantes, tomó asiento en una esquina de la cama.

—Soy tu doctor Dimitri, conozco tu nombre y el de tu hermano. —Hace una pequeña pausa antes de cambiar de pregunta— ¿Sabes porque había tanto alboroto? Una pequeña salió de su cuarto ayer por la noche, y al parecer es la única hija de un donador muy importante en este hospital. —Despeinando a Dimitri con suavidad siguió hablando —En este hospital la mayoría de personas no les importa si alguien desaparece o muere, sin embargo la niña que está en la habitación de al lado debe ser tratada con el mayor cuidado posible. Todos tienen miedo de los padres y el poder que poseen dentro de la sociedad.

Se escucha que la puerta de la habitación se abre interrumpiendo a Phillips, una mujer muy hermosa de cabellera rubia aparece, su ropa estaba un poco descuidada y su rostro maquillado con un poco de exceso; rápidamente la mujer corre a la cama del pequeño niño y empieza a llorar.

Dimitri cambia su actitud, mirando con odio a la mujer, deja de hablar y se retira de la habitación. El doctor nota el cambio repentino de actitud por parte del chico y fingiendo una sonrisa empieza a hablarle a la mujer.

— ¿Usted debe ser la madre de Dimitri y Beowulf?

Intenta dejar de llorar y secándose sus lágrimas le responde.

—Sí, mi nombre es Elizabeth Crow. Me podría decir si ¿Beowulf estará bien?

—No se preocupe su hijo solo está dormido supongo que despertara en cualquier momento, es mejor no despertarlo hay que dejar que descanse todo lo que quiera ya que el impacto del accidente fue mucho para un niño de su edad.

Sin mirarla a los ojos se marchó y la dejo sola con Beowulf. Al salir de la habitación observa a Dimitri sentado en una silla y sin decir ni una sola palabra le hace una señal con la cabeza al chico para que lo siguiera. Sin preguntar nada lo siguió, en segundos logró entender hacia donde se dirigía el doctor, aunque no le importaba mucho en estos momentos.

El doctor abrió la puerta de la habitación donde se encontraba Nathalia; entró con una sonrisa en el rostro y tono de voz muy animado. Dentro se encontraba la madre de la chica sentada en una pequeña silla frente a la cama, parecía que ella nunca se dio cuenta del pequeño incidente que había causado Dimitri por la mañana.

—Buenos días señora, soy el doctor Phillips Benson y hoy yo seré el doctor de su hija

— ¿Dónde está el medico de mi hija?

—Lamentablemente tuvo que salir del país por una semana, sin embargo me explico todo acerca de la situación actual de su hija y creo que hoy podrá llevársela a casa, las medicinas han llegado.

El rostro de la madre no demostraba felicidad, sin embargo el rostro de Nathalia demostraba tristeza e ira. Imposibilitado para ayudar, Dimitri trata de hablar con la chica y es detenido rápidamente por el doctor sin que la madre lo notara.

Tratando de ayudar a Dimitri el doctor convence a la madre de salir de la habitación para ir por la medicina de Nathalia, después que se marcharon se acercó rápidamente a la cama y comenzó a hablar antes que regresen los adultos.

—Tenías razón sobre tu madre, no parecía muy contenta de que por fin salieras del hospital ¿estarás bien?

Agachando la cabeza tratando de no mirarlo, le contesta con un tono de voz muy apagado.

—Estaré bien no te preocupes he vivido con ella por diez años, sin embargo cuando me sienta muy triste necesitare que alguien me apoye ¿podrías visitarme en casa?

Dimitri estaba totalmente sonrojado, un poco desubicado y tartamudeando le contesta.

—Pro… prometo llegar a vis…visitarte siempre que pueda. —estaba sonrojado, eran muchas emociones en tan pocas horas, después de jamás hablar con ninguna niña ¿ahora tiene una amiga?
Tras escucharlo, Nathalia levanta la cabeza y deja ver sus ojos llenos de lágrimas, sin decir nada lo abraza fuertemente y ambos se mantienen en esa posición por un largo rato.

De la nada se escucha un ruido en la habitación donde se encontraba dormido Beowulf  y el chico corre a verificar que todo estuviera bien, sin embargo se detiene en la puerta de la habitación de Nathalia y antes de marcharse le dice en un tono de voz amable y muy cálido.

—Una princesa jamás muestra las lágrimas a un plebeyo como yo, debes de mantenerte fuerte, no te preocupes por nada yo seré tu caballero y no dejare que te lastimen.

Después de eso sale de la habitación sonrojado sin creerse la tontería que había dicho;  corre donde estaba su hermano, dejando a Nathalia sonrojada y a la vez con un sentimiento de felicidad que jamás había experimentado antes.

Entra rápidamente a la habitación de su hermano y al abrir la puerta ve a su madre abrazando a Beowulf. Después de ver despierto a su hermano, Dimitri derrama lágrimas de felicidad.

La madre suelta al niño y se dirige hacia Dimitri; rápidamente lo toma del brazo y lo arrastra hacia el corredor para hablar sin ser escuchados por Beowulf. El chico comienza a disculparse con la madre por no haber sido él quien estuviera gravemente herido, por no estar en el lugar de su hermano. No pudo protegerlo como se lo habían ordenado. Sin previo aviso la madre le da una cachetada a Dimitri.
— ¿Por qué no fuiste tú? El que debería estar en esa cama tendrías que ser tú, a nadie le importaría si murieras no eres querido por nadie, tenías envidia de tu hermano por eso dejaste que se lastimara ¿no es cierto?

Adolorido por la cachetada, Dimitri trato de ser fuerte y no llorar frente a ella, sin embargo no podía fingir y de la nada sus lágrimas comenzaron a salir nuevamente, esta vez eran lágrimas de tristeza, dolor y desprecio hacia el mismo.

— ¿Por qué me odias tanto? ¿Cómo podía impedir que Beowulf no saliera lastimado?

Con una mirada de odio lo miro y lo tomó de la camisa levantándolo del piso.

—Tú fuiste el que me arruino la vida desde un principio, te odio tanto que si yo pudiera matarte sin recibir castigo lo haría. Debiste arrojarte directo a un automóvil para que murieras y así por fin dejarías de ser una carga para mí.

Nathalia había salido de la habitación para seguir a Dimitri, pero al salir logra ver a una mujer levantándolo de la camisa y sin esperar ni un segundo grita alertando a todas las personas que se encontraban alrededor; la madre lo suelta y entra a la habitación sin ser vista por los demás.

Dimitri está en el suelo sin moverse, aun no se había recuperado completamente del accidente y con ojos llenos de lágrimas le suplica a Nathalia no decir nada de lo que vio. Se desmaya el chico en el piso.




4 de marzo del 2016, 9:00 am.

Han trascurrido casi veinticuatro horas desde que Dimitri se desmayó en el pasillo del hospital.
El niño recupera el conocimiento y al abrir los ojos lo primero que observa es a Nathalia muy bien vestida, parecía princesa con ese vestido y zapatillas.

Al verla con esas ropas Dimitri se sonroja y reacciona de inmediato sentándose en la cama.

— ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu habitación antes que llegue tu madre con las medicinas? —Había perdido la noción del tiempo.

Sonriendo con los ojos llorosos lo abraza y le susurra al oído.

—Creí  que no despertarías nunca, no me vuelvas a asustar así no quiero perder a la única persona que me ha hecho sentir feliz en toda mi vida.

Más nervioso de lo habitual abraza a Nathalia para que dejara de llorar y también susurrándole al oído le contesta.

—Recuerda, las princesas no lloran.

Limpiándose las lágrimas del rostro, le contesta aun con esa enorme sonrisa en su rostro.

— Tienes razón no llorare más, por cierto ha pasado un día desde que te desmayaste yo salí del hospital ayer y hoy solo estoy de visita. Hice que mi niñera me acompañara para poder verificar que tú hubieras despertado. —Cambiando de tono y con una mirada más seria continua hablando Nathalia. —Por cierto ¿Quién era esa mujer que te golpeo y porque no me dejaste decir nada?
Dimitri suspira antes de contestarle, su rostro mostro casi de inmediato depresión.

—Esa mujer que me golpeo era mi madre y no fue su culpa, yo no cumplí con lo que ella me ordeno y mi hermano se lastimo gravemente, tenía todo el derecho de hacerlo.

Furiosa le grita a Dimitri.

— ¡No seas tonto!, ella no tiene derecho a golpearte por algo tan ridículo, tú no pudiste haber sabido que pasaría ese accidente.

Deja de hablarle a la chica y con dificultad se trata de poner en pie.

— ¿Adónde crees que vas? Aun sigues lastimado, recuéstate.

Ignorando a la chica comenzó a caminar hacia la habitación de Beowulf, sin embargo aún no estaba en condiciones para moverse tan libremente, ya que el golpe que le dio su madre combinado con el impacto de caer al piso había hecho que las heridas se agravaran más. Nathalia se colocó en la puerta intentando bloquear el paso.

—Recuéstate por favor, te lastimaras más ¿acaso no me prometiste cuidarme siempre?

Al escuchar las suplicas y ver las lágrimas en los ojos de la niña, se detienen y extiende su mano sobre la cabeza  de Nathalia y mientras sonríe le susurra.

—No llores más, a nadie le gustan las niñas lloronas.

Interrumpiéndolos aparece en la puerta el doctor Benson. Sorprendido al verlos tan cerca sonríe sin importar ser visto por ellos.

— ¿Interrumpo algo?

Totalmente apenados se separan de inmediato.

—No es lo que parece solo estaba tratando de detenerlo para que no saliera de la habitación.

Con tono burlón contesta Phillips.

—No creo que me interese saber de su romance a temprana edad, pero me alegra que te sientas mejor Dimitri. He venido a llevarte a ver a tu hermano al parecer quiere verte.

Dimitri sin fuerzas para caminar es llevado por el doctor en una silla de ruedas dirigiéndose junto a Nathalia a la habitación de Beowulf. Cuando logran llegar a la habitación Dimitri observa que su madre no estaba, al parecer ya había regresado a la casa y observa a su hermano sentado en la cama leyendo un libro. Corre rápidamente con la silla de ruedas a la cama y sin más demora lo abraza.

— ¡Por fin despiertas Beowee!

Asombrado por volver a ver a su hermano mayor le corresponde el abrazo.

—Pensé que no te volvería a ver Dimitri, cuando desperté mami te saco de la habitación y cuando regreso me dijo que tenías que hacer otras cosas y regresarías cuando terminaras. He estado despierto esperándote.

Al escuchar las palabras del niño, Nathalia y Dimitri intercambiaron miradas y evitaron continuar con el tema; Nathalia en un acto heroico interrumpe convenientemente.

—Así que tú eres el hermano menor de Dimitri, mucho gusto en conocerte yo soy Nathalia Roselyne Williams la nueva amiga de tu hermano.

Mirándola detenidamente mientras se sonroja le susurra a su hermano mayor al oído.

— ¿Es tu novia? Está muy bonita.

Logra sonrojar a Dimitri y de inmediato lo calla con las manos mientras trataba de ocultar su rostro a la chica.

El doctor comenzó a reír y sin decir nada se aleja. Los tres niños quedaron a solas en la habitación, Nathalia se acercó a Beowulf y le toca la frente tratando de medir su temperatura.

—No tienes fiebre ¿te gustaría ir con nosotros a la azotea del hospital?

Reaccionando a la pregunta Dimitri le interrumpe.

—No seas imprudente, aún no se ha recuperado y yo no puedo caminar por mí mismo.

Había sido ignorado por completo; Nathalia intercambia miradas con Beowulf  mientras espera su respuesta.

—Puedo caminar sin dificultad, yo iré.

Siendo ignorado y sin que su opinión fuera aceptada por los demás, Dimitri acepta.

—No tengo opción tendré que ir con ustedes dos.

Los dos chicos ayudan a Dimitri a caminar mientras se marchan sin ser visto por el personal del hospital.

Cuando llegaron por fin a la azotea estaba haciendo mucho viento y rápidamente sentaron a Dimitri en un lugar seguro para que pudiera descansar.

Sorprendido por el lugar Beowulf  le pregunta a la chica — ¿Por qué nos trajiste a la azotea?

Con una enorme sonrisa en el rostro le contesta. —Solo quería estar con ustedes en un lugar más privado para poder pedirles un favor. Sé que no te conozco de nada Beowulf pero sé que eres el hermano menor de Dimitri y si él te tiene tanta confianza y afecto sé que no eres malo.

Ambos chicos se habían sonrojado del rostro.

— ¿Podrían ser mis amigos y vernos una vez por semana?

La azotea había quedado en silencio después de aquella pregunta extraña, Dimitri se levanta de donde estaba sentado y lentamente camino hacia donde se encontraba ella y la abrazo con delicadeza.

—Estaremos encantados de ser tus amigos y prometo que yo estaré siempre para lo que necesites.

Con una sonrisa en el rostro Beowulf contesta a la chica.

—Mi hermano tiene razón nos encantaría ser tus amigos.

Sin poder ocultar la sonrisa en el rostro la chica tomo la mano de Beowulf, lo acerco rápidamente hacia donde ella y comenzó a abrazar a los dos hermanos.

—Gracias por aceptar, espero que seamos los mejores amigos.

Esa promesa era el comienzo de algo tan grande que en esos momentos nadie en todo el mundo imaginaria. Una promesa hecha por niños que cambiaría el futuro del mundo como lo conocemos.




Estados Unidos, Los Ángeles.
12 de marzo del 2017, 10:00 am.

Ha pasado más de un año desde que los tres chicos se prometieron reunirse cada semana; Sus diferentes colegios y la distancia no presentaban ningún problema para poder verse cada semana sin falta alguna.

Era el receso para los niños de primaria, Beowulf estaba muy animado, más de lo habitual, no podía ocultar su felicidad y entusiasmo. El chico siempre destaco entre sus compañeros por siempre ser buen portado y jamás dejar de sonreír. Al notar su alegría uno de sus amigos se acerca intentado ser amistoso.

— ¿Por qué tan feliz? ¿Te has ganado algo?

—No es nada de eso, simplemente hoy es un día muy especial para mí.

— ¿A qué te refieres con eso?

Con una gran sonrisa en la cara le responde.

—Es un pequeño secreto. —Beowulf seguía sonriendo sin perder esos ánimos mientras su cabello café claro era despeinado por el viento.

Una chica de piel morena corre hacia Beowulf mientras se observaba en su rostro preocupación. Toma un poco de aire antes de hablar, tratando de recuperar las fuerzas después de correr tanto.

— ¡Tu hermano… tú hermano está en la enfermería, se desmayó en clases!

En cuestión de segundos su rostro cambio, su piel se tornó pálida y sin decir ni una sola palabra corre a ver a su hermano sin decir nada, dejando atrás a sus compañeros y amigos.

Entra a la enfermería azotando la puerta fuertemente, a primera vista observa recostado en la cama a Dimitri y sin demora corre a él.

— ¿Te encuentras bien, hermano? ¿Qué ha pasado?

—No te preocupes, estaba tan emocionado por lo de ahora que olvide cenar y hoy en la mañana me quede dormido así que olvide desayunar, lamento preocuparte, pero la enfermera dice que solo necesito comer y beber algo para recuperar mis fuerzas.

—Debes cuidarte más, deberías comer algo e irte a casa.

—Eso haré y los veré a las dos en el parque para festejar el aniversario de nuestro primer encuentro.
Con una gran sonrisa en el rostro de Beowulf le pregunta a su hermano, intentado con esa sonrisa ocultar su preocupación por él.

— ¿Me prometes llegar?

Extendió su mano y la coloco en la cabeza de su hermano menor y con una cálida sonrisa le responde.

—No olvides que siempre cumplo mis promesas y jamás pienso fallarte. Te prometo que llegare.
Después de descansar un poco en la enfermería, se marcha hacia su hogar donde espera descansar un poco antes de reunirse con Nathalia y Beowulf.




Hacia viento afuera y su cabello café se había despeinado, algunos mechones de cabello habían caído sobre sus ojos dificultándole la visión. Al llegar  frente a la puerta de su casa observa un auto negro muy sospechoso estacionado justo al cruzar la calle y sin tomarle mucha importancia entra a su hogar la cual estaba demasiado silenciosa, era extraño. Dimitri tenía una sensación extraña, estaba muy asustado, por lo general su madre trabajaba por las noches así que siempre pasaba viendo televisión todo el día y la casa nunca estaba en silencio.

Se escucha un ruido proveniente de la cocina, rápidamente Dimitri corre a verificar de que se trataba ese sonido; llega a la cocina sin nada más que su mochila en la espalda y observa  dos hombres, uno de ellos tenía un arma en sus manos apuntando a Elizabeth, el otro hombre solo observaba a la mujer tirada en el piso y atada con cinta. Después de ver la escena corre desesperadamente hacia la calle donde era esperado por otras dos personas que lo atrapan sin dificultad alguna y lo entran al auto negro junto con su madre. Sin saber dónde eran llevados Dimitri comienza a tratar de quitarse la cinta de la boca y sus manos, es golpeado con un arma en la cabeza el cual deja inconsciente al chico.




12 de marzo del 2017, 2:15 pm.

En el parque se encontraban Nathalia y  Beowulf el cual esperaban la llegada de Dimitri. Hace quince minutos debieron estar reunidos todos, empezaban a perder las esperanzas de que llegaría Dimitri, después de todo se había ido temprano a casa, lo más probable es que siguiera mal.

— ¿Crees que se le haya olvidado que nos encontraríamos a las dos de la tarde? —Preguntó Nathalia con esperanzas.

— No, mi hermano me prometió venir y él nunca rompe su promesa, además hoy es una fecha muy especial para nosotros tres, ya que hace un año nos hicimos amigos.

— Tienes razón debo de tenerle más fe.


3:00 pm

Han transcurrido cuarenta y cinco minutos desde la hora acordada y ambos comienzan a perder la paciencia, sin desperdiciar más tiempo Nathalia propone ir por Dimitri.

— Creo que iré a buscarlo debe haberse quedado dormido, tu quédate aquí Beowee, talvez viene en camino, así que será mejor que alguien se quede a esperar.

Aceptando la propuesta de la chica, se queda a esperar mientras que ella corre a buscarlo, a esa casa donde había llegado de visita un par de veces. Al llegar al hogar donde vivía Dimitri encuentra una patrulla policíaca en las afuera de la casa y una enorme multitud de curiosos esperando las declaraciones de la policía; la niña se acerca rápidamente para tratar de entender lo ocurrido y al intentar traspasar la cinta policíaca uno de los agentes la detienen.

— ¿Qué ha pasado? ¿Por qué están aquí? — Con ojos llorosos le pregunta al oficial.

— ¿Vives en este lugar o eres familiar? —El policía la mira detenidamente.

Agachando la cabeza Nathalia le contesta.

—Soy amiga de los que viven en esta casa.

Después de escuchar a la chica y con una mirada fría, como si no le importara absolutamente nada de lo que estuviera sucediendo en este momento la aleja del lugar.

—Si no eres familiar o vives en esta casa, no podemos decirte nada vete a casa esto no te incumbe y estas estorbando.

Un carro blanco llega repentinamente, del automóvil baja un hombre de aspecto rudo, un poco viejo quizás de unos treinta y cinco años aproximadamente. Parece ejercer un gran poder sobre los oficiales; se acercó al lugar de los hechos y sin perder ni un segundo los oficiales le abrieron paso a la vez que lo saludaban con mucho respeto.

—Buenos días detective Elrick, lo esperábamos señor.

— ¿Qué ha pasado en este lugar? ¿Otro asesinato más para agregar a la lista?

—No señor, los vecinos llamaron a emergencias porque escucharon algunos gritos y pidieron que alguien viniera a verificar que todo estuviera en orden.

—Ve directo al grano que no tengo todo el día.

—Al parecer las personas que habitan esta casa han sido secuestrados, desconocemos el motivo de los hechos, pero hay algunos testigos y algunas evidencias que apuntan a que definitivamente fue secuestro.

Nathalia escucha a duras penas la conversación y en el fondo hubiera deseado que todo fuera mentira que esto no estuviera sucediendo. Sus ojos se cubren de lágrimas y sin esperar ni un minuto más corre al parque para encontrarse con Beowulf.


Cuando llego al parque aún estaba esperando Beowulf a su hermano; Nathalia corre hacia él desesperadamente con lágrimas en los ojos haciendo que el chico se preocupara más de lo que ya estaba.

— ¿Qué ha ocurrido porque lloras?

Abrazando al chico fuertemente y tratando de sonreír mientras de sus ojos continuaban saliendo lágrimas y su cuerpo temblaba como si tuviera demasiado frió le contesta.

—Creo que tendremos que posponer la celebración para la próxima, por ahora vamos a mi casa tengo de decirte algo.




Estados Unidos, Ubicación desconocida.

Un camión blindado transporta cientos de personas hacia un pequeño laboratorio subterráneo donde practican experimentos extraños en ellos. Dimitri despierta.

El chico abre los ojos y logra ver a cientos de personas atadas y encarceladas, a la par de él se encontraba su madre atada y muy golpeada ¿Qué era este lugar?

Escucha pasos al fondo del pasillo, muchas de las personas que también estaban encarceladas y que parecía que tenían más tiempo de estar aquí gritaron descontroladamente pidiendo misericordia.

Dimitri asustado por los gritos y a la vez preocupado por su madre se intenta liberar mientras arrastrándose lentamente se acerca a su madre.

— ¡Mamá por favor despierta! ¿Dónde estamos?

Los gritos de las personas junto con los de Dimitri logran despertarla, asustada al ver a su alrededor se levanta rápidamente y comienza a moverse de un lado a otro tratando de desatarse.

— ¡Ayúdenme por favor! ¿Qué he hecho para merecerme esto? ¡Sálvenme! —Estaba frenética, no podía pensar claramente, los barrotes de ese pequeño cuarto donde estaban atrapados la habían hecho perder la cabeza.

Los gritos de la madre llaman la atención de los carceleros que recién habían entrado al pasillo, rápidamente se acercaron a la celda donde se encontraban; Frente a Dimitri aparecieron dos hombres que al ver a la hermosa mujer pidiendo ayuda empiezan a hablar entre ellos.

—Aun no es momento de sacar a estas personas ¿crees que importe si las llevamos en este momento?
—Si no le decimos nada a los demás no creo que haya problema, además muero por escuchar gritar de dolor a esta preciosura.

La madre de Dimitri escucho la conversación e histéricamente comenzó a gritar por ayuda, sin embargo en un lugar como este no importa lo fuerte que griten, nadie vendrá a su rescate. Dimitri estaba sin decir ni una sola palabra, ver a su madre gritar sin control lo había hecho perder la fe y estaba convencido de que moriría.

Uno de los hombres abre la puerta de la celda y se acerca a la madre con una sonrisa en su rostro, la desata de las piernas y la arrincona en una esquina mientras le susurra al oído.

— ¿Cómo te llamas? ¿Quieres que te saquemos de aquí?

La mujer después de escuchar esto, contesta sin esperar ni un segundo, estaba muy nerviosa.

— ¡Elizabeth! Mi nombre es Elizabeth ¿enserio puedes sacarme de este sitio?

El hombre comienza a reírse y tocándole el pecho a Elizabeth le susurró al oído.

—Antes de liberarte, tienes que degustarnos a ambos con tu cuerpo. —le pasa la lengua por la oreja.
Dimitri sorprendido al escucharlo se enoja y en un acto de estupidez le grita.

— ¡Suelta a mi madre, ella no dejaría que ustedes le hicieran cosas sucias, preferiría morir dignamente! No es perfecta, pero es mi madre y la defendería sin importar nada.

Ambos hombres sorprendidos se acercan a él y tomándolo desprevenido lo comienzan a golpear por todo el cuerpo.

—No te atrevas a hablar cuando no te lo ordene, esto te enseñara un poco de modales.

Antes de que Dimitri quedara inconsciente nuevamente por los puñetazos Elizabeth toma asiento en el piso y suavemente contesto con una mirada perdida, casi muerta.

—Lo haré… lo haré… si eso es lo único que puedo hacer para que me dejen salir de este lugar, definitivamente lo haré.

Completamente sorprendidos por escuchar a Elizabeth uno de ellos se lleva a Dimitri fuera de la celda.

—Me llevare a tu hijo para que no estorbe, estoy seguro que afuera necesitan ratas de laboratorio nuevas. Por supuesto el trato solo aplica contigo, jamás hemos dicho que liberaremos a tu hijo. No te preocupes, soy hombre de palabra y te liberaremos tan pronto nos satisfagas un poco.

Dimitri esperaba que su madre intentara negociar su liberación y que ambos pudieran salir ilesos, sin embargo no recibió nada de lo esperado. En cambio recibió solo una mirada fría por parte de su madre, una mirada que al parecer había perdido su luz.

—Haz lo que quieras con él, no me importa. Siempre que me liberen haré lo que me pidan.

Después de escuchar a su madre y la horrible traición por su parte, intenta no llorar y lentamente lo alejan de la celda mientras observa como uno de los hombres empieza a desnudar a toda prisa a su madre mientras abusan sexualmente de ella.




Estados Unidos, Los Ángeles
Mansión Williams.

Ambos chicos habían caminado hacia la casa de Nathalia sin decir ni una sola palabra, al llegar a casa y ser atendidos por los mayordomos de la familia se dirigen directamente al cuarto de la chica; cierran la puerta de la habitación y con mucha delicadeza intenta explicarle todo lo sucedido a Beowulf.


Pasaron alrededor de veinte minutos desde que ambos habían entrado a la habitación, de la nada se escucha un llanto, todos los empleados se alarmaron y corrieron a verificar que se encontraran bien, al abrir la puerta encontraron a Nathalia abrazando fuertemente a Beowulf mientras él lloraba.

Sin importarles ser vistos por los empleados, continuaron en la misma posición y susurrándole al oído con voz dulce, intenta hacer sentir mejor a Beowulf. ¿Quién estaría bien después de escuchar todo lo sucedido?

—Jamás te soltare de la mano Beowulf  eres como mi hermano y prometo traer de vuelta a Dimitri con los recursos que mi familia tengan en sus manos, no importa si esto me cuesta la vida, volveremos a estar juntos como antes.

Mirando a los empleados con una mirada determinada, Nathalia ordena a todos alejarse de la habitación, rápidamente se pone de pie y deja la habitación mientras le sonríe a Beowulf.

—Quédate aquí por favor, iré por algo de beber.

Después de salir de la habitación se dirige a la cocina, en el pasillo cerca de la habitación de su padre se escucha un ruido; algo estaba mal, sus padres estaban fuera del país y nadie tenía el permiso de entrar excepto su propio padre. Intrigada por el sonido y sin ser vista por alguien entra a la habitación, ve en el suelo un celular, estaba sonando, la vibración lo había hecho caer al piso.

Nathalia contesta el teléfono, escucha la voz de un hombre.

—Ya era hora que contestaras, necesitamos más presupuesto para las investigaciones. Las personas que me conseguiste están muriendo y necesitamos más dinero para municiones, armas y automóviles. El jefe está muy molesto por tu culpa, sabes que no debes hacerlo esperar tu eres uno de sus accionistas y aún no sabemos nada de ti.

Deja caer el teléfono al piso, sale de la habitación dejando hablar solo al hombre. Se dirige a su habitación donde la espera Beowulf.

Preocupado por el repentino cambio de actitud y el nerviosismo de Nathalia le pregunta.

—¿Tienes algo? ¿Por qué estas asustada?

Tratando de ocultar sus sentimientos y preocupaciones le sonríe a Beowulf mientras una gota de sudor cae lentamente de su frente.

—No te preocupes no es nada, solo vi una rata en la cocina y me asuste un poco.
Sin seguir preguntando y aceptando la palabra de la chica deja pasar lo sucedido.





Pasan las horas y se hace de noche rápidamente, ambos niños se van a la cama, sin embargo Nathalia no podía dormirse tenía mucha curiosidad e inquietud por lo sucedido.

La curiosidad que tenía era tan grande que sin hacer mucho ruido sale de la habitación sigilosamente evitando de esta manera despertar a Beowulf; se dirige a la oficina de su padre. Entra a la oficina  sin ser vista y enciende la computadora; en la máquina encontró unos archivos que tenían el nombre de "Corporación Hawkins", en los archivos estaban todos los estados de cuentas bancarias de la empresa de su padre, también había un archivo donde su padre se había declarado en banca rota y Corporación Hawkins había comprado la empresa de su familia.

No lo podía creer ella nunca fue informada de esto. ¿Cómo hacerlo? Apenas es una niña que difícilmente entendería la situación. Después de seguir buscando en la computadora por unos minutos encontró un archivo sospechoso tan oculto que parecía que no quería que nadie lo encontrara, absolutamente nadie. Ahí encontró una cinta de audio en la que se escuchaba mucha gente gritando y rogando para no ser asesinada. Nathalia temblaba cada vez más y no podía creer que su padre estuviera involucrado en tanta masacre, de repente un vídeo es mandado a la computadora.

Sin pensarlo mucho e intrigada por saber más sobre lo que hace su padre a espaldas de ella abre el vídeo. En él se observar a muchos hombres armados en un laboratorio con varios científicos y doctores; en ese laboratorio se veía también muchas personas atadas a sillas.

En el vídeo comienza a hablar uno de los hombres armados que al parecer estaba al mando o al menos, era encargado.

—Jamás recibimos respuesta de tu parte así que él jefe ha tomado una decisión, se te ha tachado de traidor y me ha encargado que elimine a cada miembro de tu familia, no importa donde huyas te encontraremos.

Temblando de miedo al ver el vídeo, intenta apagar la computadora, pero antes de apagarla logra ver en el vídeo a un chico atado de pies y manos.

Nathalia queda sin palabras, estaba inmóvil, era imposible no identificarlo, se trataba de su amigo desaparecido, Dimitri, por un segundo se sintió aliviada al verlo vivo, sin embargo saber que sigue vivo no asegura que estará bien.

Rápidamente quita el vídeo y comienza a buscar en todos los archivos, correos y llamadas telefónicas para tratar de averiguar donde se encontraba el laboratorio. Recuerda haber recibido una llamada telefónica por la tarde, y con temor llama a la persona que había hablado con ella por la tarde.

—Por fin nos hablas, supongo que vistes el vídeo que te enviamos.

Tratando de hacer la voz un poco más grave para similar la voz de su padre comienza a hablar.

—Estaba fuera del país y me disculpo por el mal entendido, les daré el dinero que deseen, pero necesito que me digan donde están para llevárselos personalmente.

Se escucha una pequeña pausa en el teléfono.

—No podemos confiar en ti, enviaremos por la mañana a uno de nosotros a recoger el dinero.
La llamada se corta y Nathalia pensando en un plan para rescatar a Dimitri recuerda que no puede confiar en sus padres. Minutos después  recordó a una persona que estaba en la casa de los hermanos y había impuesto respeto, orden y un poco de temor con solo su presencia; corrió rápidamente a la estación de policía más cercana.




Laboratorio subterráneo.

Después de ser llevado al laboratorio y sometido a varias pruebas, Dimitri fue atado a una mesa donde una persona con ropa blanca llego a inspeccionarlo detenidamente de la cabeza a los pies como si se tratara de un animal. El hombre se dirige hacia un  grupo de personas que esperaban pacientes los resultados.

—Ese niño parece ser un buen candidato, talvez podría funcionar en él.

— ¿Cuántas veces hemos escuchado lo mismo?

—Este podría ser el que buscamos.

— ¿Deberíamos informar de él al doctor Benson?

—No deberíamos discutir nada con él hasta que no estemos completamente seguros.

Se escuchan pasos dirigiéndose al lugar lentamente, la puerta principal se abre de par en par dejando ver una silueta que para Dimitri es bastante conocida. El terror que sentía dentro no era comparado a nada, necesitaba que alguien lo rescatara y no le importaba quien fuera, siempre que pudieran despertarlo de esta pesadilla. El chico grito con todas sus fuerzas.

— ¿Dr. Benson es usted? ¡Ayúdeme por favor se lo suplico!

Después de escuchar su nombre entre los gritos de desesperación de Dimitri gira de inmediato su vista hacia el chico; atado de pies y manos con varios moretones en todo su rostro y cuerpo observa como intenta soltarse de sus ataduras mientras con lágrimas en los ojos le ruega por ayuda. Phillips observa furioso a uno de los hombres armados que vigilaban el lugar.

— ¿Por qué ese niño está aquí? ¡Teníamos un trato con el jefe, me prometieron que solo traerían personas que eran un desecho para la sociedad, gente que se lo mereciera!

El hombre intenta hacer entender a Phillips, y por orden del jefe no podían hacer absolutamente nada en contra de él. Intenta pedirle perdón y a su vez explicar lo sucedido.

—No fue nuestra intención traerlo, pero el vio cuando nos llevábamos a su madre y no podíamos dejarlo libre o alertaría a las personas, además, hace meses que el jefe nos ordenó traer a cualquier persona que encontráramos solas o fácil de raptar.

Esto no estaba en los planes de Phillips, había sido engañado cruelmente; mirando con desprecio al desgraciado que tenía frente a él intenta contenerse, pero su odio era cada vez más fuerte; deja ir un puñetazo en el rostro del hombre haciendo que cayera sentado en el piso.

El doctor se dirige de inmediato hacia Dimitri para liberarlo lo más pronto posible; antes de acercarse más a la mesa donde estaba atado, dos personas lo detienen y le explican suavemente el motivo del porque no podía desatarlo.

—Doctor Benson sabemos muy bien que es una falta de respeto hacia su persona, sin embargo no podemos dejar que desate a este niño. Según  nuestros análisis, podría ser lo que estamos buscando.
— ¿A qué se refieren con eso? ¿Enserio el cuerpo de ese niño podrá aceptar el virus? —Phillips miro detenidamente al chico.

—No tengo duda en ello, sin embargo las próximas pruebas demostraran si estoy en lo correcto.
Suspirando y con un rostro falto de ánimos se acerca a Dimitri.

—Lo siento niño, creo que no podremos dejarte ir. No lo tomes personal, pero si no encontramos a la persona que pueda albergar este virus el jefe nos matara.

Completamente asustado el chico empieza a moverse de un lado a otro, se podría decir que son sus últimos intentos por liberarse antes de darse por vencido y perder la poca esperanza que aun poseía.
Dos hombres vestidos de blanco lo llevan a otra habitación donde lo esperan más pruebas las cuales determinaran si es capaz de albergar aquel tan mencionado virus.

Dimitri es atado de pies y manos nuevamente, pero ahora a una pared metálica donde es suspendido en el aire incapaz de moverse.

Con lágrimas en los ojos Dimitri empieza preguntar a las personas que estaban en ese lugar.

— ¿Qué me harán? ¿Nunca he hecho nada malo en toda mi vida, porque todo el mundo trata de hacerme daño? Por favor suéltenme, se lo suplico.

Phillips no podía soportar ver a Dimitri o escucharlo y con lágrimas en los ojos mientras se maldecía a si mismo por ser tan cobarde, se acerca con una jeringa en su mano.

—Perdóname chico, no quisiera hacerte esto, pero al igual que tú, yo también tengo miedo y necesito hacer esto para poder sobrevivir.

Después de disculparse lo inyecta justo en el pecho; Phillips intenta mirar a otro lado mientras el grito de dolor del chico hacía eco en toda la habitación.

Dimitri empieza a tener convulsiones, su temperatura bajo rápidamente, su cuerpo era golpeado fuertemente contra la pared mientras su cuerpo se estremecía.

—Lo siento chico sé que duele. —Phillips no quería seguir con esto, pero era demasiado tarde.
El líquido que contenía la jeringa comenzaba a hacer efecto en el cerebro de Dimitri haciéndolo alucinar.

— ¿Mamá porque me odias tanto? Yo solo quería ser amado por ti. Jamás pude conocer lo que era estar en una familia feliz, siempre trate de ser el mejor en todo, pero nunca me aceptaste como tu hijo ¿Por qué tengo que morir solo? ¿Por qué fue mi culpa que papá te abandonara?

Phillips intenta disculpar e inyectándole ahora una especie de líquido verde, intenta recuperar la cordura del chico.

—Discúlpame Dimitri, no te puedo dejar libre, sin embargo mereces una explicación de lo que se te ha inyectado.

Con lágrimas en sus ojos y habiendo parado las convulsiones y el dolor intenta contestarle con las pocas fuerzas que aun tenia.

—Qué importa lo que me haya inyectado, moriré de todas formas.

Mirándolo con lastima le contesta al chico.

—No quiero darte falsas esperanzas, pero hay un motivo por el cual continúe con todo esto, y es porque hay una alta posibilidad de que no mueras. Según los análisis hechos por mis asistentes, tu cuerpo aceptara el virus de una manera positiva.

— ¿Si no moriré, porque duele tanto?

Evitando el contacto visual Phillips le explica con calma, haciendo tiempo para que el virus haga su trabajo en el cuerpo de Dimitri. Pensó que manteniendo una conversación con él lo distraería un poco del dolor que sentía en su cuerpo.

—Lo que te he inyectado es una especia de virus mutado que ha sido combinado con una medicina que he inventado; trabaje en esa medicina durante años e inicialmente lo usaría para gente con problemas en el corazón. Una cosa llevo a la otra y para continuar con mi invento necesitaba ser financiado. Estaba a punto de perder las esperanzas cuando una compañía se acercó a mí ofreciendo financiarme hasta que completara al cien por ciento mi invento. Me entrego estas instalaciones subterráneas junto con todo el personal. Para cuando me di cuenta que todo estaba mal, fue demasiado tarde, ahora soy prisionero en este lugar obligándome a desarrollar este virus mutado de mi invento junto con otra sustancia desconocida que me fue entregada por los sujetos de este lugar.

El dolor y las convulsiones regresaron, Dimitri comenzó a gritar nuevamente, las lágrimas salían de sus ojos.

— ¡Mátenme por favor! ¡Duele, duele demasiado! ¡Mátenme!

Phillips suspiro, dio unos pasos hacia atrás mientras veía como se retorcía Dimitri.

—Lamentablemente mi investigación fue alterada. Y lo que el dueño de esta compañía busca es la vida eterna. Muchos creen que es una leyenda, pero gracias a mis investigaciones lo he logrado junto con esta sustancia que me entregaron. Mi creación potencia el corazón en un mil porciento sin desgastarlo, también otorgaría la regeneración de células en segundos. Lastimosamente aún no hemos encontrado a esa persona que pueda soportar el virus; una vez se estabilice el virus en la sangre de algún humano, podremos usar su sangre para inyectar a otros...

Los gritos del chico se hicieron más potentes, su cuerpo se retorcía cada vez más rápido, sus huesos comenzaban a quebrarse de los golpes al estrellar su cuerpo con la pared, un sonido grotesco de huesos quebrándose y piel abriendose salía de aquella habitación. Del cuerpo de Dimitri comenzaba a salir vapor, su piel se llenaba lentamente de manchas negras, sus pupilas empezaban a desaparecer lentamente dejando en blanco sus ojos.


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4 comentarios:

  1. Me alegra mucho que continúes con esta historia, esperó con ansias el siguiente capítulo

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  2. me gusto bastante estoy esperando el siguiente cap, tu forma de relatar me gusta bastante hace q te metas bastante en la novela, pero no se los saltos q pega la novela creo q habria q introducirlos mejor se q es la historia antes de que todos muerann y vayan al infierno pero si juntas el cap 3 con el 4 el cambio es muy brusco

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    Respuestas
    1. Tratare de mejorar en el camino, gracias por el comentario, me sirve de mucho escuchar a los lectores, para saber en que fallo. :D

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