DNS: Extended. Cap 5 y 5.1





Capítulo 5: Daniel no se quedará exento de su trozo de pastel (Serius_Bussines)


Resumen del capítulo anterior:


La magia, posee un fundamento, Ekaterina se encarga de enseñar.

Parte 1


Desperté.


Estaba acostado en la cama de Quiel, una situación en mejor tiempo, agradable, pero había un algo que no me permitía ser completamente feliz en este paraíso hecho de seda fina.


Era difícil describir la nada exquisita sensación de ser despertado con ruido de fondo.


Era un piano, sí, pero no por eso dejaba de ser ruido.


Era como la tortura de Mozart, la balada macabra de Vivaldi, la muerte de Offenbach y la locura de Schubert.


Era la plena disonancia de teclas siendo oprimidas sin ritmo, sin forma, desperdigando los tempos y destrozando la pureza del silencio.


Repentinamente, el sonido cesó.


Respire profundamente, entonces bajé de la cama.


Mi ropa seguía igual que antes, eso me relajó de la posibilidad de que Ekaterina hubiese visto mi desnudez nuevamente… aunque no es una idea que simplemente me desagrade, sino, ¿Cómo decirlo?, no es algo que deba ir con la imagen de una noble.


Aunque no me negaría a que Quiel lo hiciera…, no, me gustaría mucho.


Y Daniel… no, eso es un poco perturbador.


Aunque si despojamos la idea de su parte erótica, no quedaría nada más que un baño japonés genérico.


Pero, no es algo que un noble, en mi mente, deba hacer por un esclavo.


Acomodé mis zapatos para interiores expropiados de Quiel y me dirigí a la puerta; entonces, una vez salí, adyacente a mí, se encontraba Daniel.


Mirándolo nuevamente, su aura jovial como la de un hermano mayor yakuza amable con los niños, incitaba una extraña confianza.


Me miró con ojos afilados como dagas al rojo vivo y me sonrió con un sentimiento un tanto incomodo, como si estuviera viendo un OOPart.


-¿ocurre algo, Daniel-Sama?- introduje la conversación de una manera cordial.


-no, no es nada- contestó mientras se giraba paralelo a mí y me miraba con el rabillo del ojo.


Empezamos a caminar por el pasillo antes de girar en la escalera.


-o más bien, hay algo-


-¿Huh?


-¿alguna vez habías practicado magia?


-gh… ¿a qué se debe la pregunta?- contesté con un ligero sobresalto.


-la respuesta es “no”- dijo Daniel mientras alzó un dedo de la mano derecha.


Pensé que diría que sí, eso fue un error mío.


-¿sabes por qué te desmayaste?


-¿Por qué me desmayé?, ¿debilidad?


-No, incluso si fuiste prisionero hasta hace poco, debiste tener una dieta considerablemente buena; así que, ¿Por qué crees que te desmayaste?


En algún momento, habíamos llegado al estudio de Daniel.


-si no es debilidad…-


-es porque no tenías resistencia mágica-


-¿resistencia mágica?-


Una sonrisa afilada nació del rostro de Daniel, estaba siendo lanzado por completo a su ritmo de conversación.


Daniel se encaminó a su escritorio, yo lo seguí hasta el centro del estudio.


-“¿resistencia mágica?”, dijiste- Daniel había empezado a jugar con mi cabeza; había sido muy inocente al responder directamente todas sus preguntas.- es raro, generalmente todos saben lo que es la resistencia mágica y generalmente todos la poseen, ergo, todos la entrenan antes.- (Daniel)


Un preparativo para aprender magia era aprender a resistirla.


-así que, dime Kimizu, ¿hay alguien que no posea resistencia mágica?


-aquellos que no la entrenaron- (Kimizu)


-y aquellos que la perdieron como yo.- (Daniel)


Apuntando con sus dedos como si fueran laceres indicadores, continuó.


-eso siempre deja la posibilidad de que nunca la hayas practicado, pero eso crea una duda, ¿por qué no la habías practicado antes?


Una conversación unilineal se había estado desatando.


-generalmente todos los nobles lo habían practicado, desistiendo después de que no lograron tener afinidad mágica, esto es una verdad para humanos y demihumanos.


Así que, el que alguien que parecía ser un noble, mostrara su poca resistencia mágica, levantaría sospechas.


-voy a ser directo a partir de ahora, ¿eres de este mundo?-


No había sentimiento en la voz, era solo como un farmacéutico señalando las medicinas que tenía.


Mentir no era buena idea.


-¿le dirás a Quiel?


-no es algo que se le deba ocultar-


-déjame ser el que se lo diga, solo necesitaré tiempo y una excusa.


-está bien, te lo dejo a ti.


-no soy de este mundo-


-así que, ¿sabes algo de este mundo?


-no, no se mucho.


-¿quieres que te enseñe?


-¿Por qué lo harías?, al menos no ignoro la guerra entre las tres facciones del mundo.


-solo digamos que le debo un favor a cierta persona.


-¿cierta persona?


-sí, alguien de otro mundo, igual que tú, tómalo como una forma de compensar una deuda de hace cuatro años.


-solo logras confundirme.


-eso tampoco es algo que se le deba ocultar a Quiel, al menos por un tiempo más.


-¿también estas escondiendo un secreto?


Ante mi pregunta, Daniel solo sonrió.


-tu y yo, somos parecidos- dije.


-como sea, si deseas aprender, mi estudio está libre para ti.


-se lo agradezco mucho, Daniel-sama.

Parte 2


Las bases para aprender un idioma son tres: la estructura, la dicción y la memorización.


Este nuevo idioma conservaba la estructura del Romanji, también la dicción, pero era diametralmente distinto a cualquier otro.


Para empezar, usaba cinco símbolos mayores y cada símbolo mayor correspondía a una vocal; el sobrepuesto de dos símbolos simplificado era una consonante y el significado era sonoro, es decir que compartía esta característica del latín.


Pero aun así, era diametralmente distinto en significado diccional también.


Levantando mi cabeza de entre el libro, pregunté:


-Daniel, ¿podrías leer este libro por mí?


-seguro.


-veamos, ¿esta parte?


-sí, necesito que leas las combinaciones de las letras.


Si me era imposible leerlo solo debía esperar que mi “comprensión del idioma” captara y tradujera mis propias palabras.


-“división general del estado de los elegidos por los dioses”


-¿dioses?


-si… “hace unos doscientos años, las líneas Ley del planeta se vieron desestabilizadas levemente, los corredores de maná fueron bruscamente reescritos y con ello, las características del mundo.”


-bien, ¿podrías leer más lento?


-“en los periodos conocidos como “conscriptos”, estos cambios fueron poco estudiados y los elegidos por los dioses, eran usados como armas o en ciertos casos, repudiados hasta la muerte.


En especial, los elegidos, en los últimos periodos de tiempo, se le han denominado más como emisarios que como armas, “aquellos tocados por dios” tienen grandes derechos adquisitivos e influencia, al menos esto ocurre con los casos de los demi-humanos y de los humanos; por su parte, los demonios tienen la particularidad de que estos elegidos se convierten en reyes y reinas.


De los casos demi-humanos.


“Kira” es el emisario de dios que trae la muerte; ese mal nombre fue creado debido a los incidentes que podían causar el despertar de estos; cerca de la edad de los trece años, aquellos elegidos empiezan a exhibir habilidades o poderes, correr más que el resto, sanar más rápido que el resto, poderes que se activan sin los principios de la magia, etcétera.


En un principio, los incidentes de “Kiras” despertando podían causar muertes, tanto al kira como a la gente alrededor.


Actualmente, los kiras en activo son:


-Jillim Afude: usuaria de la fuerza de hércules

-Lihato Gaul: Sinergista.

-Villeta Salem: visión universal.


El estado de los anteriores kira es desconocida.”


-¿desconocida?


-los kira son mitad leyenda urbana y mitad realidad, poco se sabe de ellos y lo que se sabe es incompleto.


-ya veo.


-lo siento, pero te tengo que dejar aquí, debo trabajar en los papeleos.


Asentí antes de tomar el libro.

Parte 3


Me forcé a continuar aprendiendo el idioma bajo la excusa de “termino cansado después de la clase de magia”; bueno, no era necesario que Quiel se lo creyera de pies juntillas, solo lo suficiente para que mi actuación fuera valida y que no se terminara escaqueando las clases de piano.


-“de los distintos héroes invocados.


Actualmente se reconocen como héroes invocados a aquellos humanos que provienen del otro mundo; esto basado en los testimonios de dichos héroes; su afiliación a un arma es lo más reconocido entre ellos; y aunque hay una gran cantidad de estos a través de la historia, la cuenta se ha reanudado después de que la totalidad de estos entra en inactivo.


Los héroes invocados en activo actualmente hicieron su aparición al mismo tiempo…”


-de eso ya hace cuatro años- interrumpió Daniel a mi lectura.- el último… bueno, el grupo antes de ti, apareció hace cuatro años, la información acerca de ellos es tan o más borrosa que la de los kiras, así que mucho cuidado.


-¿estás muy enterado acerca del tema?


-digamos que es conocimiento popular.


-sí, supongo que es eso…-


Había algo en la manera que lo dijo… pero no seré alguien que pregunte algo que la persona no quiera contestar.


-¿acaso conoces acerc-


-me niego a responder-


Había parado en seco mi pregunta… lo sé, no puedo seguir mis propios principios.


-¿es acerca de lo de Quiel?


-…- no respondió.


-“los héroes invocados en activo son:


Catorceavo héroe invocado: Rizume Yoru: héroe de la pluma

Quinceavo héroe invocado: Aosora Tenshi: héroe de la espada

Dieciseisavo héroe invocado: Hikari Hina: heroína de la lanza Stab

Diecisieteavo héroe invocado: Misato Mikai: heroína de los guantes”


Tomé la pluma de la mesa de trabajo y la unté de tinta.


“Decimoctavo héroe invocado: Kimizu Ouki: héroe de…”


Miré la hoja detenidamente; había algo que olvidé, pero no era el hecho de que no soy el héroe de un arma, esto era diametralmente distinto; quizás era lo más natural, pero, había escrito en japonés.

Parte 4


Había pasado una semana, una semana en la cual el piano empezó a parecerme menos un instrumento musical y más un instrumento de tortura, quien sabe lo que el pobre Franz Liszt hubiera compuesto después de escuchar a Quiel tocar el piano con tan poco acierto.


Una semana que había pulido mis habilidades y preparado mentalmente como nunca antes en la vida; todo para ese momento.


Caminé hacia el piano que amenizaba las tardes de mis vidas.


“La bestia”, se encontraba a punto de llorar; esa criatura inmoral que no sabía más que maltratar las teclas del piano se encontraba a punto de llorar; la razón era una mujer halcón que lo miraba de manera amenazante desde un lado.


Me acerqué sin hacer mucho ruido, cuando noté que la mujer había preparado una silla extra al lado de ella, entonces procedí a sentarme.


Los ojos rojizos de Quiel me buscaban por el lateral en un grito de piedad, la imagen era un tanto descorazonadora.


El sonido de la mal llamada melodía se detuvo.


-¿puedo intentarlo yo?- dije.


-ara, ¿acaso tu sabes tocar piano?- me dijo la mujer-halcón mientras abria sus grandes ojos de color dorado.


-así es; de hecho antes era instructor de piano-


No mentí en lo más mínimo, antes de venir a este mundo, yo era un instructor de piano… hace solo unos doce días.


Un mundo distinto, realmente dudo que en este lugar se haya escuchado alguna vez a Chopin.


-¿Kimizu sabe tocar piano?- me dijo Quiel con una mirada realmente linda.


-así es, pero las canciones que se tocar en realidad…-


¿Debo decirlo?... definitivamente si digo que son de mi autoría, merecería un golpe de los autores originales… aunque, en otro mundo, ¿seguirá afectando el Copyright?


-…sería mejor que las toque y me diga que piensan.


-eso está bien- dijo la maestra mientras asentía una vez con un “hmm”


-muy bien, siéntate- me dijo Quiel mientras golpeaba la silla en la cual estaba hace un momento.


Me senté, entonces…


Empecé a tocar suavemente las teclas con la mano derecha haciendo que el piano emitiera unas dulces notas.


Etude Op.25 No.11 en A menor. Winter Wind. Chopin.


Las teclas graves que precedieron a las agudas reformaron el ambiente, casi parecía una ilusión; casi como un leve llanto.


Las teclas entonces estallaron en un grito desesperado que se traducía en una melodía cargada de dramatismo, cada tecla sonaba en pesante sobre la anterior, era una seguidilla de teclas que elevaban el espíritu y lo desplomaban poco después, era como ver el momento en que aun ángel le arrancaban las alas.


Mi estrés y mi dolor inundaban cada compás.


Minutos largos de una balada llena de dolor y pena; balada que imprimió en su sinestesia, un efecto sobre el tiempo, y otorgaron la ilusión de un hombre arranándose las venas desde adentro.


Hasta que finalmente, calló.

Parte 5


El silencio inundó el lugar.


Hasta que fue mi tablilla de estado la que rompió el encantamiento que el piano había lanzado sobre nosotros.


“Dling”


Nombre:
Kimizu Ouki
Nivel:
1
Clase:
Esclavo
Edad:
13 años
Sexo:
Masculino
Dominio:
Quiel (13)

Habilidad de batalla
Ataque:
60
Defensa:
20
Agilidad:
240
Evasión:
430
Velocidad:
50
Resistencia:
30
Habilidad mágica
Agua:
20
Tierra:
40
Luz:
50
Fuego:
10
Oscuridad:
80
Viento:
20
Habilidades
-Polivalente:
>Pianista.

-Comprensión del idioma




Tomé la mano de Quiel antes de salir corriendo de hacia la habitación; en donde rápidamente saqué mi tablilla de estado para enseñársela, esperaba que algo que me hiciera la respuesta más fácil se estuviera enseñando sobre la misma. Pero, al notar que no era así, entonces utilicé cada parte de mí para expulsar la presión que aplastaba mi pecho.


-Quiel…


¿Qué se supone que debería decir?


-yo… esto…


Esto no era nada tan simple, quizá sea un desorden psicológico pero no estaba dispuesto a renunciar a mi lugar.


-¿eres de este mundo?


Esa pregunta fue como si cientos de puñaladas hubieran volado a mi espalda.


Agaché mi cabeza.


-¿Cómo lo sabes?


-no fue tan difícil después de un rato.


Levanté mi cabeza y encontré su sonrisa y sus ojos cálidos; las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, era el símbolo de que era aceptado, no solo como esclavo, ni como humano, sino como héroe.


Ese sentido del no pertenecer que había en mi antiguo mundo, ese sentido de estar en un lugar fuera de contexto fue eliminado; ahora, solo había una sonrisa delante de mí, los destinados como “enemigos” en una historia que ellos saben contar, un héroe humano esclavo de un niño demi-humano.


No, éramos solo… dos amigos presos de las circunstancias.


-¿qué cambió en tu tabla?


-se agregó “pianista” a la lista de “polivalente”


-¿eso es porque tocaste allá atrás?


-realmente quiero tocarte ahí-


Reí tontamente después de mi acoso sexual sacado de la nada.


-¿crees que puedas seguir agregando cosas a la lista?


-¿huh?


Me tomó por sorpresa.


-¿quieres intentarlo?


Asentí.


Nombre:
Kimizu Ouki
Nivel:
1
Clase:
Esclavo
Edad:
13 años
Sexo:
Masculino
Dominio:
Quiel (13)

Habilidad de batalla
Ataque:
90
Defensa:
40
Agilidad:
280
Evasión:
470
Velocidad:
70
Resistencia:
60
Habilidad mágica
Agua:
15
Tierra:
50
Luz:
45
Fuego:
10
Oscuridad:
85
Viento:
10
Habilidades
-Polivalente:
>Pianista.
>Contador.
>Creador de cuentos.
>Poeta.
>Alfarero.
>Jardinero.> Jardinero de plantas medicinales.
>Maestro del origami.
>Carpintero.
>Creador de juegos.
>Estratega.
>Inventor.
>inventor de constelaciones.
>Creador de mapas estelares.
>Topógrafo.
>Creador de planos.
>Dibujante de edificios.
>Maestro de medicina.>Sanador.
>Agricultor.>Maestro de la selección artificial.
>Lector.
>Escultor.
>Prestidigitador.
>Sastre.
>Chef.
>Pronosticador del clima.

-Artista Marcial:
>usuario de Kendo.
>usuario de aikido.
>usuario de espada corta.

-Genio
-Comprensión del idioma







Capítulo 5.1: Extras (Slice_Life)

Parte 1. Juego de espada.


El esclavo mascota en si es un simple lujo, recibe cuidados especiales, se protege de manera constante y se mantiene sano y bien vestido (¿Qué creyeron, que me iba a quedar desnudo por siempre?).


Sin embargo, la ropa es una tortura… quiero quitar la ropa de Quiel-Sama.


No, esperen… no crean que soy alguien capaz de acosar sexualmente a un shota… definitivamente soy capaz, pero aun así no lo he hecho… eso no significa que no lo he pensado.


Pero con “quitar la ropa de Quiel sama”, no me refiero a quitarla de Quiel-sama… o más bien, quitarla de mí.


Como resultado de mi nueva estadía de esta mansión (aún no se el tamaño real, me han limitado al segundo piso), me han otorgado prendas que pertenecieron a Quiel-Sama.


Si nos comparamos, tanto Quiel como yo somos de la misma edad, de hecho yo soy unos meses mayor que él, por lo tanto y aunque seamos de especias distintas, las prendas que le sobraban al amo me fueron otorgadas… hasta ahí todo está bien.


Pero… huelen.


El olor característico de Quiel inunda estas ropas.


Leche y sudor.


Hago mi mayor esfuerzo por ignorar su olor… misión imposible 7; entonces, en el momento que trato de olvidarlo, mientras me retiro las vendas…


*pafum*


Un golpe seco de una espada de madera me golpeó la cabeza.


Para recuperar el equilibrio que perdí por el golpe, coloco la mano derecha en el suelo mientras giro sobre mi cuerpo con mi mano como punto de apoyo, es la misma lógica de un movimiento de break dance pero en una escala menor.


Así termino mirando a la cara de mi atacante.


Un Quiel juguetón se abalanza hacia mí mientras lanza estocada tras estocada, era ese ataque donde se obliga al adversario a estar constantemente defendiéndose mientras se busca una abertura.


Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete… aplicando una danza sobre las puntas de mis pies, me las arregle para esquivar sin problemas cada uno de sus ataques.


En ese momento, salté hacia su derecha mientras afianzaba los pies.


Lo podía ver, era un movimiento lógico, no era un movimiento planeado, era un reflejo natural.


Saltó sobre sus pies mientras aceleraba y blandía la espada de madera hacia mí, el objetivo era mi cabeza.


Pero lo podía ver, era un resultado lógico, un resultado obvio, un resultado aceptable; generalmente los expertos pueden evitar estos movimientos con un largo entrenamiento de control, pero Quiel no era un experto; por eso podía ver su ataque desde antes de que lo lanzara.


Nunca practiqué aikido, pero; bajando mi cuerpo pude esquivar el golpe; entonces golpeé la parte baja del abdomen con una mano izquierda abierta; más que un golpe, era un eje de rotación; al mismo tiempo impulsé todo mi peso como si estuviera saltando.


Por un momento ambos estuvimos en el aire.


Luego la parte superior de su cuerpo rotó en concordancia oscilando con mi mano como eje.


*pum* su espalda.


*turufus* su cadera y piernas.


Eso fue todo, yo fui el ganador de ese encuentro… y mi recompensa fue.


Toda el área del tatuaje se volvió visible de nuevo mientras aplicaba el dolor de agua hirviendo sobre mi piel.


Esta es una implementación de castigo que se activa cuando el dueño así lo desee.


[Quiel utilizó Tatuaje del contrato del esclavo, Tatuaje del contrato del esclavo fue súper efectivo]


Parte 2. El dia de sastre de Kimizu Ouki


Un joven noble de la familia Von-Henrius caminaba desnudo, no, vestido con un traje que solo lo pueden ver los inteligentes frente a su esclavo.


-oye, Kimizu, ¿Cómo me veo?


-te ves realmente bien, eso te lo puedo jurar.


-y… dime… ¿Cuál de los trajes te gusta más?- preguntó el demi-humano pelirrojo mientras cubría su rostro enrojecido en vergüenza.


-pues, estaba pensando en realizar un traje de Adan para el próximo de los trajes, pero si tengo que escoger entre los que me has mostrado, tendría que escoger el Quin-shao[1] sin lugar a dudas.


-¿traje de Adán?


-cierto, aquí la religión es diferente.


-¿Qué es un traje de adán? ¿Es mejor que el traje que solo lo ven los inteligentes?- decía Quiel mientras movía los brazos mostrando así su cuerpo desnu… cubierto por el traje que solo lo pueden ver los inteligentes frente a Kimizu.


-créeme, este es mejor.


-¿Por qué te sonríes tanto?


-¿estoy sonriendo?...bueno, supongo que es porque tu rostro rojo, ojos rojos y cabellos rojos me recuerdan un tomate de mesa.


-…


-… n_n…


-Activar.


-sí, estoy acti… ¡¡Wahhhhh!!, ¡¡perdón Quiel-sama!!, ¡¡DUELE!! ¡¡DUELE HE DICHO…!! ¡¡PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN… NO LO HARÉ DE NUEVO!!


Y así terminó el día del sastre Kimizu Ouki.

Parte 3: El contador


-entonces, ¿Qué decías que querías hacer?- preguntó un interesado Quiel a Kimizu.


Quiel vestía una ropa ligera que hacían dudar de su título como noble debajo del traje que utilizaba para las clases de piano; mientras se quitaba el traje, el color de la franela verde se podía revelar poco a poco.


Mientras observaba el fanservice, Kimizu contestó: -quiero visitar el estudio de tu padre.


-¿tou-san?


-así es, es probable que pueda ser de ayuda.


-¿a qué te refieres? Dijo Kimizu mientras se desarreglaba el cabello rojizo con su mano.


-la verdad es que soy lo bastante bueno como para llevar los registros contables.


-¿hay algo que no puedas hacer?- preguntó Quiel en un tono de auto-reproche.


-mientras más haga más valgo, ¿no es cierto?


-aun cuando lo digas de ese modo, sabes que te compré por otras razones- dijo Quiel mientras se terminaba de colocar unos zapatos ligeros.


-~ara~, ¿acaso a Quiel-chan no le importaba si era chica o chico?


Enrojeciendo hasta las orejas (que de por sí ya eran rojas), Quiel gritó molesto:


-¡¡COMO SI TE HUBIESE DADO PERMISO PARA HABLAR ASI!!


-no te negaste- murmuró Kimizu.


-¿qué?- pregunto Quiel mientras inclinaba su cabeza.


-así que también sabes de…¡¡GAHH!! ¡¡DUELE QUIEL-SAMA!! ¡¡YA NO LO VOY A HACER, ASI QUE DETENTE POR FAVOR!!


-como si te fueras a detener solo porque te castigo- dijo Quiel auto-reprochándose de nuevo.


Kimizu solo logró asentir con una sonrisa estúpida.


-Bien- dijo Quiel mientras salía de la habitación –vamos, mi padre saldrá pronto a la ciudad, así que deberías hablar con él rápido.




Mientras se dirigían al estudio ubicado en la parte oeste de la primera planta (en la dirección contraria al pasillo del piano), atravesaron las escaleras de madera que veían al jardín interno y pasaron junto a la habitación de los empleados.


Entonces llegaron a una puerta hecha de madera liviana idéntica al resto, la puerta no tenía pestillo y tenía una cerradura hecha de bronce; nadie esperaría que esta fuera la casa de un noble.


Tocando a la puerta, Quiel y Kimizu fueron recibidos con un “Adelante”


Mientras el eco de las pisadas de Juana eran lo único que se oía sobre… me dejé llevar.


Como sea, ahí, frente a ellos, había un demi-humano de 32 años.


Tenía el cabello rojizo y largo similar al de Quiel, pero este era mucho más corto y apuntaba hacia detrás de su cabeza de una manera antinatural, además vestía un traje completamente blanco, ignorando la corbata roja que le daban un efecto resaltante; la única diferencia notable con los rasgos de Quiel era sus ojos; mientras el color de los ojos de Quiel era rojo, el color de los ojos de los ojos de Daniel era azul.


Daniel Von Henrius Tabul Igmel, este demi-humano dirigió una mirada amable a su hijo y preguntó:


-y bien ¿Qué los trae por aquí?


-yo, eto- Kimizu trató de explicarse pero las palabras se le atoraron en la garganta.


No era porque Kimizu no quisiera ser impertinente bajo su postura de esclavo; la familia Von Henrius es una familia que se ha caracterizado por tratar bien a los humanos, después de todo es una familia con raíces comerciantes apostillados en la frontera; la razón de la incapacidad de Kimizu para hablar era otra.


“¡¡¡MALDICIÓN, SOLO ESCLAVÍCENME DE UNA VEZ POR TODAS!!!”


Desde que fue comprado, esas palabras habían quedado grabadas en su registro de vergüenza personal.


Así es, no ha superado algo del segundo capítulo.


Al ver al ahora enrojecido Kimizu, Quiel esbozó una sonrisa sarcástica; mientras Daniel ponía una cara de tipo conciliadora como si dijera “¿enserio te parezco tan aterrador?”


Quiel entonces dio un paso adelante y dijo:


-Kimizu posee habilidades increíbles.


-ya me contaron acerca de lo del piano, de hecho cuando lo escuché supe que no habías sido tú precisamente, pero había pensado que era tu profesora.


-él es bueno con las matemáticas y me dijo que quería ayudarte con las cuentas.


-¿es eso así?- preguntó Daniel dirigiéndose a Kimizu mientras inclinaba su cabeza; entonces cayó en cuenta, el lugar en donde había estado Kimizu hace solo unos segundos estaba vacío.


-¿desa…parecio?- preguntó un Daniel bastante confundido mientras Quiel seguía sin notar que Kimizu había desaparecido.


-¿Qué estás diciendo?- preguntó Quiel mientras inclinaba su cabeza igual que su padre.


-me refiero, estaba ahí hace un momento- dijo Daniel mientras apuntaba al sitio detrás de Quiel.


-¡GAH!- gritó Quiel mientras caía en cuenta de la situación, además, debido al susto, Quiel había recorrido una gran área de un solo salto.


Enojado a niveles extraordinarios (si tomamos en cuenta la situación), Quiel activó una de las funciones especiales del tatuaje de contrato de esclavos: “ubicación actual”.


O eso es solo una forma más genial de decir que hizo a Kimizu gritar del dolor para luego solo seguir el sonido.


Al final, un rendido Kimizu estaba sentado en estilo seiza al lado de Quiel y mirando el suelo frente a Daniel.


-¿cuál es el veredicto?- preguntó Quiel con una voz juguetona.


Liberando sus pulmones del aire, Daniel respondió:


-por mí no hay ningún problema, pero debo revisar que haga bien su trabajo al final del día.


-roger- contesto de manera opaca Kimizu.


-levantándose de la silla, Daniel se dirigió hacia la puerta mientras complementaba:


-la pila de la derecha con documentos sin revisar, por favor trabaja en borrador sobre ellos, los revisaré cuando vuelva de la junta.


Esa noche, Kimizu agregó “Contador” a su lista de habilidades.

Parte 4: El fuego y la oscuridad.


-veo que lo hiciste correctamente- dijo Daniel mientras revisaba los documentos de su escritorio.


-muchas gracias- dijo Kimizu avergonzado.


-no, gracias a ti- dijo Daniel mientras lanzaba una sonrisa hacia… ¿el vacío?


-¿Cuándo desapareció de nuevo?- preguntó Daniel mientras inclinaba su cabeza hacia un lado.


Mientras tanto, en otro lugar de la casa, Quiel estaba tomando un baño de agualeche en el baño del jardín.


Él no escuchó nada que se acercara, no escuchó una respiración, siquiera escuchó las hojas siendo aplastadas; aun así, él sintió que algo malo se acercaba.


Era una sensación aterradora que pellizca la medula espinal y se extiende hacia la espalda media, la nuca y los brazos. Esa sensación lo hizo ponerse en alerta rápidamente.


-¡¿Quién está ahí?!


Preguntó Quiel mientras se lanzaba fuera de la tina de madera.


Aun sin escuchar nada, Quiel levantó su mano mientras murmuraba un cántico.

“aquel de los principios, aquel rojo, aquel llamado phyro, aquel que destruye y reforma, aquel que reduce, toma los símbolos y la forma, ¡¡LLAMARADA!!”


El hechizo era un hechizo potente pero poco práctico, se limitaba a generar una ola de fuego de baja duración, en otras palabras, era magia sin control, es una magia que se limitaba a la inyección de energía de manera activa para ser mantenida y no a la forma.


Aun así, el resultado fue útil.


En los momentos en los cuales la oscuridad se tiñó de color, Quiel pudo ver un rostro.


-¿Ki…mizu?... ¡¿QUÉ RAYOS PRETENDIAS AL ACERCARTE ASÍ?!


El miedo se transformó en cólera.


Quiel entró entonces activando el tatuaje de esclavos.


Kimizu se retorció por el dolor mientras una imagen se acercaba a él.


Era un demi-humano de cabello y ojos rojos siendo seguido por llamas del mismo color.


Entonces, Kimizu desapareció.


-mi nivel de magia de oscuridad aun no es suficiente- se dijo a si mismo Kimizu mientras se ocultaba de “Fireman”- puedo desaparecer sin problemas gracias al encanto escrito, pero acercarse sigilosamente sigue siendo un problema; además, el tatuaje de esclavos sigue siendo un limitante de alto grado.


Sacando levemente la cabeza por entre el muro, Kimizu vio a Quiel escaneando el terreno como una mezcla entre Godzilla y Terminator.


“las llamas son poderosas pero carecen de punto de forma” Quiel recordó las clases de magia que había estado teniendo en las mañanas, “si se toma eso en cuenta, las llamas deben ser centradas en un “esqueleto” y formarse alrededor de este”


Quiel se concentró en el concepto de la forma mientras recitaba un nuevo hechizo; las flamas se concentraron en puntos de su espalda y sobresalieron como si se trataran de brazos extra; pero estos terminaron desapareciendo.


“vaya que es difícil, no puedo simplemente pensar en tener un cuerpo nuevo así como así… pero, si ese es el problema…”


Quiel dirigió la atención a sus propias manos.


“… solo tengo que usar un cuerpo que ya conozca”


El cántico empezó: “Fuego, tu color es el rojo, tu nombre es Phyro, tu función es proteger y la forma que posees te será otorgada con mis manos”


Guantes de fuego, guantes como patas de lobo hechos de fuego aparecieron sobre las manos de Quiel.


Y Quiel atacó.

Parte 5: Crimen y castigo.


Ekaterina Von Henrius Kirkien Blank.


La mujer es la madre de Quiel y está sentada en una silla de ruedas hecha de madera.


Su cabello es de un color dorado como el trigo y sus ojos son rojos como el carmín, sus orejas caninas sobresalían de su cabello otorgándole una imagen maternal (para un Golden retriever quizás).


Una sonrisa se extendía por su blanco rostro; sin embargo, para Kimizu y para Quiel, esta sonrisa era la fachada de un sentimiento aterrador.


¿No es esto un cliché?- pensó Kimizu.


Con una voz tan dulce como la miel y tan fluida como el aceite, Ekaterina interpeló a su hijo y a la mascota de su hijo que estaban sentados al estilo seiza en frente de ella.


- ~¿Quién de ustedes fue?~


Quiel y Kimizu se miraron a los ojos antes de mirar de nuevo a Ekaterina, ninguno dijo una sola palabra.


- ~ya veo, no hablaran~ - dijo Ekaterina mientras seguía con sus manos entrelazadas sobre su regazo.


El silencio continuó después de las palabras de la mujer; era una conversación unilineal.


- ~en ese caso, tendrán que compartir el castigo~ - dijo la mujer aun con su sonrisa.


“Así que este es el monstruo que le otorgó esa habilidad a Quiel”, pensó Kimizu.


- ~¿están listos para morir?~ - preguntó Ekaterina sin inmutarse ni un poco.


- “~Aqua, uno de los principios, azul, cambiar protección por castigo~”


“¿ese es un encanto corto?”, pensó Kimizu.


Látigos, no, tentáculos de agua nacieron desde el lugar donde terminaban sus cabellos, estos vibraban y cortaban el aire a velocidades dolorosas para la piel.


- ~entonces mueran~


En los ojos de Quiel se empezaron a formar gotas de lágrimas.

Parte 6 Extra: el creador de cuentos y el poeta


Quiel estaba acostado en la cama con un pijama de seda ligero que permitía ver bastante debido a su translucidez.


-Muy bien, Quiel, esta es una obra original que yo acabé de escribir- dijo Kimizu mientras agitaba unas hojas de pergamino con un escrito en japonés.


-¿de qué trata?- preguntó Quiel mientras se sentaba en la cama.


-si lo quieres saber, deberías escucharla.


-bien, hagámoslo, respondió Quiel a la propuesta de Kimizu.


-muy bien, el cuento se llama, la bestia de cabello rojo.


Quiel puso una cara que decía “¿se trata de mí cierto?”


-erase una vez, un pueblo que quedaba en las montañas de cierto ducado tenia a sus habitantes aterrorizados; cada noche sin falta, un monstruo de cabello rojo merodeaba las casas donde habían enfermos y también el hospital, el asilo y el orfanato.


Nadie sabía las intenciones del monstruo, pero nadie podía pensar que se tratasen de cosas buenas.


El monstruo visitó los alrededores de estos lugares por cerca de dos meses sin hacer nada distinto.


Poco después de los dos meses, el monstruo trajo consigo un piano; el monstruo tocó las teclas del piano tratando de emitir una melodía, pero el sonido era tan irritante que la gente del pueblo le sacó a escobazos mientras le abucheaban.


Días después, el monstruo apareció con un violín, cabe decir que el sonido que emitió con el instrumento quebró las ventanas de varios edificios.


Días después, apareció con una gaita, pero el ruido dulce y armonioso de la gaita se había convertido en un lamento agónico del instrumento.


La guitarra emitía un ruido ronco.


El tambor era bastante estridente.


La trompeta fue un fracaso total.


La tuba espantó a los perros del pueblo.


Las maracas hicieron creer a los habitantes que había un peligroso derrumbe.


La flauta atrajo ratones al pueblo[2].


El triángulo causó migrañas.


Las castañuelas hicieron volar a las cucarachas de sus escondites.


El gong no dejó dormir a nadie.


Y esos fueron los resultados aceptables.


Entonces una noche, el monstruo decidió recitar poesía.

Miro las estrellas del cielo lejano,

Reflejan cada una, una vida pasajera,

Estrellas que brillaran eternamente en el firmamento,

Seguirán brillando aunque muera;

Si el mundo se destruye por completo,

Seguirán brillando, Deneb, Altaír y Vega.

El triángulo que indica el norte a los viajeros.

Seguirá brillando cáncer,

Haciendo sonar sus pinzas como castañuelas,

Seguirá brillando lira,

Bardo de la guitarra y el arpa,

Seguirá brillando Caellum,

Tocando el gong cuando le plazca,

Escorpio tomó el acordeón,

Tauro, la gaita,

Ofiuco tomó el xiaolong,

Nicora, la flauta;

Así cuando estoy enfermo o triste,

Mirar al cielo estrellado,

Oír la orquesta celeste,

Me place en sumo grado.



-y bien ¿Qué te parecio?- preguntó Kimizu con sus ojos brillantes.


Quiel sonrió de una manera pocas veces vista y respondió.


-fue hermoso.


-gracias…


[-Polivalente:

>Pianista.

>Contador.

>Creador de cuentos.

>Poeta.]




[1] un Quin-shao es una prenda originaria de china, es un traje largo de tela decorada con cortes a uno o ambos lados del cuerpo desde la altura de la cadera hasta el final; en otros casos más extremos solo uno de los lados está cerrado mientras que el otro está sujeto a la altura del pecho y abdomen por tiras de cuero, tela o cintas. Entre otras cosas, el estilo general es copiado en algunos vestidos de alta costura, pero con solo un corte, de esta manera se permite una observación de la piel, permitiendo una observación bastante ero… artística de la piel bajo el traje.


[2] Obvia referencia al Flautista de Hammelin
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