Si te perdiste el primer capítulo pica aqui aquí.
Si tienes alguna consulta, puedes hablarme por aquí (facebook).
¿Alguna vez se han preguntado por qué estamos en el mundo? ¿Existe Dios? ¿Nos ama? ¿Somos los únicos? ¿Somos los primeros? En esta historia, sin relleno, intentaré explicarles una nueva forma de ver a la humanidad y al universo.
En esta oportunidad no cuento con la fantástica pluma de Shyori Nya, una pena porque es culpa mía, Ah pero les pondré dibujos míos (disculpen, es que dibujo con el ratón). Les dejo con el segundo demonio, Belial.
Belial.
Bueno, aquí les va.
PROMOTION GAME 2: Lobo Solitario
PARTE 1
—No tienes porqué usar un
cuchillo, puedes tomar lo que quieras.
Un hombre sonriente, alto
y de piel muy clara mostraba el interior de su billetera a un ladronzuelo.
Aquel sucio callejón oscuro era el territorio de una alto y delgado muchacho de
cabello lacio que se dedicaba a despojar de sus pertenecías a los incautos.
— ¡Ey, bastardo, solo
tírala y lárgate de aquí! — dijo de forma amenazante
Aún sin perder esa sonrisa
tan cálida, el hombre, que llevaba una capa negra sobre un traje elegante, le
dijo con una amabilidad increíble.
—Solo acércate y toma lo
que quieras.
— ¡Te cortaré el cuello!
Pero solo recibía una
sonrisa como respuesta. Una sonrisa inquietante que le ponía de mal humor.
— ¡Bastar... Agh!
Justo cuando intentó
acuchillarlo, en menos de un segundo, aquel misterioso hombre tenía sujetada su
cabeza con un brazo, punzando suavemente la espalda del muchacho con el
cuchillo que hasta hace muy poco tenía en la mano.
— ¿Cuando... tú?
Aquel hombre de cabello
oscuro sonreía mientras le decía al oído.
— ¿Por qué me atacaste si
te ofrecía mi dinero pacíficamente?
— ¡Cállate pedazo de
mierda! ¡Aaaaarrrgh!
El cuchillo perforo un
poco su piel.
—Soy un hombre amable, aún
no toco tus riñones. Responde, por favor.
El muchacho intentaba ver
los ojos de aquel hombre que se suponía era su víctima, pero estos estaban
entrecerrados. Sus pestañas apenas dejaban notar la luz que rebotaba en la
humedad de sus ojos.
—Está bien, tío... arrgg... supuse que harías algo como
esto en el momento que me acercara... ¡Pero te dije que dejaras el dinero y te
largues!
—Je je... Así que fue eso.
El hombre empujó al
muchacho y este cayó en la suciedad del callejón. Perdió su navaja, fue
humillado y ensució la única muda de ropa que tenía.
—Qué decepción... Te
dejaré vivir si te largas de aquí— le dijo aquel señor ostentoso, mientras
hacía girar la navaja en su mano.
— ¡Cabrón!
Paf.
— ¡Uhg!
Cuando intentó levantarse
para atacar, su rostro recibió un fuerte rodillazo. El impacto le dejó la vista
un poco borrosa.
—Vaya, así que aún puedes
reaccionar así. No tienes oportunidad. ¿Tanto necesitas el dinero?
El hombre tomó su cartera
y dejó caer los billetes que contenía sobre sus pies. La denominación de cada
billete que caía era lo suficientemente alta como para cubrir diez veces los
gatos semanales de ese ladrón.
<<Maldito perro,
solo lárgate, ya me venciste…>>
—Es todo tuyo. Tómalo.
El ladrón se incorporaba
lentamente, sus brazos temblaban pero aun así su respiración parecía calmada.
—Esa sonrisa tan amable...
Tu actitud, tu vestimenta cara... yo... ¡Mierda!
El muchacho golpeó el
suelo con toda su fuerza. Gotas rojas tiñeron su puño, sus venas se hacían
notorias.
— ¡Te mataré, maldito!
—Ah, no podrías... Solo
arrástrate y toma estos papeles insignificantes.
<<Aún si me
asesina... Aún si muero aquí... un perro sucio, una rata callejera que el mundo
no extrañará... Aún si muero yo solo quiero golpear a un sujeto como él...
Quiero manchar su rostro perfecto, que recuerde mi cara cuando quiera dormir...
yo... yo... >>
— ¡Maldito!
Tuck.
— ¡Uuuugh aaaaeg!
Paki Paki.
Gotas de sangre caían de
la mano derecha del ladrón. Atravesando su puño había un cuerno similar al de
un toro, que nacía sobre el ojo derecho de ese hombre misterioso. Un sólido
trozo tan resistente como hierro reflejaba un poco la luz.
Tsa.
Alas negras aparecieron en
su espalda. Hermosas plumas cayeron después de desplegarlas.
—Escúchame bien mocoso
impulsivo-decía con una voz gruesa y vibrante, completamente opuesta a la que
usaba hace poco, -mi nombre es Belial, próximo rey del Infierno.
Los ojos del ladrón se
abrieron tanto como era posible.
—Humano que responde bajo
el nombre de Mijaíl—, decía el ente demoníaco, su cuerno se retraía lentamente
libreando la mano herida del muchacho. —Yo seré el próximo Rey del Infierno...
Únete a mí, me encargaré de que nunca más te sientas inferior en este mundo,
solo debes hacer un trato conmigo.
— ¡Qué mierda eres tú!
—Soy un ángel negro, un
ente de la oscuridad, un demonio... Esto no es una alucinación, te estoy
mostrando mi verdadero rostro-. El cuerno se retraía lentamente hasta
desaparecer y las alas se replegaban lentamente.
—Ja já—, rió el muchacho,
—demonio de mierda—. Cayó sentado, recostándose en un muro. — ¿Sabes cuantas
veces quise que aparecieras?
La sangre corría por el
suelo.
— ¿Quieres mi alma? Esa
mierda la hubiese cambiado hace mucho ¿Por qué no apareciste antes? En este
mundo de mierda dios no reconoció mi existencia, aunque clamé por ti... no
apareciste... Igual no creo que mi alma tenga valor con las cosas que he
hecho... Aarg, me jodiste bien la
mano.
—No busco algo como tu
alma. Solo quiero que me ayudes en unos asuntos. A cambio puedes pedir lo que
quieras.
Mijaíl observaba el hoyo
en su mano. —Esta mierda tardará un poco en sanar. Ey, demonio de mierda, ¿qué
coño quieres que haga para salir de esta vida miserable?
—Ja ja, mocoso... Tú nunca
bajas la cabeza... Necesito que me ayudes en algo llamado Promotion Game.
— ¿Hu? ¿Eso qué es?
—No te puedo dar más
detalles.
Mijaíl rió fuertemente. — ¡Je Je Ja! Tío... si es
mierda de demonios ¿Debo matar a alguien verdad? Por hacer esos encargos pagan
unos tres ceros por estos lados. Yo no tengo arma más que... Mierda, mi
cuchillo. ¿Cuánto ofreces?
—Ja jaa—, rió aquel
demonio de una manera muy sutil. —Rata callejera. ¿Cuantos ceros quieres?
—Humm, ja ja, maldito… Quiero
cinco... No, siete cifras... Mucho dinero y un piso cerca de la playa… con un
balcón grande.
Belial se acercó a Mijaíl,
se puso en cuclillas frente a él y le susurró.
—Exígeme todos tus deseos,
humano, solo quiero que selles un pacto conmigo, luego te daré lo que me pidas.
Solo deja aflorar tus impulsos, muéstrame que tanto puedes desear…
Mijaíl cerró los ojos.
—Quiero mucho dinero... un
auto azul... ¡Una mansión! ¡Y un avión!
—Ja ja.
— ¡Una piscina enorme y
mucho oro! ¡Lo quiero todo demonio de mierda, solo sácame de esta letrina!
—De acuerdo, Mijaíl.
Mijaíl lloraba sin hacer
ruido.
—Joder, necesitaré tiempo
antes de poder hacer el Prom, Pron... joder...
—Mijaíl, toma este
anillo... En el momento que lo uses nuestro trato estará sellado.
Mijaíl estiró la mano,
temblando. El fino metal plateado cubrió su dedo, la gema roja incrustada
reflejaba perfectamente la luz de la luna.
—Listo. ¿Ahora qué...?
—Ahora duerme… Campeón de
Belial…
Mijaíl se desmayó, lo
último que vio fue el rostro del hombre ostentoso que lo humilló, sonriendo,
desapareciendo poco a poco, en una infinita pantalla negra.
PARTE 2
—Amo Mijaíl, despierte...
Amo...
Mmmm mierda, mi cabeza...
—Amo, por favor. Son más
de las once...
— ¿Debería llamar al señor
Belial?
—Ey, Arnett, creo que ya
se está despertando.
— ¡Joder déjenme dormir en
paz!— grité.
¿Ah? ¿Dónde mierda estoy?
Lo último que recuerdo es ese extraño sueñ...
— ¡Aaaarg!
— ¡Amo Mijaíl, cuide sus
heridas!
¿Eh? ¿Quiénes son estas
mujeres? Sus vestidos negros ¿Estoy en un hotel?
— ¡Eh!— ¡El techo es tan
alto! ¡Ah! ¿Quién necesita ventanas tan grandes? Mi mano duele, está vendada.
Mi abdomen también lo está, y este algodón en mi rostro... Este anillo… Entonces
ese demonio de mierda, Belial, eh...
—Amo Mijaíl, buenos días.
Las dos muchachas hicieron
una reverencia...
— ¿Eh...? Mmm... Buenos días.
Esta debe ser la casa de
ese demonio ricachón. Joder...
— ¡Amo Mijaíl, por favor
no se levante así!
Dijo la más pequeña,
intentando detenerme cuando me levantaba de la cama.
— ¿Ustedes quiénes son?—les
pregunté, una parecía ser mayor que yo y la otra aún estaba en la primaria, de
eso estoy seguro. Ambas se golpearon levemente con los codos, susurrando cosas
que no pude escuchar.
—Ah... mmm... Yo soy Arnett, y ella es Chiharu.
El amo Belial nos encomendó cuidar de usted— dijeron poco después.
— ¿Y dónde está ese
bastardo, Belial?
—Oh... El amo Belial está
en la planta baja. Hace un momento nos envió a despertarlo— dijo Chiharu, una
mujer algo alta, de largo cabello liso y negruzco. Sus ojos rasgados y su
rostro pequeño... Parecía una mujer de China o algún lugar cercano, muy
diferente a la pequeña de al lado... Arnett, creo, cabello rubio hasta los
hombros, ojos verdes, nariz pequeña... Son ese tipo de chicas que se asustan al
cruzarse con sujetos como yo.
Chiharu y Arnett.
—Amo, ¿U-usted desea tomar
un baño?—me preguntó Arnett. Nadie me había llamado "amo" antes.
—Tsss, tomaré un baño cuando quiera— le dije, desabotonando esa
camisa ridícula que traía. Entiendo que la gente con dinero use pijamas para
dormir pero ¿debe ser tan estúpida?
—Ah-ah, amo, por favor permítame.
Arnett intentando no
mirarme intenta tomar la tela de mi ropa.
—Ey, ey, no soy un bebé.
Solo díganme donde está mi ropa.
Arnett juntaba sus manos
delante de su boca mientras miraba el suelo, Chiharu intentaba no verme a los
ojos, al parecer las pongo incómodas... ¿Son así de engreídas todas las
mucamas?
—A-amo Mijaíl, su ropa
está en la tintorería, pero el amo Belial dijo que tome que guste del armario
contiguo—respondió Chiharu.
— ¿Eh? Ey, eso que señalas
es una habitación, no un ropero. Tonta chica…
—Bueno... e-es como una
habitación para la ropa- dijo Arnett. Esa niña es como un conejo asustadizo,
joder. Espera... ¡Todo eso es un armario!
***
Tchchchchch.
Tenía bien jodida la
mano... ahora solo un rasguño... y este anillo que no sale. Este baño es muy
grande, el agua de la ducha cae verticalmente, como si fuera lluvia ¿Así se
baña la gente rica?
—Amo, traemos toallas
limpias.
—Ey, ey, lárguense, estoy
en la ducha—. Estas niñas... ¿Será ya medio día?
—Amo ¿Necesita algo más?—
decían a través de la puerta. Me van a volver loco...
— ¡Voy a salir desnudo! Retírense.
—Waah, Chiharu, el amo es un exhibicionista—se oyó, —Quizá tiene
mucho calor, además no es exhibirse si nos pidió retirarnos— le respondió. —Ey,
¿Por qué sonríes Chiharu? Vamos, vamos, se enojará-.
Haaa... la gente así me aburre.
***
Este armario podría ser
usado como habitación, qué desperdicio… Oh... Hay mucha ropa aquí, pero todas
son iguales. Trajes negros, trajes grises, corbatas sólidas ¿Son de mi
talla? Quizá Belial tiene a todos sus
asesinos vestidos como ejecutivos... Ja, ja... Qué presumido... Me pregunto por
qué me metió a su casa… Un demonio ¿Seré el primero en ver uno? Por supuesto
que no, la gente siempre ha hablado de esas cosas. Este anillo… Ninguna de esas
dos chicas tenía uno, probablemente solo sean criadas, no me hacen sentir esa
mierda tan complicada, como si mi cuerpo me dijera que me aleje rápido,
definitivamente no son demonios. Al parecer solo dormí una noche, pero no sentí
como me trajo aquí, quizá uso alguna especie de truco sucio, magia tal vez. Lo
mejor será vestirme y observar bien el lugar.
¿Cómo mierda anudo una
corbata?
***
—Ja ja, pequeño Mijaíl,
¿Por qué traes la camisa desabotonada? ¿No te he dejado muchas corbatas
apropiadas?— Decía Belial sonriendo, estaba de pie en una terraza bebiendo
algo.
—No entiendo esas cosas...
¿Esta es tu casa, verdad?
—Correcto—. Tch, porque siempre sonríe así. Si no
hubiese visto su cuerno no creería que se trate de un demonio. Parece uno de
esos sujetos que salen en revistas de moda.
Belial se sentó en la
terraza, al lado había dos mujeres con vestidos iguales a los de Chiharu y Arnett.
—Sofy, Amelia, vayan a
desayunar algo, aliméntese debidamente— les dijo.
—Sí, amo Belial, con
permiso, con permiso amo Mijaíl— dijeron al unísono, hicieron una reverencia y
se marcharon.
—¿Eh..? ¿Belial, porqué me
llaman amo?— le pregunté. Es molesto.
—Jo jo, eres mi campeón.
Ellas te ven como un pequeño Belial.
— ¿Campeón?
— ¿Recuerdas lo que dije
sobre Promotion Game?— me sonrió mientras observaba su jardín ¡Es enorme! ¡Es
un océano verde!
— ¡Cuánto dinero tienes,
tío!—, sorprendente...
—Bueno, esto puede ser
tuyo si cumples el trato.
—Solo dime a quién quieres
que asesine sin darle tantas vueltas— le dije. Impresionante, su casa es una
mansión enorme.
—Esa es la actitud pequeño
Mijaíl, pero no debes matar a nadie aún. El anillo en tu dedo es mi marca...
no se quitará a menos que completes el Promotion Game, cuando pueda ser quitado
de tu dedo podrás reclamar este lugar y la cantidad de dinero que quieras. ¿No
es maravilloso?
Todo esto para mí...
¡Cool! Eh, pero...
— ¿Qué debo hacer
exactamente?
—Por ahora estarás bajo
cuidado de las pequeñas Chiharu y Arnett.
— ¿Niñeras? ¿Esas idiotas?
—Yo soy un demonio, Mijaíl,
pero estoy viviendo en este mundo desde hace años. Aquí hice fortuna como
cualquier otro humano, en ningún momento use mi poder para tener todo lo que
tengo, claro... aveces juego sucio, pero lo hago como cualquier otro humano.
Hace poco un demonio llamado Lucifer murió, la última vez que lo vi peleamos
por el título se Satanás, rey del Infierno. Verás —me sonrió —, yo sentí
vergüenza de regresar... Ahora que el título está disponible, tú, mi campeón,
me ayudarás a coronarme... Recibirás a cambio lo que tú me pidas.
—Ya veo...
Este tío, quizá fue
humillado en aquel lugar... Qué raro, nunca creí que esta mierda de demonios existiera,
ni que tuvieran sentimientos.
—Aún no sé qué tengo que
hacer.
—En unas semanas entraras
a una escuela media. Al último año.
— ¿Eh? ¿Pero y eso que
mierda tiene que ver?
—No me cuestiones. Además
mientras me ayudes puedes quedarte en este lugar, comer, dormir y lo que te
haga falta.
—Ah, supongo no tengo
problema si lo pones de esa forma.
—Escúchame bien Mijaíl,
las chicas de esta casa son todas como mis hijas. Ellas no saben que soy un
demonio, me respetan como un padre. Me sirven como a su amo, pero no son
esclavas. Estudian y viven como cualquier otra mujer... Así que no quiero que
les causes problemas.
—Viejo guarro, vives con
un montón de chicas...
—Verás Mijaíl, me gusta
que mis sirvientes sean absolutamente leales. Estás chicas han sido rescatadas
de la calle por mí... Son absolutamente fieles.
— ¿No hay ningún chicho?
—Humn... los hubieron, pero ciertamente se revelan, no importa que
tanto los mime... Procura no levantar tu mano contra mí. Eso me hace enojar.
—En-entendido—. So-solo
levantó un poco las cejas y casi me hago encima…
Belial se acomodó el
Cabello.
—La habitación de antes es
tuya, si necesitas más ropa solo pídesela a Chiharu... por cierto, Arnett y
Chiharu son tus guardianas, como ya lo dije. Te enseñaran todo para que no me
dejes en vergüenza a mí ni a tus hermanas antes de que entres a la escuela...
— ¿Qué coño dices?— le
dije. Qué se cree que es ese sucio cuervo.
—Obedécelas en todo. Tú
llevarás mi apellido en la escuela como todas las damas de aquí.
Se fue caminando. ¿Qué
mierda haré? apenas se algo de matemáticas...
—Si escucho una queja de
Arnett o Chiharu, no seré tan amable…
—Belial, espera…
— ¿Humm?— me miró por
encima del hombro.
— ¿A ellas también las
heriste como a mí?— pero volteó y siguió
caminando.
Mijaíl.
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