Saludos nuevamente, aquí SoltanD, les traigo este capítulo, un tanto emotivo (la imagen lo dice todo) y agradezco de antemano a quienes les gusta y siguen esta historia.
Ilustraciones por nikkyfreaky (Para mas de sus trabajos http://nikkyfreaky.deviantart.com/)
Más capítulos se irán publicando a medida que obtenga las ilustraciones, pero para quienes quieran avanzar antes de ello, aquí está mi blog personal con el avance de la historia: http://novelaakeel.blogspot.cl/
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3. Camino sin retorno
Parte 1
Después de pasar un buen tiempo reflexionando sobre la realidad de
este mundo, decidí que era tiempo de salir de esta casa para explorarlo un poco
más. Como aún soy un niño de poco más de 5 años, es un poco difícil salir a la
calle sin permiso, así que comencé a explorar en profundidad los terrenos de la
casa, más allá de mi delimitado espacio de confort.
Hasta el momento no lo sabía, pero mi casa en realidad posee
bastantes tierras. Primero me dirigí, en compañía de Mirina, una tarde cuando
Ilen estaba ocupada, hacia los terrenos inmediatos frente a la parte trasera de
la casa. Me encontré con un terreno delimitado de quizás 1 hectárea (“Según mi
percepción de las distancias”), un poco más extenso hacia el interior que a lo
ancho. Ocupando casi la mitad del terreno hay una gran cantidad de árboles
frutales de diversos tipos, duraznos, damascos, ciruelos, limoneros y otros.
Como iba de la mano de Mirina (“por instrucción de Ilen”), le pregunté algunas
cosas;
— Estos árboles, ¿son nuestros?
— Si, son los árboles frutales de la casa… creo que queda poco
para la cosecha. — Me responde.
Lo dice mientras toma uno de los duraznos de la parte más baja del
árbol frente a nosotros y lo limpia con el delantal, para luego darle una gran
y lenta mordida, que de alguna manera me resulta bastante sugestiva, pues a
pesar de su corta edad, emana una madurez que opaca a la mayoría de las
adolescentes que conocí en mi mundo.
“Si tuviera la altura suficiente te besaría sin dudar, para probar
el dulzor de la fruta en tu boca… algo medio poético, lo sé”
Me sacudo los pensamientos de la cabeza y al siguiente momento,
ella me acerca el durazno mordido con una sonrisa en su rostro;
— Aki, estos son mis
favoritos, pruébalo… creo que está bien dulce.
Con mi corazón palpitando de improvisto, tomo el durazno de entre
sus manos y, sin dudarlo, lo muerdo en el mismo lugar de la mordida de ella.
Disfruto un momento la sensación del beso indirecto, mientras observo su mirada
impaciente por mi aprobación.
Le entrego nuevamente el durazno a ella, quien termina por
comérselo para luego tirar el cuesco al suelo, entonces mientras observo sus
aún húmedos labios, no puedo evitar sentir deseos de acercarme. Reúno un poco
de coraje y le digo;
— Mirin… te puedo dar
un beso.
Nuestras miradas se encuentran. De sus ojos emerge una fugaz
sorpresa, luego, con una sonrisa deslumbrante, me abraza mientras agacha su
cabeza para frotar su mejilla contra la mía.
— Aki, que adorable
eres… te quiero tanto. — Me dice con una voz muy adorable.
Mi corazón salta de alegría, pero no puedo evitar sentir que me
trata como un niño (“Bueno en realidad ella también es una niña”), así que
mientras frota su mejilla contra la mía, acerco mi boca un poco y lamo
delicadamente su oreja;
— ¡¡¡iiiiaaaaa!!!...
q-q-q-que fue eso Aki. — Dice sorprendida, mientras se aleja tomando su oreja y
mirándome con asombro.
— Yo no estoy
bromeando Mirina, realmente quiero besarte.
— Ummmm… Aki, ¿porque
dices esas palabras?… aun eres un niño y dices esas cosas. — Me habla, mientras
baja su cabeza apenada y sostiene su falda con sus manos.
Entonces recapacito de mi actuación vergonzosa y recuerdo que en
realidad soy un niño (“aparentemente”) y este cuerpo subdesarrollado está muy
lejos de tener deseos, simplemente está la necesidad psicológica de quererla.
— Discúlpame Mirin,
es solo que a veces me confundo conmigo mismo. — Trato de disculparme apenado.
Intentando resarcirme, arranco un durazno de una rama baja, lo
limpio con mi camisa y lo pongo en una de sus manos, al tiempo que observo su
mirada cabizbaja y murmullo;
— No te enojes
conmigo.
Ella me mira de reojo mientras acerca el durazno a su boca, luego
de una mordida, agacha más su ahora sonrojado rostro y exclama casi susurrando;
— Yo nunca me voy a
enfadar contigo… tampoco te voy a negar lo que me pidas, pero… no me pidas esas
cosas ahora… cuando crezcas, y si aún lo deseas, no me voy a negar.
“Dios mío, mi corazón se acaba de derretir”
Tomo su mano nuevamente y continuamos recorriendo el terreno,
sintiendo en mi corazón que algo bueno acaba de pasar.
Una vez recorrido el campo de árboles frutales, y probado la
mayoría de sus delicias, continuamos explorando más allá del cercado. A la
derecha de la casa, se encuentra un sector delimitado de igual tamaño que el de
la casa principal, resulta ser parte de la propiedad pero dedicada a la crianza
de animales.
Paseamos por el lugar, mientras observo cuidadosamente los
alrededores. A grandes rasgos, el lugar es un enorme criadero de gallinas, con
cinco largos galpones de casi 15 metros, que albergarán unas 100 gallinas
cada uno.
“Tal parece que tenemos una especie de productora de huevos”
Mirina me señala los galpones y comenta;
— Todos los días en
la mañana vengo a ayudar a recolectar huevos, son muchísimos y a veces me
atacan esos gallos desgraciados.
— ¿Qué hacen con
todos los huevos?, ¿los venden?
— Así es, según me
dijo Ilen cada 2 días los llevan al pueblo y los venden en el mercado.
— Asi que así se
mantiene nuestra familia, ¿pero quién se encarga de cuidar las gallinas?
— Bueno, esos serían
el señor Albert y su esposa… ven, te los voy a presentar.
Mientras nos dirigíamos a la casa de Albert, ubicada en el centro
del terreno, pude reconocer algunos cultivos de hortalizas, ocupando gran parte
de la tierra que no se dedicó a la crianza de gallinas.
“Pareciera que aquí la gente es bastante autosustentable”
Albert resultó ser una persona agradable, no escatimó en elogios
hacia mí (“Claramente por ser hijo del dueño”) y su esposa, de nombre Clia, me
dio algunos bocadillos salados. No pude preguntarle mucho, pues claramente me
consideran un simple niño, así que fue una presentación breve, casi como una
visita política. Lo único que pude entender, es que ambos se encargan del
trabajo agrícola de la casa, a cambio de un lugar donde vivir y una parte de la
producción (“Bastante conveniente”).
Luego de observar un poco más los alrededores, terminé de
comprender las dimensiones de mi casa, así también, comprendí de donde viene el
sustento para esta familia, quedando clara la naturaleza noble de mis padres.
“Doy gracias que no reencarné en una familia pobre”
Luego de volver a la casa con Mirina, aún tomados de las manos,
declaré en un tono seguro;
— Mirina, a partir de
mañana me voy a levantar todos los días temprano para correr y hacer ejercicios.
Ella me mira con una leve sorpresa, pero luego de pensar por un
segundo, pone su otra mano en mi cabeza y dice con una sonrisa;
— Está bien, yo te
acompañaré y me aseguraré de que no te quedes dormido.
— Gracias… también
quiero ayudarte con la recolección de huevos antes de comenzar a correr.
— Pero Aki, no puedo
dejar que trabajes en algo así… Ilen se va a enojar conmigo. — Exclama temerosa.
— No te preocupes, yo
hablaré con ella y Elín. Quiero ayudarte un poco después de todo lo que haces
por mí.
Ella aprieta un poco la mano que sostiene la mía, intenta decir
una réplica, pero al no ocurrírsele nada, baja su rostro sonrojado y murmura;
— Gracias…
Luego de hablar con Elín, termino logrando que me dé el permiso, a
pesar del recelo de Ilen, quien constantemente miraba a Mirina con reproche.
Esta última, por su parte, se mantuvo con su cabeza agachada toda la
conversación y no dijo absolutamente nada. La conforté un poco después,
regalándole un durazno que había guardado conmigo, lo que increíblemente la
animó bastante (“Creo que descubrí que su punto débil son las cosas dulces”) y
la situación terminó apaciblemente.
A partir de entonces, comencé mi rutina de ejercicios mañaneros
junto con Mirina, corriendo alrededor de los terrenos de la casa, haciendo
sentadillas, flexiones de brazos y abdominales. La mayoría de los ejercicios
resultaron muy extraños para Mirina, pero después de unos traumáticos primeros
días (“Después de la primera sesión, apenas se pudo levantar al día siguiente”)
nos acostumbramos y lo transformamos en rutina.
La razón de mi iniciativa deportiva es simple, en este mundo
claramente el fuerte es el que prevalece (“No voy a cometer el error de no
entrenar mi físico”), así que mientras más pronto comience, mejores van a ser
los resultados cuando requiera dicha fuerza, en especial la capacidad de
correr. Mirina también debería encontrar beneficios con esto.
Aproximadamente 1 mes después de iniciada mi rutina de ejercicios,
mi familia fue sacudida por una importante noticia. Durante la vista habitual
de Clark, y para júbilo de todos, Elín declaró que estaba embarazada.
Está de más decir que Clark saltaba de alegría, abrazó inmediatamente
a Elín, y después de un caluroso beso, le dijo;
— ¡Felicidades!
Ella Mostró una mirada también emocionada, soltó un par de
lágrimas y respondió;
— ¡Felicidades a ti
también!… Nuestra familia crece, así como siempre quisiste.
Ambos se quedaron absortos en sus miradas, por mi parte, no sentí
nada de sorpresa (“Era inevitable algo como esto”), lo que sentí fue un poco de
indiferencia y alivio.
“Mientras se concentren en el nuevo hijo, la posibilidad de ir a
mis anchas con libertad aumentan… Debería comenzar a pensar en qué hacer para
triunfar en este mundo”
Parte 2
Hoy es un día muy importante. Después de un tiempo
familiarizándome con la totalidad de la casa, decidí que era hora de salir
afuera y conocer más de cerca la cultura de este mundo. Logré convencer a Elín
de dejarme conocer el pueblo junto a Ilen, durante su visita semanal al
mercado, cosa que obviamente a esta última no le entusiasmaba demasiado.
Partimos al amanecer, Ilen, Mirina y yo, montados en la carreta de
nuestra familia, la cual es tirada por un caballo. Resultó ser un viaje
bastante corto, de unos 15 minutos hasta llegar al centro del pueblo,
aparentemente, nuestra casa está ubicada al suroeste de este. El panorama es
propio de un sector campestre, un delgado camino de tierra, cuya única
diferencia con los alrededores es la usencia de vegetación verde, y que
serpentea mientras atraviesa los innumerables campos de cultivos y casas de
madera.
La gente se ve activa y trabajadora, a lo largo del camino más de
un campesino me dirigió una sonrisa. No se ve una gran prosperidad, pero la
gente parece feliz. Se pueden apreciar cultivos de trigo, uvas, limones y otros
más (“aparentemente es una región agrícola”), siendo lo predominante el trigo.
El clima en esta área es muy favorable para la agricultura, las
lluvias son abundantes y los arroyos nunca se secan. Para encontrar agua no hay
que cavar más allá de 6 mts de profundidad. En otras palabras, un “Paraíso”
para los granjeros.
En el camino me la pasé preguntando de todo a Ilen, quien mostraba
un rostro muy poco complacido, pero aun así me respondió todo, aclarándome
algunas interrogantes respecto a nuestros vecinos y los trabajos que la gente
realizaba en los campos, a medida que pasábamos frente a ellos.
Cuando llegamos al mercado del pueblo, ubicado en el centro de
este, me vislumbré con la visión de un colorido sector comercial, lleno de todo
tipo de productos, cosechados por la gente de la localidad, gran cantidad de
personas paseando por las diferentes calles y puestos comerciales (“Es muy
parecido a algunos mercados de mi mundo”). El bullicio de los comerciantes
promoviendo sus productos y las personas discutiendo precios, se entremezcla
con la música de algunos trovadores y relinches de caballos, causando una
sensación abrumadora al oído.
Primero nos detuvimos en un puesto, casi al comienzo del mercado,
dedicado a la venta de huevos, donde descargamos la producción de los últimos 2
días. Usualmente es Albert quien trae los huevos, pero una vez a la semana se
encarga Ilen, aprovechando el viaje para comprar los productos para la semana.
La transacción culminó satisfactoriamente y el comerciante le entrego a Ilen
unas cuantas monedas de color plateado.
Luego de dejar la carreta aparcada en un sitio designado, unos
metros fuera del mercado, ingresamos a la calle principal con Ilen tomados de
la mano (“regla estricta de Ilen”). Sintiendo un poco de cercanía, le pregunté
acerca del valor de las monedas que acababa de recibir;
— Ilen, ¿cuánto
recibiste por los huevos que vendimos?
— Bueno… Recibí poco
más de 3 monedas de plata. — Me responde casualmente.
— ¿Y a cuanto
equivale una moneda de plata?
Ilen me mira con un poco de duda, pero luego de meditarlo unos
segundos me comienza a explicar en qué consiste la actual moneda y sus
correspondientes valores;
Entonces comprendo la naturaleza y las clases de monedas que se
usan en este mundo.
“Ahora lo más importante es saber el valor de la moneda, por lo
que debo prestar atención al valor de las cosas en este mercado”
— ¿Entonces cada
huevo que vendimos vale media moneda de cobre? — Le vuelvo a preguntar, con mi
usual tono de inocente.
— De hecho la gente
lo compra usualmente a 1 moneda de cobre, pero como nosotros nos encargamos
solo de proveer a los comerciantes, lo vendemos más barato.
— Mmmmm… ya veo,
entonces la ganancia por ambos lados es de 3 monedas de plata.
— En realidad es un
poco menos, porque hay que pagar los correspondientes impuestos del reino.
“Asi que aquí también se pagan impuestos, al parecer sobre la
ganancia”
— ¿Y el impuesto es
fijo o un porcentaje de las ganancias?
Ilen me mira con los ojos entrecerrados luego de mi afirmación y
posteriormente exclama;
— Eres solo un niño y
ya sabes cosas tan complejas, ¿eres un genio o algo?
“ups, creo que hable demasiado”
— Ahh hee… es solo
que siempre observo a mis mayores, quizás aprendo rápido.
— Aprender rápido
heee, ¿y eso incluye leer también? — Me replica con mirada aguda.
— ¿Leer? — Digo,
haciéndome el tonto.
— No creas que soy
tonta, te he visto leer a escondidas, pero lo que me extraña es que no sé la
razón por qué lo escondes.
“Creo que me descubrió”
Seguimos caminamos por el mercado. Una Ilen suspirando, mientras
encoge sus hombros, me guía de la mano y continúa;
— Hasta ahora siempre
he tenido mis dudas Akeel, yo sé que escondes algo, tu madre siempre dice que
eres un genio y que te deje ser, pero mi instinto me obliga a querer entender
lo que está pasando de verdad, ¿Qué es lo que estás pensando?
Esa última afirmación viene directo a mí, junto con una mirada
seria, buscando la verdad. Mirina por su parte se encuentra mirando absorta los
diferentes puestos y ni siquiera nos presta atención.
“Tal vez deba decirle algo a Ilen, algo que explique las cosas
pero que no lo cuente todo, mmmmm veamos”
— Ilen, quizás es
como tú piensas, en realidad soy un poco diferente, mi mente ha crecido a una
velocidad acelerada, tanto que en algún momento que di cuenta que no era
normal. Llámalo intuición, pero de inmediato supe que me mirarían extraño si
comenzara sorpresivamente a hablar o aprender rápidamente a leer. Quizás fue
solo un delirio mío, pero es parte de mi naturaleza el no querer llamar la
atención, por eso he querido aparentar ser lo más normal posible, pues no
quiero verme en la situación en que las expectativas sobre mí sean más altas de
lo que puedo lograr o mis semejantes sientan celos de mí.
Ilen, sorprendida ante mi sorpresiva forma de hablar, escucha cada
palabra con unos ojos bien abiertos sobre mí, apretando ligeramente su mano,
que aún sostiene la mia, y al terminar, fija su mirada hacia adelante, para
luego de una pausa comentar;
— Tiene sentido… pero
no deja de ser anormal, ¿desde hace cuando que sabes hablar?
— Creo que aprendí
cerca de mi primer año.
— Cogh
Cogh ¿un año?, ¿osea que te hiciste el tonto desde esa edad?
— Me pregunta con un poco de enojo en su voz.
— Mmmm más o
menos.
Entonces como una situación incómoda, el silencio reina mientras
seguimos caminando por el mercado. La mano de Ilen sigue sujeta a la mía y
Mirina de pronto nota la atmosfera un tanto tensa, por lo cual comienza a
prestarnos más atención.
Comprendiendo que la situación se dirige a un mal camino, decido
que es hora de acercarme más a Ilen y tratar de obtener su cooperación para mis
actividades futuras. Reúno un poco de determinación, me enmascaro en la imagen
de un tierno niño malentendido y le digo;
— Ilen, desde hace
bastante tiempo he sentido miedo… miedo de los demás y de mí mismo, como
alguien que se encuentra fuera de lugar, alguien incapaz de comprender y ser
comprendido.
“Si, cuando quiero hablar profundamente, lo hago”
Mientras digo mis palabras, Ilen súbitamente se detiene y me mira
directamente mientras presiona un poco mi mano, de sus ojos comienza a emanar
calidez y decido continuar con mi monólogo;
— Nunca ha sido mi
intención causarte problemas, es más, he tratado de molestarte lo menos
posible, pero… no puedo dejar de verte como una persona sabia y seria en la que
puedo confiar. Hasta ahora mi única amiga y cercana ha sido Mirina, pero mi
modelo a seguir eres tú.
De pronto el rostro de Ilen se ruboriza y sus ojos comienzan a
ponerse cristalinos, su mano no deja de sostener con fuerza la mia (“¿Me estaré
excediendo?”). Viendo que la situación se comienza a suavizar, sujeto con ambas
manos la de ella y continúo;
— Sé que no he sido
completamente honesto contigo, pero ahora que sabes que soy un poco diferente,
tengo que pedirte perdón por las molestias que te he causado y rogar porque me
ayudes. Lo único que quiero de ti, es tu sabiduría y conocimientos, quizás
también, que no le cuentes a mis padres sobre lo extraño que soy.
Añadiendo peso a mi solicitud, Mirina pone un claro rostro de pena
hacia Ilen, como diciendo que no se enoje conmigo (“Creo que no sabe de lo que
hablamos, pero intuye una discusión”).
Atacada por ambos lados, Ilen toma un pañuelo con su mano libre y
lo frota por sus ojos, respira profundamente hasta encontrar compostura y me
mira con sus usuales ojos serios, aunque con un toque extrañamente diferente, y
me dice;
— Nunca pensé que me
dirías algo así, no soy alguien que está en la posición de quejarme de nada,
incluso la verdad es que no puedo quejarme de ti, simplemente tenía mis dudas y
quizás mis emociones nublaron mi juicio…
— Ilen, ¿piensas que
eres menos que yo por ser una sirvienta? — Repliqué al notar la duda en sus
ojos.
— Akeel por favor, no
me hagas pensar esas cosas, el mundo tiene reglas y…
— ¡A la mierda el
mundo! — La interrumpo.
Mis últimas palabras sorprendieron tanto a Ilen, Mirina y algunos
transeúntes, pero no me importó y continué;
— Dejemos las cosas
claras de un principio. Ilen, desde que tengo memoria tú has estado ahí, te
considero como mi segunda madre (“Aunque tercera sería correcto si fuera el
caso”) y nunca te voy a tratar como una sirvienta, tú eres mi familia, así como
Mirina, y ni se te ocurra pensar que te voy a tratar como algo diferente de eso.
Lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Mirina entre algunos
sollozos, Ilen puso sus manos sobre los suyos tratando de contenerse, pero era
evidente que estaba a punto de quebrarse.
“La situación está en un punto poco esperado, incluso para mí,
pero aun así debo dar el golpe de gracia”
— Ilen, lo que más
quiero de ti es tu amistad y tu confianza.
Mi mirada seria y los sollozos de Mirina, terminaron por sacar
lágrimas de los ojos de Ilen, quien bajó la mirada y puso su mano derecha
suavemente en mi cabeza, para luego decir;
— Por favor para,
está bien lo entiendo. No puedo prometer ser tu mejor amiga, pero voy a hacer
lo posible por intentarlo y ayudarte a crecer apropiadamente. Además, si es tu
intención mantener en secreto tu genio, no le diré a tus padres.
“¿Genio?, estoy muy lejos de ser un genio, pero bueno, si miras a
un niño hablando como hablo, es difícil interpretarlo de otra manera”
Luego de esta incómoda situación, y una vez las miradas sobre
nosotros desaparecieron, nos relajamos en un puesto de bebidas frutales, donde
ayudé a Mirina a limpiar las marcas de lágrimas de sus ojos. Ilen se refrescó y
recobró su usual compostura, por lo que continuamos con las compras que
teníamos que hacer.
Puse gran atención a los diferentes precios del mercado. El bien
más comerciado es el pan y la harina de trigo, hasta donde sé, representa la
parte más importante de la dieta de la gente, seguida por el arroz, granos,
frutas, verduras y carnes en menor medida. Los precios varían en función de la
disponibilidad y la estación del año, el pan se puede encontrar, en promedio, a
5 monedas de cobre el kilo, las frutas y verduras de estación, oscilan entre 3
monedas de cobre el kilo y el resto varía en igual proporción a como se veía
usualmente en mi viejo mundo. El tema de las carnes es una cosa diferente, se
ve en pocas cantidades y más en la forma de carnes secas y saladas, así como el
pescado que traen de la costa. Las porciones más pequeñas no se obtienen por menos
de una moneda de bronce. Los animales se venden vivos y sus precios son
elevados, una gallina parte de las 2 monedas de bronce y las vacas pueden
llegar a costar hasta 6 monedas de oro, en función de su peso, por lo que es
claro que sólo los nobles pueden costear la compra de los animales más grandes.
Otros ítems importantes son las especias, la sal es los más
comercializado y lo más barato de acceder, según Ilen, a quien pregunté de
donde la obtienen, la sacan de un salar ubicado al oeste del reino, casi en la
frontera, y de depósitos costeros, su valor usual es de 2 monedas de cobre el
kilo. El tema de su procedencia me resulta bastante interesante, pues donde hay
salares es probable que haiga nitrato, una información que quizás resulte útil
a futuro.
Las demás variedades de especias, tales como el ají, canela,
pimienta, etc., se encuentran en pequeñas cantidades y sus valores no bajan de
una moneda de plata, solo una pequeña porción (“según yo no hace ni 100
gramos”), por lo que se hace un bien casi inaccesible para la gente común, ni
siquiera nosotros lo hacemos prioridad, salvo para algunas celebraciones.
Recorrimos la totalidad del mercado haciendo las compras de la
semana, donde pude apreciar en gran medida la variedad de los productos, pero
no puedo dejar de notar la ausencia de ciertos elementos, como los dulces,
pasteles, mermeladas y, en realidad, todo aquello que está hecho con azúcar. En
mi mundo, el azúcar está presente en casi toda la dieta, pero aquí no existe, a
lo mucho las cosas más dulces son las frutas y la miel, que suele usarse como
endulzante para bebidas, pero más allá lo predominante son los alimentos
salados.
Terminamos de hacer las compras y nos dirigimos de vuelta a la
carreta, en el camino comencé a notar la ausencia de artículos militares, como
espadas, escudos, cascos, etc., por lo que pregunté a Ilen;
— ¿No hay mercado de
armas en este pueblo?, no he visto ninguno.
— Bueno, este es el
mercado de alimentos, existe el mercado de artesanos, donde se encuentran todo
tipo de cosas para el hogar, pero en el caso de las armas son solo 2 las
tiendas que las venden en el pueblo y se encuentran en la calle central.
— ¿Entonces esas
tiendas dominan el mercado de armas?
— Se podría decir,
pero es principalmente por lo costosas que son y no hay mucha gente en el
pueblo capaz de pagar. La otra opción es recurrir a los herreros, pero su
calidad no es tan buena como las importaciones que realizan las tiendas, además
que son pocas las forjas capaces de trabajar el hierro.
— Mmmm interesante,
veo que el cobre y el bronce predominan.
— Asi es, son más
baratos y fáciles de trabajar, sólo los nobles pagan por equipos de hierro y
las forjas están concentradas en las ciudades.
— La ciudad más
cercana es Girelia, ¿has estado ahi?
— En realidad nací
allí, es una ciudad bastante prospera, pero la guerra siempre está fresca en la
mente de las personas debido a la cercanía con la frontera.
Al decir esas palabras, pude ver un poco de melancolía en sus
ojos, como si fuese un tema que le recordara tristeza.
“Creo que voy a tratar de no tocar mucho esos temas frente a Ilen,
de seguro algo le sucedió en la ciudad”.
Cargamos las compras en la carreta y pusimos rumbo de vuelta a
nuestro hogar (“fue un día bastante productivo”), con la información
obtenida comencé a imaginarme las posibilidades que existen para comerciar y la
manera que puedo aplicar mi conocimiento para ganar dinero.
“Hay tantas cosas que se pueden hacer, pero como un niño, creo que
tengo que tomármelo con calma, hasta crecer un poco más”.
Parte 3
Es una extraña tarde, de un día inusualmente lúgubre, las nubes
reinan en el cielo y un viento frío obligó a todos a refugiarnos en el interior
de la casa, al calor de la chimenea. Ha sido un año regular, lo único
destacable es la mejora de mi relación con Ilen, quien se ha vuelto mi
principal fuente de información y confidente de temas que es imposible que
Mirina comprenda. Desde esa conversación en el mercado, han sido tardes
completas en las que me ha iluminado de diferentes temas y hemos compartido
gratas charlas, como las que tuve alguna vez con amigos muy cercanos en mi
mundo.
Mientras compartíamos una taza de té endulzado con miel, al calor
de la chimenea, súbitamente de la habitación de Eline escuchamos un grito, más
que un grito, un gran lamento de dolor. Inmediatamente, Ilen salta de su
asiento y corre hacia la habitación casi tropezándose con las escaleras. Mirina
detrás le sigue el paso, dejando caer su taza accidentalmente, por mi parte me
quedo sentado, con un sentimiento extraño dentro de mí, algo difícil de
explicar, pero no muy bueno.
A los pocos minutos, Mirina sale de la habitación, con un rostro
pálido y ojos llenos preocupación, baja rápidamente las escaleras y mientras
comienza a ponerse su abrigo, me mira directo a los ojos y dice
entrecortadamente;
— Aki… Tu madre… no
está bien, tengo que ir por un doctor, vuelvo lo más pronto posible.
Luego de decirlo, abre la puerta principal y corre en dirección a
la casa de Albert. Me asomo por la puerta para observar y a los pocos minutos
veo partir la carreta, con Mirina y Albert encima, a todo galope en dirección
hacia el pueblo.
Han pasado cerca de 6 meses desde que Eline anunció su embarazo,
si consideramos los cerca de 2 meses que tarda, por lo general, una mujer en
cerciorarse de ello, el bebé debe tener a lo menos 8 meses de gestación.
“No hay casi dudas de que cualquiera sea el problema, debe tener
relación con su embarazo”
La mortalidad durante el embarazo es un peligro latente en este
mundo, incrementado por la carencia tanto de un sistema de salud pública, como
de conocimientos avanzados de medicina. Aunque seas noble, la
probabilidad de muerte siempre está presente.
La preocupación comenzó a invadirme a medida que pasan los minutos
y no tengo idea de lo que ocurre dentro de la habitación de Eline.
***
Punto de vista de Ilen
La situación no es nada buena, desde el momento de ingresar a la
habitación, me encontré con Eline retorciéndose de dolor en la cama, su rostro
pálido y frente sudorosa. Fui rápidamente donde ella para preguntarle que le
sucedía;
— Maestra, ¿qué le sucede?
— Ilen, mi
estómago ahhh ahhh, el dolor es demasiado, algo le sucede al bebe, tengo
miedo… tengo miedo de mirar ahí abajo…
Temiendo las palabras de Eline, descubrí las sábanas que la
cubrían y comencé a sudar frío, pues desde sus entrepiernas, una gran mancha de
sangre teñía la cama. Inmediatamente miré a Mirina, que estaba paralizada
contra la puerta de la habitación y le dije;
— ¡¡¡¡Mirina!!!!,
¡reacciona!
Al escuchar mi grito, saltó de su trance con los ojos bien
abiertos y asintió hacia mi mirada, sin esperar palabras le ordené
inmediatamente;
— Ve rápido donde
Albert, tomen la carreta y diríjanse al pueblo, en la calle principal está la
consulta del doctor Austin, tiene un gran letrero con una cruz colgando de su
techo. Dile que la Sra. Eline se encuentra grave y que venga de inmediato.
¡Tienes que apurarte!
— ¡De Inmediato!, por
favor maestra resista. — Dijo con una voz muy débil.
Después de dirigirle esas palabras a Eline, se fue rápidamente por
la puerta, con un rostro pálido y descompuesto, que daba a entender su falta de
experiencia en esta clase de situaciones.
“Espero que no asuste a Akeel con ese rostro”
A partir de ese momento, comenzó uno de los momentos más terribles
de mi vida, desde el momento que abandonó Mirina y hasta que llegase el doctor,
me dispuse a hacer lo posible para calmar los dolores de Eline y contener la
sangre que seguía fluyendo desde sus entrepiernas.
Con un paño húmedo, comienzo a secar el sudor de su frente, lo
único que sale de sus labios son murmullos de dolor, en un estado casi de
delirio. Mi mente comienza a ser afectada por lo irreal de la escena, pero
“debo ser fuerte” me digo a mi misma. Intento limpiar la sangre de sus
entrepiernas, pero sin éxito, pues sigue fluyendo lentamente hasta empapar el
paño, y después de intentarlo reiteradas veces, me rindo y coloco un gran paño
debajo de su trasero para absorber la sangre que sigue emanado, como un pequeño
y delgado hilo.
Sintiendo que mis acciones no tienen mucha efectividad, tomo entre
mis manos la temblorosa mano de Eline e intento mantenerla consiente hasta que
llegue el doctor. Inmediatamente noto que su rostro ya no muestra signos de
dolor, en un estado de serenidad a excepción de su respiración agitada, por lo
que le digo;
— Maestra, ¿está
usted bien?
Me mira con unos ojos cuyo brillo se ha perdido, y con palabras
temblorosas me responde;
— Creo que no Ilen,
ya no siento dolor, pero creo que eso no es bueno…
— Por favor resista,
el médico debe venir en camino.
— Ilen lo siento… —
Murmulla débilmente.
Su rostro pálido forma una expresión de angustia y lágrimas
comienzan a salir de sus ojos. Sin esperar mis palabras de consuelo, continua;
— He cometido un
error, un grave error, por favor discúlpame… voy a dejar sin madre a mi hijo…
Esa última frase caló hondo en mi corazón, un vacío se formó en mi
estómago y lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. De alguna manera contuve el
llanto y le dije;
— Eline, no digas
eso, tu eres una mujer fuerte, te conozco desde siempre, vas a salir adelante,
¡resiste!
Entonces, como si fuera la niña que conocí por primera vez,
comenzó a sollozar como si no hubiese esperanza, lo que me quebró
inmediatamente. Lloramos calladamente sin emitir lamentos, solo nuestras
lágrimas y respiración entrecortada daban cuenta de ello. Lo hicimos por un par
de minutos, hasta que logré reunir fuerzas para hablar nuevamente;
— Eline, ¿en verdad
te vas a ir? — Le pregunté, sintiendo el sabor de mis lágrimas en cada palabra.
Como reuniendo fuerzas de lo imposible, Eline levanta su mano y
toca mi mejilla. Es una mano que siempre fue cálida, pero ahora es fría. Me
mira con una mirada seria y a la vez como la de una amiga, para decirme;
— No dejes que Aki me
vea asi, no quiero que su último recuerdo de mí sea esto…— Sus lágrimas
comienzan a fluir nuevamente. — Es mi gran error, pero por favor, te
encargo a mi hijo… no dejes que me vea así… no dejes que me vea así… por
favor, perdóname Clark… Perdóname…
— ¡Eline! — Le grito,
perdiendo el control de mis emociones. — ¡no me dejes así!, Akeel es más maduro
que nadie que he conocido, yo te necesito más, eres mi amiga, mi maestra… ¡no
te vayas! ¡¡¡¡UUhHHHaaaa!!!!
No pude evitar romper en llanto y perder completamente la
compostura, puse mi rostro en su pecho tratando de buscar consuelo, Eline, aún
con un poco de fuerza, puso su mano en mi cabeza y con mucho esfuerzo murmuró
hacia mis oídos;
— Lo siento Ilen… No
puedo hacer eso, lo siento, Ughhhhhh…. Lo siento… pero debes ser fuerte, confío
en ti más que nadie en el mundo… no me hagas irme preocupada… no me dejes asi…
por favor…— Su voz se vuelve demasiado débil, desapareciendo poco a poco.
— Por favor… Clark… Aki… los amo… los… amo…
Sus ojos se cierran suavemente y lo único que queda es una suave
respiración. Trato de despertarla moviendo sus hombros y hablándole
desesperadamente, pero nada sucede, como si hubiera perdido el conocimiento.
Comienzo entonces a entrar en pánico y me desplomo en el piso junto a la cama.
Sorpresivamente, se abre la puerta de la habitación y entra Mirina
junto al doctor Austin, quien se sorprende al verme en el suelo envuelta en
lágrimas, sudor y sangre. Inmediatamente recobro la compostura, limpio mis
lágrimas con la manga de mi vestido y me levanto para recibir al doctor;
— Doctor Austin,
desearía recibirlo de mejor manera, pero la situación es mala, acaba de perder
el conocimiento y no para de sangrar, es poco, pero ha sido constante durante
ya casi una hora, por favor véala.
— Lo haré de
inmediato. — Me dice con mirada seria, pero a la vez impresionado por mi actual
estado.
El doctor inmediatamente comenzó a revisar a Eline, mientras
tanto, me dirigí a una aterrorizada Mirina que se congeló junto a la puerta,
debido al impacto visual de la escena, puse mi mano sobre su hombro y le dije
suavemente;
— No es necesario que
estés aquí, ve afuera y espera por si necesito de tu ayuda. Por favor mantén la
calma y no asustes a Akeel.
— Está Bien.
Con una afirmación seca se fue de la habitación, no sin antes
mirar hacia donde Elin estaba siendo revisada y dar una reverencia.
El doctor revisó cuidadosamente a Eline durante un par de minutos,
mientras yo observaba pacientemente junto a la puerta. Luego de tocar la frente
de esta y escuchar cuidadosamente su respiración, se dirigió hacia mí con una
mirada seria y de preocupación;
— Ilen, Eline está
grave, no es algo que yo ni nadie pueda tratar, tiene una herida interna que
sigue abierta y ha perdido demasiada sangre, es cuestión de minutos para que
colapse, ella no va a despertar.
El diagnóstico es contundente, al igual que el impacto sobre mi
devastado ánimo (“Por algún momento guardé esperanza, pero ahora no queda
nada”). Me disponía a suplicar al doctor, cuando me interrumpió con otra
afirmación;
— La situación de
ella es irreversible, pero el infante sigue vivo, no es momento para dudar,
debemos actuar ahora y salvarlo.
De pronto, las dudas desaparecieron de mi mente;
“No debo dudar, por el bien del legado de Eline, por Akeel y por
él bebe que está en su vientre”
— Hágalo doctor,
¿necesita ayuda?, puedo llamar a Mirina también.
— Es mejor que la
niña no esté presente, También me gustaría que tú tampoco estuvieses, pero
necesito una mano con esto, ¿sabes lo que vamos a hacer no?
Trago saliva y aprieto los puños, no soy ignorante en lo que hay
que hacer en estos casos, pero la idea de cortar el estómago de Eline comienza
a revolver él mío.
— Lo sé, por favor hagámoslo
rápido, Eline no durará mucho.
Dicho eso, procedimos rápidamente a remover él bebe del vientre de
Eline. Realizando cortes limpios y precisos, el doctor pasó a través del
estómago hasta llegar donde él bebe, lo comenzó a extraer sin dificultades,
desde una ya casi muerta madre. De inmediato cortó el cordón y golpeo
suavemente la espalda del infante, quien comenzó a llorar descontroladamente.
— Es una niña, por
favor sujétala.
El doctor pone la niña en mis brazos, un sentimiento abrumador recorre
mi cuerpo, miro al rostro de Eline y para sorpresa mía, una sonrisa está
dibujada en su rostro, serena y en paz, como la primera vez que nos conocimos.
— Ilen, ella está
muerta…
Luego de comprobar sus signos vitales, el doctor anuncia la sentencia,
mi corazón se contrae y un dolor indescriptible penetra mi alma. Me aferro al
cálido cuerpo de la niña, mientras mis lágrimas caen por mis mejillas,
recorriendo todo el camino hasta terminar cayendo en el frio suelo. La bebe,
por alguna razón se tranquiliza y rápidamente cierra sus ojos para dormirse.
“No sé qué hacer, ¿qué le digo a Akeel? ¿Cómo lidio con esto?
Señor Clark, ¿Dónde está?”
Dejo la bebe, envuelta en una sábana, en la cuna que estaba
dispuesta en la habitación, el doctor se dispone a cubrir el rostro de Eline,
cuando repentinamente se abre la puerta de la habitación y entra Akeel. La
imagen de un niño y su madre muerta, golpean mi mente y mis recuerdos de cuando
murió la mía. Pero increíblemente la escena es diferente, muy diferente, pues
con una mirada serena, el niño observa detenidamente el pálido rostro de Eline,
su rostro dice que claramente nota algo extraño y se dirige al doctor;
— Señor doctor, mi
madre, ¿mi madre está muerta?
El hombre, sin poder creer la expresión del niño, titubea por unos
instantes hasta asentir cortésmente con la cabeza, a lo que Akeel mira hacia el
suelo y toca su frente con la mano, piensa por unos momentos, levanta la mirada
y camina hacia Eline. Con una voz temblorosa trato de decirle algo;
— Akeel, hasta el
último momento tu madre pensó en ti, ella te amaba, ella de verdad te amaba.
Lentamente se acercó a ella, primero tomó su mano y la sujetó por
unos momentos, luego acarició gentilmente su rostro, siempre con una mirada
seria aunque un tanto melancólica. Finalmente extendió la sábana cubriendo su
rostro y comenzó a hablar, sin apartar la mirada de ella;
— Sé que me quería,
eso lo sé, se también que fue más alegre de lo que podía soportar, me trató
demasiado bien… Esto te hace pensar lo delicada que es la vida, podemos
vivir hasta más de 200 años, pero mírala, no tiene ni 30… Madre, sé que como
eres tú, te disculpaste hasta el final, lo único que me consuela es que te
fuiste con una sonrisa, te agradezco que hayas sido mi madre, te quiero…
descansa en paz.
Mis lágrimas no paran de salir, como un hombre más maduro que
nadie que haya visto, él la despide de la forma en que nadie lo haría. Respeto
y admiración es lo único que puedo sentir. En el marco de la puerta, una Mirina
desplomada no para de llorar y el doctor, con una cara estupefacta por la
escena, se queda simplemente parado en el centro de la habitación. De pronto,
Akeel dirige su mirada hacia mí;
— No voy a ser
irrespetuoso de tu dolor, pero ya no es momento de llorar, ¿ha nacido alguien
no es así?, el llanto me lo dijo.
Contengo mis lágrimas, reúno todo el coraje que puedo, ante este
niño casi irreal.
— Sí, es una niña,
nació tu hermana.
Se acerca a la cuna, que alguna vez fue suya, mira por un momento
a su hermana con una sonrisa en su rostro y dice;
— Es bastante
adorable, creo que tiene el rostro de Eline… Sabes, esta bebe no va a durar
mucho sin leche materna, así que te pido, por favor, limpia tus lágrimas, reúne
compostura y busca una madre que pueda darle pecho. El doctor aquí presente
debe tener información de algunas madres recientes.
Sus palabras me hacen reaccionar, de pronto comprendo la situación
(“Las lágrimas son para después”), recupero mi compostura, me dirijo hacia el
doctor, quien también reacciona ante la idea de Akeel;
— Doctor, por favor
ayúdeme a encontrar alguien.
— Si, lo sé, vamos de
inmediato, conozco a un par de mujeres que dieron a luz hace solo meses, no
debiera ser un problema si les explicamos la situación.
— Akeel, discúlpame
por dejarte aquí en esta situación, Mirina no parece servir de mucho…
— No te preocupes, yo
me encargo de consolarla, ve tranquila, luego veremos la situación del entierro
de mi madre, también hay que enviar un mensaje a Clark, esta situación lo va a
destrozar.
La imagen de Clark de pronto invade mi mente, él amor que tiene por
ella es demasiado (“No lo va a soportar”).
— Mañana me encargo
de ello, por favor esperen mientras voy con el doctor por la madre sustituta.
Esa noche, me la pasé recorriendo casas, hasta encontrar una mujer
dispuesta a darle de pecho a la niña recién nacida. Al volver, encontré una
Mirina dormida, con su cabeza en el regazo de Akeel, ahí mismo en el marco de
la puerta. Luego de darle pecho a la niña, Akeel formalmente contrató a la
mujer, a la que ofreció una moneda de plata a la semana, ella por supuesto
aceptó la generosa oferta y acordaron que vendría 2 veces al día, así también,
daría el dato de otras madres dispuestas a vender su leche.
Finalmente, el doctor se retiró, lamentando la muerte de Eline y
elogiando a Akeel, le pagué generosamente y acordamos que vería a la bebe en
unos días para asegurarse de su salud. Mirina pasó la noche junto con Akeel,
mientras yo descargué toda mi tristeza con mi almohada, que quedó casi empapada
con mis lágrimas. Mi gran temor, es lo que vendrá a partir de mañana y lo que
hará Clark cuando se entere de lo sucedido.
“Ho Eline, ya comienzo a extrañarte”
Parte 4
“Fue una noche de emociones”
Me despierto y junto a mí está Mirina, acurrucada mientras me
rodea entre sus brazos. Es un tanto incómodo, pero no puedo negarme. Se la pasó
toda la noche sollozando y bañándome en lágrimas, ahora su rostro está
completamente manchado y sus narices llenas de mucosidad. Me logro
liberar de su abrazo, cojo un paño, y con un poco de agua comienzo a limpiar su
rostro.
Poco a poco comienza a despertar, al sentir la frialdad del paño,
sin embargo, tranquilamente dejó que la limpiara, dejando ver unos tiernos ojos
que emanan un poco de melancolía. Al dejar su rostro limpio, tímidamente lo
esconde dentro de las sábanas y con voz temblorosa me dice;
— Aki, ¿e-e-estás
bien?... ¿estás triste?
— Es imposible no
estarlo, era mi madre después de todo.
Previendo que nuevamente comenzará a llorar, me siento a su lado y
coloco mi mano sobre su cabeza, aún cubierta por las sábanas.
— La vida es así,
nunca sabes lo que pasará ni cuando te vas a ir, la naturaleza no se puede
negar y no podemos oponernos. Lo único que podemos hacer es recordar las cosas
buenas y preocuparnos de los vivos.
— Pero, pero…
— Pero nada. — La
interrumpo. — Ahora hay un nuevo miembro de la familia, y tal cual como
lo hiciste conmigo, quiero que la cuides como si fuera tu hermana.
Lentamente comienza a deslizarse dentro de las sábanas, asomando
sus ojos y mirándome seriamente. Entonces, asintiendo levemente, decide
levantarse de la cama y comienza a arreglar su desordenado cabello.
La mañana resultó ser bastante problemática, primero recibimos al
jefe de asuntos domésticos del pueblo, avisado por el doctor Austin, quién
confirmó la muerte de Eline por tratarse de una noble, y junto al encargado del
cementerio local, sugirieron enterrarla de inmediato en este. No me demoré
mucho en pensarlo y como único familiar presente, pese a mi edad, me impuse por
la idea de sepultarla en la casa, a lo que nadie se negó.
En un principio deseábamos esperar la llegada de Clark para
realizar el entierro, pero ante las nulas noticias de este y la insistencia del
personero público, por miedo a que la descomposición pudiese atraer
enfermedades, decidimos enterrarla hoy mismo.
Al medio día se llevó a cabo la pequeña ceremonia, donde
sepultamos a Eline en un cajón de madera que trajo el sepulturero de antemano.
Se dijeron algunas palabras emotivas por parte de Eline y Albert, plegarias a
algunos dioses que no conozco y culminando cuando decidí plantar un pequeño
brote de durazno sobre la tumba.
Ya es casi el atardecer, cuando completamos cada uno de los
procesos burocráticos acerca de la defunción de Eline. El personero público me
entrega una carta dirigida a Clark y se dispone a retirarse, cuando de pronto,
un jinete aparece frente a la puerta de entrada.
El elegante jinete se baja de su caballo y se dirige a nosotros;
— Es esta la casa del
capitán Clark Daymind.
Ilen toma la iniciativa y se acerca al hombre.
— Así es, me podría
decir ¿quién es usted?
— Mensajero del
ejército real, necesito hablar con la esposa del Capitán.
— Me temo que la
esposa acaba de fallecer la pasada noche, acabamos de enterrarla. — Le responde
Ilen fríamente.
El hombre mostró un rostro de profunda sorpresa, comenzó a
rascarse la cabeza en clara confusión, tosió un poco y con los hombros caídos
continuo;
— Mi gran pésame,
pero me temo que les traigo más malas noticias, ¿Queda algún familiar presente?
— Sólo el hijo, aquí
a mi lado.
Su mirada se centra en mí, que estoy junto a ella, me esboza una
forzada sonrisa y se dirige nuevamente a Ilen;
— Me temo que debo
dar la noticia del fallecimiento de Clark Daymind, muerto en combate, en una
escaramuza en la frontera este, a manos de bandidos.
El impacto es inmediato, Ilen colapsa en el suelo tratando de
afirmarse en mí, el rostro de los demás se desdibuja y mi sorpresa
comienza a afectar mi juicio.
“Que mierda está pasando, ¿se están poniendo de acuerdo para
morirse? Y yo que me había comenzado a acostumbrar a esta vida”
El hombre aclara su garganta, tosiendo un poco para también llamar
nuestra atención y continúa;
— El cuerpo no pudo
ser recuperado, solo su espada, que entrego a sus familiares.
Deposita la espada sobre mis manos (“Bastante pesada debo
decirlo”), revisa en su bolso, que carga a sus espaldas, retira una pequeña
bolsa y la pone sobre una de mis manos que aún sostiene la espada y dice;
— Por decreto real,
se entrega a los familiares la suma de 2 monedas de oro en moneda local, como
indemnización por caer en combate bajo el estandarte del rey… Sé que esto
no vale la pérdida de una persona, pero los ayudará un poco, por favor
discúlpenme por traerles tan mala noticia en este momento de pesar, con su
permiso.
Mostrando un rostro bastante afligido (“Debe ser duro este
trabajo”), el hombre sube a su caballo y se retira galopando, dejando una
escena bastante depresiva.
Terminamos de despedir a los personeros público, no sin antes
recibir del jefe de asuntos públicos, una declaración firmada de dominio del
inmueble, como único heredero de Clark, por lo que la casa y los terrenos
delimitados pasan a mi propiedad y bajo tutela de Ilen (“Quien fue bastante
difícil de convencer de aceptar la responsabilidad”), además de todos los
bienes que le pertenecían.
“wow, creo que soy una especie de noble, bueno, por lo menos a
partir de que cumpla 12 años”
A partir de entonces, el ambiente se volvió sombrío, tanto Ilen
como Mirina, se concentraron en sus quehaceres usuales, limpiaron el cuarto de
Eline y se dedicaron a preparar la cena.
Luego de cenar y despedir a la madre substituta, nos sentamos al
fuego de la chimenea mudos, por lo que decido romper el hielo y hablar de algo
que tenía en mi mente desde ayer;
— Primero quiero que
entiendan que lo que pasó es cosa del destino, la vida continua y deseo que
mantengamos el estilo de vida que hemos tenido hasta ahora, si ustedes así
también lo quieren. Primero que nada, debemos dar un nombre a mi hermana, si
nadie se opone, me gustaría que fuera Eli.
Ilen, que se encuentra acunando a la niña en sus brazos, me mira
pensativamente, luego mira a la niña y asiente con una sonrisa.
— Me parece buen
nombre, suena como la hija de Eline.
— Sí, es buen nombre,
va a ser mi hermanita Elin. — Comenta Mirina, un tanto sombría, pero con una
sonrisa.
Una Mirina ahora entusiasmada, comienza a acariciar el cabello de
Eli, mientras la mira con unos ojos gentiles. Matando un poco el ambiente, Ilen
de pronto me mira, con un rostro súbitamente serio y me dice;
— Ahora que tu padre
ha muerto, eres el heredero de esta casa, Eline me pidió que cuidara de sus
hijos y eso pienso hacer, pero no sé si soy la persona adecuada para ello, no
sé si puedo igualar el rol de una madre.
Antes de que continuase deprimiéndose con sus pensamientos, me
acerco a ella y tomo su mano.
— Para mí, tú tienes
el potencial de ser la madre perfecta, porque una buena madre no es sólo
alguien que quiere a sus hijos, sino una que puede disciplinarlos y con una
mirada fría, buscar lo mejor para ellos.
Sus mejillas de pronto se sonrojan, mientras observa a Eli, luego,
con unos ojos que emanan angustia, me mira para decirme;
— Los padres de Eline
pueden ser un problema, cuando se enteren de que falleció su hija y más encima
su esposo, van a querer criar a sus nietos bajo su tutela, la más gustosa de la
idea seguramente será tu abuela.
“mmmm, me había olvidado que tenía más familia”
— Hipotéticamente
hablando, ¿qué pasaría si sucediese eso? — Le pregunto.
— Bueno, lo más
probable es que tendríamos que mudarnos a Girelia, tú serías educado con las
reglas estrictas de una casa noble y cuando llegases a una edad madura, serías
enviado a una escuela de caballeros para convertirte en oficial del ejército.
En el caso de Eli, ella sería adoctrinada como una dama noble, en espera de
madurar lo suficiente para casarse con otro noble adinerado y continuar el
linaje.
— Mmmm suena forzado,
¿pero y que pasaría con la casa?
— Lo más seguro es
que la venderían, o pondrían a un familiar de bajo rango a cargo.
— ¿Mi casa?, ¿qué les
daría el derecho de hacer eso?
— Creo que apelarían
al concejo ministerial de la ciudad, que tiene jurisdicción sobre los poblados
aledaños, con la razón de que eres muy pequeño para administrar los
bienes de tu difunto padre. Entonces harían el traspaso a ellos, por ser tus
familiares más cercanos.
— Suena creíble, que
desgraciados. ¿Y ustedes? ¿Qué pasaría con Mirina y tú?
— Lo más probable es
que me asignen el cuidado de ustedes dos, pero Mirina probablemente sea enviada
a otra área, a la servidumbre de otra casa, o incluso ni siquiera reconocida y
despedida. Tu abuela es especialmente estricta con las sirvientas,
disgustándole mucho más aquellas con personalidad alegre.
Entonces mi mente se nubló y comencé a ofuscarme, miré a una
cabizbaja Mirina, fruncí mi ceño y dije firmemente;
— A la mierda si
creen que voy a permitir eso, nadie toca mi familia, por ningún motivo voy a
permitir eso.
Ambas se sorprendieron y Eli estuvo a punto de despertarse,
entonces Ilen me preguntó en un tono bajo;
— ¿Pero cómo lo harás
para oponerte?
— Eso es algo que
debo pensar. — Le respondo decidido. — Pero te garantizo, que no voy a
caer sin luchar.
“Nunca antes he estado tan decidido como ahora, voy a usar todas
las armas a mi disposición para mantener mi familia unida, y de paso, proteger
la casa de mis padres. Y pensar que estoy a punto de cumplir 6 años, que gran
regalo es todo esto”.
Me sorprendió un poco lo frío que resulto ser el protagonista con la muerte de sus dos nuevos familiares, bueno con el padre es entendible porque apenas lo veía, pero con la madre me sorprendió lo fácil que lo tomo. Igual supongo que cinco años no es mucho si asumes que el tipo ya tuvo una vida antes, pero igual espere que al menos actuara un poco mas desconcertado, ya sabes algo anda muy jodido si un niño de cinco años empieza a hablarte sobre el destino y el flujo natural de las cosas.
ResponderEliminarAún así creo que lo bueno empieza ahora, haber como se hace el protagonista ahora que es un niño desamparado.
Tengo que admitir que quizás fue un tanto frío con su nueva madre, pero en una situación de esa naturaleza, consideré que el aparentar hubiera sido desubicado de su parte, simplemente fue honesto consigo mismo. También hay que recordar que el es una persona adulta y muy dañada emocionalmente, por lo que no debería extrañar su actitud totalmente atípica.
EliminarEstas en lo correcto, aunque aun le queda por crecer un poco más, este es el verdadero comienzo de su libertad y aventura por aquel nuevo mundo. espero te siga gustando lo que viene.