Lo prometido es deuda, aquí les dejo el primer capitulo
keitaro-sempai presenta:
Hell Kaiser VOL 1 – Conozcan al
Emperador
Capítulo 1 - Hell Caller
Dicen
que el día que nací, fue el fin del mundo, y uno nuevo comenzó, uno más oscuro,
más difícil. Yo nací en un lugar al que llamaban Hungría, pero ese nombre
cambió como muchos otros, naciones cayeron y otras se formaron, aquellos que
tenían los números, o los recursos, decidían los nombres, y las personas lo
aceptaban gustosas, a quien le importa si te llaman húngaro, francés o fulano,
si nos daban comida y un mejor nivel de vida, tirábamos el patriotismo a la
basura.
Cuando fui niño cambié de nacionalidad muchas
veces, hasta que se estableció el gobierno de Nueva Holanda, el cual aún
permanece, por lo que a mí me dirían Neo-holandés, si no tuvieran ya otro
nombre para mi, <<Hell Caller>>, el que llama al infierno.
No sé
cuando comenzó, ni quien fue el primero, solo sé que a mí me pasó por primera
vez cuando tenía seis años, primero era como una voz que me llamaba, pero no
era una voz, era algo así como un aullido, por alguna razón sentía que decía mi
nombre: Andrei.
A mis
ocho años lo vi por primera vez, parecía un lobo enorme, pero en lugar de
pelaje tenía escamas, y sus ojos eran penetrantes, como si pudiera ver mi alma,
sabía que debía tener miedo, los demás niños en el orfanato estaban aterrados,
tanto que no podían moverse, ni siquiera gritar, tal vez creían que los
atacaría si reaccionaban bruscamente. Yo
tampoco podía moverme, pero no sentía miedo, era distinto, estaba
contemplándolo, había pasado los últimos dos años imaginando como sería, y
cuando se acercó a mí, suficiente para posar mi mano en su cabeza y
acariciarlo, un nombre me vino a la mente, <<Berion>>, ese era el
nombre de mi Under.
Pasaron
tan solo dos noches antes de que unos hombres llegaran al orfanato a buscarme,
el gobierno no se toma a la ligera a los Hell Callers, vestían ropa oscura, con
algo que parecía armadura, ahora sé que eran chalecos antibalas. Estaban
armados y hacían preguntas, muchas preguntas. Me llevaron con ellos a un lugar
donde había otros como yo, éramos pocos, no estoy seguro de cuantos, pero creo
que si los hubiera visto a todos, habría podido contarlos con los dedos.
Por
aquel entonces, el mundo apenas empezaba a conocer de nuestra existencia. Nos
hicieron pruebas, más de una vez me obligaron a llamar a Berion, pero no lo
hice, no podía hacerlo, no solo porque era muy débil entonces, sino porque
probablemente le harían lo mismo a él. Un par más también se rehusaron, pero la
mayoría obedecieron, al principio no sabían cómo, pero luego aprendieron a
invocar a sus Under...
Under
Nadie
sabe cuándo, ni quién lo dijo primero, pero al parecer ese nombre se
popularizó, para la gente era fácil pensar en ellos como seres del inframundo,
en especial porque ya habían decidido llamar a las puertas <<Hell Gates>>, y a nosotros, que
podíamos invocar a las criaturas que provenían del otro lado de las puertas
<<Hell Callers>>.
Luego de
que pasara los primeros meses sin invocar una sola vez a Berion, decidieron
ignorarme e incluso me excluían de algunos de sus experimentos, pero aun así no
me dejaban ir, algunos de ellos dudaban de que fuera un Hell Caller, pero los
otros niños lo sabían, y yo también lo sabía, podía sentir en ellos a sus
Under. Recuerdo un niño que me daba miedo cada vez que le veía, le decían
Número uno, nunca supe su nombre, pero incluso los guardias se comportaban
cautelosos con él, así que decidí mantener mi distancia.
Ese
chico generaba un aura aun más escalofriante que el lugar en el que estábamos,
aunque nunca supe bien donde era, las paredes eran de roca y metal, cuando
pasábamos por las puertas podía ver el grosor que tenían, un niño pequeño como
yo hubiera podido caber dentro de esas paredes.
Las
paredes más gruesas de todas estaban en el área donde llevaban a Número uno, y
siempre lo vigilaban el doble de guardias que al resto de nosotros, nunca vi el
cuarto donde dormía, pero estoy seguro que debía estar en la parte más interna
de la instalación, para que estuviera lo más lejos de la salida posible. Como
si pudiésemos escapar, aunque llamáramos a nuestros Under, nosotros solo éramos
niños, un disparo y todo terminaría.
Durante
años estuve en esas instalaciones, hasta el día en que llego un nuevo niño, en
cuanto estuvimos en el espacio común, invocó a su Under repentinamente y
comenzó a atacar a todos, los guardias trataron de pararle, pero su Under era
diferente, era más fuerte, las balas no le hacían daño, ni a él.
Luego de
acabar con los guardias comenzó a atacarnos a nosotros, mató a dos antes de que
supiéramos que pasaba, otros tres le plantaron cara.
Entonces
escuché un sonido, como algo crujiendo, una puerta se abrió con un fuerte ruido
detrás de mi, al que llamaban Número uno, aprovechó el momento para escapar,
confundido, lo seguí, sin importar que, tenía que alejarme de ese extraño chico
que había comenzado una masacre, tenía miedo. Pero Número uno no.
Era
fuerte, igual que el otro chico, se deshizo de los refuerzos que iban a
detenernos y derribó las puertas que bloqueaban nuestro camino.
Cuando
finalmente salimos al exterior, recuerdo que estaba nevando, no lo sabía, pero
nos habían llevado a un lugar apartado por seguridad, entonces se dio vuelta,
me miró y dijo:
<<No
me sigas, si nos separamos tendremos más posibilidades, ahora que saben de
nuestra fuerza, no nos mantendrán cautivos, nos matarán en cuanto nos vean...
Suerte. >>
Entonces
se marchó y le perdí de vista en la nieve, pero antes de que pudiera procesar
lo que pasaba, escuché un estruendo tras de mí.
Era él.
El que
había enloquecido, estaba cubierto de sangre y en su rostro tenía una sonrisa
que aun hoy veo en mis pesadillas.
En ese
frio lugar nos reunían, para vigilarnos, para estudiarnos, y para encerrarnos,
nunca hablamos mucho entre nosotros, no sé si nos lo hubieran permitido, pero
éramos iguales, estando en la misma situación, había entre nosotros un cierto
espíritu de camaradería, y él los mató sin piedad, sentí muy dentro de mí, como
si sus víctimas hubieran sido mis amigos del orfanato, y me hizo hervir la
sangre.
Entonces
comencé a recordar los acontecimientos de ese día, Número uno lo había dicho
antes...
<<Nuestra
fuerza.>>
Casi lo
había olvidado mientras me marchitaba en ese asqueroso sitio, yo también era un
Hell Caller, aunque no lo practiqué como los demás, observé siempre con
atención cuando alguno invocaba a su Under, y por primera vez en años, Berion y
yo nos veíamos de nuevo, pero esta vez en circunstancias críticas.
Frente a
mí se encontraba la persona más aterradora que jamás hubiera visto, y eso
significaba que sin duda había matado a los otros tres que se le opusieron.
'¿Qué
tan fuerte era?'
Sin duda
era una clase de monstruo.
Salvo
por el hecho de poder invocar a los Under, los Hell Caller no éramos más que
humanos, simples niños. Pero ese chico era fuerte, las balas no podían con él,
su Under -una especie de tigre con cuernos- era el doble de grande que el de
cualquiera de los que estábamos en ese lugar y uno de sus zarpazos había
bastado para acabar con los tres guardias que lo habían escoltado.
¿En qué
rayos pensaba?
Pelear
con él era suicidio, yo lo sabía, pero la ira dentro de mí no se detenía y en
la mirada de Berion no veía duda, me llenó de determinación.
Aullamos
juntos, en ese instante mi propia voz se fundió con la de Berion, como si yo
también fuera una especie de lobo, estoy seguro que cualquiera que escuchara,
hubiera confundido mi aullido con el de Berion.
En ese
momento sentí algo que hacía tiempo me habían arrebatado, me sentí libre.
Por un
instante el sentimiento de libertad me embriagó, y de mi vista desaparecieron
el chico y su Under, podía ver claramente el edificio en donde había estado
años encerrado, desde fuera. Por primera vez desde que me sacaron del orfanato,
no veía paredes a unos metros de mí, podía ver a lo lejos.
Aun con
la nieve bloqueando mi vista.
Era
hermoso.
Escuchaba
sonidos, sentía el viento y la nieve en mi rostro y en todo mi cuerpo.
Estire
mis brazos y piernas lo más que pude, los sentimientos y sensaciones que había
estado reprimiendo se soltaron y se mezclaron con nuevas emociones.
Gratitud.
Hacia
Número uno, siempre me había causado pavor. Cuando lo veía, volteaba para que
nuestras miradas no se cruzaran, pero él abrió el camino a nuestra libertad y
se despidió deseándome suerte. Si algún día lo viera otra vez, le agradecería
desde el fondo de mi corazón.
Alegría.
Por ser
libre y ver a Berion una vez más sin temer que experimenten con él, por abrazar
estás asfixiantes sensaciones que me brindaba el mundo a mi alrededor, que
nunca más volvería a ser tras esas ruines paredes de roca y metal.
Tristeza.
Por los
años perdidos, porque los demás niños de la instalación jamás conocerían esta
libertad.
Odio.
Por el
culpable de que sus vidas terminaran estando enjaulados.
Y...
Fuerza.
Una
fuerza que no conocía, con cada latido de mi acelerado corazón, sentía
vívidamente cada una de mis extremidades y músculos. Mis sentidos, que ya no se
hallaban restringidos por paredes, se agudizaban con cada respiro que daba.
Lo que
no sentía, era miedo, el temor que momentos antes había sembrado en mí, se
desvaneció, abrumado por todas esas emociones, y ya no me impediría actuar...
♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦●♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦
En una
ciudad, que dos décadas atrás había sido una bulliciosa metrópolis, de la que
solo quedan descuidados edificios y calles cubiertas por la arena, dos figuras
caminan despreocupadas, buscando un sitio adecuado para descansar antes de
continuar su viaje.
Por
delante camina la figura más alta, un hombre de refinadas facciones e impecable
vestimenta, un traje de smoking negro, lo suficientemente suelto para dejar ver
una camisa roja debajo, y la cadena de un pendiente tras de esta. La complexión
del hombre tenía el balance perfecto entre robusto y esbelto, permitiéndole
emanar un aire de elegancia. Su cabello era corto y sedoso, de un color negro
oscuro con un toque rojizo, igual que sus ojos.
Lo
primero que pensarías al verlo, sería mayordomo, pero en una segunda mirada,
notarias algunas ornamentas doradas en los bordes de sus mangas y su pantalón,
y unas muñequeras de apariencia excesivamente fuerte. Si, lo segundo que
pensarías al verlo, sería guardia real.
"No
parece haber nadie en las inmediaciones, creo que esa estructura en la esquina
del camino es la más apropiada para hacer una pausa, Su Excelencia. Si pudiera
esperarme allí, con su permiso traeré lo necesario para un desayuno apropiado
para el emperador."
Dice con
voz fuerte pero sumisa, el elegante hombre, mientras se inclina ante el joven
que venía tras de él
Este
'Emperador', era un joven de 15 años, su rostro tenía el ímpetu de la juventud,
y dependiendo de la expresión que tuviera, podrías fácilmente confundirlo por
un pandillero salvaje o por un noble, ese era el tipo de rostro que tenía. Su
cabello te haría pensar primero en pandillero, situado justo sobre sus ojos,
una mecha de cabello rubio, cubierta por un rojo intenso, el resto de su cabeza
poseía un negro rojizo, similar al de su refinado acompañante.
Vestía
unos jeans algo rasgados y una camiseta negra, una desabrochada chaqueta de un
peculiar púrpura, lo más llamativo de su vestimenta, era una capa afelpada que
ondeaba con el viento del lugar. Si era un emperador, sería el de los maleantes
de una pandilla.
"Procede,
pero no me hagas esperar, este desolado lugar se ve aburrido."
Dijo
altaneramente el joven a su respetuoso acompañante, que al instante
desapareció, dejando solo una estela de viento donde antes se encontraba. Sin
sorprenderse de lo ocurrido, el joven camina hacia el edificio acordado
mientras observa los alrededores.
"Esta
ciudad no se ve muy dañada, debió ser de las primeras opciones para
reconstruir, me pregunto ¿por qué no la repoblaron?"
A pesar
de lo deteriorado de la ciudad debido al abandono, el estado de los edificios
es bueno, ninguno se ha derrumbado a pesar de estar los últimos 15 años sin
mantenimiento, lo que significa que las estructuras están intactas. Por el
camino vimos algunos edificios dañados, pero solo unos cuantos, debió ser de
las ultimas ciudades en ser atacada antes de que las puertas se cerraran, está
en mejor estado que varias de las ciudades pobladas que hemos visto
últimamente. Aun así no hay nadie aquí.
"Ah,
espero hallar uno pronto"
Hace
unos días alcancé los 15 años y decidimos que era hora de comenzar a buscarlos.
<<Hell
Callers>>
Un
curioso nombre el que decidieron ponerles, los humanos consideran a los Unders
como seres venidos del infierno. '¿Entonces lo que hay del otro lado de las
puertas es el infierno?'. Que divertido pensamiento. ¿Eso me convierte en el
emperador del infierno acaso? Ese título no suena muy bien, tendré que pensar
en algo para arreglarlo.
"Disculpe
que interrumpa su meditación, tengo listo todo lo necesario para el desayuno.
¿Desea el emperador comer ahora mismo?"
Dijo una
voz a espaldas del joven.
"Si,
está bien, hagámoslo para seguir buscando cuanto antes"
Con esto
dicho, la figura del respetuoso sirviente se hizo presente, así como una mesa
con platos repletos de comida, cubiertos y una silla. Todo de una calidad
excelente, la silla relucía como si estuviera hecha de oro y la mesa de
cristal, los cubiertos eran de plata pulida y la comida no podría ser descrita
más que como manjares, de pie junto a la mesa el hombre colocaba en posición la
silla, con un gesto pedía al joven que tomara asiento, mientras inclinaba su
cabeza.
"¿Qué
rumbo sugieres que tomemos?"
Dijo el
joven emperador mientras tomaba asiento, asegurándose de no sentarse sobre su
capa, la cual dejo ondear con el viento tras de sí.
"Detecté
la presencia de un individuo al Noroeste de aquí, estará llegando a la ciudad
en los próximos minutos, al parecer es un Hell Caller, creo que es un buen
candidato para empezar, si decide darle el honor de ser el primero."
El joven
miró unos instantes en dirección noroeste.
"Me
parece bien, confío en tu juicio, además no soy tan quisquilloso, estoy ansioso
por comenzar con esto de una vez."
Tras
decir esto, fijó su atención en la mesa y comenzó a comer.
♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦●♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦
Dejando
atrás un camino arenoso donde las únicas plantas son las figuras lejanas de
unos pocos árboles y pasto seco, un joven cubierto con una capucha para
protegerse de la arena mira con alivio la ciudad a la que llegaba. Aunque no
parecía poblada, le permitiría pasar unas noches sin estar a la intemperie, con
suerte hallaría algo que comer, no sería la primera vez que encuentra latas con
comida en una ciudad abandonada.
"Si
pudiera cazar algún animal sería lo mejor, casi no me queda comida. ¡Joder! Por
qué tenía que ser descubierto, me estaba llevando bien con la gente del
pueblo..."
Su mente
reproducía los acontecimientos ocurridos hacía 3 días. Una casa se había
derrumbado dejando atrapada dentro a una familia, para empeorar las cosas, el
derrumbe provoco un incendio. Algunos trataron de abrir un camino para sacar a
la familia, pero el único con la fuerza para lograrlo era él, y no dudó en
salvar a esas personas, pero al hacerlo su identidad como Hell Caller fue
revelada y tuvo que abandonar el poblado inmediatamente.
"Apenas
tuve tiempo de tomar lo esencial, tuve que robar algo de comida también, pero
les dejé como pago el resto de mis pertenencias... no es que fueran
muchas."
A pesar
del problema que le causó, no había rastro de arrepentimiento en su corazón, si
no hubiera hecho nada, entonces si se hubiera arrepentido para siempre.
"Esta
ciudad... está en muy buen estado, siendo así, el mercado puede que esté
intacto, debe haber comida, ropa, alguna casa debe tener una cama cómoda...
Creo que hoy dormiré muy bien."
"Bueno,
eso depende."
Dijo una
voz proveniente de la ciudad. Un hombre alto vestido de negro caminaba
tranquilamente desde esa dirección.
"¿Quién
eres?"
Una
pregunta lógica, el hombre vestía como si fuera un mayordomo, pero tenía unas
muñequeras propias de un guerrero, se veían tan fuertes como para detener
balas.
No solo
se ve extraño, sus palabras... Parece haber escuchado claramente lo que dije,
desde esa distancia, no es un simple hombre.
"Soy
el no tan humilde sirviente de su magnificencia, El Emperador."
Dijo sin
titubeo el hombre mientras se inclinaba para mostrar su respeto a la persona
que acababa de nombrar, lo que también puede verse como un saludo.
"¿Emperador?"
"Así
es, no puedo ser humilde cuando fui glorificado como su primer sirviente."
La
expresión del hombre no daba lugar a dudas sobre la seriedad de sus palabras.
"Creí
que esta ciudad estaba abandonada, si está gobernada por un emperador..."
"Oh,
sin duda esta ciudad fue abandonada, aunque se encuentra en buen estado, diría
que la razón es la distancia entre la ciudad y una fuente de agua. A pesar de
que las máquinas funcionan en la actualidad, muchas personas se sienten
inseguras y temen que dejen de funcionar otra vez, por lo que son precavidos
con cosas como esa."
"Vaya,
así que por eso... Momento, entonces si está abandonada."
"En
efecto."
"..."
"..."
"Si
está abandonada, ¿qué pasa con eso del Emperador y que tiene que ver
conmigo?"
Dijo
mientras observaba con desconfianza al hombre.
"Que
la ciudad esté abandonada o no, es irrelevante, aunque es beneficioso no tener
que silenciar testigos."
El
hombre cambia finalmente de postura, antes de decir las siguientes palabras:
"Estoy
aquí porque tú eres un Hell Caller, ¿no es verdad?"
Estás
palabras causaron en el joven unos escalofríos como no había sentido en años,
la expresión de este extraño hombre al decirlas, era la mirada de un depredador
que acababa de encontrar a su presa.
"El
Emperador se encuentra en la búsqueda de los Hell Callers, como su sirviente es
mi deber ir delante para presentarlo adecuadamente."
Con esto
dicho, el hombre se hace a un lado y se apoya en su rodilla.
"Su
excelencia imperial, he confirmado que este individuo es un Hell Caller."
"Bien
hecho."
Dice un
joven de extraña vestimenta cuya figura se encontraba oculta tras la de su
sirviente. Con expresión de máxima autoridad, el joven emperador extiende una
mano.
"¿Tu
nombre?"
"...Soy
Andrei, Andrei Arschiel."
"Regocíjate
Andrei, desde hoy serás mi sirviente."
¿Qué
rayos dice este tipo?
¿Es este
chico 'El Emperador' del que hablaba ese hombre? parece de mi edad, ¿Es acaso
un Hell Caller?, no puedo sentir su Under. Pero esta situación es muy rara.
"Ese
hombre dijo algo sobre buscar Hell Callers, ¿De qué se trata?".
"Pues
es simple, estoy reuniendo a mis súbditos."
"¿Y
se supone que yo sea uno de tus súbditos?"
"Como
se esperaba de mi nuevo sirviente, no eres nada tonto."
"¿¡Quién
te crees que eres!?"
Con una
sonrisa de oreja a oreja y una voz altanera, como si hubiera estado esperando
por esto, dice mientras pone una mirada de superioridad.
"El
Emperador, por supuesto."
"..."
Cálmate,
analiza la situación. Este tipo es irritante, pero el verdadero problema es ese
hombre, no es un humano ordinario, y lo que es más preocupante, no siento nada,
ni el menor rastro de un Under en ninguno de ellos, pero ese hombre ya demostró
tener sentidos demasiado agudos para una persona normal.
¿Será
una habilidad que desconozco?
Los Hell
Caller son diferentes entre sí, tanto como sus Under. ¿Es posible que haya
alguna clase de Under que no transmita su presencia? Un Under indetectable.
Si esto
es verdad, su Hell Caller no podría distinguirse de una persona común.
La
pregunta es, son ellos dos Hell Caller con Unders indetectables o...
El
sirviente que hasta ese momento se había mostrado tranquilo se movió a una
velocidad incomprensible para la vista humana y lanzó un devastador golpe donde
menos de un segundo antes se encontraba Andrei. El golpe fue limpio, su puño se
enterró en el suelo como si allí hubiera habido un agujero desde el inicio,
casi ni levantó polvo, no dejó más rastro de la violencia acontecida.
"Gusano.
¿¡Cómo te atreves a mostrar semejante actitud ante el emperador!?"
Su
rostro mostraba una expresión que sacaba lo peor de su fino rostro. Desprecio.
"..."
Ese
ataque... no lo vi venir, mis instintos me decían que mi vida corría peligro,
di un salto hacia atrás por miedo. Nunca vi un golpe como ese. ¿Qué me hubiera
pasado si me hubiese quedado quieto?
"Hace
un momento pude sentir la intención de atacar que mostraste al Emperador.
Déjame decirte que mientras yo esté aquí, una sabandija como tú, ni nadie en
este mísero mundo, le pondrá un dedo encima."
"Tranquilízate,
pudiste matarlo."
Dijo
serenamente el joven emperador.
"Sí,
disculpe mi brusco comportamiento, estoy arrepentido de mi actitud."
Es
fuerte, demasiado fuerte, lo mejor sería escapar, pero con esa velocidad, no
tengo posibilidades, mi mejor oportunidad es pelear. Su velocidad es muy
superior a la de un Hell Caller cualquiera, me pregunto...
"¡Tú!.
¿Eres siquiera un Hell Caller?".
"Pero,
¿Qué dice ahora este niño? Por supuesto que no soy un Hell Caller."
Lo
supuse. Por loco que parezca, eso solo significa... ¡Que es un Under!
Basado
en su comportamiento hasta ahora, ese chico al que se refiere como emperador es
su Hell Caller, esto empieza a tener sentido, es ridículo pensar que un Hell
Caller indetectable sea así de fuerte, tan ridículo como hallar dos Hell Caller
con la misma habilidad para pasar desapercibido, además, todos los Hell Caller
tienen mi misma edad. Si es un solo Hell Caller y su Under, entonces tengo
posibilidades.
"¡BERION!"
Con un
grito que se transformó en aullido, Andrei invoca a su Under. Su sombra se
retuerce bajo sus pies y de esta sale un gran Lobo escamado, al menos dos veces
más grande que el propio Andrei.
"Esta
será nuestra primera pelea en mucho tiempo, amigo mío."
"Siéndote
sincero, esta será mi primer pelea contra un Hell Caller, así que entiendo un
poco el sentimiento que sientes."
Dijo el
sirviente mientras fijaba su mirada en Andrei y Berion.
"Así
que planeas resistirte, me gusta. Dame un buen espectáculo."
"Será
una función que nunca olvidarás emperador de pacotilla."
"Somételo."
Con esto
dicho el sirviente se abalanza hacia Andrei decidido a cumplir la orden.
Predecible.
Andrei y
Berion ven venir el ataque y se separan.
Ese
ataque fue más lento que el anterior, pero sigue siendo muy veloz, si peleara
solo no duraría más de un minuto. Veamos como lucha contra dos.
Andrei y
Berion atacan a la vez al hombre que se encontraba entre ellos, pero este
permanece en su lugar y aprovechándose del largo de su brazo, toma de la cabeza
a Andrei con su mano izquierda. Sin poder reaccionar ante el veloz y simple
movimiento, Andrei solo podía sentir el vértigo de ser arrojado contra Berion.
Al momento del impacto, sintió el dolor de estrellar su espalda con las duras
escamas de Berion -escamas que con los años se volvieron tan fuertes como para
detener balas-. La inercia empuja a ambos hacia el edificio más cercano,
atravesando la pared y levantando una nube de polvo y arena.
"Cuando
peleas con los puños como armas, debes tener en cuenta el largo de tus brazos y
los de tu oponente, es básico, no lograrás ni ensuciar mi traje si no
comprendes ni siquiera eso."
Habiendo
realizado un movimiento tan simple y refinado, el sirviente no tenía ni una
mota de polvo. Aunque el movimiento fuera simple, solo fue posible gracias a
una gran fuerza y velocidad, esto era obvio para Andrei, en el estado actual,
una pelea no era posible.
"¡Aúlla
conmigo BERION!"
Tan
pronto como salieron por el hoyo en el edificio, Andrei y Berion comienzan a
aullar.
Dos
aullidos pronto fueron uno.
Los
espíritus de combate de Andrei y Berion se fundieron y ardieron con mayor
intensidad.
Moviéndose
a saltos rápidos, Andrei y Berion una vez más rodean al hombre, y repiten el
ataque anterior. Nuevamente Andrei es sujetado por la cabeza y arrojado hacia
Berion.
"No
aprendes."
Al
momento de impactar contra las escamas, Andrei contrae sus piernas para
acelerar el giro y ponerse en posición, en lugar de impactar, se apoya en
Berion para impulsarse. Berion también cambia su postura, su ataque se volvió
una embestida.
Aún
sujetado por la cabeza, Andrei logra impulsarse hacia el torso del hombre, que
es empujado por la fuerza combinada de Andrei y Berion y cae de espaldas, su
cuerpo dibuja una línea en el suelo antes de detenerse por la fricción.
"¿Ahora
tu traje esta algo más que sucio, no crees Sebastián?"
"¿Sebastián?"
"¿No
es así como debe llamarse un mayordomo?"
"Creo
que te subestime, has superado mis expectativas y te lo agradezco". Dice
mientras se pone de pie.
"Je."
Como
pensé, su fuerza y velocidad son grandes, pero no tanto como en su primer
ataque, debe haberse puesto al extremo para realizarlo, aun así, ahora que
Berion y yo estamos también al límite de nuestra capacidad, apenas pudimos
ponernos a su altura. Necesito pensar en una estrategia, no podré soportar
mucho tiempo el estrés de este poder, debo ganar rápido.
♦♦♦♦♦♦♦♦♦●♦♦♦♦♦♦♦♦♦
Incluso
su forma de levantarse es majestuosa, Gran Emperador.
"He
terminado, partamos hacia el Noroeste de inmediato."
"Como
ordene El Emperador."
Mientras
El Emperador comienza a caminar tranquilamente, debo limpiar y dejar los
muebles y utensilios a buen recaudo para la próxima vez. Creo que los dejaré en
el edificio pequeño que vi al Sudeste, solo para estar seguro. Me tomará un par
de segundos, no debo hacer esperar al Emperador.
"Eso
me recuerda, ¿Dijiste que era probablemente un Hell Caller cierto?"
"Así
es, no me acerqué lo suficiente para comprobarlo, pero se veía más fuerte que
el resto de los humanos."
"¿Qué
tanto?"
"La
diferencia es minúscula excelencia, apenas pude percibirlo. Me disculpo por mi
falta de habilidad, pero no domino una unidad de medida de fuerza tan pequeña
como para diferenciar entre humanos y Hell Callers, más que como '1' -Humano
simple- y '2' -Hell Caller-."
"Ya
veo, no te disculpes. Cuando lo vea, sabré si vale la pena tenerlo como
sirviente."
"Gracias
por su amabilidad excelencia. Sin duda será el mejor día de su vida si decide
hacerlo su sirviente."
Tras
caminar hasta la entrada de la ciudad, al fin nos encontramos con este
potencial sirviente para El Emperador. Sin duda es un Hell Caller, siento la
presencia de su Under.
...
Por poco
lo mato sin querer, no pude controlarme al sentir que el Emperador sería
atacado, debo tener cuidado, El Emperador ya declaró que lo hará su sirviente y
me ordenó someterlo. Parece interesado en él.
Además
dijo que quería un espectáculo. Si la pelea termina muy rápido, se
decepcionará, por ahora me arrojaré muy despacio hacia él, esquívame por favor.
...
Es más
resistente de lo que pensé, me asustaba pensar que se muriera de repente,
aunque lo atacara con mucho cuidado, creo que es del tipo 'Unison', se supone
que son más fuertes y resistentes que otros Hell Callers. Aun así fue buena
idea no hacer nada cuando me empujó, si ofrecía resistencia mientras sostenía
su cabeza, pude haberla reventado.
"Creo
que te subestimé, has superado mis expectativas y te lo agradezco."
Mientras
siga así, no morirá y El Emperador estará complacido.
♦♦♦♦♦♦♦●♦♦♦♦♦♦♦
Puedo
ganar, si pongo todo lo que tengo en el siguiente ataque, podré vencerlo.
Una vez
más el hombre se lanza a la ofensiva con una velocidad sorprendente, pero
Andrei consigue esquivarlo dando un salto hacia atrás. Esto se repite otras dos
veces hasta que Berion y Andrei rodean nuevamente al hombre.
"Berion,
es hora de nuestra combinación ganadora."
"Oh,
así que vas a mostrar tu mejor movimiento, será mejor que sea todo un
espectáculo."
Te
sorprenderás, Emperador de los ineptos. Ya me he dado cuenta de su estilo de
lucha. Ese hombre es un Under, y de los especializados en combate, mientras que
el Hell Caller es especialista en energía mental, por eso su Under puede pelear
libremente sin problemas. Pero esa clase de Hell Caller no es muy fuerte en
combate por sí solo, mientras que yo soy más fuerte que otros Hell Caller.
Mi plan
está a punto de dar fruto, conduje la dirección de la pelea desde que les hice
creer que me estaba concentrando en el Under, cuando en realidad estaba
asegurando mi posición. No se dieron cuenta, pero nos hemos adentrado en la
ciudad, y los edificios me sirven de tapadera, en estos momentos me encuentro
muchos metros más cerca del Hell Caller que su Under.
Andrei
comienza a correr y toma un trozo de la pared que fue destrozada con
anterioridad, arrojándola hacia el sirviente que fácilmente la esquiva. Es
entonces cuando Berion ataca por la espalda, pero es repelido sin dificultad.
Durante
estos cortos segundos, Andrei, oculto entre los edificios, hizo su camino hacia
el joven que se encontraba observando la pelea desde lejos, en la entrada de la
ciudad, y ataca tan rápido como puede.
"¡Es
el fin!"
Entonces
todo se volvió oscuridad.
Cuando
la luz volvió a sus ojos, Andrei sentía como si el peso del mundo estuviera
sobre él, sus brazos y piernas le pesaban como nunca antes y un dolor terrible,
proveniente de cada parte de su cuerpo, lo conmocionaba.
Casi no
podía moverse, pero con solo voltear su cabeza hacia un lado y al otro, notaba
que esta vez no se trataba de una pared, sino de todo un edificio, los
escombros que lo rodeaban, eran los restos de un edificio entero que se derrumbó,
sin contar algunos pocos trozos, el resto había sido reducido a graba.
"Perdí..."
"Desde
el momento en que te resististe ya habías perdido, lo que ocurrió después solo
era un show para El Emperador."
"Supongo
que ahora me matarás y tomarás a Berion. Sé cómo funciona. Alguien me dijo una
vez: Si un Hell Caller mata a otro, se apodera de su Under."
"Esa
decisión no es tuya."
"Te
lo dije antes. ¿No es así?"
El joven
emperador extiende su mano al herido y derrotado Andrei.
"Regocíjate
Andrei, desde hoy serás mi sirviente".
Por un
instante no podía hacer más que sentirse perplejo, pero luego dejo escapar una
adolorida risa.
"Creo
que no tengo otra opción."
Utilizando
lo último de su fuerza toma la mano del Emperador.
"Oficialmente
te declaro como mi sirviente".
Tras estas
palabras, Andrei sintió un gran alivio, no sabía la razón, pero sentía como
todo el estrés abandonaba su malherido cuerpo. Ya no estaba cansado, sus
heridas seguían ahí, pero parecía como si fueran nada. Se incorporó confuso,
hace unos segundos se encontraba tan agotado que podría haber muerto, pero
ahora se sentía con más energía que nunca. No había sentido tanta fuerza desde
la primera vez que invocó a Berion.
"Pero,
¿qué es esto?”
Dijo mientras
observaba su mano y movía sus dedos para comprobar que esas eran sus manos, se
sentía tan ligero como si su cuerpo hubiera perdido todo su peso.
"Lo
sientes ¿verdad?"
Dijo el
hombre.
"
Sientes al emperador dentro de ti, su energía fluye ahora hacia cada célula de
tu cuerpo. Intenta invocar a tu Under."
"...Berion."
Al igual
que la última vez, Berion se manifestó de inmediato, pero algo era diferente.
"Ya
no lo siento, el estrés de mantener a Berion."
"Eso
es porque has perdido ese peso. El Emperador es ahora quien mantiene al Under.
Ya no necesitas hacerlo con tu limitada energía, ahora puede permanecer en
forma física indefinidamente."
"Eso
es... genial. ¿Escuchaste Berion?"
"Lo
hice."
El
rostro de Andrei estaba aún más perplejo que antes.
"Acabas
de hablar... y yo te escuché, no sentí como si lo hiciera, de verdad te
escuché."
Una
sensación cálida y húmeda comenzaba a recorrer su rostro incontrolablemente.
"Debido
a que eres del tipo Unison, tienes un lazo con tu Under más fuerte de lo ordinario,
tus sentidos y fuerza física también son algo mayores a otros Hell Callers. Lo
que ocurre es que todas esas capacidades han tenido un aumento debido al poder
del Emperador que fluye en ti, eso permite que ahora escuches y entiendas a tu
Under."
"De
verdad, de verdad puedo escuchar a Berion..."
"Yo
también lo siento, a pesar de la pelea, no estoy agotado y puedo comunicarme
contigo, Andrei".
Andrei
se lanzo en un repentino abrazo, no pudo resistir el impulso de abrazar
fuertemente a Berion, aunque sus brazos no podían ni rodear su cuello, esto no
evitó que lo sujetara como pudiera.
"Soy
tan feliz."
"Yo
igual."
"Es
solo el principio, pronto todos los Under y los Hell Caller se reunirán bajo la
sombra del emperador."
Estas
palabras exaltaron a Andrei.
"Ustedes,
¿Quiénes son realmente ustedes dos?"
"Lo
dijimos desde el principio, somos El Emperador y su no tan humilde
sirviente."
"No
me refiero a eso."
"
Ah, ya sé lo que quieres decir, creo que es buen momento."
El Emperador
comienza a hablar mientras se muestra un poco emocionado.
"¿Qué
fue lo que dijo antes? Basti...ti...on. Si, ¡Tu!"
El Emperador
señala a su sirviente, quien de inmediato se arrodilla.
"Desde
ahora tu nombre será Bastión, y serás el fuerte de avanzada para mi alzamiento
como emperador."
"Mi
nombre es Bastión, escucho y obedezco."
"Oye,
¿De qué habla este? ¿Debes tener un nombre verdadero?"
"Mi
nombre verdadero es Bastión, cualquier nombre que no es dado por el Emperador
es inválido. Como el gobernante, todo le pertenece a este y es su derecho el
ponerle nombre. Que los súbditos se atrevan a nombrar las pertenencias del Emperador
es una muestra de arrogancia, sus nombres son falsos."
Andrei
no pudo hacer más que permanecer en silencio ante estas palabras.
"Ya
que estoy en esto, estoy cansado de que me llames emperador todo el tiempo.
Especialmente porque nadie más se refiere a mí de esa manera."
Me
pregunto por qué será...
"¿Dijiste
qué te llamabas Andrei cierto? y ese Under, Berion... Bien, me gusta, pueden
conservar esos nombres. Puedes llamarme Kaiser."
"¿Kaiser?"
"Así
es como Bastión me llamaba cuando era pequeño."
"Esa
palabra significa 'Emperador' en el lenguaje del lugar donde nos encontrábamos
en aquel momento."
"Entonces
es apropiado, desde ahora mi nombre será Kaiser."
"...De
acuerdo. ¿Kaiser, cierto? Solo por permitirme hablar con Berion, ya estoy
agradecido. Si de verdad piensas unir a todos los Hell Caller, entonces
gustosamente lucharé a tu lado,"
Andrei
le ofrece la mano a Kaiser en una sincera muestra de respeto.
"Conmover
a su sirviente tan solo instantes luego de unirlo a sus filas, como se esperaba
del Emperador".
Kaiser
le da la mano y comparten un verdadero saludo.
Buen capitulo ,una cosa no se si soy yo pero creo que el capitulo ha pasado algo rapido y no he entendido bien la historia.
ResponderEliminarEl mayordomo es demasiado OP lel xD
El capitulo 2 es considereablemente más largo, espero que te sea más claro. Si tuviera que resumirlo, Andrei nos da un flash de su infancia y luego pasamos a la actualidad y su encuentro con Kaiser y Bastión, donde tiene una pelea y en algunos momentos el punto de vista cambia
ResponderEliminar