Y AQUÍ LES TRAIGO UN CAPÍTULO MÁS. ESPERO LES GUSTE. PRETENDO PUBLICAR APARTIR DE AHORA EN ADELANTE DE UNA FORMA ESTABLE. A TODOS LOS QUE NO HAN LEÍDO EL CAPÍTULO ANTERIOR QUE PUBLIQUÉ HACE DOS DÍAS LES INVITO A LEERLO.
Capítulo
10
-¡Eso
fue increíble Liz!-.
-¡Ese
guacamayo es muy lindo, deja que lo toque!-.
-¡Felicidades
Señorita Wildwind!-.
Lili,
Laur, y Carmil se encontraban felicitando a Liz por su aplastadora victoria en
la primera ronda.
-Bueno…
realmente no sé si puedo aceptar el crédito por eso, digo prácticamente no hice
nada-.
-Invocar
a Polly requiere una increíble cantidad de energía, si no hubieses estado
capacitada él no iba aparecer incluso aunque ya hayan hecho un contrato. Lo que
quiero decir es que tienes habilidad-.
Jean
dio su opinión sincera para apoyar a Liz, él se dio cuenta que su amiga tenía
una tendencia a darle poco valor a sus acciones.
-Es
exactamente como Jean dice, tú realmente eres talentosa-.
Carmil
Carm también compartió sus pensamientos. En ese instante todos se encontraban
fuera del campo de batalla, Laur y Lili propusieron ir a festejar y todos
estuvieron de acuerdo con esa idea. Con
algo de dificultad, ya que la ciudad estaba rebosante de gente, encontraron un
lugar adecuado para comer y continuaron con su conversación.
-¿Entonces
en la siguiente ronda Jean va a pelear? ¿Ya estás preparado?-.
El
presidente del consejo hizo dos sencillas preguntas.
-Sí,
debido al convenio que tengo con el director Rooscu usaré nigromancia-.
-¿Convenio?-.
-¿Qué
convenio?-.
Las
tres L y el presidente del consejo se
interesaron en las palabras de Jean y pidieron una explicación.
-Bueno,
la cosa es así; las artes oscuras no son muy populares que digamos, además
hasta hace relativamente poco tiempo estaba prohibido su uso. La cantidad de
estudiantes que se inscriben en la academia Shade disminuye con cada año, así
que como modo de propaganda el Director Rooscu quiere que yo pelee usando solo nigromancia,
acepté hacer eso cada segunda pelea, también usaré un tonto uniforme que él me
confeccionó-.
-Vaya,
no sé qué decir-.
-Eres
un hombre bastante ocupado, ¿No es así?-.
-Eso
es muy de ti-.
Liz,
Laur y Carmil tomaron la situación con relativa calma, excepto Lili que se
alarmó.
-¡Espera
un momento! ¡No puedes hacer eso! ¡Mi tutora estará viendo las batallas y eso
podría dejarle una pésima imagen de ti!-.
Todos
voltearon a ver a Lili.
-¿Ahhh?
No entiendo-.
-Jijijiji,
es obvio que no entiendas Jean, pero yo si-.
Laur se reía maliciosamente mientras le dirigía una mirada llena de significado a
Lili quién inmediatamente se tapó la boca y se arrepintió de haber hablado en
voz alta.
-Liz,
acompañemos a Lili al baño. Creo que es hora de tener una plática de chicas-.
Como
posesionada Liz se levantó de su asiento y entre ella y Laur arrastraron a Lili
al baño.
-¡No,
por favor! ¡No hagan esto!-.
Y
de esa forma las tres L desaparecieron de la escena. Jean tomó un trago de su
bebida e hizo un comentario.
-Las
mujeres son muy complicadas-.
Carmil
al escucharle le dirigió una expresión llena de incredulidad.
-Nada
de eso, lo que pasa es que eres un idiota mujeriego-.
-¡¿A
que rayos viene esa agresión sin sentido?! ¡¿Quieres dormir otra vez fuera de la
habitación?!-
-¡Eres
una horrible persona! ¡Ni siquiera negaste lo que dije!-.
-¡¿Quieres
pelea niño bonito?!-.
-¡Mira
quién lo dice! ¡La última vez que salimos a comer, unos hombres te confundieron
con una mujer e intentaron cortejarte!-.
-¡Dijimos
que nunca hablaríamos de eso! ¡Ahora si te lo buscaste, ven aquí!-.
-¡Aquí
estoy, no te tengo miedo! ¡Persona de sexo dudoso!-.
Volcando
la mesa, los dos revoltosos invocaron sus respectivas armas.
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-¡¿Es
en serio?!-.
Carmil
y Jean se encontraban en una celda de la prisión de ciudad Lux, hincados en el
suelo confrontando a una iracunda directora Seyd. Carmil tenía un ojo morado
así como su brazo derecho vendado y dentro de un cabestrillo, su ropa estaba
moderadamente desgarrada, por su parte Jean tenía el labio partido, su ropa
hecha trizas solo tapando los lugares más importantes, y la piel que se podía
ver mostraba algunos símbolos mágicos encima, estos eran en realidad
maldiciones que Carmil había usado en Jean. Si algún experto los hubiera visto
le habría dado un infarto, una persona normal hubiese fallecido inmediatamente
y de una forma atroz con tan solo una de esas maldiciones.
-¡¿Saben
cómo dañan la reputación de la Academia del Sol con cada una de sus acciones?!
¡No se queden en silencio, digan algo!-.
Ambos
estudiantes quedaron en silencio, ellos sabían que esa era la mejor opción en ese momento.
-¡Que
ejemplo dan! ¡Sobre todo tú, Carmil Carm! ¡El presidente del consejo
estudiantil comportándose como todo un gamberro de poca monta!-.
-¡Él
empezó!-.
Carmil
se defendió apuntando a Jean, Jean solo respondió sacándole la lengua como si
él fuera un niño de cinco años. Carmil quedó rojo ante esta provocación y se
abalanzó sobre su compañero.
-¡Deténganse
o de lo contrario los dejaré pasar la noche aquí!-.
Como
si fueran palabras mágicas ellos se detuvieron.
-¡Lo
sentimos mucho! ¡No lo volveremos a hacer!-.
Los
dos se disculparon al unísono.
-¡Eso
es una vil y patética mentira! ¡Sobre todo viniendo de ti, Jean Nox Crow! ¡Al
parecer has tenido tu cuota de problemas en esta ciudad desde que llegaste, los
caballeros locales te tienen puesto un ojo encima!-.
Jean
se río burlonamente y le respondió a la directora.
-Les
deseo suerte con eso-.
Asomándose
entre las rejas Jean habló hacia la entrada de las celdas.
-¡Me
estás escuchando Leil Rewn, te deseó suerte con eso! ¡Sé que estás ahí! ¡No me
atraparás cometiendo un crimen mayor! ¡Auch!-.
Jean
quiso continuar gritando pero fue detenido por un coscorrón propinado por la
directora, el joven solo se agarró la cabeza intentando mitigar el agudo dolor.
-¡Jean
Nox Crow! ¡Cuando regresemos a la academia te aseguro que la profesora Marshall
se enterara de esto!-.
-¡No,
por favor! ¡Cualquier cosa menos eso!-.
Mientras
Jean intentaba negociar con la directora, una persona más hizo acto de
presencia. Era la recién mencionada capitana Nelu Maeru Marshall quién al ver a
Jean inmediatamente le dijo con ojos carentes de vida.
-Estás
muerto-.
Toda
la fuerza y el color desaparecieron del desafortunado joven.
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El
anciano Wilkens tenía una misión importante entre manos, debido a eso él viajó
desde el reino de Ignis hasta la ciudad Luz. Era necesario que le entregara al
nieto de su mejor amigo un libro muy especial.
Al
llegar a su destino se dirigió hacia la Academia del Sol pero no pudo encontrar
a Jean, en su lugar se topó con la capitana Marshall y le pidió ayuda para
buscar al joven. Ahora mismo se encontraba en la habitación de una posada,
esperándole.
De
repente escuchó que alguien tocaba a la puerta, se trataba de la capitana
Marshall y a su lado se encontraba un Jean con apariencia agotada.
-Señor
Wilkens, aquí le dejo a Jean Nox Crow-.
Sin
decir nada más la joven mujer se retiró y por fin Jean se relajó.
-Anciano
Wilkens es un gusto verle de nuevo-.
-Nada
de eso muchacho el gusto es mío, pero dime ¿Pasó algo? Te ves algo pálido-.
Jean
se río nerviosamente. La situación hubiera sido peor pero
afortunadamente después de una sesión de disciplina de parte de la capitana
Marshall, Jean pudo tomar un baño y cambiarse de ropa.
-Es
solo los nervios por mi participación en el torneo de los druidas, en la siguiente
ronda pelearé yo-.
-¡Ah!
Ya veo, tiene sentido. Es una pena que no haya podido acudir a las primeras
peleas-.
-No
se preocupe sé que tiene cosas más importantes que hacer. Y dígame ¿A qué debo
su visita? ¿Hay algún problema?-.
El
joven preguntó de manera seria.
-No
vengo a traer malas noticias vine por otra razón. Toma Jean-.
El
anciano Wilkens le entregó a Jean un libro forrado de piel. Al verlo Jean
mostró sorpresa.
-Esto
es…esto es el libro de mi abuelo-.
-El
mayordomo de tu familia me pidió que te lo diera es una reliquia que se pasa de
generación en generación dentro de la familia Nox Crow-.
Jean
tomó con delicadeza el libro, el anciano
observó conmovido la reacción del joven. Jean pasó sus manos sobre la
portada e inmediatamente apareció en su superficie unas letras de color negro
intenso. La atmosfera del último miembro de la familia Nox Crow se volvió
solemne, el joven leyó las palabras escritas:
“Defiende a los inocentes”
“Si tienes un cuerpo lucha por todos”
“Si tienes un alma grita por todos”
“Sea tu enemigo un hombre, una bestia, un dios, o el mismo
destino
nunca abandones al que busca esperanza en ti.”
“No hay nada más desolador que ser abandonado y perder toda
la esperanza.”
“Recuerda que el mayor tesoro de nosotros los mortales es
nuestra dignidad.”
“Recuerda el significado de nuestros graznidos.”
“Recuerda que aunque nunca podamos alcanzar las puertas del
paraíso, no por eso nuestra felicidad será menor al ver a otros cruzarlas”
Una
lágrima se derramó sobre el rostro de Jean pero rápidamente la limpió con la
manga de su camisa.
-Muchísimas
gracias Anciano Wilkens, realmente le doy mi gratitud-.
-No
es necesario que me agradezcas Jean, solo hice lo que debo hacer. Solo lamentó
haber sido yo el que te lo entregara y no un miembro de tu familia-.
-
No lo considero así Anciano, para mi tú eres un miembro de mi familia-.
-¡Jean!-.
Conmovido
por esas palabras el viejo noble abrazó a Jean y se puso a llorar emotivamente.
Cuando todo se hubo calmado los dos hombres continuaron hablando por horas y
horas.
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-¿Qué
pasó con ustedes dos?-.
-¿Por
qué desaparecieron?-.
-Cuando
salimos del baño ya no estaban-.
Carmil
fue asediado por el trío de las L apenas salió de los dormitorios masculinos para ir a
cenar.
-Señoritas,
una pregunta a la vez por favor-.
-¿Dónde
está Jean?-.
Laur
se adelantó a preguntar.
-Debe
estar con la capitana Marshall-.
-¡¿Por qué con la capitana?!-.
-No
lo sé Señorita Sanctus, ¿alguna otra pregunta?-.
-¿Dejó
algún mensaje para nosotras?-.
Inocentemente
Liz alzó una cuestión.
-¿Qué
razón tendría él para hacer algo así?-.
Carmil
respondió ligeramente exasperado pero de pronto una sonrisa de oreja a oreja se
dibujó en su rostro.
-Bueno
a decir verdad me dijo que no les dijera nada pero si ustedes guardan el
secreto no me molestaría abrir la boca-.
-¡Suelta
todo lo que sabes ahora!-.
Carmil
vió en cuestión de segundos como sus pies abandonaron el suelo, Liz lo estaba
cargando de su camisa. Antes de pronunciar otra palabra Carmil tragó saliva y
dijo lo primero que se le ocurrió.
-...Él
está teniendo una cita con la profesora Marshall-.
Liz soltó a Carmil quién se azotó contra el suelo.
-No
puedo dejar que ella sea la primera…
-¡Lo
sabía!-.
-¡Ese
miserable!-.
Carmil
observó con alegría las reacciones de las tres señoritas, estaba seguro de que
Jean sufriría en el futuro inmediato, esa era su venganza.
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Tras
dejar a Jean con el anciano noble, Nelu Maeru Marshall se dirigió hacia su cita
con Leil Rewn, la líder de los caballeros de la ciudad. La tensión entre Jean y
la líder era demasiada, por esa razón Nelu quería actuar como mediadora entre
ellos dos. Ella conocía las razones por las que Jean actuaba como actuaba. “No
era fácil juzgar a ese hombre después de todo lo que él había vivido” eso era
lo que ella pensaba sinceramente, por otra parte también podía comprender la
frustración de Leil al ver su autoridad y habilidad cuestionada.
-Bienvenida
Nelu-.
-Buenas
tardes Leil-.
La
joven capitana llegó al lugar acordado y se sentó frente a Leil.
-¿De
que querías hablarme?-.
-Antes
que nada quisiera agradecerte por dejar libre tan rápido a Jean-.
-Yo
no tuve que ver, él fue detenido por un crimen menor con derecho a fianza, la
directora pagó y él fue puesto en libertad-.
-Aun
así sabiendo cómo se llevan pudiste haber agregado más cargos y…
-Detente,
se lo que quieres decir pero te aseguro que cuando estoy en funciones cumplo mi
deber adecuadamente, no me dejo llevar por mis problemas personales-.
-Es
bueno escuchar eso, a decir verdad quisiera hablarte de unas cosas. Él puede
ser un individuo difícil de tratar pero en realidad es un buen sujeto, incluso
si llegaras a conocerlo un poco te sorprenderías-.
-¿Así
que vienes a abogar por él?-.
-Abogar
no sería la palabra adecuada, yo quiero mediar la disputa entre ustedes dos-.
Leil
ponderó por unos momentos lo que se le había dicho y después respondió.
-Si
él se disculpa por intervenir en nuestros asuntos judiciales pensaré en olvidar
todo lo que ha hecho-.
-Eso
está muy difícil aunque no es algo imposible. Sería más realista pedirle que ya
no intervenga más-.
-No
cederé en este punto Nelu, a decir verdad dejarlo ir con tan solo una disculpa
ya es ser demasiado amable, si encontramos pruebas sobre las cosas que ha hecho
él terminaría en la cárcel por un buen tiempo-.
-Entiendo
perfectamente-.
A
partir de ese punto de la conversación Nelu supo que las negociaciones serían
terriblemente difíciles.
Gracias por el capitulo, espero el proximo :)
ResponderEliminarGracias :)
ResponderEliminarlos capñ se me hicieron cortos aunque haya perdido un poko el hilo de la historia
ResponderEliminarJajaja a mi también que corto bueno a esperar él siguiente capitulo. Gracias por él capitulo
ResponderEliminarme da gusto que estes de regreso me encanta esta novela muchas gracias por el capitulo
ResponderEliminarGenial has vuelto!
ResponderEliminarMe gusto el capitulo.. sigue asi