Capítulo 11
Stormrider Ryuuji - Aceptando el nuevo mundo
Al abrir mis ojos, un cielo tan azul como nunca había visto
antes se extiende, obstruido solo por unas pocas nubes blancas como algodón.
Solo en fotos e ilustraciones he visto semejante cielo... no, en realidad es un
cielo que vi incontables veces, pero jamás imaginé verlo hecho realidad, el
aire que respiro... tan fresco, tan... puro. Es una sensación extraña y
agradable.
Como un chico que siempre ha vivido en la ciudad, aunque me
lo dijeran, nunca lo entendí de verdad, esto es el aire fresco, un cielo limpio,
podría pasar horas aquí... tal vez ya lo hice, no logro recordar cuanto tiempo pasé
dormido, ni como llegué aquí, lo último que recuerdo... TLO, avancé a la clase
final, y oscuridad... estaría bastante nervioso si este paisaje no fuera tan
relajante, este césped sobre el que reposo, tan suave... pero debo ponerme de
pie.
Sin darme cuenta de cómo ocurrió, de repente estaba
observando ese vasto cielo y esas verdes tierras de forma más vertiginosa. De
alguna manera estaba volando, mi cuerpo rotaba en el aire mientras me
desplazaba a gran velocidad. Tan rápido y tan lejos que terminé sobre un grupo
de árboles que veía a la distancia hace solo un momento. Entonces me precipité
a tierra. Mi cuerpo se estrelló con los árboles, aun así no sentí dolor, tal
vez por el shock, el mismo que me provocó un desmayo.
Al abrir mis ojos una vez más, vuelvo a encontrarme con una
vista desconocida, un techo de madera, sostenido por paredes del mismo
material, tan rústico. Es otra experiencia nueva para mí, estar en una cabaña.
Al ver a mi derecha, dos hombres vistiendo ropas de tela
gruesa cubierta de cuero en brazos y piernas y una cota de malla de cintura
para arriba me observan. Joder, esa vestimenta se parece mucho a las de los
juegos de aventura. Es mi primera vez viendo esa vestimenta en la vida real,
aunque seguro las hay en eventos cosplay, nunca asistí a uno. Ahora que lo
pienso, creo haber sentido una voz y una sacudida hace un momento, creo que
trataban de despertarme.
"Mm. Disculpen, ¿Dónde estoy? y ¿Quienes son ustedes?"
Silencio. No creo que sea algo tan difícil de responder...
¿acaso fui secuestrado? ... No. Rescatado se acerca más, después de todo, me
encuentro en una cama más o menos cómoda. Asumo que me encontraron luego de que
me desmayara y me trajeron hasta aquí, antes de hacer preguntas, creo que
debería agradecerles su gentileza.
"Gracias por ayudarme cuando me desmayé. Además estoy
perdido, me alegro de haber sido encontrado por otras personas, es un
alivio".
Traté de mostrar mi gratitud en mis gestos, pero parece que
no están acostumbrados a mi postura. Parecen preocupados. El hombre que me
despertó (o eso creo ya que aun tenía una mano en mi hombro) me suelta
repentinamente y muestra sus manos.
"******."
... ¿Qué?
Bueno, lo pensé antes debido a su apariencia y vestimenta,
pero parecen ser extranjeros, no logro entender lo que dicen. Pero ese gesto...
intenta calmarme creo. ¿Me veía tan agitado?
"No se preocupen, no sospecho de ustedes ni nada por el
estilo."
"********."
"Si... no entendí absolutamente nada."
El otro hombre, que luce un poco más fornido. Con el mentón
más masculino que haya visto en persona, en el que tiene una pequeña cicatriz.
Con cabello castaño corto, que exige ser peinado, aunque personalmente creo que
le queda, no sé, no soy bueno en modas, y menos extranjera. Lo que puedo decir
es que parece ser más calmado y de mente fría, en un momento le dice algo al
otro hombre -más joven por cierto- y este sale rápidamente de la cabaña.
Luego de que el hombre más joven se fuera, el hombre del mentón
toma una silla y se sienta frente a mí, mirándome con atención... ahora si me
pone algo nervioso.
"******."
¿Eh? Solo quiere darme la mano. Bien, creo que los gestos
son más apropiados para comunicarnos si no hablamos el mismo idioma.
Naturalmente le estrecho la mano. Luego de un instante de
silencio, se ve algo sorprendido. No te sorprendas hombre del mentón. ¡Pude
entender tus intenciones! ¡Eres un buen hombre!
Algo más tarde, el joven -A quien por ahora llamare
"corredor" debido a que todo el tiempo está corriendo de un lado a
otro- vuelve acompañado por un señor que intenta hablar conmigo. Naturalmente
no entiendo nada de lo que dice, por lo que el señor usa palabras diferentes,
tengo la sensación de que es un profesor de lenguas o algo así.
Hombre del mentón y joven corredor no se rinden, y me llevan
al pueblo, donde varias personas diferentes que hablan chistoso intentan
hablarme. Nada de lo que dice alguno tiene sentido para mí, por lo que joven
corredor, algo fatigado, se ve decepcionado. Como era de esperarse, hombre del
mentón no se desanima fácilmente.
El último de los señores a los que me presentan tiene una
presencia algo diferente a los anteriores. No sé ni cómo me di cuenta, pero
siento que así es. Luce amable y pone su mano en mi hombro mientras dice algo.
No lo entiendo, pero me reconforta. No me gusta admitirlo, ya que hombre del
mentón sigue sin desanimarse, pero empiezo a sentirme intranquilo con todo
esto.
El señor, a quien de momento llamare viejo Albert, debido a
su cabello que me recuerda a un famoso físico del siglo XX. Nos guía hacia una
pequeña cabaña junto a una casa un poco más grande que las que he visto
alrededor. Me invita a pasar. Si entiendo bien, me está ofreciendo quedarme en
su casa de huéspedes.
Hombre del mentón y Joven corredor se despiden. Antes de
irse, hombre del mentón me mira un momento y mientras me pregunto que estará
pensando, me presenta una espada asombrosa, con una funda igualmente
impactante. Tras un momento de maravillarme, parece ofrecérmela.
"N-No puedo aceptarla, parece muy costosa, además no sé
si sea buena idea darle un arma a un extraño... y..."
Ahora que lo pienso. Hombre del mentón y joven corredor
llevan espadas y armaduras, así como algunos otros que he visto por el pueblo.
Parece ser común portar un arma. ¿Será que por los alrededores hay muchos
animales salvajes? Pero en ese caso, sería mejor un rifle o una escopeta...
Hombre del mentón sigue esperando. Creo que quiere que tenga
la espada... Muy bien, ¡Acepto la responsabilidad!
Woaaaah... es una espada increíble, solo con verla siento
que puede cortar el mismísimo aire, no, sin duda puede hacerlo, mi aliento no
la empaña en lo más mínimo...eh?
Mientras me maravillaba en solitario mirando la espada, lo
vi. Cabello castaño, con una bandana y por encima de su ropa azul, una pieza de
armadura, con un rostro de joven europeo y mirada confusa. Ese era mi aspecto
reflejado en la espada....No No No, se supone que soy japonés, un común y
corriente chico japonés, de cabello y ojos negros, algo escuálido además.
La sorpresa de mi apariencia fue opacada por lo que siguió.
Tras centrar mi atención en mi mismo, de repente apareció, no estaba
precisamente frente a mí, pero se sentía como si lo estuviera viendo al mismo
tiempo que no. Era una ventana de estadísticas, similar a las de un juego con
el que estoy muy bien familiarizado...aunque tiene un par de parámetros que
desconozco...¿Es eso, no? una ventana de estatus.
Profesión:
Héroe
de la Espada Nv 1
-PV: 380/380 -Resistencia: 212 -Defensa: 241
-PM: 105/108 -Sabiduría: 76 -Intelecto: 83
-Energía: 215/220 -Fuerza:
352 -Mente: 93
-Agilidad: 143 -Talento: 1 -Espíritu: 92
Objetos: ▼
Equipamiento:
▼
Habilidades▼
Títulos▼
<< Maestro
del esfuerzo. Espadachín definitivo. >>
Dinero: 9856123G
Mmm. <<Héroe de la Espada>> ¿es así? Parece ser
mi profesión de grado GERON, pero es extraño, si subí de grado, mis
estadísticas deberían haber aumentado, considerando que es el grado final,
deberían haber aumentado bastante, en su lugar perdí cerca de 100 puntos en
varias, bueno, fuerza parece más o menos como la recuerdo.
Bueno, ahora no es momento para preocuparme por cosas de las
que no tengo idea, ignóralo ignóralo... no puedo. Aunque pueda hacer la vista
gorda al asunto del estatus, no puedo ignorar mi apariencia actual... creo que
me veo más apuesto ahora ¿debería sentirme alegre o deprimido?
◆◇◆◇
Los días pasaron sin mayores cambios. En las mañanas cuando
me despierto veo pasar a hombre del mentón y le acompaño en su camino a la
entrada del pueblo.
La primera vez que lo hice me topé con un niño que me miraba
sacudiendo una espada de madera. Impulsivamente saque mi espada y la exhibí
frente al niño. Sus ojos brillaron intensamente y comenzó a seguirme, de vez en
cuando jugamos fingiendo que combatimos -naturalmente manteniendo mi espada en
su funda y sin ejercer fuerza- y así es como nos hicimos amigos. Es lo único
que me distrae de la inquietud que me genera el no poder comunicarme con los
demás.
Tal vez se dio cuenta de mi inquietud, pero en uno de esos
paseos, hombre del mentón se sentó en una silla y me indico que hiciera lo
mismo. Frente a frente, hombre del mentón me señalo y dijo "Stormrider
Ryuuji"....eh?
Mientras mi mente engranaba la situación, se señalo a si
mismo diciendo "Rad"
¿Es eso? ¿es esa escena donde aquellos que no pueden hablar
el mismo idioma presentan su nombre? ¿Cómo supo mi nombre? bueno, en realidad
la parte de Stormrider es solo el nombre de mi personaje de TLO.
Mientras yo pensaba en lo que ocurría, Rad-san repetía sus
acciones, me señalaba y luego a él, diciendo nuestros nombres. Fue entonces que
tuve que intervenir. Lo señale a él primero y luego a mí.
"Rad-san. Ryuuji" Mi nombre es Ryuuji ¡No incluyas
Stormrider!
Tras eso, Rad-san repitió sus acciones, "Ryuuji.
Rad".
Ah, es eso, me corrigió porque agregue el "-san"
ya veo. Los extranjeros generalmente no usan honoríficos, tendré que
acostumbrarme a eso. Sin embargo eso no es lo importante.
¡AL FIN ME COMUNIQUE EXITOSAMENTE! aunque fueran solo nuestros
nombres.
Más tarde ese día intenté hacer lo mismo con el niño de la
espada de madera, que al parecer es hijo de los panaderos del pueblo. La verdad
llevo unos cuantos intentos, bueno, en este caso yo no sabía su nombre, por lo
que no era tan obvio lo que intentaba decirle, pero al final lo logre. El
nombre del niño es Albert...así que Albert resultaste ser tú y no el señor del
peinado gracioso. Ahora tendré que pensar en otro nombre, o simplemente
llamarlo viejo Albert y el pequeño Albert.
Aunque pasaron un par de días, no pude pensar en otro
nombre, así que recurriré a llamarlo viejo Albert.
Mientras jugaba con el pequeño Albert, seguía pensando en
eso, pero entonces vimos a Rad-san hablar de manera agitada con el viejo
Albert. El joven corredor se encontraba con él.
Entonces por alguna razón, el pequeño Albert comenzó a
caminar hacia ellos, así que lo seguí. El pequeño Albert si habla su idioma,
por lo que entendió lo que decían, parece que algo malo está ocurriendo.
Rad-san se inclina y coloca su mano en la cabeza del pequeño Albert y con ojos
amables le dice algo... Me da mala espina.
Es eso, no? Un adulto que entiende lo complicado de las
cosas que trata de reconfortar a un niño, que no ganaría nada preocupándose.
Poco después el joven corredor, Rad-san y dos más de sus
hombres me guiaron fuera del pueblo luego de que el pequeño Albert y el viejo
Albert me saludaran. No estoy seguro, pero parece como si estuviéramos
escapando de algo y ellos fueran mis escoltas... ¿No es eso?...
Mientras oscuros pensamientos brotaban en mi cabeza, lo
escuchamos...un grito.
Si ponías atención, te darías cuenta de que no era uno, sino
muchos gritos, que se escuchaban a la vez. Cuando me voltee en dirección al
pueblo, un numeroso ejercito de hombres con armaduras marchaban por las calles.
Tomaban a las personas de sus casas y las arrastraban a la fuerza. Los hombres
con armadura del pueblo eran empalados por lanzas, cortados por espadas y
decapitados por hachas, una sensación aberrante era lo que sentía cada vez que
tragaba saliva mientras observaba.
Ni siquiera sé cómo, pero veía claramente a pesar de la
distancia, podía verlo todo, incluidos los rostros horrorizados de la gente.
"AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!!!!!"
Sin darme cuenta, un llanto lleno de dolor me ahogaba, y mis
pies lentamente se movieron en dirección al pueblo. Uno de los guardias que nos
acompañaba trato de detenerme, me tomo del brazo, pero me lo sacudí, poniendo
mi mano en su pecho lo empuje. Fue muy fácil soltarme.
Mis pisadas comenzaban a ganar velocidad, pero entonces
Rad-san se coloco frente a mi... Aunque seas tu... No dejare que me detengas!
Extendí mi brazo para empujarlo fuera de mi camino. En ese
momento ocurrió. Aunque fue solo un instante, sentí como si todo ocurriera en cámara
lenta. Así como paso cuando desperté por primera vez en este mundo, mi visión
se volvió vertiginosa, y el mundo se dio vuelta frente a mí. Rad-san acababa de
lanzarme, como lo haría un luchador de Judo.
...
Las pistas estaban ahí. La ventana de estado, mi apariencia,
esa espada y ropas, la gente del pueblo, caminando por ahí con vestimentas
medievales y portando armas, la lengua extraña en la que hablaban todos. No
quería creerlo, no podía aceptarlo, me negaba a hacerlo, pero la verdad estaba
ahí. Este es un mundo distinto, uno parecido a TLO.
Mientras mi mundo estaba de cabeza, mis ojos me mostraban
esta verdad, de una forma en la que se me hiciera imposible seguir negándola.
Mis ojos me mostraban al escolta, aquel que trato de detenerme, aquel al que
arrojé con la intención de quitármelo de encima. Incrustado en un árbol, cuyo
tronco se veía severamente dañado por el impacto, el hombre se retorcía de
dolor, mientras el joven corredor y el otro escolta trataban de sacarlo del
tronco sin herirlo.
Eso es lo que ocurre cuando arrojas a alguien con una fuerza
que excede los 300 puntos.
Mientras ese pensamiento se grababa en mi cabeza, y mi
visión volvía a la velocidad normal, me di cuenta de que había cometido un
pecado terrible. Este es un mundo como TLO, un mundo cruel, donde los peligros
y la muerte acechan en cada esquina. Quería abalanzarme hacia el ejercito que
atacaba el pueblo, ¿entonces qué?
Simplemente moriría, empalado por una lanza, cortado por una espada, decapitado
por un hacha, incluso podría ser atravesado por una flecha perdida. Ese hombre
trato de detenerme, para protegerme y yo le herí.
Estos sentimientos me inundaron a la vez que el tiempo
volvió a fluir con normalidad a mi alrededor y mi cuerpo se aproximaba al
suelo. Entonces, una vez más, todo se volvió oscuridad.
Gracias. Lo estaba esperando.
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