Capítulo 5
Recuerdos
El Shinigami estaba justo
frente a mí, a su lado estaba una inmóvil Furukawa, no sabía qué hacer, en mi
estado no soy nada contra él, es más, aunque este recuperado tampoco podría. Escucho
un ruido de metal detrás de mí.
-¿Son ellas?- Dije para mí mismo.
Al voltearme veo una Katana
idéntica a la mía, no, esa es la mía, esto debe ser obra de Zeus, rápidamente
retrocedo y la recojo, al mirar la hoja, veo unas palabras en inglés escritas
en ellas, “Flame Sword” Decía en ella.
-No deberías dar la espalda a tu enemigo.-
Dice una voz tenebrosa justo detrás de mí.
El Shinigami me ataca por la
espalda con su espada, logro voltearme a tiempo para protegerme con mi espada,
pero la suya alcanzo a cortar el lado izquierdo de mi rostro.
-¡¡AAH!!- Grite del dolor.
Empezamos a golpearnos con
nuestras espadas, pude golpearlo en su brazo derecho, el cual sostenía la
espada, haciendo que la suelte, y el usando su esquelética y fría mano
izquierda, golpea mi rostro dejándome en el suelo.
-Muere.- Me dijo.
Empezó a golpear mi cara con
su fría mano, mi rostro sangraba mucho, me estaba quedando sin fuerzas, pero
cuando levante mi Katana, le deje un corte en el torso, el retrocedió y luego
recogió su espada.
-Nada mal, Suzaku.
-Mi nombre es Yuki.
Empezaba a sentirme mejor, no
estaba recuperado, pero estaba recobrando mis fuerzas de a poco, pude generar
algo de fuego y lo arroje hacia su deformado rostro.
-¡¡AAAH!!- El Shinigami empezó a gritar y a
sujetarse el rostro.
Aprovechando la ocasión, dirigí
mi espada hacia su pecho, pero desapareció de ahí. Sin darme cuenta, apareció
detrás de mí con su espada, mi pierna comenzó a doler, el alcanzo a cortar un
poco mi muslo derecho.
-¿Cuándo?...
-Ahora ella sufrirá.- Me di vuelta y vi al
Shinigami con su espada en el cuello de Furukawa.
-¡No lo hagas!- Algo se escucha desde más
escaleras.
-Yuki.
-Onii-chan.
-Yuki-Oniichan.- Maldición,
ahora todas están corren peligro.
-¡Es el monstruo de aquella vez!- Dice
Tsukino.
Ella saco sus colas y golpeo
al Shinigami haciendo que se aleje de Furukawa, Nana-chan voló hacia él y
empezó a golpearlo en el torso, el Shinigami no contraatacaba.
-¡Suficiente!- Gritó.
Extiende sus manos hacia ambos
lados y una especie de viento empuja a Nana-chan y a Tsukino hacia mi lado. Yo
corrí hacia donde estaba Furukawa, la cargue en mis brazos y la deje con
Haruka.
-Pensé que eras alguien que peleaba sus
propias batallas.- El Shinigami se dirige a mí.
-Y tú me debilitaste, eso es trampa.
-No eres más que un cobarde que se esconde
detrás de unas chicas.- Eso me molestó.
-Retrocedan.- Les dije Nana-chan y a Tsukino.
-Pero Yuki…
-Yo me encargare de matar a este bastardo.-
Estoy muy enojado.
-Esto se pondrá interesante.- Dijo el
Shinigami.
-La diversión acaba de comenzar.
Las llamas rodearon mi cuerpo,
pero mis heridas no sanaron, tengo poder, pero no estoy recuperado.
-Me asegurare de que nadie nos interrumpa.-
El descubre su rostro, de él sale un enorme y horrendo ojo de color gris.
-Yu… ki…- Al voltear, Tsukino, Nana-chan y
Haruka, se durmieron de repente.
Empezamos a golpearnos el uno
al otro con las espadas, logre cortarle un pie, pero comenzó a volar.
-Tú, no eres el único.- Antes de darme
cuenta, saque mis alas y comencé a volar.
Empezó una pelea aérea, la
casa era bastante grande y había mucho espacio para volar, volábamos el uno
hacia el otro golpeándonos con las espadas, el dejo muchos cortes en mi cuerpo
y yo le corte la mano izquierda.
-¡¡HAAA!!- Lance mi espada hacia su rostro,
él lo esquiva, mientras mira a la espada, golpeo su rostro con mi puño más
fuerte, lanzándolo hacia el piso.
En el momento en el que cae,
volví a tomar mi espada, la cual estaba cayendo, empecé a volar rápidamente
hacia abajo hasta llegar a él y
atravesarle mi espada en su hombro.
-¡Maldito!- Dijo mientras escupía sangre
color negra.
Le quite su espada de la mano
y la patee hacia atrás de mí.
-Aquí termina.
-Para ti lo hará.
-¿Eh?
-¡Yagami-san!- Esa voz.
-¡Furukawa! ¿Estás bien?
-¡Cuida…!
La espada que lance hacia
atrás estaba volando hacia mí, pero Furukawa se interpuso, la espada del
Shinigami atravesó su pecho, ella cayó al suelo y yo corrí hacia ella.
-¡Furukawa!, ¡Resiste! ¡No mueras por favor!
¡¡NO MUERAS!!
-Gracias, por intentar protegerme Yagami-san,
siempre estaré agradecida contigo.
-No puede estar pasando esto de nuevo, ¿Por
qué?- Comencé a llorar.
-Hasta pronto, Yagami-san.
-¡¡FURUKAWAA!!
-¿Que tanto lloras?
-¡Maldito!- Este dolor e ira que siento, es
como el de aquella vez.
Las llamas que empezaron a
rodearme formaron la figura de un Fénix, no podía soportar eso de nuevo.
-¡Vamos ven!, ¡Suzaku!- Él se levanta.
-¡Mi nombre es Yuki!- Me acerque rápidamente
hacia él y golpee su rostro, este exploto.
-¡¡AAAAH!!
La piel de mi cuerpo se
endureció y de las alas hechas de llamas empezaron a salir plumas.
-Es irónico, matare a un dios de la muerte.-
Yo ya no era yo mismo.
-Te Tengo.
Él se levantó con rapidez y
toco mi frente con su palma, haciendo que pierda toda la fuerza de Suzaku.
-Ahora estas debilitado por completo.- El
golpeo mi rostro y volé al lado de donde deje mi espada.
-¿Por qué? ¿Qué sucedió?
-Esto te pasa por subestimarme.
El empezó a clavar su espada
en mi cuerpo, empezó por mi hombro, mi mano y muslo derecho, mis pies y mi
antebrazo derecho.
-Antes de matarte, presenciaras el final de
esas chicas de ella.
-¡¡DETENTEE!!- Aparecí frente a él sin saber
cómo, recibiendo un espadazo en el hombro.
-No dejare que las toques.- Tomo su brazo y
lo gire con fuerza hasta romperlo.
-¡¡AAAH!!
Le di un golpe en la cara
mandándolo lejos de ellas, al voltearme ellas despertaron.
-¿Están bien?
-Yuki…
-Acabare con él.
El tomo su espada con la otra
mano y yo me acerque hacia el rápidamente, nuestras espadas chocaron, mi espada
estaba muy desgastada, en medio del choque se rompió, yo me balanceé hacia
adelante pasando lo que sobra de la espada detrás de la suya y…
-Aquí acaba todo- Le dije.
-¿Qué?
Mi espada que quedó cortada a
la mitad empezó a rodearse de fuego como aquella vez, formando el contorno de
una Katana rellenando la parte faltante, se me ocurrió un buen nombre para
esto.
-Toma esto, “Flame Sword: Absolute Edge”
Con esto logre cortar al
Shinigami por la cintura, su torso caía mientras sus piernas seguían de pie.
-Se acabó.
-¡Yuki!
-¡Yuki-Oniichan!
-¡Onii-chan!
-Lo logre.
-Yuki, Furukawa-san…
Me acerque a Furukawa y la
puse entre mis brazos, empecé a llorar, por alguna razón ella estaba cubierta
de polvo.
-¡Furukawa! ¡Despierta! ¡Por favor!- Caí en
un llanto desesperado.
-Onii-chan…
-¡Furukawa!, por favor, ¡Yumeko!- Cerré mis
ojos y la abrace fuerte.
De repente sentí algo en mi
boca, al abrir mis ojos estaba Furukawa besándome, ¿Me está besando? ¿Está
viva?, en mi boca sentí algo más, su lengua, es un beso con lengua, es mi
primer beso con lengua, Tsukino se va a enfadar.
-Ya estas mejor.- Me dice ella.
-¡¿Furukawa?! ¡¿Estas viva?!
-¿Eres tonto? Yo también tengo sangre de
Fénix.- Lo olvide por completo.
-Pero… ¿Por qué el beso?
-Tú querías saber si un beso en la boca te
curaría, y lo hizo.
-¿Solo por eso?
-No solo eso, veras… ¡Me gustas!- Ella cerro
sus ojos y mostro una hermosa sonrisa.
-Furukawa…
-No me llames así, llámame como hace un rato.
-Yumeko…- Nuestros labios se acercaron.
-¡¡DETENGANSE YA!!- Grita Tsukino.
-¡Ah! ¡Lo lamento!- Me levante y la ayude a
levantarse a ella.
Sin decir nada me acerque al
Shinigami, su mano aun sostenía esa espada, acerco mi mano para intentar
quitársela, pero de repente siento un gran dolor en mi pecho, la espada del
Shinigami estaba clavada ahí, eso atravesó mi corazón, moriré…
Antes de caer escuche a todas
gritar mi nombre, luego todo se puso borroso y caí al helado suelo.
…
Mis ojos empezaron a abrirse
-¿Dónde estoy?- Aun no alcanzo a ver bien.
-Ah, estoy aquí.- Estoy con los dioses.
-¡Onii-chan!- Haruka dice mi nombre.
-¿Qué paso? ¿Cómo estoy vivo?
-Tu inmortalidad volvió.- Dijo Yumeko, eso
significa que en verdad morí.
-¡Yuki!- Escucho una voz detrás de mí, voltee
y una chica con orejas de gato me abraza.
¿Quién es ella?
-Yuki,
me alegro de que estés bien.- Dijo ella entre lágrimas.
¿Qué debería decirle? ¿La
conozco?, no puedo recordar quien es.
-Oye…- Le dije.
-Podrías… ¿Decirme quién eres?
Decirle eso fue muy incómodo
para mí, me sentía un poco mal.
-Onii-chan ¿Por qué dices eso?- Haruka me
habla.
-Yu… ki.- Dice la chica mientras apretaba
fuertemente mi cuerpo.
-Esto es…- Escuche a Zeus hablar con un tono
preocupado.
-Yagami-san ¿Seguro no sabes quién es?-
Pregunta Yumeko.
-De verdad.
-¿Quién soy yo? ¿Quiénes son ellas?- Con
ambas manos señala a Haruka y a Nana-chan.
-Son Kazuki Nana, mi hermana Kajiyama Haruka,
y tú eres Furukawa Yumeko.
-Esto es raro.- Dice Zeus
-¿El que es raro?- Le pregunte.
-Cada vez que mueres pierdes un fragmento
corto de tu memoria el cual es remplazado por recuerdos falsos, pero esta vez
perdiste todos los recuerdos sobre una persona en específico.
-Eso significa… ¿Qué la conozco?
-Yuki.- Ella me sujeta de los hombros con
mucha fuerza.
-¡Cómo pudiste olvidarme! ¡Recuérdame!
¡Takahashi Tsukino! ¡¿Me recuerdas?! ¡Tsukino!- Ella se veía alterada, sus ojos
lloraban mucho.
El verla llorando hizo que
sintiera algo raro, no me gusta ver llorar a las chicas, ni siquiera sé que
decir, si digo algo puede que esté más triste, pero por más que intente
recordarla, no sé quién es ella. ¿Cuál era mi relación con ella?, ¿Acaso éramos
novios?, no, eso no puede ser, soy muy cobarde como para confesármele a una
chica tan linda como ella.
-Yuki ¿Me recuerdas?
-…
Me quede en absoluto silencio.
-Yuki, respóndeme, por favor.
Si respondiera de seguro las
cosas empeorarían, no quería lastimarla.
-Este… ¿Takahashi-san?
-¡No!, ¡Dime Tsukino!, ¡Tsukino! ¡Solo así!-
Ella se puso peor, no debí haber respondido.
-Aunque me lo pidas, no creo que deba
llamarte por tu nombre.
-Yuki…- Ella se paró, levanto su mano derecha
y apretó un puño que apuntaba hacia mí.
Estaba listo para recibir su
golpe, apreté los dientes y cerré fuertemente mi boca y ojos. De repente sentí
algo suave en mi cabeza, abrí mis ojos, Takahashi-san estaba acariciando mi
cabeza.
-¿Por qué?... debiste haberme golpeado.-
Realmente creo que lo merecía.
-No puedo golpearte, no es tu culpa, ya
sufriste mucho, no quiero que tengas más problemas.- Su rostro y tono de voz
inmediatamente cambiaron, parecía ya no tener emociones.
-Zeus, ¿Hay algún modo de recuperar mis
recuerdos?- Pregunté.
-Yuki…
-Lamento decirlo pero… el cambio es
irreversible, tú no podrás recuperar esos recuerdos que fueron destruidos.- Responde
Zeus.
-Realmente quiero recordarte.- Le dije a
Takahashi-san.
-…- Sin decir una palabra ella me abraza y yo
me sonrojo.
-Tendrán que ayudarme a recordar.- Les dije a
todas en general.
-Ahora los enviare a su casa, pero antes…-
Zeus interrumpió.
-¿Qué sucede?
-Cuando moriste el Shinigami desapareció, el
sigue vivo y el alerto a los dioses demoniacos, ellos seguramente se verán
obligados a usar Ángeles caídos.
-¿Ángeles… caídos?- Dice Nana-chan con un
tono de preocupación.
-Por el momento volvamos.- Dije.
Luego aparecimos en mi casa,
ya era de noche y la casa estaba a oscuras por lo que no se podía ver nada.
-Nos vemos... Takahashi-san.- Me despedí de
ella y le di mi mano.
-Yo vivo aquí.
-¡¿Vives aquí?!
-Si.
-¿Y dónde duermes?
-En tu habitación.
-¡¿Qué?!
-Tú duermes en el sillón.
-Si…
-¿Realmente no recuerdas nada?
-Lo siento.
-No tienes que disculparte, no es tu culpa.-
Ella sonrió, se veía muy linda.
Las luces se encendieron y
empecé a ver a mí alrededor, al lado de Yumeko había una chica de cabello
castaño ondulado y corto hasta los hombros, ojos celestes y tenía puesto un
traje de sirvienta. Espera, ¿Yumeko? ¿Una sirvienta? ¿Qué hacen en mi casa?
-Eh… Yumeko.
-Si.
-¿Por qué estás aquí y quien es ella?
-Ella es mi sirvienta, Rin-san, y desde hoy
viviremos aquí.
-¡¿Qué?!
-Nuestra casa fue destruida, Haruka-san y
Takahashi-san me dejaron quedarme aquí.
-Pero no hay espacio.
-Soy una heredera de una familia muy
adinerada, con algunos pocos gasto remodelaremos tu casa, tú también te
beneficias, ya no dormirás en el sillón, ¿Qué opinas? ¿Podemos quedarnos?
-Si lo pones así, claramente suena bien,
quédense.
-Gracias.
-Espera, ¿Que no había por lo menos cinco
sirvientas en tu casa?
-No, solo ella.
-Pero…
-Ella no es de este mundo.
-¡¿Qué?! ¡¿Es un extraterrestre?!
-Bromeo.
-¡No bromees!
-Ella tiene una especie de magia que le
permite clonarse.
-¿Magia?
-Sí, soy una maga, desde hoy seré su
sirvienta también, un gusto.- Dice Rin-san mientras se inclina.
Bestias, demonios, dioses ¿Y
ahora magos? Solo falta que existan los extraterrestres ¿Verdad?, al menos
conseguí una sirvienta y mi casa será remodelada, pero…
Hoy pelee contra un Shinigami,
yo morí en esa pelea y perdí mis recuerdos sobre Takahashi Tsukino, voy a
tratar de recuperarlos, pero Zeus dijo que aparecerán Ángeles caídos, esto no
será bueno para Nana-chan, no debo dejar que le pase nada, ni a ella ni a
nadie, hay algo que no entiendo cuando el Shinigami dijo “Lucifer-sama” ¿Se
refería a ese Lucifer? ¿El de las leyendas?
gracias por el capitulo
ResponderEliminar