Aquí David A-Gato, saludandoles y trayendo el final del primer volumen de Nox.
EPÍLOGO
Aunque durante dos días más se suspendieron las clases, eso no evitó que Jean junto con las demás señoritas acudieran al lugar de siempre a almorzar en compañía de los duendecillos.
El joven fue bombardeado con múltiples preguntas, principalmente las relacionadas con su estado de salud y la apariencia que tomó durante la pelea, al escuchar que usó su nombre mágico para liberar su poder las tres jóvenes se impresionaron y le pidieron que lo volviera hacer para que ellas lo pudieran ver.
Ese mismo día en la tarde acompañó a Leil Rewn a la central de los caballeros, donde Jean detectó a un solo traidor que intentó darse a la fuga, pero fue atrapado por su líder.
La transformación del caballero traidor no estaba completa, su rostro era una mezcla de un horrible pez y el propio.
En el cuarto de interrogación donde sólo tres personas se encontraban, Leil, el traidor y Jean quien usando la flama púrpura revirtió al hombre a un estado más humano causándole indescriptible dolor, sacando una confesión entre sus gemidos, gritos y maldiciones que confirmó las palabras del Joven.
-En ese caso ya no me sirves más- Sacando su guadaña de fuego después de obtener toda la información disponible Jean intentó deshacerse del hombre, el cual empezó a rogar por su vida-.
-Él es uno de mis hombres, yo me encargaré de darle el castigo apropiado-. Colocándose entre el traidor y el arma de llamas Leil detuvo a Jean.
-¿Hombre?, ¿En verdad le parece que esta cosa es un hombre?, Le recuerdo que por su culpa muchos murieron sin que tuvieran la oportunidad de prepararse y aun así insiste en defender a esta abominación-.
El tono frío del joven que se encontraba delante de ella estaba cargado con odio e impiedad, que no encajaba con su edad ni frágil apariencia, en ningún momento dudó o bajó sus armas, algo en él la hizo temer y un sudor frío recorrió su espalda.
-Yo soy su líder, dejaré que sus compañeros decidan el castigo, ¿No crees que sería injusto quitarles ese derecho?-
Ella intentó abordarlo de otra manera.
-Me parece justo-. Jean desapareció su arma preferida y dando la vuelta se retiró.
Al día siguiente las clases se reanudaron, al final de ellas se hizo una pequeña ceremonia privada en la dirección con únicamente cuatro integrantes (los mismos de la reunión pasada), donde fue obligado a participar.
Leil Rewn, como representante del Orden De la Ciudad Lux, le colocó una medalla de oro con una insignia de un Grifo.
Todos los presentes lo felicitaron. Después de unos momentos la capitana Maeru y él se retiraron, quedando sólo la directora y la Líder Caballero, en el pasillo Jean se topó con un hombre vestido con ropas lujosas, de tez blanca, cabello negro, ojos cafés y obeso, que le cortó el paso.
-¡Así que tú eres el asesino de mi hijo!-. El hombre le abofeteó, la Capitana quiso intervenir pero el joven levantando su mano la detuvo.
-¡Cómo te atreviste a tocarlo miserable!- Continuó abofeteándolo.
-Es un placer verlo de Nuevo Lord Tartem, pensé que no había podido escapar de Le Morte-. El joven con una actitud burlesca se comunicó con el noble, el cual detuvo su ataque y retrocedió asimilando las palabras del asesino de su hijo.
-Tú... ¿cómo sabes?...-. El Lord retrocedió unos pasos más, en su rostro se podía ver la sorpresa.
-Discúlpeme, "Respetado Señor", ¡Qué tonto soy!,. Es obvio que con esta apariencia no me podría reconocer, por lo general en el coliseo siempre vestía de negro y usaba una Hoz o una Guadaña para segar la vida de mis oponentes-.
-¡No! ¡No es cierto! ¡Tú no puedes ser él!- El hombre cayó sobre su trasero intentando alejarse de Jean visiblemente aterrorizado.
Con el mismo tono y actitud el Joven continuó.
-Dígame ¿Qué se siente que sea su hijo el que probó mi Guadaña y no un preso desconocido? ¿Llorará o acaso reirá sin control como siempre solía hacer?- La sorpresa del obeso hombre cambió a terror.
-Lord Tartem le pido humildemente un pequeño favor- Jean se agachó poniéndose al nivel del hombre que estaba en el suelo, viéndolo a los ojos continuó- mantenga limpio su cuello, porque me encantaría segar su vida uno de estos días-.
Jean siguió su camino, después de avanzar un pequeño tramo volteó.
-¡Ah! una cosa más Noble Lord, shhh-. Poniendo su dedo índice enfrente de su boca entregó un macabro mensaje sin mediación de palabras, "será mejor que guarde silencio".
El joven se marchó seguido de una pálida Capitana Maeru.
Dos horas más tarde cuando se encontraba acostado en su cuarto, recibió una llamada de Laur vía la efigie de madera.
-Jean ¿Me escuchas?, Quisiera presentarte a alguien, se trata de mi abuela ¿Sería posible que nos veamos en el árbol de siempre?-.
-Está bien, solo no vayas a hacer nada raro-.
-Que grosero, ¿Por quién me tomas?, Bueno te espero en cinco minutos-.
La comunicación terminó.
-Supongo que ahora podré cumplir una de mis promesas Maestro Fritz-. El joven habló para sí mismo.
Al llegar al árbol encontró a la señorita acompañada de una mujer, cuya edad él calculó se encontraba arriba de los 60, tenía el cabello rubio con varios manojos de gris, en su rostro tenía una expresión amable con una gran sonrisa, sus ojos eran de color azul.
-Jean Nox Crow, te presento a mi abuela Sofía Van Fey, vino preocupada después de que escuchó del incidente-. Laur comenzó con las presentaciones, lucía algo nerviosa.
-Mucho gusto Señora-. Jean hizo una reverencia.
-Igualmente Joven, mi nieta me ha contado muchas cosas sobre ti desde que llegué, sinceramente habla demasiado-.
La abuela dijo todo esto manteniendo su gran sonrisa.
-(Ahora entiendo, de ahí sacó su encantadora personalidad)-. Jean se contuvo la risa.
-¡Abuela!-.
-Bueno, bueno dejándonos de bromas, gracias por protegerla. Ella es mi única familia-.Ahora fue ella quien hizo una reverencia.
-No, por favor no me agradezca, yo le debo mucho más a su familia y no podría pagarles-.
- ¿Le debes a nuestra familia? ¿A qué te refieres Joven?-La abuela Sofía examinó con sus ojos al joven.
-Me refiero a mi amado Maestro Fritz Van Fey, él fue uno de las pocas personas que me extendieron su mano para salvar mi vida-.
-...Eso es imposible Joven, mi esposo murió hace más de catorce años...- La mujer adulta respondió con un tono grave.
-No fue así, él fue hecho preso por el Imperio y enviado a la cárcel Le Morte, aquí tengo la prueba- Jean, extendió su mano y le mostró una pequeña esfera de cristal de color azul.
-Me dijo que se la entregara a su esposa, es decir usted señora-.
La mujer tomó la esfera y la colocó en su palma.
-Abuela ¿Qué es eso?-
Laur no sabía cómo responder ante esta situación, le habían dicho que su abuelo murió cuando ella tenía solo un año de edad, así que prácticamente no lo conoció.
-Es un holograma, soy Sofía Van Fey dime tu mensaje-. Con esas palabras la esfera comenzó a brillar levemente, después surgió una imagen en tres dimensiones de un hombre adulto, delgado, mayormente calvo, ojos cafés, nariz pequeña, labios gruesos, vestido con una bata de investigador el cual comenzó a hablar.
-"No sé si es de día, tarde o noche, así que solo diré "Buenas tengan", si este holograma se activó significa que llegó a tus manos mi amada Sofía.
Siento mucho no haber estado contigo estos últimos casi quince años, a pesar de que prometí siempre quedarme a tu lado, el Imperio me arrebató de ti, querían que les diera los datos de la investigación que estaba llevando a cabo; la explosión en el laboratorio fue causada por ellos y en ese evento asesinaron al director, yo era el segundo al mando por eso fui secuestrado, a pesar de las torturas no les dije nada, amenazaron con hacerte daño a ti y a nuestra querida nieta, la única familia que nos quedaba; finalmente los convencí diciéndoles que únicamente el director conocía los detalles y que nunca los compartió, fue entonces cuando me arrojaron en este infierno que es la cárcel Le Morte.
Como quisiera poder verlas a ambas. Laur mi nieta, si estás ahí también te debo una profunda disculpa, no sólo no tuviste padres que te vieran crecer sino que tampoco pude estar ahí para ti, eso me duele mucho, solo soy una excusa de hombre, en verdad perdóname.
Había tantas cosas que quería decirte sobre el mundo, sobre mi hijo y tu madre.
Aunque no tengo el derecho, recordando a mi hermosa esposa y a mi nieta, pude tener fuerzas para sobrevivir día con día.
Estoy seguro que te has convertido en una joven muy hermosa, pues tienes los genes de mi esposa y tu madre también era bella, permíteme compartir algo de mi sabiduría, escucha atentamente, todos los hombres son lobos con piel de oveja, que no se te olvide.
Ahhh, me siento mejor al compartirte el consejo más sabio que un abuelo puede dar.
A pesar de que mi intención es sobrevivir, no sé si estaré vivo cuando vean esto, así que quiero decirles algo muy importante, las amo mucho a las dos.
Rezo para que pueda verlas, rezo para que sean felices. Aún no puedo irme porque todavía hay personas necesitadas en este lugar.
Nuestro discípulo peleó para alimentar y proteger a esta gente, se manchó las manos con sangre, sufrió y estuvo a punto de morir incontables veces por el bien de los demás, a pesar de que le prohibimos usar lo que le enseñamos para mal; incluso en un ataque de rabia por habernos desobedecido le dijimos que no lo queríamos volver a ver y sin embargo cuando ocurrió lo peor, fue el primero en venir a buscarnos y advertirnos que estábamos en peligro.
Es un orgullo haber sido su maestro, también rezo por su felicidad.
"Adiós y hasta pronto."
El holograma desapareció y sólo quedó el llanto de tres personas.
-¡Ja!, es tal como dijiste abuela, el abuelo era un idiota.-. Laur lloraba pero también reía.
-Ja ja, te lo dije muchas veces pero es bueno que lo verificaras con tus propios ojos, aunque estoy impresionada, no pensé que fuera tan valiente- La abuela Sofía se limpiaba las lágrimas de los ojos.
-No hablen mal de mi maestro era un gran hombre-.Jean lloraba abundantemente, con su manga también se limpiaba las lágrimas y los mocos.
-Ven aquí Jean-. La mujer de edad lo abrazó fuertemente.- Le diste a esta anciana una gran felicidad. ¿Cómo podré pagártelo?-.
-No diga nada de eso señora, la deuda que tengo con mi maestro Fritz no podría pagarla nunca- El joven respondió con nerviosismo y timidez en su voz.
Jean no se resistió al abrazo, aunque sintió que sus huesos estaban a punto de romperse.
-Ven también aquí Laur- La señorita hizo lo que le indicaron, cuando estuvo al alcance de su abuela, ella la abrazó sin soltar al otro joven.
Una hermosa escena se pudo ver al atardecer.
Fin del libro 1.
Un buen final para este primer volumen.
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