Hola a todos, después de un pequeño descanso, recuperé la fuerza para publicar algo, respecto a la otra Novela que escribo "Nox" la siguiente semana empezaré a publicar el segundo volumen.
Igualmente espero que esta nueva les guste. Si hay algo que quieran comentarme sientanse libres de hacerlo.
Imagen con fines ilustrativos.
CAPÍTULO 1.2
No sabía bien como había pasado, pero de alguna forma una persona se encontraba en el suelo, sin señales de despertar, de vez en cuando se veían espasmos involuntarios principalmente en las extremidades.
-¡Oh! ¡Maldición! ¡No medí mi fuerza, lo golpeé con todo! ¡De seguro lo mandé al otro mundo!- una llamativa rubia, pensaba esto de manera alarmante y preocupada- ¡iré a la cárcel!
El sujeto que yacía en el suelo empezó a moverse y de repente se levantó como impulsado por una fuerza invisible, mientras se agarraba la cabeza con las dos manos y decía.
-¡Eso dolió! ¡Dolió mucho! ¿Qué pasa contigo? ¡¿Por qué golpeas a las personas de la nada, pequeña oni?!-inquirió a la pequeña persona que se encontraba delante acercándosele hasta llegar a estar cara a cara, a unos cuantos centímetros de distancia.
Ella lo quedó viendo impresionada como si hubiera visto a alguien que acababa de regresar de la tumba, no sería una expresión exagerada ya que ella había pensado que este iba a ser el desenlace final.
Pudo observar su rostro, piel color ceniza, ojos grises que parecían mirar profundamente, labios delicados, nariz refinada, cabello largo negro en la base y gris en las puntas, de rasgos finos. De no ser por la ropa que ayudaba a diferenciar en algo su género, ella no hubiera podido determinar si era hombre o mujer, su cuerpo delgado no ayudaba a diferenciarlo de manera correcta.
Percatándose de la cercanía entre sus rostros ella dio varios pasos hacia atrás, sonrojada.
Empezó a balbucear.
-L…lo sien…to, lo hi..ce porque pare…cía- sus palabras empezaron a ganar confianza, recordando la razón por la que había actuado así- que el gatito peligraba-.
- Si , esa fue la razón, no hay otra causa- añadió para convencerse de que había actuado correctamente.
-¿Peligrar? ¡Dices, el único peligro que veo aquí eres tú, me pudiste haber matado, pequeño oni salvaje! Además no le iba a hacer nada al gatito-Respondió.
- Bueno nada que no quisiera él………- Agregó en voz baja, casi inaudible, mientras evitaba la mirada acusadora de la persona que le había golpeado.
Dio un suspiro largo y profundo por segunda ocasión en el día.
- Ya que llegamos a esto, y por tu culpa se fue- el extraño hablaba mientras buscaba algo entre sus ropas…-Tú tomarás su lugar- terminó la frase, en un tono que no parecía broma, al mismo tiempo que sacaba una diadema con orejas de gato, como las que se usan para hacer cosplay, por qué esta persona llevaba algo así, dejaba en claro su naturaleza un poco desviada, todo esto solo lo hacía parecer más y más sospechoso con cada segundo que pasaba…
La pequeña rubia se le quedó viendo en estado de shock, algo que había estado pasando mucho desde esta mañana.
Después de procesar la información varias veces para asegurarse que había entendido correctamente el mensaje, y no había ningún error.
-¡¿Estás mal de la cabeza?! ¡¿Qué clase de personaje crees que soy?! ¡Maldito, pervertido!- contestó elevando la voz varios decibeles, mientras mostraba una mirada salvaje.
-Tienes que tomar responsabilidad- contestó la persona de rasgos finos seriamente mientras la miraba a los ojos directamente.
-¡No! ¡De ninguna manera hare algo así! ¡Además la frase “Tienes que tomar responsabilidad” la estas usando completamente fuera de contexto!-la chica replicó rápidamente.
-Entonces será por la fuerza- declaró la persona que sostenía las orejas de gato, dando un brinco se le abalanzó a la pequeña mujer, con intención de colocar la diadema en su pequeña cabeza.
Como por acto reflejo, ella levantó su mano derecha cerrada en un pequeño puño, un sonido sordo se escuchó, había impactado de lleno en la mandíbula de la otra persona, una escena de película se pudo ver, como cuando el héroe de acción da el golpe final al villano.
El cuerpo de su oponente salió volando y cayó como en cámara lenta, al impactar con el suelo se escuchó un ruido que parecía hacer eco. Mientras ella se encontraba de pie con su pequeño brazo aún extendido.
Respiraba agitadamente, y su rostro se había enrojecido demasiado, se podía ver una ira increíble, al parecer había entrado en modo berserker.
El sujeto “pervertido” de rasgos finos se encontraba tumbado boca arriba, agarrándose donde le habían golpeado con ambas manos, mientras se quejaba, y se movía de un lado a otro. Antes que pudiera decir algo. La pequeña rubia se le acercó y empezó a patearle.
-¡Toma esto pervertido! ¡Y esto!- El cuerpo de su oponente recibía golpe tras golpe, mientras se movía frenéticamente intentando esquivar en vano. Ella consideró que ya había sido suficiente cuando el sujeto se dejó de mover, no sin antes decir lo que parecían ser sus últimas palabras.
-Me…..venga…ré.- un débil susurro se escapó de sus labios.
-¡Tú te lo buscaste! Ja ja ja ja ja- La pequeña rubia empezó a reír fuertemente, aunque se veía agotada y respiraba aceleradamente, mientras mantenía un pie en el cuerpo de su oponente, una escena de carnicería bizarra tragicómica tomando en cuenta su pequeña figura y su apariencia, uno no podía determinar si debía reírse o tener miedo ante esta extraña escena, probablemente la primera opción sería la más acertada.
Mientras se seguía riendo como si estuviera en éxtasis, de repente una mano le tocó el hombro.
-¡Kyaa!- dio un sonido bastante femenino, al mismo tiempo que daba un salto como un gato asustado.
Aparentemente había salido de su trance fácilmente.
-¿Qué haces riendo como estúpida en medio de la nada Soren?- Preguntó la persona que le había tocado el hombro, se trataba de una señorita pelirroja de piel blanca y ojos cafés, nariz delicada, labios delgados, mucho más alta que la persona a la que se dirigía, probablemente hija de una familia acomodada.
Después de unos segundos al no recibir respuesta.
-Bueno no me importa- continuó mientras observaba de manera sospechosa, a la pequeña rubia, que no podía articular ningún sonido, o más bien no podía poner en palabras la situación por la que se encontraba así, curiosamente Soren alternaba su mirada entre el suelo, en el que ahora no había nada y ella.
- Cada quien tiene sus hobbies. Pero si no te das prisa llegaremos tarde a la escuela-La otra señorita añadió de manera misteriosa, agarrando la mano y tirando de Soren, se alejaron de prisa rumbo a su escuela.
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