BUENAS A TODOS AMIGOS LECTORES, ME DISCULPO POR HABER DISMINUÍDO LA VELOCIDAD CON LA QUE LIBERABA LOS CAPÍTULOS DE ESTA NOVELA, ES POR ESO QUE MI SENTIDO DE CULPA ME IMPULSÓ A TERMINAR EL SEGUNDO VOLUMEN, LO HIce SIMPLEMENTE REDUCIENDO MI CANTIDAD DE SUEÑO A NADA, ALGO ASÍ COMO DIEZ CAPITULOS MAS QUE SUBIRÉ INMEDIATAMENTE, PERO PARA NO HACERLES LEER DE POCO EN POCO LOS DIVIDIRE EN SOLO TRES CAPITULOS EXTENSOS. TOMENLO COMO UNA MUESTRA DE MI APRECIO.
Estando en dirección hacia el hogar de Sitr,
Jean decidió que era necesario hablar.
-Sitr, hay algo que tengo que decirte, antes
de que se convierta en un malentendido-.
-Anda dime soy toda oídos-.
Con una ligera sonrisa la matriarca Troll le
respondió.
-Bueno espero no te molestes, pero en realidad
tú raza no me contrato para rescatarte, simplemente las cosas se desarrollaron
de esa forma mientras investigaba la base enemiga-.
-Lo sé-.
-¿En serio? ¿Desde cuándo?-.
-Desde que pude descansar y sanar mis heridas,
una vez que mi cabeza se enfrío y pude pensar con más calma, me dí cuenta que
mi raza es muy orgullosa como para solicitar ayuda de otras personas-.
-Ya veo, siento mucho haberte engañado, no fue
mi intención-.
La pena se reflejó en el rostro de Jean.
-No necesitas disculparte, en realidad te
estoy muy agradecida de que hallas evitado que desperdiciara mi vida en un arrebato
de furia, no olvidaré esta deuda que tengo contigo-.
-Agradezco tus palabras, pero no es necesario
que le des tanta importancia, por ahora enfócate en tu pueblo-.
-Me esforzaré por reconstruir lo que hemos
perdido, pero no me pidas que no le dé importancia a tus acciones-.
Los dos se quedaron viendo a los ojos por un
momento, el cual fue interrumpido por cierta persona.
-Cof Cof, disculpen por molestarles pero
estamos a punto de llegar-.
Una incómoda Capitana Marshall habló.
Se encontraban en la entrada del puente Blanco, los trolls
macho detuvieron el carruaje.
-Si querer pasar aquí tener que pagar-.
Un grupo de cuatro de ellos se les aproximó.
Sitr salió del carruaje, junto con Nelu y
Jean.
-¡Jefa Sitr! -.
-¡Señora!-.
-¡¿Cómo ser posible?!-.
Todos se asombraron al verla.
-Escuchen bien, es necesario una reunión de
emergencia, no pierdan el tiempo y avisen a los demás-.
-Pero ¿Cómo escapar?-.
-Está persona me rescató, les contaré los
detalles después, ahora denme un par de caballos y no hablen mas-.
-Entendido Señora-.
Sitr voltó a ver a Jean y Nelu.
-Jean Nox Crow, por favor acompáñame a mi
aldea, te recompensaré apropiadamente por lo que has hecho-.
-Por el momento tengo algo muy importante que
hacer, lo he estado posponiendo pero creo que no debo demorarlo mas, pero te
prometo que antes de partir de la Ciudad Acorazada, pasaré por tu hogar-.
-Entonces es una promesa, no te atrevas a
romperla-.
-No lo haré, siempre cumplo mis promesas-.
-Muy bien, así debe ser, un hombre siempre
debe mantener su palabra, Capitana Marshall usted también está invitada-.
-Muchas gracias Sitr, lo tendré en cuenta-.
Uno de sus subordinados le trajo un caballo a
Sitr, ella ágilmente lo montó, se despidió de sus acompañantes y se dirigió
hacia su hogar.
La capitana Marshall y Jean regresaron a la
Ciudad Acorazada
-Capitana, aquí me bajo, regresaré a la casa
del árbol-.
-¿Casa del árbol? ¿Cuál casa del árbol?-.
-Bueno verá como no encontraba lugar donde
quedarme, hice una casa propia en el bosque-.
-En ese caso déjame insistir que dejes ese
lugar y en cambio ocupes una habitación en mi hogar-.
-No se preocupe capitana, en realidad estoy
bastante cómodo y seguro, además tengo todo lo que necesito, y dado que su
padre no está en casa, considero que sería de mala educación que un hombre
extraño se quedara a dormir-.
-Estoy completamente segura que si te dejo
libre acabarás causando problemas-.
La joven mujer parecía estar debatiéndose en
cómo solucionar tal dilema.
-En realidad creo que hasta ahora no he hecho
nada malo, salvo malentendidos que siempre se aclaran, así que le pido un voto
de confianza-.
Nelu suspiró antes de responder.
-Está bien por esta ocasión tu ganas, pero si
me entero que estás haciendo algo indebido… -.
La joven mujer no terminó su frase, con sus
serios ojos transmitió el resto del mensaje.
-No se preocupe me comportaré-.
Jean se bajó del carruaje y se perdió entre la
muchedumbre.
Nelu continuó su camino, pensando si debió
insistir más en que él se quedara en su casa.
-(El uso de la fuerza también hubiera sido
buena idea, pero supongo que sí debo confiar en él)-.
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Noa Warbringer se encontraba en el bosque
donde había conocido al “hombre de sus sueños" con la intención de invitarle a
ir al festejo de aniversario de la fundación de la Ciudad, la idea se la había
dado su mejor amiga Nelu Maeru Marshall, ayer no pudo encontrarle,
afortunadamente descubrió una casa encima de un gran árbol, ella dedujo que ahí
debía vivir ese hombre, así que pacientemente le esperaba escondida detrás de
una gran piedra, algo que la hizo sentir como una acosadora, pero en esos
momentos no le importaba nada más.
Pronto sus esfuerzos fueron recompensados, un
joven de delicada silueta y facciones nobles apareció desde una vereda cercana,
acercándose poco a poco al gran árbol, en su espalda traía una inmensa bolsa.
Antes de que él se dispusiera a subir a su
hogar, reuniendo todo su valor Noa salió a su encuentro.
-Buenas tardes, tal vez no te acuerdes de mí,
soy Noa Warbringer, mmm verás me gustaría hablar contigo unos momentos-.
El joven al verla quedó petrificado, su cuerpo
inmediatamente comenzó a temblar.
-Lo siento mucho, claro que me acuerdo de
usted, no me pude disculpar adecuadamente en esa ocasión por favor perdóneme
por tratarla violentamente-.
-Vamos, vamos no te preocupes, te dije que fue
mi culpa por acercarme sin medir el peligro, por favor ponte de pie es difícil
tener una conversación adecuada si actúas así-.
-Yo entiendo-.
Jean se puso de pie, pero no se atrevía a
mirarla a los ojos.
-Muy bien, así está mejor, creo que debemos olvidar
esa ocasión e iniciar de cero, Mi nombre es Noa Warbringer, ¿Me podrías decir
el tuyo?-.
Animado por su sonrisa y sobre todo por el
hecho de que ella no parecía estar ahí para castigarle Jean respondió.
-Yo soy Jean Nox Crow, Vizconde del Reino de Ignis-.
-(¡Vizconde, cada vez se pone más atractivo!
¡Qué suerte tengo!) Mucho gusto Jean, ¿Te puedo llamar por tu nombre? ¿No lo
consideras grosero?-.
-No Señorita Warbringer, puede llamarme como
guste-.
-Muy bien entonces te llamaré Jean, pero en
ese caso pienso que es justo que tú igual me hables por el mío-.
-Está bien Señorita Noa-.
Jean no parecía totalmente convencido pero
decidió ceder.
-Dime solo Noa-.
-Si se…Noa-.
-La razón por la que vine hoy es para poder
hablar contigo y tal vez…-
El rostro de Noa empezó a ponerse rojo.
-Espere un momento se… digo Noa si le parece
podemos hablar ahí arriba, aquí podríamos ser atacados por algún animal
salvaje-.
Proponiendo eso, Jean tocó la base del árbol,
inmediatamente dos lianas bajaron, él tomó una y esta se elevó llevandoló hasta
la casa.
-Esperame-.
Noa
también agarró una liana fuertemente y fue llevada a lado de Jean.
El joven aún preocupado abrió la puerta e
instó a Noa a entrar.
-Por favor pase a mi hogar provisional, sé que
no es mucho pero espero le agrade-.
El lugar se encontraba abundantemente
iluminado, tenía un par de habitaciones y algunos muebles rústicos, Noa tomó
asiento en el más cercano.
-¡Wow! ¡Qué bonito!-.
-Gracias por sus amables palabras, ¿Me
permitiría invitarle a comer?-.
-No será necesario yo…Grrrrrrr-.
El espantoso ruido de su estómago quejándose
resonó por todo el lugar.
-Ahh…yo-.
-Supongo que eso es un si-.
-Si por favor, disculpa las molestias-.
Noa se cubrió el rostro con ambas manos
intentando ocultar su pena, se arrepintió de saltarse el almuerzo para venir a
verlo.
Cinco minutos después Jean regresó con platos
de madera llenos de fruta, carne asada y pan, después de otro viaje trajo
consigo un par de botellas llenas de jugo y unos vasos.
-Por favor adelante sírvase con confianza-.
-En ese caso no me abstendré, ¡Gracias por la
comida!-.
Noa decidió olvidar la vergüenza y empezó a
devorar la abundante comida.
Jean por su parte se encontraba pensando sobre
que quería ella hablar con él.
-(Tal vez debería decirle que su padre es mi
maestro y… no, es mejor que busque el momento apropiado no sé cómo actuaría,
además mi maestro me pidió que le diera la carta a su esposa, es decir la madre
de Noa y por ningún motivo debería desobedecerle)-.
Jean recordó los infernales entrenamientos a
los que fue sometido por el padre de Noa, pensó que ella sería igual que él,
pero viéndola comer felizmente se dio cuenta de que se había equivocado, ella
solo era una chica normal como sus amigas Lili, Laur y Liz. Sin darse cuenta
sus preocupaciones y precauciones volaron lejos.
Cuando la comida se acabó Jean retiró todos
los platos de la mesa luego le dirigió la palabra a Noa.
-Noa, ¿había algo que querías decirme?-.
-¡Ah! Si, verás mañana se celebra el
aniversario de la ciudad, después de mover algunos contactos conseguí el día
libre, y quisiera saber si tú…-.
El rostro de la bella mujer enrojeció de
repente.
-¿Si yo qué?-.
-…Bueno ¡¿Te gustaría acompañarme?!-.
Reuniendo todo su valor Noa le invitó.
-Yo…-.
Ahora era el turno de Jean de sonrojarse.
-…Si estás bien conmigo, será un placer
acompañarte-.
-En ese caso vendré a buscarte a medio día-.
La joven mujer de piel morena, parecía muy
feliz.
-Yo creo que sería mejor que nos encontremos
en algún lugar del centro de la ciudad, que una señorita se adentré en el bosque a buscar a un hombre,
no pienso que sea lo correcto-.
-Vamos, vamos, no te fijes en pequeñeces,
pasaré mañana sin falta, espero que estes listo para divertirte-.
-Está bien como tú digas-.
El joven decidió ceder, sabía por experiencia
que ir en contra de la voluntad de una mujer era la cosa mas peligrosa y
temeraria que un hombre pudiera hacer.
-Muy bien, ya que conseguí mi objetivo, me
retiraré, Jean te agradezco por la comida-.
El rostro de Noa estaba eufórico.
-En ese caso permíteme acompañarte, ya está a
punto de oscurecer y podrías ser atacada por las bestias salvajes-.
-No hay problema, conozco esté lugar mejor que cualquier persona, además
estoy bien armada-.
Noa puso sus manos en la funda de su sable.
-Aun así insisto, déjame acompañarte al menos
hasta la salida del bosque-.
-Está bien, vamos, (Estoy muy feliz pensé que
él se negaría a salir con una persona tan rara como yo, pero sorprendentemente
es más fácil de tratar que los hombres de mi batallón)-.
Tomando a Jean de la mano Noa lo arrastró
hacia fuera de la casa, y sin esperar a que el joven invocará las lianas para
bajar tranquilamente, ella saltó desde el árbol, cayendo varios metros de
altura mientras cargaba a Jean entre sus brazos, después continuó corriendo a
toda velocidad.
-(¿¡Que rayos pasa?! ¿¡Por qué estoy siendo
llevado como una princesa?! ¡Esto se ve muy mal no importa desde que ángulo se
mire!? ¡Va muy rápido! ¡Creo que me equivoqué, ella es igual de salvaje que su
padre!)-.
Después de algunos minutos por fin salieron
del bosque, dejándolo suavemente en el suelo Noa se despidió de Jean y continuó
su camino.
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El sol estaba a punto de ocultarse, el paisaje
que Nelu veía desde el balcón de su hogar era esplendido, la luz del atardecer
bañando todo el bosque, formaciones de nubes se habían tornado de color rosado
y dorado, las aves volaban en busca de refugio para pasar la noche.
-(Refugió para pasar la noches, ¿Será
habitable esa dichosa casa del árbol?)-.
Embelesada por esa escena Nelu no pudo
esquivar la pequeña piedra que se dirigía hacia ella, no se trataba de un
ataque, o una broma pesada, simplemente alguien estaba intentando llamar su
atención desde hace rato pero ella no se había dado cuenta.
-¡Ouch!-.
La piedra le dio de lleno en medio de su
frente. Nelu detuvo su línea de pensamiento, sobando su frente para mitigar el
dolor, inmediatamente volteó a ver hacia la dirección de donde vino el
proyectil.
-¡Nelu tengo algo importante que decirte!-.
Debajo de su balcón se encontraba su mejor
amiga Noa Warbringer.
-¡Oh! Eres tú, espérame un momento ya bajo-.
Al estar de frente a ella Nelu empezó a
cuestionarla.
-¿Qué pasó? Es muy raro que vengas a verme, ven pasa hablemos en la sala. (¿Por qué se ve tan feliz?)-.
Sentadas frente a frente, Noa fue la primera
en hablar.
-¡Nelu lo conseguí! ¡Logré invitarlo al aniversario
de mañana!-.
-¿Invitarlo? ¿A quién?-.
-Al hombre del que te hablé, ¡él aceptó salir
conmigo!-.
-Felicidades Noa espero que la pases bien-.
-Es por eso que vine a verte, realmente no sé
qué planes preparar para que esta ci…cita sea un éxito, por favor ayúdame-.
La joven mujer de piel morena se encontraba
nerviosa.
-Estaré encantada de ayudarte pero realmente
no tengo nada de experiencia en esa área-.
-Y yo todavía menos, sinceramente me considero
una mujer con poca feminidad, tal vez porque fui educada para ser la sucesora
del estilo Warbringer, pero tú como hija de un general sabes tratar de manera
más delicada a las personas-.
-Bueno supongo que es cierto, al fin y al cabo
he tratado con nobles y personas importantes de otros países desde pequeña-.
-Entonces ¿Qué actividades piensas que debo
hacer durante la ci..cita?-.
-Mmm, déjame pensarlo, yo creo que deberías
dejar que las cosas fluyan libremente, muéstrate tal y como eres, siempre he
pensado que tu forma de ser es admirable, eres una persona alegre, enérgica,
trabajadora pero sobre todo fiel a tus sentimientos, si ese hombre logra ver lo
mismo que yo, probablemente se enamorará de ti y si no significa que no es el
adecuado-.
-Gracias por pensar en mi de esa forma, haré
lo que me dices, pero aun así no puedo quitarme está preocupación, es la
primera vez que saldré con un hombre-.
-¿En serio es la primera vez?, ¡Wow! Pero si eres muy popular, estoy segura
que muchos hombres han intentado salir contigo-.
-Sí, pero ninguno de ellos era mi tipo -.
-Entiendo en ese caso que te parece si hacemos
esto….-
Nelu y Noa empezaron a planear su estrategia
paso a paso para que la cita sea un éxito.
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La noche pasó rápidamente, después de dos
horas desde que el sol salió Jean decidió levantarse, se lavó los dientes y
luego fue al lago cercano a tomar un baño.
Tuvo un poco de problemas para elegir la ropa
apropiada que se pondría finalmente decidió usar una camisa blanca de manga larga y un pantalón negro así como un saco corto del mismo color, él había pensado que Noa le invitó a salir como una
forma de disculparse por ese incidente, Jean consideró que no era necesario pero también pensó que no era mala idea divertirse de vez en cuando.
Llegada la hora acordada, sin un minuto más o
menos, Noa se presentó.
-Hola, espero que estés listo-.
Iba vestida con un pantalón color café y una
blusa blanca sin mangas ceñida a su cuerpo que enfatizaba sus atributos
femeninos, su largo cabello se encontraba atado en una cola de caballo, un atuendo que sería mejor durante un entrenamiento deportivo no para una cita, Jean
nunca pensó que ella iría vestida de tal forma pero tampoco se quejó.
Ya en el centro de la ciudad, Noa y Jean se
detuvieron en un puesto de comida frita que olía deliciosa, de alguna manera
terminaron entrando en un concurso de “todo lo que pueda comer” por parejas.
Para sorpresa de Jean quedaron en primer lugar, ganándoles a todos por una
abismal diferencia, pero realmente todo fue gracias al gran apetito de Noa.
Por iniciativa de ella después de ver el desfile
militar, decidieron dar un paseo en barca, en un pequeño lago artificial,
aunque realmente no se trataba de un simple paseo, más bien era una carrera
deportiva.
Poniendo toda su fuerza física y mental en
remar, el par de jóvenes arrasó con sus oponentes, la velocidad con la que iban
mandó a volar a todas las demás embarcaciones.
Un segundo gran trofeo les fue entregado.
Sin perder tiempo se inscribieron a otro
concurso realizado en una amplia sala especial de tiro con arco, los objetivos a derribar eran ilusiones
móviles de monstruos, las reglas eran sencillas la pareja que anotara más
puntos ganaría.
Cuando el turno de ellos llegó tomaron su arco
y flechas y se colocaron en el centro del lugar, una multitud de goblins y
kobolds les rodearon.
Noa exhibiendo su herencia amazónica, no erró
ningún blanco, Jean por su parte no se quedó atrás, la potencia de sus flechas
destrozaba las ilusiones atravesándolas en el proceso, con cada flecha que
soltaba desparecían cerca de 5 enemigos .
Cuando la campana que marcaba el final de la
prueba sonó, todo el público se quedó en silencio por unos momentos, después
aplaudieron sin parar. Su calificación fue perfecta.
Con un tercer trofeo en sus manos continuaron
toda la tarde con su racha ganadora.
Finalmente decidieron descansar, participaron
en quince eventos y en todos obtuvieron el primer lugar, incluida una repetición de todo el helado que puedas comer, Jean entendió por qué
Noa había elegido ropa deportiva.
-Vaya me he divertido bastante, gracias por la
invitación Noa-.
Jean pese a su normal actitud seria, se
encontraba bastante relajado, había disfrutado cada evento sin falta,
aparentemente le era muy sencillo pasar tiempo con Noa, algo que nunca le había
pasado con otras mujeres.
-Yo igual, este fue el mejor día de mi vida,
si alguna vez regresas a este lugar ¿Te gustaría salir nuevamente conmigo?-.
La pregunta salió naturalmente, la joven mujer
ni siquiera lo pensó.
-Sería todo un placer-.
Las miradas de Jean y Noa se encontraron, y no
se desviaron, poco a poco, milímetro a milímetro se fueron acercando y
entonces…
-¡Lo ves hermana te lo dije míralo! ¡El
Vizconde Nox es un mal hombre!-.
Una señorita de cerca de quince años de edad
con facciones como las de una muñeca de porcelana, cabello largo y rojizo,
vestida con ropa gótica arrastró a su hermana mayor hasta donde se encontraba
Noa y Jean.
La “Hermana mayor” se encontraba comiendo una
manzana acaramelada, al ver esa escena entre su mejor amiga y su compañero de
misión, intentó decir algo pero un pedazo de manzana se atascó en su garganta
impidiéndole hablar o respirar. Con señas Nelu Maeru Marshall indicó lo que le
estaba pasando.
-¡Nelu! Espera un momento no te desesperes-.
Noa rápidamente empezó a darle palmadas en la
espalda, pero el pedazo de manzana no salía, lagrimas empezaron a
salir del rostro de la joven capitana debido al dolor que ahora sentía en su
espalda.
-Háganse a un lado-.
Jean se colocó detrás de Nelu y usando los brazos rodeó su
abdomen inmediatamente debajo de sus pechos, al sentir este
abrazó la joven mujer intentó resistirse, su rostro estaba al rojo vivo, por la
pena y el enojo.
-¡Por favor capitana quédese quieta!-.
-¡¿Qué le haces a mi hermana?!
Entrelazando sus manos Jean comenzó a realizar
compresiones, una y otra vez, hasta que por fin el pedazo de manzana salió
volando fuera del tracto respiratorio de la capitana.
En algún punto Nelu perdió todas sus fuerzas,
y quedó como una muñeca de trapo, aunque en ningún momento perdió la
conciencia.
Jean la llevó hasta una banca cercana y la
acostó en ese lugar, él se dio cuenta que la capitana intentaba decirle algo,
así que bajó su cabeza al nivel de ella.
-… me has deshonrado…cuando…me recupere te
mataré-.
A Jean se le escapó una risa nerviosa.
-Bueno parece que está bien-.
- ¡Hey! ¡Aléjate de mi hermana!-.
Jiram se sentó a lado de su hermana y comenzó
a abanicarle, mientras le dedicaba una mirada de odio al joven.
-¿Ella estará bien?-.
Noa fue quién preguntó.
-Si, solo fue un susto, ni siquiera perdió la
conciencia-.
-Jean de casualidad ¿Ya se conocían?-.
El joven se debatió en cómo debería responder.
-La capitana Nelu Marshall es profesora en la
Academia donde estudio-.
-¡Ah!
Ya veo, por un momento pensé en otra cosa-.
Noa suspiró profundamente aliviada.
-¡Hermana detente, necesitas descansar un poco
mas!-.
Nelu rápidamente se recuperó, como si fuera un
vampiro que se levanta de la tumba, dejó la banca y tambaleándose camino hasta
donde estaba Jean, cuando lo tuvo la alcance lo tomó de la camisa con ambos
manos.
-¡Que rayos haces con mi mejor amiga! ¡Acabas
de dejar a una mujer y ya pusiste tus garras en otra! ¡Maldito lobo lujurioso!
¡Si te atreves a dañarla, te aniquilaré! ¡No permitiré que destruyas la
inocencia de otra doncella!-.
-¡Capitana, por favor cálmese, no hable como
si fuera un terrible hombre mujeriego, no dañe mi reputación! ¡Usted sabe que
todas esas situaciones han sido malentendidos!-.
Jean comenzó a llorar cuando las mujeres
cercanas que presenciaban la escena empezaron a verlo con ojos muertos y
carentes de toda emoción, mientras murmuraban cosas como “basura”, “enemigo de
las mujeres”, “pervertido” y otras palabras altisonantes.
Sin embargo el espectáculo no duró mucho.
-¡Cuidado!-.
Un grupo de personas ataviadas con uniformes
militares, les arrojaron botes de vidrió que al romperse diseminaron una nube
de gas.
Las personas que respiraron dicho gas
colapsaron en el suelo, Noa, Nelu y Jean se taparon la nariz y salieron del radio
de la nube.
-¡No pierdan el tiempo, atrapen al objetivo
ahora que no tiene guardaespaldas!-.
-¡Suéltenme! ¡No me toquen! ¡No se saldrán con
la suya!-.
La voz de Jiram se apagó justo después de ser
golpeada por uno de los hombres.
-¡Jiram!-.
Nelu gritó con todas sus fuerzas el nombre de
su hermana, pero no obtuvo respuesta.
Los hombres enemigos empezaron a batirse en
retirada, Nelu y Noa les atacaron intentando detenerlos, vencieron a varios
pero no pudieron hacer nada más.
Cuando la nube se disipó, Jiram había desaparecido, un equipo
de soldados aliados llegó rápidamente a
auxiliar a los civiles y a encarcelar a los perpetradores del ataque.
Nelu se derrumbó en el piso mientras se cubría
el rostro en desesperación, su hermana menor había sido secuestrada y no sabía
lo que esos hombres le iban a hacer.
Una mano cálida se posó en su hombro, la joven
capitana volteó a ver a quién pertenecía, se trataba de su amiga Noa
Warbringer.
-Tranquilízate, no todo está perdido, observa
bien, él tampoco está-.
Nelu volteó a ver alrededor y pudo comprobar
que Jean Nox Crow también había desaparecido, la determinación regresó a su
ser, se puso en pie nuevamente y decidió que ese no era momento de derrumbarse.
-Noa, por favor ayúdame, debemos reunirnos con
mis otras hermanas y llevarlas a algún lugar seguro antes de hacer cualquier
cosa-.
-Para eso estoy, amiga-.
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Jean se encontraba persiguiendo a los hombres
que habían capturado a Jiram Marshall, sabía que no podrían huir de la Ciudad
Acorazada que estaba completamente amurallada y menos si lo intentaban mientras
llevaban a una de las hijas del Gran General Leo Marshall, así que debían haber
preparado un vía de escape que les permitiera “saltar” esas infranqueables
barreras.
-(La única posibilidad de huida es un círculo
de teletransporte, hice bien al enfocarme en perseguirlos más que en pelear
contra ellos)-.
Los enemigos se adentraron al bosque hasta que
llegaron a unas ruinas de una especie de pirámide, ahí fueron recibidos por otro grupo de personas,
vestidos con togas de color purpura oscuro.
-¡Apúrense, no tardarán mucho en rastrear
nuestra ubicación! ¡Comiencen el ritual para invocar al guardián!-.
Las personas con togas purpuras formaron un
circulo y empezaron a murmurar cánticos ininteligibles , inmediatamente una
formación mágica apareció y se fue haciendo cada vez más grande al mismo tiempo
que giraba velozmente.
Jean en ningún momento perdió de vista al
hombre que llevaba a Jiram, por un insante se estremeció cuando se dio cuenta
de lo que esos magos intentaban hacer, pero nuevamente volvió a concentrarse.
-(¿Qué hago? Si los atacó ahora pondré en
peligro a Jiram)-.
Mientras se debatía sobre qué acciones tomar,
un fuerte rugido se escuchó a través del círculo mágico que ahora se había
tornado totalmente oscuro, como si uno se asomara al abismo.
-¡Lo logramos! El puente ha sido establecido
con éxito, ahora solo queda entregar el sacrificio y con eso esclavizaremos al
guardian-.
Con premura uno de los invocadores continuó
con el ritual.
-Gran Guardia, Juez quien dicta quien vive y
quien muere, escucha nuestro llamado, te hemos preparado un gran sacrificio,
préstanos tú inmenso poder y destroza a nuestros enemigos, devora y bebe la
carne y sangre de esta noble doncella.
El invocador principal, voltéo a ver al hombre
que llevaba a Jiram, con la mirada le comunicó que se acercará, sin embargo
antes de que este se moviera, el portal comenzó a deformarse.
-Jijijijiijiijii-.
Una risa burlona se escuchó proveniente desde
el otro lado del portal.
Los invocadores cercanos atrapados por una
fuerza invisible comenzaron a flotar en el aire.
-¡¿Señor que está pasando?!-.
La fuerza de atracción aumento súbitamente
jalando a todos dentro del portal, los hombres corrieron asustados, el
encargado de Jiram también hizo lo mismo dejándola tirada en el suelo.
Jean inmediatamente salió de su escondite y
corrió hacia donde se encontraba Jiram, la tomó entre sus brazos y empezó su
huida. Nadie le prestó atención todos se encontraban intentando salvar sus
vidas.
-Jijijijijiji-.
La misma risa burlona resonó. La fuerza de
atracción aumento por segunda vez, Jean quedó atrapado en ese poder y fue
succionado hacia la oscuridad.
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Unos instantes más tarde la oscuridad se
desvaneció, se encontraba en medio de una gran sala construida de piedra
sólida con estalacticas gruesas en el techo, la luz provenía de cristales naturales incrustados en las paredes, todo
el suelo estaba lleno de montículos de piedra de diversos tamaños.
Con su cuerpo
Jean había protegido del impactó de aterrizaje a la joven doncella, se
puso en pie y comenzó a buscar refugio, él sabía en qué lugar se encontraban,
se trataba de un laberinto como los que existían en Ciudad Lux o en Le Morte, y
para complicar las cosas era la habitación de un Guardia de piso.
-¡Auxilio! ¡Por favor ayúdenme! -.
Uno de los magos vestidos en túnicas purpura
pasó a unos metros de Jean, el terror se encontraba dibujado en su rostro, con
la mano derecha se apretaba con fuerza su brazo izquierdo, o mejor dicho lo que
quedaba de el.
Una inmensa esfera de color verde y negro que levitaba en el aire con
unas gigantescas fauces llenas de hileras de dientes aserrados como las de los
tiburones, se abalanzó sobre él, de un bocado lo devoró.
-Munch, munch, crack, crack, -.
El sonido que hacía al masticar resonó
perfectamente por todo el lugar.
-(Maldición, esto no puede estar pasando)-.
Lentamente se escondió detrás de un montículo.
Otros magos aparecieron y empezaron a atacar a
la bestia, torrentes de fuego, hielo y viento se dirigieron sin piedad hacia su
enemigo.
El monstruo esférico ni se inmuto, esos
ataques no
poseían ninguna amenaza para el, lentamente se dio la vuelta y abrió sus
ojos, cientos, miles de pequeños ojos cubrían todo su cuerpo.
Respondiendo a los ataques, de sus ojos
salieron disparados rayos de oscuridad, fuego, hielo y luz que impactaron a los
invocadores.
Unos fueron quemados en vida, otros derretidos
por los rayos de Luz, unos más congelados hasta convertirse en bloques de
hielo, y el resto fueron transformados en estatuas de piedra.
-(Un argos ancestral, un guardia de piso de
nivel dorado, esto no se ve nada bien, en mí estado actual las posibilidades de
ganar son prácticamente nulas)-.
Un sudor frio inundó todo su cuerpo.
En el peor
momento Jiram despertó, lo primero que vio fue a Jean Nox Crow
cargándola como una princesa.
-¿Qué crees que haces? ¡Aléjate de mí!-.
La señorita comenzó a forcejear con el joven.
-Shhhhh, guarda silencio, nuestra vida pende
de un hilo-.
Inmediatamente después sus sentidos se
agudizaron, el terrorífico monstruó se asomó arriba de ellos.
-"Paso de
la sombra"-.
Activando un conjuro arcano, Jean se trasportó
junto con Jiram hacia otra ubicación, un rayo de Luz destruyó el lugar donde se
encontraban antes.
Jiram al ver eso quedó en silencio, Jean
acercó sus labios hacia el oído de la joven doncella y habló en voz baja.
-Escuche bien señorita Jiram Marshall, usted
fue secuestrada y de alguna forma terminamos en un laberinto, específicamente
en la sala de un guardián, si entiende lo que le digo por favor asienta con la
cabeza-.
Jiram movió su cabeza de arriba hacia abajo.
-JIJIJJIJI-.
El inmenso Argos se río nuevamente, arrojando
rayos a diestra y siniestra.
La señorita pelirroja tembló
incontrolablemente después de oír los sonidos que la bestia dejaba salir.
-"Pasó de
la sombra"-.
Jean se dirigió hacia la zona más alejada.
-Señorita Marshall, por favor ponga atención,
quédese en este lugar y escóndase bien, yo pelearé con ese monstruo e intentaré
derrotarle, no intente huir, las puertas de este lugar no se abrirán hasta que
todo haya terminado de una forma u otra-.
-¡Maldita bestia no podrás conmigo! ¡Aghhh!-.
Otra de las personas absorbidas por el portal
fue encontrada.
-Espera un momento esa cosa es un Gran Argos,
no podrás derrotarle tú solo hace falta un ejército entero con magos
calificados y maquinaria de guerra especializada, es inútil cualquier cosa que
hagamos-.
-Tal vez tiene razón, pero no me queda otra
opción, en el mejor de los casos puedo ganar el tiempo suficiente para que la
capitana envíe ayuda-.
Jean sacó una pequeña ave de madera de sus bolsillos que
inmediatamente adquirió movimiento.
-Use esto para comunicarse, dígale a su
hermana que rastree la ubicación y preparé a un grupo de magos para
transportarla fuera de este lugar, es nuestra única oportunidad de salir con
vida-.
-Entendido, haré lo que pueda, así que por
favor no hagas nada impulsivo-.
-Lo siento pero no puedo prometer tal cosa-.
-“Paso de la sombra”-.
Jean reapareció encima de un montículo de
piedras mucho más grande que el resto, convocó un arcó y flechas de fuego y
atacó a su oponente, esté abrió los ojos que se encontraban en su espalda y con
ataques propios interceptó los de Jean.
-"Ferus Ignis"-.
El joven liberó su nombre mágico, necesitaría
todo su poder para lograr vencer las defensas de su oponente y hacer daño, su
cabello, ojos y uñas se tornaron de color anaranjado rojizo, llamas envolvieron
la totalidad de su cuerpo.
-"Señor del Sol y Soberano de todas las artes,
te imploro tu ayuda para que la oscuridad no apague la Luz, para que la
ignorancia de las bestias no alcance la sabiduría de los seres pensantes,
bendice mis flechas para que no erren el corazón de mis enemigos"-.
Un torrente de flechas se dirigieron hacia el
cuerpo de la bestia, la cual contraatacó con otro torrente de conjuros, sin
embargo algunas lograron atravesar la férrea defensa e impactaron.
-¡Wiiiiiihhhhhhhhhhhhhhhhh!-.
El guardián dejó salir chillidos estridentes
por el dolor causado, de sus ojos dañados chorros de sangre oscura se
derramaban.
En un ataque de furia se abalanzó sobre Jean,
lanzando una multitud de rayos en todas direcciones.
El joven se transportó a otro lugar y continuó
contraatacando.
El Argos viendo que no podía dar en el blanco
decidió cambiar de estrategia, su cuerpo se cubrió con una tenue luz blanca,
las rocas que se encontraban cerca fueron aplastadas por una extraña fuerza, al
mismo tiempo el cuerpo de Jean se hizo pesado, apenas podía moverse unos
centímetros, el Argos lanzó otros despiadados ataques, en el último momento el
joven logró escapar, solo para encontrarse en la misma situación, su enemigo no
perdió la oportunidad y nuevamente comenzó a bombardearlo con rayos mortales.
El monstruo estaba usando la misma habilidad
para alterar la gravedad con la que los atrajo hasta sus dominios.
-"Señor del rayo, confiere tu favor a este
necesitado guerrero y bríndale un escudo que el mal no pueda penetrar ¡Égida!"-.
Un escudo se materializó enfrente de Jean y
detuvo los rayos el tiempo suficiente para que escapara.
-( Toda el área tiene gravedad aumentada, debo
alejarme de él, pelear en su territorio me llevará a la muerte, debo
transformar esa desventaja en algo que pueda utilizar )-.
El brazo izquierdo de Jean había sido
alcanzado, la ropa y la piel fueron quemadas profundamente, pero aún podía
moverlo.
El Argos continuo persiguiendo al joven,
mientras su risa característica llenaba el lugar, impaciente por no poder
alcanzarlo, aumentó su control sobre la gravedad, hasta tal punto que el mismo
fue afectado, su inmenso cuerpo descendió hasta el nivel del suelo.
Jean tomó eso como una señal para cambiar el
flujo de la pelealas flamas anaranjadas que rodeaban su cuerpo se tornaron carmesí, usando todas sus fuerzas para moverse soltó una flecha hacia el techo que
contenía una gran cantidad de estalactitas, estas cayeron encima del Gran argos
y gracias al aumento exagerado de la gravedad perforaron el cuerpo de la bestia
con facilidad.
-¡Wihhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!-.
El Argos chilló lastimeramente retorciéndose
con fuerza sin poder liberarse, el abrazo de la gravedad cedió y Jean pudo
recuperarse, sin embargo se quedó inmóvil en su lugar, la razón era sencilla,
el segundo round estaba por comenzar.
Del cuerpo moribundo de la bestia de mil ojos,
pequeñas esferas se empezaron a disipar, replicas en miniatura del Argos, Jean
no pudo decir el número exacto pero una aproximación aproximada oscilaba entre
los cientos.
-¡Siempre hay un maldito truco! ¡Siempre! ¡Como
lo odio!-.
El joven dio un grito lleno de frustración.
Los pequeños ojos lo rodearon atacándolo
incesantemente, teletransportarse a otro lugar era inútil, pues los globos
oculares se encontraban en todas partes.
-(Debo hacer algo pronto o de lo contrario
podrían descubrir a Jiram)-.
Los lugares para esconderse habían
desaparecido, Jean pronto fue rodeado y una lluvia de ataques mágicos y
maldiciones cayó sobre él.
-“Escudo de lamentaciones”
En un intento desesperado de resistir Jean
conjuró un domo hecho con almas agonizantes que absorbían el daño en su lugar
pero no totalmente, una gran parte atravesó las defensas y golpeó su cuerpo
repetidamente.
Apretando los dientes y concentrándose al
máximo para no perder el conocimiento, preparó su siguiente encantamiento, las
llamas alrededor de su cuerpo se tornaron azules.
-"¡Oh Amado padre, los egoístas y estúpidos
hombres han robado, degollado y devorado a mis ovejas, la tristeza me abruma,
dejaré de alumbrar a los vivos y bajaré
a la tierra de los muertos hasta haber recibido la merecida justicia!"-.
Una explosión de Luz llenó todo el lugar, los miniargos
que fueron alcanzados se convirtieron en cenizas inmediatamente.
Cuando todo se disipó Jean se encontraba
hincado jadeando profusamente, su ropa ahora solo eran trozos de tela, heridas
sangrantes estaban alrededor de todo su cuerpo. Aguantando el dolor se puso de
pie observando atentamente sus alrededores.
Algunos miniargos habían sobrevivido, sin perder el tiempo se
pusieron en guardia una vez más, una luz rojiza llenó todo su ser y en una
escena que parecía una broma comenzaron a deformarse.
-¡No dejaré que lo hagan!
Jean por primera vez parecía aterrado, los
pequeños globos oculares, estaban en proceso de división celular, para iniciar
el ciclo nuevamente, invocando su arco les disparó flechas sin parar pero
ágilmente las esquivaban.
-En ese caso es todo o nada:
“Aquellos que arden en amor, odio o deseo, que la flama en su corazón nunca se extinga, que el recuerdo de su ser nunca desaparezca, que el registro de sus actos no sea borrado, que la esencia de su ser no sea olvidada, ¡Aquí y ahora griten que alguna vez existieron! ¡Fuegos Fatuos!-.
Esferas de fuego de color azul con forma de
rostros humanos aparecieron alrededor de Jean y luego comenzaron a perseguir a
los miniargos, estos intentaron esquivarlos pero en esta ocasión los fuegos
fatuos no pasaban de largo, los seguían cual sea que fuera la dirección que
tomaran y cuando alcanzaban su objetivo explotaban, para buena suerte de Jean
mientras los miniargos se encontraban en proceso de mitosis no podían
contraatacar.
Una vez que las explosiones cesaron solo el
silencio quedó, Jean se derrumbó de rodillas en el suelo, el fuego que envolvía
su cuerpo desapareció y regresó a su forma normal, su conciencia era distante,
no sabía cuánto tiempo podría mantenerse despierto, a lo lejos poco a poco pudo
ver a una hermosa señorita de cabello rojizo corriendo hacia él.
Un poco aliviado sonrió, de repente a unos
metros de ella entre las rocas una pequeña esfera bañada en sangre negra se
levantó, una desagradable y ominosa sensación invadió al herido y agotado
joven, ese miniargos sobreviviente empezó a aumentar de tamaño de manera
grotesca, lo que estaba intentando hacer no era reproducirse más bien deseaba
autodestruirse y llevarse consigo a sus enemigos.
-"¡Paso de la sombra!"-.
Jean se teletransportó atrás de Jiram, la
abrazó con todas sus fuerzas y se dio la vuelta justo a tiempo para recibir la
explosión del miniargos kamikaze.
La conciencia de Jean se desvaneció.
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Jean despertó, inicialmente se encontraba
desorientado, todo el cuerpo le dolía, tenía la garganta seca la sed le
abrumaba, apenas tenía fuerzas para levantar la parte superior de su cuerpo, a lo lejos pudo
ver los restos de una espantosa criatura y como si fuera el catalizador su
cerebro se actualizó, inmediatamente incluso antes de pensar en sí mismo
recordó a Jiram, tenía que garantizar la seguridad de esa señorita sin importar
que, si quedaban remanentes de ese monstruo era necesario destruirlos y si no
podía hacer eso, al menos serviría de escudo para detenerlos.
Comenzó a buscarla y pronto la encontró a su
lado, sin perder tiempo la vio de arriba hacia abajo con la intención de
encontrar heridas, pero no halló nada, reuniendo las pocas fuerzas que le
quedaban se sentó y la atrajo lo más que pudo hacia él, entonces invocó una espada de fuego o esa era la
intención ya que solo alcanzó el tamaño de una daga y se puso en actitud
vigilante, por sí aparecía un nuevo
enemigo.
-Jajajaja-.
Una risa risueña y femenina rompió el
silencio.
-Ese fue todo un espectáculo, guerrero. No
había visto una batalla así en décadas-.
Se trataba de una hermosa mujer de cabello
rubio y ojos azules cercana a los 15 años, sin embargo su constitución parecía etérea,
como si fuera un fantasma se podía ver a través de ella.
-¿Eres el espíritu… de este lugar?-.
-Algo así guerrero, soy la encargada de ver
que todo esté en orden por aquí y uno de mis deberes es premiar a aquellos
hombres y mujeres de valor, una vez que han superado distintas pruebas-.
-Ya veo, ¿puedo deducir que si estás aquí ya
no hay más enemigos en está habitación?-.
-Afirmativo, la prueba ya ha terminado y
déjame decirte que superaste mis expectativas, pelear mientras proteges a
alguien no es algo fácil de hacer, realmente estoy sorprendida, esa joven
doncella no perdió ni siquiera un cabello, ningún rasguño lastimó su piel, es
por eso que con mucho placer te entrego esto-.
Una hermosa corona simple hecha de oro
apareció entre sus manos y con movimientos gráciles la colocó encima de la
cabeza de Jean, el cuerpo del joven se llenó de una luz dorada por unos
instantes después dicha luz desapareció al igual que la corona que se fragmentó
y luego se convirtió en polvo.
-Los mil ojos del Argos, es un nombre
demasiado literal-.
Jean soltó ese curioso comentario.
-Lo sé pero no me puedes culpar a mí, al fin y
al cabo yo no puse los nombres, ahora me tengo que ir, espero que nos volvamos
a ver algún día-.
-Yo espero que no-.
El joven le dirigió una sonrisa apagada.
-Tal vez yo no, pero mis hermanas lo harán y
nosotras nos contamos todo, bueno excepto Ila, ella es demasiado antisocial-.
El espíritu se acercó a Jean y se agachó para
quedar frente a frente, y sin que él se lo esperara ella le robó un beso.
-Esto es un extra por ser todo un caballero-.
Antes de desaparecer la joven rubia le guiño
un ojo de manera seductora.
Gracias a ese beso sus heridas sanaron, no
totalmente pero al menos hasta el punto de poder moverse, además su propia
habilidad regenerativa ya había comenzado a trabajar mejor al serle retirada
parte de la carga.
-Señorita Jiram, despierte por favor-.
El joven con insistencia intentaba despertar a
la señorita, solo unos segundos tardó en lograr su cometido, sus ojos se
encontraron, Jiram alarmada desvío la mirada,….
-¿Se encuentra bien señorita Marshall?-.
-Si…estoy bien, pero tú te ves muy herido hay
que tratarte inmediatamente-.
Jiram le habló con preocupación genuina en su
voz.
-No se preocupe estoy fuera de peligro, ahora
que el Argos está muerto solo debemos descansar y esperar a que llegue la
ayuda, ahora que lo pienso ¿Pudo comunicarse con alguien?-.
-Pude contactar a mi hermana, ella se
encuentra muy afligida y se culpa por lo que pasó, me dijo que algunos magos
del ejército están intentando abrir un
portal para salvarnos-.
-Ya veo, eso es genial-.
-Realmente peleaste y derrotaste a ese monstruo,
salvaste mi vida, yo Jiram Marshall te lo agradezco de todo corazón-.
La joven doncella se levantó y realizó una
reverencia ante Jean, él se extrañó ante tal comportamiento pues tenía la
impresión que desde que se conocieron él le cayó mal a la señorita.
-No tienes que agradecerme, si algo te hubiera
pasado tu hermana me mataría sin pensarlo dos veces-.
Mientras estaban en su plática, enfrente de
ellos un círculo mágico apareció.
-Jiram ¿Me escuchas?, soy Jirem por favor
respóndeme, tú y el vizconde Nox necesitan colocarse en medio del círculo
mágico y los transportaremos fuera de ahí, no hay que perder tiempo la
situación aquí es difícil-.
-Te escuchamos hermana, haremos como nos
dices-.
Jiram tomó el brazo de Jean y lo colocó
alrededor de su cuello, luego lo arrastró hasta el círculo mágico, apenas
estuvieron en medio fueron inundados por una intensa luz y desaparecieron.
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