Hoy también les traigo otro capítulo, espero que les guste. También aprovecho para preguntarles ¿En que días creen que debo publicar esta novela? ¿Miercoles y viernes? Como he esta haciendo o ¿Prefieren otros días?.
Después de unos breves momentos, llegaron al
despacho del jefe del gremio.
-Por favor, tomen asiento-.
Hoz y Vot siguieron las órdenes del Anciano
líder, el cual rodeó su suntuoso escritorio para tomar asiento.
-Antes que nada, debo darle las gracias Señor
Hoz, por castigar a esos alborotadores, nosotros, los comerciantes no somos
guerreros ni soldados, y aunque hemos presentado reclamos oficiales a las
autoridades para que hagan algo siempre nos ignoran, tal parece que ese grupo
de mercenarios saben a quién sobornar-.
-No tiene que agradecerme-.
-Entiendo, pero al menos déjeme ponerlo sobre
aviso, lo más probable es que Targ y su banda regresen para cobrar venganza-.
El tono del viejo hombre era serio.
-Lo sé, esa es la naturaleza de basuras como
ellos, sin embargo con la maldición que le puse a su líder… ese tal Targ, se lo
pensarán dos veces, y en el peor de los casos solo tendré que matarlos-.
Hoz pronunció esas terribles palabras como si
fuera lo más normal del mundo.
-¿Podría saber de qué clase de maldición
hablas?-.
El elfo oscuro sintió curiosidad así que
preguntó, el anciano también parecía interesado.
-Una maldición que le irá arrebatando poco a
poco los sentidos, la cual se alimentará de sus emociones negativas, a menos
que se vuelva un buen hombre terminará como un muerto viviente-.
-Jajaja, eso de alguna forma es justicia divina, me ha alegrado el día, Señor
Hoz-.
El jefe del gremio no paraba de reír, Vot por
su parte solo mostró una sonrisa de aprobación.
Unos momentos más tarde cuando Bert Aurus pudo
controlar su risa, la plática se reanudó.
-Bueno, regresando al punto, ustedes dos
fueron enviados por la ciudad Lux y la ciudad de Teret, necesito que me den los
documentos que les otorgaron ahí para que les ponga el sello de autorización de
este lugar, así no tendrán tantos problemas al moverse durante esta misión-.
Los dos mercenarios extendieron los papeles
solicitados, Bert Aurus les dio una leída para confirmar las cláusulas del
contrato, luego los selló con el símbolo del gremio de mercaderes de Ciudad
Acorazada, una vez hecho esto se los devolvió.
-Escuchen bien, hemos sufrido bastantes
perdidas, nuestras rutas han sido atacadas sistemáticamente por hordas de
monstruos, entre los cuales los pocos sobrevivientes comentan que había hombres
que se podían transformar en demonios,
la veracidad de esa declaración es incierta, pero lo que sí sabemos es que
parece haberse formado una alianza entre algunas razas humanoides, su misión es
descubrir la verdad sobre estos eventos, pero también queremos que eliminen a
nuestros enemigos o al menos disminuyan sus números, para que podamos continuar
con nuestras actividades comerciales-.
-¿De qué razas humanoides habla, Señor?-.
Vot le preguntó al jefe del gremio cuando este
se detuvo.
-Según nuestros informes, ogros, goblins y
otras bestias, incluso tal vez los Trolls estén involucrados-.
-Entiendo, ¿Hay algún lugar en el que nos
recomiende comenzar a investigar?-.
Esta ocasión fue Hoz quien realizó la
pregunta.
-A decir verdad el gremio ha planeado una
incursión el día de hoy, la cual partirá a medio día, con el fin de recuperar
el destrozado poblado de Ba-.
El anciano hombre puso una expresión de
tristeza y cansancio.
-Fue un gran desastre lo que pasó, ese lugar
es conocido por ser un pueblo religioso donde los feligreses de las deidades del desierto acuden en peregrinación para mostrar sus respetos, pero hace una
semana fueron atacados brutalmente, y el lugar totalmente destruido, ahora
mismo no es más que un nido de monstruos, como dije tenemos la intención de
recuperarlo y montar ahí una base provisional para proteger esa ruta, creo que
sería un buen lugar para que comenzaran, además les daré un pago extra si
participan en esta misión-.
-Yo acepto -.
Hoz respondió inmediatamente.
-En ese caso, yo también acepto-.
Vot decidió seguirle.
-Excelente, faltan dos horas para el viaje,
pero les recomiendo que se presenten en la puerta este con el jefe Orb, para
ponerse de acuerdo en los detalles y preparar lo que necesiten-.
-De acuerdo en ese caso creo que debemos
partir inmediatamente-.
Sin mediar otra palabra Hoz salió de ese
lugar.
Vot y Hoz se reunieron con la persona
encargada de la misión, el jefe Orb, era un hombre de piel oscura, voluminoso,
su rostro era redondo con pequeños ojos y boca grande, cabello corto negro. Gracias a su gran panza se le apodo Orb.
-Bienvenidos, agradezco su cooperación en
esto, a decir verdad, el número de hombres que tenemos es muy ajustado, así que
aceptaremos cualquier ayuda extra-.
Al enterarse de que el jefe del gremio había
enviado más ayuda, los recibió con los brazos abiertos.
-Primero pasaremos, al pueblo de Be y Bi, y
nos reuniremos con otro grupo, el cual solo nos ayudará a construir una base
temporal en caso de que tengamos éxito-.
-¿Eso significa que el grupo que partirá de
aquí será el encargado de la limpieza?-.
El elfo nocturno quería confirmar la situación.
-Así es, nosotros nos encargaremos de la “limpieza”-.
Con una gran sonrisa en su rostro el jefe Orb respondió, la sed de sangre se pudo observar en sus pequeños ojos.
-Con este grupo debería ser más que suficiente
Vot-.
Hoz quiso reconfortar al elfo nocturno, al que
no parecía agradarle la cantidad de mercenarios designados para la misión, contándolos
a ellos dos, eran 20 en total.
-Supongo que sí, solo tendremos que pensar en
una buena estrategia-.
-¡Ese es el espíritu!-.
El alegre jefe Orb, le dio un manotazo en la
espalda a Vot.
Finalmente la hora designada llegó, todos se
pusieron en marcha.
Tres inmensos carruajes, tirados por seis
caballos cada uno, fueron su transporte. Se formaron 3 equipos, dos de 7 y uno
de 6, Hoz y Vot, junto con jefe Orb se encontraban en el último.
Como se les había dicho se detuvieron en los
pueblos de Be y Bi, varios hombres junto con otros carros llenos de cuerdas, tablas y otros
materiales de construcción se les unieron.
Como nota aparte los tres pueblos Ba, Be y Bi
fueron nombrados en honor a una leyenda local sobre tres heroicas hermanas que
se enfrentaron a un gran cíclope malvado que había derrotado a los más bravos guerreros que intentaron detenerlo. Ellas tramaron un plan, usando sus encantos después de seducirle y emborracharle, las tres
cargaron la gigantesca arma mágica del monstruo de un ojo y le cortaron la
cabeza.
Al llegar al pueblo de Ba, encontraron una
terrible escena, de los grandes obeliscos puestos en la entrada, clavados se
encontraban cadáveres de mujeres y niños. También se podía observar pequeñas
bestias humanoides conocidas como goblins, había cerca de treinta solo en la
entrada, lo más probable es que dentro del pueblo estuviera infestado.
Eran pequeños, de aproximadamente un metro de
estatura, de piel verde, vestidos con harapos y armados con espadas y lanzas de
pésima calidad.
Hoz al ver esto se llenó de rabia, sin esperar
a que su transporte se detuviera, dio un gran salto, y una masacre inició.
Creó una
guadaña de fuego, y empezó a eliminar a sus enemigos, en un frenesí blandió su
guadaña una y otra vez cortando en pedazos los cuerpos de los pequeños
monstruos, el hecho de que sus enemigos murieran con el primer corte no detenía
sus innecesarios ataques.
Los goblins al inicio presentaron pelea pero
luego intentaron huir, sin embargo Hoz les tapaba el paso en cada ocasión.
Cuando todo término solo quedó un pequeño lago
de sangre, y trozos de carne y hueso esparcidos por todos lados, no quedó ni un
solo cadáver de goblin que pudiera ser reconocido , solo pedazos, fueron
profanados de la misma forma como habían hecho con los cuerpos de los inocentes
pobladores.
La caravana de mercenarios y trabajadores,
solo observaron con fascinación y temor su pelea.
Antes de entrar al pueblo, Hoz regresó con sus
compañeros.
-Eso fue impresionante, pero dime ¿Por qué lo hiciste?
No era necesaria tanta prisa-.
- Solo quise pasar a saludarlos, además quería
evitar que dieran la alarma a los demás-.
El pequeño mercenario respondió con un tono
burlon, aparentemente disfrutaba estar en el campo de batalla.
-Jaja, me recuerdas a mí en mi juventud, pero
deberías tener más cuidado la próxima vez-.
-Gracias por su preocupación, pero si quisiera
ser cuidadoso, no hubiera elegido esta profesión-.
-Jaja, ¡Maldita sea! ¡Tienes toda la razón!
Jajaja. Muchachos ya oyeron, prepárense para entrar. ¡No dejen ningún monstruo
con vida, cáusenles indescriptible dolor, no muestren piedad, venguen a todos
los inocentes que fueron asesinados, para que sus almas puedan descansar!-.
Con esa declaración el grupo de hombres entró
al poblado religioso de Ba.
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