Capítulo 14
Las sospechas de Garen
A la tierna edad de 7 años, visité mi primera biblioteca.
Era apenas una casa que había remodelado una de sus habitaciones y poseía dos
estantes, entre los cuales no sumaban 50 libros. Pero esa librería significaba
para mi más que cualquier otra cosa en el mundo, abrió mis ojos a las maravillas
que hasta entonces me pasaban desapercibidas.
Esos libros en sí mismos me maravillaban, sus ilustraciones
eran para mí la vívida imagen de la aventura del descubrimiento y un anciano
que atendía el lugar de vez en cuando me leía. Fue gracias a ese señor que en
tan solo tres estaciones aprendí a leer por mí mismo. Para el final del año ya
había leído todos los libros de la biblioteca.
Cuando el anciano vio la facilidad que tenía para aprender,
le habló a mis padres de mi potencial. Nací en una familia humilde, en el
pueblo de Areña. En el pueblo la única biblioteca abierta al público era la del
anciano. No sería exagerar que de no ser por él, tal vez nunca hubiera tenido
contacto con un libro en mi vida.
Tras un par de años de ahorro y sacrificio, mis padres
reunieron suficiente para mudarnos de Areña. Nos dirigimos a la ciudad más
cercana a nuestro pueblo. Durante esos años el anciano continuó enseñándome
algunas cosas, entre ellas cálculos básicos y otras cosas que aunque estuvieran
en los libros que leí, simplemente no podía aprender por mí mismo.
Afortunadamente unos aventureros pasaron por nuestro pueblo
durante ese tiempo para dar caza a un monstruo que se rumoraba había atacado en
el área. Así que pudimos viajar en su compañía durante su regreso a la ciudad
fortaleza de Edmund.
Una de las cosas que más dificultan a las personas
trasladarse es la seguridad. Pero los bandidos no atacan a un grupo armado de
aventureros, y durante la cacería del monstruo habían estado espantando a las
bestias de la zona, por lo que fue un viaje tranquilo.
La ciudad fortaleza de Edmund. Una ciudad cubierta por muros
de piedra empapados en productos alquímicos que alejan a los monstruos. El
viaje desde Areña toma media estación a pie. Sin los aventureros simplemente no
hubiéramos podido ir tan lejos, siempre estaré agradecido.
En Edmund mis padres me llevaron a la Academia, donde hice
una prueba de aptitud, que superé con honores. Fui aceptado con los brazos
abiertos, y a mis padres se les aseguró que no tendrían que volver a pagar por
mi sustento. Fue un día glorioso, donde el sacrificio que hicieron mis padres
probó no ser en vano.
Durante años la Academia de Edmund fue mi hogar, estudiaba,
investigaba y dormía en la academia, solo salía para comer y cuando alguna de
las investigaciones lo requería. Cuando alcancé los 13 años ya participaba en
los proyectos de la academia, por lo cual recibía un salario, con ello podía
permitirme algunos lujos, pero nunca los necesité, más que alguna comida
especial para celebrar los avances, la academia me proveía las necesidades después
de todo.
Durante ese tiempo estuve ciego a la realidad de la ciudad,
pero a mis 15 años, una vez más... abrí mis ojos.
Había notado que mis padres se veían cada vez más agotados,
a pesar de las sonrisas que me mostraban siempre que los visitaba. Al principio
pensé que era porque estaban envejeciendo y hasta llegue a pensar que era
porque ahora que no tenían a su hijo siempre con ellos, no tenían que fingir
ser enérgicos. Después de todo me di cuenta que muchos padres hacen eso frente
a sus hijos.
Pero en una de mis visitas, vi como eran presionados y
maltratados por un hombre de buen vestir. Aparentemente el dueño de las tierras
donde trabajaban desde que nos mudamos a Edmund.
Mientras que la seguridad está garantizada en Edmund, las
personas deben pagar unos impuestos elevados para permanecer en la ciudad. Una
familia humilde que de repente llega a vivir en Edmund no tiene más remedio que
tomar el primer empleo que encuentren y someterse al abuso de sus empleadores.
Para unas personas simples de un pueblo campesino, sin
grandes peligros, y con apenas responsabilidades, el pasar a ser empleado de un
noble... es una tortura.
Nunca antes había pensado en ello. Pero el sacrificio de mis
padres no fue solo el arduo trabajo que tuvieron que hacer para pagar los
costos del viaje y su estadía hasta obtener un trabajo. Habían abandonado a sus
amigos, el trabajo con el que estaban contentos, una vida sencilla pero sin
preocupaciones, para llevarme a la academia.
Afortunadamente pude mejorar la situación de mis padres.
Encontré el uso perfecto para el sueldo que antes creía innecesario.
Me convertí en un académico de renombre y asistí a algunas
fiestas de la alta sociedad. Rápidamente comprendí que los nobles eran víboras,
unos animales rastreros que protegidos por sus escamas se preparan para
envenenar a sus víctimas hasta que no puedan más y finalmente devorarlas.
Mientras crecía en Edmund lo vi muchas veces, más de las que
quisiera. Nunca tuve pruebas ni pude hacer algo al respecto. Si una familia no
podía pagar a su noble empleador, perdían el derecho de trabajar en su
propiedad, por lo que eran incapaces de pagar el impuesto del Lord de la ciudad
así que eran expulsados y dejados a su suerte. En más de una ocasión me enteré
de familias que estaban en la ruina tuvieron que entregar a sus hijas e hijos
como sirvientes o esclavos para evitar el exilio.
Los grandes nobles protectores de la humanidad, las familias
descendientes de los héroes de la época de la leyenda, no eran más que la
escoria humana, con poder e influencia.
Debido a sus orígenes, siempre se enseñó a respetar y
admirar a los nobles. Después de todo, sus ancestros protegieron a la humanidad
y liberaron el continente para los hombres.
Pensar que de niño les reverenciaba aún me repugna. Y tener
que actuar como si aún lo hiciera, hasta el día de hoy me revuelve el estómago.
Naturalmente, cuando me volví un académico importante, lo
primero en que pensé fue en alejarme de ellos. Lamentablemente, para hacerlo, primero
tenía que ir a Bombasta, la capital del reino. Allí pasé algunos años antes de
alcanzar un puesto entre la élite de la academia. En ese momento solicité mi
traslado a Galia, una ciudad asilada que poseía una academia. Allí podría
seguir mis investigaciones lejos de los nobles y sus ambiciones. Fui un
ingenuo.
Cuando llegué a Galia me convertí en el asistente del
director, pero pronto lo sustituí. Eso también fue algo decidido por los
nobles. Al parecer, durante mis años en Edmund y Bombasta, dejé una buena
impresión en ellos. Por lo que no tardaron en presionar al antiguo director
para que me cediera el puesto, de modo que pudieran negociar conmigo a partir
de entonces.
El día que me convertí en el director de la academia, debía
haber sido el día más feliz de mi vida... En su lugar, ese día permanece como
el día más negro que puedo recordar. El rostro del ex-director al tener que
renunciar a su cargo, cuando me miró, no tengo duda, pensó que todo era parte
de mi plan.
No solo el director, todos los académicos de alto nivel de
la academia, aquellos que conocían la verdad de la sociedad humana y los
nobles, todos ellos, tras sus semblantes, me miraban con desprecio.
Pasaron años hasta que pude ganarme su confianza, incluso el
anterior director reconoció mi valía. Un día tuvimos una conversación que
alivió el peso de mi corazón. Ese día el director me dijo que se dio cuenta de
la verdad, de que yo no tuve que ver en el asunto de su sustitución.
Reconoció que aunque la academia llevaba décadas sirviendo a
los intereses de Jagheb, él había tratado de reducir su influencia y por eso no
dudaron en reemplazarlo cuando un mejor prospecto apareció.
También me recomendó que no cometiera su mismo error. Tal
vez la próxima vez, el director resulte ser alguien que de verdad sigue la
voluntad de los nobles. Es mejor que yo permanezca como director y pueda
entonces elegir a mi sucesor de dentro de la academia.
...
Los años pasaron y mi posición como director de la Academia
de Galia quedó consolidada. Pero un nuevo e inesperado problema se presentó.
Iren y Jagheb se declararon la guerra y las hostilidades
comenzaron.
Debido a esto, los nobles y los comerciantes que sustentaban
económicamente la academia, lentamente dejaron de hacerlo.
Justo cuando la situación llegó a su punto más serio, el
momento en que Galatea fue atacada por Iren, ocurrió otro incidente.
Uno de mis académicos llegó para avisarme que los guardias
en la puerta no les dejaban ingresar a la planta Kaplag a la ciudad. La planta
es un catalizador especial, que florece solo durante tres días, antes, durante
y después del equinoccio. Y un elemento necesario para un experimento sobre la
reacción de un extraño mineral encontrado en la montaña de Galia, dicha
reacción parece manifestarse durante el equinoccio. Por lo que esta situación
podría fácilmente ocasionar que la investigación se retrase un año... Tal vez
la academia esté cerrada para entonces.
De inmediato pedí que se comunicara a Johan, el encargado de
dicho experimento, si él no logra convencer al guardia, tendré que ir yo, sin
embargo, si un hombre capaz como Johan no consigue convencerlo...
Sorpresivamente, el guardia permitió pasar a la planta sin
más.
Cuando interrogué a Johan sobre el asunto, me contó sobre un
personaje singular.
Al parecer este hombre se había cruzado a Johan y otros
académicos conversando sobre el tema en los pasillos de la academia -la parte pública-
y ofreció su ayuda. En esta oportunidad fue rechazado. Pero al parecer Zera
permaneció en el lugar hablando con él.
Más tarde, mientras Johan y los otros seguían luchando por
convencer al guardia. Zera apareció acompañada por este hombre, que con pocas
palabras convenció al guardia, y le hizo entrega de una moneda de plata por ser
razonable a su pedido. Sospechoso.
Hice averiguaciones. Al parecer, ese mismo día, cuando visitó
la academia la primera vez, tuvo una conversación con el guardia Caret, a quien
también le hizo entrega de una moneda de plata.
Mm. Al parecer le gusta conversar con la gente que se ve
fatigada y al escuchar sobre ello, siente empatía y les ayuda, al menos eso fue
lo que dijo Caret, quien estaba totalmente a favor del hombre. Después de todo
pudo comprar un nuevo y lujoso anillo para su novia, con quien estaba teniendo
problemas. Al parecer ahora están comprometidos.
Según Johan, el hombre parece ser un viajero que se dedica a
visitar las academias y leer sus libros. Puedo entender eso, si es la verdad,
es un espíritu afín.
Otra información que obtuve, fue que luego de su primera
noche en la ciudad, la cual pasó en la posada más costosa, se acercó al
cantinero y le compró TODA la información que pudiera ofrecerle.
El cantinero es en realidad el antiguo asistente del
director anterior, que renunció junto con él. Su verdadero trabajo es
informante. Afortunadamente nuestra relación mejoró luego de mi conversación
con mi antecesor. Me contó todo, incluyendo que el hombre había comprado
cantidades preocupantes de alcohol aquella noche y que no sabía si estaba
deprimido o feliz, pero según el hombre, estaba bien.
Un hombre que pasa la noche en la mejor posada, que compra
toda la información disponible y que no duda en dar monedas de plata a los
esforzados guardias, además de brindar asistencia a los académicos. Sin duda un
hombre de recursos.
Aunque no me tranquiliza demasiado la idea, creo que es la
mejor opción... no, es la única opción que nos queda.
Necesitamos asistencia económica y ese hombre parece
acaudalado. Después de todo alguien que viaja por el mundo leyendo en las
academias, que no se molesta en buscar trabajo y pasa las noches en posadas
costosas. No hay duda, es acaudalado.
Afortunadamente, Zera parece haberse ganado su confianza. Es
la mejor carta que tengo en mano, por el bien de la academia, Zera debe
convencerlo de asistirnos, aunque tenga que ofrecer su cuerpo para ello, peores
cosas se han hecho por fines menos nobles. Además, no puede engañar a los ojos
de un experimentado político como yo, ella siente algo por él. No pasé años
entre la alta sociedad sin afinar mis ojos para estas cosas.
◆◇◆◇
Más allá de mis expectativas. Es lo único que puedo decir.
Cuando finalmente conocí al hombre, Argent. Su apariencia
causó un impacto en mí. Usaba una ropa ocre con bordados rojos y dorados y
tenía un emblema con monedas. Una capa lujosa, de un color que parece la
versión oscura de su traje. Un guantelete
de cuero, una muñequera robusta de platino que brillaba como recién pulida. Botas
de cuero en excelentes condiciones, juraría que son nuevas. Y una espada
resplandeciente, sin duda costosa, mejor dicho, todo lo que lleva puesto se ve
increíblemente costoso. Pero ese traje y esa capa, jamás en la vida había visto
a alguien con ropas así, puedo darme cuenta que deben poseer alguna clase de
efecto mágico.
Bueno, si un hombre
viaja por el mundo solo, debe ir bien equipado.
Pero no fue eso lo
que superó alarmantemente mis expectativas. Fue lo que dijo luego de aceptar
financiarnos.
"Todos los proyectos de investigación seguirán
funcionando".
Esas palabras, dichas sin dudar, aún resuenan en mis oídos.
No solo eso, sino que nos planteó sus intenciones de que trabajáramos
en otros proyectos que tenía en mente, los cuales también financiaría
completamente.
Parecía además molesto con nuestros anteriores auspiciantes
por abandonarnos. Nos pidió que cortáramos relaciones con ellos de raíz y que
se encargará de cubrir todos nuestros gastos él mismo.
¡Oh! ¡Qué gran hombre! Incluso comparte mi desprecio por los
nobles. Cuan bendecidos podemos ser para que semejante persona viniera en
nuestra hora más oscura.
No puedo
contenerme, debo saber quién es en verdad. No puedo creer el hecho de que una
persona tan grandiosa hubiera escapado a mi atención hasta este día. Incluso
considerando que está en constante viaje... no, eso debería hacerlo aun más
conocido.
...
No sé si fue bueno
o malo enterarme.
Tras consultar a Zera
sobre si podía confiar en nosotros, se reveló a sí mismo como "Argent
Makoto"...
Un noble, y uno del
que jamás había oído, ni siquiera de su familia... ¿Un "Aristoi"?
¡Maldición! Casi me
dejo engañar. Ahora todo tiene sentido, este malnacido fue, no me cabe duda. Él
planeo todo, sin duda tuvo que ser él quien hizo que se le vetara la entrada a
la planta Kaplag.
Lo que es más,
resulta que él es el cabeza de familia. En otras palabras, puede ejercer todo
el poder de su familia a voluntad. Ya es demasiado tarde para rechazarlo. Y si
lo hiciera, no sé cómo me verían los demás, Zera y Johan están aquí y ya les
dije sobre la situación de la academia. No aceptarán que lo rechace por ser un
noble, ellos son de los que creen en la nobleza.
No me queda de otra
que agachar la cabeza ante él.
Incluso pidió que
comprobáramos su estatus, con lo cual no hay lugar para dudar de sus palabras.
Joder, incluso usó la oportunidad para poner sus ojos en nuestros artefactos.
Afortunadamente pude desviar su atención hacia una pieza sin valor, creí que
rápidamente la dejaría, ¡pero al final decidió quedársela el muy maldito!
Aunque dije sin
valor, esa es la impresión de los nobles, por eso pensé que la ignoraría, pero
su importancia histórica es invaluable. Me enferma pensar que use el monóculo
de AS como si fuera suyo.
Si algo bueno salió
de ello, es que no exigió que se le diera nada más... es extraño.
Pasaron los días y
Argent Makoto cumplió con su palabra, nos ha financiado de la forma más
generosa jamás vista en la historia de la academia.
Todos los proyectos
siguen en pie y los que propuso ya han comenzado. Debo admitir que son
interesantes, aunque no entiendo la motivación para algunos de ellos, la
curiosidad innata de los académicos hace que sigamos adelante sin cuestionarlo.
Pero no deja de preocuparme, estoy seguro que planea algo, todos los nobles lo
hacen.
Incluso remodelo la
academia para vivir en ella, y para que nadie tenga necesidad de abandonarla,
ni siquiera para comer. Entre eso y el exceso de fondos, la eficiencia de la
academia se disparó, así como la motivación de todos... Incluso yo estoy algo
emocionado.
Pero no me dejaré
engañar.
...
Otro noble llego a
la academia. Un refugiado de Galatea, escoltado por tres miembros de la guardia
de Galatea, uno de ellos el capitán.
El chico habla un
idioma que desconozco. Originalmente me habían solicitado audiencia para ver si
podía comunicarme con él, eso fue antes del ataque. Ahora son refugiados de
guerra.
"El señor
Argent ha viajado por todas partes, y es alguien extraordinario, es posible que
conozca ese idioma". Fueron las palabras de Zera. Joder, si alguien confía
demasiado en ese Argent, es Zera.
Primeramente no me
opuse a la idea de que Zera le sedujera. Pero Zera es una joven talentosa,
aunque torpe e ingenua, su capacidad intelectual es alta, al nivel de Johan.
Con el tiempo podría convertirse en mi asistente o incluso en mi sucesora. Que
ella sea mancillada por un sucio noble... Una vez más, mi estómago se revuelve.
Para mi sorpresa,
Argent no solo reconoció el idioma, sino que lo hablaba perfectamente, frente a
mis ojos comenzó una conversación con el joven noble, que no pude comprender.
Lo que si pude notar, fue que el chico se abrió de corazón con él.
Luego de que
escuchó su historia. Pensando en el bienestar del joven, decidió contratar a
los ex-guardias de Galatea como propios.
Uno tras otro, los
actos de Argent se ganan el respeto y la confianza de todos. Pero a mí no me
engaña, sé que es solo otra serpiente rastrera. Prueba de ello es que no tiene
ningún problema para dar órdenes a todos. A ellos puede parecer que los dirige
para que sean más eficientes, pero sé que es porque en su interior, disfruta
haciendo que le obedezcan. Incluso yo estoy forzado a hacerlo, pero no
doblegará mi espíritu. Pensar que convirtió a Zera en su asistente personal...
pero sé que su intención es hacerla su sirvienta. Ningún académico debería ser
un sirviente.
Joder, todo marcha
tan bien en la academia, incluso después de que Galatea fuera tomada y quedáramos
sin apoyo. Todo es por Argent Makoto. Detesto admitirlo, pero es una bendición
de algún modo... No, es una enfermedad asintomática, cuando menos lo esperemos,
reclamará todo para sí mismo.
Debo hablar de esto
con alguien más... Johan, él es listo, ostenta el puesto de vicedirector. Si
vamos a superar esta prueba, necesitaré de su ayuda.
"¿Es realmente
malo?"
Como me temía, los
tiene a todos en la palma de su mano.
"Debes
entenderlo, es sospechoso y guarda muchos secretos. Incluso nos pidió mantener
oculta su existencia al resto de la ciudad. Ni el alcalde lo sabe".
"Bueno, eso es
natural. Después de todo, ahora que Galatea fue tomada por Iren, la ciudad está
pasando por un mal momento. Si la academia no lo está, es gracias a él. No,
estamos pasando por nuestro mejor momento en años. Si la alcaldía se enterara,
no dejarían de agobiarlo con sus problemas".
"... Ese es un
buen punto. Pero aun así..."
Toc Toc. Alguien
tocó a la puerta.
"Voy a
abrir".
Sin esperar por mi
respuesta. Johan abre la puerta y se hace a un lado, para dejarle pasar...
Argent Makoto...
"Bueno, mejor
me voy. Buenas tardes Señor Argent".
"Buenas tardes
Johan, cuídate".
Y se fue... Maldita
sea, ¡¿Incluso Johan esta ahora perdiéndome el respeto?! ¿Solo por dudar de un
noble que de repente aparece y nos ofrece todo lo que podamos pedir?
¿No es eso lo más
sospechoso que puede pasar en el mundo?
Maldita sea. Nunca
antes había venido por su cuenta a verme sin anunciarse.
"Me
complace verlo, señor Argent. ¿A qué debo tal honor?"
"Hay un asunto importante que debo tratar con usted,
director. Uno de vital importancia".
¡JA! Aquí esta, seguramente ahora comenzaran sus exigencias
irrazonables. No me culpen luego si lo perdemos todo, ustedes lo quisieron...
No, no voy a permitirlo, aunque todos me den la espalda, aun soy el director de
la academia de Galia. No dejaré que un noble pomposo se llevé los logros de la
ciencia fuera del alcance de quienes los hicieron y podrían seguir haciéndolos.
"¿Cuál
puede ser ese asunto? mi noble señor".
"Desearía
que dejara las formalidades cuando estamos solos director".
"No
podría hacer tal cosa mi señor".
"No... supongo que no, después de todo, no lo
merezco".
Mm. ¿Qué? ¿Qué es
esto? No lo entiendo, su rostro, está...
triste. ¿Qué clase de rostro es
ese? Esa expresión, casi siento la urgencia de consolarlo.
"Verá, director. Hay otro asunto que quisiera aclarar
con usted, antes de hablar de otra cosa. Es sobre mi llegada a esta ciudad, a
esta academia".
¿Eh?
"La persona que pidió que se mantuviera la planta
Kaplag fuera de Galia, fui yo. Yo le dije al guardia que la planta podía usarse
para hacer veneno, y solicité que no la dejara entrar".
¿Acaso me engañan mis oídos?
"Lo confieso y me disculpo".
¡EEEEEEEH! ¡¿ES EN
SERIO?!
Mm. Mm... Mm... No,
no lo entiendo. No puedo entender por qué confesaría, hacerlo solo le
arrebataría la posición ventajosa que había conseguido. ¿Por qué entonces?...
"Vera
director. Tal vez haya notado antes que viajo solo. Eso es porque no puedo
confiar en nadie. A pesar del peligro, es más peligroso estar acompañado".
¿Eh? ¿Ahora de que
está hablando?
"Alguien tan
listo como usted, habrá notado que poseo una cuantiosa fortuna. Y transporto
una gran suma de dinero siempre conmigo, para poder usarlo en lo que necesite
allá a donde vaya".
Bueno, es verdad
que lo he visto sacando dinero una y otra vez. Si lo pienso un poco, La bolsa
que lleva consigo, es una de esas, encantadas para poder cargarla con gran
cantidad de cosas.
Algunos
comerciantes y aventureros las usan, Su nivel de rareza depende de cuantos
espacios tenga, están divididas de a 10 espacios, de a 20 e incluso de 30. Pero
incluso una con 10 espacios es rara en estos días. Considerando que no parece
llevar equipaje, significa que es una bolsa de al menos 20 espacios, tal vez 30
si considero su poder adquisitivo. Cuántos de esos espacios llevarán dinero...
sin duda un premio gordo para bandidos.
"Aunque no me
considero un luchador, mi equipamiento es de alto nivel, por lo que puedo
defenderme si soy atacado, al menos lo suficiente como para llamar la atención,
haciendo difícil que me asalten dentro de la ciudad. Pero como un viajero, debo
conseguir comida constantemente, y temo ser envenenado.
Por eso cuando
escuché que justo el día que llegó a la ciudad, un grupo de gente se puso a
recolectar una rara clase de planta... Me puse paranoico y le pedí al guardia
que no les dejara introducir la planta a la ciudad".
Mm. Ahora que lo
dice así, suena razonable.
"Lo siento por
los problemas que causé. Afortunadamente, me enteré de ello a tiempo gracias a
Zera y pude enmendar mi error. Durante un tiempo pensé como decirles esto. Y
cuando me pidieron apoyo económico no lo dudé. Pero se me hizo difícil
contarles lo sucedido en esa situación".
Ah... Siendo que
nos encontrábamos en una posición difícil, pidiéndole dinero a un extraño,
sería aun más incómodo si en ese momento nos dijera que lo de la planta Kaplag
fue su culpa.
"No deseo que
Zera y los otros pierdan su fe en mí, no ahora, que hay una situación tan
apremiante. Por eso se lo estoy contando a usted solamente. Alguien tan
inteligente como usted, seguramente será razonable y dejará pasar esto, al
menos hasta solucionar la situación".
Entiendo... Sin
duda suena lógico. Pero solo hace que me preocupe más por esa 'situación
apremiante' que menciona. Ya que lo pienso, dijo que había algo que debía
decirme, pero antes de eso parece que quería confesar y disculparse. Claramente
una actitud sobresaliente... Creo que debo dejar de prejuzgar a los nobles. Son
los descendientes de los héroes, puede que algunos de ellos aún conserven el
espíritu de sus ancestros, y no están podridos por dentro.
"El asunto que
me trajo originalmente aquí... es la inminente invasión de Iren".
¿Eh?
Yes.
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