Capítulo 7
Confusión
Lunes, otra vez, la cita de ayer con Megumi
fue prácticamente arruinada cuando nos echaron del árcade y luego por Koizumi,
pero… eso que sentí ayer, ese sentimiento extraño, no puedo recordar ese
sentimiento, nunca antes lo sentí, mi corazón latía rápidamente y me empecé a
sentir avergonzado, no puedo sacarme eso de la cabeza.
Me
levanté de la cama y me quité mi ropa para ponerme el uniforme, aun me quedan
moretones en el torso por la paliza del viernes, aun no pude reponer mis cosas,
toda mi mochila y demás están destrozados, mis padres no le prestaron atención
ni a mi mochila ni a mis golpes, tenía dinero en mi mochila y quedó todo
mojado, yo, en su lugar, lo hubiera robado, diría: “¡Dinero!, ¡Una maldad más
ya no importa!, ¡Tomémoslo!”, o algo así.
Tuve
que ponerme el uniforme de invierno, en primavera, todo porque el de verano
está destrozado por la paliza, esas malditas, por culpa de ellas también tuve
que usar un viejo bolso para poner mis cosas, que son muy pocas. Luego de
vestirme salí de mi cuarto.
Empecé
a recordar ese día, lo que le dije a Koizumi, ¿Me habrá creído?, bueno, yo
tampoco le conté toda la historia, y es que luego de que pasó eso, cuando algo
se perdía, decían que yo lo robé, cuando algo se rompía, decían que era yo
quien lo rompió, si alguien se lastimaban, era porque yo hice algo, odiaba eso,
me culpaban por todo y mi reputación empeoraba, en 2012 alguien dijo que “El
fin del mundo” era mi culpa, ¡Eso es demasiado absurdo!, ¡Ni siquiera pasó!,
ellos combinaban mi mala reputación con aspecto “Aterrador” (No sé qué me ven
de aterrador) y me culpaban por absolutamente todo, eso no ha cambiado.
Me
senté en la mesa del comedor y comencé a desayunar, son tostadas, empecé a
comerlas una por una, Naoko-chan está sentada a mi lado y frente a mi esta mi
madre.
—Mama. —Dije
con la boca llena.
—No hables con la boca llena.
—¿Me das dinero para el almuerzo?
—¿Y tu dinero?
—Lo habitual.
—¿Te volvieron a golpear?, ¿También te
quitaron el dinero? —No
exactamente eso, pero...
—Sí, es la primera vez que me golpean en
la preparatoria, hay que celebrarlo.
—No digas idioteces, porque no me lo
dijiste antes.
—Naoko-chan lo hizo. —De
hecho ella le dijo el sábado por la mañana.
Miró
a Naoko-chan y ella asiente.
—Debí haberlo olvidado, bueno ten.
Ella
extiende sus manos y me da el dinero.
—Ahí tienes lo suficiente como para dos
panes de melón.
Ella
sabe mis gustos.
—Gracias.
Terminé
de desayunar y me dirigí a la puerta.
—Ya me voy.
—Que te vaya bien. —Responde
mi madre.
Salí
afuera, cerré la puerta detrás de mí y emprendí mi viaje hacia la escuela.
…
Estoy en la escuela, es muy temprano, no veo a
Koizumi por ningún lado, es un poco aburrido el estar solo, empiezo a caminar
hacia el salón aunque aún falta mucho para que comiencen las clases.
—[Kawakami Sora-kun, venga a la sala del
director.]
La
voz de Aiko-san, la directora y madre de Koizumi, suena por los altavoces y me
llama. ¡Yo no hice nada!, pensando esa excusa me dirigí a la sala del director.
*Toc,
Toc*
—Pasa.
Golpee
la puerta y la voz de Aiko-san suena desde el otro lado, abrí la puerta y fui
hacia adentro. Sentada detrás de un escritorio lleno de papeles, usando un
traje color negro, esta Aiko-san, la directora, a su lado la muy pequeña
Koizumi, parada a su lado.
—Sora-kun, el uniforme…
Aiko-san
debe referirse a por qué tengo el uniforme de invierno cuando ya todos usan el
de verano, esa pregunta es obvia, pues el calor está muy fuerte aunque sea
primavera, este uniforme me hace sudar mucho.
—Bueno…
—Se lo destrozaron. —Dijo
Koizumi.
—Ara, ara, así que es verdad, debiste
decírmelo el día en el que pasó.
¿De
qué habla?, no entiendo nada.
—¿Cuándo pasó qué?
—El día en que te golpearon y arruinaron
tus cosas.
—Ah… ese día, no importa, ya me voy
acostumbrando.
—Tonto, debes avisarme a mí, la
directora, eso que hicieron no está bien, y acostumbrarte tampoco está bien.
—Sí, bueno… creo que tiene razón.
—Ya hablé con esas chicas, dijeron que se
disculparían contigo, pero no las dejé sin castigo, cancelé sus actividades el
club de judo y le notifique a sus padres lo que hicieron.
Su
expresión da miedo, parece que a veces Aiko-san puede ser bastante intimidante.
Luego sonó la campana.
—Deberían ir a clases ya, ustedes dos.
—Sí, vamos Koizumi.
—¡No me digas que hacer!, ¡Nadie me dice
que hacer!
—Fumina…—Dice
Aiko-san mientras mira a Koizumi.
—¡S-Si!
¡¿Koizumi
obedeciendo?! Esto es algo que no se ve todos los días, la expresión de miedo y
nervios en la cara de Koizumi, debería tomar una foto. Sin darme tiempo a sacar
mi celular, Koizumi me jaló del brazo hasta fuera y me llevaba por el pasillo
hasta el salón.
—Oye, ¿Cómo se enteró de eso?
—Yo le conté, pero no lo hice por ti,
ellas hicieron algo que está en contra del reglamento, es obvio que debo decirle
a la directora.
—O sea que… básicamente las acusaste con
tu mamá.
—¡Cállate!
Llegamos
al salón, Koizumi y yo nos dirigimos a nuestros respectivos asientos, me siento
nervioso, presiento una mirada punzante en mí, comienzo a mirar alrededor, en
la fila de en medio, las chicas de los tres primeros escritorios me están
mirando, son esas chicas que me golpearon antes. Mierda, no pensé que fuera tan
vergonzoso admitir que fui apaleado por chicas, pero ellas son fuertes, la
gente le dice “El sexo débil”, ¡Mis pelotas! ¡Casi muero!, bueno exagero.
…
Ah…
la hora del almuerzo, en la cual solía relajarme, pero con Koizumi
preguntándome sobre Nii-san es casi imposible. Fui a la cafetería, me gasté
todo el dinero comprándome dos panes de melón y me fui a la última mesa,
Koizumi ya estaba ahí, ella se veía extraña, parecía deprimida o confundida,
tenía la cabeza a gachas y apoyaba su cabeza en su mano, yo me senté frente a
ella.
—Oye, creo que tengo un plan…
—Sora. —Ella
me interrumpió.
—¿Eh? ¿Qué sucede?
—Eh… yo… no sé si seguir esto.
—¿A qué te refieres?
—Bueno, pasé la mayor parte del fin de
semana pensando en lo que me dijiste sobre Kawakami-kun y bueno…
— “¿Bueno…?”
—Tengo un desorden en la cabeza, no sé
qué pensar de él ahora, tampoco sé que pensar de ti, tú me dijiste una vez que
odiabas mentir, pero no sé si creerte o no, quiero creerte, pero no quiero
creer eso.
—No te entiendo.
—Yo tampoco.
—…
—Por ahora pausaremos lo de “Intentar que
yo pueda salir con tu hermano”, hasta que reacomode mis pensamientos, eso no
significa que ya no nos veamos o juntemos, seguimos siendo amigos después de
todo.
—Bien, por ahora se pausará, de hecho yo
ya me esperaba el que no me creas, como ya te dije, olvídalo, eso no es importante.
—Oye, Sora. —Una
voz familiar se escucha detrás de mí.
Al
voltear, veo a Nii-san parado detrás de mí, con una gran sonrisa en la cara
como de costumbre, por alguna razón está solo, el suele estar siempre con sus
amigos.
—Ah, Nii-san ¿Qué sucede?
—¿Puedo almorzar con ustedes?, parece ser
que mis amigos se saltaron las clases y estoy solo.
—Ah…
Le
eché una mirada a Koizumi, ella agachó la cabeza y esta sonrojada, su boca se
mantiene en silencio, probablemente esperando a que no la noten.
—Sí, está bien, pero… siéntate en el
lugar junto a Koizumi.
Ella
se sobresalta e inmediatamente niega con las manos, Nii-san la mira y ella deja
de hacer esos gestos. Bueno, por más que este confundida y halla “Pausado”, lo
de enamorarlo, ella sigue enamorada de él y eso no cambiará.
—¿Puedo, Koizumi-san?
Ella
asiente fuertemente con la cabeza, la forma en que lo hizo parecía como un
robot. Nii-san se sentó junto a ella, el rostro de Koizumi se puso totalmente
rojo, casi puedo ver el humo que sale de él.
Comenzamos
a comer, Nii-san tenía su almuerzo muy bien preparado, Koizumi el suyo y yo
tengo dos panes de melón, perdón uno y medio, perdón, solo uno, creo que como
muy rápido.
—Y… Koizumi-san, ¿Mi hermano te trata
bien?
—*Cof, Cof*
Ella
se atraganta con la comida y empieza a toser.
—¿Estás bien? —Dije.
—¿Koizumi-san?
—*Cof* este… S-S-Sora, Sora me ha
a-ayudado mucho, es b-buena persona, y…, y…
“¿Ayudarla?”,
¿Algo de lo que hice la ayudo?, Koizumi parece nerviosa, mueve sus manos frente
a su sonrojada cara y su voz es temblorosa, además tartamudea.
—Ya veo, se llevan muy bien.
¡Por
dios mis ojos!, esa maldita sonrisa otra vez, me dejará ciego. Koizumi se
sonroja aún más y baja la cabeza.
—Ah, eh, este… eh…
Koizumi
no sabe qué decir, tampoco parece entender bien su pregunta, de hecho el cree que
somos novios, debe referirse a eso con “Tratarse bien”.
—¡Pan de melón!
¿Y
eso?, ella tomo el único pan de melón que me quedaba y se lo mostró a Nii-san,
parecía estar ofreciéndoselo. ¡Oye!, ¡Es mi pan!, ¡Devuélvemelo!, ¡Tengo
hambre!, además…
—No gracias, detesto el pan de melón.
¡El
maldito lo dijo! ¡¿Cómo puedes detestar esta fabulosa comida?!
—¡¿E-Eh?! Pero Sora…
—Si, a él le encanta, pero a mí me da
asco.
Golpearía
a Nii-san aquí mismo. La campana sonó, indicando el final de la hora del almuerzo,
Nii-san se levantó, se despidió de nosotros y se fue, nosotros hacemos lo
mismo, me termino el pan de melón en un parpadeo y empezamos a caminar hacia el
salón.
—Al parecer ni tú misma te crees las
palabras que dijiste.
—¿Eh—Ella
no parece saber a qué me refiero.
—Ah… que abril más caluroso, desearía que
alguien me tirara agua.
—Traté de cambiar de tema.
—Deseo concedido. —Se
oye una voz detrás de mí.
Al
instante que escuché esa voz, cayó agua desde arriba de mi cabeza, mi cabello
se mojó y también mi ropa, aunque realmente es relajante. Cuando volteé estaba
esa chica de cabello rizado y castaño que me golpeo, su nombre es Fuwa Tomoka,
lo supe hoy cuando tomaron asistencia, ella tenía una botella vacía de agua en
la mano.
—¡Oye!, ¡¿Qué haces?! ¡¿No te pareció suficiente
que cerraran tu club?!
—Koizumi se ve enojada.
—Él lo pidió ¿No?
—¡Sora, no…!
—De hecho si, gracias, me siento más
fresco y es hasta relajante.
—La interrumpí.
—¿Eh? —Ambas
se ven confundidas.
—Este… Koizumi, no digas nada sobre esto,
en realidad sirvió, iré a ponerme la ropa de gimnasia y vuelvo, invéntate una
excusa para el profesor.
Comienzo
a caminar, antes de perderlas de vista a ambas, quienes quedaron con la boca
entreabierta escuche algo.
—Fumina-sama, ese chico es raro…
—Y que lo digas… ¡O-Oye!, ¡Tú!
Ellas
parecen haber comenzado una discusión, pero yo las ignoro y sigo mi camino.
…
Luego de cambiarme llegue al salón en medio de
las clases y me senté en mi escritorio. El tiempo pasó muy rápido y el día de
clases llegó a su fin.
—Ah…
parece que mi uniforme ya se secó.
El
salón ya está vacío, a excepción de mí y Koizumi, no sé qué es lo que hace,
esta acostada sobre su escritorio pero no está durmiendo, decido no molestarla
y salgo del salón, al momento en el que salí veo Nii-san entrar, ¿Qué hace
aquí?, un fuerte ruido se escuchó por dentro, el ruido parecía al de un
escritorio siendo arrastrado, supongo que Koizumi se sorprendió y salto de su
escritorio.
—¡K-K-Kawakami-kun! —Al
parecer sí.
—Este… quería preguntarte algo.
—¡¿S-S-Si?!
La
voz de Koizumi parece nerviosa, en cambio Nii-san se mantiene sereno.
—Bueno… ¿Saldrías… conmigo? —¿Eh?
—¡¿Eeh?! Bueno… este… yo… ¡¿Qué?!
¿Por
qué Nii-san dijo eso de repente?, además, esa pregunta es algo tonta, es obvio
que ella aceptará.
—¿Qué dices? ¿Saldrías con…?
—¡Este! —Ella
lo interrumpe. —Yo…
necesito pensarlo, no puedo darte una respuesta ahora, lo siento.
¡¿Es
que acaso ella es idiota?! No, esperen… si, lo es.
—Está bien, esperaré.
Nii-san
sale del salón, al salir voltea y me mira fijamente, luego sonríe.
—Oh, Sora, no sabía que estabas aquí.
Nii-san
empieza a caminar lejos, un momento después corrí detrás de él, lo alcancé en
la entrada de la escuela, justo en medio del portón.
—¡Nii-san!
—¿Necesitas algo? —Él
no voltea al hablarme.
—¿Y eso?
—No entiendo tu pregunta.
—¿Por qué le dijiste eso a Koizumi? ¿Acaso
te gusta?
—Quien sabe…
—¿Eh?
—Yo, solo no soporto eso, el que alguien
como tu este con alguien así, sé que te dije que no te quitare a tu novia,
pero… es molesto, además, ella… Tch.
¿A
qué se refiere?
Él
voltea, su expresión cambió, sus ojos muestran una aterradora expresión y tiene
una sonrisa sádica en la cara.
—Sabes… nuca me caíste bien.
Al
decir eso, sus labios tiemblan un poco.
—Nii-san…
—No me digas así, me avergüenza el simple
hecho de ser familiar tuyo, me enfurece tener la misma apariencia que tú, lo
odio, por eso yo siempre trato de dejarte sin nada.
—… —No
tengo palabras para describir el odio que siento en este momento.
—Nos vemos luego, delincuente.
Él
cruzó el portón y salió de la escuela, yo caminé lentamente hacia la puerta de
la escuela y apoyé mi cabeza en la pared.
—¡¡AAAAH!!
Grité
con todas mis fuerzas y le di un fuerte puñetazo a la pared con la mano
derecha, mi hermano mostró lo que verdaderamente es, un maldito farsante, solo
quiere arruinarme, por alguna razón me odia, pero ¿Por qué?, me siento
frustrado, no sé por qué.
—Ah… debería ir a vendarme.
Miré
mi mano, mis dedos estar rasgados y mis nudillos sangran, duele mucho, apenas
puedo moverla, parece ser que golpeé muy fuerte.
—Sora…—La
voz de Koizumi se escucha detrás de mí.
—¿S-Si?
Me
sobresalté, puse mi mano derecha detrás de mi espalda rápidamente y me paré
erguido. Koizumi no parece la de siempre, está mirando hacia abajo con una cara
triste.
—¿Koizumi?
—Sora, tengamos una cita.
—¿Eh? ¿Y eso por qué?
—Bueno, para que aprendas sobre el amor.
—Eh tenido dos citas con dos chicas
diferentes en dos semanas, y aun no entiendo nada.
—Pues tendrás tres citas.
—No me estarás invitando porque… Nii-san
te pidió salir y quieres sacártelo de la cabeza ¿No?
—¿Cómo sabes eso?
—Estuve ahí.
—Entonces… estabas espiando.
—Claro que no, ¡Ah! —Mi
mano empezó a arder.
—¿Pasa algo?
—No es nada, solo un pequeño golpe en la mano. —Dije
tratando de ocultar mi expresión de dolor y mordiéndome el labio inferior.
Morderme
el labio inferior, eso es algo que no muchas veces hago, solo me muerdo
fuertemente el labio a modo de castigo cada vez que miento, odio mentir y odio
a quienes mienten, pero no se puede evitar que a veces haga lo que odio y me
convierta en alguien a quien odie.
—Déjame ver.
—No le prestes atención, por cierto, lo
de la cita…—Intenté
cambiar de tema.
—Sobre eso… ¿Qué tal el domingo a las 5:00
p.m.?
—Por mi está bien, pero ¿Dónde será?
—¿Qué tal el parque junto al orfanato que
queda cerca de mi casa?
—Bien.
En
silencio, ambos salimos de la escuela y comenzamos a caminar hacia nuestras
casas, puse mi mano en mi bolsillo, aun arde y duele mucho, la sangre ya se
secó lo que hace que me sienta incómodo cuando esta toca la tela del bolsillo.
Miré de reojo a Koizumi.
—Sabes…
—¿…?
—Creo… que desperdiciaste una
oportunidad. —Dije
rascando mi mejilla.
—¿Oportunidad?
—Bueno, Nii-san te pidió salir contigo y
tú… básicamente lo rechazaste y me pediste una cita.
—No es eso, ya te dije que debo poner mis
pensamientos en orden, lo de la cita… podría ayudarme.
—¿Ayudarte? ¿De qué modo?
—¡Cállate! ¡Ya no preguntes! —Volvió
la Koizumi de siempre.
Ya
estando en frente de mi casa, me despedí de ella, abrí la puerta y entré. Fui
directamente a mi habitación y me recosté en mi cama.
*Toc,
Toc*
Alguien
toca la puerta.
—¿Si?
—Onii-chan soy yo. —Una
fría voz me habla desde el otro lado.
—Naoko-chan, pasa.
Ella
abre la puerta lentamente y pasa a mi habitación, me senté sobre mi cama,
Naoko-chan se sienta en el suelo.
—Si quieres siéntate en la cama.
—Está bien
Ella
se sienta en la cama a mi lado, ella está mirando al piso con una fría
expresión en la cara.
—Este… ¿Sucede algo?
—Bueno…
Onii-chan, la escuela… ¿Te gusta?
—¿Ah?, pues a mí no mucho, pero ¿Por qué
lo preguntas?
—Mamá y papá dicen que pronto empezare a
ir a la escuela.
—Cierto, tu siempre te quedas aquí,
¿Estas nerviosa?
—Un poco, ya que… viendo cómo te tratan a
ti en la escuela me asusta.
—Descuida eso no te pasará a ti.
—Pero…
—Y si te llega a pasar algo malo, tu “Onii-chan”
que tiene una aterradora cara les asustara a esos niños.
—Auto-insultarte es patético.
—Si ¿Verdad?
—Pero gracias por eso, creo que puedo
soportarlo, un poco.
—Mmm…—¿Fui
de ayuda?
—Por cierto, esa persona de antes, como
se llamaba… Koizumi-san ¿Verdad?
Oye,
deberías recordar por lo menos el nombre de la familia que donaba a tu
orfanato.
—Si… ¿Qué hay con ella?
—¿Están saliendo juntos?
—No.
—¿De verdad?, les escuché hablar sobre
una cita.
—Bueno, sobre eso, sabes que yo no
entiendo nada sobre amor y esas cosas, así que ella me ayuda un poco a aprender
de esas cosas.
—¿Eso se puede aprender?
—No lo sé…
—Oye Onii-chan, ¿Quieres ver mi sonrisa?,
estuve practicando.
¿Eso
se practica?, ahora que lo pienso, yo no eh sonreído desde aquel día, creo que
es porque no tuve motivos para eso.
—Enséñamela.
—Aquí voy.
—¡Por el amor de dios!
En
su rostro hay una expresión indescriptible, el miedo mismo, una abominación, es
aterradora, ¡¿Cómo puede un rostro tan lindo y tierno como el de Naoko-chan dar
tanto miedo?! Me asusté tanto que caí acostado en la cama.
—¿Qué tal?
—Alguien écheme legía en los ojos.
—¿Eh?
—No, nada, quiero decir… a Nii-san le
encantaría ver tu sonrisa, enséñasela.
Soy
un demonio…
—Está bien, ahora iré.
—Vamos, vamos.
Salimos
de mi habitación y nos dirigimos hacia la derecha, en la penúltima puerta entes
de la pared, la habitación de Nii-san, Naoko-chan toca la puerta.
—Nii-san, soy yo, quiero mostrarte algo.
La
expresión de Naoko-chan es la misma de siempre, fría.
—Oh, Naoko-chan, pasa.
Ella
entra en la habitación de Nii-san, se escuchan unos pasos, acerco mi oreja a la
puerta para poder escuchar.
—Mira mi sonrisa.
—¡Por el amor de dios!, ¡Que alguien me
eche legía en los ojos!
—Y luego la copia soy yo.
Es
gracioso, pero mi rostro no cambia en absoluto. Rasqué mi cabeza.
—Ah… ¡Ah!
Cierto,
mi mano aún me duele, será mejor que la desinfecte y también debería vendarla.
Gracias a lo que Naoko-chan acaba de hacer, creo que seré capaz de dormir mejor
esta noche.
…
La
semana transcurrió velozmente, ya es domingo y estoy camino a mi cita con Koizumi,
estoy vistiendo una camisa blanca y unos pantalones negros, los cuales están
bastante sucios debido a un pequeño problema que tuve en el camino. Resulta que
antes de venir aquí, en el distrito comercial, cerca de la librería de Megumi,
encontré a una pequeña niña llorando sola en la calle, me acerque a ella y le
pregunté:
—¿Sucede algo? ¿Te perdiste?
Ella se volteó a verme, sus ojos estaban
llenos de lágrimas, parecía estar llorando desde hace rato.
—Onii-san, no encuentro a mi mami por
ningún lado.
—¿Cómo es?, te ayudaré a buscarla.
—¿En verdad?
—Seguro, ella debe estar por aquí, vamos
a buscarla.
Tomé
la mano de la niña y empezamos a caminar por el distrito comercial, mientras
ella caminaba alegremente a mi lado, yo estaba mirando a las mujeres que
estaban por ahí y preguntándole si alguna era su madre.
—¡Ah!, Onii-san, es ella.
Ella
señaló a una mujer alta, de cabello largo, castaño, que estaba hablando con un
policía, es obvio, debido a que su hija se perdió.
—¡Mamá! —La
niña la llamó.
—¡Ah!, ¡Oficial, es ella! —La
madre la vio.
—¡Alto ahí! —El
policía se dirigía a mí.
—¿Eh?
En
cuanto la niña se fue con su madre, el policía me embistió y me arrojó al
suelo, boca abajo.
—¡¿Qué hace?! ¡Espere!
Tomó
fuertemente mis brazos y los puso detrás de mi espalda, luego sentí que algo
apretaba mis muñecas, algo frio, él me había esposado.
—Mamá, ¿Qué le hacen al Onii-san?
—Descuida, él ya no te volverá a hacer
daño.
¡¿Qué?!
¡Yo no hice nada!, ¡Maldición estas cosas aprietan mucho!, duele.
—Te equivocas mamá, el me ayudó a
encontrarte.
—¿Eh?
Luego
de un rato, el oficial me soltó, la madre de la niña se inclinó, me pidió
disculpas y luego me agradeció por llevarle a su hija, el oficial, también se
disculpó conmigo. Mi ropa quedó llena de tierra, además mi camisa es blanca y
ahora tiene manchas de tierra, mis muñecas aun duelen y también quedan las
marcas de las esposas marcadas en ellas.
No
fue una experiencia gratificante, para nada, además cuando la madre de la niña
me dijo: “Lo siento, es que… pareces alguien sospechoso”, eso me molestó más de
lo que pensé, aunque me lo digan mucho.
Ya
llegué al lugar de nuestra cita, Koizumi está esperándome en una banca, junto
al parque, me acerque a ella.
—Hola, lamento la tardanza.
—¡Llegas tarde!, ¿Qué te pasó?
—Tuve un pequeño problema con la policia
antes de venir.
—¡¿Policía?! ¡¿A quién mataste?!
A ti por no cerrar la boca, o al menos
falta poco para eso.
—Bueno, no importa. —Dijo.
—Bien.
Le
ofrecí mi mano, ella se quedó mirando mis marcadas muñecas un momento y luego,
un poco sonrojada, la tomó.
—Sabes, antes te hubieras negado
rotundamente a tomar mi mano.
—¡C-C-Cállate!
Empezamos
a caminar por el parque, tomados de la mano, mientras pasábamos al lado de las
cercas, las cuales, detrás de ellas hay un pequeño lago, empezó a hacer frio de
repente y el cielo se nubló.
—Ah, parece que va a llover. —Dije.
—No lo creo, podemos seguir.
Nos
dirigimos a un pequeño local de alquiler de botes, alquilamos un pequeño bote a
pedales y comenzamos a ir sobre el lago. Una fría gota de agua calló sobre mi
brazo.
—Koizumi, en verdad, va a llover, me
calló una gota.
—Cállate y sigue pedaleando, debió ser
del rio.
Esto
es aburrido, ella solo se me queda dando órdenes, además no hacemos nada, ¿Le
pasará algo?, seguimos un rato por el lago, mi mano está apoyada en el asiento,
en medio de nosotros, y la de Koizumi está encima de la mía, no parece querer
soltarla, además ella está temblando mucho.
—Este… Koizumi.
*BOOM*
—¡Ah!
Un
trueno hace un fuerte estruendo y Koizumi de repente me abraza.
—Ko…—
—¡Ah! ¡Suéltame! —¿Eh?
Ella
me empujó y caí del bote, estoy en el lago, el agua está muy fría. Empecé a
moverme por todos lados para intentar estabilizarme, es inútil, no sé nadar.
—Koi….
Ayu… me. —Mis
palabras eran inentendibles, aun para mí mismo.
—¿S-Sora?
Un
movimiento brusco en el agua movió mi cuerpo y mis pies tocaron la superficie,
parece que el agua no es tan profunda, llego hasta el fondo.
—… No pasa nada.
Muchísimas
gotas empezaron a caer del cielo, comenzó a llover.
—Ves, te lo dije.
—¡Cállate!
—*Achu*—Estornudé
y empecé a sentir frio en todo el cuerpo. —Si
sigo aquí podría resfriarme.
—Entonces deja de hablar y sal.
Intente
mover mi cuerpo, pero mi pie derecho no se movía, sentí que algo lo tenía
atrapado.
—No puedo.
—¡¿Por qué?!
—Me enredé con algo *Achu*.
—Y lo dices como si nada, vamos toma mi
mano, te ayudaré. —Ella
me ofrece su mano.
No
creo que ella tenga la fuerza suficiente para sacarme de aquí, pero de igual
manera la tomé, ella comenzó a tirar y mi pie no salía, por cada jalón que daba
sentía como mi zapato se estaba saliendo de a poco, hasta que ella dio el
último tirón y salí de ahí, pude subirme al bote, pero perdí mi zapato.
—Oh, perdí mi zapato.
—No te preocupes por eso, vamos a mi
casa.
Empezamos
a correr hacia la casa de Koizumi, cuando llegamos fuimos inmediatamente a su
habitación.
—Luego de daré un cambio de ropa, ahora
quítate eso, está empapado y ve a darte un baño.
—Deberías bañarte tu primera.
—Tú eres el que está estornudando, ya
¡Vete a bañar!
—Y… ¿Dónde?
—Ahí.
Ella
señala una puerta que se encuentra en el lado contrario a su cama, es una
puerta grande y blanca, pero ¿Por qué está aquí?
—¿Tienes un baño en tu habitación?
—Todas las habitaciones tienen uno y
todos aquí nos bañamos en nuestros respectivos baños.
Maldigo
a los ricos.
—¿Por qué no entras conmigo?
—¡¿Q-Q-Que dices?! ¡Idiota!, ¡Pervertido!
—¿Pervertido?, solo creo que sería mejor
si nos bañamos juntos, es decir ¿Cuál es el problema?
—¡No!, ¡No, es no!, ¿En verdad no
entiendes nada?, ¡Un chico y una chica no deben bañarse juntos!
—¿Por qué?, varias veces me he bañado con
mis primas y últimamente lo hice con Naoko-chan.
—¡La razón no importa dije: no!
—Bien, *Achu*.
—¡Ve rápido!
—Sí, sí.
En el momento en que abrí la puerta del baño,
escuche un extraño sonido.
Limpie mis oídos. No era yo el que escuchaba
mal. *Kapon*, el sonido de una vara de bambú golpeado una roca hizo eco.
El
vapor se hizo más denso a lo largo de toda la bañera, al meterme en ella, el
calor del agua al tocar mi piel se sentía muy relajante.
Esta
era la primera casa donde veía muebles en la habitación de baño. ¿Es esta una
posada? Mirando al baño de ciprés en medio de la habitación, uno podría notar
que la distancia de un extremo al otro era lo suficientemente largo para una
competencia de natación.
Realmente me di cuenta de esto en el momento
que vi la longitud de las pesadas paredes de piedra. Después de pasar el
corredor, la cual parecía continuar interminablemente. Vi de reojo los
numerosos vestíbulos y jardines, excluyendo el vestuario en la cual podría
alcanzar hasta diez maquinas lavadoras, y luego de ver la bañera que estoy
utilizando ahora, me di cuenta que la realidad había sobrepasado mi propia
imaginación, ¿En realidad esto cabe dentro de su habitación? ¿Qué tan grande es
esta casa?
—Ah… se siente bien, pero ¿Este lugar no
es exagerado?, es decir, solo Koizumi se baña aquí, además ella es muy pequeña
y este lugar es muy grande.
—Sora.- Escuché la voz de Koizumi detrás
de la puerta.
—¿Qué sucede?
—Mientras tu ropa se lava ponte la que te
dejé aquí, es de mi papá.
¿De
su papá?, ese tipo es enorme, la ropa me quedara como una sábana.
—Ok.
Oh…
no quiero salir de aquí, se siente tan bien, parecen aguas termales. Sumergí la
cabeza en el agua y me quede así por un rato.
—¡Sal ya!
Un
grito se escucha, yo me sobresalté y salí rápidamente de la bañera. Cuando comencé
a cambiarme me encontré con la “Ropa” que Koizumi me dejó, dije “Ropa” ya que
esto es más un traje de Karate súper grande, cuando me lo puse era justo como
pensaba, la parte de arriba e llegaba hasta las rodillas, ¿Cuánto mide ese
tipo?, su ropa me llega hasta las rodillas y además mido 170cm, dejé de
quejarme y me puse todo el traje, parezco un fantasma.
Abrí
la puerta y me dirigí a la habitación de Koizumi.
—Koizumi, esto…
—Pff. —Ella
se cubre la boca con las manos.
“¿Pff?”
—¡Jajajajaja!, no puedo creerlo, en
verdad te lo pusiste, ¡Jaja!
—Ella estalló en carcajadas al verme.
—*Suspiro*
—Oye, enójate o algo, no es divertido si
la víctima no reacciona.
*BOOM*,
Se escucha un trueno, Koizumi da un grito y luego se tira al suelo tapándose
los oídos.
—Je-je-je-je-je.
Hice
la risa más forzada del mundo.
—Ya deja de hablar y ve a bañarte.
—¡Ya lo sé!, ¡No me digas que hacer!
Ella
se puso de pie y se dirigió al baño.
—¡No te atrevas a espiar!
—¿Por qué haría eso?
—¡Idiota! —Ella
cerró fuertemente la puerta.
—¿Qué demonios le pasa?
Ella
está siendo irracional, seria “idiota” si la espiara ¿No?, pero si no lo hago
¿También soy “Idiota”?, quizás es uno de esos casos que tanto leo en novelas,
uno de esos de: “¿Si te digo que no hagas algo, entonces hazlo?”, no lo creo,
Koizumi no es ese tipo de personas, si me dice que no, es no.
*RIING*,
Escucho un zumbido y el sonido de una campana, reviso de donde proviene ese
sonido, miro la cama de Koizumi, ahí está su celular, es un Smartphone
gigantesco casi parece una tablet, está brillando y sonando, me recuesto en la
cama de Koizumi para tomarlo y veo la pantalla, ahí marca “Llamada entrante”,
el remitente es “Papá”, y una foto de su padre está en un pequeño cuadro en
medio, presiono con mis dedos la palabra “Contestar” en la pantalla.
—[Ho-Hola ¿Fumina?]
La
gruesa e imponente voz de su padre sale del dispositivo.
—¿S-Señor?
—[“¿Señor?”, ah, ¿Eres Sora-kun?]
—Sí, ¿Cómo le va?
—[Je, estoy bien chico, ¿Qué hay de ti?]
—Estoy bien.
Wow,
solo lo vi una vez, pero nunca pensé que podría tener una conversación tan
racional con él.
—[¿Está Fumina por ahí? ¿Puedes
pasármela?]
—Ahora mismo se está bañando.
—[¡¿B-Bañando?! ¡¿Contigo en la casa?!]
—Sí, es que estábamos afuera cuando
comenzó a llover muy fuerte.
—[Ah… es por eso.]
Suena
aliviado, ¿Acaso algo le preocupaba?, bueno es su hija, supongo que los padres
normales siempre se preocupan por sus hijos, mi caso… es diferente.
—[Bueno, dile que la llamé]
—Claro, nos vemos.
— [Adiós.]
La
llamada terminó con él colgando el teléfono. Me quede viendo el exageradamente
enorme celular de Koizumi, saqué mi viejo y anticuado celular con tapa y los
comparé en tamaño. El mío, aun con la tapa abierta del todo es pequeño, pero
por muy poco, el de ella es ancho apenas me cabe en la mano, seguramente no
entran en las pequeñas manos de Koizumi, el mío es súper delgado verlos a ambos
al mismo tiempo me deprime.
Maldigo
a los ricos.
El
ver el celular de Koizumi me causa curiosidad, nunca usé uno de estos con
pantalla táctil, es algo raro presionar la pantalla como si fuera un botón.
Presioné un botón verde que tenía una silueta, una pantalla negra titulada
“Contactos”, es obvio que es lo que hay ahí. Miré todos sus contactos, solo veo
a su familia y a mí.
—Oh, es cierto.
Busqué
mi celular y busqué el número de Nii-san, lo agregué en su celular con el
nombre: “Ryuu”. Luego salí de esa pantalla, no podía detenerme solo ahí así que
fui al menú y presioné “fotos”.
—Lo que imaginaba.
Fotos
a la distancia de Nii-san, algunas borrosas y otras que parecen sacadas desde
ángulos imposibles.
—Es un caso perdido…
—¡Ooooyeee!
Una
tétrica voz sueña detrás de mí junto con unos pasos acompañados de salpicaduras
de agua, cuando volteo, Koizumi con una mirada amenazante, su dorado cabello
mojado y su pequeño cuerpo vestido con solamente una toalla aparece, junto con
su imagen unas opciones salen en mi cabeza, “Corre” y “Salta”, ¿Saltar? ¡Este
es un maldito tercer piso!
—¡¿Quién dijo que podías tocar mis
cosas?!
—¿Nadie?
—¡Exacto!
“Corre”
fue seleccionada. Salí se la cama y en cuatro patas comencé a escapar hacia su
izquierda, ella rápidamente me encierra en una esquina, luego abre una gran
venta de vidrio que da a un balcón y me patea, giro hacia el balcón, luego ella
traba la ventana y cierra las cortinas.
Maldición
hace frio y este traje de karate no sirve de mucho, la lluvia se calmó un poco,
pero la llovizna hace que el frio que siente aumente exponencialmente. Estoy en
posición fetal, acurrucado en el suelo con el traje de karate y con los ojos
cerrados, pero en el momento que los abrí me percaté de algo que estaba
ignorando.
Mi
piel se puso pálida al instante y un fuerte terror me atrapó por completo, lo
hice, miré hacia abajo, no me había percatado de que este es… un tercer piso,
un lugar muy alto como para una casa normal, este balcón tiene una cerca de
metal que apenas cubre la mitad de mi cuerpo, pero si no fuera por esa cerca
esté balcón se vería idéntico a aquel.
Ese
balcón desde donde casi caigo, es balcón desde donde ocurrió ese “Accidente”.
Sin darme cuenta ya había entrado en pánico, me apoyé contra la ventana y
comencé a golpearla fuertemente con mis puños.
—¡Koizumi, déjame entrar por favor!
—Ni lo pienses, te lo mereces.
—¡No, por favor! ¡Te lo imploro, déjame
entrar!
*PUM,
PUM, PUM*, Mis golpes cada vez eran más fuertes.
—¡Oye, romperás la ventana!
—¡Déjame entrar, no me dejes aquí!
*PUM*
—¡Para de golpear!
Mis
lágrimas empezaron a caer sin descanso, una tras otra, el simple hecho de
recordar ese día me da tanto miedo como para llorar.
—¡Koizumi!
Mi
voz era temblorosa y sollozaba a cada rato, ella parece haberse percatado de
esto. Abrió la ventana y me vio llorando como a un niño pequeño. Deje de
golpear.
—¡Por… favor! ¡Solo no me dejes aquí!
Ya
no era consciente de lo que hacía.
—¡Ah! ¡S-Sora!
Ella
abrió la ventana y yo caí con el rostro al duro suelo.
—Lo siento, perdóname, yo me… olvidé.
—Mamá… Papá…
Ya
no sé que estoy diciendo.
—Sora…
—¡Solo créanme!, ¡No fue un accidente!
¡Él me empujó, él lo hizo!
—¡…!
—No… *Sollozo* miento.
No
tengo la menor idea de por qué dije esas cosas, no… ya no recuerdo que es lo
que le dije, simplemente caí desmayado sobre el suelo después de eso, mis ojos
están llenos de lágrimas y el miedo no se iba, esa noche tuve una pesadilla.
Una
figura parecida a mí, y yo estábamos en un edificio alto, no puedo ver su
rostro, pero si puedo ver una aterradora sonrisa en su rostro, él… me empujo de
ese edificio, comencé a caer, metros y metros, esto no terminaba jamás.
—Nii-san… ¿Por qué?
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