1 jun 2016

NOX VOLUMEN 4 CAPITULO 7



DAMAS Y CABALLEROS ESTE CAPITULO TECNICAMENTE ES EL DEL MARTES. NO TENGO NADA MAS QUE DECIR...TEHEE.


CAPÍTULO 7




La ultima bestia mágica que Jean estaba pensando reclutar para Liz, era un tanto especial. Se trataba de un dragón de agua, incluso él no sabía si iba poder convencerle, después de todo esta bestia sagrada tenían una historia muy especial.



Jean había viajado hasta una isla muy alejada de ciudad Lux, un lugar secreto y especial. Jean solo le conocía por las historias que uno de sus maestros le contaba, este era el tío de Liz y el anterior Gran druida.



El joven llegó a su destino, enfrente de una cueva secreta se encontraba una puerta de color azul, con todas su fuerzas Jean la empujó y entró en una gran sala llena de perlas, diamantes y todo tipo de tesoros. Él avanzó lentamente observando atentamente el lugar hasta que una fría voz cargada de pesar le habló.



-Detente ahí, no avances más. ¿Por qué has venido a aquí interrumpiendo mi descanso?-.



-He venido a verte porque deseo evitar una injusticia-.



-Los asuntos del mundo me dejaron de interesar hace mucho tiempo. Deja este lugar y no vuelvas otra vez-.



-Ella te necesita-.



-¡He dicho que te vayas!-.



-¡No me iré hasta que me escuches! ¡La descendiente de la mujer que juraste proteger podría estar en un terrible peligro!-.




Frente a Jean apareció una criatura con el rostro y cuerpo similar al de una serpiente, escamas de color azul que refulgían con la luz de las antorchas y garras ligeramente cortas comparadas con la extensión de su cuerpo.



-¡Si no te vas! ¡Te mataré!-.



-¡Aunque seas un dragón si no permites que hablemos de manera civilizada te mostraré algo de humildad!-.



Los ojos como zafiros del dragon brillaron momentáneamente, arqueando su cuerpo hacia atrás le arrojó al joven un aliento helado.



-“Noctis Ignis”-.



Jean no dudo en usar una de sus formas mas poderosas. 


Todo su cuerpo se llenó de flamas de color negro.



Una enorme cortina de vapor se alzó en todo el lugar. El dragón se relajó pensando en que había eliminado al molesto intruso, de repente una voz llena de ira y amargura resonó.




-¡Hace siglos fallaste en protegerla y ahora cuando se presenta una oportunidad para redimirte decides huír! ¡Qué patético eres!-.




-¡Maldito! ¡No te atrevas a seguir hablando!-.



-¡¿Y qué vas a hacer si no te hago caso?!-.



-¡Te destruiré y no quedará nada de ti!-.



-¡Mientras lo intentas te contaré una triste historia!-.



El dragón furioso arremetió contra Jean pero este solo se dedicó a esquivarle, Jean creó alas de fuego negro y se elevó lo más alto que pudo dentro de la cueva.



-Hace mucho tiempo existió una bella mujer tanto en cuerpo como en alma, ella observó cómo los mortales, plantas, animales y espíritus sufrían ante los males naturales e innaturales del mundo . Ella lloró por mucho tiempo pero un día decidió luchar para hacer del mundo un lugar mejor…-



-¡Cierra la boca!-.



-Ella peleó y peleó, en el camino conoció a muchas personas que compartían su sueño, después de muchos sacrificios, después de perder a tantos seres queridos por fin logró que reinara la paz, pero tristemente ella no pudo disfrutar de esta paz…-



-¡Aggggggghhhhh!-.



El dragón de agua soltó un  aliento decenas de veces más poderoso que el primero, alrededor de Jean aparecieron una multitud de escudos que recibieron de lleno el ataque.



-Personas que tenían envidia de la pureza de su alma decidieron asesinarla, planearon todo y cuando ella estuvo sola le arrebataron la vida-.



El dragón dejó salir un triste y desgarrador lamento.



-¿¡Por qué me recuerdas algo tan doloroso?! ¡¿Por qué?!-.



-¡La tristeza que te abruma debería ser la fuerza que te mueva para impedir que una tragedia como esa se repita otra vez! ¡Pero en vez de eso te ocultas en una cueva olvidada! ¡Al paso que vas, no solo terminarás olvidando su muerte, un día te darás cuenta que ni siquiera recuerdas su rostro!-.



Fuera de control el dragón embistió a Jean con su cuerpo, los escudos que protegían al joven se rompieron, Jean fue azotado contra las paredes de la cueva, previendo esto ya había invocado una armadura negra de estilo gótico que protegiera su cuerpo pero aun así recibió considerable daño.



-¡Escúchame bien, cobarde! ¡Su descendiente tiene un hermoso color de ojos y cabello, ellos son verdes! ¡Y su alma no es menos bella que la de la mujer que juraste proteger!-.



Al escuchar esto la bestia se replegó al fondo de la cueva intentando huir. Jean liberado del cuerpo de su enemigo cayó y se azotó contra el suelo, reuniendo fuerzas se levantó con pesar y caminó hasta donde el dragón estaba cuyo cuerpo temblaba sin parar.



 -“Ella también se  llama Liz”-.



-¡Aunque tengan el mismo nombre no la hace la misma persona!-.



-Es tal y como dices, pero ¿De verdad puedes soportar que su descendiente muera? ¡¿Dejarás que su hija sufra el mismo destino?!-.



El dragón guardó silencio. Ante el prolongado silencio Jean añadió.



-En ese caso me iré, es una pena que el dragón sagrado de Liz, la fundadora del País del viento, el país de los druidas, ya no exista. Ahora no eres nadie, olvidaste tu promesa. Le juraste que no dejarías que su sangre fuera derramada pero al final ya todos sabemos el resultado. Adiós Muscari, espero que  algún día puedas olvidarla.-.



Jean no tuvo piedad, sus palabras fueron pensadas y dichas para causar el mayor dolor posible. Sin decir nada más el joven abandonó el lugar.





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Wilm, uno de los generales de las tropas de la muerte conducía a sus guerreros hacia el lugar donde la presencia de un nuevo Señor de la muerte había aparecido.



Habían estado ocultos del mundo haciéndose cada vez más fuertes durante quinientos años. Todos querían llegar lo antes posible ante su nuevo amo pero la geografía y fronteras del mundo habían cambiado. Nuevos países y territorios habían sido fundados, si las tropas decidieran tontamente y sin precaución tomar la ruta más corta hasta su destino, terminarían siendo descubiertos. SI su nuevo amo decidiera darse a conocer al mundo ellos le seguirían sin desobedecer incluso estarían felices pues ya habían pasado demasiado tiempo en el anonimato, pero sin saber los planes del nuevo señor de la muerte, las tropas y generales no se atrevían a tomar decisiones apresuradas.



El cuerpo de Wilm era el de un esqueleto de tres metros, robusto y vestido con una armadura negra, era experto en magia, no al nivel de un Lich pero cerca. Él se comunicó con los generales y se enteró que todos estaban en la misma situación, excepto las mujeres de nieve, por su ubicación y su magia de tele transportación serían las primeras en llegar.



-¡Maldición! ¡Debimos prever que las fronteras cambiarían y tomar medidas!-.



-Señor no se moleste no hay nada que podamos hacer-.



Un esqueleto más pequeño que él intentó consolarle.



-Lo sé, lo sé. Ahora dime que has investigado.-.



-Las tropas de este reino patrullan los caminos a intervalos fijos, en los bosques cercanos se encuentran individuos de otras especies territoriales así que sería mala idea invadir sus bosques-.



-¿Entonces estamos atrapados?-.



-No necesariamente, en dos días tendrá lugar la fiesta de aniversario de la fundación de ese país, en ese momento bajaran la guardia y podremos cruzar la frontera sin tantos problemas, una vez que lleguemos al mar podremos estar más seguros-.



-Dos días… Entiendo, esperaremos entonces. Diles a todos que se preparen-.



-Sí, señor-.



El esqueleto pequeño se retiró del lugar.



Wilm miró hacia la distancia y comenzó a recordar ese día fatídico.



Order se encontraba de pie en  medio del campo de batalla. Enanos, humanos, hombres bestia, hombres lagarto, distintas clases de elfos, prácticamente individuos de todas las razas posibles lo rodeaban, las miradas de odio que le dirigían eran severas.




Su cuerpo estaba atravesado por incontables flechas, había perdido una mano, las heridas sobre su cuerpo eran terribles pero aun así continuó peleando con valentía, incluso en el fin decidió liberar toda su energía y provocar una terrible explosión para que sus amigos lograran escapar.




Wilm y los otros generales, junto con las tropas, mientras se retiraban observaron cómo su líder era masacrado y como explotó esparciendo cada parte de su cuerpo en el campo de batalla. Ese día nunca podría ser olvidado por ellos.




Order se sacrificó para salvar a sus tropas. Su objetivo se había cumplido, habían logrado invadir las tierras del Imperio de Deux y detenido la ambición del emperador, pagando un alto precio, pero en vez de una celebración y felicidad solo hubo tragedia.



“Les ordeno que huyan, ocúltense, vuélvanse más fuerte hasta que aparezca aquel o aquella que heredará mi voluntad, herir de muerte al emperador ya es un logro, con eso la vida podrá existir por unos siglos más". Eso fue lo que su líder dijo, como era de esperarse todos se negaron pero Order insistió. “El siguiente Señor de la Muerte necesitará soldados fuertes, necesitará amigos leales, se los ruego. Yo ya estoy al borde del colapso aunque logre huir hoy de nada servirá, la Alianza del Albor nos seguirá hasta acabar con todos pero si me destruyen las cosas se tranquilizarán y ustedes tendrán una oportunidad de escapar y esconderse”. 



Usando muchos argumentos válidos Order les convenció, eso fue algo de lo que todos los generales se arrepintieron.



-En esta ocasión juro que si hemos de caer lo haremos juntos, esta vez pelearemos hasta el final-.


Mientras apretaba su puño con fuerza Wilm declaró con convicción.



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-Señorita Meldín, hemos llegado. ¿Cuáles son sus órdenes?-.



-Por el momento desembarcaremos aquí, y luego investigaremos el resto de las islas-.



-Entendido.-.



Las mujeres de la nieve por fin habían llegado a las islas cercanas a donde la energía del anterior y del nuevo Señor de la muerte se había sentido. Creando un enorme barco de hielo se teletransportaron hasta su destino.



Meldín era su líder, una hermosa mujer de cabello y ojos color negro, de piel blanca y atributos físicos encantadores. 



Ella se moría de ganas por conocer a ese ser tan especial. El resto de la tribu también sentía lo mismo, es necesario decir que toda su tribu estaba  compuesta por mujeres.



Después de examinar la cadena de islas en su totalidad y descubrir que no estaba ocupada por humanos o miembros de otra raza decidió establecer una base temporal. Afortunadamente el lugar tenía un sistema de cuevas donde ellas se establecieron y usando sus habilidades las adecuaron a sus necesidades. Las cuevas pronto se llenaron de nieve y hielo, aunque ellas tuvieron cuidado de no dañar el clima de la isla.




En la noche Meldín salió de su cueva y se dirigió a un arroyo cercano. Después de quitarse la delicada prenda de tela blanca que cubría su cuerpo entró en el agua y comenzó a lavarse lentamente. Pasada media hora salio del agua y cuando se disponía a tomar su ropa se detuvo en seco.




-Buenas noches, de casualidad ¿Eres Meldín?-.-.



Frente a ella un hombre joven vestido en ropas oscuras apareció. Él tenía cabello largo y ojos negros, piel blanca, un rostro delicado ligeramente femenino, su cuerpo era delgado, pero Meldín que había vivido un par de siglos pudo ver que estaba bien entrenado y tonificado. El aroma que emanaba de él era agradable, ella instintivamente reconoció este olor que le traía numerosos recuerdos.



-¿Tú…¿Tú…-



Ella quiso hacer una pregunta pero las palabras no salían de su boca.



-Contestaré todas tus preguntas pero supongo que es algo incómodo para ti hablar con alguien mientras estas desnuda, aunque a decir verdad a mí no me molesta-.



El joven le dirigió una sonrisa muy especial. Meldín rápidamente se puso su ropa. Intentando recobrar algo de dignidad le habló al extraño joven.



-¿Quién eres tú?-.



-Tú eres Meldín la líder de las mujeres de la nieve y en el pasado fuiste la mejor amiga de Order-.



Meldín inmediatamente creó una esfera de hielo en cada mano.



-Te pregunté quién eres tú no quien soy yo-.



-Yo soy el sucesor de Order, soy un Señor de la Muerte, aunque lo más acertado sería decir que soy un Señor de Ouroborus. Mi energía es la que atrajo la atención de las tropas de la muerte. Sé que todos ustedes han salido de sus escondites y están viniendo a buscarme. Lo sé porque después de absorber una reliquia de Order varios de sus recuerdos fluyeron hacia mí y pude sentir su presencia. Order quería que los encontrara. Debo decir que no pensé que llegarían tan rápido-.



Meldín inmediatamente se inclinó al suelo.



-¡Mi Señor! ¡Yo, Meldín le pido perdón por mi actitud descortes!-.



-Eres tal como pude ver en los recuerdos de Order, demasiado confiada. Ni siquiera me has pedido una prueba de confirmación a todo lo que dije-.



-Yo no sé como responder a eso Amo-.


-Y ahora me llamas amo, ahora puedo entender por qué Order se preocupaba por tu futuro. No es necesario que me llames Amo, mi nombre es Jean-.



-¡Nunca me atrevería a llamarle por su nombre!-.



-Ya veremos, por el momento podrías reunir a tus hermanas, les daré una prueba de que yo soy quien digo ser. No espero que ellas sean tan ingenuas como tú y al decir esto no te estoy criticando-.



--¡Gracias Amo! ¡Le obedeceré inmediatamente!-



Ella sin demora  abandonó el lugar. Dejando a Jean detrás.



-(Aunque no fue mi intención espiarla mientras se bañaba tengo que admitir que eso fue una vista agradable. Y ahora que pienso en ello creo que realmente me gustan las mujeres un poco más grandes que yo…)-.




Jean esperó hasta que todas estuvieron reunidas y tal como prometió se transformó enfrente de ellas para demostrar su identidad, no sin antes cubrir el lugar con una barrera para que nada de su poder se filtrara.



Jean sabía que podía confiar en ellas, los recuerdos y sentimientos de Order fueron transmitidos a él días atrás. Ellas habían peleado a su lado sabiendo la verdad, y cualquiera que conociera esa verdad y peleara en contra de “eso” debía ser digno de confianza.




Esa noche hubo una increíble celebración donde Meldín se ofreció a Jean múltiples veces a modo de disculpa por no haberlo reconocido antes. Jean peleó con la tentación y se negó amablemente por considerar que no era correcto aunque la verdad es que ella era totalmente de su tipo y los deseos que ella hacía surgir en él eran abrumadores.






14 comentarios:

  1. solo tengo una pregunta tiene un harem no es princeso pero no se tira a ninguna :v (?(ง'̀-'́)ง

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  2. gracias por el capitulo hoy toca otro capitulo no?

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  3. Pero cuando vas a dejar que Jean tenga una sana diversión(sexo)?
    Buen capitulo

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  4. Muchas gracias por el capitulo!!!!!!!!!!!!

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  5. gracias por el capitulo....espero el proximo.

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  6. Bien capítulo jajaja ya me imagino el avance pero aún así creo que las 3 L dijeron que Jean era de la religión de los druidas así que creo y espero un harem

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  7. Apoyo tu mocion buen hombre XD!!!. (Harem)

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  8. hey viejo deje al man disfrutar, tanto para comer y el man solo viendo, no es justo ni para el ni para los lectores.....
    buen capitulo!!!

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  9. hey viejo deje al man disfrutar, tanto para comer y el man solo viendo, no es justo ni para el ni para los lectores.....
    buen capitulo!!!

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  10. Pobre jean que tiene un autor tan malvado que no le deja hacer lo que quiera :v

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  11. por fin la historia se esta tornando mas seria.no puedo esperar a conocer la identidad del emperador,también tengo una duda,es el mismo emperador de hace 500 años o sus descendientes.en fin espero con ansias la invocación del dragón legendario de agua y la relación entre jean y lix,para mi hacen una estupenda pareja,y para mas los dos pertenecen a la religión druida.

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  12. a donde te fuiste david A-gato esperando en desespero el proximo cap... esto es maldad pura

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