15 ene 2016

DNS, Primer arco

Lesu pasa rápidamente, solo para traerles DNS. Te volviste el chico de los recados. Emi... ¿Qué? Antes era el señor que traía destrucción al reino de los dioses con cada publicación. Dejando eso de lado, el primer arco de DNS para ustes, que lo disfruten.
 Imagen con fines... Will la mando. Creó que la ONU esta llegando. ¡A correr!.
Era broma... No hagas bromas como esas. Creó que... Ah sí, imagen con fines... Ya saben. Tranquilos, la ONU no vendrá... Creó.

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Contenido




Capítulo 1: Una mañana cualquiera (First_Day)


Parte 1


El día 20 de junio, el sol nacía desde el horizonte edificado iluminando de manera acromática la vida de los habitantes de Shinjuku.

Movido por los rayos de sol filtrados por el cristal de la ventana, a tientas, tomé la sabana que me cubría para tapar mi rostro; en vano, mi sabana había sido arrebatada durante la noche para que no pudiera hacerlo.

Me levanté de manera poco energética del futón y con la gracia de un recolector de basura, lo aplasté contra mi cuerpo antes de lanzarlo violentamente contra el fondo del armario, solo para terminar luchando con la puerta corrediza y verme obligado a hacerlo de nuevo con cuidado.

Una vez en este estado zombiesco, me moví desde mi habitación hacia el baño, no sin antes tocar la puerta del cuarto de mi hermana con un “es de día”.

Arrastrando mis jóvenes pesares de la noche anterior, que se podían ver regados por el suelo de mi habitación como grandes tomos, revistas y cuadernos; titulados “Las quince esposas de Genji”, “psicología moderna”, “filosofía del siglo XIX”, “armando motores 3-ra edición”, “Física de partículas”, “Mitos Rusos”, “aprende francés”, “Gastronomía mediterránea”, “historia del arte”, “Un cierto índice mágico - Nuevo testamento”, “Desde el nuevo mundo”, “guía ilustrada de las especies vegetales de la isla de nueva guinea”; me dejé llevar hasta el espejo para poder ver reflejadas mis ojeras.

De manera poco sana, empecé a hablar con el yo del espejo.

-vacaciones de verano eh…, esa palabra no se aplica a mí.

Eso era un hecho; después de ser conocido con los apodos de “la enciclopedia viviente de Shinjuki” y “el casi índice mágico”, dejé el colegio con ello el estudio particular para aplicar mis propios métodos de autoestudio.

Mientras movía de manera poco hermosa mis cabellos castaño-rojizos, que caían con sus ondas sobe mis cejas, heredados desde mi familia paterna inglesa y miraba mis oscuros ojos cafés heredados, junto con mi piel trigueña, de mi madre latina, incrustados en mi rostro demacrado por la falta de sueño; tomé las tijeras ubicadas en el cajón plástico de la pared y me apunté sobre los ojos y a la mitad de la frente.

La filosa herramienta se cerró con fuerza, pero en un movimiento aún más veloz, había retirado de un tirón mi cabeza y con ello, mi cabello habia quedado intacto tras la amenaza de las tijeras.

-me arrepentí- le dije al reflejo de mí mismo.

Encendí la bañera en agua fría y mientras esperaba que se llenara, me moví hasta la cocina donde me preparé un café instantáneo a falta de tiempo para preparar más; además, coloqué una Pop-tart en el micro por dos minutos.

Con el pitido de la maquina microondas, sujeté un trapo y saqué con cuidado la pasta de malvavisco y mermelada envuelta en una oblea que era la Pop-tart, la cual era vendida en diversos sabores que no se especificaban, así que solo restaba probarla para determinar la fruta que era; ya que, todas las mermeladas habían sido teñidas de color rojo, para hacerlas indistinguibles.

Le di un descuidado mordisco al alimento diabólicamente calentado, antes de lanzar un quejido y correr hacia la nevera por agua; mi baja tolerancia a los alimentos calientes había empeorado la situación.

Mientras me quejaba del dolor y me recomponía de la mermelada de frambuesa hirviendo, tragué de un trago mi café instantáneo frio y esperé.

Un “su baño está listo”, me advirtió del tiempo que había pasado; entonces, con confianza, me dirigí de nuevo a enfrentar mi Pop-tart.

La frambuesa es mejor fría.

Después de bañarme y secarme, así como de cambiarme, caminé con pasos silenciosos hacia la puerta de la casa y salí.

Como de costumbre, el calór me vió obligado a usar una ropa ligera que bien pudo haber sido desgastada por los ciclos de lavado, pero que aun así, me negaba a dejar de usar, además de un pantalón de fibra sintética corto de color marrón.

Mi objetivo estaba a solo algunas cuadras de distancia.

Salí de mi casa de dos plantas ubicada en las zonas suburbanas de Shinjuku mientras arrastraba mi cuerpo fuera del edificio adornado con el título de “Panaderia Ouki”

¡Oh, cierto!, mi nombre es Kimizu Ouki.

Con “Ki” de espíritu, “Mizu” de agua, “Ou” de rey y “Ki” de espíritu, nuevamente; un nombre poco deseable para algunos, pero que a mí me gusta mucho.

Como dato extra: esa panadería, es mía.

Fue una noche, aunque hay que retroceder incluso más, fue un mediodía de hace cuatro años.

Había estado trabajando como tutor particular desde mis siete años de edad, era un trabajo bien remunerado que alimentaba mi adicción por los libros; de otro modo, mis padres hubieran ido a la quiebra tras las visitas semanales de Amazon.

A mi quinto mes de la edad de 9 años, un chico de doce años que vivía cerca y al cual le estaba enseñando los procesos celulares, se quedó pasmado viendo un modelo de Kinkakuji hecho de tablillas de helado.

El templo a escala fue vendido a la madre de ese chico en mil yenes.

Claro, yo se lo hubiese dado de manera gratuita, sin embargo, ella dijo: “no, como voy a hacer eso, por lo menos, debo pagar por los gastos en los palillos y en el pegamento”
Después de un tira y afloja inverso (yo bajando el precio y la mujer subiéndolo), llegamos a la conclusión de 1000 yenes y la reposición en materiales del templo.

A la semana siguiente, me llegó un paquete.

Una caja de 50 cm en todas las dimensiones lleno de palitos de helado y un tarro de medio litro de pegamento de madera, además de tarros de vinilo.

¿Qué puedo decir?, esa mujer se excedió.

Ese era solo un Hobbie, no podía considerar el ganar por algo que podía hacer por pleno deseo, pero eso encendió la chispa.

Entregándoles las ganancias de la venta del templo y todos mis ahorros a mis padres (el 30% del dinero recaudado de las tutorías), junté poco más de 130.000 Yenes; los enfrente en la mesa de la cocina con un: “quiero hacer una petición egoísta”

¿Acaso acababa de oír esas palabras?

En la antesala de lo que prometía ser una discusión acalorada en nuestra familia de cinco integrantes (mi madre, mi padre, mi hermana mayor mi abuelo paterno y yo), me instruí en las técnicas del manejo de ideas, realice simulaciones mentales acerca de las posibles respuestas y diseñe contramedidas para obtener la ventaja.

Estaba listo para casi cualquier posible respuesta, tenía las palabras que tenía que decir para responder a sus dudas, tenía además tablas estadísticas que apoyaban mi idea.

Estaba mentalmente preparado para el fracaso, pero no estaba mentalizado para su respuesta: Directa, precisa, sin atisbo de duda.

-“sí, claro”

-“¿eh?”

-“¿Qué ocurre?”

-“¿No espera… que acabas de decir?”

-“¿Qué ocurre?”

-“¡no, eso no!”

-“que está bien”

-“¿Qué está bien? ¿Estás seguro de eso?”

-“claro, ¿por qué no?”

Aun me seguía sonando un poco extraño.

-“¿con ‘claro’ te refieres a que aceptas mi idea?”

-“así es”

Aparentemente había sobrevalorado mi petición o infravalorado la ductilidad de mi padre; al final de esta veloz contienda que acabó gastando todas mis energías debido a la baja carga mental que me ofreció, se llegó a la conclusión.

Una semana después, el frente de la casa se lució con un letrero, “Panadería Ouki”, en retrospectiva me impresiona lo fácil que fue.

Con los conocimientos que ya había adquirido, el montar una panadería bien surtida no fue tan difícil, además de que este se estaba convirtiendo en una gran fuente de ingresos. Gracias a eso y a algunas cosas más, como la venta de arreglos florales o la preparación a pedido de alimentos para fiestas de cumpleaños, mi estatus en la familia y en la cuadra se elevó unos cuantos niveles.

Pero, eso fue hace cuatro años, y aunque la panadería sigue funcionando, la mayoría de sus ingresos son por pedidos de tortas de cumpleaños, bueno, no fue gran problema.

Parte 2


Pasé por una tienda de conveniencia y compré bebidas en la máquina expendedora antes de encaminarme a mi verdadero destino.

Una biblioteca ubicada en la residencia de una chica de secundaria que vivía sola, según dijo, su abuelo le había heredado una gran cantidad de libros y ella decidió montar ese negocio para obtener algún dinero extra; aunque se solía quejar acerca de que yo era su único cliente; después de un tiempo, empezamos a hacernos buenos amigos, después de todo, yo era el único que la visitaba frecuentemente.

Así que mientras me subía al ascensor plateado y después de oprimir el botón del decimonoveno piso; esperé.

Después de un rato, algo raro sucedió; el piso debajo de mí empezó a resquebrajarse violentamente para finalmente ceder ante la gravedad y caer.

El miedo me había paralizado demasiado y no había logrado aferrarme de los sujetadores en las paredes; antes de que me diera cuenta, ya estaba cayendo.

Por la posición en la que me encontraba, logre vislumbrar el piso al cual apuntaba la vieja y oxidada flecha del ascensor.

“catorce pisos… ha… parece que es imposible hacer algo”

Mientras más caía en la oscuridad, más ligero me sentía, como si al final de la vida solo pudiera sentir felicidad.

“me pregunto, si golpearé primero con el cráneo, odiaría seguir consciente cuando mis huesos se quiebren”

Entonces, cada pequeño rastro de luz desapareció de mi campo de visión hasta dejarme a oscuras.

“que extraño, nunca creí que esto pasaría ¿es normal que no pueda ver nada?”

Entonces, como una computadora antigua que se desconecta de la fuente de poder, todo se apagó

Parte 3


Desperté.

Un mundo distinto, distinto.

Mayormente las historias de gente en mundos distintos ocurren en reinos religiosos y al invocado se le ofrece el título de héroe de la nación, contrastando, yo fui despertado con una patada en el abdomen de parte de un hombre con un rosto aborrecible.

En vez de ser alimentado por doncellas o recibir un banquete con el rey, la patada viajó por todo mi abdomen induciéndome a vomitar una mezcla de alimentos a medio digerir, ácidos estomacales y sangre.

En vez de sentir dulce hidromiel haciendo cosquillas en el paladar, sentí que mi esófago garganta y boca ardieran debido al vomito.

En vez de ser tratado como un héroe y ser alabado por todo el país, fui escupido en la cara y tratado como basura siendo aplastada por una pesada bota de piel.

En vez de ser conducido a una recamara de grandes camas doradas, fui lanzado bruscamente a una jaula de metal junto con otros humanos.

En vez de ser un héroe alabado, fui llamado esclavo.

En vez de “eres nuestro salvador”, escuché un “bienvenido a lo más profundo que puedes llegar, asqueroso humano”

Un recibimiento digno de un enemigo.

Ese recibimiento me terminó lanzando en medio de una jaula llena de otras personas; la fuerza con la que me lanzaron me provocó un golpe de lleno con los demás capturados.

Mi cuerpo había sido elevado y lanzado bruscamente en la jaula; el golpe había sacado todo el aire de mis pulmones y había hecho borrosa mi visión; sin embargo, seguí con una enfermiza calma.

No es que me considere alguien realmente imperturbable, solo que todo estaba ocurriendo demasiado rápido para que lo filtrara como realidad; era vivido y doloroso, pero se sentía realmente lejano.

Recuperándome del golpe, evalué la situación.

Me encontraba en una jaula; era una jaula de dos metros de ancho, cuatro de largo y dos de alto, barrotes de metal se unían a bordes hechos de madera, y en la parte trasera de la jaula había una puerta asegurada por pasadores de metal pesados y un candado, además, esta jaula estaba ubicada sobre una base de madera y unas ruedas, las cuales estaban unidas a la parte trasera de un carruaje también de madera.

El sonido de los relinchidos me decía que este carruaje estaba tirado por caballos; por el peso y el estilo, determiné que serían dos caballos por lo menos.

Dentro de la jaula, habíamos ocho personas en total; cuatro de ellas eran mujeres, una era una niña de unos ocho años de edad; los otros tres eran hombres, uno de ellos de unos diecisiete años, los otros parecían demasiado viejos para ser siquiera útiles y estaba yo.

Mis ojos vagaban recolectando información; por ejemplo: si mirábamos su ropa; se podía notar que algunos de ellos eran trabajadores del campo; sus pesadas botas estaban sucias y desgastadas.

Una de las mujeres estaba sufriendo de tendinitis en su brazo derecho; aunque probablemente no ha ido al médico, se podía notar debido a la tensión de su ligamento radial.

Debido a los rezos de una de las mujeres, determiné que la deidad en la que creían se hacía conocer como Melaforossa.

-“¡MADRE…. MAMA… VEN POR FAVOR!”-

Gracias a los gritos de la niña, pude saber que la había separado de su madre; pero enserio, eso fue fácil.

El joven en el grupo parecía ser el único que me podría dar razón.

Por sobre los gritos de dolor de la niña, entablé una conversación con el joven.

-¿sabes para donde nos llevan?- pregunté con la voz más infantil que pude.

-si tuviera que adivinar, sería al coliseo de Garua en el país de Lotos; de ahí probablemente nos envíen por la ruta hacia el norte; sería mejor que nos moviesen inmediatamente antes del sábado.- me respodió en un tono frio, parece que mi táctica de despertar sentimientos Bro-con, falló miserablemente.

-¿que? ¿Qué ocurre el sábado?- pregunte con una voz más calma, quizá fría y afilada-.

-¿no estas enterado? ¿Dónde has estado viviendo tu vida?, todo el mundo sabe que los sábados se realizan las batallas en los coliseos.

¿Batallas? ¿Coliseos?, algo…

-¿a qué te refi…?

El movimiento repentino del carruaje no me permitió terminar de hablar; habíamos empezado el recorrido.

Recuperando la compostura dije: “a que te refieres con batallas”

La única respuesta que obtuve fue una mirada extrañada de ese chico, claro, si se supone que es algo que todo el mundo sabe que es, que alguien repentinamente lo pregunte es extraño; es como si alguien te preguntara: “¿para qué sirve el refrigerador?”

Guardé silencio el resto del viaje.

En un momento determinado del viaje, noté como la carretera en la que nos movíamos parecía unirse de manera adyacente a otra más grande.

La magnitud de lo que vi destrozó mi juicio.

Nos unimos al medio de una caravana de unos sesenta carruajes más, todos, llevando entre cuatro y quince personas en el interior de julas similares a las nuestras.

Mis ojos absortos trataban de ver la magnitud del suceso; justo cuando trataba de asimilarlo todo, algo más me llamó la atención.

En el frente de cada carromato, había un conductor.

Con cara de halcón, con uñas de ave de rapiña, con escamas en la parte donde no lo cubría piel, con orejas de gato, de perro y de lobo, con rostro de cocodrilo… etc.

La única palabra que cruzó por mi mente fue “Demi-Humano”.

Sea un manga, una novela o un anime; esas características se le atribuían generalmente a los seres conocidos como Demi-humanos.

Al no poder procesar la información, caí inconsciente sobre el regazó del joven con el que había hablado horas antes.

Parte 4


Desperté durante la noche.

Mirando hacia el cielo a través de las barras de metal, ahí estaba, un cielo único; un cielo solo existente debido a la falta de contaminación lumínica; un cielo hecho a base de estrellas; un cielo brillante; un cielo vivo; cada uno de los astros unas cincuenta veces más brillante que las que alguna vez vi y unas veinte veces más poblado; de inmediato mi cerebro se estaba saturando de errores mientras mis ojos trataban de reconocer cada constelación.

Ninguna constelación conocida.

Debido a mis conocimientos en la psicología del secuestro, sé muy bien que este proceso de búsqueda de tareas inútiles siempre ayuda para pasar el tiempo; ya sea contar las hebras de tatami, ordenar y reordenar piezas de ajedrez o tararear canciones; cada actuación aparentemente sin sentido, había servido para que las personas pudieran seguir con vida un poco más de tiempo.

Por mi parte, mi actuación inútil había sido el crear y nombrar nuevas constelaciones.

Lanzando una mirada al infinito, tratando de unir los puntos de manera mental, desde una estrella ridículamente brillante se estiraba lo que parecía ser un pie; con algo de imaginación, se podía dibujar una bota alrededor de las estrellas.

Del mismo modo, un par de brillantes estrellas y unas un poco más opacas alrededor me dejaron dibujar una lanza. Al final de la lanza, avanzando por unas cuantas estrellas, estaba lo que podía ser interpretado como las manecillas de un reloj marcando las 13:30.
-una manzana
-un sombrero
-un conejo
-una araña
-un gusano (falto de imaginación)
-un jarrón
-un templo
-una montaña
-un rio

Y cuando me di cuenta, el cielo estrellado estaba desapareciendo en tanto aparecía el sol desde el oriente, el lugar al que nos dirigíamos.

Parte 5


Bajo el cielo despejado, el dolor que provocaba el sol se intensificó considerablemente.

En una palabra: calor, en otra palabra: martirio.

El calor forzaba a las personas a respirar el aire caliente, de manera que mientras más se respiraba, el calor que se disparaba por el sistema respiratorio más parecía cocinar a las personas desde adentro.

Según me había enterado, esta es la zona desértica de Zedal; lo que en algún momento fue un hermoso bosque ahora estaba reducido a un terreno estéril y caluroso.

No tengan malos entendidos del lugar, aunque es verdad que es una zona desértica, supongo que es mejor denominarla como una estepa de zona caliente.

El lugar no era especialmente grande, aun así el atravesarlo nos tomó cerca de tres horas.

Al final de este infernal recorrido, se podía ver con facilidad desde el punto en el cual se reunían una gran cantidad de árboles, una pequeña ciudad; para describirlo de otra manera, la ciudad construida enteramente por madera poseía en su exterior, una zona altamente densa de follaje de unos cuatro kilómetros de extensión desde los bordes de la ciudad.

En este lugar, los arboles funcionaban como una fuerte barricada contra el viento cálido que provenía del desierto.

Solo para aclarar; si tomamos en cuenta el este como la dirección desde la cual salió el sol, entonces, desde que comenzó el viaje, hasta la zona donde se conectó con la carretera principal, el viaje fue en sentido noroeste, hasta que salimos de la zona montañosa y nos enfrentamos a la zona desértica el viaje fue directamente hacia el oeste; el viaje en la zona del desierto empezó en dirección de cauro y luego se nivelo con una ruta más larga hacia el suroeste, en este punto, y a mitad del camino lineal hasta la ciudad de Zedal, la ruta volvió a ser considerablemente directa hacia el oeste.

La razón del desvió fue porque aparentemente se rodeaba una zona de acantilados negros de unos seiscientos metros de profundidad.

Y finamente, la ciudad de Zedal; una ciudad enorme con una disposición de canales por todos los lugares.

Canales hechos en piedra y ubicados al ras del suelo que poseían un metro de profundidad y tres metros de ancho, se disparaban en todas direcciones formando ángulos casi rectos en las zonas de inferencia.

Por esta razón, la enorme ciudad de unos 6 kilómetros de diámetro en su zona más larga, mantenía una enorme cantidad de puentes de varios tipos por sobre los pasos de agua.

Los había de piedra de estilo románico y de madera casi pareciendo más una plataforma que un puente; entre estos había gran selección; desde algunos que se elevaban un par de metros mientras se adentraba en la ciudad, hasta algunos que solo podían permitir el paso de peatones.

La ciudad de los canales de Zedal, tierra de Esperias, Pais de Lotos.

Una ciudad apostillada en la frontera.

Capítulo 2: Cadenas (Proud)


Resumen del capítulo anterior:
El viajar a un nuevo mundo, me sentó como una patada en el estómago.

Parte 1


El ruido de las numerosas caravanas siendo empujadas sobre los puentes, sumado a los incesantes comentarios de las personas acerca de la gran captura, alaridos de los más ancianos y lloriqueos de los más jóvenes, rezos de los más creyentes y maldiciones de los más desesperanzados, hacía eco en mi cabeza, la cual se había visto inhibida de alimento y agua.

La caravana gigantesca se movía hacia el cauro en lo que parecía ser el mediodía.

Los puentes y el popurrí de edificios que me hacían recordar a la reina del adriatico, dividían la ciudad en siete grandes zonas; como en una ciudad normalmente las edificaciones para propósitos similares se apiñaban en un lugar estrecho.

Los canales apuntando desde el este hacia el oeste, impulsaban el agua debido a la gravedad; posteriormente, esta agua era captada por canales subterráneos y era reenviada por máquinas de regreso al inicio de los canales.

Al oeste de la ciudad, se ubicaba la puerta de la ciudad y una carretera de adoquines adornada por árboles frondosos, como si los arboles le abrieran paso a los caminantes, casi como la historia de Moisés y el mar rojo; este era el sentimiento que desprendía; y más allá se encontraba el desierto homologo a la ciudad, seguido por la cadena montañosa donde me capturaron; unos cuantos hoteles y tiendas se encontraban allí también.

Al sur se levantaba el área suburbana de la ciudad, un terreno activo que además era el lugar donde se encontraba el instituto de estudios básicos; también había una biblioteca.

Al este, saliendo del límite de la ciudad, una enorme cantidad de campos escondidos entre los árboles se podían ver, el terreno montañoso se extendía mas allá también, era un territorio demi-humano.

Al norte, una serie de edificaciones que cumplían con los estándares de un centro de salud minoritaria se mantenían en contraste con el coliseo de Garua; su principal efecto medico eran pacientes heridos en trabajos de caería en el bosque y heridos del coliseo.

En el centro de la ciudad, una casa apenas levemente más grande que el resto, pero en contraste más amplia, señalaba la ubicación de la casa de los terratenientes de la ciudad, la familia noble que servía en el territorio bajo el dominio de la familia real “Galmea Da Lotos”, la familia noble “Von Henrius”; además, una serie de edificios burocráticos se levantaban alrededor de la mansión.

Al exterior de la ciudad, una zona boscosa se expandía; mas allá de esta, hacia el suroeste, estaban las minas de plata que mantenían la economía de la ciudad altamente lujosa.

Así que nuestra ruta como invitados de honor no podría ser otra más que al refinado norte de la ciudad.

Según nuestros choferes nos movían y presentaban una agradable conversación entre ellos con frases inspiradoras como “rápido, que ya me estoy fastidiando de mover a estas pestes por todo el trayecto” o “maldición, esta vez espero que los podamos vender por bastante dinero para poder emborracharme”, los cómodos asientos de madera vieja nos habían empezado a molestar un poco debido a la gran duración del viaje y los espaldares de hierro de alta calidad ya nos habían hecho golpear las cabezas de manera constante, mientras, el traqueteo por los pisos de la ciudad nos otorgaban una extraña sensación que no permitían que nos durmiésemos; por supuesto, gracias a ello pudimos disfrutar las enormes panorámicas de la ciudad; por no mencionar además a nuestra acompañante de ocho años, que cada que recuperaba la consciencia de la situación nos deleitaba con un hermoso cantico que nos provocaba ganas de llorar (aunque ella era la que lloraba mas).

Según al avance, ya nos habíamos tomado la molestia de presentarnos; la niña se llamaba Lia, aparentemente, según la información que nos contó, ella había sido separada de su madre y puesta en una carreta diferente; esto se solía hacer con los familiares de los capturados para evitar revueltas, explicó el joven, cuyo nombre era Yigo Esame.

Entonces, llegamos a nuestro destino.

El coliseo de Garua; un hotel en el cual los humanos pueden entrar sin reservaciones y pasar una larga estadía sin gastar un solo yen, las habitaciones de carácter comunitario poseen seguridad de alta calidad; tan solo entrar te dará la confianza de que los ladrones no intentaran robar nada de lo que posees, quizás ese sea el resultado de las enormes y pesadas puertas y paredes hechas de barrotes de hierro o quizá sea el candado que parece imposible de burlar.

En cuanto llegas al coliseo de Garua, empiezan los tratos de rey, para empezar, eres conducido desde el frente con la hospitalidad que solo podría ofrecer un oso enojado a un lugar donde te desprenden de todo tu equipaje, los recepcionistas se encargaran de todo lo que posees de modo que nunca más te tengas que preocupar de nuevo por estas nimiedades; incluso tu pesada ropa es cambiada por un ligero atuendo de lino beige con el objetivo de minimizar el peso que tengas que soportar sobre tu cuerpo; pero el atuendo por si solo además posee ciertos accesorios de gran calibre, como unas hermosas cadenas de hierro enrojecido debido a la acción que el oxígeno logró sobre el mismo, si fuesen antigüedades, esta zona enrojecida recibiría el nombre de pátina.

Y no es solo una pequeña cadena para el cuello; a modo de juego te ofrecen unas cadenas extra para la zona de la cadera y las extremidades superiores e inferiores, de modo que todas las cadenas terminan unidas entre sí.

El servicio deja algo que desear; se ofrecen dos comidas al día, un desayuno ligero pensado para empezar bien el día; generalmente es un pan, agua y una mezcla heterogénea de los alimentos de la noche anterior; el gusto es refinado, pues la maduración de los alimentos le otorga un ligero sabor agrió a los vegetales.

Es un alimento que sirve frio en consideración con las personas que tienen lengua de gato.1

Por la noche, la comida consta invariablemente de una bebida que parece tener mezclada concentrado para animales de engorde, antibióticos de alto espectro y alguna que otra planta de propiedad somnífera para agregarle un sabor más fresco.

Si no tomas la bebida, es probable que la incomodidad y el frio no te dejen dormir en lo más mínimo; lamentablemente, quizás con tal de reducir al mínimo la producción de gas carbónico, nadie enciende siquiera una pequeña flama, por lo cual es pasar una noche en vela pensando en cuando morirías de hipotermia o beber esa masa de color marrón; obviamente, a la segunda noche, la gran mayoría de las personas parecen esperar con ansias el mágico brebaje.

En las tardes, por las horas del mediodía, es el momento del baño; debido al deseo de aprovechar al máximo el agua, solo un balde de agua por persona.

Debido a la acción del sol, el momento del baño es el momento más deseado del día, superando apenas al momento de la llegada de la bebida.

Es increíble que todo esto no cueste ni un yen.

Como compensación, solo debemos actuar como candidatos deseables para la compra; es bien sabido que si eres comprado por alguien, probablemente podrás empezar a comer tres veces al día.

En una nota al margen, la primera persona de nuestro grupo en ser vendida fue la niña de ocho años, Lia; el comprador era un hombre-tortuga que aparentaba estar por sobre sus cuarenta, su sonrisa de felicidad era un poco desagradable a la vista y al parecer por los gritos de la niña, ella ya había aprendido a amar el coliseo; tanto así que los recepcionistas (que además son los guardias, chefs, vendedores y personal de limpieza) no tuvieron más remedio que dejarla inconsciente con un golpe seco en la parte posterior de la cabeza.

En el momento del golpe me encontraba relativamente cerca, así que unas pequeñas gotas de sangre terminaron en mi cara.2

El recordarlo me dejaba una extraña sensación de desazón y asco.

Parte 2


Habían pasado cuatro días desde que me encontraba en el coliseo de Garua, según el calendario general, ya debería ser el 21 de junio, jueves.

Eran pocas las celdas que daban vista siquiera parcial al interior del coliseo; por el resto, era comparable a mirar por una ventana elevada, así que el angulo de incidencia no dejaría ver mucho de todos modos.

Aunque exagerada, había una frase rondando el coliseo: “Quienes van, nunca regresan”.

Si puedo definirme de alguna manera, sería con dos palabras.

Adaptable y consecuente.

No es que sea una persona que pueda ser considerada como dedicada; para ser justos, mis victorias en cualquier tipo de ámbito, fueron generalmente simples de ejecución y no me pareció que ofreciesen resistencia.

En otras palabras, se me daban las cosas más fáciles que al resto.

Como tal y consciente de mi posición afortunada en el mundo, debido a mi gran cantidad de conocimiento acerca de casi cualquier cosa, sin importar que tan molesto fuera en un principio, siempre pude sobreponerme a las circunstancias que me ofrecía la realidad.

Me adaptaba y actuaba según la situación lo ameritaba.

Además de que mi actitud silenciosa y opaca, no me traía muchos problemas; o al menos así era la mayoría del tiempo; aun cuando era opaco, la verdad era que tenía alta habilidad para esgrimir sarcasmo como un arma.

Mi punto fuerte: ser consciente de la situación.

Mi punto característico: ser directo al llegar al punto de quiebre.

Mi punto malo: querer instruir a las personas.

Mi punto débil: mis relaciones interpersonales.

Como tal, siendo consciente de mi situación, mi meta era ser un esclavo exitoso de esta sociedad.

¿Les parece un tanto ridículo?, pues era eso o morir en el coliseo; además…

Parte 3


¡¡Seré un esclavo con todas mis fuerzas!!

Ya, dejando el sarcasmo de lado; lo mejor que podría sobrevenirme seria el ser contratado como esclavo para labores domésticas.

De entre los valores y funciones que desarrollan los esclavos, suponiendo que mi información sacada de mangas y novelas ligeras posea algo de realidad, se podría realizar de manera escalar de la siguiente forma.

  1. Esclavo particular: un esclavo que ofrece los servicios de un sirviente pero sin obtener remuneración económica; el ejemplo más claro que podría dar sería el del anime “La virgen María”, en el cual el personaje de María posee un íncubo y un Súcubo.3

  1. Esclavo domestico: un esclavo usable para labores diarias, con funciones varias y valor significativo sobre el resto.

  1. Esclavo militar: nada más que decir, ya sea a la fuerza o por cohesión, los dueños de este tipo de esclavos generalmente poseen de tipo guardaespaldas o milicia, para dar un ejemplo, de tipo guardaespaldas sería Morgiana como esclava del Sharif en el manga de Magi4, mientras de modo milicia sería Raphtalia y compañía como esclavos de Iwatani Naofumi en la novela de Tate o Yuusha no Narigiari.5

  1. Esclavo Sexual: ¿tengo que explicarlo?... aunque el ejemplo más claro vienen del manga Ero… y odio decirlo, pero los dos ejemplos más claros son: Enzai6 y Shounen Maid Kuro-Kun7… asi es, nuestras amigas fujoshis se llevan el título.

  1. Esclavo laboral: es el ejemplo más conocido, generalmente poseen trabajos duros en minas o campos.

¿Por qué esclavo laboral está por debajo de esclavo sexual?... pues porque en el esclavo sexual se pueden medir desde concubinas reales hasta prostitutas de pueblo… por no decir que generalmente tienen mejores tratos que los esclavos de tipo laboral.

Bajo mis condiciones, tengo que apuntar a estar entre las dos primeras opciones; Y por supuesto, esperar a que mi esclavista to sea especialmente cruel.

Y así, espere pacientemente por mi esclavista8

-y bien, ¿Cuál me vas a comprar?, padre.

-es tu regalo, así que escoge tú.

-bien, entonces ese.

Un dedo índice apuntó hacia mí.

Ese dedo índice estaba unido a un brazo y ese a un cuerpo, según mis ojos barrían su cuerpo, me fijé que se referían a mí, así que salté de mi posición de sentado y me paré de la forma más noble que podía.

Una vez que salió del rango de las sombras, sus ojos escarlata se encontraron levemente con los míos, el exhibía una sonrisa cálida mientras su cabello rojo y largo jugueteaba sobre sus hombros.

-¿estás seguro? ¿No quieres alguno más fuerte?

(Maldición, él ya se había decidido… ¡¡no interfiera anciano!!)

-~no~… de hecho, quiero a alguien débil.

(¿A quién le llamas débil, pequeño mocoso?)

-pues dudo que llegue a ser problemático, bueno, después de todo es tu decisión.

(~waaaa~)

-es tu culpa por no dejarme escoger a una chica.

(Espera... ¿que?)

-no se podía hacer nada, tu madre probablemente enloquezca si trato de ponerle las manos encima.

(¿Qué clase de basura eres?... no, mas importante. ¿Qué pretendía hacer ese mocoso con una esclava femenina en particular?)

La conversación se estaba saliendo de las casillas; estaba siendo empujado fuera del tema.

-¡¿quee?!- dice el niño demi-humano mientas se lleva la mano derecha hacia el cabello- se suponía que yo le iba a poner las…- guarda silencio.

-…

(…)

-…

-…

(Silencioso, aunque es muy obvio tomando en cuenta la situación; señor, su hijo es una basura igual que usted.)

-como sea… solo co… -el niño baja la cabeza y tartamudea un poco en voz baja.

(Maldición, no se olviden de mi…)

-¿Qué dijiste?- al parecer el padre no le escuchó nada… pues de por si no ha dicho nada.

(Solo esclavícenme por favor)

-… no es… solo.

(¡Nada de “Solo”!... enserio, ¿son tan inútiles hasta para esclavizar a una persona?)

-¿te duele en algún lugar?

-no, no es eso…

(Enserio, ¡hasta cuándo van a seguir con esta escena de comedia!)

-¡¡¡MALDICIÓN, SOLO ESCLAVÍCENME DE UNA VEZ POR TODAS!!!

-¿ah?...- el padre.

-¿ah?...- el hijo.

(¡¡Hasta contestaron al unísono!!)

Mi cerebro impulsaba tsukomis ante el par de Bokes en escena.

No, yo no soy el que estoy mal, este es un respetable negocio de comercio de esclavos, si no piensan comprar alguno, entonces deberían haberse largado de una vez por todas.

-bien, ya decidí, este será mi esclavo.- dice el niño mientras suena bastante feliz.

(¡¡yahooo!!... doy saltos de alegría en mi interior)

-¿estás seguro?

(No otra vez anciano)

-sí, si no fuera insolente no podría darle de latigazos.

(¿Cómo puedes tener una carita tan linda mientras dices cosas como esas?... maldición, ahora si voy a terminar muerto. De toda la gente posible… un sadista.)

O al menos eso creí.

Parte 4


-oye tú, ¿Cuál es tu nombre?- el niño se dirige hacia mí con una sonrisa en el rostro; sus ojos rojizos a juego con su cabello brillaban con intensidad.

- Kimizu Ouki.

- ¿Kimizuki?.. Vaya nombre raro.

- Ki-mi-zu Ou-ki.

- Kimizu ¿eh?... mi nombre es Dan-Quiel Von Henrius Tabul Kirkien; Dan-Quiel Von Henrius Tabul Kirkien-sama para ti.

(Maldición, nombres así existen en la vida real; además, ¿te refieres a mi nombre como “raro” cuando tienes un nombre enciclopedico?)

- Dan-Quiel von…

-¡Von Henrius Tabul Kirkien!- dice con un leve tono de enojo.

(¿Enserio esperaba que pudiera aprendérmelo a la primera?)

-Quiel… ¿puedo llamarte Quiel-Sama?

-bueno, está bien, supongo que no se le puede exigir mucho a un humano analfabeta como tú.

(¿ANALFABETA?... ese maldito mocoso acaba de pisar una mina… maldición tengo que aguantar, ya me vengaré después de esto; no espera, soy un esclavo, no podría intentar algo así sin salir realmente perjudicado; si mal no recuerdo, algunas veces se castigaba a los esclavos forzándolos a la inanición)

Mi estómago rugió, aunque esté comiendo suplemento alimenticio, el hambre y la nutrición no van de la mano.

Quiel sacó una pequeña bolsa de su pantalón, me la pasó a través de las rejas.

-¿Qué es?- pregunté.

-es solo un pequeño postre.- me respondió.

Destapé la bolsa y encontré una serie de obleas unidas por dulce de leche y crema, a medio comer.

-¿milenrama?

Quiel expandió sus ojos ante mi respuesta; después los cerró y respiró antes de hablar.

-¿eras alguna clase de noble?

-¿huh?- la pregunta me tomó desprevenido -si… algo así…- conteste a medias, no sabía cómo explicar la situación, y no sabía si explicarla serviría de algo.

-esa cosa- dijo Quiel mientras apuntaba a mi bolsa mientras estábamos en cuclillas- es un postre algo raro, por eso me diste la impresión.

-no es eso, solo que yo, he horneado algunas veces antes.

Con un rostro lleno de júbilo contenido Quiel habló.

-así que cada vez mí regalo de cumpleaños me sale mejor.

-¿cumpleaños?

Quiel se levantó de su posición en cuclillas, puso la mano sobre su pecho y exclamó con una voz simplemente hermosa mientras adquiría una pose de teatro envidiable; quedó expuesto de perfil, una cola rojiza de lobo.

-hoy es mi treceavo cumpleaños, y tú eres mi regalo.

-¿esclavo?

-prefiero que te consideres mascota.

Había algo en su forma de decirlo que me seducía a la idea y había algo también que me ejercía repulsión.

Lo olvidaba, hay otra caracterización entre los esclavos, esclavos mascota; en otra palabra son solo los lujos de sus dueños, el perro faldero de un perro, ese sería mi destino, aparentemente. Aunque, quizá esté bien.

Llegando a la par que culminaba nuestra conversación, un hombre-conejo se acercó junto con el padre de Quiel, al igual que su hijo, tenía un cabello rojizo que apuntaba hacia atrás y vestía un traje elegante adornado por una cola de igual color.

El hombre conejo abrió la puerta y me ordenó salir.

Como resumen de lo que pasó después, ocurrió un martirio en el proceso de grabado del nombre y fui conducido inconsciente. Listo, ya se pueden saltar hasta el próximo capítulo. ¿Aun así o quieren leer?... ¿Qué clase de sádicos son?

Me sacaron de la habitación del “hotel” y me condujeron junto al niño y su padre a una zona más escondida del recinto.

Del tamaño de un baño genérico; dos metros de ancho y tres de largo, era incluso más pequeño que la jaula de transporte.

Parados en la puerta se encontraban el padre y el hijo.

Me hicieron entrar a la habitación y me quitaron todo menos las cadenas… es decir solo me quitaron el trapo con forma de ropa.

Es la segunda vez que me hacen exponer completo en tan solo una semana.

Ahí, sin poner resistencia, me ordenaron que me arrodillara, a lo cual obviamente lo hice.

El hombre con orejas de conejo que trabajaba en el negocio de esclavos acercó una navaja ceremonial al niño.

-necesito que cortes y extraigas un poco de tu sangre con esa cuchilla.

El niño asintió y se apuñaló su propia mano.

Sin embargo la sangre no se derramó; en vez de eso, la parte plateada de la navaja se volvió de color carmesí.

De alguna manera la navaja está absorbiendo la sangre.

Una vez la navaja se tiñó de rojo por completo, el hombre de orejas de conejo agitó la navaja con fuerza; el color entonces fue transmitido al mango.

Y luego, como si fuera la pertenencia de cierto gato azul9… el hombre desenroscó el mango del filo.

No solo eso, una vez retirado el filo de la navaja, la forma del mango era la de una pluma G, no solo eso, parece que esa pluma estuvo escondida bajo el mango todo este tiempo.

Entregándole la pluma al chico con un “muestra tu talento”… sabía que algo malo sobrevenía.

La parte central de la pluma G tenía una punta que salía y entraba como una máquina de tatuajes profesional.

Así es, mi virginal piel fue marcada por el tatuaje de un niño demi-humano.

Con una habilidad increíble en causar dolor que solo era superada por poco por la habilidad del dibujo, el niño recorrió mi piel por cerca de seis horas mientras tatuaba en un rojo monótono una enredadera con flores.

Una de las ramas pasaba por la parte izquierda de mi rostro y bajaba por el cuello; se extendía por los brazos, el pecho, la espalda y las piernas.

La habilidad de un mangaka10, aunque solo sea un árbol de cerezos.

Seis horas duró su concentración en la obra, y en varias ocasiones necesitó recargar la tinta en la pluma; dio sangre sudor y lágrimas para completar su obra… bueno, las lágrimas las puse yo.

Cuando al fin dio su trabajo por concluido, un sonido de agua hirviendo se pudo oír del tatuaje mientras se volvía imperceptible a la vista.

Aparentemente, el tatuaje puede desaparecer para así pasar imprevisto.

Por el dolor y el cansancio, tanto ese niño como yo nos terminamos desmayando.

Capítulo 3: Dan-Quiel Von Henrius Tabul Kirkien11 (He)


Resumen del capítulo anterior:

El dúo de padre e hijo pervertidos me desnudaron y el hijo le causó dolor a mi cuerpo por horas seguidas. (Es probable que el dolor dure unos días)

Parte 1


Un despertar.

Fue solo despertar para encontrarme frente a la situación más incómoda, peligrosa y potencialmente dañina para el corazón que me pudo haber ocurrido.

Habia despertado boca abajo y lo primero que entró a mi campo de visión, cuando trataba de cambiar mi posición, fue un rostro.

La piel del color de la canela bordeaba limpiamente unos labios tiernos que se movían entreabiertos al ritmo de su respiración, como si quisieran cautivar a una serpiente o a un demonio.

Su cabello carmesí estaba entre cubriendo un par de orejas caninas del mismo color, las cuales sobresalían levemente desde su base.

Su respiración y el hecho de que estaba a pocos centímetros de mi rostro, impregnó mis sentidos con una mezcla de sudor y leche.

Su cuerpo estaba cubierto por una sabana ligera.

En ese momento, un Kimizu se paró sobre mi hombro; era como la idea del ángel y el demonio, pero era un poco más extraño, si se trataba de mi versión.

Un Kimizu que sostenía un manga en la mano apareció y mientras miraba a Quiel, expulsó su definición: “las Shotakon onee-chan estarían encantados por ponerle las manos encima a un doujinshi +18 con él de protagonista”.

No pude estar más de acuerdo, aunque la ONU seguramente lo prohibiría.

A juego con el Kimizu anterior, un Kimizu con una bata de laboratorio apareció de la nada y señaló su propia definición: “el mundo posee 6 billones de habitantes; de entre todos ellos, hay quienes se destacan por poseer capacidades únicas y extraordinarias; detrás de estos, numerosas organizaciones los utilizan como objetos de estudio para señalar la disposición a dichas características… esta es la historia del descubrimiento y búsqueda de uno de ellos, una criatura linda”.

Estoy seguro que sería una historia patética, me respondí mentalmente con un Tsukomi.

Apareció un nuevo Kimizu, este tenía una toga y además poseía un aire un tanto clásico: “en tanto se diga que es lindo, en comparación y estandarización, no estaría mal propuesta la afirmación; sin embargo, si lo comparamos con un rango más amplio, sería más que solamente lindo, ergo, no es solo lindo por ser lindo”.

¿Eso no solo quiere decir que es lindo, pero es comparativamente más lindo que el lindo promedio?

Un Kimizu apareció sobre mi hombro mientras llamaba a los demás con un laúd: “oh, descendiente de sangre de lobo y adorador de la luna, reflejado en tanto exista, color del almizcle y aroma materno; tanto por ti es hermoso y tanto por ti yo muero”.

Ok, eso fue extraño.

¿Quién se supone que era el nuevo Kimizu?, este vestía de negro y poseía una mirada opaca, ¿kimizu pesimista?: “-no hay duda… es lindo- dijo el esclavo mientras tartamudeaba un poco. Además, soy Allan Poe.”

¡ahh!, conque ese eras; debiste haber aparecido con un péndulo y un agujero.

Un Kimizu con bata de… ¿ese no había aparecido antes?

-me toca hacer doble turno, de ciencia ficción y de científico.

Ahh, eso era.

“Desde los puntos de estudio y tomando en cuenta las reacciones corporales básicas frente al sujeto en cuestión; se ha llegado a dos conclusiones posibles, o es lindo o es aterrador.”

¿Ambos procesos no liberan los mismos químicos?, pensé.

Apareció de nuevo el Kimizu con toga: “el ser es en tanto sea, si es lindo, solo se necesita pensar que sea lindo para ser lindo; así, aunque no sea lindo, será lindo por principio y no por característica”

Estoy seguro de que eso es solo un sofisma.

Un Kimizu con una calculadora apareció; mi hombro ya empezaba a parecer un manicomio: “de la pregunta realizada a personas al azar, utilizando números de telefonía fija; se les preguntó a 34000 personas acerca de la descripción en una palabra de Quiel; tomando en cuenta los resultados obtenidos, se ha llegado a la conclusión de que Quiel es considerablemente más lindo que el estándar de lindura establecido en el año 2015; se posiciona apenas sobre el personaje Gaul del anime Dog Days”.

¿A quién se encuestó? ¿Al ejercito de Kimizu-s? ¡Hagan una encuesta objetiva!, aunque el resultado sea el mismo.

Un Kimizu nuevo hizo su aparición, este sujetaba unos libros y llevaba un monóculo: “si tomamos en cuenta todos los elementos, puedo llegar a valorar su lindura con un rango SS12, pongo mi nombre en juego con esta afirmación”

El Kimizu con calculadora tomó la palabra: “tomemos en cuanta sus medidas y atributos; si agregamos estos valores y tenemos la ecuación general de: Potencial de lindura= (medidas corporales x atributos destacables)/ unidad de edad; podemos concluir que su valor de lindura es de 98753 unidades de lindura”

Ya veo, es estadístico y es matemático.

Parte 2


Así es, una criatura linda está durmiendo frente a mí.

Sus labios están a solo diez centímetros de los míos.

Aun a esta considerable distancia, lo puedo sentir, el calor de su aliento chocando contra mis labios.

“Maldición, debo calmarme”

“la situación, debo revisar la situación…

Estoy en este momento frente a esta hermosa criatura con labios aterradoramente hipnóticos… no, cálmate Kimizu Ouki; si no te controlas un poco con este bishounen, en definitiva vas a terminar muriendo… piensa con calma ahora, ya después podrás levantar las banderas que desees en la ruta Quiel”

Mientras forzaba a mi cerebro a reintegrarse a la situación, moví mi cuerpo y me encontré restringido. Me encontraba en una situación realmente incomoda; me encontraba atado al más puro estilo bondage, solo que el material con el que estaba atado era una cinta de color violeta que culminaba en una serie de moños por todo mi cuerpo.

Una mascota de regalo.

Espero no tengan malos pensamientos cuando dije lo de “estilo bondage”; los lazos me restringen sin duda, pero no estaba desnudo; no tengo la intención de protagonizar una película erótica tampoco… solo que, como decirlo… las cintas eran adornos bien realizados, pero además cumplían la función de restringir mis movimientos.

Tratando de escapar de la situación, empecé a mecer todo mi cuerpo con el objetivo de aflojar algunas cuerdas y poder lanzarme a la esquina de la habitación, donde meditaría profundamente tratando de escapar de los deseos mundanos mientras recitaba unos mantras y trataba de trascender como un Deva.

Buda estaría orgulloso de mi plan.

Mientras mecía la cama lo olvidé por un momento, entonces la realidad volvió para abofetearme en la cara.

Ojos carmesí estaban clavados en mí mientras impulsaban un sentimiento amalgamado entre asombro y enfado, pero eso solo duró un instante; sus ojos vagaron hasta concentrarse en un punto en mi espalda.

En la pose de dogeza, forcé a mi cuello a cambiar de posición; entonces vi lo que le había llamado la atención.

Líneas rojizas se extendían a través de mi brazo y espalda; las cintas violeta manchadas de sangre habían perdido su actitud festiva.

Quiel saltó fuera de la cama hacia un escritorio; movió sus manos de gaveta en gaveta con afano mientras buscaba algo.

Al final encontró lo que buscaba; sacó una navaja de unos doce centímetros y bordeando la cama se dirigió hacia mi espalda.

Con el uso de la navaja, cortó la unión entre mis brazos, además de la unión de mis antebrazos, la unión a la altura de mis rodillas y la que envolvía mi torso; retiró las cintas y me sujetó con cuidado antes de sentarme al borde de la cama.

Sus ojos vagaron sobre mí con angustia.

-no tenía por qué hacer algo así por alguien como yo.- rompí el silencio.

-ah... no, no hay problema.

(Aparentemente se mostró más relajado después de lanzar un suspiro silencioso)

-sé que es grosero que un esclavo pida algo a su amo, pero…-dude un poco mientras me sujetaba las manos para ocultarlas- ¿podría por favor darme unas vendas para las heridas?

-no hay ningún problema, ya llamo a alguien para que las traiga.

Quiel que seguía de pie a mi lado corrió hacia la puerta mientras gritaba algunas órdenes.

Mientras Quiel salía, observé el lugar donde me encontraba; era una habitación realmente grande, de unos 25 metros cuadrados, era una habitación que competía con un apartamento japonés.

El techo era hecho completamente de cristal, probablemente un cristal de alta dureza, no parecía estar allí excepto en la unión con una araña de cristal que colgaba en medio de la habitación.

Una cama doble con barras para colocar un toldillo, aunque ponerle un toldillo arruinaría la vista del cielo estrellado.

Había unas gavetas y puertas corredizas al fondo de la habitación, además de la mesa de trabajo, había una mesa sencilla con algunas sillas en la habitación.

Quiel entró con un recipiente metálico, un frasco de vidrio y unas vendas que sujetaba contra su pecho.

Bordeó la cama y me interpeló.

-extiende tus manos.

-¿eh?

(Me sorprendió)

-estira tus manos, voy a desinfectar la herida.

Estiré mis manos temblorosas; él colocó el recipiente metálico bajo mis manos y destapó el frasco de vidrio.

Un aroma familiar inundó la habitación, era el aroma embriagante del alcohol etílico; una vez lo reconocí, mis manos reflexivamente se movieron fuera del recipiente, pero peleé contra mi cobardía y las forcé a mantenerse sobre el mismo.

El líquido limpiando mis heridas me otorgaba la sensación de lava ardiente perforando mis muñecas

Aun así, cerré mis ojos mientras mordía la parte interior de mi labio para aguantar.

Después de eso, con un cuidado intrínseco pero sin ningún conocimiento de vendaje, Quiel se las arregló para envolver mis muñecas de una manera desprolija.

Miré a Quiel; una vez calificó su vendaje, trató de arreglarlo, pero cada vez lo iba dejando peor, hasta que finalmente desistió de la tarea.

-gracias.

-no hay problema-

Había un algo en esa escena que apenas se mantenía iluminada con la luz de las lámparas de aceite que era difícil de describir.

Y como si se rompiera el encantamiento, la luz del sol atravesó desde el oriente y por entre el tejado translucido.

El mundo tomó color, y en ese mundo colorido, Quiel estiró su mano hacia mí.

-ven conmigo, pronto estará la comida.

Parte 3


Quiel mantenía su mano estirada hacia mí; de manera amistosa, impulsé mi mano hacia la de él, las vendas habían hecho imposible el cerrar la mano de manera completa, así que la imagen era un tanto graciosa.

-estoy seguro que algo está fallando- dijo Quiel.

-sí, algo lo hace.

No nos movimos sino un momento después; Quiel se movió a la puerta mientras yo me retiraba las vendas, hice uso de mi conocimiento en primeros auxilios y las acomodé de un modo profesional.

Me levanté de la cama hacia donde indicaba Quiel y caminé con él.

-ven, te presentaré a la familia.

Mientras Quiel me empujaba con palabras; observé el lugar donde me encontraba.

Según el joven Yigo Esame, el joven de la carreta: la familia que posee el poder sobre toda la ciudad de Zedal, además de ser una de las grandes familias de Lotos, la familia Von Henrius, es una familia dedicada principalmente a la economía abierta, hasta el punto de ser conocidos por su neutralidad militar.

Mantener una ciudad económica apostillada en la frontera era algo poco visto entre territorios en guerra; tanto era el poder de la familia como para mantener un flujo de mercancías estable.

Incluso como enemigos, ambos países se mantenían en constante flujo monetario y de bienes con el otro.

Para países divididos y atravesados por montañas y con vías externas pobres, las ciudades fronterizas no tenían más opción que mantenerse juntas.

Zedal era el ejemplo perfecto de una ciudad fronteriza abierta y en guerra; era tan irónica como soldados curando soldados enemigos, esa era la clase de ciudad que era.

La familia Von Henrius era la que mantenía esta suerte de ciudad irónica; y esta familia tenía una casa ubicada en el pleno centro de la misma, era una casa de cinco pisos escalonados desde el exterior, hecha en madera y piedra, hacia el interior, un jardín rodeado por muros se podía vislumbrar; la caída de las escaleras de manera incidente al jardín era protegida por un tejado que sobresalía del mismo modo.

Y en el último piso, un tejado de cristal se levantaba sobre una suerte de unos cuantos muros.

Mientras bajábamos los tres pisos superiores, desde el piso que conformaba únicamente la habitación de Quiel mas un pasillo rodeándola, hasta el piso medio, el lugar donde se encontraba el comedor, pasamos lo que sería la habitación de los padres de Quiel, además del estudio de su padre.

De manera adyacente al pasillo, había un piano corto.

En el pasillo del tercer piso, de frente a las escaleras; estaba un comedor de doce plazas hecho en base de madera y con placa de vidrio cubierto por un mantel.

Las sillas idénticas y a juego con la mesa eran un tanto minimalistas, no, más bien genéricas; desprendían un cierto lujo, pero era precisamente por lo poco especiales que eran.

Seguí a Quiel que se sentó a la mesa y me mantuve de pie unos metros detrás.

La cola de Quiel sobresalía por el respaldo de la silla, que solo poseía la zona de espalda alta.

-siéntate.

-¿está bien?

Todo parecía un poco fuera de lo común; no es normal que se trate tan bien a un esclavo, aun como mascota.

-no habrá problema, resulta más molesto para todos si nos dividimos para comer.

-aun así…

-Siéntate.

No dejó que replicara; eso me retrajo de nuevo el hecho de que yo le pertenecía.

-entendido.

Me senté al lado izquierdo de él; como la mesa era una mesa larga de doce plazas, con Quiel sentado en una esquina, quedé de manera adyacente a él.

Empecé a juguetear con mis manos debajo del mantel tratando de calmar mis pensamientos, fue inútil.

-¡Quiel!, espero que ese niño no te haya causado ningún problema por ahora-

La voz que resonó detrás de Quiel, era la del hombre que lo había acompañado al coliseo; sus ojos azules contrastaban con el cabello y orejas caninas rojas; se peinaba hacia atrás y tenía un aura jovial; eso, sumado a su traje blanco le daban una sensación difícil de describir, algo así como un hermano mayor yakuza amable con los niños.

-¡oh!, no me he presentado adecuadamente; soy Daniel Von Henrius Tabul Igmel, soy el padre de Quiel.

Salté de mi silla rápidamente, me incliné como como una pajilla de refresco en caja y respondí fuerte y claro.

-¡mi nombre es Kimizu Ouki, cuide de mi por favor!

No, muy extraño; debí haber dicho algo como “estoy bajo sus órdenes”.

-¡oh!, veo que hemos conseguido alguien educado.

-¡gracias por sus amables palabras, mi señor, Daniel-sama!

Corregí mi anterior fallo.

-~parece que está pasando algo interesante aquí~

Una voz mezzosoprano invadió el ambiente; era tan dulce como el caramelo y tan ligera como la espuma; una voz digna de Lorelai.

-ven querida, preséntate.

Una mujer entró en una silla de ruedas hecha en madera; un vestido azul ligero cubría su cuerpo, su cabello rubio, orejas caninas del mismo color y ojos rojos… era algo cálido; esa era la sensación que emitía; como si un abrazo de un golden retriever te mandara a la tierra de algodón.

-~pero si yo fui la que lo desnudó para cambiarlo~

Esa hermosa voz acababa de decir algo peligroso.

-~mi nombre es Ekaterina Von Henrius Kirkien Blank, gusto en conocerte~

-¡el gusto es mío, Ekaterina-sama!

-~mi marido me contó que gritaste “Esclavícenme de una vez por todas”~

Una imagen fue inyectada en mi cerebro.

Encogiéndome de vergüenza, oculté mi rostro entre las rodillas mientras trataba de negar la realidad.

Las risas cándidas siendo lanzadas a mí alrededor me reconfortaron levemente.

Recuperé mi posición de pie con lágrimas en los ojos y me senté en la silla a la izquierda de Quiel.

Daniel y Ekaterina se sentaron en la esquina contraria.

Con mis manos firmes sobre mis rodillas y mirando el mantel, traté de reprimir la vergüenza que brotaba de lo más profundo de mi ser.

Dos personas más entraron; levantando mi rostro, observé las orejas, eran humanos.

Era un hombre entrado en sus treinta y tantos que vestía humildemente, a su lado, una mujer en traje de sirvienta; su edad debía frisar los veinte años.

Ambos tenían el cabello pálido y ojos grises.

-ellos son Carelia y Beto; nuestra sirvienta y nuestro jardinero, si necesitas ayuda, acude a ellos.

Ante la explicación de Daniel, el par de humanos se inclinaron levemente, el hombre se sentó en el centro de la zona larga, diagonal a mí, la mujer salió un momento antes de entrar con un carrito metálico.

Pasó por cada puesto ubicando la comida.

Quiel me miró y respondió.

-sí, son esclavos igual que tú; además, resultaron ser especialmente caros, una vez le pregunté, son hermanos según lo que me dijeron.

La mujer se sentó enfrente de su hermano.

Quiel empezó a comer, yo hice lo mismo.

Parte 4


Había olvidado el estándar del sabor de las comidas.

Había sido suficiente una sola cucharada para enviar al civilizado Kimizu Ouki de vacaciones y ser reemplazado por una bestia voraz.

De manera poco atractiva para la vista, engullí la serie de tres platos que estaban servidos delante de mí; un caldo ligero, una ensalada y una pieza de pescado empanizado desaparecieron en una vorágine de destrucción masiva.

Una escena que bien pudo ser tolerada por las personas en la mesa.

Levanté la mirada después de mi frenesí alimenticio solo para descubrir la mirada cálida de los otros cinco integrantes a la mesa.

Una sensación indescriptible me invadió junto con esas miradas; mi pecho se sentía a punto de estallar, era como ser bañado en amor líquido.

-~vaya~

-¡ese apetito es muestra de buena salud!

-no te preocupes.

-¿así comí yo el primer día aquí?

-supongo que era inevitable.

Ekaterina, Daniel, Quiel, Beto y Carelia lanzaron frases dispersas ante la escena.

Yo me había acomodado nuevamente con los brazos rectos sobre las rodillas mientras miraba mi brazo evitando la mirada de los demás.

Las circunstancias eran poco creíbles para mi cerebro.

-~vamos, Quiel, termina de comer, hoy empiezan tus clases~

-¡Cierto!

Ekaterina cambió el flujo de la conversación, Quiel contestó mientras se esforzaba para comer rápidamente sin atragantarse.

-¿clases?- pregunté.

-~clases de magia, como ya cumplió 13, es hora de que empiece sus estudios~

-¿clases de magia?

-~Ara, ¿te interesa?~

-¡Bufuu!, Estudia conmigo.

-¡es una gran idea!

Todos apoyaron la idea.

-~bueno, no es que sea especialmente difícil, pero ¿está bien para ti?~

Me levanté de la silla y me arrodillé dela manera que había visto en innumerables novelas y animes.

-¡estaré agradecido, Ekaterina-sama!

-es un hecho entonces.- Daniel concluyó.

Beto y carelia se levantaron para recoger los platos.

-ahh, por cierto.- interrumpió Daniel; Carelia giró hacia él- ¿puedes traer eso de ya sabes dónde?

Carelia se inclinó y salió de la habitación.

-¿traer que?- infirió Quiel.

-~Sorpresa~

-¿sorpresa?- Quiel barrió la habitación con la mirada como si buscara alguna pista; se fijó en mí.

-no lo creo- respondí.

Yo no sé nada, y sinceramente no sé qué “Accesorios” afines a un esclavo existan, ¿él no había dicho de darme latigazos?, es una idea que no quiero contemplar, en especial después de lo aturdido que estaba con mis heridas.

Carelia entró de nuevo.

-aquí está.

Cuando Daniel la recibió, nos llamó con la mano sin levantarse de la silla.

-bien, es esto.

Estiró su mano hacia nosotros; en ella había dos tablillas metálicas que poseían un aire Steampunk.


Quiel las tomó emocionado y me entregó una.

Era una tablilla de unos quince centímetros de alto; ocho de ancho y dos de grosor; además tenía una especie de lámina enrollada sobre sí misma y sujeta por dos rodillos internos; estaba cubierto el rodillo por una placa de vidrio.

Miré fijamente la tablilla, entonces, una información se empezó a detallar en la misma.

Las líneas aparecieron en la lámina interna y la lámina se podía mover con unos tornos para leer la información completa.

Decía así.

Nombre:
Kimizu Ouki
Nivel:
1
Clase:
Esclavo
Edad:
13 años
Sexo:
Masculino
Dominio:
Quiel (13)


Habilidad de batalla
Ataque:
60
Defensa:
20
Agilidad:
240
Evasión:
430
Velocidad:
50
Resistencia:
30
Habilidad mágica
Agua:
20
Tierra:
40
Luz:
50
Fuego:
10
Obscuridad:
80
Viento:
20
Habilidades
-Polivalente
-Comprensión del idioma

Mis habilidades se habían resumido con un “Polivalente”.

-¿habilidad mágica?

-~hace referencia a la afinidad mágica; por cierto, los valores no son un valor absoluto, sino un Ranking entre las 500 personas con tablilla más cercanas, así que tómenlo como un valor absoluto solo dentro de Zedal~

Así era como funcionaba.

Los valores no son absolutos; esto no era como un MMORPG, era más como una valoración médica.

-~Quiel, Kimizu; deberían cambiarse, la clase empezará dentro de media hora~- su voz era melodiosa- ~y yo seré la profesora~

Era una gran imagen; pero…

-¡¡GUH!!-

Sudor empezó a recorrer el rostro de Quiel.

Ekaterina… ¿Qué tan monstruosa es?

Capítulo 4: Ekaterina generalmente es alguien agradable (Magic_Formula)


Resumen del capítulo anterior:
Dulce despertar.

Parte 1


Quiel empezó a subir las escaleras de manera rígida.

Sus ojos apuntaban al vacío enfrente de él, de tal forma que me empezaba a preocupar si trastabillaba con las gradas.

La razón, según me explicó, su madre era una mujer temible cuando de magia se trataba; siendo niño, aún más niño, él había visto a su madre enseñar a otras personas, había algo en ella que la había hecho merecedora del temor de Quiel.

Seguimos subiendo las escaleras hasta el cuarto de Quiel, una vez entramos, caí en cuenta que el techo de cristal había sido cubierto desde afuera con unas láminas; además, el techo poseía múltiples capas que se sobreponían como una escalera, permitiendo que el aire circulara libremente.

Quiel avanzó hasta el armario y sacó dos cambios de ropa.

-usa esta, te será más fácil moverte.

-¿más fácil moverme?

-lo entenderás luego.

Había mucho que quería y no preguntar.

-está bien.

Empecé a sacarme la ropa, Quiel también lo hacía.

Estando de espaldas, el uno al otro, sentí mis ojos queriendo dar un giro de 180 grados.

Forcé a mi cerebro a trabajar bajo presión, me coloqué la ropa, que solo era ropa exterior y me calcé las sandalias interiores que me había dado Quiel junto con la ropa.

-¿ya estás listo?- preguntó Quiel.

-¿Cómo decirlo?..., hay algo peligroso en esta ropa.

Desde el momento en que llegué, bien pude notar que la ropa sería correspondiente a ropa clásica del siglo XIX, pero…

-¿Qué ocurre?

Era una especie de camisa roja sin magas que estaba abierta a ambos lados como un Quin-shao, definitivamente sería algo cómodo para moverse, pero daba un sentimiento de que algo no cuadraba.

Los pantalones cortos de color verde mate… ¿era una suerte de Cosplay de KH?, ¿Quién diseñó esto? ¿Tetsuya Nomura?

Giré y miré a Quiel, piel estaba siendo expuesta a sus costados con cada una de sus respiraciones… maldición.

-no es nada- forcé a mi cerebro a trabajar.

-bien, vamos.

-si…- asentí con cuidado.

Quiel salió de la habitación mientras lo seguía.

Bajábamos las escaleras, cada vez más lento; la tensión era tan firme como la gelatina.

-¿estás listo para morir?- (Quiel)

-¿huh?...- una extraña estática llenó mi cuerpo, la voz de Quiel era tan desarraigada que se sintió surreal.

Y quizás haya sido esta sensación surreal la que me obligó a responder sin pensar, una respuesta quizá demasiado honesta.

-solo si es por ti.

Quizá fue mi imaginación, pero estoy seguro de haber escuchado una exhalación de calma.

Bajamos por completo las gradas de las escaleras y nos dirigimos al amplio jardín exterior.

Una mujer con apariencia de Golden retriever nos estaba esperando.

Estaba sentada en una silla de ruedas y con una cálida sonrisa en su rostro.

-~bienvenidos, a las clases de magia de Ekaterina.~

Quiel no contestó.

-muchas gracias, Ekaterina-sama.-

Seguí a Quiel mientras atravesábamos el jardín.

Se detuvo a dos metros de Ekaterina, yo me detuve un metro detrás de él.

-sus manos empezaron a temblar.

-~no te preocupes, al menos por los primeros veinte minutos~-

El olor del peligro estaba en el aire.

Parte 2


Quiel se sentó en la posición general de yoga en el suelo, yo me senté a su lado.

-~bien, para empezar, debería explicar el concepto de la magia, ¿Quiel?~

-la magia es la energía que nace de los dioses, esta se ve atraída por el mundo y sus distintos “puntos de poder” y conforman una red de información mágica antes de regresar con los dioses.

-~así es, la magia viene y regresa a los dioses después de atravesar las “Líneas de Ley” del planeta; la magia crea un registro que puede ser codificado, esto se mostró gracias a los estudios mágicos, aunque lo importante a saber ahora es la aplicación de la magia misma~

-¿aplicación de magia?- pregunté.

-~si, la magia es una energía divina y como tal, tiene el poder de los dioses para afectar el mundo, como algo así: “Aqua, de los seis pilares de la existencia, con la forma del roció empujado por el viento, con símbolo de color azul, Aqua Vitral”~

Tras su cántico, pequeñas gotas de agua empezaron a formarse alrededor en forma de cúpula; el brillo del sol a través de las gotas le daba una imagen hermosa; las gotas vibraron antes de estallar y formar un arcoíris.

-~ahora bien, lo principal para usar magia es el “concepto”, siempre que entiendas el concepto de uno de los seis principios, y puedas mantener la imagen mental y el hechizo apropiado, deberías ser capaz de replicarlo~

La magia es el control sobre uno de los seis principios, pero los fenómenos mágicos son el resultado de la aplicación del conocimiento de la persona.

En otras palabras, si alguien controla el aire dándole vueltas indefinidamente, puede provocar un tornado, esto se conoce como la aplicación de magia, si puedes usar la magia de viento para hacer vibrar el aire y calentarlo, además de otorgarle una sinapsis intermolecular, podrías crear un tornado, en este caso, es un fenómeno mágico.

Otro ejemplo seria: puedes hacer levitar una piedra con magia o puedes crear el fenómeno de la repulsión magnética entre los minerales, de ese modo, la piedra se levantará como resultado.

La diferencia consta en la aplicación misma; mientras conozcas el concepto, derretir rocas usando magia de aire es posible.

Si conoces el poder del agua a alta presión y puedes replicar la imagen mental, en teoría, podrías cortar acero con el uso de un vaso con agua.

O si se conocía la idea de Siracusa, usar luz concentrada para quemar todo un ejército.

Era una diferencia clara entre el “control” y la “aplicación”.

-~ahora bien, existen seis principios o pilares mágicos devenidos de los dioses; estos son: agua, luz, tierra, fuego, obscuridad y aire~

El conocimiento nuevo refrescaba todo mi ser.

-~para cada principio, se debe crear un concepto, en tanto se “conozca” por el usuario el concepto, la magia funcionará; por ejemplo, ¿Qué piensan cuando alguien dice “agua”?~

-moja, refresca, sana, descansa- respondió Quiel.

-~bien, pero que dicen de “quema”~

Era contraintuitivo, pero era posible; el flujo piroplastico es meramente agua a alta presión y alta temperatura; pero, aun si se tiene conocimiento, si el cerebro lo sigue interpretando como “contraintuitivo”, no hay forma de que funcione.

Pero, ¿Qué hay de aquellos que pueden ver este mundo contraintuitivo de cerca; aceptándolo y aplicándolo a su magia?

-~a estos términos se les conoce como “perversiones” del principio~

Era solo conocimiento, siendo aplicado a la magia.

-~hay un tercer elemento, ese es la “imagen”, básicamente, si no pueden mantener una imagen clara, no podrás hacer magia continua~

Es la diferencia entre un flash de magia de luz y una presentación de diapositivas, mientras puedas apoyar la imagen por el tiempo necesario, no debería haber problemas en el control de la magia.

-~así bien, ¿Cuál es su afinidad mágica?~

-¿afinidad mágica?

-~en sus tablillas, en el Ranking, la “habilidad mágica” con mayor puntaje~

-Fuego.

-Obscuridad

-~ahora, ¿Cuál es el concepto que usarían?~

Obscuridad.

Se señala con el color negro, se relaciona con las sombras, ocultismo, evade, resistente.

-…ocultar.

-¿Ocultar?- me preguntó Quiel; su cabeza estaba inclinada en un ángulo de 45 grados.

-sí, algo que no se ve, algo que sirve para ocultarse.

-~vaya, ¿y no tienes ningún concepto que sea una “perversión del principio”?~

Mientras más lo pensaba, menos se me ocurría.

-no…

-~no te preocupes por eso, por ahora trabaja con “oculta”~

Quiel respondió entonces.

-quemar es lo único que se me ocurre.

-~el conocimiento general tiende a ser más fácil a la hora de usar magia~

Después de todo, no hay que forzar el concepto de “el fuego quema”

Una vez se piense en el fuego, las imágenes residuales que quedarían son las cenizas, las brasas, las llamas, el fuego mismo no parece tener una carta de presentación.

El fuego daña, pero, ¿Cómo se puede forzar el fuego a curar?

Quizás el fuego “consume” podría ser una perversión del principio; si se sima una hoja quemándose, esta se “consume” gradualmente; sería un modo de destrucción pasivo.

Pero la obscuridad…

-~bien, el medio no importa, solo deben trabajar en un hechizo que tenga todos los elementos básicos; mientras más coherencia posea, más posible será que funcione~

Esto era más para otorgar un enlace objetivo al cerebro, si, el fuego quema, pero ¿decir “Fuego, Rojo, Quema” debía ser suficiente?

El cerebro debía recibir el impulso mínimo, ese impulso lo daba la lingüística básica; generando los enlaces entre los diferentes componentes de la magia.

-~si logran mantener un principio activo en un escrito, eso se considera un conjuro; no solo eso, esto también puede estar en un dibujo, un grabado, un edificio o cualquier otra cosa~

Si el concepto es integrado por su autor de una manera que no contradiga el sentido propio del autor, esto quedaría activo en el trabajo; en unos modos: conjuro, en otros: maldición.

Esto era también un modo de explicar las cosas; su autor debía tener influencia sobre el principio mágico que estaba usando.

La magia era un campo del intelecto.

-~bien, Quiel, empieza tú, párate y trata de aplicar tu conocimiento~

Quiel asintió levemente y se paró de su posición de yoga; se movió más allá de Ekaterina mientras esta se acercaba a mi lado.

Giró la silla de ruedas con una habilidad increíble, esta quedó apuntando hacia Quiel, justo al lado de donde yo me encontraba.

Quiel trató de calmar su pesada respiración; algo dentro de mí se movía con desespero y expectación.

Unos ojos rojos me miraron levemente antes de contemplar a su madre y cerrarsen por completo.

-“el principio del fuego, el color que lo representa es el rojo, el nombre que lo representa es Phiro, la forma que lo representa es una llama; sus funciones son quemar y dañar, con mi llamado te uso: Flame Lantern”

El aire elevó su temperatura antes de que…

-¿Huh?- la mirada de desconcierto de Quiel era bastante tierna.

-~fallaste~

-eso parece, ¿no?

-~no te preocupes, es un fallo normal, posiblemente porque no lograste comprender el concepto completamente~

-…si…

¡No lo hagas, no me lances esa mirada abatida!

-~Kimizu, es tu turno~

-sí, Ekaterina-sama.

Me levanté.

Pasé justo al lado de Quiel antes de ocupar su lugar.

Miré a mi público mientras respiraba profundamente.

Recordé…

La magia tiene tres partes, el principio mágico, el concepto y la imagen.

El principio mágico: Obscuridad.

El concepto: Ocultar.

La imagen: una capa.

La capa sirve para ocultar, estoy apostando todo a ese concepto.


-Obscuridad, uno de los seis principios; el que conserva sin cambio las cosas, el que oculta, su color simbólico es el negro, su concepto es ocultar…

El viento corrió mientras mi sombra se levantaba como papeles negros.

-…la forma de una capa que me oculte a la vista: Silent Night.

Repentinamente, frente a Ekaterina y Quiel… desaparecí.

Parte 3


Realmente no desaparecí, sino que me oculté a la vista.

Seguía en el mismo sitio, pero era invisible.

¿Se imaginan lo que podrían hacer bajo estas circunstancias?, ya saben, cosas como acosar a Quiel o espiar a Quiel o atacar a Quiel...

Apliqué mi teoría mágica de usar un concepto como impulsor de la magia y funcionó, era solo una alteración del espacio.

Si usas la oscuridad como el “punto sin luz”, bien podrías causar que la luz envuelva por completo la oscuridad antes de seguir su camino; era un concepto teórico usado en la investigación de sistemas de invisibilidad.

Si la oscuridad meramente “oculta”, con el conocimiento adecuado, podría ocultar a la vista; la imagen mental sería similar a una roca en un estanque.

-¿Dónde se ha ido?

-~¿huh?~

-¡activar castigo!

-¡¡WAAAAAAAAAHHHHHHHHH!!

-¡ahí está!

-~vaya~

La sensación de agua hirviendo sobre la piel eliminó mi concentración en la imagen mental, la magia se había disipado y yo me arrastraba por el suelo debido al dolor mientras gritaba.

-¡woh!, perdón.

Con esas palabras, el tatuaje que se había formado rojo, empezó a desaparecer gradualmente y con eso el dolor.

-¡nada de perdón!

-~eso no estuvo bien, Quiel~

-¡solo entré en pánico!- Quiel gritó buscando defender su postura, sus ojos bailaron por toda la escena demostrando su incomodidad.

-~pero aun así, es impresionante que hicieras algo así~

-es cierto, ¡¿Cómo lo hiciste?!- (Quiel)

-ehh, ¿fue tan impresionante?...

Las preguntas dirigidas como flechas me sonsacaron de cualquier sentimiento anterior y lo reemplazaron por confusión.

-…ehhh… solo mantuve la imagen lo más simple posible.

-¡¿a qué te refieres?!

Las orejas de Quiel saltaron a la par que sus ojos se abrieron por completo, se veía un tanto infantil… no, era alguien como yo, el solo era alguien que quería saber, era alguien que esperaba mi respuesta con ansias.

-“en igualdad de condiciones, la respuesta más simple tiende a ser la correcta”, principio de parsimonia.

Era una idea simple.

Si una persona tiene fiebre y dolor de garganta, es probable que ambos síntomas provengan de la misma enfermedad.

Una ecuación con quince incógnitas que explique una recta, debe ser rechazada si lo puede explicar una de catorce incógnitas, y esta, una de trece, y esta, una de doce… etc.

Los logos mejor diseñados, tienden a ser simples.

Una imagen mental, mientras más simple sea, es más fácil de utilizar.

No es una regla todopoderosa, pero es generalmente buena tenerla en mente.

-perseguir una imagen simple puede ser más útil que una imagen compleja.

-~ya veo~

-¿es así, madre?

-~si, generalmente al inicio se piensa en la imagen lo más concordante posible con la realidad; posteriormente, la gente se da cuenta que una imagen más simple puede ser más eficiente~

-¿Por qué no decir eso desde un comienzo?- pregunté.

-~ara, ¿no es una imagen difícil primero un ejercicio que hace denotar el trabajo menos exigente como fácil?~

Ella tenía razón; si alguien entrena su dibujo de planos con rascacielos, el dibujar una casa debe ser pan comido.

Resolver ecuaciones complejas hace las menos complejas mucho más fáciles.

¿No había gente que corría cien kilómetros por día para enfrentarse a una maratón de 42 kilómetros?

Si bien la simplificación tiene su punto, el llevarse al extremo debe tener un mérito mucho mayor.

Aunque eso también es algo debatible.

-ya veo.- (Kimizu)

Quiel saltó en frente mío y luego me rebasó rápidamente.

-“el principio del fuego, el color que lo representa es el rojo, el nombre que lo representa es Phiro, la forma que lo representa es una llama; sus funciones son iluminar y guiar, con mi llamado te uso: Flame Lantern”

A diferencia de antes, esta vez luces intermitentes llenaron el ambiente; cambiar “quemar” por “iluminar”, eso debió haber sido el impulsor de estas cientos de luciérnagas artificiales.

-¡la imagen es un cielo estrellado!

Las cientos de luces diáfanas llenaron el ambiente formando una cúpula mientras su brillo sustraía las imágenes más bellas de todas.

-De los seis principios de la existencia, el telón de fondo de las maravillas, con el símbolo de la noche, cuyo fin es la de traer la calma; atiente a mi llamado y trae mi imagen: Dream Night.
Como si alguien cerrara el telón del cielo, mi sombra se extendió por el suelo antes de alzarse como un planetario; la imagen mental era la del techo cubierto de Quiel, era algo simple, era una capa más grande.

Contrastando con la obscuridad del telón, las luces de fuego iluminaron el ambiente con la misma belleza del cielo nocturno.

Ekaterina, Quiel y yo, mirábamos ese cielo artificial.

Era todo para nosotros en ese momento.

Y el tiempo se nos pasó, allí, contemplando…

Parte 4


Unos aplausos nos sacaron del ensimismamiento mientras al mismo tiempo rompían nuestra concentración en los hechizos.

La cúpula se rompió como si de cristal de burbuja se tratase.

Aquél que había irrumpido en el espacio de fantasía no era nadie más que Daniel; en su mano llevaba unos documentos enrollados.

-creo que es mejor que lo diga, pero, esta cúpula llevaba más de media hora activa.

-¡¿Huh?!

¿Era una broma?, ¿acaso fue una especie de hipnosis?

-pero bueno, que durara tanto fue realmente impresionante, especialmente para una primera vez.

-~así parece~

-pero, Quiel, tu otra clase está a punto de empezar.- (Daniel)

-¡rayos!- (Quiel)

-~wow~

-¿otra clase?- pregunté mientras me levantaba del suelo, en algún momento tanto Quiel como yo nos habíamos sentado.

Pero…

Eso es lo último que recuerdo de ese momento.

El cansancio me había hecho caer dormido de nuevo.

Capítulo 5: Daniel no se quedará exento de su trozo de pastel (Serius_Bussines)


Resumen del capítulo anterior:

La magia, posee un fundamento, Ekaterina se encarga de enseñar.

Parte 1


Desperté.

Estaba acostado en la cama de Quiel, una situación en mejor tiempo, agradable, pero había un algo que no me permitía ser completamente feliz en este paraíso hecho de seda fina.

Era difícil describir la nada exquisita sensación de ser despertado con ruido de fondo.

Era un piano, sí, pero no por eso dejaba de ser ruido.

Era como la tortura de Mozart, la balada macabra de Vivaldi, la muerte de Offenbach y la locura de Schubert.

Era la plena disonancia de teclas siendo oprimidas sin ritmo, sin forma, desperdigando los tempos y destrozando la pureza del silencio.

Repentinamente, el sonido cesó.

Respire profundamente, entonces bajé de la cama.

Mi ropa seguía igual que antes, eso me relajó de la posibilidad de que Ekaterina hubiese visto mi desnudez nuevamente… aunque no es una idea que simplemente me desagrade, sino, ¿Cómo decirlo?, no es algo que deba ir con la imagen de una noble.

Aunque no me negaría a que Quiel lo hiciera…, no, me gustaría mucho.

Y Daniel… no, eso es un poco perturbador.

Aunque si despojamos la idea de su parte erótica, no quedaría nada más que un baño japonés genérico.

Pero, no es algo que un noble, en mi mente, deba hacer por un esclavo.

Acomodé mis zapatos para interiores expropiados de Quiel y me dirigí a la puerta; entonces, una vez salí, adyacente a mí, se encontraba Daniel.

Mirándolo nuevamente, su aura jovial como la de un hermano mayor yakuza amable con los niños, incitaba una extraña confianza.

Me miró con ojos afilados como dagas al rojo vivo y me sonrió con un sentimiento un tanto incomodo, como si estuviera viendo un OOPart.

-¿ocurre algo, Daniel-Sama?- introduje la conversación de una manera cordial.

-no, no es nada- contestó mientras se giraba paralelo a mí y me miraba con el rabillo del ojo.

Empezamos a caminar por el pasillo antes de girar en la escalera.

-o más bien, hay algo-

-¿Huh?

-¿alguna vez habías practicado magia?

-gh… ¿a qué se debe la pregunta?- contesté con un ligero sobresalto.

-la respuesta es “no”- dijo Daniel mientras alzó un dedo de la mano derecha.

Pensé que diría que sí, eso fue un error mío.

-¿sabes por qué te desmayaste?

-¿Por qué me desmayé?, ¿debilidad?

-No, incluso si fuiste prisionero hasta hace poco, debiste tener una dieta considerablemente buena; así que, ¿Por qué crees que te desmayaste?

En algún momento, habíamos llegado al estudio de Daniel.

-si no es debilidad…-

-es porque no tenías resistencia mágica-

-¿resistencia mágica?-

Una sonrisa afilada nació del rostro de Daniel, estaba siendo lanzado por completo a su ritmo de conversación.

Daniel se encaminó a su escritorio, yo lo seguí hasta el centro del estudio.

-“¿resistencia mágica?”, dijiste- Daniel había empezado a jugar con mi cabeza; había sido muy inocente al responder directamente todas sus preguntas.- es raro, generalmente todos saben lo que es la resistencia mágica y generalmente todos la poseen, ergo, todos la entrenan antes.- (Daniel)

Un preparativo para aprender magia era aprender a resistirla.

-así que, dime Kimizu, ¿hay alguien que no posea resistencia mágica?

-aquellos que no la entrenaron- (Kimizu)

-y aquellos que la perdieron como yo.- (Daniel)

Apuntando con sus dedos como si fueran laceres indicadores, continuó.

-eso siempre deja la posibilidad de que nunca la hayas practicado, pero eso crea una duda, ¿por qué no la habías practicado antes?

Una conversación unilineal se había estado desatando.

-generalmente todos los nobles lo habían practicado, desistiendo después de que no lograron tener afinidad mágica, esto es una verdad para humanos y demihumanos.

Así que, el que alguien que parecía ser un noble, mostrara su poca resistencia mágica, levantaría sospechas.

-voy a ser directo a partir de ahora, ¿eres de este mundo?-

No había sentimiento en la voz, era solo como un farmacéutico señalando las medicinas que tenía.

Mentir no era buena idea.

-¿le dirás a Quiel?

-no es algo que se le deba ocultar-

-déjame ser el que se lo diga, solo necesitaré tiempo y una excusa.

-está bien, te lo dejo a ti.

-no soy de este mundo-

-así que, ¿sabes algo de este mundo?

-no, no se mucho.

-¿quieres que te enseñe?

-¿Por qué lo harías?, al menos no ignoro la guerra entre las tres facciones del mundo.

-solo digamos que le debo un favor a cierta persona.

-¿cierta persona?

-sí, alguien de otro mundo, igual que tú, tómalo como una forma de compensar una deuda de hace cuatro años.

-solo logras confundirme.

-eso tampoco es algo que se le deba ocultar a Quiel, al menos por un tiempo más.

-¿también estas escondiendo un secreto?

Ante mi pregunta, Daniel solo sonrió.

-tu y yo, somos parecidos- dije.

-como sea, si deseas aprender, mi estudio está libre para ti.

-se lo agradezco mucho, Daniel-sama.

Parte 2


Las bases para aprender un idioma son tres: la estructura, la dicción y la memorización.

Este nuevo idioma conservaba la estructura del Romanji, también la dicción, pero era diametralmente distinto a cualquier otro.

Para empezar, usaba cinco símbolos mayores y cada símbolo mayor correspondía a una vocal; el sobrepuesto de dos símbolos simplificado era una consonante y el significado era sonoro, es decir que compartía esta característica del latín.

Pero aun así, era diametralmente distinto en significado diccional también.

Levantando mi cabeza de entre el libro, pregunté:

-Daniel, ¿podrías leer este libro por mí?

-seguro.

-veamos, ¿esta parte?

-sí, necesito que leas las combinaciones de las letras.

Si me era imposible leerlo solo debía esperar que mi “comprensión del idioma” captara y tradujera mis propias palabras.

-“división general del estado de los elegidos por los dioses”

-¿dioses?

-si… “hace unos doscientos años, las líneas Ley del planeta se vieron desestabilizadas levemente, los corredores de maná fueron bruscamente reescritos y con ello, las características del mundo.”

-bien, ¿podrías leer más lento?

-“en los periodos conocidos como “conscriptos”, estos cambios fueron poco estudiados y los elegidos por los dioses, eran usados como armas o en ciertos casos, repudiados hasta la muerte.

En especial, los elegidos, en los últimos periodos de tiempo, se le han denominado más como emisarios que como armas, “aquellos tocados por dios” tienen grandes derechos adquisitivos e influencia, al menos esto ocurre con los casos de los demi-humanos y de los humanos; por su parte, los demonios tienen la particularidad de que estos elegidos se convierten en reyes y reinas.

De los casos demi-humanos.

“Kira” es el emisario de dios que trae la muerte; ese mal nombre fue creado debido a los incidentes que podían causar el despertar de estos; cerca de la edad de los trece años, aquellos elegidos empiezan a exhibir habilidades o poderes, correr más que el resto, sanar más rápido que el resto, poderes que se activan sin los principios de la magia, etcétera.

En un principio, los incidentes de “Kiras” despertando podían causar muertes, tanto al kira como a la gente alrededor.

Actualmente, los kiras en activo son:

-Jillim Afude: usuaria de la fuerza de hércules
-Lihato Gaul: Sinergista.
-Villeta Salem: visión universal.

El estado de los anteriores kira es desconocida.”

-¿desconocida?

-los kira son mitad leyenda urbana y mitad realidad, poco se sabe de ellos y lo que se sabe es incompleto.

-ya veo.

-lo siento, pero te tengo que dejar aquí, debo trabajar en los papeleos.

Asentí antes de tomar el libro.

Parte 3


Me forcé a continuar aprendiendo el idioma bajo la excusa de “termino cansado después de la clase de magia”; bueno, no era necesario que Quiel se lo creyera de pies juntillas, solo lo suficiente para que mi actuación fuera valida y que no se terminara escaqueando las clases de piano.

-“de los distintos héroes invocados.

Actualmente se reconocen como héroes invocados a aquellos humanos que provienen del otro mundo; esto basado en los testimonios de dichos héroes; su afiliación a un arma es lo más reconocido entre ellos; y aunque hay una gran cantidad de estos a través de la historia, la cuenta se ha reanudado después de que la totalidad de estos entra en inactivo.

Los héroes invocados en activo actualmente hicieron su aparición al mismo tiempo…”

-de eso ya hace cuatro años- interrumpió Daniel a mi lectura.- el último… bueno, el grupo antes de ti, apareció hace cuatro años, la información acerca de ellos es tan o más borrosa que la de los kiras, así que mucho cuidado.

-¿estás muy enterado acerca del tema?

-digamos que es conocimiento popular.

-sí, supongo que es eso…-

Había algo en la manera que lo dijo… pero no seré alguien que pregunte algo que la persona no quiera contestar.

-¿acaso conoces acerc-

-me niego a responder-

Había parado en seco mi pregunta… lo sé, no puedo seguir mis propios principios.

-¿es acerca de lo de Quiel?

-…- no respondió.

-“los héroes invocados en activo son:


Catorceavo héroe invocado: Rizume Yoru: héroe de la pluma
Quinceavo héroe invocado: Aosora Tenshi: héroe de la espada
Dieciseisavo héroe invocado: Hikari Hina: heroína de la lanza Stab
Diecisieteavo héroe invocado: Misato Mikai: heroína de los guantes”

Tomé la pluma de la mesa de trabajo y la unté de tinta.

“Decimoctavo héroe invocado: Kimizu Ouki: héroe de…”

Miré la hoja detenidamente; había algo que olvidé, pero no era el hecho de que no soy el héroe de un arma, esto era diametralmente distinto; quizás era lo más natural, pero, había escrito en japonés.

Parte 4


Había pasado una semana, una semana en la cual el piano empezó a parecerme menos un instrumento musical y más un instrumento de tortura, quien sabe lo que el pobre Franz Liszt hubiera compuesto después de escuchar a Quiel tocar el piano con tan poco acierto.

Una semana que había pulido mis habilidades y preparado mentalmente como nunca antes en la vida; todo para ese momento.

Caminé hacia el piano que amenizaba las tardes de mis vidas.

“La bestia”, se encontraba a punto de llorar; esa criatura inmoral que no sabía más que maltratar las teclas del piano se encontraba a punto de llorar; la razón era una mujer halcón que lo miraba de manera amenazante desde un lado.

Me acerqué sin hacer mucho ruido, cuando noté que la mujer había preparado una silla extra al lado de ella, entonces procedí a sentarme.

Los ojos rojizos de Quiel me buscaban por el lateral en un grito de piedad, la imagen era un tanto descorazonadora.

El sonido de la mal llamada melodía se detuvo.

-¿puedo intentarlo yo?- dije.


-ara, ¿acaso tu sabes tocar piano?- me dijo la mujer-halcón mientras abria sus grandes ojos de color dorado.


-así es; de hecho antes era instructor de piano-


No mentí en lo más mínimo, antes de venir a este mundo, yo era un instructor de piano… hace solo unos doce días.


Un mundo distinto, realmente dudo que en este lugar se haya escuchado alguna vez a Chopin.


-¿Kimizu sabe tocar piano?- me dijo Quiel con una mirada realmente linda.


-así es, pero las canciones que se tocar en realidad…-


¿Debo decirlo?... definitivamente si digo que son de mi autoría, merecería un golpe de los autores originales… aunque, en otro mundo, ¿seguirá afectando el Copyright?


-…sería mejor que las toque y me diga que piensan.


-eso está bien- dijo la maestra mientras asentía una vez con un “hmm”


-muy bien, siéntate- me dijo Quiel mientras golpeaba la silla en la cual estaba hace un momento.


Me senté, entonces…


Empecé a tocar suavemente las teclas con la mano derecha haciendo que el piano emitiera unas dulces notas.


Etude Op.25 No.11 en A menor. Winter Wind. Chopin.

Las teclas graves que precedieron a las agudas reformaron el ambiente, casi parecía una ilusión; casi como un leve llanto.

Las teclas entonces estallaron en un grito desesperado que se traducía en una melodía cargada de dramatismo, cada tecla sonaba en pesante sobre la anterior, era una seguidilla de teclas que elevaban el espíritu y lo desplomaban poco después, era como ver el momento en que aun ángel le arrancaban las alas.

Mi estrés y mi dolor inundaban cada compás.

Minutos largos de una balada llena de dolor y pena; balada que imprimió en su sinestesia, un efecto sobre el tiempo, y otorgaron la ilusión de un hombre arranándose las venas desde adentro.

Hasta que finalmente, calló.

Parte 5


El silencio inundó el lugar.

Hasta que fue mi tablilla de estado la que rompió el encantamiento que el piano había lanzado sobre nosotros.

“Dling”

Nombre:
Kimizu Ouki
Nivel:
1
Clase:
Esclavo
Edad:
13 años
Sexo:
Masculino
Dominio:
Quiel (13)


Habilidad de batalla
Ataque:
60
Defensa:
20
Agilidad:
240
Evasión:
430
Velocidad:
50
Resistencia:
30
Habilidad mágica
Agua:
20
Tierra:
40
Luz:
50
Fuego:
10
Oscuridad:
80
Viento:
20
Habilidades
-Polivalente:
>Pianista.


-Comprensión del idioma


Tomé la mano de Quiel antes de salir corriendo de hacia la habitación; en donde rápidamente saqué mi tablilla de estado para enseñársela, esperaba que algo que me hiciera la respuesta más fácil se estuviera enseñando sobre la misma. Pero, al notar que no era así, entonces utilicé cada parte de mí para expulsar la presión que aplastaba mi pecho.

-Quiel…

¿Qué se supone que debería decir?

-yo… esto…

Esto no era nada tan simple, quizá sea un desorden psicológico pero no estaba dispuesto a renunciar a mi lugar.

-¿eres de este mundo?

Esa pregunta fue como si cientos de puñaladas hubieran volado a mi espalda.

Agaché mi cabeza.

-¿Cómo lo sabes?

-no fue tan difícil después de un rato.

Levanté mi cabeza y encontré su sonrisa y sus ojos cálidos; las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, era el símbolo de que era aceptado, no solo como esclavo, ni como humano, sino como héroe.

Ese sentido del no pertenecer que había en mi antiguo mundo, ese sentido de estar en un lugar fuera de contexto fue eliminado; ahora, solo había una sonrisa delante de mí, los destinados como “enemigos” en una historia que ellos saben contar, un héroe humano esclavo de un niño demi-humano.

No, éramos solo… dos amigos presos de las circunstancias.

-¿qué cambió en tu tabla?

-se agregó “pianista” a la lista de “polivalente”

-¿eso es porque tocaste allá atrás?

-realmente quiero tocarte ahí-

Reí tontamente después de mi acoso sexual sacado de la nada.

-¿crees que puedas seguir agregando cosas a la lista?

-¿huh?

Me tomó por sorpresa.

-¿quieres intentarlo?

Asentí.



Nombre:
Kimizu Ouki
Nivel:
1
Clase:
Esclavo
Edad:
13 años
Sexo:
Masculino
Dominio:
Quiel (13)


Habilidad de batalla
Ataque:
90
Defensa:
40
Agilidad:
280
Evasión:
470
Velocidad:
70
Resistencia:
60
Habilidad mágica
Agua:
15
Tierra:
50
Luz:
45
Fuego:
10
Oscuridad:
85
Viento:
10
Habilidades
-Polivalente:
>Pianista.
>Contador.
>Creador de cuentos.
>Poeta.
>Alfarero.
>Jardinero.> Jardinero de plantas medicinales.
>Maestro del origami.
>Carpintero.
>Creador de juegos.
>Estratega.
>Inventor.
>inventor de constelaciones.
>Creador de mapas estelares.
>Topógrafo.
>Creador de planos.
>Dibujante de edificios.
>Maestro de medicina.>Sanador.
>Agricultor.>Maestro de la selección artificial.
>Lector.
>Escultor.
>Prestidigitador.
>Sastre.
>Chef.
>Pronosticador del clima.


-Artista Marcial:
>usuario de Kendo.
>usuario de aikido.
>usuario de espada corta.


-Genio
-Comprensión del idioma


Capítulo 5.1: Extras (Slice_Life)


Parte 1. Juego de espada.


El esclavo mascota en si es un simple lujo, recibe cuidados especiales, se protege de manera constante y se mantiene sano y bien vestido (¿Qué creyeron, que me iba a quedar desnudo por siempre?).


Sin embargo, la ropa es una tortura… quiero quitar la ropa de Quiel-Sama.


No, esperen… no crean que soy alguien capaz de acosar sexualmente a un shota… definitivamente soy capaz, pero aun así no lo he hecho… eso no significa que no lo he pensado.


Pero con “quitar la ropa de Quiel sama”, no me refiero a quitarla de Quiel-sama… o más bien, quitarla de mí.


Como resultado de mi nueva estadía de esta mansión (aún no se el tamaño real, me han limitado al segundo piso), me han otorgado prendas que pertenecieron a Quiel-Sama.


Si nos comparamos, tanto Quiel como yo somos de la misma edad, de hecho yo soy unos meses mayor que él, por lo tanto y aunque seamos de especias distintas, las prendas que le sobraban al amo me fueron otorgadas… hasta ahí todo está bien.


Pero… huelen.


El olor característico de Quiel inunda estas ropas.


Leche y sudor.


Hago mi mayor esfuerzo por ignorar su olor… misión imposible 7; entonces, en el momento que trato de olvidarlo, mientras me retiro las vendas…


*pafum*


Un golpe seco de una espada de madera me golpeó la cabeza.


Para recuperar el equilibrio que perdí por el golpe, coloco la mano derecha en el suelo mientras giro sobre mi cuerpo con mi mano como punto de apoyo, es la misma lógica de un movimiento de break dance pero en una escala menor.


Así termino mirando a la cara de mi atacante.


Un Quiel juguetón se abalanza hacia mí mientras lanza estocada tras estocada, era ese ataque donde se obliga al adversario a estar constantemente defendiéndose mientras se busca una abertura.


Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete… aplicando una danza sobre las puntas de mis pies, me las arregle para esquivar sin problemas cada uno de sus ataques.


En ese momento, salté hacia su derecha mientras afianzaba los pies.


Lo podía ver, era un movimiento lógico, no era un movimiento planeado, era un reflejo natural.


Saltó sobre sus pies mientras aceleraba y blandía la espada de madera hacia mí, el objetivo era mi cabeza.


Pero lo podía ver, era un resultado lógico, un resultado obvio, un resultado aceptable; generalmente los expertos pueden evitar estos movimientos con un largo entrenamiento de control, pero Quiel no era un experto; por eso podía ver su ataque desde antes de que lo lanzara.


Nunca practiqué aikido, pero; bajando mi cuerpo pude esquivar el golpe; entonces golpeé la parte baja del abdomen con una mano izquierda abierta; más que un golpe, era un eje de rotación; al mismo tiempo impulsé todo mi peso como si estuviera saltando.


Por un momento ambos estuvimos en el aire.


Luego la parte superior de su cuerpo rotó en concordancia oscilando con mi mano como eje.


*pum* su espalda.


*turufus* su cadera y piernas.


Eso fue todo, yo fui el ganador de ese encuentro… y mi recompensa fue.


Toda el área del tatuaje se volvió visible de nuevo mientras aplicaba el dolor de agua hirviendo sobre mi piel.


Esta es una implementación de castigo que se activa cuando el dueño así lo desee.


[Quiel utilizó Tatuaje del contrato del esclavo, Tatuaje del contrato del esclavo fue súper efectivo]


Parte 2. El dia de sastre de Kimizu Ouki


Un joven noble de la familia Von-Henrius caminaba desnudo, no, vestido con un traje que solo lo pueden ver los inteligentes frente a su esclavo.


-oye, Kimizu, ¿Cómo me veo?


-te ves realmente bien, eso te lo puedo jurar.


-y… dime… ¿Cuál de los trajes te gusta más?- preguntó el demi-humano pelirrojo mientras cubría su rostro enrojecido en vergüenza.


-pues, estaba pensando en realizar un traje de Adan para el próximo de los trajes, pero si tengo que escoger entre los que me has mostrado, tendría que escoger el Quin-shao13 sin lugar a dudas.


-¿traje de Adán?


-cierto, aquí la religión es diferente.


-¿Qué es un traje de adán? ¿Es mejor que el traje que solo lo ven los inteligentes?- decía Quiel mientras movía los brazos mostrando así su cuerpo desnu… cubierto por el traje que solo lo pueden ver los inteligentes frente a Kimizu.


-créeme, este es mejor.


-¿Por qué te sonríes tanto?


-¿estoy sonriendo?...bueno, supongo que es porque tu rostro rojo, ojos rojos y cabellos rojos me recuerdan un tomate de mesa.


-…


-… n_n…


-Activar.


-sí, estoy acti… ¡¡Wahhhhh!!, ¡¡perdón Quiel-sama!!, ¡¡DUELE!! ¡¡DUELE HE DICHO…!! ¡¡PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN… NO LO HARÉ DE NUEVO!!


Y así terminó el día del sastre Kimizu Ouki.

Parte 3: El contador


-entonces, ¿Qué decías que querías hacer?- preguntó un interesado Quiel a Kimizu.

Quiel vestía una ropa ligera que hacían dudar de su título como noble debajo del traje que utilizaba para las clases de piano; mientras se quitaba el traje, el color de la franela verde se podía revelar poco a poco.

Mientras observaba el fanservice, Kimizu contestó: -quiero visitar el estudio de tu padre.

-¿tou-san?

-así es, es probable que pueda ser de ayuda.

-¿a qué te refieres? Dijo Kimizu mientras se desarreglaba el cabello rojizo con su mano.

-la verdad es que soy lo bastante bueno como para llevar los registros contables.

-¿hay algo que no puedas hacer?- preguntó Quiel en un tono de auto-reproche.

-mientras más haga más valgo, ¿no es cierto?

-aun cuando lo digas de ese modo, sabes que te compré por otras razones- dijo Quiel mientras se terminaba de colocar unos zapatos ligeros.

-~ara~, ¿acaso a Quiel-chan no le importaba si era chica o chico?

Enrojeciendo hasta las orejas (que de por sí ya eran rojas), Quiel gritó molesto:

-¡¡COMO SI TE HUBIESE DADO PERMISO PARA HABLAR ASI!!

-no te negaste- murmuró Kimizu.

-¿qué?- pregunto Quiel mientras inclinaba su cabeza.

-así que también sabes de…¡¡GAHH!! ¡¡DUELE QUIEL-SAMA!! ¡¡YA NO LO VOY A HACER, ASI QUE DETENTE POR FAVOR!!

-como si te fueras a detener solo porque te castigo- dijo Quiel auto-reprochándose de nuevo.

Kimizu solo logró asentir con una sonrisa estúpida.

-Bien- dijo Quiel mientras salía de la habitación –vamos, mi padre saldrá pronto a la ciudad, así que deberías hablar con él rápido.


Mientras se dirigían al estudio ubicado en la parte oeste de la primera planta (en la dirección contraria al pasillo del piano), atravesaron las escaleras de madera que veían al jardín interno y pasaron junto a la habitación de los empleados.

Entonces llegaron a una puerta hecha de madera liviana idéntica al resto, la puerta no tenía pestillo y tenía una cerradura hecha de bronce; nadie esperaría que esta fuera la casa de un noble.

Tocando a la puerta, Quiel y Kimizu fueron recibidos con un “Adelante”

Mientras el eco de las pisadas de Juana eran lo único que se oía sobre… me dejé llevar.

Como sea, ahí, frente a ellos, había un demi-humano de 32 años.

Tenía el cabello rojizo y largo similar al de Quiel, pero este era mucho más corto y apuntaba hacia detrás de su cabeza de una manera antinatural, además vestía un traje completamente blanco, ignorando la corbata roja que le daban un efecto resaltante; la única diferencia notable con los rasgos de Quiel era sus ojos; mientras el color de los ojos de Quiel era rojo, el color de los ojos de los ojos de Daniel era azul.

Daniel Von Henrius Tabul Igmel, este demi-humano dirigió una mirada amable a su hijo y preguntó:

-y bien ¿Qué los trae por aquí?

-yo, eto- Kimizu trató de explicarse pero las palabras se le atoraron en la garganta.

No era porque Kimizu no quisiera ser impertinente bajo su postura de esclavo; la familia Von Henrius es una familia que se ha caracterizado por tratar bien a los humanos, después de todo es una familia con raíces comerciantes apostillados en la frontera; la razón de la incapacidad de Kimizu para hablar era otra.

“¡¡¡MALDICIÓN, SOLO ESCLAVÍCENME DE UNA VEZ POR TODAS!!!”

Desde que fue comprado, esas palabras habían quedado grabadas en su registro de vergüenza personal.

Así es, no ha superado algo del segundo capítulo.

Al ver al ahora enrojecido Kimizu, Quiel esbozó una sonrisa sarcástica; mientras Daniel ponía una cara de tipo conciliadora como si dijera “¿enserio te parezco tan aterrador?”

Quiel entonces dio un paso adelante y dijo:

-Kimizu posee habilidades increíbles.

-ya me contaron acerca de lo del piano, de hecho cuando lo escuché supe que no habías sido tú precisamente, pero había pensado que era tu profesora.

-él es bueno con las matemáticas y me dijo que quería ayudarte con las cuentas.

-¿es eso así?- preguntó Daniel dirigiéndose a Kimizu mientras inclinaba su cabeza; entonces cayó en cuenta, el lugar en donde había estado Kimizu hace solo unos segundos estaba vacío.

-¿desa…parecio?- preguntó un Daniel bastante confundido mientras Quiel seguía sin notar que Kimizu había desaparecido.

-¿Qué estás diciendo?- preguntó Quiel mientras inclinaba su cabeza igual que su padre.

-me refiero, estaba ahí hace un momento- dijo Daniel mientras apuntaba al sitio detrás de Quiel.

-¡GAH!- gritó Quiel mientras caía en cuenta de la situación, además, debido al susto, Quiel había recorrido una gran área de un solo salto.

Enojado a niveles extraordinarios (si tomamos en cuenta la situación), Quiel activó una de las funciones especiales del tatuaje de contrato de esclavos: “ubicación actual”.

O eso es solo una forma más genial de decir que hizo a Kimizu gritar del dolor para luego solo seguir el sonido.

Al final, un rendido Kimizu estaba sentado en estilo seiza al lado de Quiel y mirando el suelo frente a Daniel.

-¿cuál es el veredicto?- preguntó Quiel con una voz juguetona.

Liberando sus pulmones del aire, Daniel respondió:

-por mí no hay ningún problema, pero debo revisar que haga bien su trabajo al final del día.

-roger- contesto de manera opaca Kimizu.

-levantándose de la silla, Daniel se dirigió hacia la puerta mientras complementaba:

-la pila de la derecha con documentos sin revisar, por favor trabaja en borrador sobre ellos, los revisaré cuando vuelva de la junta.

Esa noche, Kimizu agregó “Contador” a su lista de habilidades.

Parte 4: El fuego y la oscuridad.


-veo que lo hiciste correctamente- dijo Daniel mientras revisaba los documentos de su escritorio.

-muchas gracias- dijo Kimizu avergonzado.

-no, gracias a ti- dijo Daniel mientras lanzaba una sonrisa hacia… ¿el vacío?

-¿Cuándo desapareció de nuevo?- preguntó Daniel mientras inclinaba su cabeza hacia un lado.

Mientras tanto, en otro lugar de la casa, Quiel estaba tomando un baño de agualeche en el baño del jardín.

Él no escuchó nada que se acercara, no escuchó una respiración, siquiera escuchó las hojas siendo aplastadas; aun así, él sintió que algo malo se acercaba.

Era una sensación aterradora que pellizca la medula espinal y se extiende hacia la espalda media, la nuca y los brazos. Esa sensación lo hizo ponerse en alerta rápidamente.

-¡¿Quién está ahí?!

Preguntó Quiel mientras se lanzaba fuera de la tina de madera.

Aun sin escuchar nada, Quiel levantó su mano mientras murmuraba un cántico.
“aquel de los principios, aquel rojo, aquel llamado phyro, aquel que destruye y reforma, aquel que reduce, toma los símbolos y la forma, ¡¡LLAMARADA!!”

El hechizo era un hechizo potente pero poco práctico, se limitaba a generar una ola de fuego de baja duración, en otras palabras, era magia sin control, es una magia que se limitaba a la inyección de energía de manera activa para ser mantenida y no a la forma.

Aun así, el resultado fue útil.

En los momentos en los cuales la oscuridad se tiñó de color, Quiel pudo ver un rostro.

-¿Ki…mizu?... ¡¿QUÉ RAYOS PRETENDIAS AL ACERCARTE ASÍ?!

El miedo se transformó en cólera.

Quiel entró entonces activando el tatuaje de esclavos.

Kimizu se retorció por el dolor mientras una imagen se acercaba a él.

Era un demi-humano de cabello y ojos rojos siendo seguido por llamas del mismo color.

Entonces, Kimizu desapareció.

-mi nivel de magia de oscuridad aun no es suficiente- se dijo a si mismo Kimizu mientras se ocultaba de “Fireman”- puedo desaparecer sin problemas gracias al encanto escrito, pero acercarse sigilosamente sigue siendo un problema; además, el tatuaje de esclavos sigue siendo un limitante de alto grado.

Sacando levemente la cabeza por entre el muro, Kimizu vio a Quiel escaneando el terreno como una mezcla entre Godzilla y Terminator.

“las llamas son poderosas pero carecen de punto de forma” Quiel recordó las clases de magia que había estado teniendo en las mañanas, “si se toma eso en cuenta, las llamas deben ser centradas en un “esqueleto” y formarse alrededor de este”

Quiel se concentró en el concepto de la forma mientras recitaba un nuevo hechizo; las flamas se concentraron en puntos de su espalda y sobresalieron como si se trataran de brazos extra; pero estos terminaron desapareciendo.

“vaya que es difícil, no puedo simplemente pensar en tener un cuerpo nuevo así como así… pero, si ese es el problema…”

Quiel dirigió la atención a sus propias manos.

“… solo tengo que usar un cuerpo que ya conozca”

El cántico empezó: “Fuego, tu color es el rojo, tu nombre es Phyro, tu función es proteger y la forma que posees te será otorgada con mis manos”

Guantes de fuego, guantes como patas de lobo hechos de fuego aparecieron sobre las manos de Quiel.

Y Quiel atacó.

Parte 5: Crimen y castigo.


Ekaterina Von Henrius Kirkien Blank.

La mujer es la madre de Quiel y está sentada en una silla de ruedas hecha de madera.

Su cabello es de un color dorado como el trigo y sus ojos son rojos como el carmín, sus orejas caninas sobresalían de su cabello otorgándole una imagen maternal (para un Golden retriever quizás).

Una sonrisa se extendía por su blanco rostro; sin embargo, para Kimizu y para Quiel, esta sonrisa era la fachada de un sentimiento aterrador.

¿No es esto un cliché?- pensó Kimizu.

Con una voz tan dulce como la miel y tan fluida como el aceite, Ekaterina interpeló a su hijo y a la mascota de su hijo que estaban sentados al estilo seiza en frente de ella.

- ~¿Quién de ustedes fue?~

Quiel y Kimizu se miraron a los ojos antes de mirar de nuevo a Ekaterina, ninguno dijo una sola palabra.

- ~ya veo, no hablaran~ - dijo Ekaterina mientras seguía con sus manos entrelazadas sobre su regazo.

El silencio continuó después de las palabras de la mujer; era una conversación unilineal.

- ~en ese caso, tendrán que compartir el castigo~ - dijo la mujer aun con su sonrisa.

“Así que este es el monstruo que le otorgó esa habilidad a Quiel”, pensó Kimizu.

- ~¿están listos para morir?~ - preguntó Ekaterina sin inmutarse ni un poco.

- “~Aqua, uno de los principios, azul, cambiar protección por castigo~”

“¿ese es un encanto corto?”, pensó Kimizu.

Látigos, no, tentáculos de agua nacieron desde el lugar donde terminaban sus cabellos, estos vibraban y cortaban el aire a velocidades dolorosas para la piel.

- ~entonces mueran~

En los ojos de Quiel se empezaron a formar gotas de lágrimas.

Parte 6 Extra: el creador de cuentos y el poeta


Quiel estaba acostado en la cama con un pijama de seda ligero que permitía ver bastante debido a su translucidez.

-Muy bien, Quiel, esta es una obra original que yo acabé de escribir- dijo Kimizu mientras agitaba unas hojas de pergamino con un escrito en japonés.

-¿de qué trata?- preguntó Quiel mientras se sentaba en la cama.

-si lo quieres saber, deberías escucharla.

-bien, hagámoslo, respondió Quiel a la propuesta de Kimizu.

-muy bien, el cuento se llama, la bestia de cabello rojo.

Quiel puso una cara que decía “¿se trata de mí cierto?”

-erase una vez, un pueblo que quedaba en las montañas de cierto ducado tenia a sus habitantes aterrorizados; cada noche sin falta, un monstruo de cabello rojo merodeaba las casas donde habían enfermos y también el hospital, el asilo y el orfanato.

Nadie sabía las intenciones del monstruo, pero nadie podía pensar que se tratasen de cosas buenas.

El monstruo visitó los alrededores de estos lugares por cerca de dos meses sin hacer nada distinto.

Poco después de los dos meses, el monstruo trajo consigo un piano; el monstruo tocó las teclas del piano tratando de emitir una melodía, pero el sonido era tan irritante que la gente del pueblo le sacó a escobazos mientras le abucheaban.

Días después, el monstruo apareció con un violín, cabe decir que el sonido que emitió con el instrumento quebró las ventanas de varios edificios.

Días después, apareció con una gaita, pero el ruido dulce y armonioso de la gaita se había convertido en un lamento agónico del instrumento.

La guitarra emitía un ruido ronco.

El tambor era bastante estridente.

La trompeta fue un fracaso total.

La tuba espantó a los perros del pueblo.

Las maracas hicieron creer a los habitantes que había un peligroso derrumbe.

La flauta atrajo ratones al pueblo14.

El triángulo causó migrañas.

Las castañuelas hicieron volar a las cucarachas de sus escondites.

El gong no dejó dormir a nadie.

Y esos fueron los resultados aceptables.

Entonces una noche, el monstruo decidió recitar poesía.

Miro las estrellas del cielo lejano,
Reflejan cada una, una vida pasajera,
Estrellas que brillaran eternamente en el firmamento,
Seguirán brillando aunque muera;
Si el mundo se destruye por completo,
Seguirán brillando, Deneb, Altaír y Vega.
El triángulo que indica el norte a los viajeros.
Seguirá brillando cáncer,
Haciendo sonar sus pinzas como castañuelas,
Seguirá brillando lira,
Bardo de la guitarra y el arpa,
Seguirá brillando Caellum,
Tocando el gong cuando le plazca,
Escorpio tomó el acordeón,
Tauro, la gaita,
Ofiuco tomó el xiaolong,
Nicora, la flauta;
Así cuando estoy enfermo o triste,
Mirar al cielo estrellado,
Oír la orquesta celeste,
Me place en sumo grado.

-y bien ¿Qué te parecio?- preguntó Kimizu con sus ojos brillantes.

Quiel sonrió de una manera pocas veces vista y respondió.

-fue hermoso.

-gracias…

[-Polivalente:
>Pianista.
>Contador.
>Creador de cuentos.
>Poeta.]

Capítulo 6: Teclado Monótono (Note_Sol)


Resumen del capítulo anterior:
El día a día de los niños continúa, sin pausa pero sin prisa, Kimizu se enfrenta a su deseo y Daniel oculta un secreto.

Parte 1.


Las líneas de ley.

Las líneas de ley son la serie de venas mágicas que bañan el mundo; estas vienen y regresan a los dioses, alimentando los ciclos mágicos de las criaturas y creando un sistema de recolección de datos llamados los registros akashikos.

Si se necesitasen comparación, serían las redes Ethernet que bañan al mundo de un lado a otro del globo; analizando los datos y prescribiendo las funciones mágicas del ambiente.

Y tal como las redes de internet, este flujo de datos inmenso, podía transportar información alrededor del mundo de manera casi instantánea.

-se supone que nos hablaríamos a esta hora.

-no lo culpes, es un rey después de todo, quizá sigue ocupado con los trabajos de corte monárquica.

-¿realmente crees que “ese” rey esté ocupado?

Bajo la configuración de líneas ley y el uso de la matemática, geometría, geolocalización y otros muchos, el realizar un circuito mágico para enviar información sonora era posible; esta viajaba por las líneas ley hasta su destino.

-Bueno, es debido a mi curiosidad que montamos esta enorme red de información para hablarnos como si fuera una llamada.

-¿Qué es una llamada?

-no importa.

-recuerdo cuando dejaste un libro abierto al aire libre con las instrucciones para formar la conexión y pasaste las hojas lentamente para que leyera.

-y cuando la iba a pasar muy rápido, terminabas congelándome con tu poder, ja, ja.

Aquellos que hablaban por esa suerte de llamada telefónica, eran un héroe y un kira.

El catorceavo héroe invocado, Rizume Yoru, definir su apariencia es remitirse al mismísimo significado de la palabra “angelical” una piel pálida como porcelana fina, un cabello blanco y puro como la nieve y tan largo que se arrastraba cinco metros sobre el suelo y unos ojos carmesí que parecían joyas incrustadas en sus cuencas, el héroe de la pluma se encontraba en medio de una habitación que había sido diseñada por él mismo.

Por el otro lado de la conexión, Villeta Salem; un vestido de aventurera ceñido a su figura que estaba atado con tiras dejando entrever una generosa cantidad de su piel acaramelada, un cabello anaranjado y una cola de zorro, además de dos puntiagudas orejas del mismo animal; sobre sus ojos, un vendaje de color verde o mejor dicho, una tira de tela que amarraba detrás de su cabeza.

Villeta se encontraba acostada en un sillón, en una habitación al otro lado del mundo, su cabello tan largo como envidiable se mecía a la luz de la luna llena que entraba por la ventana, mientras sostenía una copa de vino.

-pero, está tardando, eso es un hecho.- (V)

-bien, no tengo mucho tiempo por ahora, así que te lo tengo que dejar a ti, avísale cuando esté disponible.- (R)

-por la forma en que lo dijiste, ¿el sumo sacerdote ya hizo la movida?-

-bueno, estuvo vigilando constantemente las líneas de ley, eso fue cerca de un mes, además, también desplegó al héroe de la espada.

-sí, ya lo vi, se adueñó de la fortaleza de Valfrist; bueno, estaba bajo el control de la heroína de la lanza en primer lugar, esos dos tienen un par de cosas en común.

-claro, ambos me odian y tienen un complejo de hermana hacia la Heroína de los guantes

-sí, eso parece.

-..-

-algo te preocupa.

-¿me preguntarás de que se trata?

-no, realmente no tengo deseos de despertar los demonios dormidos dentro de alguien.

-gracias.

El silencio reinó en la conexión telepática.

-ustedes tres, realmente están callados el día de hoy. (V)

Ella les hablaba a aquellos dioses que elegían los humanos, aquellos que se ataron a sus propias reglas para evitar interferir en el avance del mundo.

-no los trates así- (F)

-bueno, realmente no debo hacerlo; ¿Por qué llegaste tan tarde?, ¿estabas ocupado con los asuntos correspondientes a tu reino?- (V)

-oh acerca de eso, estaba dormido. (F)

Parte 2


Era pasado el mediodía y me encontraba junto a Quiel en los camerinos del coliseo; junto a nosotros había lanzas, espadas, escudos, cotas y otros tipos de armamento, esta era la última habitación que algunos verían.

-¿estás listo?-

Ojos carmesí me miraban con interés mientras me hacían esta pregunta; un traje de gala me apretaba las articulaciones mayores y trataba de asfixiarme antes de la contienda.

-solo tienes que salir y tocar, nadie se atreverá a decirte nada por tu condición de humano, eres la mascota del hijo del terrateniente después de todo.

Sonreí tontamente, las palabras de Quiel eran simples, “no importa que falles”; con eso en mente, di un paso hacia el gran espacio en el centro del coliseo; afiné mis ojos para evitar la luz solar intensa y caminé con elegancia entre el mar de murmullos.

Sosegado, mudo, inerte, un órgano de viento; una de las viejas existencias en la casa Von Henrius, estaba esperándome frente a mí y junto a ella, dos personas más; Beto, un humano con el que comparto mi título de esclavo y Aria, una mujer-Halcón.

Me acerqué al centro de todo, el mundo posó sus ojos en mí, en mí y solo en mí, en la mascota del hijo del terrateniente; en ese momento comprendí la magnitud del error de Quiel, no es que no fueran a decir nada por mi vínculo con los importantes; era todo lo contrario, yo era la exhibición de mis dueños, no tenía el lujo de no hacerlo correctamente y hacerlos quedar mal.

Miré a todo el alrededor.

“Este es el momento en el cual le voy a ser de utilidad a Quiel-sama; así que todo el mundo abra sus oídos y sus mentes, escuchen el llanto y el sentimiento de este órgano… disfruten en cada una de sus células mi grito apasionado”, esas fueron las palabras que me dije a mi mismo.


“este es el mundo que he decidido amar, este es el nuevo mundo… ¡¡así que disfruten!!... por este nuevo mundo y por aquellos que he decidido amar… la sinfonía del nuevo mundo interpretada en órgano de Antonin Dvorak”, esas fueron las palabras que grité al mundo.

Apreté mi puño antes de girarme hacia Aria, estaba siendo carcomido por la euforia.

-¿estas lista?, esto será largo- le pregunté.


-claro que sí, he practicado como loca cada uno de los compases, tanto los tuyos como los míos- me respondió con un tono que trataba de ocultar el nerviosismo mientras una gota de sudor recorría su rostro.


-hagámoslo bien… ¿quieres?

El mundo entero guardó silencio mientras Beto empezaba a inyectar el aire con los muelles provocando un ruido blanco.

Empecé a tocar la partitura suavemente mientras Aria me apoyaba con el control de los filtros; la canción estaba siendo tocada de la manera correcta, las notas agudas empezaban a fluir por los tubos de bronce.

En algún momento, se sumaron dos manos más mientras la canción tomaba una densidad sonora más alta y el pesante se aumentaba bajo el ritmo provocado por los filtros.

El sonido era melódico y tenue, además era un espectáculo nunca antes visto; la gente absorta en el sonido y en el momento, era este el encanto de la música clásica; permitía ver los espacios más profundos de la psique, crear la historia más bella o amenizar un funeral.

Era la fascinación por lo desconocido además, lo que mantenía un sentido en el sinsentido de la fantasía.

El sonido y la sinestesia, un golpe doble al corazón del que escucha y el que siente; unos compases dulces, otros compases épicos.

El sonido se agitaba y revolvía antes de asentarse y volverse tranquilo, solo para volver a agitarse en una escalinata en allegro y desplomarse por un acantilado en adagio; era todo y era nada.

Era turbio y claro… era música.

Llenando cada rincón y tocando cada persona; el que pueda escuchar que escuche, era una carta de amor para con este nuevo mundo; era mi pacto por ser parte de él, era mi deseo por mantenerme al lado de quien es mi dueño, era la máxima demostración que podía hacer en términos musicales acerca de todo y de todos, era mi corazón abierto a cada persona.

La canción se agitó una última vez, era más rápida, más salvaje… hasta detenerse.

El silencio reinó sobre el coliseo.

Parte 3.


Yigo Esame lleva un mes como esclavo.

Yigo Esame fue capturado en algún lugar en la frontera montañosa de Lotos y Kalios, este se encontraba haciendo su trabajo como mensajero de la iglesia cuando fue capturado por una avanzada de esclavizadores demi-humanos y lanzado al interior de una carreta con otros humanos.

Y como todos los “capacitados para pelear”, fue envestido y lanzado a una contienda feroz en contra de felinos salvajes.

Sin embargo había algo distinto ese viernes, la barbarie había sido cancelada para, a cambio, realizar una presentación musical a cargo de la familia noble Von Henrius, una tentativa extraña pero posible debido a su gran influencia.

Este podría ser su último viernes de descanso.

Entonces pensó, pensó en ese extraño chico con el cual habia cruzado palabras, un chico extraño sin lugar a dudas.

“¡¡¡MALDICIÓN, SOLO ESCLAVÍCENME DE UNA VEZ POR TODAS!!!”

-En definitiva un chico extraño.

Entonces, cerró los ojos.

“este es el mundo que he decidido amar, este es el nuevo mundo… ¡¡así que disfruten!!... por este nuevo mundo y por aquellos que he decidido amar… la sinfonía del nuevo mundo interpretada en órgano de Antonin Dvorak”

El sonido se filtró por las rocas, activando algo dentro del joven.

-¿Dónde he escuchado esa voz antes?-

La melodía empezó a sonar, una melodía desconocida que incitaba a todo y a nada.

Un desconocido Anthonin Dvorack, una voz conocida y un sentimiento ignoto; las piezas del rompecabezas se empezaron a armar en la cabeza de Yigo Esame, el ser enviado por el sumo sacerdote siempre había sido la antelación de algo más grande, porque, Yigo Esame no es un simple predicador.

Yigo Esame no es su nombre original, Yigo Esame no existe.

Higso Gahar, Frid O’nir, Jil Yeveq, Chaus Hoxu, Angus Blank, Bifred Von-Gaus, Sig Uther, Zebal Vaus, Werty Sdef, Mikael Hikoo, Asume Miho…

Yigo Esame es un espía.

Para entenderlo un poco más, debemos viajar unos cuatro años al pasado.

Hace cuatro años, las líneas de ley del planeta vibraron como nunca nadie había tenido la oportunidad de verlo antes; la distorsión en el mundo abrió paso a cuatro héroes invocados en cuatro lugares distintos en el mundo; uno de ellos era un pequeño poblado poco populoso en algún lugar del Sagrado Imperio de Migami.

Por alguna razón, las líneas de ley en ese lugar fueron especialmente alteradas, trayendo una anormal cantidad de guardianes con una agresividad anormal.

Entonces, un joven apareció con una espada en la mano, trayendo de nuevo la paz al destruido pueblo.

“nadie debe morir”, fueron las palabras de ese héroe para el chico.

Fue lo único que dijo antes de desaparecer, dejando atrás a todo un pueblo bañado en sangre y destrucción; la paz traída a punta de espada al pueblo no curaría a las víctimas, este era el juego macabro de un héroe que clama la paz sin saber hacer nada más que eso.

Pero eso no fue suficiente para ese chico que vio a todos morir y gritar, él no se sentía como un héroe, él no se sentía como humano, él se sentía como basura.

Si lo que hace a una persona es el idealismo, él, que no tenía como corresponder a sus propias ideas no era nada más que basura; ese hombre con poder que lo salvó era mucho más humano para él que cualquier otro, los elegidos por los dioses fueron los únicos que para él no fueron basura.

Una misión simple encomendada por ese héroe que olvidó su rostro y nunca aprendió su nombre lo envió a ser esclavizado por los demihumanos, un punto “culmin” donde la basura adquiere su verdadero valor y es comprada, vendida y sacrificada como una fuente de placer y diversión.

Ese joven acostumbrado al horror de la muerte fue asqueado por completo por una nueva clase de idea; mientras los hombres encomendados contra su voluntad a enfrentar las bestias felinas temblaban de miedo, aplausos y risotadas llenaban en tumulto el viento.

“son tan asquerosos como los humanos”, pensó.

“Son igual de asquerosos, son igual de crueles e igual de despiadados; por alguna razón, no hay nadie en este mundo que he visto que sea diferente; incluso los niños, una vez llegan a cierta edad, se les puede ver comprando esclavos solo por tener el poder de maltratar a un enemigo.” Pensó.


“ese chico está loco”, pensó.


Ese chico que gritó de frustración que lo esclavizaran, brillaba como algo mas que basura, enfrentándose de manera extraña a la idea general de las cosas, rompiendo lo predicho y sonando tan estúpido e inmaduro en una sola frase.


“definitivamente loco”, pensó.


“es imposible que sea algo distinto”, pensó.


“estoy seguro, que él, también es solo basura”, pensó…


“habiendo estado en tantos lugares y siendo tantas personas, todos no dejaron de ser nada más que basura, porque todos se parecían a mí. Así es, yo soy el estándar de lo que no tiene valor, soy el epítome de lo asqueroso, sin embargo…”


El asco de ver a la gente disfrutar la muerte lo llevó a actuar, cortando las bestias y salvando a todos, buscando su propio valor y negando su propia filosofía, todo por las palabras de ese chico.

“…él no es solo basura”, pensó.

“quisiera saber que me equivoco”, pensó.

El sonido se detuvo antes de oír una ovación y la voz del pianista.

Las fichas del rompecabezas empezaron a encajar de nuevo.

Y el esclavo, Yigo Esame, escapó.

Parte 4


Tras el final del primer interludio, los ojos se posaron en Quiel.

“la nueva mascota del hijo del terrateniente” había sido suficiente como para marcar a Quiel en un foco de atención, como su dueño y como su posición lo indicaba.

Quizá todo se tornó más caótico cuando Quiel, quizá sin expectativa de que algo podría ser malo, aceptó ser entrevistado; miles de flechas fueron lanzadas en forma de palabras buscando sonsacarle la información y el jugo a la primicia, como si de un escándalo de miss universo se tratase.

-señor Quiel, ¿puede responder una pregunta para nosotros?


-está bien. (Q)


-¿puede decirnos donde encontró ese esclavo?


-¿es alguna técnica de adiestramiento especial?


-no, no hay nada realmente extraño en el trato que le di, supongo que solo era así desde el principio.- (Q)


-si es así, ¿acaso notó algo especial en el cuándo lo compró?


-no había ningún aspecto en especial, aunque su nombre fue algo extraño. (Q)


- ¿nombre? ¿A qué te refieres con eso?


- él se presentó con el nombre de Kimizu Ouki.- (Q)


-¿Kimizu Ouki?


- suena como un nombre de la realeza humana, ¿podría ser un noble?


- imposible, dentro de los nombres de los nobles humanos no hay nadie con ese nombre


(¿Cómo es que sabe los nombres de los nobles humanos?)


-¿está seguro que ese es su nombre?


-así es, de hecho yo también sospeche acerca de su nombre y utilicé el tatuaje del esclavo para que no me pudiera mentir.- (Q)


-ya veo, ese debe ser sin duda su nombre, aunque es bastante extraño.


- me recuerda a los nombres de los héroes humanos de antaño.


-¿qu…?- (Q)


(¿Que acabo de escuchar?)


-N… no, eso es imposible.- (Q)


-quizá su familia lo llamó así en conmemoración de los héroes.


-sí, eso debe ser… (Q)


(Estoy seguro que sería un problema si se enteraran de su identidad)


-pero es sin duda un esclavo-mascota bastante sorprendente.


-quien pensaría que un niño humano podría tocar el piano así y crear sus propias canciones.


-¿hace cuánto lo compró?


-hace cerca de un mes. (Q)


-… así que... ¿fue tu regalo de cumpleaños?


-es cierto, el joven amo está en esa edad.

-por cierto, ¿se puede saber cómo está tu compromiso?

Parte 5


-estuviste muy bien, Kimizu.

-no fue nada, de hecho cometí muchos errores mientras más avanzaba.

Mientras la tarde caía y abría paso a la noche, bajo el cielo teñido de color anaranjado, Quiel y yo caminaban seguidos por una serie de adultos que pertenecían a los regímenes políticos de la ciudad de Lotos, o al menos así se presentaron ante mí.

-asi que, ¿Cuándo crees que podamos hacer un concierto de piano juntos?

-cuando aprendas a tocar el piano sin causar sordera parcial a los que te escuchen.

-eres… increíble…

-Quiel.

-¿Qué ocurre?

-no te pongas así, seguro podrás destacar en algún momento.

-¿eso crees?

-pues, dudo mucho de que te vuelvas un kira o algo por el estilo, pero un gran noble, de eso no tengo ninguna duda.

-aún falta mucho para que eso ocurra, además, incluso tú me vencerías en eso. Eres inteligente hasta en punto que te haría el mejor político de este mundo si lo intentaras.

-realmente no me veo capaz de algo así, espera, de hecho si me puedo imaginar.

-¿siquiera te tomas a ti mismo en serio?- Quiel inclinó la cabeza con interés, como si viera una especie de pintura abstracta.

-perdón, no pude evitar hacer esa broma, solo que, antes de venir aquí, solo era un chico encerrado en una burbuja de información, muchas cosas las probé pero no me imaginé realmente mis propias posibilidades.

-veo… bueno, no lo termino de entender por completo, pero no encuentro nada malo, así que, sigue mostrándome el mundo que desconozco.

-¡Sí!, ¡Mi príncipe!

-¿príncipe?

-no estoy muy seguro, solo creí que así sonaría mas genial.

-por cierto.

-¿Qué ocurre?

-¿no crees que algo raro está pasando?

-ahora que lo dices, los adultos están actuando de una manera extraña… ¿crees que algo pase?

-esta es la frontera, lo raro es que no pase algo, el problema es que nada importante ha pasado en mucho tiempo.

-¿Qué tanto tiempo?

-cuatro años.

-cuatro años… parece que el mundo hace cuatro años estaba realmente agitado.

-si… realmente agitado…

-¿piensas en algo?

-así es, en este mundo, en la guerra, en los humanos, los demihumanos, los demonios… tu y yo somos la prueba de que no somos tan diferentes.

-no sé por los demonios, pero yo no podría odiarte jamás.

-gracias.

-es verdad.

-tu, por otro lado, es probable que el mundo te odie; eres alguien con poco tacto.

-eso también es verdad.

-pero, ¿sabes?

-¿Qué ocurre?

-yo tampoco podría odiarte.

-gracias… mi esclavizador.

-no pudiste dejarlo en un simple “gracias”…

-*tehe*

Parte 6


Punto de vista de Yigo Esame


Del otro lado de las montañas, hay una ciudad humana, su nombre es Valfrist; es una Ciudad-Fortaleza bajo el mando del país de Kalios en el territorio humano.


Es el lugar en donde estoy, es al lugar que escapé, es el lugar donde me reuniré con uno de los héroes.


Su nombre es Aosora Tenshi; una figura esbelta de cabello negro y liso que cae hasta su cadera desde su espalda en la cual está atado con una cola de caballo y en la parte frontal apenas por delante de sus orejas.


Está vestido con una armadura azul y plateada bastante adornada; sus ojos son azules como el cielo y en su cadera se puede ver una espada enfundada; la funda está bellamente adornada con piedras de aguamarina y plata.


Él es el quinceavo héroe invocado; el segundo del último grupo de cuatro héroes, el hombre que no recuerda mi nombre, aquél que me enseñó que no soy nada más que basura.


-¿Así que uno de los invocados terminó como esclavo en el pueblo demi-humano?- pregunto dirigiéndose hacia mí el héroe.


-Si Yuusha-sama.


-qué barbaridad; no hay más opción que ir a rescatarlo de su sufrimiento.


-…


-empieza a alistarte, vamos a atacar Zedal y a rescatar al decimoctavo héroe invocado; a… si, ¿Cómo dijiste que se llama?


-Kimizu Ouki, Yuusha-sama.


-Kimizu Ouki, espera un poco más, el martirio está a punto de acabar.
1 Lengua de gato: personas que no soportan alimentos calientes.

2 Ponerle humor a la tragedia es el resultado de haber leído un ensayo acerca del sarcasmo en el texto continuo; un ensayo del cual solo recuerdo el nombre del autor “Gaston del Rio”, así que no he podido encontrarlo de nuevo U_U… les prometo que crearé un archivo con los argumentos principales del ensayo.

3 Junketsu no Maria: recomendado n_n

4 Magi: The Kingdom of Magic… recomendado x 2

5 Tate no Yuusha no Narigiari: recomendado x 3

6 No lo Recomiendo; solo tenía que agregar un ejemplo.

7 Definitivamente NO lo recomiendo.

8 A lo más oscuro, ponle más humor… sinceramente, si no le colocó humor a la tragedia, voy a terminar enfermo de muchas maneras.

9 Doraemon :3

10 Googleen malditos vagos :v

11 Matando con nombres :3

12 Los rangos se dividen en: F, E, D, C, B, A, S, SS; siendo F el de menor denominación y SS el de mayor denominación.

13 un Quin-shao es una prenda originaria de china, es un traje largo de tela decorada con cortes a uno o ambos lados del cuerpo desde la altura de la cadera hasta el final; en otros casos más extremos solo uno de los lados está cerrado mientras que el otro está sujeto a la altura del pecho y abdomen por tiras de cuero, tela o cintas. Entre otras cosas, el estilo general es copiado en algunos vestidos de alta costura, pero con solo un corte, de esta manera se permite una observación de la piel, permitiendo una observación bastante ero… artística de la piel bajo el traje.

14 Obvia referencia al Flautista de Hammelin

2 comentarios:

  1. Oye Will Goldmaker manera soy yo daniel~kun me borraron mi Facebook asique eu cree otro buscalo o acepta solicitud soy Teo Akifuru quiero seguir hablando contigo por sierto mi amigo dice que es muy bueno tu libro 😉

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  2. https://www.facebook.com/will.goldmaker

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