BUENAS NOCHES, ESPERO QUE ESTÉN BIEN. AQUI TIENEN UN CAPITULO MAS, ESPERO LES AGRADE. EN ESTA OCASIÓN TENGO UNA PETICIÓN QUE HACERLES. POR FAVOR SI ES POSIBLE COMPARTAN ESTA PAGINA CON SUS AMIGOS, PARA QUE PODAMOS CRECER CADA VEZ MAS.
CAPITULO 10
-Ahora que todos estamos
reunidos, quisiera presentarles a un nuevo alumno. Él es Jean Nox Crow.
Vizconde del Reino de Ignis, Ciudadano Honorario de Ciudad Lux, Héroe de Guerra
del País Militar y a veces mercenario-.
El director comenzó a
hablar.
Jean mostró una sonrisa
amarga en su rostro ante esta presentación. El director sabía muchas cosas
sobre él pues lo estuvo espiando un buen tiempo antes de ser descubierto.
Todos los miembros que
estaban sentados a la mesa, solo lo miraron fijamente. El joven se sintió incomodo Pero no había nada
que pudiera hacer más que saludar a sus nuevos compañeros.
-Buenas noches-.
-No es necesario que seas
tan timido Jean Nox. Comenzaré a nombrarte a tus compañeros. A Wolvi Licaon y
Zinn Pert ya los conoces, ya que también son alumnos de primer año. La señorita
que está sentada enfrente de ti es Sila Voc, y ese joven que casi llega al
techo es Serp Tur-.
-Director, esas son falsas
acusaciones. Yo solo mido 2.3 metros, estoy muy lejos del techo-.
Serp parecía muy sensible
con respecto a su altura, Jean de alguna forma podía comprenderlo, pero su caso
era lo contrario, él tenía poca altura comparado con un joven de su edad.
-Vamos Serp no le tomes
tanta importancia, algún día encontrarás a una señorita que te acepte-.
-Aghh-.
Por alguna razón cuando Serp
escuchó las palabras del director, cayó en depresión y desesperación,
escondiendo su rostro entre sus manos y la mesa, el color abandonó su cuerpo.
Al parecer había sido
rechazado por alguna señorita debido a su altura y eso dejó una marca en su
corazón.
Jean usó todas sus fuerzas
para evitar reírse. Solo Sila Voc no tuvo el tacto suficiente y se soltó a reír.
-¡No te rías Sila, recuerda
que tu anterior novio te dejó…por un hombre!-.
Serp Tur arremetió
verbalmente contra su compañera.
Sila quedó petrificada en su
asiento.
-¡Vamos jóvenes! No hay por
que recordar ese tipo de cosas en la cena-.
El director Rooscu puso la
situación bajo control.
-Hay dos personas más que me
gustaría presentar pero en este momento se encuentran muy ocupados. Así que
tendremos que esperar en otra ocasión. Bien, ya que todo está listo, podemos
empezar a comer-.
Encima de la mesa había todo
tipo de manjares, desde platillos bellamente decorados hasta los más simples.
Lentamente comenzaron a
devorar los alimentos.
Pasado un tiempo Serp Tur se
levantó de su asiento y se dirigió a Jean.
-Hey nuevo, ¿Tienes algún
problema conmigo? ¿Por qué no has dejado de verme?-.
Jean inconscientemente tenía
un ojo en esta persona.
-Lo siento Serp Tur, no fue
mi intención. Es que es muy raro ver a una medusa hombre, eres el segundo que
tengo el gusto de conocer. Pero si se trata de mujeres he conocido muchas-.
-¿Ah?-.
El alto joven intentó decir
algo pero su boca solo se movía de arriba abajo sin articular un sonido.
Los demás detuvieron sus
acciones.
-Jean Nox Crow ¿Cómo sabes
eso?-.
La que preguntó con un tono
serio fue Sila Voc.
-Lo
siento ¿Era algo que no debí decir?-.
-No
diría eso, todos aquí lo sabemos, pero ¿Cómo lo descubriste?-.
-El
aura que emana es inconfundible, además pude ver sus pupilas reptilianas a través
de su conjuro de ilusión-.
-Ya
veo, mi disfraz fue muy débil. Es como dices Nox, soy de la raza de las
medusas-.
Serp volvió a sentarse y solo dijo unas cuantas palabras
para admitir su identidad.
-Nox,
¿Puedes decirme que soy yo?-.
Sila
quería ver hasta donde llegaban las habilidades de reconocimiento de su
compañero.
-No
estoy seguro probablemente vienes del Linaje de las ninfas de la oscuridad,
pero si tuviera que elegir a cual rama, pienso que eres una “Dama de la noche”-.
Jean
respondió mientras se llevaba un bocado de pan a la boca.
Sila
realmente no pensaba que pudieran ver a través de ella, pero Jean pudo fácilmente.
-Vaya,
vaya. Veo que tus habilidades son verdaderas. En ese caso me imagino que ya has
descubierto la identidad de Wolvi-.
Jean
volteó a ver a Wolvi Licaon, pero ella por alguna razón ladeó su cabeza hacia
un lado evitandolo. El joven se dio cuenta que entre este grupo de personas todos conocían
las identidades de los otros, así que no tenía nada de malo que respondiera esa
pregunta.
-Ella
es una mujer lobo, por supuesto-.
Por
fin Wolvi reaccionó.
-¿Desde
cuándo lo sabías?-.
-Desde
la primera vez que nos conocimos-.
-Ya
veo-.
Wolvi se perdió en sus pensamientos.
-Señorita
Sila Voc, ahora me toca a mí preguntar-.
-Adelante
pregúntame lo que quieras-.
-¿Usted
fue la persona que me estaba espiando mientras me bañaba?-.
Ante
estas palabras todos los presentes que habían comenzado a beber, no pudieron
mantener el contenido en sus bocas. Sin falta las otras cinco personas
observaban fijamente a Sila cuyo pálido rostro había obtenido algo de color.
-Jajaja,
Comencé a espiarte pero no sabía que te estabas bañando e inmediatamente me
detuve-.
Ante
las miradas acusadoras de todos, ella añadió.
-¡Juro
que es la verdad!-.
El director
Rooscu observaba todo esto en silencio, pero por dentro se estaba divirtiendo
bastante.
La
única persona que no le encontraba la gracia a ninguna de las acciones de Jean,
era Zinn Pert.
Terminada
la cena, Jean habló en privado con el Director Rooscu, este le entregó una
llave hecha de hierro y le informó que la Academia Shade tenía su propia
entrada a los laberintos.
Sin
perder tiempo Jean se dirigió hacia ese lugar, pues se pasaría la noche
patrullando el lugar.
Al
llegar a la inmensa puerta de entrada, uso la llave, la abrió y cuando se disponía
a adentrarse más allá, fue interrumpido.
-¿Vas
a dar un paseo nocturno? ¡Que coincidencia! Yo también tengo esa costumbre. ¿Te
importaría que te acompañara?-.
Sila
Voc apareció a unos metros de distancia.
-Señorita
Voc, tengo que atender mis propios asuntos, si no le molesta que no pueda
ponerle atención, no veo porque no podamos entrar juntos-.
-En ese caso no perdamos
tiempo-.
La joven doncella tomó a
Jean de un brazo y lo arrastró hacia los laberintos.
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Leil Rewn se encontraba patrullando los laberintos acompañada por su tropa de caballeros, su misión era atrapar a ciertos criminales. La última vez había fracasado así que su orgullo la motivaba a no fallar nuevamente.
Dividió a su tropa en tres pequeños
grupos y los envío en direcciones distintas, ya llevaban varios días sin
obtener resultados. Desde la pasada ocasión con las aves de Estínfalo el grupo
criminal se había vuelto más cuidadoso.
En su bolso Leil llevaba una
corona dorada que emitía un tenue brillo. Esa misma mañana había ido a ver como
se encontraba Jean Nox Crow, la profesora Seyd le había dicho que él ya se
había recuperado pero debido a cierta situación tuvo que ir fuera de la
Academia del Sol.
Su intención era darle la
corona, pues ella había llegado a la conclusión que era él quién la merecía por
su participación en esa batalla. Este tesoro podía concederle a cualquier
persona una increíble habilidad. Una corona de bronce podría valer unos cuantos
miles de monedas de oro, una de plata diez miles, y una de oro cientos de
miles, en una subasta su precio podría ascender hasta cerca de un millón.
Cuanto antes pudiera deshacerse de ella mejor, pues no quería que la tentación le ganara y terminara
haciendo algo indigno.
-Líder, uno de nuestros
hombres ha descubierto a un pequeño grupo de hombres que actúan de manera
sospechosa-.
Saliendo de sus pensamientos
Leil Rewn regresó al cumplimiento de su deber.
-Ya saben que hacer, iremos
inmediatamente. Esta vez no dejaremos que escapen-.
Con esas palabras el grupo
se puso en marcha.
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-Jean ¿Te puedo llamar
Jean?-.
-Ya lo estás haciendo-.
Sila seguía aferrada al
brazo de Jean y a pesar de su apariencia fría resultó ser bastante amigable
-En ese caso también puedes
llamarme por mi nombre-.
-Mmm-.
-Oye Jean, ya que conoces
nuestras identidades, ¿Por qué no nos dices la tuya?-.
-No entiendo la pregunta-.
-No te hagas el tonto, como
una ninfa de la oscuridad, puedo sentir un terrible poder dentro de ti, como si
viera el abismo-.
-Soy humano-.
-Estoy segura que mientes-.
-No miento realmente nací
como humano, aunque a decir verdad mi linaje es algo problemático-.
-Me encantaría escuchar más
de eso-.
-Mis ancestros sobre todo
los hombres de la familia tomaron como esposas
a mujeres de otras razas muchas más veces que a mujeres humanas, así que técnicamente
no soy un humano puro-.
- Tal parece que eran
bastante liberales-.
-Yo más bien pienso que no
discriminaban entre razas-.
-¿Y tú heredaste esa
característica?-.
Sila intentó hacer que Jean
se apenara. Pero él contrario a sus expectativas, volteó a verla y puso su mano
libre en la barbilla de la bella señorita y acercó su rostro lentamente al de
ella, el cuerpo de Sila quedó rígido y sin poder moverse, en el último momento
antes de que sus labios se tocaran, Jean desvió su rostro para que quedará a
lado de la oreja de la señorita y le susurró suavemente.
-¿Realmente te gustaría
conocer la respuesta a eso?-.
Esta era su venganza por
espiarle mientras se bañaba, está de más decir que Jean era una persona
realmente vengativa.
Del cuerpo de la doncella salió vapor en grandes
cantidades, con su rostro lleno de vergüenza, ella lo empujó.
Cuando la doncella logró
recuperarse Jean le hizo una pregunta.
-Sila ¿Qué lograste ver
mientras me bañaba?-.
-¡No
vi nada!-.
Sila respondió indignada.
Jean estaba preocupado pues
estaba seguro que ella había visto el tatuaje de Le Morte.
-Por favor dí la verdad-.
-Bueno… supongo que tienes
lo tuyo… ¡No es que yo haya visto a otros hombres desnudos antes! ¡No me
malentiendas!-.
Ahora era el turno de Jean
de apenarse.
-¡No me refiero a eso!-.
Viendo el rostro apenado de
Jean, Sila decidió contraatacar.
-Oh ¿Te refieres al tatuaje
de la Isla Le Morte?-.
-(Rayos, esta mujer lo vio)-.
Jean solo podía lamentar
haber bajado la guardia.
-Por favor Sila, no le digas
a nadie de eso-.
Con la sonrisa de una
villana de quinta Sila decidió presionar a Jean.
-Jeje, ¿y que ganaré por
mantener la boca cerrada?-.
-Si está en mi poder te
concederé cualquier cosa-.
Sila hizo un gesto como si
realmente lo estuviera pensando detenidamente. Después de unos momentos abrió
sus delicados labios.
-En ese caso se mi novio-.
Jean recibió una bomba
nuclear. Por unos instantes no sabía que decir.
-¡Como demonios llegaste a esa
conclusión! ¡Qué clase de demanda es esa!-.
-Tómalo o déjalo. Tú
decides. Si te conviertes en mi novio no diré nada-.
Jean comenzó a repasar sus
opciones, la primera era acceder a sus demandas, la segunda era deshacerse de
ella, obviamente la última opción estaba fuera de discusión.
Al verlo en este estado Sila
preocupada de que rechazara su petición añadió.
-Obviamente como hombre que
eres, dejaré que tengas otras mujeres, pero debes recordar que yo seré la
principal. Además si por alguna razón me pones los cuernos con un hombre te
asesinaré-.
Los ojos de Sila se apagaron
cuando dijo la última frase. El hecho de que su anterior novio la haya dejado
por un hombre era una herida que dejó una gran cicatriz.
-(¡Maldición! ¡Por qué los
dioses me odian! ¡Por qué tengo tan mala suerte con las mujeres! ¡Apenas han
pasado unas dos horas desde que salí del último problema y ya estoy metido en
otro!)-.
Sila impaciente apresuró a
Jean.
-Entonces ¿Cuál es tu
respuesta?-.
-¿Podrías darme algo de
tiempo para pensarlo?-.
-No-.
-¿Por qué no?-.
-El amor no espera a nadie-.
-Pero ¿por qué yo?-.
-Porque siento que eres el
indicado-.
Sila respondió con firmeza,
sin dejar que ninguno de sus pensamientos pudiera ser descifrado a partir de su
rostro.
La verdad es que ella no
estaba mintiendo, cuando vio a Jean, ella fue flechada por cupido. Las ninfas
sin importar a que raza pertenezcan comparten una serie de características importantes,
una de estas es que son muy abiertas al amor y se enamoran con facilidad, este carácter
muchas veces les lleva a tristes desilusiones pero nunca se dan por vencidas en
busca de su verdadero amor.
Pero no todo era lindo en ocasiones
se volvían extremadamente obsesivas con el objeto de su afecto, y vigilaban
cada una de sus acciones. En resumen eran acosadoras naturales.
El pobre joven nunca vio
venir esta situación ni en su más salvaje imaginación. Resignado y cabizbajo
dio su respuesta.
-Supongo que podemos darle
una oportunidad-.
-Tu respuesta fue la
indicada Jean a partir de ahora cuidaré de ti en cada aspecto, te aseguro que
no te arrepentirás-.
Sila estaba extremadamente
feliz.
-(¿En cada aspecto? ¡Ya me estoy arrepintiendo!)-.
Jean lloraba en su interior.
Ehehe, en cada as-pec-to xD
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