15 ene 2016

NOX VOLUMEN 3 CAPITULO 10



BUENAS NOCHES, ESPERO QUE ESTÉN BIEN. AQUI TIENEN UN CAPITULO MAS, ESPERO LES AGRADE. EN ESTA OCASIÓN TENGO UNA PETICIÓN QUE HACERLES. POR FAVOR SI ES POSIBLE COMPARTAN ESTA PAGINA CON SUS AMIGOS, PARA QUE PODAMOS CRECER CADA VEZ MAS.







CAPITULO 10




-Ahora que todos estamos reunidos, quisiera presentarles a un nuevo alumno. Él es Jean Nox Crow. Vizconde del Reino de Ignis, Ciudadano Honorario de Ciudad Lux, Héroe de Guerra del País Militar y a veces mercenario-.



El director comenzó a hablar.




Jean mostró una sonrisa amarga en su rostro ante esta presentación. El director sabía muchas cosas sobre él pues lo estuvo espiando un buen tiempo antes de ser descubierto.




Todos los miembros que estaban sentados a la mesa, solo lo miraron fijamente.  El joven se sintió incomodo Pero no había nada que pudiera hacer más que saludar a sus nuevos compañeros.



-Buenas noches-.



-No es necesario que seas tan timido Jean Nox. Comenzaré a nombrarte a tus compañeros. A Wolvi Licaon y Zinn Pert ya los conoces, ya que también son alumnos de primer año. La señorita que está sentada enfrente de ti es Sila Voc, y ese joven que casi llega al techo es  Serp Tur-.



-Director, esas son falsas acusaciones. Yo solo mido 2.3 metros, estoy muy lejos del techo-.



Serp parecía muy sensible con respecto a su altura, Jean de alguna forma podía comprenderlo, pero su caso era lo contrario, él tenía poca altura comparado con un joven de su edad.



-Vamos Serp no le tomes tanta importancia, algún día encontrarás a una señorita que te acepte-.



-Aghh-.



Por alguna razón cuando Serp escuchó las palabras del director, cayó en depresión y desesperación, escondiendo su rostro entre sus manos y la mesa, el color abandonó su cuerpo.




Al parecer había sido rechazado por alguna señorita debido a su altura y eso dejó una marca en su corazón.



Jean usó todas sus fuerzas para evitar reírse. Solo Sila Voc no tuvo el tacto suficiente y se soltó a reír.



-¡No te rías Sila, recuerda que tu anterior novio te dejó…por un hombre!-.



Serp Tur arremetió verbalmente contra su compañera.



Sila quedó petrificada en su asiento.



-¡Vamos jóvenes! No hay por que recordar ese tipo de cosas en la cena-.



El director Rooscu puso la situación bajo control.



-Hay dos personas más que me gustaría presentar pero en este momento se encuentran muy ocupados. Así que tendremos que esperar en otra ocasión. Bien, ya que todo está listo, podemos empezar a comer-.



Encima de la mesa había todo tipo de manjares, desde platillos bellamente decorados hasta los más simples.



Lentamente comenzaron a devorar los alimentos.



Pasado un tiempo Serp Tur se levantó de su asiento y se dirigió a Jean.



-Hey nuevo, ¿Tienes algún problema conmigo? ¿Por qué no has dejado de verme?-.



Jean inconscientemente tenía un ojo en esta persona.



-Lo siento Serp Tur, no fue mi intención. Es que es muy raro ver a una medusa hombre, eres el segundo que tengo el gusto de conocer. Pero si se trata de mujeres he conocido muchas-.



-¿Ah?-.



El alto joven intentó decir algo pero su boca solo se movía de arriba abajo sin articular un sonido.



Los demás detuvieron sus acciones.



-Jean Nox Crow ¿Cómo sabes eso?-.



La que preguntó con un tono serio fue Sila Voc.



-Lo siento ¿Era algo que no debí decir?-.          



-No diría eso, todos aquí lo sabemos, pero ¿Cómo lo descubriste?-.



-El aura que emana es inconfundible, además pude ver sus pupilas reptilianas a través de su conjuro de ilusión-.



-Ya veo, mi disfraz fue muy débil. Es como dices Nox, soy de la raza de las medusas-.



Serp volvió a sentarse y solo dijo unas cuantas palabras para admitir su identidad.




-Nox, ¿Puedes decirme que soy yo?-.



Sila quería ver hasta donde llegaban las habilidades de reconocimiento de su compañero.



-No estoy seguro probablemente vienes del Linaje de las ninfas de la oscuridad, pero si tuviera que elegir a cual rama, pienso que eres una “Dama de la noche”-.



Jean respondió mientras se llevaba un bocado de pan a la boca.



Sila realmente no pensaba que pudieran ver a través de ella, pero Jean pudo fácilmente.



-Vaya, vaya. Veo que tus habilidades son verdaderas. En ese caso me imagino que ya has descubierto la identidad de Wolvi-.



Jean volteó a ver a Wolvi Licaon, pero ella por alguna razón ladeó su cabeza hacia un lado evitandolo. El joven se dio cuenta que entre este grupo de personas todos conocían las identidades de los otros, así que no tenía nada de malo que respondiera esa pregunta.



-Ella es una mujer lobo, por supuesto-.



Por fin Wolvi reaccionó.



-¿Desde cuándo lo sabías?-.



-Desde la primera vez que nos conocimos-.            



-Ya veo-.



Wolvi se perdió en sus pensamientos.



-Señorita Sila Voc, ahora me toca a mí preguntar-.



-Adelante pregúntame lo que quieras-.



-¿Usted fue la persona que me estaba espiando mientras me bañaba?-.



Ante estas palabras todos los presentes que habían comenzado a beber, no pudieron mantener el contenido en sus bocas. Sin falta las otras cinco personas observaban fijamente a Sila cuyo pálido rostro había obtenido algo de color.



-Jajaja, Comencé a espiarte pero no sabía que te estabas bañando e inmediatamente me detuve-.



Ante las miradas acusadoras de todos, ella añadió.



-¡Juro que es la verdad!-.



El director Rooscu observaba todo esto en silencio, pero por dentro se estaba divirtiendo bastante.



La única persona que no le encontraba la gracia a ninguna de las acciones de Jean, era Zinn Pert.



Terminada la cena, Jean habló en privado con el Director Rooscu, este le entregó una llave hecha de hierro y le informó que la Academia Shade tenía su propia entrada a los laberintos.



Sin perder tiempo Jean se dirigió hacia ese lugar, pues se pasaría la noche patrullando el lugar.



Al llegar a la inmensa puerta de entrada, uso la llave, la abrió y cuando se disponía a adentrarse más allá, fue interrumpido.



-¿Vas a dar un paseo nocturno? ¡Que coincidencia! Yo también tengo esa costumbre. ¿Te importaría que te acompañara?-.



Sila Voc  apareció a unos metros de distancia.



-Señorita Voc, tengo que atender mis propios asuntos, si no le molesta que no pueda ponerle atención, no veo porque no podamos entrar juntos-.



-En ese caso no perdamos tiempo-.




La joven doncella tomó a Jean de un brazo y lo arrastró hacia los laberintos.



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Leil Rewn se encontraba patrullando los laberintos acompañada por su tropa de caballeros, su misión era atrapar a ciertos criminales. La última vez había fracasado así que su orgullo la motivaba a no fallar nuevamente.



Dividió a su tropa en tres pequeños grupos y los envío en direcciones distintas, ya llevaban varios días sin obtener resultados. Desde la pasada ocasión con las aves de Estínfalo el grupo criminal se había vuelto más cuidadoso.



En su bolso Leil llevaba una corona dorada que emitía un tenue brillo. Esa misma mañana había ido a ver como se encontraba Jean Nox Crow, la profesora Seyd le había dicho que él ya se había recuperado pero debido a cierta situación tuvo que ir fuera de la Academia del Sol.




Su intención era darle la corona, pues ella había llegado a la conclusión que era él quién la merecía por su participación en esa batalla. Este tesoro podía concederle a cualquier persona una increíble habilidad. Una corona de bronce podría valer unos cuantos miles de monedas de oro, una de plata diez miles, y una de oro cientos de miles, en una subasta su precio podría ascender hasta cerca de un millón.



Cuanto antes pudiera deshacerse de ella mejor, pues no quería que la tentación le ganara y terminara haciendo algo indigno.



-Líder, uno de nuestros hombres ha descubierto a un pequeño grupo de hombres que actúan de manera sospechosa-.



Saliendo de sus pensamientos Leil Rewn regresó al cumplimiento de su deber.



-Ya saben que hacer, iremos inmediatamente. Esta vez no dejaremos que escapen-.



Con esas palabras el grupo se puso en marcha.




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-Jean ¿Te puedo llamar Jean?-.



-Ya lo estás haciendo-.



Sila seguía aferrada al brazo de Jean y a pesar de su apariencia fría resultó ser bastante amigable



-En ese caso también puedes llamarme por mi nombre-.



-Mmm-.



-Oye Jean, ya que conoces nuestras identidades, ¿Por qué no nos dices la tuya?-.



-No entiendo la pregunta-.



-No te hagas el tonto, como una ninfa de la oscuridad, puedo sentir un terrible poder dentro de ti, como si viera el abismo-.



-Soy humano-.



-Estoy segura que mientes-.



-No miento realmente nací como humano, aunque a decir verdad mi linaje es algo problemático-.



-Me encantaría escuchar más de eso-.



-Mis ancestros sobre todo los hombres  de la familia tomaron como esposas a mujeres de otras razas muchas más veces que a mujeres humanas, así que técnicamente no soy un humano puro-.



- Tal parece que eran bastante liberales-.



-Yo más bien pienso que no discriminaban entre razas-.



-¿Y tú heredaste esa característica?-.



Sila intentó hacer que Jean se apenara. Pero él contrario a sus expectativas, volteó a verla y puso su mano libre en la barbilla de la bella señorita y acercó su rostro lentamente al de ella, el cuerpo de Sila quedó rígido y sin poder moverse, en el último momento antes de que sus labios se tocaran, Jean desvió su rostro para que quedará a lado de la oreja de la señorita y le susurró suavemente.



-¿Realmente te gustaría conocer la respuesta a eso?-.



Esta era su venganza por espiarle mientras se bañaba, está de más decir que Jean era una persona realmente vengativa. 


Del cuerpo de la doncella salió vapor en grandes cantidades, con su rostro lleno de vergüenza, ella lo empujó.



Cuando la doncella logró recuperarse Jean le hizo una pregunta.



-Sila ¿Qué lograste ver mientras me bañaba?-.



-¡No vi nada!-.                               



Sila respondió indignada.



Jean estaba preocupado pues estaba seguro que ella había visto el tatuaje de Le Morte.



-Por favor dí la verdad-.



-Bueno… supongo que tienes lo tuyo… ¡No es que yo haya visto a otros hombres desnudos antes! ¡No me malentiendas!-.



Ahora era el turno de Jean de apenarse.



-¡No me refiero a eso!-.



Viendo el rostro apenado de Jean, Sila decidió contraatacar.



-Oh ¿Te refieres al tatuaje de la Isla Le Morte?-.



-(Rayos, esta mujer lo vio)-.



Jean solo podía lamentar haber bajado la guardia.



-Por favor Sila, no le digas a nadie de eso-.



Con la sonrisa de una villana de quinta Sila decidió presionar a Jean.



-Jeje, ¿y que ganaré por mantener la boca cerrada?-.



-Si está en mi poder te concederé cualquier cosa-.



Sila hizo un gesto como si realmente lo estuviera pensando detenidamente. Después de unos momentos abrió sus delicados labios.



-En ese caso se mi novio-.



Jean recibió una bomba nuclear. Por unos instantes no sabía que decir.



-¡Como demonios llegaste a esa conclusión! ¡Qué clase de demanda es esa!-.



-Tómalo o déjalo. Tú decides. Si te conviertes en mi novio no diré nada-.



Jean comenzó a repasar sus opciones, la primera era acceder a sus demandas, la segunda era deshacerse de ella, obviamente la última opción estaba fuera de discusión.




Al verlo en este estado Sila preocupada de que rechazara su petición añadió.



-Obviamente como hombre que eres, dejaré que tengas otras mujeres, pero debes recordar que yo seré la principal. Además si por alguna razón me pones los cuernos con un hombre te asesinaré-.




Los ojos de Sila se apagaron cuando dijo la última frase. El hecho de que su anterior novio la haya dejado por un hombre era una herida que dejó una gran cicatriz.



-(¡Maldición! ¡Por qué los dioses me odian! ¡Por qué tengo tan mala suerte con las mujeres! ¡Apenas han pasado unas dos horas desde que salí del último problema y ya estoy metido en otro!)-.



Sila impaciente apresuró a Jean.



-Entonces ¿Cuál es tu respuesta?-.



-¿Podrías darme algo de tiempo para pensarlo?-.



-No-.



-¿Por qué no?-.



-El amor no espera a nadie-.



-Pero ¿por qué yo?-.



-Porque siento que eres el indicado-.



Sila respondió con firmeza, sin dejar que ninguno de sus pensamientos pudiera ser descifrado a partir de su rostro.




La verdad es que ella no estaba mintiendo, cuando vio a Jean, ella fue flechada por cupido. Las ninfas sin importar a que raza pertenezcan comparten una serie de características importantes, una de estas es que son muy abiertas al amor y se enamoran con facilidad, este carácter muchas veces les lleva a tristes desilusiones pero nunca se dan por vencidas en busca de su verdadero amor.



Pero no todo era lindo en ocasiones se volvían extremadamente obsesivas con el objeto de su afecto, y vigilaban cada una de sus acciones. En resumen eran acosadoras naturales.



El pobre joven nunca vio venir esta situación ni en su más salvaje imaginación. Resignado y cabizbajo dio su respuesta.



-Supongo que podemos darle una oportunidad-.



-Tu respuesta fue la indicada Jean a partir de ahora cuidaré de ti en cada aspecto, te aseguro que no te arrepentirás-.



Sila estaba extremadamente feliz.



-(¿En cada aspecto? ¡Ya me estoy arrepintiendo!)-.



Jean lloraba en su interior.



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