Corvus regresó lentamente hacia las murallas sin dejar de mostrarle a Dakrol los dedos medios de ambas manos. La reina Vriana Carm, al igual que el resto de Duques solo le dirigieron una mirada de asombro, ciertamente estaban sorprendidos con él por haber anulado el ataque de Dakrol pero lo que mas les sorprendió fue el hecho de que se atreviera ha insultarlo en frente de tantas personas.
-Tal parece que Dakrol quería iniciar de forma impactante, él sabe que en cuanto a números y equipamiento, nuestro ejército le supera. Su alteza creo que lo mejor será que yo combata contra él, mientras más tiempo ganemos, la victoria estará mas cerca.
-Ya que tiene la confianza Lord Corvus, no dudaré de usted. En ese caso es hora de comenzar la batalla.
Con una señal de la reina, los cuernos de guerra resonaron, el ejército aliado corrió en estampida hacia el enemigo, en cuestión de minutos ambas fuerzas chocaron. Al inicio ambas fuerzas parecían estar equilibradas pero como dijo Corvus, las tropas aliadas armadas con armas mágicas de plata eran mas letales en sus ataques.
Porveso envío a romper la linea defensiva a sus poderosos gólems de roca pero estos fueron bloqueados por el Ogro de dos cabezas y sus subordinados.
Manios, enfurecido por la humillación a la que fue sometido por Corvus y Blake, montado en una pesadilla, una bestia mágica similar a un caballo enorme de color negro negro y que exhalaba fuego, cabalgó seguido de su ejercito de bestias hacia el centro de la batalla. La variedad y la ferocidad de sus monstruos era suficiente para infundir miedo en cualquier ser vivo, lamentablemente para el duque, los muertos vivientes no temían en absoluto. Los reyes y reynas esqueleto le ordenaron a sus tropas confrontar a las bestias, deteniéndolas en seco.
Por su parte el Duque Bizzard comandaba a la alianza formada por criaturas inteligentes de diversas razas, ghouls, orcos, goblins, hombres lagarto, harpías superiores. Él había logrado convencerles de unírseles en su causa por segunda vez.
El resto de vampiros y guerreros sombra recibían ordenes directas de Dakrol.
Tras pasadas las primeras horas, el vampiro ancestral Dakrol se impacientó, él había considerado que con él liderando el ataque ganarían abrumadoramente, sin embargo las acciones de Corvus habían bloqueado sus acciones. Irritado el antiguo vampiro, atacó por segunda vez, en esta ocasión se puso pie, abrió sus brazos y de su cuerpo surgieron una gran cantidad de murciélagos que volaron hacia los soldados de la reina.
Corvus que estaba vigilando con paciencia, imitó las acciones de Dakrol, de su cuerpo una gran cantidad de cuervos blancos brotaron y volaron hacia los murciélagos interceptando sus ataques, los graznidos mágicos de los cuervos, lastimaban los sensibles oídos de los murciélagos aturdiéndolos, momento que los cuervos aprovechaban para desgarrar a sus oponentes.
Por tercera vez el antiguo vampiro probó su suerte, invocó un gran contingente de guerreros de sombra y les ordenó usar su furtivo ataque especial, que consistía en poder aparecer desde las sombras de sus enemigos y atacarles por la espalda. Esta táctica logró tomar la vida de cientos de soldados desprevenidos pero pronto Corvus ideó una solución.
Como respuesta Corvus invocó espectros y les dio la orden de entrar en las sombras de sus aliados, bloqueando exitosamente la estrategia sucia y furtiva del enemigo.
Dándose cuenta que todos sus ataques serían bloqueados, el vampiro ancestral dejó la comodidad de su asiento y voló hacia el cielo, Corvus hizo lo mismo, y en menos de un minuto se encontraron frente a frente.
-Saludos. Yo soy el poderoso y honorable Dakrol "El oscuro", ¿Tú, quién eres?.
-Mi nombre es Corvus, un don nadie, sin títulos o linaje.
-Pues bien Corvus, si quieres vivir deja este campo de batalla inmediatamente. Antes de que me ponga serio. No creas que por bloquear algunos de mis ataques ya estás al nivel de un vampiro ancestral.
-Distinguido Dakrol, que coincidencia yo también aún no me he puesto serio. ¿Por qué no me deja experimentar el verdadero poder de un ancestral?
-Mocoso creído sin experiencia. Si eso quieres te dejaré experimentar el verdadero terror. Te arrepentirás de haberme desafiado.
Una poderosa y opresiva oscuridad surgió del cuerpo de Dakrol. Las tropas aliadas y enemigas se detuvieron un instante al sentir su temible aura, el efecto era mayor en los vampiros ya que reconocían instintivamente a un miembro superior de su especie.
Corvus no se inmuto ni mostró miedo en su lugar liberó su poder, fuego blanco y tétrico como el hueso surgió de todo su cuerpo, su aura era agresiva y ardiente no perdiendo ante el poder de su oponente. Tanto aliados como enemigos mostraron confusión por un instante ya que experimentaron la misma sensación de temor y reverencia que sintieron con Dakrol.
-Muy bien ¿Por qué no comenzamos?
Con esa pregunta "Jean" atacó a Dakrol con una una guadaña de fuego blanco, el viejo vampiro bloqueó el ataque con su propia guadaña de oscuridad.
Las tropas en tierra salieron de su trance y reanudaron el combate. Las cenizas y la sangre teñían cada vez más los campos de batalla con cada minuto que pasaba.
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Ya que el líder enemigo había entrado en batalla, la reyna Vriana decidió igualmente presentarse en primera linea para subir la moral de sus tropas. Carmil, Juve, Blake, Aliska, Zulcos y Ortrax le siguieron de cerca.
A medida que se extendía la batalla se hacía evidente la ventaja del ejército real sobre el ejército traidor. Los aliados comenzaron a vislumbrar la victoria, y los enemigos notaron su desventaja, sin embargo mientras Dakrol continuara peleando existía la oportunidad de revertir la desventaja con facilidad.
La reina y aliados, conscientes de su situación sabían que debían diezmar al enemigo y luego auxiliar a Corvus, aunque Corvus era un vampiro hábil y poderoso eventualmente no podría seguirle el paso a un vampiro ancestral.
Juve y Blake decidieron tomar la iniciativa de eliminar a los generales enemigos, ambas eligieron como su presa al duque Manios. Blake bloqueó el camino del duque y de un poderoso golpe mató a la montura equina, Manios salió volando y aterrizó dando vueltas en el suelo.
El duque se puso de pie y miró con ferocidad a Blake.
-¿Y tú quién se supone que eres?.
Manios enfurecido al ver muerta a su montura preguntó mientras miraba con ira a Blake.
-Querido duque ¿Acaso no me reconoces?
-¡¿Por qué debería reconocerte, pequeña perra?!
-Deberías reconocerme porque me tuviste apresada durante años. Yo soy la dragona negra que te atravesó el pecho. Debiste dejarte morir Maníos así ya no tendrías que sufrir.
-¡Maldita! ¡Así que eres tú! Los cielos me sonríen, te volveré a encadenar y esta vez será para siempre.
-Ni en tus mejores sueños vampiro.
Manios preparó su látigo mágico y lo manipuló hábilmente atacando sin descanso pero fallando cada una de sus agresiones.
-Conozco muy bien tus movimientos de látigo, vampiro, yo misma los experimenté en mi propia carne muchas veces pero ahora el látigo ya no me provoca miedo, solo ira.
Blake no esquivó el ultimo ataque de su oponente, en su lugar atrapó el látigo con una mano y lo jaló hacia ella, arrastrando a Manios en su dirección, cuando estuvo bajo su alcance le dio un puñetazo en el estomago con su mano libre. El rostro del duque se contorsionó exageradamente por el dolor provocado, su cuerpo salió volando dejando una profunda marca de arrastre por el suelo. A continuación la dragona usó el látigo para llenar de heridas el cuerpo de Manios.
-Parece que los papeles han cambiado vampiro. ¡Esto es muy divertido! ¡Ahora comprendo porque te gustaba latiguearme hasta el cansancio!
Mientras la dragona satisfacía su venganza, Juve mantenía a raya a las bestias mágicas que querían auxiliar a Maníos.
Siguiendo el ejemplo de Blake y Juve, Ortrax y Zulcos atacaron al Duque Bizzard.
-Bizzard ¿Cómo terminaste así? Siempre pensé que eras mas inteligente que esto.
-Deja los sermones Ortrax, solo estoy haciendo lo necesario para sobrevivir.
-¿Y crees que sobrevivirás?. Preguntó Zulcos entrometiéndose en la conversación.
-Eso espero Duque Zulcos, aunque ahora no estoy muy seguro del desenlace de esta situación pero ya es demasiado tarde para arrepentirse.
El duque Bizzard miró hacia el cielo oscuro donde Dakrol y Corvus peleaban en igualdad de condiciones tras lo cual de su cuerpo emanó una especie de niebla helada que redujo la visión de sus oponentes.
Zulcos apretó sus puños cubiertos con guanteletes de diamante mientras Ortrax levantó su sable listo para cortar a su oponente.
Al mismo tiempo Vriana Carm, Carmil y Aliska se abrían paso poco a poco hasta donde estaba Porveso, sintiendo el peligro el padre de las trillizas le dio ordenes a sus mayores creaciones para que apuraran el paso.
En el horizonte repentinamente se pudo divisar la figura de de gólems colosales de roca 12 en total, cada uno de sus pasos hacia temblar la tierra. Apenas entraron al campo de batalla, recogieron con sus manos grandes rocas del suelo y las arrojaron con violencia, al caer cada roca tomaba la vida de decenas de soldados aliados.
Los reyes y reinas esqueleto, así como el ogro de dos cabezas decidieron intervenir y lo lograron tomando las ballestas gigantes de asedio y contratacando, las poderosas y gigantescas flechas, causaban un gran sonido al chocar contra los cuerpos de los seres de piedra, desafortunadamente los reyes y reinas esqueleto mas el ogro de dos cabezas eran en total ocho y los gólems gigantes doce, así que había 4 colosos libres lanzando destrucción por doquier. Si continuaban sin ser detenidos causarían grandes bajas.
Mientras la reyna Vriana pensaba en como detenerlos, desde la puerta principal del palacio el sonido mecánico de engranajes acompañado de pasos pesados pudo ser escuchado. Los ingenieros subordinados de Aliska por fin pudieron reparar y poner en funcionamiento los 4 gólems mecánicos antiguos de su taller, lo primero que hicieron las criaturas fue buscar objetivos prioritarios, inmediatamente eligieron como presa a los cuatro colosos libres.
Una ráfaga de proyectiles mágicos cayó sobre los cuatro colosos, la fuerza de las explosiones fue suficiente para derribarlos, al caer las creaciones de Porveso aplastaron a cientos de sus aliados, transformándolos en una plasta de carne y cenizas. Sin desperdiciar la abertura, los reyes y reinas esqueleto y el ogro de dos cabezas aumentaron la ferocidad de sus ataques para acabar con su respectivo blanco.
Tras un arduo esfuerzo, Vriana, Aliska y Carmil por fin pudieron ponerse de frente a Porveso. La reyna detuvo su carroza de guerra y se bajó para hablar con el duque.
-Ríndete Porveso. Incluso tus hijas tuvieron la sensatez de entregarse voluntariamente, ellas reconocen que has perdido el control.
-¿De qué estás hablando? ¿Cómo que mis hijas se han entregado?.
Porveso parecía completamente confundido al escuchar las noticias.
-Así que no sabías.
-¡Contéstame!.
-Tus hijas están bajo mi poder Porveso, ahora mismo ellas se encuentran en el castillo.
-¡Si te atreves a tocarles un solo cabello, te asesinaré de la peor forma!
-Descuida Porveso, yo no soy como tú, yo tengo honor. Ya que tus hijas reconocieron tu mal obrar y se entregaron antes de iniciar esta batalla he decidido perdonar sus vidas, sin embargo no se lo que les depare el futuro una vez que tú no estés.
Las trillizas escaparon de su castillo con ayuda de Corvus, dejando señuelos que tomaron sus lugares, además la red de espías de la facción extremista ya estaba bajo el control total de Corvus, el cual les ordenó no informar nada de ellas entregándose voluntariamente a la reyna.
-¡Devuélveme a mis hijas!
Porveso cubrió su cuerpo con una armadura de roca roja y se armó con una lanza del mismo material, un segundo mas tarde cargó contra la reyna con desesperación y locura en sus ojos. Él no estaba dispuesto a perder a sus amadas hijas tal y como perdió a su esposa.
La lanza de piedra del duque chocó con la punta de la lanza mágica de diamante de la reyna.
Carmil y Aliska intentaron atacar los costados descubiertos del duque pero lanzas de piedra surgieron del suelo protegiéndolo.
Graxx por el cap
ResponderEliminarTanks
ResponderEliminarveamos el malvado plan de corvus
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