Se escuchó en las gradas un grito que provenía de Tetsuki
gritando el nombre de su amigo.
Yuls con miedo de morir con fuerza cerró los ojos,
esperando la muerte que le aguardaba, pero nunca llego, en su interior se podía
escuchar los latidos acelerados de su corazón, Yuls decidió abrir los ojos, al
abrirlos se encontraba Heiden frente de
él apuntando su espada hacia el cuello inmóvil con una longitud de un corte
mortal listo para matarlo.
-¡Aaaah! (grito exaltado) con miedo y a la vez con
asombro, al mirar a su alrededor se podía observar que las personas estaban
estáticos, en el cielo los pájaros estaban suspendidos en el aire al igual que
las hojas de árboles que eran llevada por el viento, también se podía ver las
expresiones de las personas aterrorizadas por la masacre que estaba realizando
Heiden.
-¿pero qué está pasando?- se preguntó Yuls a sí mismo.
De las gradas se ve un hombre, se levanta y se dirige a
la salida mientras que esquiva a las personas inmóviles.
Yuls nervioso se acercó a las gradas desde la arena de
combate y sin saber de lo que estaba pasando en su entorno, vio al hombre que
no se le podía ver el rostro y con temor en su voz le hizo una pregunta.
-¡Hey! ¿P-porque somos los únicos que nos podemos mover?
El hombre ignorando la pregunta de Yuls siguió caminando
hacia la salida, extrañamente por cada paso que el daba a la salida, poco a
poco las personas se empezaron a mover
regresando a la normalidad.
-“ahora, todos se están moviendo lentamente”- pensó Yuls
-¡Yuuuuuls! Se escuchó en las gradas del coliseo era de
Tetsuki que grito el nombre de su amigo de infancia preocupado que lo mataran.
Al salir el hombre del coliseo las personas recuperaron
la agilidad. Heiden sorprendido que Yuls desapareciera delante de sus ojos al
igual que Tetsuki y sus amigos de la academia.
-¿Qué? ¿En dónde te has metido? Dijo Heiden Con sed de
sangre.
Heiden endemoniado y sin nadie que lo detuviera también
sin darle importancia de buscar a yuls para matarlo, dio un salto de la arena
de combate, hacia las gradas donde se encontraba los ciudadanos, poco a poco iba matando a las personas degollándolos o atravesando su
espada en los cráneos, cada vez que el asesinaba su locura aumentaba, el pánico
en las gradas era demasiado grande.
Se podía observar las mujeres llorando por las pérdidas
de sus familiares, se podía observar a lo lejos un niño llorando al lado del
cadáver de su madre y la cabeza del cadáver en las manos del niño.
Rápidamente la reacción del director fue capturar o matar
a Heiden con los maestros acompañándolo, rodeando a Heiden mientras que Yuls
estaba en una esquina desmayado.
Heiden tomo una pose extraña moviendo la cabeza hacia el
lado izquierdo relajando los brazos, mirando fijamente al director mientras
sacaba la legua dejándola caer. Con las manos cubiertas de sangre, se la pasaba
por la cara recorriendo su cuello con una satisfacción en su rostro por cada
muerte que ha provocado.
La sensación que Heiden sentía en esos momentos, era una
adrenalina que corría por su cuerpo al sostener la espada Berserke con ganas de
ver correr sangre y una voz que le decía que matara.
Una vos de mujer se escuchaba en la cabeza de Heiden. -Quiiiierooo
¡sangre!
El director desenvaino su espada de su funda al igual que
los maestros.
-Hasta aquí has llegado- Te condeno a muerto por los
asesinatos que has provocado- Dijo Frenético el director
-Jajajaja,( se rio a carcajada y fuertemente ) ni todos
los habitantes de la ciudad pueden vencerme Ahora- Respondió Heiden con una vos
y una expresión de locura.
En el momento que Heiden intento degollar a los maestros
y al director se interpuso una sombra de un hombre defendiendo el ataque con
una espada negra sin forma, que apareció de la nada, ni Heiden ni el director
pudieron ver de dónde ha salido, al verlo. El hombre era blanco con una
cabellera larga, color negro al igual que sus ojos, teniendo una capucha como
capa con una camisa verde que le llegaba hasta la muñeca ya que hay portaba en
su muñeca derecha un brazalete y en su mano estaba su espada sin forma.
Pero qué demonios ¿Quién eres tú? Pregunto Heiden.
-¿yo?, pues me conocen con varios nombres pero el más
divulgado es Abadon, soy unos de los primeros elegidos-
En su cuello portaba un frasco que en él tenía un líquido
rojo, sin pensarlo se quitó el frasco lazándolo al aire y rompiendo con su mano
derecha, dejando escurrir el líquido por
su mano llegando al brazalete.
De pronto su espada empezó a tonarse más oscura, más
negra, acerco su boca a la espada susurrándole algunas palabras.
-Por el poder que me ha sido otorgado por los ángeles te
ordeno espada legendaria que me brindes tu poder- se escuchaba en los murmuro
de Abadon
Al susurrar esa oración, Abadon empezó a emitir un aura y
un gran poder que era visible al ojo humano
el aura era igual que el de Heiden.
Se liberó un combate extraordinario que las habilidades
eran similares de pronto Abadon se alejó dejando un gran espacio entre él y
Heiden.
-No eres tan malo-,-pero me has aburrido, peleemos en
otra ocasión-. Dijo Abadon
-No me hagas reír, si solo estoy calentando- respondió
Heiden
-¡Pero que estás haciendo Abadon!, mátalo no lo dejes que
este hay libre haciendo y deshaciendo lo que le dé la gana- se escuchó en
grito, era el director que quería que Heiden pagara pos sus actos.
Abadon comenzó a cortar el aire con su espada negra, pero
lo hacía con un fin, en el aire se estaba dibujando un pentagrama y al terminar
el pentagrama introdujo su espada en el suelo penetrando la tierra, en ese
momento la tierra empezó a temblar haciendo que algunas personas cayeran a la
arena de combate, las sombras de los objetos y de las personas se empezaron a
hacer más grandes y más densas, hasta que se colocó todo el suelo con una
oscuridad muy fuerte.
Las sombras de los objetos y las personas, empezaron a hacerse
más grandes y más densas, hasta que todas las sombras se unieron y se colocó el
suelo con una oscuridad muy concentrada.
Con un pestañeo de Heiden ya Abadon estaba detrás de él,
desde muy lejos se podía observar que los labios de Abadon se movían, como si
el, le dijera algo, Heiden Alterado al escuchar esas palabras trato de moverse,
de alejarse tan rápido como podía pero las sombras no lo dejaron. Todos los que
estaban presenciando esta pelea estaban atónicos del gran poder que poseían los
elegidos de las espadas legendarias, Heiden empezó a hundirse poco a poco hasta
que las sombras se lo trago. Al desaparecer el cuerpo de Heiden las sombras
volvieron a la normalidad
No se sentía un cansancio en, ni siquiera una gota de
sudor o algún rasguño en su cuerpo o ropa, es como si Abadon lo ha hecho mil,
no cien mil veces, pero lo cierto es que ese día la ciudad de Aixion sufrió una
gran pérdida de personas el ambiente era muy triste, y en la mirada del
director se podía ver la rabia que sentía al ser tan impotente sobre las
personas legendarias.
En otra parte Yuls aún estaba desmayado con la atención de
los médicos que llegaron para llevarse a
las personas heridas incluyendo a yuls.
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