Capítulo 22
Lo que paso en la cima
Todo resulto bien. Los Half ya están de mi lado.
Luego de que mi plan diera frutos y que los invasores
abandonaran Galia, decidí que era tiempo de irme, pero era necesario hablar una
vez más con Gara'kat.
Está vez fui solo, le dije a mi guardia que ya todo estaba
solucionado y que se merecían un descanso y que si podían perder tiempo
cuidándome, considerando que los Half no habían mostrado hostilidad, podían
usarlo mejor en entrenar a Ryuuji.
Por supuesto que no escale la montaña por mí mismo, no
volveré a pasar por esa tortura. Al estar solo, pude darle la señal al Harp que
me estuvo vigilando todo el tiempo, de modo que me llevo al nido rápidamente.
Se me entumecieron un poco los hombros de donde me sujeto, pero esa fue la
única incomodidad.
Una vez arriba, Gara'kat y los demás me recibieron como a
una estrella. Estaban algo dudosos cuando les conté como pensaba detener el
ataque a Galia, pero luego de verlo se sorprendieron muchísimo.
"Sabía que eras un sujeto increíble, pero nunca pensé
que tanto" dijo Gara'kat.
Ren aún me miraba con recelo, pero le llevé un presente que
desvió su mirada de mi, después de todo, se supone que subir y bajar debe tomar
alrededor de dos días, lo que significa que debía comer y preferí invitarla a
comer comida humana conmigo que probar la cocina de los Harp.
Además, fue una forma de apelar a ella. Su apariencia es
algo así como la de un ángel, pero visto de otro punto de vista, a diferencia
de los Harp, puede pasar por humana con la ropa apropiada. Significa que podría
acompañarme sin levantar sospechas, su canto puede resultar muy útil para
desperdiciarlo.
En nuestro primer encuentro, le hice saber a Gara'kat que
pensaba en un futuro mejor para su tribu.
No mostró gran sorpresa, después de todo, los músculos de su
rostro debían haberse cansado de tantas sorpresas.
Por otro lado, Ren sí que actuó de manera exagerada.
"¿¡Qué te hace pensar que necesitamos tu ayuda!?"
dijo, dejándome en claro que mis sospechas eran ciertas.
Debo asegurarme de que no suelte información así de fácil
cuando este conmigo. No es como si fuera a haber muchos que entiendan lo que
dice, pero es mejor estar preparado.
Fui directo con ellos. Su tribu llevaba algunos siglos en la
montaña Galia, pero su número era de unas pocas docenas, incluyendo mujeres,
niños y ancianos. Su capacidad de reproducción no debería ser muy distinta a la
humana, por lo que eso me llevo a la conclusión de que no estaban prosperando.
"Después de todo, estamos muy limitados aquí".
Esas palabras de Gara'kat me recordó a lo que dijo en
nuestro primer encuentro.
◆◇◆◇
"Creo entender su plan, señor Argent, pero no estoy muy
seguro de que resulte. Personalmente, preferiría no poner en peligro mortal a
un aliado de las tribus del cielo luego de apenas conocerlo, pero respetaré su
decisión. Por supuesto, me encargaré de que algunos de mis mejores hombres
estén vigilándolo siempre, en caso de que las cosas salgan mal".
"No esperaba menos de usted, en realidad iba a pedirle
lo mismo, me gustaría que uno de ellos me recogiera al darle una señal, por si
el comandante enemigo no cumple con su parte del acuerdo, o si ni siquiera
piensa en dejarme hablar".
"No se me ocurre pensar en cuan tonto sería si dejará
que un hombre tan valioso como usted muriera a manos de un sujeto que ni
siquiera se digna a escuchar su honorable propuesta".
"Muchas gracias, más tarde les daré detalles a sus
hombres para que todo salga bien. Antes de irme, quisiera escuchar la historia
de la que habló antes".
"Que así sea".
Hace generaciones, cuando el tatarabuelo de Gara'kat era un
niño, su tribu fue desplazada de las fértiles tierras donde habitaban, por
causa de una tribu de <<Raptores>> que llegaron al lugar huyendo de
los humanos, que se extendían a lo largo y ancho del continente.
Los Harp son veloces voladores y agiles luchadores. Pero no
podían competir con los Raptores, que poseían unas escamas lo suficientemente
duras como para que no pudieran penetrarlas las garras de los Harp. Y en
cuestión de fuerza bruta, bueno, los raptores los aplastaban llanamente.
Para evitar pérdidas innecesarias, el jefe de tribu de aquel
entonces decidió que era mejor huir y buscar otro lugar para vivir. Era una
buena decisión, el problema era que su tribu no fue la única desplazada. Otras
varias tribus también, por lo que tuvieron que seguir huyendo hacia el este,
hasta que finalmente llegaron a las montañas de la orilla continental.
En el lugar, se encontraron con otras cuatro tribus del
cielo que habían llegado antes. Por lo que tuvieron que recurrir al área a la
que ninguna de las otras tribus quería acercarse, la montaña habitada por
humanos.
No es como si no hubieran podido pelear con las otras tribus
por un lugar más privilegiado. Pero se trataban de tribus del cielo hermanas
que habían llegado antes que ellos. Luego de ver como su gente había sido
desplazada de sus hogares y su especie puesta en peligro, no podían ver a sus
hermanos matarse entre ellos por un territorio un poco
mejor. Además ya estaban cansados de tanto huir.
Cuando anidaron en el descanso más alto de la montaña, se
encontraban temerosos de que en cualquier momento los humanos de la montaña
fueran a expulsarlos. Tal vez no serian exterminados, ya que podían volar, pero
si tenían que huir incluso de allí, su tribu moriría antes de encontrar otro
lugar.
Para su sorpresa, no fueron atacados y su tribu pudo superar
los tiempos difíciles subsistiendo en la montaña y evitando tanto como podían
volar por donde los humanos pudieran verlos.
Pasaron unos años y el tatarabuelo de Gara'kat se volvió un
formidable guerrero Harp. Ese mismo gran guerrero fue el primero en notar la
presencia de un humano que se dirigía a su nido.
Cualquier otro habría derribado al humano antes de que
llegara al nido y comprobará que se habían asentado allí. Varios de la tribu
decían que no habían sido atacados debido a esto, ya que los Harp vuelan y los
humanos no, no podían saber si estaban en esa o en otra montaña, ya que apenas
se habían dejado ver cuando llegaron a aquel lugar.
Pero el ancestro de Gara'kat pensaba diferente. El humano no
les había hecho nada aun y según podía ver, su única arma era una espada, que
no era apropiada para atacar a los miembros de una tribu del cielo. No podía
matar a un inocente, y la verdad, no pensó que les fuera a causar daño.
"Contra todo lo que pensaba la tribu, mi ancestro no
creía que el humano fuera a traerles la ruina, por lo que hizo lo impensable,
se presentó ante él. Que sorpresa se llevo al ser saludado en Haldan por el
humano".
El humano no solo hablaba Haldan, sino que sabía
perfectamente que la tribu se encontraba en la montaña de Galia. Pero nunca
hicieron nada contra ellos, por lo que los humanos respondieron con lo mismo.
Finalmente la curiosidad superó al hombre y decidió ir a hablar con los Half
como si fueran vecinos.
"Cuando supo esto, mi ancestro desobedeció las ordenes
y llevo al humano al nido, y se interpuso entre él y aquellos que quisieron
deshacerse de él".
Cuando estuvieron arriba, el humano fue conducido a la
fogata del jefe, donde el ancestro de Gara'kat pidió una audiencia. El anciano
jefe se la concedió luego de ver la determinación en los ojos de su leal
guerrero.
Los resultados fueron los siguientes: El hombre les ofreció
continuar con la paz que habían tenido en los últimos años. Les dijo que clase
de lugar era Galia, por lo que era improbable que cualquier otra fuerza externa
fuera a atacar el lugar. Por esta razón el hombre, que representaba a Galia en
el momento, pensó que era mejor tener una relación pacifica. Les aseguro que
mientras él viviera, ningún humano les atacaría.
"Naturalmente, las palabras del hombre no fueron
recibidas sin sospechas, pero mi ancestro confiaba en él, sus mejores instintos
le decían que aquel humano era distinto a los que habían iniciado el éxodo de
los Half en el continente al apoderarse de sus tierras".
Como era evidente que los humanos ya sabían de ellos, no
había diferencia entre matar al hombre o no. Por lo que el jefe de la tribu
siguió el consejo de su fiel hombre y dejo ir al humano en paz.
"Los años pasaron y las palabras del humano resultaron
ciertas, jamás fueron invadidos de nuevo. Mi ancestro no podía reprimir sus
sentimientos, así que con el tiempo, volaba más y más cerca de la ciudad
humana, hasta que aquel hombre volvió a escalar la montaña para encontrarse con
él".
El hombre aun sentía curiosidad por la tribu, pero como
muestra de respeto no se había vuelto a acercar. Pero sintiendo que el ancestro
de Gara'kat quería decirle algo, se arriesgo a subir la montaña una vez más.
Cuando comenzó a hacerlo el Harp que conoció años antes fue a su encuentro de
inmediato.
"Mi ancestro y el hombre comenzaron a hablar con
regularidad. Se volvieron amigos y compartían historias, saberes y risas".
El tatarabuelo de Gara'kat le enseño Harpiano al hombre, que
mostraba una gran capacidad para aprender. Cuando aprendió lo suficiente, pidió
a su amigo que le dejara hablar con el jefe de su tribu una vez más.
No hace falta decir que esta vez, los Harp no lo recibieron
con el mismo odio que la primera vez, pero aun mostraban sospechas al verlo
volver a su nido.
El humano se presento por segunda vez al jefe de la tribu,
esta vez en Harpiano, sorprendiendo a todos los presentes.
"¿Tú le enseñaste?" dijo el jefe de tribu a su
guerrero, que asintió sin dudar.
El humano se sentía agradecido por las enseñanzas y la
confianza del ancestro de Gara'kat, por lo que en pago y como muestra de su
amistad, compartió con ellos algo que sabía. Existía un material fuerte y
ligero que podía usarse para hacer armas y armaduras para las tribus del cielo.
Era tan ligero que les permitiría seguir volando normalmente, pero lo
suficientemente fuerte como para resistir el acero, aun en capaz finas. El
hombre les presentó entonces una moneda de 5 colores. Un obsequio de amistad.
Todos en la tribu se sorprendieron al escuchar de semejante
cosa. Todos menos el anciano jefe de tribu, quien comenzó a reír
estrepitosamente.
"Con esto ya no tengo dudas. Este hombre
definitivamente es un aliado de las tribus del cielo. Tal como dijiste hace
años".
El anciano jefe compartió una historia del pasado con la
tribu y con el hombre. Durante la era de grandes guerras, conocida por el
hombre como la época de la leyenda. Los Harp y los humanos combatieron juntos
al enemigo que asolaba el mundo. Se contaban historias de tribus del cielo que
usaban armas y armaduras, y seguían volando grácilmente.
Si las tribus del cielo, que cuentan con una agilidad
superior y la habilidad para volar, tuvieran además armas y armaduras que no
les estorbaran, serian una fuerza temible. Pero el metal de 5 colores es
extremadamente raro, y en el mundo luego de la época de la leyenda, los únicos
capaces de obtenerlo son los humanos. Que un humano ofrezca algo tan valioso y
peligroso a una tribu del cielo, no deja dudas de su sinceridad como un aliado.
"El anciano jefe entonces nombró a mi ancestro como su
sucesor, debido a su logró y su capacidad de ver más allá del odio entre Harps
y humanos".
◆◇◆◇
En esa historia, se hizo evidente que la montaña de Galia
era el único sitio seguro para ellos, pero también significaba que no podían
salir y los recursos que pueden obtenerse sin interferir con los humanos es
limitado. Por lo que si bien la tribu no corre peligro de desaparecer, tampoco
prospera.
Por eso les dije que pensaba adquirir un territorio donde
pudieran vivir y prosperar. Como un Aristoi (con recursos limitados) no es
imposible para mí.
En este segundo encuentro, les conté más respecto a ese
plan. Pero resultaría necesario mantener siempre la comunicación con la tribu y
ellos deberían cooperar conmigo en todo. Durante la cena de esa noche, les dije
que Ren era capaz de caminar a mi lado como si fuera humana sin levantar
sospechas.
Normalmente no disfruto de las tonterías, pero incluso yo
reí sinceramente con la reacción de Ren. No fue solo el rostro que puso al
escucharme, o la comida que escupió al hacerlo, sino esa expresión tan deprimida
que tuvo mientras miraba con ojos vacios la una vez deliciosa comida que había
escupido. Con sus ojos clavados a la comida en el suelo, no tuvo fuerzas para
responder. Ni siquiera cuando Gara'kat me dio la razón.
Debido a esto, la deje ser un tiempo antes de decirle que
viniendo conmigo comería cosas mejores todos los días. ¿Por qué acabar rápido
con la diversión? Incluso Gara'kat y el resto de la tribu disfrutó el momento.
Es bueno fortalecer los lazos con tonterías como estas, probablemente algunos
de ellos ya sienten el deseo de protegerme por sí mismos, y no solo por las
órdenes o el deber de cuidar de un aliado de la tribu.
En el futuro el canto de Ren será muy útil, así que no hay
problema en consentirla de vez en cuando, pero también debo recordarle quien
manda constantemente.
Ah, sí. Por si se preguntan porque su canto no funcionó
conmigo, bueno. Es un ataque mental y si bien Ren tiene un elevado 53 en mente,
simplemente no es rival para los bonos especiales de mi traje del amo del
comercio. Con Mente +100 y Resistencia
a los efectos negativos.
Si piensas que un ataque mental funcionara en alguien con
más del doble en esa estadística que el atacante, están soñando.
Sorpresa, lo resistí por tener mayor estadística que ella.
Luego de la cena, al día siguiente Gara'kat me mostró una
piedra con unos extraños grabados.
<<La prueba de la
alianza entre nosotros
—-Gara'kat>>
Cuando me la entrego, saque de mi bolsa de objetos una pluma
y tinta y puse mi nombre junto al suyo.
"Así que también sabes leer y escribir Harpiano"
dijo.
Bueno, esto es gracias a <<Comercio sin
fronteras>>. Pero no es una habilidad perfecta. Lamentablemente no puedo
escribir en cualquier idioma.
El efecto de traducción es perfecto, puedo leer lo que sea,
pero si escribo algo, las formas dibujadas por mi mano no cambian para
adaptarse al idioma del lector. Esta es la debilidad de la traducción
omnipotente, no es más que traducción, no altera las figuras en el papel... o
en este caso la piedra, igual solo es una firma así que no importa.
Tengo la teoría de que es justo porque solo necesito leer y
firmar, que la habilidad no afecta la lectura, pero probablemente no pueda
hacer algo tan sorprendente como cambiar de lugar las partículas de tinta para
que formen la escritura de cualquier idioma que desee.
Y es en esto exactamente en lo que he estado pensando este
último día. Necesitaré de alguien que escriba por mí, pero sin hacer evidente
que no puedo escribir, después de todo, sería raro si puedo leer pero no
escribir. Necesito una secretaria, o más bien, un asistente, alguien que no
cuestionaría que nunca me ponga a escribir. Ya tengo a alguien en mente, solo
necesito encontrar el momento para pedírselo.
◆◇◆◇
"¡S-S-Señor Argent!"
Hablando del rey de Roma.
"¿Mm? ¿Qué ocurre Zera?"
El joven Zera siempre ha sido tímido, pero hoy está actuando
con un exceso de nerviosismo, tengo curiosidad por saber que va a decirme. Si
estoy en lo correcto, creo que ya tengo a mi asistente.
"P-Por favor, ¡déjeme acompañarlo!
¡¡Argent-sama!!"
"¿Sama?"
¿Eh? Estás lleno de sorpresas, ¿qué hace un honorifico
japonés como ese aquí y ahora?
"¿Sama?"
¿Eh? ¿No tiene idea de lo que acaba de decir? ... No, no es
eso. Para empezar, yo no escucho lo que dice, sino lo que la traducción
automática juzga que quiere decirme. En otras palabras, Zera se refirió a mí
con tanta admiración y respeto, que la traducción automática busco una forma de
expresarlo que yo pudiera entender.
Vaya, Zera. Pensar que tu admiración por mi podría superar
semejante barrera y sería capaz de obligar a <<Comercio sin
fronteras>> a buscar una forma de traducirlo en palabras.
"E-Entonces, ¿qué dice?"
Jaja, para un sirviente que muestra una devoción a mi capaz
de alterar la traducción automática, no cabe duda de que me serás útil.
"Estaba por pedirte lo mismo. ¿Zera, me acompañarás en
mi viaje hacia el descubrimiento y la gloria?"
"¡¡¡¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII¡¡¡¡¡¡¡"
"Muy bien, está decidido. Por cierto, déjame
presentarla, nos acompañará en el viaje, ella es Ren".
Dando lugar para que Ren pasara al frente. Dejo a Zera y los
demás posar sus ojos en ella. Aunque el sobretodo que le di para ocultar sus
alas y plumas no deja ver mucha piel, su figura es la de una modelo y sus finas
facciones faciales pueden encantar a un hombre sin necesidad de oír su canto.
Solo miren a Zera, quedo en Shock al ver su belleza, no me importa que te
lleves bien con ella, bueno, si puedes.
"Eh...."
La sonrisa que puso cuando le dije que podía acompañarme se
endureció en el rostro de Zera, mientras su mirada estaba fija en Ren. Aquí
tenemos a otro más con reacciones interesantes.
Muchas gracias
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