Mi nombre es Rei Sakurazaka, tengo 17 años y estudio el segundo año de secundaria. Mis notas están en el promedio, al igual que mis habilidades físicas, no soy un chico que destaque entre los demás… ¿a quién quiero engañar? ¡No soy el protagonista de un manga!
Hay que corregir este guión, veamos… empecemos de nuevo...
Mi nombre es Rei Sakurazaka, tengo 17 años, y estudio el segundo año de secundaria. Soy un chico que no pasa inadvertido en el salón de clases. Tengo amigos, suficientes amigos para no ser considerado alguien poco sociable, he participado en varios torneos de fútbol escolar y mis notas son el reflejo de mis ganas de ingresar a una de las mejores universidades de Tokio. Aunque, llevaba una pacífica vida hasta que conocí a una chica, si, una chica algo especial…
Lo recuerdo como si fuera ayer, ella estaba en mi habitación, desnuda, llevaba orejas y cola de gato —poco tiempo después descubrí que no era algún complemento de cosplay—, aquella chica-gato estaba mirándome con una expresión de vergüenza y rabia mezclados, era comprensible hasta cierto punto ya que ella estaba encima de mí, en una posición que podía dar lugar a cualquier clase de malentendido. Estaba una situación tan confusa e inimaginable… como si la escena hubiera salido de algún manga de comedia ecchi. Si, es una situación tan cliché que ya podía imaginarme los eventos posteriores; sin embargo, no era así con la causa detrás de esta extraña transformación.
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