Capítulo 20
¿Sorprendidos?
¿Cuándo creen que fue?
El momento en que comenzó mi plan...
¿Luego de descubrir a los infiltrados en Galia?
No. Ya sospechaba de eso, verlos solo confirmo mis temores.
¿Tal vez Cuando llegaron Ryuuji y su escolta?
Tampoco, aunque fuera ilustrativo.
¿Fue cuando me enteré de la toma de Galatea. El día que
conocí al director?
No. Ese día tal vez formé mi plan final, incluyendo el
ataque de Iren. Pero el plan comenzó mucho antes.
¿Fue quizá cuando conseguí toda esa información en la
biblioteca de la academia?
No. Para empezar uno de los motivos de buscar esa
información era para poder llevar a cabo mi plan.
Si tuviera que buscar el momento en que nació mi plan, sería
tras mi primer noche en Galia, luego de hablar con el cantinero.
Desde mis primeros días en Galia, cuestione mi propia
seguridad. La gente en Galia tal vez tenía armas, pero era alegre y confiada.
Una de las razones de que descubriera las intenciones de Iren rápidamente fue
que yo mismo ya había pensado lo mismo. Galia podía ser tomada si suficiente
gente se infiltraba.
Podía suceder de a poco. Luego de un tiempo, entrando de a
uno o dos, fácilmente entrarían suficientes personas. O podría ocurrir algo que
permitiese a muchos ingresar a la vez. Ser refugiados de un pueblo vecino
pidiendo asilo era uno de los métodos que pensé en aquel momento.
Incluir a Iren no era fácil, de hecho era lo más arriesgado,
debía ponerme a mí mismo en peligro. Sin embargo tendría el resultado deseado
con mayor posibilidad de éxito de entre la docena de planes que tuve durante mi
primer conversación con el director.
Por supuesto, no podía ejecutar mi plan sin antes priorizar
mi propia seguridad. Los Half resultaron una buena opción en eso. Si en
cualquier momento algo salía mal y era necesario huir para salvar mi vida, podía
hacerlo.
También podría salvar a Ryuuji, ya que me asegure de que
estuviera en un área apartada de la ciudad. Personalmente, la mejor opción era
salvarlos a todos, ya que podrían resultar muy útiles y tendrían buenas
impresiones mías, y Zera ha sido un excelente siervo, pero convencerlo de que
era necesario dejar a los demás, sería más molesto que benéfico.. Ryuuji ni
siquiera necesitaría saber el destino de sus guardias.
Si ocurre lo peor, todos los demás son prescindibles.
Incluso si no conseguía la ayuda de los Half, si fuera yo
solo, podía huir usando el ala delta que había entre los artefactos de la
academia.
Según la información que obtuve de los libros. La gente de
Iren tiene un gran sentido del honor. Pero a su vez discriminan abiertamente a
los débiles e inferiores. Solo los fuertes importan.
Me encontré entonces con que menosprecian incluso a los
nobles, con la excepción de los de Iren y los Aristoi. Esa era una ventaja.
Debía asegurarme de no ser menospreciado, de otra forma mi
oferta no sería tomada en cuenta y las negociaciones serian imposibles.
Mis habilidades de actuación son impecables, pero debía
cubrir un aspecto algo nuevo para mí. Debía parecer fuerte y poderoso. Por eso
encargue que se me fabricaran dos armaduras.
La armadura dorada serviría, tanto para ser muy llamativo y
así asegurarme de que los guardias en las torres de vigilancia me notaran y
recordaran, como para aparentar que mi fuerza era descomunal.
La clave en todo esto, es que nadie fuera de los cercanos a
mi sabían de mi bolsa de objetos, incluso ellos desconocen su capacidad. Aquí
tuvo gran importancia que la información de la academia dejara de filtrarse,
por suerte lo conseguí al hacer que todos residieran en la cueva.
Las armaduras debían aparentar ser increíblemente lujosas, y
ostentosas, así como formidables. Pero una solo sería apariencia y de hecho
estaría hecha de materiales ligeros bañados en una capa fina de oro. La otra
estaría hecha de oro puro, para hacerla extremadamente pesada.
Cuando llegue al forjador y le entregue una pequeña montaña
de monedas de oro me costó evitar que se desmayara. Por un momento se quejó de
que derretir monedas estaba prohibido, aunque decirle que mi pago seria tantas
de esas monedas como pudieran caber en sus dos manos lo convenció al acto.
Durante mi travesía bajando y subiendo la montaña use la
armadura falsa. Una vez arriba, antes de que el comandante nos diera alcance (aquí
ayudo la inclinación de la montaña), guardé la armadura falsa en mi bolsa de
objetos y saqué la real, entonces la dejé en el piso y se la ofrecí como regalo.
Woala! Falsa súper fuerza.
Debo decir que fue importante conseguir todo ese mineral
explosivo. Cuando me enteré de que era volátil y que podía explotar, supe que
podría lograrlo. Antes de eso pensaba simplemente quemar la academia y tratar
de que los químicos de los laboratorios causaran la explosión, aunque dudo que
fuera una tan potente.
Aunque al principio me preguntaba como haría que explotara
en el momento exacto, contar con los Half voladores fue de gran ayuda. Mientras
todos veían hacia la arena, arregle que uno de ellos fuera a la academia y
comenzara el fuego que provocaría la explosión. Con la ayuda de la sirena
podrían hipnotizar al guardia si es que no había dejado su puesto para verme
pelear.
Era muy importante que la explosión ocurriera en el momento
preciso, así que de antemano le pedí a Zera que fuera la que anunciara el
inicio del combate y que esperara a mi señal para hacerlo. Cuando vi que los
Half salían volando de la academia supe que era el momento.
Sin la explosión, hubieran podido descubrir mi truco.
Las "Lanzas" eran en realidad simples palos de
madera con goma en las puntas. Obviamente no iba a ponerme a pelear contra
alguien con un arma de verdad, eso podría matarme. Aunque un golpe con eso
pudiera doler, no creo que me lastimara gravemente.
Utilice la goma que fabricaba la maquina negra a la que Zera
llamó Kalasta.
Fue una de las tantas cosas que encargué a los artesanos de
la ciudad, junto con las tarimas y los reflectores para colocar el mineral
lumínico. De forma que no hubieran mayores sospechas sobre el origen de la
explosión.
Hacer que Zera las entregara aumentaría la credibilidad, ya
que es tímido y sin dudas se pondría nervioso, haría parecer que tenía miedo de tocar la goma de las lanzas.
Y era importante que no fueran armas, ya que mi habilidad
<<Lo que es mío, es mío>> No funciona en equipamiento.
Cuando ocurrió la explosión. La lanza de juguete que le
"presté" a Jemur regresó a su dueño en el mismo momento en que yo lo
quise.
¿Sorprendidos?
Estoy seguro que ese engreído soldado lo estaba. Desde que
hablé la primera vez con él, supe que era un egocéntrico con aires de
superioridad, sin duda no rechazaría cualquier pedido de "igualdad"
que le hiciera. Había perdido antes de comenzar.
Esto es algo que nadie más sabe, y no necesitan saberlo.
Aquellos que creen que la fuerza puede vencer a la
inteligencia... viven engañados en su ignorancia. Este mundo, como la tierra,
es el mundo de los listos. Para empezar, el humano no está ni cerca de ser la
especie más fuerte, menos aun en este mundo. Pero de todas formas es la raza
dominante.
Inteligencia y creatividad, así como manejo de la
información. Estas son las armas de los que no tenemos fuerza.
La inteligencia creó los artefactos resguardados en la
academia. Que seguramente era algo que los de Iren querían. Por lo que era
importante que creyeran que fueron destruidos.
El director sacó los artefactos pequeños mucho antes de la
explosión. Lo que no sabe, es que yo saqué el resto de los artefactos, así como
los libros de las bibliotecas. Después de todo, son muy valiosos para perderse.
Desde la primera vez que tuve acceso a la biblioteca
interior, me di cuenta de que la información de esos libros era valiosa, especialmente
porque los libros estaban cubiertos de tanto polvo, que sin duda no habían sido
leídos en décadas, tal vez más.
Pasé muchos días y noches leyéndolos, pero aun con mi
velocidad de lectura, eran demasiados. Así que comencé a guardarlos en mi bolsa
de objetos, aquellos que resultarían obvios los reemplazaba con libros que
compraba en la biblioteca abierta al público, de modo de ganar tiempo. Como
ambas bibliotecas se quemaron y la cueva se derrumbó, no quedan pruebas de mis
actos.
Este sin dudas es un pago apropiado por salvar la ciudad.
Estos artefactos y los libros me serán muy útiles para
escalar a la cima de este mundo. Pero para lograr eso, necesito salir de Galia,
no puedo cumplir mi objetivo desde una ciudad remota como esta. Mi siguiente
objetivo es Jagheb, al parecer el reino más civilizado por está área. El
cantinero habló maravillas de su ciudad capital y de la avanzada tecnología que
posee... debo tenerla.
En cuanto a Galia. Bueno, tal vez consigan hacer funcionar
la academia nuevamente. Pero que Iren no los vaya a atacar, no cambia el hecho
de que están aislados.
En una situación de aislamiento como esta, el dinero es la
comida, todas esas monedas que les he dado como pago a las personas de Galia,
perderá su valor cuando se den cuenta de que no pueden comerciar.
En ese momento, los que tendrán el poder serán los que
proveen la comida, y no querrán venderla por piezas de metal que no pueden
comer ni gastar.
El mercado interno de Galia colapsará, de entre los primeros
negocios en caer, estarán las tiendas de armas, ya que no habiendo enemigos y
ya poseyendo todos una que otra arma para defenderse, no necesitarán nuevas a
corto plazo.
Tal vez no habría mayores problemas si tuvieran un líder
fuerte, pero ese alcalde inservible que no tuvo ningún papel en nada de esto,
incapaz de reconocer las debilidades de una ciudad fortaleza, y sin poder hacer
nada más que mirarme pelear. No hay forma de que logre evitar el caos.
Probablemente muchos morirán, pero cuando su número se
reduzca y las cosas se calmen, estarán bien, ya que la ciudad se autoabastece.
Claro que ya no tendrá esperanzas de progresar. Pero eso no me afecta, desde el
principio sabía que debía irme de esta ciudad estancada en el tiempo.
Solo espero que los académicos sobrevivan a todo eso, y
sigan trabajando para mi, pagando su deuda de gratitud. De vez en cuando
enviaré a un Harp para monitorear sus progresos y reclamar los avances que
hagan en mi nombre. Si logran hacer algo de valor, además de lo que ya he
tomado, en ese momento les recompensaré por su esfuerzo.
Nota del autor: Y con esto queda resuelto el asunto de la invasión y "El Plan" de Argent. Personalmente creo que en este punto, queda establecido el personaje. Aún quedan 3 capítulos para terminar el primer arco, pero funcionarán como una especie de epílogo, así que no esperen más acción hasta el proximo arco, el cual tendrá mucho más movimiento.
¿Realmente pensaron que Argent iba a arriesgar su vida solo para salvar a la gente de Galia?
ERA OBVIO Q HABIA ALGUN TRUCO DETRAS AUNQ LA VERDAD ESKE ME ESPERABA Q FUERAN LANZAS VENENOSOS
ResponderEliminarGracias por el cap y que gran estafador
ResponderEliminarEse Argent cada ves me cae mejor y mejor.
ResponderEliminarMuy bien jugado. Ahora a esperar el final de este arco y prepararnos para los siguientes.
ResponderEliminarCreo que en "Utilice la goma que fabricaba la maquina negra que a la que Zera llamó Kalasta" sobra un "que"
ResponderEliminarHabía notado eso, pero olvidé corregirlo, gracias por recordarmelo. También agregue un salto de linea para destacar más el "¿Sorprendidos?"
EliminarPd. Pronto el resto de los caps del arco.