Hello, les dejo el capítulo 2 con esperanzas de que les guste.
Capítulo 2. Estoy orgullosa de
ti, te has convertido todo un hombre.
Los siguientes tres meses la
abuela le enseñó a Seni a usar magia, aunque tristemente resultó que el talento
que tenía él era apenas la media tirando a mediocre sin embargo fue suficiente
para aprobar el examen de ingreso a una academia recién fundada. El plan
trazado era que Seni se infiltraría en el Walpurgisnacht iniciando desde abajo
subiendo de rango poco a poco hasta lograr una posición estratégica, la lógica
que usó fue que el Walpurgisnacht nunca esperaría que el último hombre que era
libre de usar magia estuviera enfrente de ellos, “Ocultar un árbol en el
bosque” esa frase parecía explicar la situación, la abuela al inicio se negó
pero Seni logró convencerla. Mientras él se encontraba en la boca del lobo su
abuela juró que se encargaría de reunir los remanentes de Utopía y volverla más
fuerte que nunca.
Hoy era el primer día de clase,
ellos se encontraban frente al camino que daba a la entrada del colegio, esta sería
la última que se verían por mucho tiempo, Su abuela le abrazó y le dio sus
buenos deseos.
-Seni, estoy orgullosa de ti, te
has convertido en todo un hombre-.
-¿Te estás burlando de mí,
verdad?-.
Seni Sor, o mejor dicho Inés Ros,
estaba vestido con el uniforme femenino de su nuevo colegio, conformado por una
camisa blanca, una falda larga y chaleco largo, así como un moño de color
negro. Usando una poción su cabello corto ahora se había vuelto largo, y
después de un poco de maquillaje el hombre que era desapareció sin dejar
rastro. Esto fue algo que era inevitable, las escuelas de magia eran solo para
mujeres, si él fuera abiertamente a ir a estudiar como un hombre el
Walpurgishnacht lo mataría, no quedaba más que hacerse pasar por mujer, ser
descubierto era igual a la muerte. A pesar de saberlo Seni quería llorar,
incluso tuvo que depilarse hasta quedar lampiño todo para verse lo más femenino
posible eso sin tomar en cuenta el curso que le dio su abuela sobre las
mujeres. Un anillo mágico que volvía su voz aguda también ayudaba.
-Buena broma de doble sentido ¿No
crees?-.
-Me duele pero tengo que
admitirlo, fue buena-.
-Seni cuídate, si tienes un
problema ya sabes cómo contactarte conmigo. Tú eres nuestra esperanza-.
-No moriré, no tengo derecho a
hacerlo. No te preocupes actuaré los más afeminado posible para poder demostrar mi
valor como hombre-.
-Ese juego de palabras también
estuvo bien, heredaste algo de mí después de todo, dejémoslo en empate-.
Con risas los dos terminaron su
despedida, Inés atravesó el umbral de su nuevo colegio y hogar, caminando por
la calle principal a cada lado de la cual había arboles altos y opresivos y en
la base de ellos había calabazas gigantes, detrás de las cuales de cuando en
cuando se asomaban extrañas criaturas, tras avanzar unos metros vio en la rama
de un árbol un hermoso gato con el
pelaje negro como la misma noche, su belleza le hechizó y sin querer se le
escaparon unas cuantas palabras que cambiarían su destino.
-…Qué precioso gatito…-
El gato negro que estaba durmiendo
en una rama abrió los ojos, se estiró y bajó del árbol. Con pequeños pasos se
acercó a Inés.
-¿Dijiste que yo soy un gatito
precioso?-.
Inés se quedó sin palabras, el
gato había hablado.
“¡El gato habló! ¡El gato habló!
¡¿Qué rayos hago?! ¡Espera un momento Seni, este gato debe ser una criatura
mágica! ¡Eso es! ¡Estoy en un colegio de magia! ¡Esto es normal!”
-Te pregunté si dijiste que soy
un gatito precioso-.
-Si eso dije, se me salió sin pensarlo,
tú pelaje es hermoso y es por eso que…-
Seni no pudo terminar de hablar,
el gato la interrumpió.
-Cállate perra, como te atreves a
decirme precioso, yo soy un macho adulto no un niño, soy todo un semental, ni
siquiera te imaginas de lo que soy capaz, si quisiera podría mandarte al
averno, dime ¿Eso te parece precioso? Ni se te acurra contestarme campesina eso
solo fue una pregunta retórica, ahora
suelta toda la comida que traigas o te clavaré mis filosas y largas
garras en un lugar donde nunca te da el sol-.
Seni quedó en shock, apenas tenía
unos minutos iniciando su nueva vida y ya se había metido en graves problemas.
-¿Qué esperas? Suelta todo la
comida o te arrepentirás de haberte metido conmigo, perra-.
Inmediatamente Seni revisó su
bulto y sacó el almuerzo que le había preparado su abuela, que consistía de
pescado, arroz y vegetales, y con gran
dolor se lo dio al aterrador felino.
-Muy bien, muy bien. Ahora
lárgate antes que cambie de opinión-.
Sin dudarlo dos veces Seni corrió
a toda velocidad en dirección hacia su colegio y no se detuvo hasta que llegó a
la recepción.
Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Vanessa Fir Ler Wartell, era una
señorita que nació en una noble y respetable familia de brujas, todas las
mujeres en su familia habían sido grandes de una forma u otra y lo mismo se
esperaba de ella, a los nueve años alcanzó el nivel A, para su edad eso era un
hecho sin precedente. Sin embargo ahora mismo se encontraba totalmente
frustrada luego de seis años de entrenamiento infernal solo logró ascender un
rango. Su meta era alcanzar el nivel Hécate, el máximo honor para una bruja.
Su madre quiso enviarle a la más
antigua academia del reino, pero ella exponiendo argumentos sólidos logró
evitar eso, ella le dijo a su madre que si iba a la academia recién
fundada sería más fácil expandir su
influencia y usarla como la primer escalón para su ascenso, en contraste la
academia de la capital ya había sido corrompida por muchas familias que
ansiaban controlarla, además una de sus hermanas ya se encontraba ahí, así que
bajo el argumento de que sería más productivo conquistar dos castillos en vez
de uno y de esa forma volver a la familia más poderosa Vanesa logró salirse con
la suya, solo una condición puso su madre, en dos años ella debía alcanzar el
rango doble SS.
Mientras caminaba por la vereda
que llevaba hacia a su nuevo colegio algo muy peculiar llamó su atención, un
gato negro, probablemente un familiar mágico, le robó su comida a una joven que
a juzgar por su uniforme también era de primer año. Toda esta escena hizo que
riera descontroladamente sin poder contenerse, era la primera vez en mucho
tiempo que reía tan abierta y naturalmente, para su buena suerte la joven huyó
aterrada a toda velocidad después de entregar su comida o de otra forma ella
pensó que su risa sería tomada como una burla.
Al llegar a la recepción se le
entregaron varios documentos así como la llave de su nueva habitación
compartida, después de presentarse con su compañera de habitación, se dirigió a
su primera clase.
Ahí sentada en un rincón encontró
a la joven de la mañana que se veía triste, a su lado estaba una hermosa
señorita pelirroja que con su varita picaba el hombro de su compañera que
parecía no reaccionar, sabiendo que le había pasado una nueva risa amenazó con
escapársele pero de alguna forma la contuvo. Mientras estaba distraída, la
maestra que impartiría la primera clase entró al salón.
-¡Muy bien señoritas! Tomen
asiento por favor-.
Luego de confirmar que todas se
habían sentado, la profesora continuó hablando.
-A todas les doy la bienvenida a
este el colegio Cucurbita. Si se esfuerzan tendrán un futuro brillante, así que
las motivo para que den todo de sí para llegar a ser mejores. Mi nombre es Nela
Claudin seré su profesora de conjuros defensivos, estoy ansiosa de trabajar con
ustedes-.
La profesora Claudin hizo que
todas se presentaran, diciendo su nombre y rango, durante esta presentación
hubo revuelo en dos ocasiones, la primera fue cuando Vanessa se presentó y la
segunda fue cuando Inés hizo lo suyo, esto se debió a que Vanessa era una bruja
de rango S, ella sin duda era considerada como un genio, pero Inés era de rango E, el más bajo rango.
Apenada Inés se encogió en
su silla intentando evitar la mirada de
todas. Su profesora no tuvo malas intenciones, simplemente quería que se
conocieran todas, había escuchado que unas cuantas señoritas de rango E habían
pasado el examen al mostrar habilidades destacadas en la parte escrita del
examen de admisión, pero no sabía que esa estudiante estaría a su cargo, los
papeles de los estudiantes que estarían a su cargo se le entregaron apenas ayer
y por una u otra cosa ella no pudo revisarlos todos. Eso hizo que se sintiera
mal e inmediatamente actúo para controlar la situación.
-Señoritas por favor
tranquilícense, en mi clase no toleraré que se traten mal las unas a las otras.
Espero que entiendan eso-.
Las señoritas se calmaron un poco pero de cuando en cuando
le dirigían miradas de burla a su compañera.
Después de una hora que se sintió
como una eternidad la clase terminó, después de cada clase se les daba a los estudiantes treinta minutos de receso,
esos fundamentales minutos Seni tenía la intención de usarlos para despejar su
mente, los comentarios que sus nuevas compañeras le dijeron devastaron su
corazón. Además de su abuela, él había tenido poco contacto con las mujeres, y
esas casi inexistentes ocasiones no le habían dejado un bueno sabor de boca, en
su sociedad donde las mujeres ostentaban todo el poder real los hombres eran
tratados como ciudadanos de segunda con derechos limitados.
“Las mujeres son aterradoras”.
Ese era su genuina creencia, exceptuando a su abuela quién lo había críado.
-No debes hacer caso a lo que te
digan, yo ignoro lo que los demás piensan de mí y soy muy feliz-.
La pelirroja que se sentó a lado
de él intentó consolarle. Ella era su nueva compañera de cuarto, Anastasia
Io Ren, una hermosa mujer de una familia
noble su rango era A, cuatro rangos
arriba de lo que él tenía. La impresión que tenía de ella era la de una mujer
de carácter fuerte que seguía sus propias reglas.
-Ya veo, intentaré seguir tu
consejo Ren-.
-Usa mi nombre no mi apellido
cuando te dirijas a mí por favor-.
-Entiendo, gracias Io-.
La media hora le pareció segundos,
pronto la segunda clase comenzó, en esta ocasión la profesora era una mujer
delgada y de avanzada edad con un mirada severa, como si estuviera despreciando
a todo lo que existe.
-Buenos días señoritas, yo soy
Alusia Gellen, una bruja de rango SS, les impartiré la materia de conjuros
ofensivos, deben grabarse en su memoria que yo soy muy severa con mi clase, si
considero que no pueden seguir las expulsaré del salón y ustedes tendrán que
valerse por sí mismas a la hora de los exámenes finales, esto lo digo por
aquellas que tienen un rango bajo y especialmente debe tomar especial atención
cierta persona de este grupo que sabe quién es-.
Ante las amenazadoras palabras de
Gellen todas voltearon a ver a su compañera Inés. Mientras Seni deseaba que la
tierra se lo tragase, la profesora impartió su materia.
Todas las clases programadas para
el primer día habían terminado, Seni se dirigió a la cafetería acompañada por
Io, luego de comprar lo que comería se sentó junto con su compañera en una mesa
libre, pero eso fue una mala idea.
-¿Escuchaste? Ella es una de las
escasas nivel E en la escuela-.
-Sí, no sé cómo es que la dejaron
entrar-.
-Probablemente es de una familia
plebeya-.
-Tienes razón, eso explicaría por
qué tiene un nivel tan bajo-.
Los comentarios malintencionados
de varias señoritas llegaron a sus oídos.
“ ¡No puedo hacer nada, mi abuela
no me enseñó magia hasta hace apenas tres meses! ¡Y mi talento es nulo! ”
Seni quería gritar su
justificación pero obviamente no debía llamar la atención, terminando
rápidamente su almuerzo se dirigió a su dormitorio y se acostó en la cama,
dentro de la habitación se encontraba todo su equipaje, una vez que se hubo
relajado acomodó todas sus pertenencias después se sentó frente a uno de los
dos escritorios que había en el cuarto y de su bolso mágico sacó un grimorio,
uno de tantos que su abuela le había dado, el título de tal libro era “ Teorías
olvidadas de la magia”, frenéticamente buscó ciertas páginas en especial y tras
leerlas cerró el libro, volvió acostarse en su cama y se puso a meditar, el
mana generado y acumulado en su alma comenzó a fluir por todo su cuerpo.
“No tengo tiempo para deprimirme,
la mejor forma de ganarme su respeto es superándome”.
Seni se hundió en su meditación y
solo despertó hasta el día siguiente.
0 comentarios:
Publicar un comentario