22 ago 2016

Otoko wa Nani no Ai wa Rikai sa Remasen, Capitulo 3: Resfriado

Muy buenas a todos, aquí TheEliXZ trayéndoles el tercer capitulo de Otoko wa Nani no Ai wa Rikai sa Remasen.

Capítulo 3
Resfriado
He despertado, ya casi es hora de ir a la escuela, me levanto y me visto, hoy tengo que crear una situación para que Nii-san y Koizumi se encuentren, se me ha ocurrido algo, es bastante sencillo, fingiré olvidarme mi mochila en el salón de clases, le pediré a Nii-san que lo busque, probablemente aceptará, ahí estará Koizumi y luego se confesará.
Un fuerte ruido se escucha desde fuera y azota mi ventana, es un trueno, me asomó por la ventana y veo un cielo grisáceo y nublado, de él caen algunas pequeñas gotas de agua, esta lloviznando, debería llevar un paraguas por si más tarde llegará a llover.  
Antes de salir, tomé algo de dinero que escondo, para pagarle el libro a Senpai, guarde el paraguas en mi mochila y abrí la puerta. No llueve tan fuerte, no abriré el paraguas.
                …
 Llegué a la escuela, estoy todo mojado, empezó a llover a cantaros cuando faltaba medio camino para llegar, pero aun así, no abrí el paraguas. Estrujo mi camisa y empezó a chorrear agua en el piso. 
  -Ah… que desastre.
  -Sora, ¿Por qué estas así de mojado?- Una voz masculina suena detrás de mí.
  -Ah, Nii-san.
Él sonríe, maldición, ese maldito brillo y esa sensación de alegría en tu expresión, me vas a dejar ciego.
  -Pues es obvio, estoy mojado, porque está lloviendo.
  -¿No trajiste paraguas?
  -Tengo uno aquí.- dije señalando mi mochila.
  -¿Por qué no lo usaste?
  -Empezó a llover cuando estaba a mitad del camino de aquí, me dio flojera abrirlo estando tan cerca.
  -Debes cuidarte, te resfriarás.
  -Tú sabes lo resistente que es mi cuerpo, no te preocupes.
  -Es cierto, pero debes cuidarte igualmente, bueno, nos vemos.
  -Nos vemos.
  Él se va con esa radiante sonrisa que tiene pintada en su cara, cuando él se aleja un poco oigo unos pasos suaves detrás de mí, me volteé.
  -Koizumi-sama, ¿Qué sucede?
  -T… Tu… Tu hermano estaba aquí.
Ella estaba sonrojada, con la cabeza agachas y jugando con sus dedos, su voz sonaba un tono más aguda y tartamudeaba.  
  -Ah, sí.
  -¿Me habrá visto?
  -Mmm… no lo creo, el no suele mirar hacia abajo. 
Ella me patea el pie.
  -¡Auch!
  -¡Cállate!
  -Quítate esa maldita costumbre de golpear a la gente, no le gustaras a Nii-san si eres así.
  -No golpeo a la gente, solo a ti.
  -Es igual.
  -¿No habías dicho que todas sus novias te molestaban?
Mierda, se acuerda de eso.
  -Vamos, las clases empezarán, en el almuerzo te contare mi plan.
  -¿Plan?
  -El de hacer que ustedes se encuentren.
  -Cierto.
Nos dirigimos al salón y las clases comenzaron. A la mitad de la primera clase, empecé a sentirme cansado, mis parpados se sentían pesados y mi cuello dolía un poco, recosté la cabeza en mi escritorio y me dormí.
  -¡Hey!    
Un repentino golpe en la cabeza me despierta junto con una voz familiar, al abrir mis ojos me encontré con Koizumi, ella estaba parada al lado de mi escritorio, con las manos en sus caderas, inclinada un poco hacia adelante y con una expresión de enojo.
  -Eh, ¿Qué sucede?
  -Es la hora del almuerzo, levántate y cuéntame tu plan.
  -Ah… el plan, casi me olvido de eso.
  -¡¿Cómo te puedes olvidar de algo tan importante?!
  -Importante para ti, a mí no me interesa.
Me dio un fuerte coscorrón.
  -¡Vamos!
  -Sí, sí.
Cuando estábamos saliendo cruzamos con la chica de la librería, ella estaba a punto de entrar a mi salón, pero se detuvo al verme.
  -Estoy algo ocupado, traje el dinero, luego te lo pago eh… “Libros-Senpai”.- Dije mientras me iba.
  -¡Akasaka!- Protestó inflando sus mejillas.
Llegamos a la cafetería, nos sentamos en la última mesa y yo me compre un pan de melón, ya le di unas cuantas mordidas.
  -De verdad te gusta el pan de melón, ¿Es tan bueno?
  -Es espectacular, muy delicioso, ¿Quieres?
Ofrecí mi pan a ella, puse mis manos sosteniéndolo frente a su cara.
  -Vamos, pruébalo.
  -Esto…
Ella se queda mirando la parte en la que yo mordí y luego se sonroja de repente.
  -¡No!, ¡No quiero hacer esto!, ¡No contigo!- Ella empuja mis manos alejando el pan.
¿A qué se refiere?, ¿No le gusta el pan de melón?, ¿Lo odia tanto como para rechazarlo así?
  -Bien, si no te gusta debiste decirlo.
  -No, si me gusta, pero…
  -Entonces pruébalo, no te contengas.
  -¡No puedo! Es que eso…
  -“¿Eso?”
  -Yo quiero hacer eso solamente con Kawakami-kun.- ¿Sería malo recordarle que también soy Kawakami?
  -¿Qué? ¿Quieres comer del pan de Nii-san? ¿Solamente él te puede ofrecer pan?, ok…
  -Oh, es cierto, tú no entiendes, ahora sé por qué hacías tantas preguntas estúpidas.
¿Preguntas estúpidas?, ¿No entender?, ¿Se refiere al amor?, ¿Compartir pan es un gesto amoroso?, eso de verdad es raro, inentendible, ridículo, y otras cosas más, solo que no se me ocurre nada. 
  -Es raro, ¿Por qué compartir el pan?
  -¿Compartir pan?, no eso no, te lo explicare, morder desde el lugar en el que mordió otra persona es un beso indirecto, no solamente en el pan, mientras pongas tu boca en donde estuvo la boca de la otra persona cuenta como beso indirecto.
  -Ah…
¡Eso es raro!, eso de verdad no lo entiendo.
  -Ahora, cuéntame tu plan.- Dijo ella.
  -Es sencillo, tú te quedarás en el salón después de clases, yo me “Olvidaré” mi mochila y le pediré a Nii-san que me la traiga, el irá, te encontrará, tú lo detienes y te le declaras, asunto resuelto, eso o mi otro plan.
  -¿Otro plan? ¿Cuál?
  -La carta en el casillero, ya lo has intentado, solo que te confundiste, ¿Por qué no lo intentas de nuevo?
  -Porque… bueno, pensé que sería mejor declararme cara a cara, necesito tu ayuda para encontrarnos ya que él nunca está solo y dudo que venga si lo llamo.  
Es cierto, incluso yo que vivo con él lo veo poco, siempre esta fuera, el siempre sale a la escuela y no se separa de sus amigos, cuando las clases terminan va a la casa con sus amigos, vuelve para la cena y luego duerme. Amigos… ¿Cómo será tenerlos?
  -Bien, entonces usaremos el plan “A”.
  -¡Sí!
                …
  Rápidamente las clases acabaron, Koizumi se quedará aquí, yo ya dejaré mi mochila y saldré rápido para encontrarme con Nii-san. Estoy fuera de la escuela, sigue lloviendo muy fuerte así que saqué mi paraguas, puedo escuchar la voz de Nii-san detrás de mí, pero no enriendo que dice.
  -Eh, Sora.- El me habla.
  -Ah, Nii-san ¿Qué sucede?
  -¿Y tú mochila?- Calló.
  -Oh, demonios debí haberla olvidado en el salón ¿La puedes ir a buscar?- Mordí mi labio inferior.
  -¿Tú no puedes ir?
  -Ah… es que alguien me pidió que le ayudara con algo y… es urgente, por favor, busca mi mochila y llévala a casa.
¡Ah!, ¿Qué es esta sensación?, el mentir duele, no debería mentir, pero…
  -Está bien.
  -¿De verdad?, gracias.
  -Bien, chicos, adelántense ya los alcanzo.- Él le dice a sus amigos que están detrás de suyo. 
El corre hacia adentro de la escuela y yo lentamente voy tras él, procuré que no me oiga o vea, pero no era necesario hacer eso, esta tan distraído que no se daría cuenta incluso si lo golpeara. Él llegó, entró al salón 1-B, yo me oculté tras la puerta y empecé a oírlos.
  -Oh, hay alguien aquí, si no me equivoco eres… Koizumi Fumina-san ¿Verdad?
  -¡S-Si!- Ella suena nerviosa.
  -¿Qué haces aquí todavía?
  -A… bueno… yo…
  -No tienes que decírmelo, no quiero entrometerme en tu vida.- Desde aquí se refleja el brillo de su sonrisa.
  -Este…
  -Bueno, nos vemos.
  -¡Espera!
  -¿Eh? ¿Sucede algo?
  -Yo… Este…. Por ti…
Bien, hazlo, dilo.
  -Kawakami-kun, tú me gu…
  -¡Kawakami-san~!- Una voz familiar la interrumpió.
  -¿Qué fue eso?- Dijo Nii-san.
Veo hacia mi izquierda y divisé a, ¿Cómo se llama?... “Libros-Senpai”, ella venia corriendo hacia mí. ¡Mierda!, ¡Haz silencio!, todo se ha arruinado, es mi culpa, dije que luego le pagaría, ella debió tomarlo como “Después de clases”. Yo, corrí antes de que me viera y ella entró al salón 1-B, ¡Mierda! ¡Empeoro!, creo.
  -¡Kawakami-san!
  -¿Me hablas a mí?- Dice Nii-san.
  -Ah, no, buscaba a tu hermano, ¿Lo has visto?
  -Creo que se ha ido, ¿Necesitas algo de él?
  -Me debe dinero.
¡¿Por qué lo dices como una matona de instituto?!
  -Ah… bueno, le diré que te lo dé.
  -Bien.
  -Este… Koizumi-san, nos vemos, ya debo irme.
  -Ah.- La voz de Koizumi suena.
  -Estoy algo apurado, adiós.- Vi a Nii-san salir corriendo con mi mochila.  
 En cuanto él se fue yo entre.
  -Ah, ahí estas.- Dice Libros-Senpai.
  -Ten tu dinero.- Le di el dinero en la mano.
  -Gracias, nos vemos, espero verte pronto en la librería.
  -S… sí.- Ella se fue.
  -Fracasó.
  -¿Eh?
  -Tu plan fracasó, me siento frustrada, necesito golpear algo.
Ahí viene, cerré los ojos y apreté los dientes esperando un golpe.
PAM, un sonido de un fuerte golpe viene detrás de mí, PAM, otra vez. Al abrir mis ojos vi a Koizumi golpeando su cabeza contra la pared.
  -Oye, detente, te lastimarás.- La sujete de los hombros.
  -¡Déjame!- Ella empezó a moverse.
Mirando de cerca su cara note a unas cuantas gotas de sangre en su cabeza que empezaron a caer hasta llegar a sus mejillas.
  -Ves, estas sangrando.
  -¡¿S-S-S-Sangre?!- Ella se ve impactada.
  -¿Le temes a la sangre?
  -¡¿Sangre?!- No respondió.
  -Ven vamos a la enfermería.
La tome del brazo y la llevé a la enfermería, ella se sentó en una cama, no hay enfermera, así que yo le desinfecte la herida, ella se queja un poco del dolor y luego le puse una vendita.
  -Gracias.
  -¿Nos vamos?
  -Sí.
Llegamos a la entrada.
  -No traje paraguas.- Dice ella.
  -Ven, compartiremos el mío.
  -¡¿Eh?! ¡E-E-E-Eso! ¡¿Por qué?!- Su rostro se puso rojo.
  -¿Hay algo de malo?
  -Cierto, el no entiende, todo estará bien.- Ella murmuraba.
Abrí el paraguas y ambos salimos juntos de la escuela, la casa de Koizumi queda a diez minutos más lejos que la mía, así que quiero acompañarla hasta su casa y luego volver a la mía. Estamos frente a mi casa.
  -Bien, seguiré sola desde aquí.
  -¿Segura? Te mojarás, podrías resfriarte. 
  -No te preocupes.
Ella sale corriendo con su mochila sobre su cabeza, no creo que eso la cubra mucho. Entre a mi casa, no hay nada que hacer hasta la cena. El tiempo pasó y ya cené, luego de eso, leí el libro que me dio “Libros-Senpai” desde donde lo dejé y me fui a dormir.
                …
 Me levanté de la cama, me vestí y salí de mi cuarto, al salir me topo con Nii-san, él está caminando por el pasillo frente a las habitaciones.
  -Ah, Sora, buenos días.- El me saluda.
  -Buenos días.
  -Sora, veras… ayer pasó algo extraño.
  -¿Eh? ¿Qué pasó?
  -Bueno… cuando fui a buscar tu mochila había una chica en el salón, ya la conoces Koizumi Fumina, y algunos amigos me dijeron que casi siempre está contigo, ustedes ¿Están saliendo?
  -¿Eh?, no, para nada.
  -Ya me parecía algo raro, ya que tú nunca entendiste sobre el amor.- ¿Él lo sabía?- Bueno hay algo más…
  -¿Qué es?
  -Una extraña chica te buscaba, dijo que le debías dinero, No te estarás metiendo con gente peligrosa ¿Verdad?
  -Ah, ella, pues no, ella es de la tienda de libros, solo me olvide pagarle.
  -Está bien, ahora estoy más calmado. 
  -Gracias por preocuparte.
  -Bien, yo ya me voy, nos vemos.
  -Adiós.
El salió tan temprano como siempre, con su mochila apoyada a su espalda y su radiante sonrisa. Bajé por las escaleras y me encontré a mi madre, ella ya preparó el desayuno.
  -Mamá, buenos días.
  -Buenos días.
  -Ahora que lo pienso, no veo a papá hace días ¿Dónde está?
  -¿No lo notaste?, el volvió a irse a un viaje de negocios hace casi una semana.
  -Ah…
Luego de desayunar, me fui directamente hacia la escuela. Las clases están a punto de comenzar y no veo a Koizumi por ningún lado, el profesor entra.
  -Ah… bueno, Koizumi-kun no vendrá hoy a la escuela porque se encuentra resfriada, ¿Alguien podría llevarle sus apuntes más tarde?
¿Resfriada?, se lo dije, bueno, en parte es mi culpa por no acompañarla, yo levante mi mano inconscientemente.
  -Bien Sora-kun, ¿Sabes su dirección?
  -No.
  -Luego te la diré.
El día pasó en un abrir y cerrar de ojos, hace tiempo que no me aburrí tanto, las clases acabaron y me dirijo a la casa de Koizumi. ¿Esta es su casa?, frente a mí, una mansión de unos cuatro pisos de alto y tres cuadras de ancho, hay muchísimas ventanas, pero una sola puerta, yo estoy parado frente a un portón de metal el cual tiene simas puntiagudas, debe ser para evitar que salten los ladrones, a un costado de la puerta veo un timbre, es de esos en los que se puede hablar y tiene una pequeña cámara, lo presiono. 
  -Esto… Hola~.
  -Eh… Hola, ¡Waa!- Oigo la voz de un anciano, parece asustado.
  -Este… ¿Se encuentra Koizumi Fumina?
  -¡Waaa!- La voz del anciano se va alejando.
  -¿Hola? ¿Hay alguien?
Casi dos minutos y aun no aparece nadie, el cielo se está nublando, creo que volverá a llover. La puerta se abre sola y un señor anciano, calvo y con un extraño bigote se acerca, por la ropa que trae parece ser su mayordomo.
  -Lo lamento mucho señor, no quería hacerlo esperar, pase, Fumina-sama está en su habitación.
  -Este… con permiso. 
¿Hacerme esperar? Y ¿Qué fueron esos gritos?, pase el portón, luego de un corto camino llegué a la puerta principal, el mayordomo me enseña el camino hasta su habitación, esta casa es muy grande, sus paredes son de color blanco y su piso es de madera, está muy limpio, puedo ver mi reflejo en él.
  -Aquí.
Esta es su habitación, una puerta color blanca con un cartel que decía “Cuarto de Fumina” escrito con marcador color rosa, el cartel tenía algunas decoraciones, corazones, gatos, pandas, parecía muy infantil, su cuarto se ubicaba en la tercera puerta a la izquierda del tercer piso, suerte que estamos en una casa, a esta altura me desmayaría.
  -Bien, me retiro.- Dice el mayordomo.
Asentí con la cabeza y él se fue, golpee la puerta tres veces.
  -Koizumi-sama, soy yo.
  -Entra Sora.
Abrí la puerta hacia su cuarto. Es más grande que mi casa, tiene una cama de dos plazas para ella sola, muchísimos peluches, hay un oso panda exageradamente grande a su lado, además de perros, gatos y conejos, las paredes son de color blanco y tienen algunos corazones rosas pintados, el suelo aquí también es reluciente y el perfume del lugar es muy rico, como el olor de los jazmines.
Acostada en la cama, cubierta con muchas sabanas, con un rostro todo rojo, sudando, la nariz chorreando y un pañuelo mojado en la cabeza, estaba Koizumi. Me acerque a ella y me senté en el suelo al lado de su cama.
  -¿Te sientes bien?- Le pregunté.
  -Mi fiebre bajó un poco, ¿A qué viniste?
  -Vine a traerte unos apuntes y a ver como estabas.
  -¿Estas preocupado por mí?
  -Bueno, siento que en parte fue mi culpa.
  -¿Por qué?
  -Debí acompañarte aunque te negaras.
  -No importa, yo quise ir sola, no es tu culpa.
Wow, ¡Wow!, ¡Wooow!, ¿Qué es este ambiente tan tranquilo?, ella está muy calmada, parece otra persona, es mucho menos violenta que siempre, esto es raro, la enfermedad debe ser muy grave como para ponerla así.
  -Ten los apuntes.- Se los entregué.
Un fuerte trueno se escuchó en toda la habitación y hace vibrar las ventanas.
  -¡Aaah!
Koizumi, con los ojos cerrados, salta a mi pecho y me abraza, ¿Acaso le teme a los truenos?, ella abre sus ojos y mi mira a la cara, su cara se pone toda roja y una expresión de vergüenza aparece.
  -¡¡A-A-A-A-Aléjate!!- Ella me da un fuerte puñetazo en el pecho haciéndome caer al suelo.
  -Uah, eso dolió, ¿Por qué lo hiciste?
  -¡¡Cállate, Idiota, Pervertido!!- Ella me lanza con peluches.
No lo entiendo.
  -¡Oye! ¡Cálmate!
Ella deja de lanzarme peluches.
  -Koizumi-sama ¿Le temes a los truenos?
  -¡N-N-No! ¡S-Solo un niño le teme a los t-t-truenos!
Lo sabía, está asustada. Lista de miedos de Koizumi: 2, sangre y truenos.
  -Así que le temes a la sangre y a los truenos eh…
  -¡Cállate!, ¡Tú le temes a las alturas!
  -¡No es tan infantil como los truenos!
  -¡Cállate!
  -Pero… ¿Hay alguna razón por la que les temas?
  -Bueno, no, solo me asustan, ¿Por qué?
  -A mí solo me asustan tres cosas, pero tengo razones para asustarme por ellas, son como “Traumas”.
  -¿Por qué le temes a las alturas?
  -Bueno… no me gusta decirlo.
  -¡Quiero oírlo!
  -Ok, ok, cuando tenía cinco años, mi familia y yo vivíamos en un edificio muy alto, en un sexto piso, un día mi hermano iba a actuar en una obra de teatro de la escuela, yo no fui y me quedé solo, había pasado casi una hora, mi familia estaba por regresar, yo caminé hacia el balcón y pise un auto de juguete, tropecé hacia adelante y quede colgado de la orilla del balcón, fue horrible, mis manos ya no podían aguantar más, accidentalmente me solté pero mi padre me atrapo antes de que callera, fue la peor experiencia de mi vida, nos mudamos de ese edificio debido a mis constantes gritos y alteraciones debido a la altura. Eso es todo.- Mordí mi labio inferior.
  -Wow… eso… de verdad debió se horrible, no puedo ni imaginármelo, me siento muy mal por hacerte subir a la rueda de la fortuna en nuestra “Cita”.
  -No te preocupes por eso.
Ha pasado un rato, yo me quede leyendo una novela y Koizumi intentaba dormir, todo estaba muy calmado y silencioso, Hasta que… ¡Boom! Un trueno más fuerte que el anterior suena.
  -¡Aaah!
Ella se lleva las rodillas al pecho, cierra los ojos y tapa sus oídos con fuerza, yo me levanté y me asome a la ventana que estaba a mi izquierda.
  -Maldición… está lloviendo y mucho.
Una muy fuerte tormenta comenzó, los árboles se movían de un lado a otro muy fuerte, se veían rayos cruzando las nubes y llovía muy fuerte, las gotas caían rápidamente y venían de a montones.
  -¿Llueve?- Preguntó Koizumi.
  -Sí, y no me traje paraguas ¿Me prestarías uno?
  -¡No!
  -Pero, ¿Por qué?, ¿Quieres que me resfríe? 
  -No es eso, con esta tormenta usar un paraguas es muy peligroso.
  -¿Peligroso?
  -Podrías atraer a un rayo.
¿Eh? ¡¿Un rayo?! No había pensado en eso, ¿Sera verdad?, ¡No quiero que me caiga un rayo!
  -Ah… ¿Qué haré?
  -Quédate hasta que la tormenta termine.
  -¿Puedo? ¿No seré una molestia?
  -¡Siempre eres una molestia!, pero te permito quedarte.
  -Gracias.- Creo…
Al menos a veces puede resultar ser buena persona. Han pasado algunas horas, es bastante aburrido aquí, ya me terminé de leer el libro y Koizumi se durmió. Me levante y comencé a caminar por la habitación.
  -Ah… este lugar es exageradamente grande.
Veo un armario gigantesco con cinco cajones abajo y dos grandes puertas sobre ellos, la curiosidad de revisar es insoportable así que abrí el último cajón el cual tenía una calcomanía de un corazón.
  -Esto es…
Estaba lleno de cosas, había una foto de Nii-san, un diario íntimo, otra foto de Nii-san, libros con corazones pegados y una que otra foto de Nii-san por ahí. Abrí uno de los libros con corazones pegados, tenía algo escrito, como un cuento, lo comencé a leer en voz baja.
  -“Kawakami-kun se acerca a mí y con una voz baja dice ‘Tu eres solo mía’, su rostro se acerca al mío lo suficiente como para sentir su respiración, la vergüenza me mata pero no puedo retroceder ahora, nos acercamos un poquito más y le digo: ‘Te amo, Kawakami-kun’, luego de eso nos besamos hermosa y apasionadamente frente a mi escritorio.”, esto es ridículo, Nii-san nunca…
  -¡Tú!, ¡¿Qué haces revisando mis cosas?!- Detrás de mí hay una Koizumi sonrojada con una expresión de ira en su rostro.
  -Bueno… yo… creo que tienes talento como escritora.
  -¡Eres un idiota! ¡Uno tiene la amabilidad de dejar que te quedes en tu casa y tú revisas sus cosas!, ¡Además son mis cosas privadas!, ¡Perro asqueroso!, ¡Ladrón!, ¡Gran imbécil!, ¡Te odio!, ¡Te odio!, ¡Te odio muchísimo!
Ella empezó a darme patadas en el cuerpo, a juzgar por su actitud y el hecho de que su rostro volvió a la normalidad creo que ya está mejor. Ella seguía pateándome, yo hacía lo que podía por cubrirme, de igual forma dolía, ella me da una patada en la cara haciendo que esta gire en dirección al cajón.
  -Ojos amarillos.-  Dije.
Cuando dije eso ella se detuvo. “Ojos amarillos”, en el cajón, entre todas las fotos de Nii-san una mía, a primera vista parece de Nii-san, pero sus ojos son amarillos, su cara es amargada y tiene una mirada de odio en el rostro, parece como si hubiera matado a alguien, ¿De verdad me veo así?, la foto parece ser vieja, ya que soy un niño en ella, ¿Cómo es que ella tiene una foto mía de niño?
  Tome la foto y se la mostré a Koizumi.
  -Este soy yo ¿Verdad?
Ella se sonroja.
  -¡B-B-Bueno si!, ¡Pero solo fue una equivocación, no estaba mirando bien!
  -¿De verdad mi mirada es así de siniestra?
  -Sí, de hecho Jack, mi mayordomo, se asustó al verte y vino corriendo a mi puerta.
Así que eso fue lo que pasó.
  -¡Ahora dame esa foto! ¡Debo triturarla bien!
Ella arranca la foto de mis manos.
  -Sabes, hay un rumor sobre mí.- Dije. –Dicen que si tienes una foto mía y la guardas, un día apareceré en tu casa y mis ojos te atormentarán por el resto de tu vida.
  -¡Aah!
  -Es broma, acabo de inventarlo.
  -¡Hacer una broma con una expresión tan seria es raro!, ¡Tu expresión nunca cambia!, ¡Sonríe!
  -Ya hablamos de eso una vez.  
  -Cierto.
Se oye un ligero golpeteo en la puerta.
  -Fumina-sama, la cena estará lista pronto.- Es la voz del mayordomo.
Koizumi mira hacia la ventana, aun llueve a montones, pero de igual manera debería irme.
  -¿Podrías poner un plato más?
¿Eh?
  -Sora se quedará a cenar.
  -Como ordene.- Se oyen pasos detrás de la puerta indicando que se ha ido.
  -Sora, deberías avisarle a tu familia que comerás aquí.
  -Bueno… yo pensaba irme pero… creo que prefiero quedarme un poco más.
  -¡¿Irte?! ¡¿Y cómo pensabas irte con esta tormenta?!
  -Eh… ¿Corriendo?
  -¡Te enfermarías!
Si, y tú eres el perfecto ejemplo de eso, deberías seguir tus propios consejos.
  -Escucha, te odio, pero no tanto como para querer que te enfermes.
Tu preocupación es impresionante.  
  -Entonces… agradezco la invitación.
  -Bien, vamos.
  -Sí.
Ambos caminamos por la amplia casa hasta las escaleras y bajamos hasta el primer piso, llegamos hasta el comedor, el suelo aquí es blanco y también es muy brilloso, el lugar es muy amplio, en el centro se encuentra una larga mesa, más o menos de unos tres metros, con un mantel blanco sobre ella, encima de este se encontraban tres platos blancos, tenedores y cuchillos, lo más impresionante es el banquete que ocupa poco más de la mitad de la mesa. Hay todo tipo de carnes, hay ensalada, sushi y algunas otras cosas, había una copa con vino en la mesa y bebiendo de ella, una persona.
  -Ara, ara… hola.- Dice ella.
  -Hola.- Le respondí.
Ella es una mujer parece ser bastante alta, no puedo saberlo ya que está sentada, llevaba un rodete en su rubio cabello, tenía una mirada amable en sus grandes y tranquilizantes ojos azules, llevaba puesto un traje color café con una corbata color azul. Ella sostenía la copa de vino con sus largos dedos, en los cuales tenía unas largas uñas color rojo. Esa persona es Koizumi Aiko, la directora de la preparatoria “Fujisawa” y la madre de Koizumi Fumina.
  -Mamá él es…- Dice Koizumi.
  -Ya lo sé, él es Kawakami Sora, el hermano menor del mejor alumno de primer año Kawakami Ryuu.
Hace menos de un mes que las clases comenzaron y hasta la directora ya lo llama “Mejor alumno”.
  -Perdón por molestar.- Dije inclinándome.
  -Ara, ara, no te preocupes, come todo lo que quieras.
  -Gracias por la comida.
Me senté en la mesa, justo al lado de Koizumi y empecé a comer, estoy un poco nervioso, apenas pruebo bocado, en cambio Koizumi, ella está arrasando con la comida como si esta fuera la última que probaría, casi sentí pena por el pobre animal.
  -Sora-kun.
  -¿S-Si?
  -Gracias por llevarte tan bien con Fumina, ¿Sabes?, ella no tiene muchos amigos.
  -¡Mamá!- Koizumi se molestó y hablo con la boca llena.
Amigos… ¿Koizumi y yo?, ¿Somos amigos?, no lo creo, no creo que los amigos se lleven así, más bien somos socios, nos ayudamos mutuamente y eso es todo, pero no creo que deba decirle eso a su madre.
  -Directora…
  -Ara, ara, Solo dime Aiko, pero en la escuela dime “Directora”.
  -Aiko-san, su hija… me ha estado ayudando mucho y realmente lo aprecio.- Esa es la pura verdad.
  -Sora…- Koizumi disminuyo su ritmo para comer.
  -Sigue llevándote bien con ella ¿Si?
  -Sí.
                …
  Ya hemos cenado y volvimos a la habitación de Koizumi. Mi celular vibró, era un mensaje de mi madre, “¿Dónde estás a estas horas?” decía. “Estoy en la casa de una compañera de mi clase, cené aquí, luego voy.” Respondí. Le eché un vistazo a la ventana, ya anocheció, la lluvia no disminuye, es más, creo que está aumentando.
  -Deberías quedarte a dormir aquí.- Dijo Koizumi.   
  -¿Eh?, no, ya he molestado mucho, me las arreglaré y me iré.
  -No, además… mamá dijo que deberías quedarte.
  -¿Aiko-san?
  -No queda de otra, quédate.
  -Y… ¿Dónde dormiré?
  -Aquí.
  -¿Aquí? ¿Por qué?
  -Es que… no quiero estar sola con todos esos truenos, idiota.- Dijo despacio.
  -Ok…- Solté un bostezo.
  -Espera un momento ya traeré un futón.
Ella camina hacia afuera de su habitación, luego de unos minutos ella trajo un futón y lo puso junto a su cama. Yo me acosté.
  -¿Ya te vas a dormir?
  -Sí, la verdad siempre me duermo muy temprano, y tengo sueño.
  -Bien, buenas noches.
  -Buenas noches.

Luego de enviarle otro mensaje a mi mamá avisándole que me quedaría a dormir aquí, me dormí profundamente. Ah, este día me pareció muy raro, visité la casa, no, mansión de Koizumi, me quede con ella mientras estaba resfriada en su muy rara habitación, cené y dormí en su casa, a todo esto me puse a pensar “¿Dónde estará su padre?”, había escuchado que él era un famoso luchador de artes marciales, pero… ¿No está en su casa?, ¿Acaso viaja mucho como el mío?, no creo que eso sea de mi incumbencia, son sus temas familiares. Bueno, creo que mañana Koizumi irá a la escuela, así que debo pensar algún plan para que ella se le declare a Nii-san, pero es una molestia pensar en algo ahora, solo dormiré.

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