Capítulo 2
La Cita Falsa
Acabo de despertarme,
es muy temprano, ni siquiera Nii-san se levanta tan temprano, me levanto y
empecé a leer una novela de romance, trescientas páginas y aun no lo comprendo,
¿El problema soy yo o lo es ese sentimiento incomprensible?
Aún falta bastante
para ir a la escuela, mi celular comenzó a vibrar, lo tome, al abrirlo tenía
dos mensajes, “Koizumi-sama, asunto: Es obvio idiota”, ¿Cuándo consiguió mi
numero?, ¿Revisó mi celular en la enfermería?, “Recuerda preguntarle a tu
hermano sobre su chica ideal, también el regalo, eso es todo.”, el otro mensaje
decía: “Akasaka Megumi, asunto: Libro”, ah, es la chica de la librería a la que
voy siempre, ahora recuerdo que hace poco pedí que trajeran otra novela de
romance, no me servirá, pero aun así, “Kawakami-san, le escribo para informarle
que la novela que usted pidió ya se encuentra aquí, venga a retirarla cuando quiera.”,
iré más tarde, tengo cosas que hacer.
Se escuchan pasos
desde fuera de mi habitación, al parecer Nii-san ya se levantó, salgo de mi
habitación, veo a Nii-san caminando cerca de mi puerta y me acerco a él.
-Nii-san.
-¿Qué sucede Sora?, estoy algo apurado.
-Yo… quería preguntarte algo.
-¿Eh?, esto es raro ¿Qué sucede?
-Bueno… ¿Qué te gusta de una chica?
-…-
Eso
en verdad sonó algo raro, al menos eso creo.
-De una chica he… que sea hermosa, buen
cuerpo, buena persona, etcétera, etcétera.
-Sé más específico.
-Ah, no tengo tiempo para esto ahora, me
tengo que ir.
-¿Eh? ¡Oye!
-Nos vemos.- Dijo mientras corría.
Se
fue. Un poco después, luego de desayunar, caminé hacia la escuela, las clases
comenzaron, todo paso normalmente. Cuando llego la hora del almuerzo alguien se
acerca a mí. Ah… debe ser Koizumi, se para frente a mi escritorio, levanto la
cabeza para ver quién es, no era Koizumi, en lugar de ella había una chica alta
de cabello lacio, rojizo, corto hasta los hombros, tenía ojos color verde y
usaba unos anteojos cuadrados con bordes rojos, debido al color de su corbata,
creo que es de segundo año. Creo haberla visto antes.
-Kawakami-san, ten.
Ella
deja un libro sobre mi escritorio, es la novela que le pedí a la chica de la
librería.
-¿Tu eres?
-¿Cómo puedes olvidarte de alguien tan
rápido?, te envié un mensaje esta mañana.
-Ah… la chica de la librería.
-Tengo nombre ¿Sabes?
-No lo recuerdo.
-Akasaka, Akasaka Megumi.
-Akasaka… ¿Senpai?
-Wow, eres el primero que me llama “Senpai”
desde que comenzaron las clases.
-Bien, solo te diré “Senpai”, soy malo
recordando nombres.
-Bien.
-Ah… toma el libro, yo… no traje dinero,
apenas me alcanza para un pan de melón.
-Quédatelo, luego me lo pagas.
-Esta… ¿Bien?
-Sora.- Detrás de mí oigo la voz de Koizumi.
-Oh, Koizumi-sama ¿Qué sucede?
-¡Ya sabes que sucede!
-¿?- Negué con la cabeza.
-¿Le preguntaste?- Me susurró.
-Ah, sobre eso…
-¡No lo digas!- Ella me tapó la boca con sus
manos.
¿Qué
es este olor en sus manos?, huele como a pan, que buen olor…, mi estómago
crujió, ya me está dando hambre, tome sus manos y las quite de mi boca.
-¡¿Q-Q-Que haces?! ¡No toques mis manos!
-Tienen buen olor.
-¡¡IDIOTA!!
Ella
me golpeó en el estómago, el hambre aumenta junto con el dolor. Ella sale del
salón con un grito.
-¡Te espero en la cafetería, ven rápido!
-Sí, sí.
-Kawakami-san ¿Qué eres de Koizumi-san?
-Eh, no lo sé… ¿Cómo lo digo…? Soy su víctima
de abuso escolar, creo.
-¿Eh?
-Es broma, bien, no vemos después.
-Sí, te veré después.
Me
levante de mi asiento y me dirigí a la cafetería. Al llegar a la cafetería, en
la puerta antes de entrar estaba Koizumi.
-¿Qué haces aquí?, entra.
-P… pero, él está ahí.- Dice ella sonrojada y
con la mirada hacia el piso.
-¿Eh?
Mire
hacia adentro y vi a mi hermano comiendo junto a sus amigos, estaban riéndose
de algo, esto sí es raro, Ryuu no suele olvidarse el almuerzo.
-Y… ¿Entonces?
-Vamos afuera.
-Esta… bien.
Ambos
nos dirigimos hacia afuera y nos sentamos en una banca que esta por ahí.
-Sora, ¿Le preguntaste?- Parece que ella
sigue avergonzada.
-Bueno, sí, pero… él dijo “Que sea hermosa,
buen cuerpo, buena persona, etcétera, etcétera.”, no dijo nada más.
-Sé más específico.
-Yo le dije lo mismo.
-Y… ¿Lo del regalo?
-Él se fue antes de que le preguntara eso.
-¡Aah!, ¡No sirves para nada! ¡Inútil!
-Inútil ¿Eh…? No sé cuántas veces he
escuchado eso.- Dije a mi mismo.
-¿Dijiste algo?
-Nada importante, ¿Querías saber algo más?
-Sí, ya que nuestra alianza no es solo de mí,
háblame un poco de ti.
-¿Eh?
-Dije que te ayudaría a entender el amor, es
obvio que debo saber algo de ti, por ejemplo: dijiste que eras malo hablando
con chicas, pero ¿Quién era la de hace un rato?
-Ah, ella, bueno ella es la encargada de la
librería donde siempre compro, soy un cliente frecuente de ahí.
-¿Cómo se llama?
-Eh… ¿Senpai?- No recuerdo su nombre.
-Si yo fuera ella te golpearía.
-Me golpearías aunque no fueras ella.
-Es cierto.- Por lo menos niégalo. –Bien dime
algo de ti, no se algo como… ¿Haces algo para tratar de entender el amor?
-Bueno… veo películas románticas, nunca las
entiendo, leo novelas de romance, no les encuentro sentido, a veces veo a
parejas en la calle, las encuentro ridículas, y juego simuladores de citas,
siempre terminan en “Bad end”.
-Tú… eres un caso perdido.
-¿Eh? ¿A qué te refieres?
-Todo eso es ficción, no es real, jamás lo
entenderás así, yo me refería a si has intentado salir con alguien, si has
sentido interés en alguna chica, que aspectos de las chicas te gustan y esas
cosas.
-No, ninguna.
-Ah… eres un caso perdido.
…
La hora del almuerzo termino, las clases
acabaron y me dirigí a mi casa, de camino me cruce con mi hermano, debería
preguntarle lo del regalo, me acerque a él.
-Nii-san.
-Ah, Sora ¿Qué sucede?
Al
acercarme a Ryuu, noté que él tenía esa típica expresión en su rostro, sus
azules ojos resplandecientes con el sol, su cabello volando con el viento y su
radiante sonrisa que cegaría a cualquiera.
-Quiero preguntarte algo.
-Adelante.
-¿Qué es la cosa qué más quieres?, quiero
decir, un regalo, hay algo que quieres que alguien te regale.
Ahora
que me he puesto a pensar, ¿Por qué los novios se dan regalos?, aun cuando no
es su cumpleaños, ¿Por qué se regalan cosas?, supongo que debe ser importante.
-Regalo… bueno, creo que lo que más quiero es
un rifle de aire comprimido.
-… ¿Rifle?- Dije con cara de póker.
-Sí, siempre quise uno.
-Esta… ¿Bien?
-¿Eso es todo?, pues bien, me voy, dile a
mamá que llegare tarde, iré de un amigo.
¿Qué
demonios?, ¿Un rifle?, ¡Eso es ridículo!, puede que sea un idiota que no
entienda el amor, pero ¡¿Un maldito rifle?! Leí muchas novelas y vi muchas
películas y en ninguna se da un rifle de aire comprimido como regalo, hasta yo sé
que es estúpido.
Llegue a casa, abrí mi celular y llamé a
Koizumi. Su celular está sonando, alguien atendió, no se oye nada, hay una
especie de respiración a través del altavoz.
-¿Eh…? ¿Koizumi-sama?
-[Eh, ¡¿Qué pasa?, ¿Quién es?, ¿Qué hora
es?!]
-Calma, soy yo, Sora.
-[Ah, Sora, y ¿Qué quieres?]
-¿Estabas durmiendo?
-[Solo descansaba un poco.]- ¿Cómo demonios
tomó el celular estando dormida?
-Ya sea el regalo que quiere Nii-san.
-[¡¿Y?! ¡¿Qué es?!]- Me gritó.
-¡Ah!, no grites.
-[¿Qué es?]
-Así está mejor, es un rifle de aire
comprimido.
-[…]
-Este… ¿Koizumi-sama?
-[Bien, un rifle, lo apunte]- ¡¿Lo escribió?!
-Bien…
-[Ah, Sora, tengamos una cita]
-¡¿Eh?! ¡¿Cita?!
-[No malinterpretes las cosas, esta es una
cita de prueba, tu saldrás con una belleza como yo, aprenderás algo sobre el
amor y compraremos el regalo]
-Bueno…
-[El domingo, en el parque de atracciones, a
las 3:00 p.m., no llegues tarde]
-Bien, ahí estaré.
-[¡Pero que no se te ocurra enamorarte de
mí!]
-Te aseguro que no lo hare.- Ni que pudiera.
-[¡¡IDIOTA!!]
Colgó,
dios ese grito me dejo sordo, mi oído escucha un agudo “Piii”, es insoportable.
…
Ya es domingo, son las 2:35 p.m., estoy
llegando al lugar que acordamos, justo en frente del parque de atracciones, en
la banca, cuando me acerque vi a Koizumi sentada ahí, ella lleva un vestido
color blanco y unos zapatos rojos, parece estar mirando su reloj.
-Oye, Koizumi-sama.
-¡¿Ah?!- Ella se percata de mí. -¡Llegas
tarde!
-¿Eh?, son las 2:36, aún es temprano.
-Eres malo en esto, deberías decir “Lo siento
mucho” o algo así.
-¿Por qué debería?
-Aun tienes mucho que aprender, ¿Y?
¿Averiguaste lo que dije?
-Ah, sí, aquí esta.
Le
entregue un papel, en ese papel esta una corta lista de locales en los que
venden rifles de aire comprimido, de hecho ella hace unos días me llamó
pidiéndome que averigüe tiendas en los que los venden.
-¿Vamos a comprarlo?
-Primero la cita, ¿Practicaste?
-Si por practicar te refieres a jugar ese
simulador de citas, entonces sí.
-Y ¿Sabes qué hacer?
-Saqué el “Bad end”, pero tengo una idea de
cómo se hace esto.
-Bien.
-Primero iremos a…
Saqué
un papel en el que anote un orden de cómo hacer las cosas, en él decía:
1-
Ir
a algún juego.
2-
Conversar.
3-
Tomar
un helado.
4-
Comer
algo.
5-
Despedirnos.
6-
Fin.
Bien primero vamos a ir a algún juego.
-Vallamos a algún juego, ¿Hay alguno que te
interese?
-Ese.- Ella señala a la rueda de la fortuna.
No,
esa cosa no, odio las alturas, necesito cambiar de tema o mencionar algún otro
juego, no quiero mostrarle a ella mi faceta asustada, hay que evitar eso a toda
costa.
-N… no creo que ese sea buena idea, vamos a
otro.
-Yo quiero ir a ese.
-Pero…
-¡Vayamos a ese!
-Bien, sí.
Aquí
estamos, arriba, muy arriba, demasiado, yo… tengo miedo, siento nauseas, mis
piernas tiemblan y mis manos están frías. Ella está sentada frente a mí,
mirando por la ventanilla, ¿Cómo hace eso?, si yo mirara de seguro me
desmayaría.
-Sora, ¿Pasa algo?, estas un poco pálido.
-¡N… no sucede… nada!- Mi voz esta
temblorosa.
-No será que… ¿Le temes a las alturas?
¡Mierda!,
¡Inventa algo o di la verdad!, esas decisiones aparecen en mi cabeza como en el
simulador de citas, ¿Qué hago?, “Opción 2: Decir la verdad”, si, a mi… no me
gusta decir mentiras, ni tampoco que me mientan, no debería hacerle a otros lo
que no quiero que me hagan a mí.
-Bueno… sí.
Listo,
ahora debo soportar sus burlas un rato, de seguro se burlará de mí.
-¡Lo siento!- ¿Eh?
-¿Por qué te disculpas?
-Yo básicamente te obligué a subir aquí, no
sabía que le temías a las alturas, perdóname.- Ella toma una postura un tanto
inclinada mientras está sentada.
¿No
se burlará de mí?, ¿Acaso se aguanta la risa y la soltara cuando menos lo
espere?
-Si quieres burlarte de mí hazlo.
-¿Por qué me burlaría?, todos le tememos a
algo, incluso yo, todos sabemos que la sensación de miedo es fea, no importa
que tan ridículo sea lo que le asusta a alguien, burlarse de ello es malo.
-Y tu… ¿A que le temes?
-A… ¡No te lo diré!
-Bien.
Saque
mi lista de papel. “1- Ir a algún juego, 2- Conversar.”, taché
esas cosas con el bolígrafo que traía en mi bolsillo, luego bajamos de ahí,
ahora sigue tomar un helado.
-¿Quieres un helado?
-Bien, al parecer practicaste bien.
-Tú… ¿Has tenido una cita antes?
-… ¡C-Claro que s-si! ¡N-No creas que eres el
primero ni nada!, ¡Voy a citas todo el tiempo!
Ella
parece nerviosa, hay una gota de sudor en su frente y sus ojos revolotean hacia
todos lados, su rostro enrojeció ¿Qué significaba eso?, ¿Vergüenza? ¿Nervios?,
no entiendo.
-¿De qué sabor quieres?, yo lo pago.
Es
una molestia, pero según el simulador de citas yo debo invitar todo, es algo
raro, ¿Por qué la mujer nunca pasa sus cosas?, ya sea en juegos, novelas,
películas, siempre el hombre invita todo, no lo comprendo, pero no soy quien
para quejarme, estoy en pleno “Entrenamiento”.
-De limón.
Fui
a comprar los helados, yo compré uno de chocolate para mí y otro de limón para
Koizumi, al volver vi a un chico alto, de cabello largo y corpulento hablando
con ella, la cara de Koizumi parece nerviosa, como si no quisiera estar con él.
¡Ya sé!, había una escena de este tipo en el simulador, un chico se acerca a tu
chica que hacer “No hacer nada” “Intervenir y echar al chico”, yo estaba por
elegir “No hacer nada”, pero algunos consejos de ella decían que debía
intervenir, eso es lo que elegí. Me acerque a ellos.
-Pero… ¿No crees que se está tardando mucho?,
de seguro tu novio de abandonó.- Decía él.
-…-
-Además, dejar a una chica como tú sola ¿Qué
tan imprudente puede ser?, tu deberías estar con chicos como yo.
Llegue
frente a él.
-¿Sucede algo?- Dije.
-¿Y tú quién eres?
-¿Este tipo te está molestando?- Le pregunté
a Koizumi.
Ella
no responde.
-¿Me estas desafiando?, ¿Quieres iniciar una
pelea?- Él acerca su cara y me mira fingiendo una expresión ruda.
-No deberías meterte conmigo, lo lamentarías.
Mi
rostro era tan inexpresivo como siempre, el brillo en mis ojos amarillos
aumento con la luz del sol y la mirada en mi rostro da tanto miedo como si yo
fuera un experto asesino, traté de intimidarlo danto una expresión de enojo, no
sé si funcione.
-Oye, amigo, no te lo tomes en serio, solo
bromeaba, yo… me voy retirando.
Funcionó.
-Tus ojos.- Koizumi habló.
-¿Eh?
-Tus ojos dan algo de miedo.
-Es algo bueno a veces, lo único bueno que
tengo.
-Deberías tratar de sonreír un poco, con esos
ojos una sonrisa se vería genial, casi como tu hermano.
-No me gusta sonreír sin motivo, jamás sonrío
para las fotos, ni para nada en lo que me pidan sonreír, no debería fingir una
sonrisa, me molesta la gente que lo hace.
-Desde que te conozco nunca te vi sonreír.
-Y probablemente no lo verás nunca.
-Solo sonríe un poco, idiota.- Dijo por lo
bajo, apenas la escuché.
…
Algunos planes se arruinaron debido a la
aparición de ese chico, pero ya terminada la “Cita falsa”, fuimos a un local en
el que vendían rifles de aire comprimido.
-Sabes…- Dijo Koizumi. –Creo que no lo
compraré.
-¿Eh? ¿Por qué?, es lo que Nii-san quiere.
-Piénsalo, ¿Acaso yo iré con un rifle de aire
comprimido, envuelto en papel, con una carta de amor a confesarme a tu
hermano?, eso es raro, más raro que no entender el amor.
-¿Debo tomar eso ultimo como insulto?
-…-
-Bueno es buen punto, entonces… ¡Ya sé cómo
ayudarte!
-¿Eh? ¿Cómo?
-Leí esto en una novela de comedia romántica,
yo debo crear diferentes situaciones para que tú y Nii-san se encuentren, entonces
cuando lo hagan tú te le confiesas, le pedirás una cita y eso creo que te
ayudara, de algún modo.- Aun no entiendo cómo.
-¡Jamás pensé que pudieras decir algo tan
inteligente!
¡Auch!,
justo en mi orgullo.
-Bien, Sora, tu harás eso, de seguro lo
lograré.
-No te acobardes y díselo en la cara.
-Se lo diré en la cara.
-¡Di le que te gusta!, ¡Dile “Me gustas”!-
Trato de animarla, pero mi muerta expresión no cambia.
-“¡Me gustas!”
-¡Si, “Me gustas”!
Su
rostro se puso rojo y se detuvo.
-Este…
me voy.- Dijo ella agachando la cabeza.
-Sí, nos vemos mañana.
Ella
se va corriendo.
…
Estoy en mi casa, ya he cenado, estoy echado
en mi casa leyendo el libro que me dio “Senpai”, cierto, olvide pagárselo,
mañana le llevaré el dinero a la escuela, marco la página en la que me quede y
lo cierro.
“Una cita romántica es
una actividad social realizada, por lo general, por dos personas con el objeto
de evaluar la idoneidad mutua como compañero o compañera en una relación íntima
o de pareja”, eso dice mi diccionario, pero no logro entender el significado,
no de la palabra, sino de la acción, acabo de tener una cita, y aunque era solo
para que yo entendiera algo sobre amor, no lo hice, puede que solo haya sido
una cita falsa, pero no puedo decir que no fue entretenido, no divertido,
entretenido, son cosas muy diferentes, todo eso fue fingido y al final, no
conseguimos nuestra meta, el rifle.
A partir de mañana comienza mi nueva misión, hacer que
Nii-san y Koizumi se encuentren “Accidentalmente” y que ella se declare. Ese
podría ser el fin de todo, ya no más contacto con ella, bueno además de verla
en mi casa como la novia de Ryuu, pero al menos mis días volverán a ser
normales, creo que fue bueno mientras duró.
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