-MMBelial, el buen tío gato.
Promotion Game 11: Danza Mortal
Parte 1
Cao Belcebú mostrando su aspecto
demoníaco... Frente a ella un hombre que brilla como una estrella, ambos
mirándose en una calle solitaria y silente. A lo lejos una pelirroja huye con
una fractura expuesta en el brazo.
<<Huye, huye, huye...>>
Solo eso pensaba, llegó corriendo entre calles y avenidas hasta un callejón
oscuro, donde cerró los ojos para concentrarse. Su recuperación comenzó: el
hueso se reacomodó y la piel se comenzó a entretejer, como si el paso del
tiempo fluyera más rápido alrededor de su herida.
—Cuanto... cuanto poder... No podría
manejar tal nivel de consciencia mientras me proyecto en el mundo humano...
La cuarta corona del infierno
permanecía sin hacer gestos frente a su oponente.
—No sé cómo conseguiste la posición
de los participantes pero no permitiré que intervengas.
— ¿Participantes? Escucha, la basura
como tú no puede pedirme explicaciones o darme órdenes.
—Aun si no puedo detenerte, las otras
coronas te detendrán.
Psioooon-Clanc
Chocaron puños en el punto medio de
la distancia que los separaba. Solo tomó medio segundo y ya habían iniciado un
ataque con potencia sobrehumana. Miguel enderezó su espalda y comenzó a reír.
—Antes de destruirte te debo
preguntar... ¿Qué trama Lucifer? ¿Qué es esta jugada tan extraña? ¿Por qué
involucran humanos? Puedo sentir invasores aquí ¿Los llamaste
"participantes"?
—Los demonios logramos
independizarnos de tu padre, no tenemos porqué responder.
Blan-Blan
Cruzaron puños, la tierra se sacudía
con cada movimiento. A corta distancia los puños salían en dirección al cuerpo contrario.
Aunque estaban muy cerca, ninguno conectaba, pero el aire retumbaba con cada
golpe.
—Entonces eres inútil.
El ángel tomó el brazo de Cao, colocándolo
sobre sus hombros, ejerciendo presión hacia abajo. Cao golpeaba al sujeto, pero
sus golpes no hacían efecto alguno, aunque eran tremendamente potentes, no le hacía
ni reaccionar.
—¡Ahhhhh!— comenzó a quejarse, sus
huesos crujían, pero seguía golpeando, hasta que de un violento tirón arrancó
la piel, los músculos y nervios de su hombro, generando un incontrolable chorro
de sangre...
—Sin un brazo el cuerpo que usas no
sirve...
Y la pateó hacia atrás. El golpe secó
produjo un sonido extraño, como si una bolsa con agua reventara de repente.
—Mierda, qué horrible es este tipo de
dolor— decía Belcebú mientras, tumbada en el piso, intentaba ponerse de pie.
—Si no vas a responder es mejor que
abandones ese cuerpo... Podría dejar inutilizada tu mente durante un buen
tiempo si no lo haces.
—Pedazo de mierda
insensible...—Comenzó a toser sangre.
—Ustedes son formas de conciencia
inferiores ¿Piensas que expresiones de mierda como tú me interesan?
Cao cayó de rodillas.
<<Es tremendamente difícil
mantener un cuerpo en este mundo con esas heridas... Maldición...>>
Paf
El cuerpo de Cao cayó muerto.
—Débil...
El ángel apagó el brilló que su
cuerpo emitía. La noche mostraba un aspecto extraño pues las nubes danzaban en círculos
alrededor de la posición de este ente celestial.
Shhhhhh
Una lluvia de otoño. El cuerpo de Cao
yacía inerte y ensangrentado... Su recubrimiento sólido y refulgente estaba
resquebrajado como si fuera el cascarón de un huevo en las partes donde recibió
los golpes. Miguel miraba al cielo, mojando su rostro con la lluvia, con una
inexpresiva tranquilidad.
—Jajajaja...
***
Por otro lado, Agrat se refugiaba en
el callejón, sus ropas estaban mojadas por la lluvia que había caído sobre la
ciudad. Se puso de pie pero cayó, sus piernas temblaban y su vista estaba
nubosa...
—¿Qué me sucede?
Tomó su teléfono y comenzó a marcar.
Buruburuburuburu.
Al otro lado de la ciudad un muchacho
limpiaba los cristales de sus gafas. El teléfono comenzó a sonar, se acercó
tranquilo para responder pero su madre se le adelantó.
—Hola, familia Cortés al habla— dijo
con una sonrisa. — ¿Hum? Cortaron...
Segismundo sonrió —Bueno quizá se
equivocaron— su madre, con un dedo bajo sus labios miraba el techo...
—Creo que voy a salir a comprar unos
pasteles para la cena.
—Pero está lloviendo mamá, yo iré, no
te preocupes.
— ¡No!
— ¿Mamá?—preguntó Segismundo.
—Ya vuelvo...—tomó un paraguas y se
marchó tranquilamente —tengo ganas de estirar las piernas.
<<Mamá... ¿Qué sucede?>>
Buruburuburuburu.
El teléfono sonó otra vez, Segismundo
se acercó... Tomó el auricular y...
—Hola...
—Oye, pequeñito, necesito tu ayuda...
— ¿Agra... ¿Ágata? ¿Por qué susurras?
—Ven por mí, estoy en un callejón,
desde aquí veo una placa de dirección, dice "Avenida treinta y seis
número..."
—Oye... Rayos se cortó...
Segismundo marcó el número de celular
de Agrat luego de dos minutos después de la llamada, pero una voz grabada le
decía que el teléfono al que llamaba estaba fuera de cobertura, lo cual le
pareció extraño ya que la avenida treinta y seis estaba dentro de la zona sur
del distrito, zona donde se encontraba su casa.
<<Maldición, avenida treinta y
seis, tardaré si voy a pie ¿Por qué susurraba? Ella puede volar, transportarse
instantáneamente y además tiene mucha fuerza ¿Por qué me necesita? Susurra para
que no lo escuchen otras personas, entonces quizá ella está en problemas...
¿Qué le podría causar problemas a una chica demonio? Puede darle golpes a
cualquiera que se quiera pasar de listo... ¿Por qué me preocupo por ella? Solo
es mi socia... Ella me lo dijo, solo soy un...>>
— ¡Segismundo que te quites!
—Oh, Helena, lo siento ¿Usaras el
teléfono? Mírate, estas toda mojada... Espera ¿Acabas de llegar?
— ¿Que sucedió? ¿Estás bien?
—Estaba con ella tomando un café, y
un tipo armado entró al restaurante. No hizo nada pero yo escapé... Debo
asegurarme que ella esté bien, ya llamé a la policía pero mi celular no tiene
su número anotado, soy una tonta.
— ¿Eso fue en la avenida treinta y
seis?
—No, de hecho fue en la doce.
—Eso está al norte, ella me llamó
hace poco, me veré con ella— decía Segismundo mientras se colocaba un abrigo y
tomaba un paragüas. —Será mejor que veas las noticias, ya vuelvo.
— ¡Oye gran tonto! ¿Ágata está bien?
—Oh, si la conocieras como yo sabrías
que está bien...
— ¿Y por qué ahora que está
lloviendo? Tú... ¿Tú no irás a hacer alguna locura, verdad?
Segismundo se ruborizó —Me-me llevaré
la bici de papá.
***
—Jaa Jaaa.
Estoy pedaleando duro sobre las
calzadas mojadas, cae buena cantidad de agua, es extraño. Gracias a mi breve
pero interminable paso por el coma pude memorizar el mapa, no suelo salir mucho
así que esto es muy útil...
Shiagshiagshiag.
¿Qué? tuve que detenerme, que
extraño, una bandada de pájaros, volando bajo la lluvia, extraño... ¡Ah! Las
nubes, están girando en ese lugar... Agrat debe estar ahí, puede ser peligroso
¿Por qué no solo vuela? ¿Por qué me preocupo? Mis pies pedalean solos...
Avenida treinta y seis, un callejón
con una pelirroja es lo que busco, pero esta avenida tiene más de treinta
calles... Los autos pasan lento, la gente pasa con sus paraguas lentamente.
Agrat ¿Dónde estás? Camino con la bici ¿Por qué en un callejón? Ahora que
recuerdo fue en un callejón donde ella me mordió... Es un poco vergonzoso. No
te encuentro... Ya van muchas calles, la
gente se pone a ver esas nubes dando vueltas, pero está lejos de esta
avenida... Parece que a ninguna persona le sirve el teléfono ¿Qué hiciste
Agrat?
Pum Pum...
Mi corazón, duele...
Pum Pum
¿Qué esta sensación? Algo viene, debo huir, esconderme... ¿Qué es
esto? Puedo sentirlo, algo quiere matarme... No hay nadie viéndome, nadie
acecha, pero estoy temblando... Avanzaré sin llamar la atención. Shhhh la lluvia es intensa.
— ¡Buah! — algo me tiró hacia atrás...
Es suave, y algo caliente.
—Tardaste, humano estúpido — me dijo susurrando,
antes de ese bravo cielo estaba un rostro familiar, un rostro perfecto,
simétrico, pulcro, del que caían rojas hebras. Yo con la mitad del cuerpo en un
callejón mojado y la otra en un cuerpo esbelto, caliente, igual de mojado pero
muy blando, como espuma...
— ¿Por qué susurras?
—Algo allá afuera quiere matarme.
— ¿"Algo"? Agrat, no te
entiendo bien pero si algo anda mal deberías hacer eso de aparecer y
desaparecer— me puse de pie.
—No puedo, y baja la voz.
— ¿Qué rayos quiere matarte, mujer?
—Shhhh, vámonos de aquí, te lo
explicaré luego— entrelazó mi brazo con el suyo y me llevó hacia la bicicleta
que había abandonado a un metro del callejón. Por alguna razón la sensación de
ser perseguido menguó, quizá ella me hace sentir más seguro, me odio por
admitirlo. Caminamos juntos, lento, en opuesta dirección a las nubes anómalas
que ya se desvanecían, yo llevaba la bici con una mano y ella el paraguas, íbamos
muy lento pegados a la calzada, intentando no incomodar a los otros peatones.
—Ese monstruo se ha manifestado...
— ¿Monstruo? ¿De qué hablas Agrat?
—Baja la voz, tonto... Te explicaré—
cruzó los brazos y se encogió ¿Tienes frío? ¿Tú? La chica de piel helada que me
amenazó con esas uñas... Garras... —Hoy estaba familiarizándome con tu hermana,
ella debe creer que somos una pareja, ella tiene un potencial similar al tuyo,
no la quiero curioseando en nuestros asuntos... Apareció un hombre, pero no es
humano, es un cazador... De alguna manera un ente de Dios ha llegado para
matarnos...
—Cielos, otra vez olvidé que había
más como tú— le dije. —Debe ser por eso que sentí ganas de salir corriendo hace
poco.
— ¿Lo sentiste?—Me preguntó, volteó
intensamente a verme... Ahora que la veo no lleva zapatos y su blusa está toda
mojada... La gente nos mira y cuchichea, creo que me estoy acostumbrando.
—Si-si... No fue muy agradable.
—Eres increíble... Si no fueras tan
inseguro te daría un beso...
—Verás, esa cosa puede sentir cuando
un demonio altera la realidad... Yo, desde mi mundo, proyecto mi consciencia
para crear este bello cuerpo que tienes por novia.
— ¿Es necesario decir eso? Ya
hablamos de eso...
—Calla y escucha. Mientras me
concentre en existir aquí, junto lo que ustedes llaman átomos para formar un
cuerpo humano.
—Yo creí que era un cuerpo de demonio
¿Y tus alas?
—Jaja, mi apariencia es similar, esto
es un aproximado, una "versión " humana de Agrat. Para las alas solo
debo dejar de concentrarme un poco, yo tengo alas en mi mundo, no cualquier
demonio puede proyectarse aquí.
—Así que tu cuerpo es humano...
¿Incluso podrías tener un bebé?
—Bueno podríamos experimentar...
—Olvídalo.
—Como decía... Ese cazador siente
cada vez que altero algo, el hecho de conservar forma humana deja un rastro
débil, pero si relajo mi mente las personas verían un demonio andando por la
calle... ¿Qué haces?
—Si no puedes regular tu temperatura
enfermaras, tarde o temprano usaras tu... ¿Poder? para solucionarlo y nos
descubrirá... Así que usa mi abrigo y mis zapatos...
—De acuerdo, pero no esperes halagos.
—Lo hago por el bien de nuestra
rela... trato... ¿Qué pasó con tus zapatos?
—Mis sandalias cayeron mientras
volaba.
—Vaya...
—Esa cosa es un monstruo, Segismundo,
si de verdad puedes sentirlo, y vaya que es increíble, huye. No estés de
curioso, no hagas contacto, aléjate porque si descubre el Promotion Game, no se
detendrá hasta tener tu cabeza. Hablo muy en serio. Yo no podré usar algunos
trucos hasta tener un buen panorama de la situación.
— ¿Agrat, cuando no estás conmigo,
donde estás?
—Suficiente de plática, estoy muy
cansada...
—Te llevaré en bicicleta— acomodé el manubrio.
— ¿De verdad quieres embarazarme?—
respondió afilando la mirada.
—Solo sube, no sería bueno que algo
te suceda mientras no puedas usar tus habilidades.
Llegué a casa con Agrat sobre la bici
de papá. Se aferraba a mi cuerpo, ambos tiritábamos. No le pregunté a donde ir,
solo la traje aquí naturalmente, espero que haya comida suficiente para que
ella pueda comer, en este momento ella es muy similar a un ser humano.
Pasamos y la dejé un momento en el
recibidor, le expliqué rápidamente a mamá lo que sucedía cuando...
—Segismundo...
—Pa... Padre...
Parte
2
Mamá sonreía, quería portarme
apropiadamente pero Agrat estaba débil y mojada en el recibidor ¿Eh? Helena se
la lleva ahora arriba, me sonríe... Bueno, no es lo apropiado pero si son
chicas está bien... Me acomodé las gafas y saludé a papá con un sobrio apretón
de manos, pero luego el me abrazó... No sé si es por lo que me ha estado
sucediendo recientemente, pero esto se siente tan intenso... Es extraño, papá
no es muy expresivo, trabaja por jornadas fuera pero pasa con nosotros sus
vacaciones. Mamá en cambio es muy expresiva, se ruboriza al hablar de su
esposo... Supongo algún día también me pondré colorado al recordar cosas que
hice con mi persona especial.
—Segismundo... ¿Estás del todo bien?
En cuanto me enteré de tu accidente regresé a casa, pero en el camino me
dijeron que te recuperabas muy rápidamente.
—Bueno papá, fue un milagro, no
siento nada fuera de lugar y el médico dice que estoy muy saludable. Pero cuéntame
sobre ti ¿Alguna novedad interesante?
—Ya hablaremos hijo, por cierto, ve a
secarte, mojas mi casa. Y dile a tu novia que se quede a cenar...
—Oh...— no podía ver el rostro de
mamá pero es justo lo que necesitaba. —Está bien papá.
***
Subí tranquilo hacia mi habitación,
quería coger una muda de ropa y pasar por la ducha.
— ¿Entonces él te rescató?
—Sí. Había un hombre malo que me
perseguía, en la confusión del restaurante subí a cualquier bus y me perdí.
—Ese sujeto armado, en las noticias
no salió para nada algo sobre eso ¿Segura que traía un arma? Oye mi ropa te
queda ajustada, y no soy muy delgada que digamos.
—Tu hermano me tiene en forma jaja.
—Oye no hables conmigo sobre esas
cosas.
—Jaja lo dije por fastidiar.
Parece que se están divirtiendo...
No, ella solo finge, solo es una estupenda actriz.
— ¿Qué haces ahí?
!Buah!
—Papá— me acomodé las gafas— me
asustaste.
Del baño salió Helena, y tras ella
Agrat, Ágata para los demás. Tenía una camiseta de mangas largas y unos
pantalones de mezclilla, Helena le había hecho una trenza a su largo cabello...
No puedo negar que por primera vez, una chica me parece hermosa... No, por
segunda, por segunda vez.
—Bueno chicas, la cena está por
servirse así que bajen, a la mesa — dijo mi padre.
—Usted... Su nariz es igual a la de
Segismundo ¿Es su padre?— preguntó Agrat, muy curiosa para la edad que
aparenta.
—Jaja, si muchachita. Soy Raúl
Cortés, pero nos conoceremos mejor durante la cena. No tardes hijo, te
esperamos.
Shhhhh
Me estoy dando un baño caliente
mientras pienso en lo sucedido, se supone a esta edad las dudas y problemas son
la chica que no te hace caso o la presión para iniciarte en el alcohol, no un
lio con un cazador de demonios. No quiero que Agrat muera, aunque si pasara mi
vida estaría tal cual como la dejé... Aunque más "despierto"...
Hummm... Puedo sentirla, no sé si es por mi "despertar" o por nuestro
emblema tatuado. Está allá abajo, en la cocina con mamá y Helena, ya se están
llevando mejor. Mamá estaba muy preocupada, le dio una buena bofetada según
Helena esa vez pero ya todo se está solucionando... Jaaaaai... No me gusta que
me salga vello ahí... Vaya, al menos esta parte de la adolescencia me es
normal. Con ese cazador suelto esto debería ser la menor de mis preocupaciones.
***
Bajé ya vestido, Papá ya estaba en la
mesa, su bigote es espeso... Es tal cual lo recuerdo. Nos sentamos a la mesa,
Helena siempre da gracias antes de comer, siempre la esperamos, olvidé cuando
se volvió tan creyente...
Fue una cena bastante normal, papá
estaba muy curioso con Agrat, y ella tenía respuesta para toda pregunta. Se
había creado una vida, empezó diciendo que venía de Estonia, un lugar no muy
conocido por aquí, aunque su apellido era alemán, o al menos eso parece. Agrat
“Litovsk”, no creo que las etnias cercanas al mar báltico sean pelirrojas pero
esa mentira funciona bastante bien. También dijo que trabajaba media jornada
como mesera en un restaurante, pero ahora que rentaba un piso cerca de una
escuela, trabajaba en la cafetería de ahí. Es extraño ¿Por qué tenía entonces
ropa de oficina la segunda vez que nos vimos?
En este momento estamos en la sala
divididos por los espacios entre los sofás. Mamá está con papá, Helena en el
sofá de un solo espacio y yo con Agrat, era inevitable, predecible… Papá sigue
interrogándola.
— ¿Y qué lengua hablan en Estonia?
—Pues, estonio. Solo viví en Tallín
mis primeros años de vida así que no se muchas cosas de allá— sacó la lengua.
— ¿Tallín es la ciudad capital?
—Correcto— tomó mi brazo.
— ¿Oye y como conociste a mi hijo?—
preguntó subestimando la importancia de la pregunta.
—Pues fue muy extraño, solo nos
topamos, hablamos y nos entendimos. Fue bello, ya me estoy poniendo toda roja
solo por mencionarlo.
–Bue-bueno, supongo que está bien
así, aun son jóvenes, no debería concentrarse mucho en cosas tan profundas.
—Solo quiero que sean felices— añadió
mamá, no nos miraba. Helena estaba de cabeza en el sofá, con las piernas en el
respaldar, mirándonos con una cara que denota incredulidad.
—De eso quería hablarles hoy, verán,
he juntado buen dinero, el apartamento que rento es casi mío… Así que me
gustaría vivir con Segismundo desde ya…
¿Pero qué…? Agrat acaba de dejar
colgadas las mandíbulas de mis familiares.
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