La
última bruja
CAPITULO 2: LA GRAN SALVADORA HA LLEGADO
-Princesa,
necesito que venga conmigo nuestro rey me... -.
-¡¿Donde está mi padre ?! -
la princesa se incorporó velozmente al escuchar sobre su padre.
-¡¿Donde está mi padre ?! -
la princesa se incorporó velozmente al escuchar sobre su padre.
Cabello que acariciaba sus costillas, anaranjado rojizo bien peinado con un par mechones en su rostro, tez clara, ojos azules llenos de angustia y facciones hermosas. Su pecho levemente más grande que el promedio, cintura y cadera aún en desarrollo pero igualmente atractivas, todo eso bajo un gentil vestido del color de la espuma de mar que dejó maravillado a Jalil unos segundos hasta que reaccionó.
-...Su
Alteza, lamento mucho informarle que vuestro padre no ha...
podido...-.
Sin poder terminar la frase no pudo evitar bajar la cabeza.
- No, no, no es verdad -.Neylian comenzó a respirar agitadamente y caer en la deseperación.- ¿ Qué es lo qué voy a hacer ahora ?
-...Su último mandamiento fué que yo la escoltase ante el rey de Mazera, pero ahora seria peligroso ir de noche, pero no puedo garantizar que aquellos monstruos no regresen mañana, asi que creo que lo mejor sería partir ahora.
-Entonces, su real Alteza y señor... .
-Jalil Phaldria.
-....Si me disculpan iré a preparar el carruaje real.
- Jamás perdonaré a esas cosas- Neylian con su rostro lleno de rabia intentaba calmar su respiración - Me aseguraré que cada una de ellas sea eliminada-.
- Y así será su alteza, puedo asegurarlo-.
Pasado un rato la criada volvió y entró a la habitación donde se encontraban Jalil, apoyado en una pared a un lado de la puerta con los brazos cruzados, y a Neylian sentada en la cama con sus manos en su rostro.
Sin poder terminar la frase no pudo evitar bajar la cabeza.
- No, no, no es verdad -.Neylian comenzó a respirar agitadamente y caer en la deseperación.- ¿ Qué es lo qué voy a hacer ahora ?
-...Su último mandamiento fué que yo la escoltase ante el rey de Mazera, pero ahora seria peligroso ir de noche, pero no puedo garantizar que aquellos monstruos no regresen mañana, asi que creo que lo mejor sería partir ahora.
-Entonces, su real Alteza y señor... .
-Jalil Phaldria.
-....Si me disculpan iré a preparar el carruaje real.
- Jamás perdonaré a esas cosas- Neylian con su rostro lleno de rabia intentaba calmar su respiración - Me aseguraré que cada una de ellas sea eliminada-.
- Y así será su alteza, puedo asegurarlo-.
Pasado un rato la criada volvió y entró a la habitación donde se encontraban Jalil, apoyado en una pared a un lado de la puerta con los brazos cruzados, y a Neylian sentada en la cama con sus manos en su rostro.
-El carruaje y los caballos están listos - Anunció la criada.
..........................................
Cierto tiempo pasó antes de llegar a la frontera entre Rakeza y Mazera.
El
carruaje real temblaba numerosas veces en el camino rocoso en el que
se trasladaba. En los laterales del camino, bosques espesos y
oscuros. Jalil se quejaba cuándo el vehiculo daba un brinco, no
estaba acostumbrado a viajar, el carruaje solo traia dos asientos
enfrentados pero con la distancia suficiente.
- ¡Ay!, Su alteza, no quiero sonar descortés pero, ¿está segura de que esa sirvienta sabe conducir ?-.
Preguntó Jalil mientras frotaba su trícep derecho.
- Es uno de los requisitos para servir a la... familia de Rakeza-. Respondió Neylian con tono apagado y mirada perdida en el suelo- No te preocupes.
- “¿Podríamos apurarnos?, estoy empezando a marearme” -.
Comentó Xio dentro de la cabeza de Jalil.
- ¿Cómo es qué tu puedes marearte? De todos modos aguanta un poco más, ya estamos cerca-.
Susurró Jalil.
- ¿Eh?, ¿has dicho algo? -
Preguntó vagamente Neylian aún cabeza abajo.
- Aah no, solo... estaba suspirando-.
Al segundo de pronunciar esa última palabra se escuchó un grito y el carruaje se detuvo repentinamente “quédese aquí, Su alteza, iré a ver qué ha sucedido” ordenó Jalil y sacó de su bolsa una pequeña vara de madera para salir afuera.
A unos metros de él había un cuerpo senil sobre el terreno de tierra con un profundo agujero en su tórax. Los ojos del fiambre miraban fijamente a Jalil “la criada” pensó rápidamente Jalil, entonces la pequeña vara creció velozmente para adquirir la forma de un bastón alto y grueso de madera con el extremo encurvado. Al querer dar un paso hacia adelante sintió un pequeño brazo en su estómago que lo detenía.
- Espera un segundo, mocoso.-. Xio apareció repentinamente en su adorable apariencia humana - Parecer ser que dos de esas bestias se desviaron de su grupo y se perdieron por aquí -.
- ¿Dónde están?- Preguntó Jalil mirando a sus alrededores.
- Se han escondido en el momento en que ústed salió, están esperando que bajes la guardia.
Sorpresivamente en un instante del bosque, por el suroeste, una criatura saltó hacia ellos.
- ¡Amo, cuidado atrás suyo!.
Jalil pudo esquivar exitosamente el aparente ataque y alejarse lo suficiente para presenciar al atacante.En efecto. Era de la misma especie que invadió y destruyó el templo.
Su altura era un poco menor, sus dos patas, con afiladas garras en forma de garfio, pero estaba algo encorvado, un par de alas picudas saliendo de su columna, piel oscura con escamas que brillaban a la luz de la luna junto con su cabeza con un gran hocico, ojos de reptil y largos brazos con dedos afilados que pudieron apreciar Jalil y Xio mientras se acercaba velozmente
-Desciende del anhelado cielo-. Jalil levantó su bastón en alto- Y descarga tu ira en mi adversario, todopoderoso... - Y apuntó el extremo hacia el monstruo - ¡Rayo!-.
El monstruo cayó a los pies de Jalil “¿Acaso esa cosa a sonreido?” pensó Jalil no escuchando el grito de Xio de que se apartara de ahí.
Otra bestia lo atacó por detrás con sus zarpas desgarrando y dejando graves heridas en la espalda de Jalil que cayó bruscamente al suelo despojándolo de su bolsa y bastón.
No lograba incorporarse debido a la gran herida en su espalda, la bestia al darse cuenta de esto saltó hacia Jalil para terminar con su sufrimiento.
- ¡Maldita sea, no quiero morir! -.
Apenas alcanzando el bolsillo de su pantalón sacó con cuidado el pergamino que el rey de Rakeza le entregó - ¡Dioses perdónenme, le tengo miedo a la muerte! -.
Con las fuerzas que le quedaban logró darse vuelta y abrir el pergamino en la cara del monstruo justo cuando este estaba a veinte centímetros de él - ¡Invocación!-.
El pergamino despidió una enorme luz blanca que transformó la noche en dia por un momento. Esta luz baño completamente al monstruo incinerándolo y haciéndolo cenizas.
Jalil y Xio quedaron ciegos un momento pero cuándo la vista de Jalil se aclaró ligeramente, antes de desmayarse, logró ver a unos pocos metros, la figura de una mujer que yacia inconsciente en el suelo con una ropa que jamás había visto.
-¿Pero qué dem...? -.
Débilmente fue lo único pudo decir Jalil antes de caer desmayado.
- ¡Ay!, Su alteza, no quiero sonar descortés pero, ¿está segura de que esa sirvienta sabe conducir ?-.
Preguntó Jalil mientras frotaba su trícep derecho.
- Es uno de los requisitos para servir a la... familia de Rakeza-. Respondió Neylian con tono apagado y mirada perdida en el suelo- No te preocupes.
- “¿Podríamos apurarnos?, estoy empezando a marearme” -.
Comentó Xio dentro de la cabeza de Jalil.
- ¿Cómo es qué tu puedes marearte? De todos modos aguanta un poco más, ya estamos cerca-.
Susurró Jalil.
- ¿Eh?, ¿has dicho algo? -
Preguntó vagamente Neylian aún cabeza abajo.
- Aah no, solo... estaba suspirando-.
Al segundo de pronunciar esa última palabra se escuchó un grito y el carruaje se detuvo repentinamente “quédese aquí, Su alteza, iré a ver qué ha sucedido” ordenó Jalil y sacó de su bolsa una pequeña vara de madera para salir afuera.
A unos metros de él había un cuerpo senil sobre el terreno de tierra con un profundo agujero en su tórax. Los ojos del fiambre miraban fijamente a Jalil “la criada” pensó rápidamente Jalil, entonces la pequeña vara creció velozmente para adquirir la forma de un bastón alto y grueso de madera con el extremo encurvado. Al querer dar un paso hacia adelante sintió un pequeño brazo en su estómago que lo detenía.
- Espera un segundo, mocoso.-. Xio apareció repentinamente en su adorable apariencia humana - Parecer ser que dos de esas bestias se desviaron de su grupo y se perdieron por aquí -.
- ¿Dónde están?- Preguntó Jalil mirando a sus alrededores.
- Se han escondido en el momento en que ústed salió, están esperando que bajes la guardia.
Sorpresivamente en un instante del bosque, por el suroeste, una criatura saltó hacia ellos.
- ¡Amo, cuidado atrás suyo!.
Jalil pudo esquivar exitosamente el aparente ataque y alejarse lo suficiente para presenciar al atacante.En efecto. Era de la misma especie que invadió y destruyó el templo.
Su altura era un poco menor, sus dos patas, con afiladas garras en forma de garfio, pero estaba algo encorvado, un par de alas picudas saliendo de su columna, piel oscura con escamas que brillaban a la luz de la luna junto con su cabeza con un gran hocico, ojos de reptil y largos brazos con dedos afilados que pudieron apreciar Jalil y Xio mientras se acercaba velozmente
-Desciende del anhelado cielo-. Jalil levantó su bastón en alto- Y descarga tu ira en mi adversario, todopoderoso... - Y apuntó el extremo hacia el monstruo - ¡Rayo!-.
El monstruo cayó a los pies de Jalil “¿Acaso esa cosa a sonreido?” pensó Jalil no escuchando el grito de Xio de que se apartara de ahí.
Otra bestia lo atacó por detrás con sus zarpas desgarrando y dejando graves heridas en la espalda de Jalil que cayó bruscamente al suelo despojándolo de su bolsa y bastón.
No lograba incorporarse debido a la gran herida en su espalda, la bestia al darse cuenta de esto saltó hacia Jalil para terminar con su sufrimiento.
- ¡Maldita sea, no quiero morir! -.
Apenas alcanzando el bolsillo de su pantalón sacó con cuidado el pergamino que el rey de Rakeza le entregó - ¡Dioses perdónenme, le tengo miedo a la muerte! -.
Con las fuerzas que le quedaban logró darse vuelta y abrir el pergamino en la cara del monstruo justo cuando este estaba a veinte centímetros de él - ¡Invocación!-.
El pergamino despidió una enorme luz blanca que transformó la noche en dia por un momento. Esta luz baño completamente al monstruo incinerándolo y haciéndolo cenizas.
Jalil y Xio quedaron ciegos un momento pero cuándo la vista de Jalil se aclaró ligeramente, antes de desmayarse, logró ver a unos pocos metros, la figura de una mujer que yacia inconsciente en el suelo con una ropa que jamás había visto.
-¿Pero qué dem...? -.
Débilmente fue lo único pudo decir Jalil antes de caer desmayado.
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