16 feb 2016

NOX VOLUMEN 3 CAPITULO 15



AQUÍ LES DEJÓ UN CAPITULO MAS DE NOX.  ESPERO QUE LES GUSTE. 
POSTDATA A VECES SOLO QUIERO VER ARDER EL MUNDO.










Capítulo 15





Jean se encontraba dándose un baño, el agua caliente relajaba todo su ser. Su cabello, pestañas, cejas y ojos habían regresado al dorado habitual del verano. Solo la marca de Le Morte había desaparecido de su cuerpo. Desde el incidente con Sila, el joven decidió mantener oculta la marca todo el tiempo.



Terminado de asearse, se secó, puso nueva ropa y aplicó nuevamente sobre su persona un conjuro de ilusión. En la cocina, tomándose su tiempo preparó el desayuno para cuatro personas: Sila, Wolvi, el lobo y él.



En esta ocasión cuando Jean le dio de comer al lobo este no se mostró tan agresivo como la primera vez, aunque aún seguía sin confiar en las personas.



Después de colocar los alimentos en la mesa, Jean fue a su habitación a despertar a dos hermosas señoritas.



Sila y Wolvi, dormían plácidamente en la cama de Jean. La joven ninfa al parecer tenía malos hábitos al dormir, su posición era terrible, desparramada  ocupaba casi toda la cama. Por otra parte la señorita lobo en un rincón abrazaba fuertemente una almohada, ella se encontraba echa bolita.



Al verlas tan indefensas Jean suspiró, antes de despertarlas disfruto de la vista por un par de minutos.



Jean tuvo un gran reto intentando levantarlas. Wolvi fue la primera en despertar, seguida de Sila.



-Buenos días señoritas, el desayuno está listo-.



-Buenos días Jean-.



Sus compañeras le respondieron distraídamente. De repente Wolvi tuvo una remembranza de la noche anterior.



-Jean, anoche nosotras…-



El joven decidió aclarar la situación antes de que un malentendido como el de la profesora Seyd volviera a pasar.



-No pasó nada, yo dormí en otra habitación. Tuve que obligarlas a que durmieran espero que no me guarden rencor-.



Sila escuchó en silencio sin decir nada.



-Bueno síganme antes de que la comida se enfríe-.



Las dos señoritas siguieron a su compañero, después de sentarse en la mesa. Sin mediar palabra educadamente comenzaron  a comer.



Pasados unos diez minutos Jean decidió hablar, las dos señoritas le dirigían miradas llenas de reproche, el joven no pudo aguantar más.



-Sila, Wolvi, si hay algo que quieran decir, siéntanse libres de hacerlo-.



-Fuiste un cobarde-.



Sila fue la primera en reclamar.


-Un guerrero nunca huye de una batalla-.



Wolvi también se sentía agraviada.



Ambas señoritas recordaban claramente lo sucedido en la noche. Jean no quiso tomarlas. Obviamente su orgullo había sido dañado.



Jean dio un sorbo a su taza llena de té, antes de responder.



-Ya veo. Supongo que puedo entenderlas. Pero yo también tengo algunas cosas que decirles-.



Mirándolas seriamente Jean les hizo una pregunta, mostrándoles ambas manos.



-¿Ven algún anillo en mis manos?-.



Sila y Wolvi intercambiaron miradas entre ellas, pues no entendían por qué Jean les hizo una pregunta tan extraña.



-No-.



Esa fue lo único que pudieron decir.



-Yo estoy cansado de que las mujeres me vean como un objeto. De que solo quieran saciar su lujuria usando mi cuerpo. Lo único que quiero es una relación sana y amorosa, pero todas las mujeres que se me acercan lo hacen con intenciones carnales-.




Jean nuevamente tomó un trago de té. En ese momento su mirada se había vuelto seria y fría, sus ojos habían perdido todo brillo. Observaba a sus compañeras fijamente como si viera a una vil criatura sin valor alguno.



Sila y Wolvi ante esto, se pusieron nerviosas, inmediatamente su ritmo cardiaco aumento así como su sudoración.



 -Sin tomar en cuenta la forma en la que me convertí en tu novio, Sila, tengo entendido que las ninfas de la noche le cantan una hermosa aria a  la persona que quieren que sea su pareja para toda la vida, personalmente pienso que eso es muy romántico. Es triste saber que lo más romántico que hiciste anoche fue intentar quitarme los pantalones-.




El joven volvió a beber de su taza, luego fulminó a Sila con otra pregunta.



-Sila, ¿te volviste mi novia para saciar tu lujuria conmigo?-.




Al escucharte esto Sila se arrojó al suelo en posición de súplica, colocando su frente en el suelo, sin intentar por un momento ver a la cara al joven.



-¡Lo siento mucho Jean! ¡No lo volveré hacer! ¡Me he dado cuenta de que hice mal!-.



El corazón de la bella doncella se encontraba lleno de vergüenza y culpa.



-Creo que debo irme…-.



Wolvi intentó escapar, pero Jean la detuvo.



-Espera, también hay cosas que quiero decirte Wolvi Licaon-.



La amable voz de Jean se había ido, eso puso a Wolvi en alta tensión. Inmediatamente volvió a su asiento.



-Wolvi, Dime sin mentir ¿Estás interesada en mí? Si no dices la verdad dejaré de hablarte-.



Esa amenaza surtió un efecto inmediato en la joven doncella.



-…Si, Cuando estoy contigo me siento bien, mi corazón late con fuerza y deseo poder pasar más tiempo a tu lado-.



Wolvi se sorprendió de las palabras que salieron de su boca. Inmediatamente agachó su cabeza para que Jean no pudiera ver la expresión de su rostro.



-Las mujeres de tu raza también tienen una interesante tradición, durante todo un ciclo Lunar, es decir 28 días seguidos, toman la iniciativa de cortejar al hombre que les gusta antes de declararse y proponerle matrimonio-.



-¡Si, estás en lo cierto! ¡Es una costumbre muy antigua e importante de mi raza!-.



Wolvi alzó la voz, se encontraba bastante alarmada. Al igual que Sila, su corazón se llenó de vergüenza.



-Si es tan importante entonces y estás interesada en mi ¿Por qué no has intentado cortejarme adecuadamente? Apenas tenemos unos días de conocernos y ya querías mi cuerpo-.



Jean habló sin piedad.



-¡Mis más sinceras disculpas! ¡No sé qué me pasó!-.



Wolvi también se arrojó al suelo en la misma posición que Sila, la vergüenza le quemaba el corazón.



-Desvergonzadas Señoritas creo que hay un dicho popular que se aplica a esta situación, “Para que comprar a la vaca si pueden tener la leche gratis”.-.



El joven guardó silencio un segundo después les preguntó.



- ¿Hay algo que quieran añadir a esta conversación?-.




Jean azotó ligeramente su taza en la mesa. El ruido hizo que a ambas señoritas se les hiciera un nudo en la garganta y tragaran saliva. En ese momento comenzaran a temblar. Ambas estaban al borde del colapso, ninguna hizo sonido alguno.




-¿Creen que soy un hombre cualquiera?-.



-¡Humildemente te pedimos perdón!-.



Sila y Wolvi de alguna forma se sincronizaron para pedir perdón.



Viéndolas en tal miserable estado, Jean por fin se ablandó, su tono de voz regresó a lo habitual.



-Si son serias conmigo, demuéstrenmelo. Y les prometo que no huiré. Habiendo dicho eso me retiro, tengo cosas que hacer. Pero siéntanse como en su casa-.



Sila y Wolvi no se atrevieron a alzar su rostro para ver a Jean salir, solo pudieron escuchar como la puerta se abrió y luego cerró.



Después de unos momentos se pusieron de pie y corrieron a abrazarse mutuamente.



-¡Soy una mala mujer!-.



-¡Yo también!-.



Por un largo tiempo esta escena continuó.



Ellas habían pensado que Jean era un cobarde, pero el resultado final fue algo inesperado. Él  aceptaría sus sentimientos y las volvería sus esposas, si ellas realmente eran serias.



Al otro lado de la puerta Jean se encontraba parado, una sonrisa se formó en su rostro antes de que continuara su camino.



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-¡Maldición! ¡No debí tomar tanto! Siento que la cabeza me va a explotar-.



Leil Rewn amaneció con un severo dolor de cabeza, ese fue el precio que tuvo que pagar por beber toda la tarde y noche con las profesoras Seyd y Marshall.



Lo único bueno de todo fue que al final convencida por la profesora elfo, Leil decidió usar la corona de oro.



Este día era su descanso pero por cierto asunto urgente fue llamada a la central de caballeros, apenas poner un pie en ese lugar fue recibida por uno de sus subalternos.



-Líder Rewn, bienvenida-.



-Dime los detalles de este caso, por favor. Escuche que fue algo inusual-.



-Si, encontramos dos estatuas de plata-.



-¿Un robo?-.



-No, dos cadáveres para ser más exactos. Los testigos dicen que un mago de baja estatura totalmente ataviado de negro con solo tocarlos los transformó en estatuas de plata-.



-Es la primera vez que escucho algo tan extraño. Hicieron bien en llamarme. ¿Algún detalle más que hayan logrado descubrir?-.



-Solo que las dos víctimas son parte de la agrupación ilegal conocida como “Mantícora de destrucción”-.



-(¿Manticora?, ¡Ese es el grupo que podría estar metiendo ilegalmente estudiantes en el laberinto! ¿Será una coincidencia?)-.



De repente en la mente de Leil la imagen de una persona específica apareció.



 -Reúne a un grupo de hombres tengo una idea de que podría estar pasando-.



-Entendido, Líder-.



Sin perder tiempo el subordinado se retiró a cumplir sus órdenes.



Pasada media hora, la líder caballero y su grupo partieron hacia la Academia Shade. Fueron recibidos por el Director Rooscu.



-Hola Señorita Rewn, Bienvenida. ¿A que debo el honor de su visita?-.



Gracias Director Rooscu. En realidad vine a visitar a una persona, quisiera hacerle unas preguntas-.



-¡Oh! Ya veo, pero si es por el incidente de ayer yo mismo me encargaré-.



-¿Incidente? ¿De que incidente habla?-.



-Bueno un par de alumnos se pelearon ayer en la noche. La plaza quedó echa un desastre, hay tripas por todos lados pero ya mandé a limpiar todo. En resumen es un asunto interno-.



El director respondió con una gran sonrisa en su rostro-.



-¡¿Quiere decir que hubo un asesinato?!-.



-Jajaja. Desde luego que no. Fueron invocaciones de muertos vivientes-.



-Qué alivio por un momento pensé lo peor-.



-La entiendo yo también pensé algo así. Afortunadamente Jean Nox Crow no le tomó importancia al asunto-.



-¡Jean Nox Crow!-.



-Así es. ¿De casualidad le conoce de alguna parte?-.



Aclarándose la garganta Leil respondió.



-Si, de hecho a él vine a ver-.



El director Rooscu soltó una carcajada y luego dijo.



-Es bueno ser joven-.



-¡No es lo que piensa Director Rooscu!-.



-Él se encuentra en una de nuestras instalaciones principales. SI quiere verlo tiene mi permiso para andar libremente por la academia-.




El director Rooscu le explicó a Leil como llegar y luego se despidió.



-Lamento no poder escoltarle Lider Rewn pero tengo cosas que hacer-.



-Lo entiendo, muchas gracias por su tiempo-.



Inmediatamente salir del despacho del director la líder dirigió a sus caballeros hasta donde Jean vivía.



Toc, toc , toc.



Al llegar a su destino Leil tocó la puerta, sus subalternos se encontraban alejados según sus órdenes.



La puerta lentamente se abrió, Leil fue recibida por dos hermosas señoritas.



-Buenos días Lider de los caballeros. ¿Se le ofrece algo?-.



Leil al verlas empezó a tener un tic nervioso en una de sus cejas. Sila y Wolvi aún seguían vestidas con su ropa de dormir. La ropa de la ninfa de la noche no dejaba nada la imaginación, la de Wolvi se pegaba a su hermosa figura.



-Disculpen, creo que me equivoqué de lugar. ¿Podrían indicarme donde vive Jean Nox Crow?-.



Leil reconoció a una de las señoritas como la novia de Jean, pero a la otra doncella no la conocía.



-¿Qué asuntos quiere tratar con él?-.



Wolvi la cuestiono con una mirada llena de sospecha.



-Es un asunto oficial de Ciudad Lux-.



-Mmm. Jean vive aquí pero acaba de salir-.



Sila le respondió mientras evaluaba la reacción de la mujer caballero.




-(¡Este tipo es un casanova  además de su novia, está saliendo con otra señorita al mismo tiempo!  ¡Eso de seguro es un crimen! ¡Debo arrestarle inmediatamente!)-.



-Que Jean salga con dos mujeres no es un crimen. Él es una persona seria no un casanova-.



Sila como si leyera su pensamiento le reclamó.



-¿Qué?-.



Sorprendida Leil tontamente solo pudo preguntar.



-Si tiene un mensaje que quiera dejar se lo diremos cuando Jean regrese a nuestro hogar-.



Sila puso mucho énfasis en la palabra nuestro.



-..No, discúlpenme. ¿Cuándo podría encontrarle?-.



En esta ocasión Wolvi le respondió.



-No nos dijo a qué hora volvería. Pero me imagino que regresará un poco antes de que las clases inicien, antes de que se oculte el sol-.



-Muchas gracias, con su permiso me retiro-.



Cuando la mujer caballero se estaba retirando, Sila le llamó.



-Espere un momento-.



-Sí, ¿Qué pasa?-.



Leil volteó a verla extrañada.



-Solo quería decirle que sin importar que, yo seré la primera esposa de Jean, después de todo soy más joven-.



Dicho esto la ninfa cerró la puerta sin dar una explicación.



Leil se quedó afuera con una sonrisa amarga en su rostro. Ese comentario innecesario le molestó. Las venas de su rostro se comenzaron  a marcar.


-(¡Lo dices como si me interesara ese sujeto! !Además nunca perdería ante una mocosa como tú!)-.



Cuando regresó con sus subordinados. Toscamente les ordenó.



-¡Vámonos de aquí inmediatamente!-.



Llenos de miedo los caballeros inmediatamente obedecieron sin protestar.




Por alguna razón desde que Sila y Leil se conocieron no lograron congeniar o eso parecía a simple vista.




4 comentarios:

  1. y así comienzan los triángulos amorosos..........muchas gracias por el capitulo!!!!!!!

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  2. triangulo? tiene como a 9 tras de el

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  3. jajaj buen cap estubo bueno, jean se comporto como todo un macho alfa asiendose respetar XD

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