Capítulo 2: una vieja historia (We_can_Fight)
Resumen del capítulo anterior:
Introducción de Distopía.
Parte 1
-“Rudy, ponte bajo cubierta”
Era una madrugada tormentosa.
El monstruo de metal de cincuenta metros de largo rompía de frente las olas del mar del norte y mientras lo hacia los marineros pudieron notar estos eventos como presagios de su propia muerte.
Habían estado navegando ya por quince días y quince noches, sin embargo su imprudencia les había empujado a menospreciar el cielo ennegrecido del quinceavo día.
La quinceava noche, la noche del quinceavo día, una tormenta rompió desde el cielo embraveciendo las generalmente pacificas aguas.
Decir que eran generalmente pacificas no significa que las aguas no ofreciesen resistencia alguna, aun en los momentos en los que las aguas se podrían denominar calmadas las olas se tendían a levantar violentamente unos quince metros y las ráfagas heladas de viento podían entumecer de frio las articulaciones de las personas sobre el casco.
Aun así, los marineros decían que era pacifico porque si ponían todo su empeño tenían la sensación de poder volver a casa con vida.
Pero no en esa noche.
Esa noche los hombres vislumbraban su propia muerte.
Las olas de quince metros lentamente engullían las esperanzas de los marineros, las ráfagas de viento comparables con cuchillas de hielos lentamente destrozaban las fuerzas de los marineros.
El monstruo de metal rugía en medio de la noche sin que nadie lo pudiera escuchar, los ruidos estruendosos del choque del metal contras las aguas parecían provenir del mismo infierno, eran gritos de miedo, eran gritos en busca de ayuda, eran los gritos de una bestia a punto de morir, una bestia que en sus últimos momentos utiliza fuerzas de fuentes desconocidas para enfrentarse a aquello que lo está matando.
Era un grito de furia, esa bestia que surcaba las aguas día tras día, semana tras semana, empuño todo su orgullo y resistencia hasta en la última unión de su armazón metálico mientras rugía.
Ese grito de furia, ese grito de miedo, ese grito de plegaria.
El sonido resonaba por toda la nave y aquel que lo escuchó fue un niño, sus tiernos diez años de edad se podían notar es su infantil rostro, aun siendo tan joven el escuchó los rugidos de una bestia a punto de caer.
Así que eliminando el miedo que recorría sus entrañas, no, su miedo no fue eliminado, sino que fue eclipsado por el repentino coraje que le fue otorgado por el rugido de la bestia, Rudy, el niño de diez años de piel color trigo, corrió sobre un barco que se tambaleaba peligrosamente mientras se dirigía a la cabina del capitán.
Tenía que hacer algo… pero no sabía que.
Tenía que decir algo… pero no sabía que.
Bajo esas condiciones lo único que pasó por la mente del chico fue llegar a la cabina de mando del capitán, allí talvez descubriría lo que tenía que hacer y lo que tenía que decir.
-aquí la bestia del norte, ¿alguien pueden escucharnos?
-kuguh
Ante las suplicas y ojos llorosos de uno de los hombres de la tripulación solo se pudo oír estática.
-¡bestia del norte a centro de control, responda centro de control!
-grushb
Entonces, en el momento que creyeron que perderían toda la esperanza, de entre la estática una voz femenina se pudo escuchar.
-aquí torre de control, los escuchamos bestia del norte, ¿Cuál es su situación?
El mensaje fue trasmitido a todos los tripulantes por medio de los altavoces ubicados en los distintos puntos de la nave, era un mensaje que obligó a todos los marineros a exprimir hasta la última gota de sus fuerzas para sobrevivir.
-nos estamos enfrentando a una tormenta, estamos en serios problemas, necesitamos asistencia de alguna unidad de manera urgente.
-¿pueden confirmar su ubicación?
-sí, nos encontramos a treinta grados sobre el norte de la torre de control, a unas quinientas millas náuticas al oeste de la isla de Nueva Tierra Fría.
-…
La voz de la operadora no sonó, los tripulantes sabían la razón.
Estaban lejos, ellos lo sabían.
Estaban a quince días de la torre de control, aun en ruta directa la tomaría a un barco nueve días el poder llegar, aun así ellos guardaban la esperanza de que alguien estuviera lo suficientemente cerca como para apoyarlos esa noche.
La voz bañada en estática de la radio-operadora de la torre de control fluyó de nuevo.
-torre de control a Bestia del norte, informamos que no se puede suministrar ayuda inmediata, se le ha informado a un barco pesquero cercano para realizar asistencia, su ayuda está estimada para las horas de la madrugada…
Luego de eso la pregunta que se tenía que decir.
-… ¿creen que podrán mantenerse hasta que la ayuda llegue?
La respuesta era simple, la respuesta era: NO
Tan fácil como sumar uno con uno, todos lo sabían desde que empezaron a enfrentar la tormenta, si no recibían ayuda de manera inmediata no sobrevivirían.
Lentamente habían perdido cada una de sus oportunidades de salvarse.
Si hubiesen sido menos temerarios y hubiesen dado marcha atrás cuando el cielo se tiño de gris, si hubiesen dado marcha atrás cuando una repentina capa de nieve cubrió el barco, si hubiesen dado marcha atrás cuando vieron o creyeron ver un relámpago blanco en las nubes del horizonte.
Estaban desgastados, estaban sobre su límite, estaban sobre sus capacidades máximas, bajo estas condiciones el sobrevivir hasta el amanecer era un trabajo imposible.
-…
-…
Ambas partes de la línea guardaron silencio.
Entonces.
-¿vamos a morir?
La voz provenía de un niño de diez años parado en la cabina de control del capitán, su voz se coló por el micrófono y resonó en los altavoces de toda la nave.
Debido a que estaba alejado del micrófono el volumen no era demasiado alto, aun así no había una sola persona a bordo que no lo hubiese escuchado.
Aun cuando el sentido común dicte que es mejor que se le mienta a un niño en estos casos, había algo que le hizo imposible al capital el mentirle.
Quizás solo era que quería contestar de manera sincera a su pregunta sincera, quizás creyó que mentirle seria cruel, como alimentar a un gato en una caja le daría falsas esperanzas de sobrevivir para que al final muriese esperando una ayuda que nunca llegó, quizás el cansancio le había hecho imposible mentir, sea cual sea la razón la respuesta nunca fue un: “tranquilo, pronto estaremos a salvo” o un “saldremos de esta a toda costa”.
-aun así lucharemos.
Al igual que antes, ahora el mensaje del capitán fue transmitido tanto al centro de control como a los marinos a través de los parlantes.
-¿puedo despedirme de mi madre al menos?
En ese momento un frio recorrió las espaldas de todos los tripulantes, ser como mínimo capaz de despedirse de sus familias es lo que todos deseaban, aun así nadie había sido capaz de revelar su deseo egoísta hasta ese momento, de seguir las cosas como iban, probablemente se hubiesen llevado esos deseos a su húmeda tumba.
Pero ese niño con una sola palabra y sin intenciones de ayudar, rompió la falsa barrera que los marinos habían creado alrededor.
Si sabían acerca de que iban a morir, ¿Por qué luchaban?
La respuesta es simple, porque aún están vivos y en este momento más que nunca, justo en el borde del abismo los tripulantes de la nave encontraron una razón más para aferrarse a la vida.
Querían vivir para despedirse en paz.
Del capitán salió una respuesta menos audaz que la anterior.
-si.
Todos en el barco respiraron profundamente, un niño de diez años les había cumplido su último deseo.
-¿puedes decirme el nombre de tu madre además de dónde vive?
La voz de la operadora al otro lado de la línea dispuesta a colaborar como mensajera de los muertos se coló por los altavoces, su voz melodiosa parecía provenir de la mismísima Lorelei.
-Rebeca Nightingale, es conocida como el demonio de los mares, vive en la isla Vento.
-…
La mujer radio-operadora se quedó muda por un momento, después de todo acababa de oír el nombre de una leyenda.
Rebeca Nightingale es un nombre ostentoso y la persona que ostenta dicho nombre es reconocida por sus grandes proezas en el mundo de la navegación, aun así, como una leyenda, la mayor parte de su historia fue exagerada con el pasar de los años, las habilidades paranormales acerca del control del clima que le fue otorgado por la diosa Calipso eran una mentira, la pelea que tuvo en solitario con un monstruo marino eran una mentira. Ella solo era una marina lo suficientemente buena como para predecir grandes tormentas, no había ninguna otra habilidad, de hecho si se le quitara esta habilidad de predicción, Rebeca Nightingale se caracterizaría principalmente por su gran torpeza y poca habilidad en altamar.
Aun así, era una leyenda.
Aun así, ella salvó muchas vidas al predecir con éxito una tormenta de magnitudes devastadoras.
Solo por eso, la radio-operadora se quedó muda un breve momento.
Ella sabía que escucharía un mensaje de un niño que moriría dentro de poco.
Ella odiaba el hecho de que tenía que hacerlo se tratase del hijo de una leyenda o no, pero ella era impotente en esta situación; así que lo único que pudo hacer fue guardar silencio y revisar que el mensaje este siendo grabado correctamente.
Entonces, un mensaje del hijo de una leyenda resonó por todo el barco.
“es algo extraño.
No puedo siquiera imaginar cómo es la muerte, pero aun así logro aceptarla; no es que no tenga miedo de la muerte sino que bajo estas condiciones ya resulta ser algo inevitable.
Es al menos bueno el saber que tengo el tiempo para aceptarlo, tiempo para pensarlo y la oportunidad de despedirme.
¿Sabes?, padre logró pescar un atún realmente grande; era tan grande que todo el mundo en cubierta le felicitó, desde ese momento me propuse a pescar un atún aún más grande… pero supongo que ya es imposible.
Así que…
No, debo dejar de posponerlo…, adiós madre y perdón por no poder decir nada más”
-…
Silencio.
Aun cuando todo el mundo quería gritar, todo el mundo guardó silencio.
Entonces el niño se derrumbó sobre sus rodillas mientras sus ojos dejaban librar sus lágrimas.
No había más que decir. No había más que hacer. No había más que pedir.
El sonido del llanto viajando por los altavoces pareció opacar absolutamente todo, era como si alguien hubiese apagado las estrellas del cielo nocturno y hubiera opacado la luna hasta volverla un plato fijo, era así, era como si hubiesen destrozado cualquier elemento hermoso de un parque, como si un enorme océano azul hubiese sido enteramente pintado de gris, las montañas de negro y el cielo de blanco y así en un paisaje monótono, hubiesen lanzado una flor a enfrentar su muerte al no encontrar la luz ni los nutrientes necesarios.
Los treinta y cuatro adultos sintieron culpa.
¿Acaso alguien como el merecía haber sido obligado a enfrentar la muerte a una edad tan joven?
No.
¿Acaso se puede justificar sus acciones e impertinencia, aun cuando arrastraron a un pobre niño a su fin?
No.
Desde un lugar muy profundo en sus corazones, ellos se sentían culpables, entonces el sonido del llanto del niño fue opacado por un grito.
Un grito de dolor, miseria, agonía, miedo, rabia, envidia, deseo, gozo, orgullo, culpa, pena. Más que un grito, fue el rugido de una enorme bestia.
La bestia del norte, un barco pesquero de cincuenta metros de largo, una bestia hecha de metal, una bestia de cincuenta años de edad, una bestia que había sido bañado durante cinco décadas con sangre, sudor, lagrimas, viseras, escamas y agua salada, esa bestia rugió con todo lo que tenía.
Sus partes oxidadas, corroídas y desgastabas temblaron como si de un ser viviente se tratase mientras remontó con fuerza una feroz ola de dieciocho metros.
Un golpe directo, ese rugido también fue un rugido de despedida.
El contragolpe de la caída quebró el casco de la nave y el agua se empezó a filtrar de manera peligrosa a la zona de carga de la nave.
-¡cierren las compuertas de la cabina de carga!
-¡Maldición mi pierna!
-¡resistan hasta el último segundo!
-¡mantengan el mínimo peso, arrojen por la borda todo lo no vital!
-¡Gah!
El caos ordenado se apoderó de la nave, gritos de dolor mezclados con gritos de órdenes y el ruido del oleaje conformaban las diferentes partes de una orquesta de terror, la cacofonía generada por este espectáculo sucio y sangriento le revolvió las tripas y le presiono el estómago del niño ubicado en la sala de comando.
Vomitó.
Una mezcla de mariscos, peces, jugos gástricos y sangre siendo devueltos por el esófago del niño y siendo empujados contra su garganta le dejo al niño una amarga sensación en la boca y una extraña debilidad en el cuerpo.
Débil, muy débil, el niño se desmayó.
El bloquear la zona de carga fue solamente una solución temporal, mientras el oleaje se filtraba más y más en la zona de carga, más cerca estaba de destrozar las placas de metal desde el interior de la nave.
Ya no importaba, ellos lo sabían, aun así querían luchar hasta el último momento, como una fiera que se niega a ser cazada y hunde sus colmillos en los tobillos de su agresor.
Pero aun así.
La bestia del norte llegó al punto crítico, una ola de quince metros destrozó completamente la zona baja del barco, arrancó las uniones e hizo saltar los remaches metálicos, ese es el fin de la bestia.
Ya era imposible, lentamente el confiable barco pesquero se hundía en el océano embravecido.
Entonces, como pequeños flotadores, las cajas de madera vacías flotaban sobre las aguas, esa era su única esperanza en ese momento, el sobrevivir sujetos de esos flotadores improvisados y rezar porque un barco los ayude rápido.
-extractos de los evangelios del nuevo mundo, por Rizume Yoru-
Parte 2 Omake
e_e este capítulo fue especialmente difícil.
Buscar la forma de incluir un shota de manera genial sin que destruyera la historia general.
Bien, esta es una historia que será importante a futuro, asi que ténganlo en mente.
Asi que preguntas:
¿si pudieran comprar nuestras novelas en físico lo harían?
Claro que me gustaría vivir de las novelas, si pudiera mantenerme, escribiría un volumen cada cuatro días XDD.
Pero, la verdad es que es como una especie de sueño inalcanzable.
He hablado con algunos compañeros escritores acerca de la posibilidad de hacer de N-Zero una marca comercial.
Todos están realmente entusiasmados, pero un sueño es un sueño si no hay un medio por el cual realizarse.
Todos mantenemos la esperanza en un objetivo casi inalcanzable.
Pero, ¿pagarian por nuestras novelas?
Gaete, esto lo esperas mas que la siguiente entrega de juego de tronos; asi que pagame :v
Ya enserio, ¿Cuánto cuesta un libro de juego de tronos?... unos 20 dolares??
Joder :T… eso es mucho, ahora que el dólar está caro XD….
¿debo colocar mi correo para que me envíen fuerzas?
+573102341144
nm119451@gmail.com
FB.com/argeus.storm
Recuerden, no le digan a la ONU :3
Gaete, quiero que me mantengas XD
e_e... enserio, contesten desgraciados...
ya enserio, si les cobrara 0,99 dolares comprarian el libro??
2 dolares??
1'000.000 dolares???
0 comentarios:
Publicar un comentario