Capítulo 12: llamas (Story_brook)
Resumen del capítulo anterior:
Lector: ese tal WillGoldmaker debe odiar a ese personaje si le puso el nombre de Phiroquimeria.
Autor: n_n’’ ¿tan malo es?
Parte 1
—Quiel-sama, ¿me haces los honores? —preguntó Kimizu mientras su rostro tenía una sonrisa sombría.
—Das miedo —respondió Quiel.
Kimizu le lanzó una mirada afilada a Quiel incitándolo a realizar el papel que habían planeado mientras llegaban al pueblo.
Este pueblo era hecho de piedra, madera, argamasa, caña-brava y paja, era un pueblo que merecía el título de horrible; no solo las casas carecían de un mínimo de valor visual, todo el conjunto de casas estaban demasiado unidas y los espacios entre las casas eran de apenas un metro de ancho, en las zonas reparadas habían sellos de argamasa desprolijos que le daban un aspecto desagradable a la vista; es uno de esos lugares que no visitarías por gusto.
Alrededor del intento de pueblo se podía notar un gran campo de trigo quemado por las bajas temperaturas. Este se extendía un buen par de hectáreas en forma de círculo alrededor del mismo. En el borde de este, se encontraba un híbrido de demonio y humano, un héroe invocado y un kira.
El kira, Quiel, entonces empezó a recitar.
<<De los principios, el que destruye y reforma, en la forma que puedas y en tu color rojo, en tu nombre Phyro, ¡RING OF FLAMES!>>
Ring of flames es un hechizo de bajo nivel, es solo una versión alterada de la clásica Fireball, pero consume menos energía, la dificultad de la misma es la imagen mental; el consumo de mana es menor al aumentar la superficie en contacto con el oxígeno, debido a esto, la forma de anillo es perfecta, ya que ofrece una gran superficie de quemado; Pero, ¿Qué es más fácil, un punto o un circulo?
Claro que eso no es nada para Quiel.
Debido a eso, las llamas se expandieron por el campo.
Parte 2
El caos se expandió con las llamas.
En esta historia sin héroes ni villanos todo se derrumbó. Como un castillo de naipes despojado de su base, todo colapsó y lo único que se necesito fue un poco de fuego.
El fuego es un símbolo de miedo para esa ciudad, esas personas eran débiles y temerosas por naturaleza, esas personas eran maleables y controlables, al mismo tiempo esas personas eran inestables sin alguien que actuara como líder. Este resultado no fue una cuestión más que meramente lógica. Si hay fuego y eres débil, debes huir de él.
Un final que no necesitó un gran plan, un pueblo que ignoraba la verdad y un villano que no necesitaba ninguna razón para quemar el pueblo.
Con algo de suerte las personas huirían a otros lugares y se establecerían en sitios donde puedan desechar a un lado su ignorancia y abrir los ojos a un nuevo mundo.
Ese fue el plan, ese fue el método y ese fue el fin.
Parte 3 Omake
Si se están preguntando cosas como “¿acaso al autor no se le ocurrió nada más para esta historia?” o “¿esta historia no debería apuntar más lejos?”, la respuesta es: Este siempre fue el plan del autor.
¿Por qué haría una historia así?
Quería probar una historia que no necesitaba más que un simple empujón para terminar.
Dentro de las historias, un personaje llega en un punto álgido y se enfrenta contra todos hasta conseguir ponerle fin a la tragedia; en este caso, quise que los personajes llegaran a un punto en el cual solo debían destrozar el balance un poco para terminarlo todo de una vez y para siempre.
Es comparable con un juego de jenga en el cual la estabilidad de la torre ya está comprometida, entonces solo se necesita quitar cualquier ficha para destrozar y darle fin al juego.
En este caso el juego fue entre el pueblo, la niña, los curas, el dragón y la descendencia del dragón.
Así que, para que no sientan la decepción y me ahorquen, les contaré una cierta historia. La historia de antes de esta historia.
Parte 4
Desperté.
Lo último que recordaba era que me encontraba en la casa de playa de mi familia en Cardiff, estaba dibujando desde la puerta que quedaba a pocos metros de la playa y…
Repentinamente, el piso de madera del porche crujió mientras se rompía, entonces caí. La caída fue ridículamente larga para solo haber estado en un porche de un metro de altura, entonces, me desmayé. Desde ese momento, lo único que había hecho era despertar en un amplio pastizal.
Así que lloré.
¿Por qué una niña de diez años tenía que pasar por algo como esto?, ¿Dónde están mamá y papá?, ¿Acaso este es el cielo?, ¿Esto es lo que obtengo por ser una mala niña?, ¿esto ocurrió por desobedecer a mamá cuando dijo que arreglara mi cuarto?, ¿es todo mi culpa?, pensé.
Lloré, no podía hacer nada más que llorar, así que solo lloré.
<<Si lloro un héroe vendrá a rescatarme de los lobos y de los monstruos>>
Pero no se acercó a mi ningún héroe ni un príncipe, al llamado de mi llanto solo respondió un dragón.
Un dragón de escamas verdes de unos dos metros de altura, alas espinadas y ojos como esmeraldas se acercó a mí.
Abrió la boca revelando sus dientes como aserradora y habló.
Su voz era patéticamente fuerte, aun cuando trataba de sonar tranquila, su volumen y tono eran desgarradores; aun así, su incomodidad al hablarme me hizo sentir un poco más cómoda.
—¿Po…por qué estas llorando?
—Estoy perdida —contesté.
—¿De dónde eres? ¿Dónde están tus padres?
—Mis padres… —Las lágrimas estaban empezando a formarse en la comisura de mis ojos. — …mis padres no están.
El dragón trató de desviar la mirada mientras se podía notar su incomodidad.
—Su… supongo que no hay más opción, ¿te molesta si te llevo a un lugar con más humanos?
—¿Lo harías? —respondí limpiándome las lágrimas y los mocos.
—Sí… supongo que podría hacerlo —respondió el dragón tratando de alejar la mirada.
—Solo una cosa —dije.
—¿Si?
—¿Puedo saber tu nombre?
—Griatus.
—Griatus, ¿no tienes otro nombre?
—Los demonios generalmente no tenemos apellido —explicó Griaus mientras trataba de forzar una sonrisa.
—Estoy muy feliz de conocerte, mi nombre es Emile, Emile Olívela.
Emile olívela fue escoltada por Griaus hasta un claro en un
bosque de maderables, allí se separaron y ella se dirigió más hacia el
nordeste.
Emile llegó a un pueblo de ignorantes.
Un pueblo sin nombre oculto en un lugar sin importancia en
la frontera de tres países del territorio humano.
Era un pueblo desprolijo lleno de desesperación y miedo; era
un pueblo teñido por la sombra de un dragón.
“el agua de la quebrada se está secando, debe ser culpa del
dragón”, decían algunos.
“los cultivos se marchitaron este verano, tiene que ser ese
demonio dragón haciendo de las suyas”
“la peste… dragón”
“los robos… dragón”
“la pobreza… dragón”[1]
El dragón se habia convertido en el símbolo de las penurias
del pueblo.
Y una niña habia llegado a ese pueblo debido a las
indicaciones de un dragon; solo era cuestión de tiempo y entonces…
Rocas empezaron a caer sobre la niña.
No solo rocas, lanzas, palos, cajas, entre otras cosas
estaban lanzando los aldeanos de este pueblo de ignorantes.
De entre de uno de los objetos había una daga; era una daga
corta, de color negro, el mango estaba hecho en madera tosca y la pátina había
hecho mella en el filo.
La niña sujetó la daga con ambas manos mientras dejaba
escapar todo el aire de sus pulmones, la daga entonces se tiñó del color del
carmín y produjo un calor abrasador.
Todo se empezó a cubrir del color de las llamas anaranjadas
y de la ceniza plateada mientras la niña perdía el control.
Entonces, el dragón llegó de nuevo.
El dragón miro a la niña y al fuego a su alrededor entonces
suspiró para sus adentros.
Preguntó: ¿Eres una persona de otro mundo cierto?
La niña expandió sus enrojecidos ojos como respuesta,
entonces el dragón abrió sus fauces y expulsó fuego de sus extrañas.
Su voz se volvió fuerte y monótona mientras gritaba en un
tono de desprecio.
“pensar que engañar a uno de los héroes invocados para hacer
que la odiaban hubiese sido tan fácil”
Los ojos de los vivos se expandieron como platos al oír
dicha frase.
Y de entre esos ojos, los ojos de la niña mostraron
tristeza.
Entonces, el dragón susurró: mátame.
La niña puso todo su peso sobre sus pies y se abalanzó hacia
el dragón con ojos cargados de lágrimas.
En cuanto el filó atravesó levemente las escamas, el fuego
fue impulsado bruscamente a través del flujo sanguíneo del dragón.
Su sangre hirvió, sus músculos estallaron y sus huesos se
quebraron.
El dragón murió.
Y en ese mismo lugar, la niña clavó la daga en el suelo, ese
lugar se convirtió en la tumba del dragón.
Parte 5
Días pasaron y bajo la orden de la niña, un monumento fue creado; esta era
una construcción megalítica de piedra llamada Stonhenshe.
El pueblo fue reconstruido y la niña partió del pueblo hacia
el nido del dragón como una expiación.
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Capítulo 8
170- la niña lloró frente al
cadáver del dragón, esta era una expiación de sus pecados.
171- la niña levantó su símbolo
como un héroe invocado, levantó su daga.
172- la niña clavó la daga en el
suelo con toda su fuerza.
173- la niña destrozó el suelo con
ese ataque.
174- la niña hizo de ese lugar la
tumba del dragón.
175- la niña lloró la muerte del
dragón.
176- la niña entonces viajó hacia
el nido del dragón.
177- la niña entró al nido del
dragón.
178- la niña fue sorprendida por
un ruido de llanto.
179- la niña se dirigió a la
fuente del sonido.
180- la niña miró la criatura
delante de ella.
181- la niña vio la descendencia
del dragón.
182- la niña suprimió sus
lágrimas.
183- la niña avanzó hacia la
descendencia del dragón.
184- avanzó hacia un niño, un niño
que poseía escamas verdes en su cuerpo desnudo.
185- avanzó hacia un niño, un niño
que poseía membranas entre sus brazos y su cuerpo.
186- avanzó hacia un niño que
lloraba la muerte de su padre.
187-avanzó hacia el sonido
desgarrador del rugido de una bestia lamentándose.
188- y cuando estuvo frente a él,
la niña levantó una garra, la garra del dragón que ahora yacía muerto en una
tumba.
189- la niña le ofreció su vida a
la descendencia del dragón.
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(Extracto de los evangelios del nuevo mundo, libro de las
leyendas capítulo 8, versículos del 170 al 189) (Versión oficial)
-¿Cómo te llamas?- le preguntó Emile a la descendencia del
dragón.
-Quericos- le contestó la descendencia del dragón, Quericos.
-Quericos, si te parece justo, toma mi vida por la vida de
tu padre.
Parte 6 Extra: el fuego y la oscuridad.
-veo que lo hiciste correctamente- dijo Daniel mientras
revisaba los documentos de su escritorio.
-muchas gracias- dijo Kimizu avergonzado.
-no, gracias a ti- dijo Daniel mientras lanzaba una sonrisa
hacia… ¿el vacío?
-¿Cuándo desapareció de nuevo?- preguntó Daniel mientras
inclinaba su cabeza hacia un lado.
Mientras tanto, en otro lugar de la casa, Quiel estaba
tomando un baño de agualeche en el baño del jardín.
Él no escuchó nada que se acercara, no escuchó una
respiración, siquiera escuchó las hojas siendo aplastadas; aun así, él sintió
que algo malo se acercaba.
Era una sensación aterradora que pellizca la medula espinal
y se extiende hacia la espalda media, la nuca y los brazos.
Esa sensación lo hizo ponerse en alerta rápidamente.
-¡¿Quién está ahí?!
Preguntó Quiel mientras se lanzaba fuera de la tina de
madera.
Aun sin escuchar nada, Quiel levantó su mano mientras
murmuraba un cántico.
“aquel de los principios, aquel rojo, aquel llamado phyro,
aquel que destruye y reforma, aquel que reduce, toma los símbolos y la forma,
¡¡LLAMARADA!!”
El hechizo era un hechizo potente pero poco práctico, se
limitaba a generar una ola de fuego de baja duración, en otras palabras, era
magia sin control, es una magia que se limitaba a la inyección de energía de
manera activa para ser mantenida y no a la forma.
Aun así, el resultado fue útil.
En los momentos en los cuales la oscuridad se tiñó de color,
Quiel pudo ver un rostro.
-¿Ki…mizu?... ¡¿QUÉ RAYOS PRETENDIAS AL ACERCARTE ASÍ?!
El miedo se transformó en cólera.
Quiel entró entonces activando el tatuaje de esclavos.
Kimizu se retorció por el dolor mientras una imagen se
acercaba a él.
Era un demi-humano de cabello y ojos rojos siendo seguido
por llamas del mismo color.
Entonces, Kimizu desapareció.
-mi nivel de magia de oscuridad aun no es suficiente- se
dijo a si mismo Kimizu mientras se ocultaba de “Fireman”- puedo desaparecer sin
problemas gracias al encanto escrito, pero acercarse sigilosamente sigue siendo
un problema; además, el tatuaje de esclavos sigue siendo un limitante de alto
grado.
Sacando levemente la cabeza por entre el muro, Kimizu vio a
Quiel escaneando el terreno como una mezcla entre Godzilla y Terminator.
“las llamas son poderosas pero carecen de punto de forma”
Quiel recordó las clases de magia que había estado teniendo en las mañanas, “si
se toma eso en cuenta, las llamas deben ser centradas en un “esqueleto” y
formarse alrededor de este”
Quiel se concentró en el concepto de la forma mientras
recitaba un nuevo hechizo; las flamas se concentraron en puntos de su espalda y
sobresalieron como si se trataran de brazos extra; pero estos terminaron
desapareciendo.
“vaya que es difícil, no puedo simplemente pensar en tener
un cuerpo nuevo así como así… pero, si ese es el problema…”
Quiel dirigió la atención a sus propias manos.
“… solo tengo que usar un cuerpo que ya conozca”
El cántico empezó: “Fuego, tu color es el rojo, tu nombre es
Phyro, tu función es proteger y la forma que posees te será otorgada con mis
manos”
Guantes de fuego, guantes como patas de lobo hechos de fuego
aparecieron sobre las manos de Quiel.
Y Quiel atacó.
Parte 7 Extra: Crimen y castigo.
Ekaterina Von Henrius Kirkien Blank.
La mujer es la madre de Quiel y está sentada en una silla de
ruedas hecha de madera.
Su cabello es de un color dorado como el trigo y sus ojos
son rojos como el carmín, sus orejas caninas sobresalían de su cabello
otorgándole una imagen maternal (para un Golden retriever quizás).
Una sonrisa se extendía por su blanco rostro; sin embargo,
para Kimizu y para Quiel, esta sonrisa era la fachada de un sentimiento
aterrador.
¿No es esto un cliché?- pensó Kimizu.
Con una voz tan dulce como la miel y tan fluida como el
aceite, Ekaterina interpeló a su hijo y a la mascota de su hijo que estaban
sentados al estilo seiza en frente de ella.
- ~¿Quién de ustedes fue?~
Quiel y Kimizu se miraron a los ojos antes de mirar de nuevo
a Ekaterina, ninguno dijo una sola palabra.
- ~ya veo, no hablaran~ - dijo Ekaterina mientras seguía con
sus manos entrelazadas sobre su regazo.
El silencio continúo después de las palabras de la mujer;
era una conversación unilineal.
- ~en ese caso, tendrán que compartir el castigo~ - dijo la
mujer aun con su sonrisa.
“Así que este es el monstruo que le otorgó esa habilidad a
Quiel”, pensó Kimizu.
- ~¿están listos para morir?~ - preguntó Ekaterina sin
inmutarse ni un poco.
- “~Aqua, uno de los principios, azul, cambiar protección
por castigo~”
“¿ese es un encanto corto?”, pensó Kimizu.
Látigos, no, tentáculos de agua nacieron desde el lugar
donde terminaban sus cabellos, estos vibraban y cortaban el aire a velocidades
dolorosas para la piel.
- ~entonces mueran~
En los ojos de Quiel se empezaron a formar gotas de
lágrimas.
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