imagen con fines artisticos
CAPITULO 5: CLASES DE ESPADA
Termine mi almuerzo
tranquilamente, sonó el timbre y ahora Rize y yo (lora está en otra clase) no
estamos dirigiendo a una explana para recibir nuestra siguiente clase: el
entrenamiento de espada.
Al llegar note como mis
demás compañeros de salón se encuentran parados frente a tres personas con
uniformes y cuando le pregunte a rize al
respecto me contesto:
-ellas son parte de los
caballeros de LULA, son un grupo de caballeros formidables, reconocidos a nivel
mundial, ya que en sus tropas enlistan a los mejores y más fuertes caballeros
de esta academia al graduarse-
Nos colocamos detrás de
nuestros demás compañeros y vi de frente a las tres mujeres caballero, la de en
medio, por lo que me dijo rize era al parecer nuestra maestra y capitana de los
caballeros de LULA: SILVIA HORESCRECH, la más joven en llegar al puesto en la
historia de la academia.
Al verla, deduzco que es
una mujer de no más de 20 años, su
figura es escultural gracias al riguroso entrenamiento que ha de haber llevado,
su rostro estaba delicadamente esculpido, con unos hermosos ojos color
chocolate y unos cabellos café claro los cuales contrastaban el brillo del sol,
expedía un aura fuerte y majestuosa por cualquier lado que se viera.
-mucho gusto estudiantes de nuevo ingreso, mi
nombre es Silvia y seré su maestra en el fino arte de la espada a partir de
hoy, quiero que sepan que el entrenamiento no será para nada sencillo-dijo
-ahora los probaremos a
cada uno de ustedes para ver que tienen y que necesitan en su manejo de espada,
aquí mis dos compañeras los probaran, así que por favor hagan dos filas delante
de ellas-anuncio
Ante la declaración de la
maestra mis compañeros hicieron lo que pidió y
de dos en dos empezaron a luchar contra las mujeres caballeros, lo que
utilizaban eran espadas de madera, no era necesario que utilizaran sus
extorquentes ya que solo los estaban
probando.
Los enfrentamientos en si
no duraron mucho, pues se trataba de caballeros muy bien entrenadas contra
alumnos de nuevo ingreso con entrenamiento básico tal vez, todas las batallas
fueron decepcionantes a excepción de rize, cuando fue su turno, lucho con
fuerza y elegancia, no solo evadía los ataques de la mujer caballero sino que también lanzaba
fuertes golpes, ella estaba luchando de igual a igual contra la caballero, no
yo pienso que rize se estaba conteniendo y no estaba usando todo su potencial.
Estaba tan centrado en las
batallas de mis compañeros que no me percate que me tenía que formar con ellos,
ósea que en este momento estaba parado en medio de la explanada solo, lo que
provoco que:
-¡HEY!-escuche la voz
proveniente de detrás mío, me gire solo para encontrarme con la belleza que
momentos antes se presentó como mi instructora
-veo que no te has
formado, mala suerte para ti chico, toma agárrala-dijo lanzándome una espada de
madera- yo te probare-
-¿está segura de esto capitana? No soy muy bueno con la espada-dije de modo bromista
-yo decidiré esto chico,
veo que tienes agallas, veamos cuantos golpes resistes- anuncio con una gran
sonrisa proveniente de sus hermosos labios
Ambos nos colocamos a una
pequeña distancia del otro y tomamos posiciones ella ofensiva y yo defensiva
-con la posición que tomaste
puedo notar que sabes cómo blandir una espada chico-dijo todavía sonriendo
-si bueno, digamos que he
visto un poco-dije en tono alegre
En un momento la batalla
de prueba dio comienzo, la maestra lanzo el primer ataque con la intensión de
desarmarme, pero eso no sería nada fácil, con precisión desvié el ataque a un
costado, al ver esto la maestra regreso la espada y lanzo un segundo ataque,
ahora en dirección a mi hombro, lo que hice después fue detener su estocada con
el mago sobrante de la espada.
La ahora batalla siguió
con una serie de ataques procedentes de la capitana, pero ninguno dio en
el blanco puesto que todos fueron ya sea interceptados o desviados por mí.
Y así continuo unos
momentos, con ella atacando yo deteniendo sus ataques.
-eres bueno, pero porque
solo te defiendes pero no atacas- pregunto malhumorada la maestra
-lo siento capitana,
lo que ocurre es que me distraigo por lo hermosa que es, seria pecado atacara
tan bella dama-dije, mis palabras eran en parte verdad y en parte mentira, es
cierto que ella es hermosa pero la verdad es que sería problemático pelear
enserio, por lo que solo me estoy defendiendo.
Pero la maestra Silvia no
se percató de eso, porque lo siguiente
que vi fue como sus orejas y nariz se tornaba rojo.
-no juegues conmigo, eso
no es verdad-dijo con el rostro ahora todo rojo
-no es juego capitana,
usted es fuerte, bella y encantadora, seguro que cualquiera quisiera salir con
usted-dije sonriendo
La maestra Silvia se
sonrojo aún más, pero se calmó poco tiempo después y dejando mi anterior
comentario de lado:
-admito que eres bueno,
muy pocos de lo que entran pueden ganarle siquiera a ellas dos-dijo señalado a
las dos mujeres caballero- ellas son buenas, pero no pueden seguirme el paso,
veamos si tú lo logras- y con estas palabras, la capitana Silvia aumento aún
más la velocidad y la fuerza de su
ataque.
-bueno maestra, lo
intentare, pero no se moleste si no cumplo con sus expectativas- dije en tono
cansado
Ambos sonreímos y
continuamos con la batalla, la maestra silvia atacaba con una fuerza
incomparable, yo por otro lado trataba de esquivar y bloquear todos sus
ataques, tratando de igualar su excepcional velocidad.
Nos encontrábamos tan centrados disfrutando la
batalla que no nos percatamos cuando todos mis compañeros y las dos mujeres
caballero se detuvieron para observar nuestra batalla.
Por las expresiones en sus
rostros daban a entender, que no creían lo que estaban viendo, una lucha con
ataques a velocidades sub-sónicas, las cuales el ojo humano no podía captar por
completo.
Rize estaba estupefacta al
ver la lucha que estaba teniendo, mis demás compañeros solo podían tener su
boca abierta y las dos instructoras estaban rígidas al contemplar tan magnifica
lucha que estábamos teniendo la capitana Silvia y yo.
La batalla se encontraba
en la brecha del clímax y el final, momentos después de una serie de ataques
y bloqueos, ambos tomamos distancia, mi respiración era agitada pero mi
adrenalina fluía sin control recorriendo cada rincón de mi cuerpo y podía ver como
la maestra Silvia se sentía de la misma manera, con una sonrisa de estar
disfrutando totalmente el enfrentamiento.
-veo que todavía sigues
con esa manía de no querer atacar- dijo la capitana
-bueno ya le dije mi
motivo, pero si usted gusta podemos hacerlo en un solo ataque y nada más- dije
-me parece bien-dijo
sonriendo
Y este sería el ataque
final.
Ambos estamos
completamente calmados, la maestra Silvia puso su espada de forma vertical
frente a ella, yo por otra parte opte
por una posición de fácil desenvaine colocando la espada en mi cintura, como si
la estuviera guardando en su funda.
Nos miramos el uno al
otro, la tensión se sentía en el aire y un segundo después
-¡¡¡BUMMMM!!!-
Ambos salimos disparados a
una increíble velocidad uno contra el otro, la maestra blandió su espada hacia
abajo, formando un arco en descenso, se viera de donde se viera ese era un
ataque sumamente aterrador.
Yo por otro lado, cargué
con todo hacia adelante, y justo cuando el ataque de la maestra venia en
descenso, blandí mi espada desde abajo hacia arriba en posición vertical, este
era mi primer ataque en toda la batalla, pero no por eso era el más débil de
los dos.
En la trayectoria, gracias
a la increíble velocidad, nuestros cuerpos y espadas se difuminaron por un
segundo, solo para aparecer colisionando al instante siguiente, ocasionando un
fuerte estallido, eso solo podía significar una cosa:
que habíamos rasgado la barrera del
sonido, dando lugar a un enorme estallido y un remolino de viento que cubrió por completo el lugar.
Todo quedo en un profundo
y eufórico silencio, el polvo cubría el campo de batalla, obstruyendo la vista,
tomo tiempo para que dicho polvo se asentara y tuviera una mejor visión de los
alrededores.
Lo primero que note, fue
la cara extasiada de los espectadores, por saber el desenlace de mi batalla de
práctica, pero cuando el polvo se acento completamente, una enorme sorpresa
inundo sus cuerpos ante lo que había sucedido.
Frente a ellos estamos la
capitana y yo, ambos con nuestras armas una contra la otra, en la misma
posición con la que atacamos, nuestra mirada no se separa uno del otro, nuestra
respiración es áspera y continua, pero a pesar de todo eso, ambos tenemos una
enorme sonrisa de satisfacción en nuestros respectivos rostros.
Fue entonces cuando ambos
bajamos nuestras armas y la capitana se giró en dirección a mis compañeros:
-bueno chicos, esto es
todo por el día de hoy, mañana empezara el entrenamiento verdadero así que prepárense,
ahora vallan-dijo con voz firme
Obedeciendo a sus palabras
todos dejaron sus espadas de madera y se
apresuraron a abandonar la explanada dirigiendo se a su siguiente clase, cuando
la mayoría de había marchado, la capitana regreso a ver en mi dirección y dijo:
-valla que me has
sorprendido chico, eres el primero que logra detener una estocada mía, mereces mi
reconocimiento ¿podrías decirme tu nombre?-
-gracias capitana,
viniendo de alguien tan hermosa como usted, me siento alagado, aunque no merezca
dicho reconocimiento ya que lo único que hice fue esquivar-dije con una sonrisa-mi
nombre es Michael, pero puede decirme micha-agregue.
Al instante la cara de la
capitana se tornó de color rojo y rápidamente refuto:
-no juegues conmigo, diciéndome
cosas como esas, además no me llamo capitana ya mencione que mi nombre es SILVIA-
No sabía porque, pero era
muy divertido ver a la capitana tan exaltada, daban ganas de jugar más con
ella, pero no sería justo hacerlo, por ello dije lo que pensaba, al final ella
sigue pensando que le estoy jugando una broma.
-perdóneme señorita Silvia,
pero no estaba jugando, lo que he dicho es nada menos que lo que pensaba y nada
más, cambiando de tema, se me hace
tarde, pero fue un gran honor el haber podido cruzar espadas con usted, espero
poder hacerlo otra vez-dije despidiéndome, me gire y trote en dirección a la
salida donde posiblemente este rize esperándome para interrogarme, pero antes
les entregue la espada de madera a las dos mujeres caballero.
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Mientras veía a micha
irse, la capitana tenía la cara totalmente roja y parecía echar humo por la
cabeza, por no decir que tenía una gran sonrisa que podía notarse a metros de
distancia sin importar cuanto tratara de disimular.
Ya habiendo recobrado la
compostura, se acercó donde estaban las otras dos mujeres caballeros
-esa batalla estuvo increíble
capitana, y ese último ataque cabe decir que fue magnánimo- dijo la primera
-tiene razón, además no
puedo creer que ese chico haya podido llevarle el ritmo, aunque al final es
seguro que usted gano-agrego la segunda
Al oírlas declarar
confiadamente su victoria la capitana las miro y pregunto:
-¿Por qué aseguran que yo
gane?-
-bueno es seguro ya que
era una batalla de practica y además usted no iba enserio, pero sobre todo porque
cuando la batalla termino y el chico entrego
la espada de madera vimos esto- y diciendo eso, levanto una espada de
madera con una cantidad considerable de cuarteaduras en la hoja, obtenidas
gracias al devastador ataque recibido en ella
La capitana al ver el estado
de la espada, solo pudo sonreír y dirigiéndose a las dos caballeros dijo:
-bueno yo no aseguraría
eso-
Ante dichas palabras las
dos mujeres tenían expresiones llenas de confusión e intriga, las cuales
desparecieron totalmente para que unas de sorpresa tomaran su lugar, puesto que
lo que la capitana les mostró fue nada menos que la espada de madera que ella utilizo en la
batalla, quien al igual que la otra presentaba una considerable cantidad de cuarteaduras
en la hoja.
Al ver las expresiones de
las mujeres caballeros, Silvia entonces dijo:
-bueno tienen razón al
decir que yo no iba enserio contra ese chico, pero también es verdad que él
tampoco fue enserio contra mí, lo único que hizo fue esquivar y bloquear todos mis ataques con
un margen de perfección de diez, y en el momento en que tomo la ofensiva fue
capaz de lanzar un ataque cuya fuerza rivalizaba con el mío, sin siquiera sudar
o inmutarse para nada, ese chico Michael…es algo interesante-dijo la capitana,
con la vista fija en donde momentos antes Michael había salido. Su rostro
mostró una cálida sonrisa y por alguna razón sus mejillas se sonrojaron.
Las dos mujeres caballeros
yacían ahí, totalmente consternadas por la declaración de su capitana:
Que la más fuerte de los
caballeros de lula, reconociera a un chico como un digno adversario era algo simplemente
ilógico, algo que nunca antes se había visto, nunca antes alguien había podido
despertar el interés de la capitana…hasta
ahora al parecer.
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