CAPITULO 10 WALPURGISNACHT: NUNCA DEJES QUE ALGO TE DETENGA
Los peores días de su vida o al menos eso pensaba Seni habían comenzado. La perdida voluntaria de su voz para preservar su vida le haría mas difícil realizar actividades cotidianas, tareas y ejercicios escolares.
Aunque Seni había hecho preparaciones previas no estaba seguro si funcionarían.
-Vaya, Vaya. ¿Y sin poder hablar como pretende usted Señorita Inés Ros tomar mis clases?-.
Alusia Gelen la profesora de conjuros ofensivos se dirigió al joven con un tono de voz y mirada cargada de burla. No era secreto que dicha profesora no era simpatizante de Inés Ros
Rápidamente Seni escribió en su pizarra de mano una respuesta.
-"No necesito hablar para realizar los conjuros, tengo otro método"-.
-¿Otro método? No me haga reír señorita Ros, a menos que pueda usar conjuros mentalmente o manipular la magia misma, habilidades que por cierto son proezas que brujas de altísimo rango no creo que sea apta para participar en mis clases, así que con toda la pena del mundo tendré que expulsarla-.
-"Por favor no me expulse,al menos póngame a prueba"-.
-¿Una prueba? Bueno, si quieres ridiculizarte está bien.-. (Además así nadie podrá decir que no te di una oportunidad)- añadió en sus pensamiento la elitista y orgullosa profesora quien estaba en contra de dejar entrar brujas de bajo a nivel a cualquier escuela de magia.
-Vamos señoritas, veamos que es lo que puede hacer una bruja de bajo nivel que ni siquiera puede hablar-.
La profesora llevó a todas a las salas de entrenamiento y ahí empezó con su prueba para determinar si Inés podría permanecer tomando su clase.
-Muy bien Señorita que no sabe lo que puede y no puede hacer, que no conoce sus bajos limites, comencemos. Invoca un hechizo de bola de fuego-.
Seni se colocó en posición, a varios metros enfrente de él se encontraba un muñeco dummie de practica, de las bolsas de su ropa sacó pedazos de papel rectangulares con símbolos extraños de color rojo en su superficie, eligió uno de ellos que tenía el dibujo rustico de un sol y con la punta de su varita tocó el centro del pedazo de papel.
Mana surgió de él hacia su varita y de su varita hacia el talismán inmediatamente los símbolos en la superficie del papel empezaron a brillar en rojo carmesí acto seguido el talismán se transformó en una bola de fuego que salió disparada hacia el muñeco tamaño real, al impactar las llamas se esparcieron.
No fue un ataque especialmente fuerte pero si decente.
-Ahora usa un ataque de hielo-. Con mala cara la profesora le dio otra orden.
Seni repitió el mismo proceso solo que en esta ocasión el talismán que usó tenía la figura de una lanza, dicha arma hecha de hielo se materializó y se lanzó hacia el blanco incrustándose en su pecho y congelando el área dañada.
El joven recibió dos ordenes adicionales, conjurar un hechizo de viento y uno de tierra, ambos fueron conjurados exitosa mente.
-Tu método solo funciona con conjuros que ya conoces pero no te permite practicar nuevos conjuros. Obsérvame-La profesora Alusia estiró su mano hacia el frente y recito un conjuro nuevo, uno que no había usado antes en clases- "La flecha sagrada perfora la oscuridad, como los rayos del sol anuncian el día"-.
Una flecha de color blanco fue disparada desde la mano de la profesora, y sin fallar atravesó la cabeza de su objetivo pero eso no fue todo lo que hizo inmediatamente la energía contenida en la flecha se esparció por todo el muñeco de pruebas derritiendo lo al instante.
-Ahora Inés Ros, esta es tu verdadera prueba. Intenta replicar este hechizo sin usar tus talismanes-.
La profesora le dirigió una sonrisa ligeramente sádica, como si supiera que su alumna no iba a poder superar dicha prueba.
El joven tras unos segundos guardó sus talismanes y varita, estiró ambas manos hacia adelante y empezó a moverlas creando figuras con sus manos, de manera lenta. En rostro del joven se podía ver la increíble concentración.
-¿Que tontería está haciendo?
-¿Esa campesina perdió la cabeza?-.
-¡Qué ridícula se ve!-.
Ante el extraño comportamiento las compañeras de clase de Seni empezaron a burlarse de ella, a pesar de que la profesora Alusia les había prohibido hacerlo, no por consideración a Inés sino para que no sea utilizado como pretexto como por ejemplo al decir que Inés fracaso por no poder concentrarse.
Tras varios segundos, enfrente de las manos de Seni se formó una esfera de color blanco que poco a poco tomó la forma de una flecha de color blanco aunque a diferencia de la de la profesora Alusia, esta era mas chica y menos brillante, finalmente "la" estudiante con un movimiento extra de sus manos lanzó a volar la pequeña y liviana flecha hacia otro muñeco de practica.
La pequeña flecha se incrustó en el brazo del muñeco un segundo después el área impactada se derritió separando el brazo en dos partes.
Debido al esfuerzo de concentración realizado Seni se tambaleó y tuvo que sentarse lentamente en el suelo, empapado en sudor y con una sonrisa en su rostro, el joven sacó su pizarrín y escribió en el.
-"Le dije que podía"-.
-Si, me lo dijiste-. Con una cara de poker respondió la profesora Alusia, antes de añadir mas cosas que quería decir- ¿Ese fue el lenguaje de señas mágico, usado por las Ascetas del desierto y las Miko?-.
"-Si, lo leí en un libro pero aun no estoy familiarizado con el, por eso fui lento"-.
El estudiante rápidamente borro las palabras anteriores y escribió nuevas en su pequeño pizarron.
Tras unos instantes la profesora de conjuros ofensivos suspiró abiertamente tras lo cual hizo una declaración seria.
-Escucha bien Inés Ros, por respeto a tus esfuerzos a pesar de tu falta de potencial, dejaré que continúes tomando mis clases pero ten en cuenta que mis clases son en su mayoría practicas así que si en algún momento te atrasas o no cumples con mis expectativas, lamentablemente sin importar con que nuevos trucos salgas no te daré una segunda oportunidad. ¿Entendiste?-.
-"Si, profesora"-.
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-Eso fue estresante Inés, realmente pensé que la profesora Alusia aprovecharía está oportunidad para sacarte de sus clases. Ya se que me habías contado que tenias algo preparado pero aún así estuviste cerca de un mal final-.
Io estaba realmente preocupada por su amiga, afortunadamente todo salio bien, al menos de momento.
-"Gracias por preocuparte. Yo también estaba preocupada sobre todo al final, si mis manos hubieran fallado aunque sea por poco en formar los símbolos correctos...No quiero ni pensarlo-".
-¿Que hubiera pasado? Tengo la sospecha que es mas que solo fallar el conjuro-.
Anastasia miró con algo de severidad a su compañera.
-"No hubiera pasado nada, no hay de que preocuparse"-.
-Tu letra delata que estás mintiendo, así que mejor dime la verdad-.
Io acercó sus rostro al de Inés de manera amenazadora, logrando que su compañera finalmente confesara.
-"Se me hubieran roto los huesos de las manos"-.
Io abrió sus ojos totalmente sorprendida y cuando se recuperó regañó a su compañera.
-¿Estás mal de la cabeza? Eres demasiado irresponsable. No lo vuelvas a hacer o yo misma te romperé las manos-.
-"Está bien...Me das miedo"-.
-Tú me das mas miedo a mi. He estado pensando que algún día harás una estupidez y morirás-.
-" Lo siento"-.
-Espero que así sea. Te estaré vigilando-.
Inés le mostró una sonrisa amable a Io, él estaba agradecido por la preocupación de su compañera. Por alguna razón Anastasia se sonrojo al verle sonreír y volteó sus rostro al lado contrario evitando la mirada de su compañera.
Las clases continuaron, Inés tuvo que explicar con cada profesor que no podía hablar y se aseguro de hacerles saber que solo era algo temporal y que ya había con una curandera profesional que le recetó descanso de su voz, y al igual que con la profesora de conjuros ofensivos, les demostró que podía usar magia sin problemas por medio de los talismanes.
A diferencia de la profesora Alusia, las demás fueron bastante comprensibles, incluyendo a la profesora Gunnr Norn de combate mágico, quien estaba preocupada pensando que fue su culpa que Inés halla perdido la voz debido a la brusquedad de sus entrenamientos, malentendido que Seni se encargó de solucionar. Io le acompaño a ver la práctica.
Acabado el día ambas señoritas regresaron a su cuarto, donde Seni se puso a estudiar. Este ciclo continuó durante 30 días de manera tranquila para el joven y él pudo regresar a la normalidad sin temor a morir miserablemente.
Durante ese mes algunas cosas interesantes sucedieron.
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Lavender Prots, nieta de Madamme Prots,regresó a casa, había recibido una carta de parte de su abuela que decía de Quim el grifo estaba muy mal y no había mucho que pudiera hacerse, así que la joven dama decidió viajar para al menos despedirse de Quim, ella había crecido viéndolo y jugando con él, su abuela le había indicado que esa no era una buena idea ya que la orgullosa y majestuosa apariencia de Quim había desaparecido y ahora solo era una sombra de una sombra, aún así no cambió de opinión.
Cuando su carruaje se estacionó enfrente de la entrada de la mansión familiar, sin perder tiempo entró en su hogar donde fue recibida por la ama de llaves.
-Señorita Lavender, que sorpresa. No sabía que vendría-.
- Es un gusto volver a verte Nidiam, ¿Donde está mi abuela?-.
-Se encuentra en su despacho. Revisando documentos-.
-Muchas gracias, iré a verla, ¿ puedo encargarte que me prepares algo de comer? El viaje fue largo-.
-Entendido. Le tendré lista una comida exquisita a tiempo-.
-Gracias-.
Lavender llegó al despacho en menos de un minuto, tocó la puerta y tras recibir un "adelante" la abrió y entró.
-¡Lavender! ¿Qué haces aquí?-.
Madame Prots dejó de revisar documentos inmediatamente y se levantó para recibirla.
-Yo también te extrañé abuela-.
-No me malentiendas cariño, me hace feliz que vengas a casa pero no está bien descuidar tus estudios-.
La dama se acercó y abrazó con gran fuerza a su nieta.
-No te preocupes por mis estudios abuela, he adelantado materias y conseguí permiso hasta por 30 días-.
-Si tú lo dices esta bien, no me preocuparé. Ahora cuéntame como has estado-.
-Bien, soy constante en los estudios y estoy entre las mejores de mi clase-.
-Eso es estupendo, y ¿Hay algo que te preocupe?-.
-En realidad no todo está bajo control, aunque debo decir que la Alta Academia para Domadoras no es como esperaba-.
-¿Que quieres decir?-.
-La cantidad de conocimientos y profesoras experimentadas es increíble pero de alguna forma se siente como decirlo... frio, todo es demasiado objetivo-.
-¿Sientes que les hace falta corazón?-.
-No lo sé, no puedo negar la sabiduría de mis maestras pero aún así muchas de sus ideas van en contra de lo que la bisabuela, tu madre creía. En sus escritos ella decía que había que tratar con respeto como iguales a las criaturas y bestias mágicas sin embargo mientras mas aprendo en la academia mas me pregunto si ella estaba en lo correcto-.
-Se a que te refieres, siempre pensé que mi madre era demasiado idealista y aunque aprendí de ella a respetar y a tratar con cariño a las criaturas mágicas, nunca compartí totalmente su filosofía de igualdad pero estos últimos días cierto evento me ha hecho pensar que tal vez no estaba tan equivocada-.
-¿Cierto evento? ¿Te refieres a Quim?¿Él ya murió?-. Lavender preguntó titubeante y con tristeza en su voz.
-No, él ha recuperado las ganas de vivir y ahora come como si fuera un elefante, todo gracias a una señorita muy especial-. respondió madame Prots con una gran sonrisa en su rostro.
-¿Señorita? ¿Contrataste a una experta? Aunque no creo que exista alguien que pueda haber hecho lo que tú no pudiste-.
-Pues así fue mi querida Lavender, ella tiene mas o menos la misma edad que tú-.
-Tienes que estar mintiendo-.
La señorita mostró una cara de total incredulidad.
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