11 dic 2016

NOX VOLUMEN 4 CAPITULO 13



HOLA A TODOS DESPUÉS DE ALGÚN TIEMPO, HOY LES TRAIGO EL SIGUIENTE CAPÍTULO. ME IMAGINO A QUE ALGUNOS YA LO ESTABAN ESPERANDO. DE TODOS MODOS PARA QUE NO ESTEN ANSIOSOS LES INFORMO QUE EL MIERCOLES SUBIRÉ EL SIGUIENTE.

EN UN TEMA APARTE LES AVISO QUE SUBÍ UNA NOVELA NUEVA LLAMADA:

"WALPURGISNACHT: UNA HISTORIA DEL POR QUÉ UN HOMBRE TUVO QUE TRAVESTIRSE PARA ENTRAR A UN COLEGIO DE MAGIA."

Y NO, NO LEYERON MAL ASÍ SE LLAMA LA NOVELA. BUENO SIN MAS DIVAGACIONES LES DEJO EL CAPÍTULO 13 Y EL LINK A LA OTRA NOVELA.









Capítulo 13



Los aplausos tras la batalla no faltaron, los gritos de la gente en éxtasis llenaron el estadio. Redor con gran dificultad se levantó y camino hacia Jean, el esqueleto que protegía al joven en silla de ruedas se hizo a un lado, cuando estuvieron frente a frente, extendió su mano a modo de saludo.


-Lo siento, he actuado como un idiota-.


Jean respondió el saludo y apretó la mano de su oponente con gran fuerza.


-¿Qué hombre enamorado no actúa como un idiota?-.


Con una gran sonrisa en su rostro Redor salió del campo de batalla, ahora era el turno de su amigo Froc Wood, quién tenía un intenso rostro de preocupación.



-Lo siento Froc, no pude ganar-.


-No te disculpes, solo deséame suerte-.



Froc con gran valentía entró en el campo de batalla, un campo donde cuatro terribles esqueletos gigantes le estaban esperando.



-Froc Wood, tengamos una buena pelea-.



-Haré lo mejor que pueda-.



Ligeramente intimidado el druida de gran tamaño respondió, y sin perder el tiempo comenzó sus invocaciones, pelearía con todo lo que tenía desde el inicio si deseaba tener una oportunidad.



-¡Antiguo Rey tirano de una tierra distante, despierta de tu letargo y haz valer tu ley! ¡Tyrannosaurus rex!-



Un círculo mágico apareció delante del druida, de allí salió una criatura reptiliana tan alta como los esqueletos de Jean.



-¡Eso es realmente impresionante! ¡Parece que veremos otra pelea excelente!-.



- Opino lo mismo esta batalla parece interesante veamos cómo responde Jean Nox Crow-.



-Descansen por el momento-.



En lugar de usar sus imponentes esqueletos, Jean les ordenó que descansaran.



-“Servidor y mensajero de un dios sabio que duerme, uno con el viento, uno con la sabiduría. Serpiente de hermosos colores, que vuelas libre tanto en el cielo como en el inframundo. Yo solicitó respetuosamente tu presencia”-.



Desde el cielo un tornado de viento descendió y en su interior se encontraba un extraño ser, con el cuerpo largo como una serpiente, pero lo más extraño y bello de este ser era que en lugar de escamas poseía un hermoso plumaje que cautivó la mirada y robo el aliento de todos, sin demora se abalanzó hacia su enemigo.



-Si, definitivamente eso es un dragón…( La próxima vez me aseguraré de enterarme de que conjuros utilizará Jean, esto es exagerado)-.


-¡Que hermoso ser!-.



El reptil gigante del enemigo intentaba usar sus poderosas mandíbulas para destrozar a la serpiente pero esta hábilmente le esquivaba, a diferencia de otras serpientes esta se movía sobre el aire lo que le daba una mayor libertad y ventaja. Después de una intensa resistencia por parte del reptil bípedo la hermosa serpiente se enroscó alrededor de su cuerpo inmovilizándolo, y constriñéndole. Al ver la situación precaria Froc quiso cambiar el desenlace



-“Antiguo Rey abusivo de un cielo distante despierta de tu letargo y trae el horror a los habitantes del suelo” “Pterodactylus”-.



En el aire un ser similar a un Wivern apareció, sus escamas eran verdes y toscas y en su pico largo se podían ver sus afilados y macabros dientes. Este monstruo inmediatamente cayó en picada intentando atacar a la serpiente emplumada pero Jean no se quedó sin hacer nada. Rápidamente lanzó un contraataque.



-“Me dirijo a aquellos dos entre los doce señores del Xibalba, que portan las varas de hueso y calavera, brinden hambruna y pena a mis enemigos, hasta que solo pueda ver sus huesos”-.



Colocando el báculo que ya estaba usando encima de sus piernas, un nuevo báculo blanco hecho de hueso apareció en sus manos e inmediatamente se transformó en una flecha, creando un arco de fuego la soltó hacia el nuevo enemigo, el reptil volador quiso esquivar la flecha pero debido a que ya estaba en trayectoria en picada para atacar a la serpiente no pudo evitar ser alcanzado, al impacto un efecto aterrador se hizo presente, el reptil volador fue quedando delgado, cada vez más y más  su aspecto se volvía famélico,sus musculos se atrofiaban a una velocidad espantosa y su grasa corporal se consumía sin descanso, disminuyendo su masa corporal hasta que su carne desapareció solo dejando sus huesos que se volvieron polvo. Este hecho heló la sangre de los espectadores. Finalmente el otro reptil sucumbió al abrazo de la serpiente, encarado por tal ser, Froc decidió rendirse, con lo cual la segunda ronda terminó para el equipo de Jean y Liz.



Todo esto pasó mientras los esqueletos de cuatro colores solo estaban parados observando la pelea y protegiendo a su invocador.



-¡Fabulosoooo! ¡Pero qué batalla damas y caballeros! ¡Aplausos por favor!-.



-Cómo pudieron apreciar esta batalla fue un hecho comprobatorio de que la nigromancia es un arte mística tan respetable y poderosa como cualquiera-.



Como Jean había prometido usó nigromancia o artes relacionadas a ella durante toda la batalla. En las gradas varios de los participantes miraban con preocupación a Jean, solo pocas personas mostraron excitación y deseos de pelear contra él. La élite de los competidores había puesto sus ojos en Jean y Liz.



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La ronda fue pasada con relativa facilidad y eso se debía a que Jean sabía que nunca debía subestimar a un oponente por eso nunca iba fácil contra nadie. Terminado todo él decidió retirarse  a sus habitaciones en la academia Shade.



A los ojos de los demás pudiese parecer que al no quedarse a ver las otras rondas Jean los estaba subestimando, pero eso no era así, usando sus insectos y creaciones de madera observaba todo sin necesidad de estar ahí.



Durante el trayecto de vuelta fue acompañado por Sila y Wolvi quién empujaba la silla de ruedas.



-Jean, estuviste increíble, verdaderamente increíble-.



-Concuerdo con Sila, a pesar de la desventaja te desenvolviste con perfección. El director Rooscu estará realmente complacido-.


-Gracias por sus cumplidos pero estoy seguro que algunas rondas serán complicadas-.


-Tengo confianza en que no perderás-.


-Sin duda saldrás victorioso sin esforzarte-.



-Me halagan aunque personalmente prefiero que estas batallas sean más difíciles o de lo contrario no sacaré nada de experiencia-.



Con timidez Wolvi decidió hacer una pregunta importante.



-Jean… ¿Sería posible que me permitieras cuidarte mientras sanan tus heridas?-.



-Gracias por preocuparte pero no quiero ser una molestia-.



-¡Definitivamente no es una molestia!-.



-¡Esperen un momento! ¡En ese caso yo también cuidaré a Jean!-.



Sila no dejó que una oportunidad así se le fuera de las manos.



El resto del día ellas se la pasaron cuidando a su compañero.



Casi al atardecer Jean se encontraba sentado en la terraza de sus instalaciones en sus manos tenía una carta después de leerla la arrojó al suelo donde ya había una pila de otros papeles. Casi inmediatamente una paloma mensajera aterrizó cerca de Jean en su pata llevaba otra carta, una segunda y tercer paloma se le unieron a la primera y finalmente un halcón que también portaba una carta hizo acto de presencia. Las cuatro aves habían sido enviadas por Laur, Lili, Liz y la capitana Marshall respectivamente, el contenido de las cartas era para pedirle disculpas por haberlo dejado en silla de ruedas.



El joven dejó escapar un largo suspiro.



-Debo darles crédito aún una orden de restricción no las detiene en lo más mínimo-.



Jean no estaba tan molesto con ellas como las señoritas creían, la idea de la orden de restricción fue del Anciano Wilkens quién se encontraba en estos momentos con la directora de la academia del Sol, al parecer eran antiguos conocidos.



-(Supongo que las dejaré sufrir un poco más, después de todo no es como si fuera masoquista. Tal vez eso les enseñe algo.)-



Mientras pensaba eso, Wolvi Y Sila aparecieron vistiendo uniformes de sirvienta y enfermera respectivamente. Wolvi traía un carrito de serivico con bebidas y postres, mientras que Sila cargaba unas toallas.



-Jean,  Dado que aún falta para la cena decidí traerte esto-.


Wolvi terminó de acercar el carrito hacia su compañero.


-Gracias Wolvi, se ven bien ¿Tú los hiciste?-.



-Si, me esforcé mucho. Espero sean de tu gusto-.



Jean extendió su mano, tomó un panquecillo el cual llevó a su boca.



-Mmm. ¡Esto es delicioso!-.



-¡¿En serio?! ¿No me estás mintiendo?-.



-No estoy mintiendo realmente tienen un excelente sabor-.



Wolvi se encontraba encantada por los halagos de Jean, sintiéndose presionada e incómoda Sila intervino.



-Jean cuando termines eso yo me encargaré de bañarte para que estés listo para la cena-.



-Pfhhhh-.



Jean quién ya le había dado otro mordisco al pan escupió todo involuntariamente y sin poder creer que había oído preguntó.



-¿Bañarme? ¿Dijiste bañarme?-. (¡Así que para eso eran las toallas que traía!)



-Así es, como tu estás herido decidí  tomar esa tarea-.



-Ya veo, no sé cómo llegaste a esa conclusión pero definitivamente no estoy tan herido como para necesitar que alguien me bañe-.



-Eso yo lo decido-.



Sin querer aceptar las palabras de Jean, Sila se puso a la defensiva.


-No, es mi cuerpo así que yo se mejor que nadie que tan herido estoy-.


-¡Pero yo quiero ayudarte!-.


-Ningún pero Sila, agradezco tus intenciones pero eso es….-Viendo que Sila estaba a punto de llorar el joven corrigió lo que iba a decir- Solo dejaré que laves mi espalda después de eso yo haré todo lo demás ¿Estás de acuerdo con eso?-.



-¡Sí! ¡Estoy de acuerdo! ¡Déjamelo todo a mí!-.



(Empiezo a creer que mi problema con las mujeres es que soy demasiado permisivo con ellas. El maestro Gerald nunca me enseñó a decirles que no. Debo empezar a trabajar en eso)



De repente Jean se volvió a mirar en dirección al coliseo donde se estaba celebrando el torneo de los druidas, notando este cambio en él. Sila y Wolvi se acercaron a él y le cuestionaron.



-¿Qué pasa Jean?-.



-¿Algo malo está pasando?-.



-Parece que alguien quiere hacer trampa-.



Jean había repartido varios insectos y aves de madera por toda la ciudad y por medio de ellos se enteraba de todo, cuando llegó a la ciudad sus reservas de energía estaban bastante desgastadas pero ahora él se encontraba en una excelente condición, eso le permitió aumentar algunas funciones a sus creaciones, ahora él podía ver y escuchar atraves de los sentidos de las criaturas de madera. En ese momento él observaba claramente como un hombre encapuchado estaba entrando en el coliseo, evitando hábilmente ser detenido por los guardias. Pronto el objetivo de este encapuchado se hizo claro, con paso firme se acercó a los orbes expiatorios que se encontraban alrededor de la zona de batalla, eligió una y colocó sus manos a unos treinta centímetros de ella sin llegar a tocarla, al cabo de unos segundos un círculo mágico apareció encima del orbe, viendo esto a través de los ojos de una de las muchas polillas de magia sangrienta y sintiendo el olor característico de los demonios porvenir de esa persona, Jean determinó que ese sujeto estaba intentando hacerse control de las orbes. Sin perder tiempo desde donde estaba, Jean tomó manos a la obra.



-¡No, no lo harás!-.



Antes de que el encapuchado pudiera terminar lo que estaba haciendo, Jean preparó un conjuro.



-“Señor del Sol y Soberano de todas las artes, te imploro tu ayuda para que la oscuridad no apague la Luz, para que la ignorancia de las bestias no alcance la sabiduría de los seres pensantes, bendice mis flechas pero que no erren el corazón de mis enemigos”-.



Un arco de fuego con una flecha se manifestó en las manos de Jean, sin embargo él no soltó la flecha inmediatamente sino que preparó otro conjuro.



-“Arachne Tejedora magnifica, cuyo arte cautivó el corazón de todos los mortales. Arte que solo estaba apenas debajo del de los dioses. En esta oscura noche te pido que me guíes hacia mi con tu hilo de plata.”-.



Solo al finalizar el segundo conjuro Jean soltó la flecha de fuego que tenía preparada.



En el coliseo, el sujeto extraño que había entrado en secreto para profanar las orbes expiatorias escuchó un ligero silbido instintivamente alzó la cabeza para observar el cielo nocturno y vio una saeta de fuego cayendo hacia él, sorprendido y sin poder responder ante el sorpresivo ataque la flecha atravesó su hombro. Un dolor agudo lo atacó y sin poder soportarlo gritó en agonía. Sus gritos involuntarios alertaron de su presencia a los guardias del lugar que inmediatamente se dirigieron hacia la fuente de la conmoción. Viendo que había sido descubierto el sujeto se batió en huida a toda velocidad mientras sostenía su hombro herido mientras el miedo le consumía, en su mente solo había un pensamiento. “El que me atacó pudo matarme, si estoy vivo es porque decidió no hacerlo”. Una vez que logró entrar al bosque cercano los guardias perdieron su rastro.



Jean lo había dejado ir con vida por una sola razón, ahora pacientemente solo necesitaba esperar a que el sujeto regresara con su amo, y en el momento en que confirmara la identidad de quién estaba detrás,  el desdichado lamentaría haber escapado con vida pues se convertiría en un mensaje para su amo. “   Te estoy observando en todo momento”.






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