6 jul 2016

Una historia más de un desafortunado idiota en un mundo de fantasía. Parte 2.


Hola  a todos.


Hoy les traigo la segunda parte de "Una historia más de un desafortunado idiota en un mundo de fantasía" Espero les guste.







Capítulo 3 Duda existencial. ¿Los enanos son confiables o solo una bola de idiotas?





El día siguiente temprano en la mañana me hallé sentado en la letrina, banquetes llenos de manjares y bebidas dulces fueron demasiado para mi estómago, después de media hora de esfuerzo continuo por fin me sentí mejor. Por cierto relacionado a este tema hay una cosa a la que todavía no me he acostumbrado ¿Pueden imaginar que es?  ¡No existe papel higiénico aquí! En este mundo en lugar de papel usan las hojas de un árbol llamado        Parep, dichas hojas son grandes y largas, afortunadamente son suaves y absorbentes, pero aun así extraño mi papel higiénico Chartin.



Ahora para que se logren sacar de su cabeza la imagen de un hombre con diarrea sentado en el baño por media hora, vayamos a ver que sorpresas nos tiene preparado el nuevo y grandioso día.



Saliendo de mi habitación me dispuse a continuar creando armas en la forja, decidí saltarme el desayuno por obvias razones, mientras caminaba hacia mi destino a mis oídos llegó algo muy interesante, Porto y Perto se encontraban discutiendo.



-¡Esos desgraciados Chupacabras atacaron el ganado otra vez!



-Ya estoy harto de esas sabandijas reptilianas.



Chupacabras, interesante, muy interesante. No podrías imaginar que algo como eso existiera en este mundo, después de todo incluso en mi mundo esa criatura era considerada por muchos un invento moderno.



-¡Porto y Perto! ¡Buenos días!-.



Decidí sorprenderlos por la espalda el resultado fue que saltaron unos cuantos centímetros del suelo.



-¡Hey, tú! ¡No te aparezcas así!



-¡Casi haces que me dé un ataque!



Creo que debo pedir una disculpa se ven muy enojados o tal vez sea mejor…



-Lo siento, nunca pensé que los enanos sean tan espantadizos como para saltar como niñitas cuando son sorprendidos. Realmente prometo no volver a hacerlo no vaya a ser que termine matando a alguno de ustedes con una simple broma.



-¡¿Te estás disculpando o estás buscando pelea con nosotros?!



-¡¿Quieres que te rompa todos los huesos?!



Como quería mis palabras molestaron a esos dos.



-No se preocupen yo soy muy comprensivo, entiendo que no todos pueden ser tan magníficos como nosotros “los elfos oscuros”.




Por cierto yo no soy un elfo oscuro pero dije esto para aprovecharme de su rivalidad. Vi con gracia como los dos enanos apretaban sus puños con fuerza al mismo tiempo que gruesas venas aparecían en su sien.



-¡Los enanos somos la mejor raza que existe en este mundo!



-¡Definitivamente es como Perto dice!



-Se equivocan los elfos oscuros les podemos ganar en cualquier cosa.


-¡No es cierto!



-¡De verdad que tienes #%&vos para decir eso dentro de una ciudad de enanos!



-Está bien ¿Qué tal si hacemos una apuesta? Si yo gano ustedes tendrán que admitir que los elfos oscuros son los mejores y si ustedes ganan yo diré que los enanos son mejores. ¿Qué me dicen de esta proposición?



Los dos enanos intercambiaron  miradas y comenzaron a discutir entre ellos en voz baja.



-¿Qué clase de apuesta?



Hice ademán de estar pensando en algo pero la verdad es que ya lo había planeado todo, aunque yo salvé a la hija del virrey de esta gran ciudad, seguía siendo un extraño y como tal mis movimientos estaban restringidos, pensé que sería buena idea engañar a estos dos para poder divertirme.



-Hace un rato estaban hablando de los chupacabras, ¿Qué tal si vamos a cazarlos? El que asesine más gana.



-¡Hecho!



-¡Cuando pierdas no vayas a llorar con tu mami!



-Ya veremos, de todos modos les aconsejo que vayan practicando para cuando los venza.



Y así de esa manera nos dirigimos a los establos internos, en las mañanas los enanos sacan a pastar a su ganado y antes del atardecer los refugian dentro de la ciudad.



-Ayer en la noche los establos fueron atacados, el grupo de vigilancia eliminó a muchos chupacabras pero algunas cabezas de ganado se perdieron.



Porto me informó de la situación.



-¿Han intentado buscar sus nidos?



-Claro que sí pero su taza reproductiva es muy alta, aunque matemos muchos esas bestias siguen apareciendo, desafortunadamente lo único que podemos hacer es mermar sus números.



Perto se veía realmente desanimado. Mientras conversábamos se nos acercó una hermosa enana no tan bella como la pequeña Petra aun así tenía su encanto.



-Perto que demonios haces aquí, ve a trabajar.



-Hermana este es mi día libre, puedo hacer lo que quiera con mi tiempo.



-Ya veo y me imagino que también es el día libre de Porto ¿No es así?



-No, él solo se escapó de su turno.



La belleza de cabello castaño le dirigió una mirada severa a Porto.



-¡Idiota! ¿Por qué tenías que decirle eso?



- Cuando Petro se entere te pondrá a trabajar sin parar como asno.



-No es tu problema Raris, hoy tengo que resolver un asunto de vital importancia, mi orgullo como enano está en juego.



-Perto ¿Podrías explicarme de que va todo esto?



La enana llamada Raris le preguntó a su hermano y este soltó toda la sopa. Cuando su hermano concluyó la historia, ella volteó a verme y  me examinó de pies a cabeza, tal vez fue mi imaginación pero me pareció que su vista se detuvo más de lo necesario en mi entrepierna.



-Así que tú eres el rumorado elfo escuro que salvo a Petra, ya veo tal vez con tu arco seas capaz de hacer algo. Si van a cazar a esas sabandijas creó que puedo ayudarles.



Raris nos dio un pequeño mapa con la localización de los cuatro nidos más cercanos de chupacabras sin demora nos dirigimos al primer punto.



-Porto ¿Cómo cuantos individuos hay por colonia?



-Unos cincuenta a setenta, pero he escuchado historias donde se dice que había mil.



Por cierto los niveles de los chupacabras oscilan entre 5 y 7, para mi nivel  gracias a su gran número podrían ser una gran fuente de experiencia y títulos, sin tanto riesgo. Y así atravesando los pasadizos llegamos a una caverna, el ruido de las cabras nos alcanzó antes de que pudiéramos verlos, acercándonos con cuidado nos asomamos. Ahí en medio de todo se encontraban siendo atacadas por unas cincuenta criaturas de forma reptiliana, bípedas, de ojos grandes rojos o negros, dientes como colmillos largos y sobresalientes  así como garras filosas. Quién lo diría realmente son idénticas a como las personas de mi mundo les describen. ¿Será que así como yo terminé en este mundo, criaturas de aquí son envíadas allá?



-A la de tres atacaremos uno…



Ignorando mi sugerencia Porto y Perto con un grito de guerra se lanzaron al ataque con sus hachas en mano, en solo unos segundos las cabezas de monstruo volaron por doquier. Que vista más cruenta pero no hay nada que se pueda hacer este mundo es así y además estos monstruos no solo atacan cabras, Perto me contó que también van tras niños enanos. 



Preparando mi arco me uní a la cacería.



Una media hora después los tres hombres hicimos el conteo de muertes. Si se preguntan cómo le hicimos si los monstruos desaparecen después de matarles, debo explicarles que estos monstruos sin falta el 100% de las veces sueltan un ítem, un simple colmillo, que sea dicho no sirve para nada es decir es basura.



-Asesiné 13.



-Yo 15.



-Les gano yo tengo 20.



-¡Estás mintiendo!



-¡Hiciste trampa!



¡Qué malos perdedores! Es obvio que no quieran admitir su derrota y ciertamente con mi arco tengo una mayor ventaja, de hecho asesiné a varios monstruos que estaban huyendo.



-No miento pero si no me creen ¿Qué tal si cambiamos las condiciones? El que primero mate 100, gana.



-Que así sea.



-Me parece bien.



El segundo nido estaba más poblado que el anterior pero con nuestra fuerza combinada no fue problema y así pasó con el tercero.



-15 más y tendrán que alabarme, Porto, Perto.



-¡Eso es injusto! Con tú arco tienes ventaja.



- ¡Exijo que uses las mismas armas que nosotros!



-¡No sean malos perdedores! Los elfos usamos arcos y los enanos hachas o mazos.  Basándome en lo que acaban de decir bien ustedes también podrían dejar sus hachas y usar arcos.



Ante mis convincentes palabras los dos enanos se encogieron de hombros y no dijeron nada más. Porto llevaba 66 muertes y Perto 57, muchas de nuestras presas escapaban inmediatamente al vernos.



El último nido solo tenía poco mas de treinta miembros, yo estaba feliz las posibilidades de que ganará estaban a mi favor, después de todo aunque Porto y Perto mataran a todos no llegarían a 100 y ellos lo sabían. Apenas empezamos la masacre parecían desquiciados en estado berserker. Cuando ya había llegado a los noventa y nueve vislumbre a mi última presa, un chupacabras que intentaba huir, estaba muy lejos de mí así que corrí hacia él para ponerlo en el alcance de mi flecha, cuando estuve a punto de tenerlo en la mira me detuve en seco, mi presa se refugió detrás de un inmenso y tétrico chupacabras de 5 metros de alto, cambié el blanco de mi flecha hacia los ojos de este monstruo pero antes de que le perforara, el monstruo movió sus garras a una velocidad increíble y la desvío. ¡A correr se ha dicho! ¡Si no puedes derrotar a un monstruo, huye!



-¡Corran, corran! ¡Abandonen el lugar!-.



Apenas vi a Porto y Perto les grité con todas mis fuerzas.



-¿Huír? ¡De ninguna manera!



-¿Estás loco? ¡No te dejaremos ganar! ¡Mataremos a todos para que no puedas llegar a cien!




Así que ese era su plan, los enanos realmente odian perder pero ahora no es momento de pensar en eso, es obvio que el monstruo que está detrás de mi tiene un nivel por mucho superior a nosotros.



-¡Está bien, ustedes ganan! ¡Los enanos son lo máximo! ¡¿Ya están contentos?! ¡Ahora muevan esos robustos traseros si quieren vivir!



-¿Eh?



-¿Ah?



Al parecer esos dos quedaron sin palabras ante mi súbita declaración de derrota. Era normal que no lo entendieran pero acto seguido cuando el inmenso monstruo apareció a mis espaldas, todo quedó claro para ellos.



-¡¿Un Chupaminotauros?!




-¡¿Qué hace esa monstruosidad aquí?!




¿Chupaminotauros? ¡Qué horrendo nombre! ¡Pero este no es momento para que empiece a divagar! Al ver su reacción me di cuenta que me encontraba en un súper aprieto, los dos estaban temblando de pies a cabeza. Yo tenía 15 puntos de estatus acumulados, mientras viajé con Petra subí un nivel y casi llegó al segundo, durante esta aventura subí lo que me faltaba para otro nivel y obtuve uno más.



Nombre: Rin Vell
Nivel 21
PV: 200/286
PM: 150/150
EXP: 675/4200
Clase: Espadachín, Arquero.
Raza :Humanidad
Edad: 17 años
Fuerza: 
55

Defensa:
132
Agilidad:
 30
Destreza: 65
Vitalidad: 
33
Inteligencia:
25
Mentalidad: 11
Suerte: 
10


Puntos de Estatus disponibles por asignar: 15
Puntos de Habilidad disponibles por asignar: 15
Puntos de Magia disponibles por asignar: 0

-Títulos:
“El Cazador de Gnomos Profanos”
“El Cazador de Trasgos”
“El cazador de Kobolds”
“El cazador de Goblins”
“El cazador de Grimms”
“El cazador de Duendes Sangrientos”

-Habilidades:
Experiencia: Esta habilidad pasiva te permite identificar la información de diversas clases de criaturas siempre y cuando ya hayas asesinado a un miembro de dicha raza.



Identificar Nivel. 1: Esta habilidad te permite identificar objetos y tesoros. Costo de mana 5 unidades por intento.


 Piel de Arsen Nivel 1: Está habilidad pasiva forjada por el sometimiento ante una fuerza colosal te concederá una increíble defensa. Cualquier tipo de impactó se verá disminuido enormemente. Tu piel ahora es una armadura viviente de buena calidad. Disminución de un 15% de daño ante ataques físicos. Resistencia básica a las magias elementales.

-Magia: Ninguna disponible.

-Resistencias:
Magia de Fuego: 0%
Magia de Agua: 5%
Magia de Viento: 6%
Magia de Tierra: 8%
Magia de Madera: 2%
Magia de Metal: 3%
Magia de Veneno: 0%
Magia de Luz: 0%
Magia de Oscuridad: 1%


Sin dudar invertí todos mis puntos en agilidad.



-¡No se queden ahí parados! ¡Corran!



Saliendo de su estupor, Porto y Perto se alejaron  a toda la velocidad que sus cortas piernas daban. Sin embargo ellos estaban cansados por el esfuerzo continuo de una batalla de melee, el único fresco era yo. Esto se va a poner muy feosin lugar a dudas.



Como había pensado aunque el monstruo no era tan veloz  como nosotros eso no fue impedimento para que nos alcanzara. El Chupaminotauros  (Eso suena muy mal no importa como lo vea) saltó y cayó en medio de nosotros, el suelo se sumergió y rocas volaron por todas partes golpeándonos sin que podamos  esquivar.


De alguna forma resistí, probablemente fue debido a mi piel de Arsen, volteé a mí alrededor y vi que Porto y Perto no habían tenido tanta suerte. La bestia se acercó al más cercano de todos nosotros, al enano de la barba más corta. 


En ese instante la imagen de su hermana apareció en mi mente, ¡Sin importar que, no puedo dejarlo morir! Saqué de entre mis cosas tres frascos de veneno los cuales arrojé al rostro del monstruo y como antes este los destruyó antes de que impactaran contra él, esa era mi intención por eso opté por arrojarle los frascos en lugar de una flecha.



El contenido negro verdoso de los frascos se esparció y cayó en los ojos de la bestia, el monstruo al sentir sus ojos arder instintivamente se los frotó con fuerza. Antes había dicho que estás criaturas tienen unas filosas garras ¿No es así?, el resultado fue que él mismo se desgarró los ojos, debo admitir que no esperé eso, yo solo quería cegarle para ganar el tiempo suficiente y ayudar a Perto a escapar pero ahora debía aprovechar la oportunidad. Tomando las flechas especiales de mi segundo carcaj, estas tenían una punta especialmente grande diseñada para perforar, las remojé en el último frasco de veneno que me quedaba y sin escoger un punto en específico llené todo el cuerpo del monstruo con mis flechas.



Desde la batalla con el ogro rey me di cuenta de la utilidad del veneno al enfrentar enemigos más poderosos que uno mismo, a partir de entonces llevar veneno conmigo se volvió un deber. El veneno salvó mi vida, respétenlo. 


Probablemente los que leen esto dirán que es una forma sucia de pelear, así que sencillamente les responderé esto: “No soy un #$dido protagonista princeso con súperpoderes, solo soy un desafortunado idiota en un mundo de fantasía”.



Lenta pero de manera segura logré triunfar. Después de checar a Porto y Perto en busca de heridas y luego de que estos despertaron, decidimos dejar el maldito lugar inmediatamente pues no queríamos ninguna sorpresa más. Obviamente no olvide recuperar las cabezas de las flechas que había usado.



Como se pueden imaginar llegamos hechos polvo a pesar de tomar algunas pociones. La hermana de Perto nos recibió y al ver nuestro estado inmediatamente pidió ayuda.



En la sala de curación nos revisaron y dieron pociones pero debido a la fatiga nos dejaron descansando en camas suaves y cómodas. Aquí recibí una visita.



-Rin, ¡Vine tan rápido como me enteré! ¿Te encuentras bien?



Al ver los ojos azules de Petra pude ver que realmente estaba preocupada.



-Solo tuvimos un pequeño problema, como puedes ver estoy a salvo.



-Qué alivio. ¿Puedes decirme que pasó?



Como ella me pidió le conté toda la historia.



-Esas son malas noticias.



Petra se veía agobiada.



-Petra ¿Qué pasa?



-Bueno verás, es normal que algunos pequeños monstruos hagan sus nidos cerca de la ciudad pero un Chupaminotauros es algo que no debió estar aquí, si hay uno puede haber más y eso es malo para nosotros.



-Es tal como dice mi hija.



Apareciendo detrás de Petra, Petro se unió a nuestra conversación.



-Mi mente me dice que alguien trajo a ese monstruo, no creo que haya venido simplemente porque sí. Al menos ya sabemos porque los ataques a nuestro ganado se habían intensificado, necesitaban demasiado alimento.



-Padre ¿Qué harás? ¿Mandarás a algunos hombres a revisar toda la montaña?



-Desde luego que sí hija mía. Ahora ¿Podrías dejarme hablar a solas con Rin?



Petra volteó a verme y luego a su padre.



-¿Rin hizo algo malo?


Mirando a su padre le preguntó. Petra es una buena persona tengo que admitirlo.


-No te preocupes hija, él no ha hecho nada malo. Él descubrió a ese monstruo, solo eso ya es bastante ayuda.



-Entiendo, los dejaré solos.



Una vez que ella se retiró Petro se dirigió a mí.



-Porto y Perto me dicen que tú derrotaste a ese monstruo, sin embargo ellos no pudieron explicarme cómo, al parecer perdieron la conciencia y cuando despertaron el trabajo ya estaba hecho.



-Usé veneno para cegarlo y luego lo acribillé con todas las flechas que tenía a la mano.



-La piel de un chupaminotauros es demasiado gruesa para que flechas normales le atraviesen, ¿Usaste magia o algún tipo de flecha especial?



¿Cómo debería responder? Si le digo que usé flechas especiales probablemente me pedirá verlas, si le digo que magia también es posible que quiera una prueba.



-Usé flechas especiales que no requieren magia pero le he de ser sincero no es tecnología que quiera compartir después de todo las flechas no solo pueden matar monstruos también son capaces de hacer lo mismo con las personas.



Él se me quedó observando fijamente y después de lo que me pareció una eternidad comenzó a reír sonoramente.



-Entiendo, entiendo. No haré más preguntas después de todo salvaste a mi hija y a dos de mis hombres. Debo agradecerte por no haberlos abandonado y quedarte a pelear con ese monstruo. Como mi hija dijo esa clase de criaturas son malas noticias, sus grandes garras pueden desgarrar aun las mejores armaduras de Arsen, solo el Mitril soportaría sus embates pero desgraciadamente no tenemos tanto en reserva.



-Ya veo…



Tal y como pensé ni siquiera mi habilidad Piel de Arsen me hubiese servido de algo.


-Tengo planeado voltear de cabeza la montaña y eliminar todas las potenciales amenazas…



En este punto no pude evitar pensar ¿Por qué me estás diciendo todo esto?



-Señor Petro ¿Necesita algo de mí?


Con cuidado le pregunté.



-Si, he de admitir que quisiera que nos ayudarás pero no malinterpretes. Nosotros solos, somos suficientes para resolver problemas, no obstante al pensar en la posibilidad de bajas… Los enanos peleamos cuerpo a cuerpo y eso en algunos escenarios no es una ventaja, ya que tú aparentemente eres muy bueno con el arco no sería mala idea contar con tú apoyo. Fabricaré flechas mágicas para ti en caso de que quieras ayudarnos. ¿Qué dices? Permanecerás en la retaguardia, no tendrás que pelear directamente.



Eso parece un buen plan, puedo ganar experiencia asesinando monstruos al mismo tiempo que soy protegido por un ejército de enanos. Esa parece una situación perfecta pero exactamente por eso sé que no debo decidir con premura, las cosas siempre me salen mal cuando pienso que todo va bien.



-Cuantos hombres enviará a pelear.



-Planeo enviar al primer regimiento, que está compuesto de 500 hombres, todos de élite.



Con esa cantidad, yo debería estar seguro.



-Acepto, participaré en esta limpieza.



-Excelente, excelente. Y como prometí te haré unas treinta flechas mágicas ¿Algún tipo en especial?



Sin pensarlo dos veces abrí mi boca.


-Veneno.



-Hay un tipo de flecha que libera una nube de gas tóxico al impactar ¿Te parece bien esa?



-Definitivamente.



-Te haré 20 de veneno, 5 de fuego y 5 de viento, las de viento tienen un  buen poder de corte, con ellas deberías ser capaz de atravesar cualquier cosa. Ahora descansa, en la cena hablaremos sobre los detalles.



-Nos vemos entonces.



Al atardecer después de que la curandera estuvo satisfecha con mi estado de salud me dio de alta. Me dirigí hacia mi habitación para tomar un buen baño antes de comer. Como nota adicional le pedí a la curandera una medicina para el dolor de estómago, deben saber que cuando vi a ese desgraciado monstruo casi me hago en los pantalones.



Preparé un nuevo cambio de ropa el cual coloqué encima de la cama ya que dentro del baño no hay donde ponerlas, me metí al baño, jaboné y luego me sumergí en el manantial. El jabón que usé olía demasiado bien. Una hora después cuando mi piel ya estaba pareciéndose a la de un anciano salí del lugar.



Ahí encima de la cama donde se supone que debía estar mi cambio de ropa había una hermosa mujer sentada, se trataba de Raris, la hermana de Perto. Ella me dirigió una sonrisa seductora, mientras  estaba vestida con unas piezas de lencería ligeramente transparente. No sabía que decir, mis labios se congelaron.



-Como pensé tú estás bien dotado.



Me dijo eso mientras le daba un mirada picara a mi entrepierna. Cubriéndome con la toalla e intentando recobrar la compostura por fin pude hablarle.



-Raris ¿Qué haces aquí?



-Vengo a agradecerte por salvar a mi hermano y a ese idiota de Porto.


Agradecerme, así que es algo como eso. Creo que esto se va a poner algo incómodo.



-Raris, yo fui el que le propuso a Porto y a tu hermano ir a cazar chupacabras, lo hice para poder divertirme si no fuera por eso ellos nunca hubiesen estado en peligro, así que realmente no tienes que agradecerme.



-Eso no cambia el hecho de que los salvaste, por lo que escuché de mi hermano tú peleaste mientras ellos estaban inconscientes.



Me dijo eso mientras se acercaba sensualmente  a mí deshaciéndose de sus escasas prendas lentamente.



-Agradezco tus sentimientos pero esto no me parece correcto, tú hermano me matará si se entera.



-Él no tiene por qué enterarse.


Me está convenciendo, realmente me está convenciendo PERO no me parece correcto que todo esto sea por agradecimiento.



-Con todo el peso de mi corazón me tengo que negar.



Así declaré con la poca razón que me quedaba pues ella ya no tenía nada de ropa. No sé si los enanos son la mejor raza que existe pero DEFINITIVAMENTE sus mujeres tienen un gran encanto.



-¿Sin importar que haga?



Ella puso sus pequeñas manos en mi abdomen y comenzó a acariciarme. Eso me hizo estremecer.



-Así…es.



-¿Y si te digo que en realidad ya te había echado el ojo antes? No solo yo, también hay otras que te consideran atractivo.



Raris agarró la toalla con la que me tapaba mi ingle e intentó quitármela pero yo no podía ceder así que me aferré al pedazo de tela.


-¿Es por qué soy un elfo oscuro? Si es así debes saber que en realidad soy humano y de dónde vengo este color de piel es natural.



-¿Humano? Ya veo, eso es extraño pero en realidad no me interesa de que raza seas, aunque debo admitir que tú color de piel y también tu cuerpo es lo que me atrae, entre otras cosas. Quiero pasar unos dulces momentos contigo, dime ¿Qué tiene de malo eso?



¿Qué tiene de malo? Me pregunto eso yo mismo.



-¿Y si pasa algo?



-No te preocupes por eso, observa.



Ella señaló a su vientre, allí tenía un extraño símbolo.


-Está es una runa anticonceptiva así que no tienes que pensar en las consecuencias.



¡Al carajo todo! ¡Al carajo todo! Yo le gusto, ella es atractiva, los dos estamos de acuerdo. ¿Cuál es el maldito problema? 


Por fin solté la toalla a la que me estaba aferrando.



-Pasemos un buen rato Raris.


-Buen chico, buen chico. Qué bueno que hallas cambiado de opinión.



Yo incliné mi cuerpo para quedar a su nivel y acerqué mi rostro al de ella plantándole un beso y abrazándola con fuerza. ¡Qué beso! La calidez, humedad y técnica eran algo sumamente agradable.



-Rin ¿Estás listo para la cena? Me dijeron que ya te dieron de alta. Voy a abrir la puerta.



En ese momento alguien nos interrumpió. Aun en nuestro beso apasionado, tanto Raris como yo abrimos los ojos en sorpresa. Tonta enana Petra, ¡¿Por qué tenías que aparecer en un momento como este?! Sin esperar mi confirmación o permiso esa idiota abrió la puerta.



-¡Hola Petra! ¡¿Qué te trae por aquí?!



Por el nerviosismo hablé casi gritando.



-Buenas noches Rin yo… ¡¿Por qué rayos estás desnudo?! Y ¡¿Por qué esa cosa entre tus piernas está levantada?!



Maldición, que estúpido fui, se me olvidó que estaba desnudo y lo peor de todo es que no me puedo agachar a recoger la toalla porque atrás de mí se encuentra Raris, sin más opción me cubrí con ambas manos.



-Acabo de salir del baño, el agua estaba muy caliente así que esto es totalmente normal… ¡No me juzgues!



Petra tenía el rostro  teñido de rojo carmesí.


-¡Ponte algo de ropa pronto!



-¡Primero sal de mi habitación! ¡Y deja de comerme con la mirada!



-¡Lo siento mucho!



Petra salió corriendo de mi habitación, que alivio al parecer he esquivado una situación potencialmente destructiva. Atrás de mi Raris dejó salir un suspiro de alivio.



-Por cierto Rin…



Esa pequeña nuevamente abrió la puerta de mi habitación y se asomó , pensé en regañarle severamente pero al verla empecé a sudar frío. ¿Quieren saber por qué? Ella emanaba un aura de terror, sus ojos no tenían vida y el tono de su voz era peor que cualquier cosa que hubiera escuchado. Incluso Raris se percató de ello, su pequeño cuerpo comenzó a temblar sin control. Ignorando nuestro pánico Petra continuó hablando.



-…Esa ropa interior definitivamente no es tuya ¿Estás ocultando una mujer en tu habitación?



Petra señaló al suelo donde se encontraba la lencería de Raris. ¡Estoy bien jodido! ¡%&$#/! ni siquiera puedo coordinar bien para censurar la palabrota que acabo de decir.



-Yo…



-¿Qué hay detrás de ti?



¡Maldita intuición de las mujeres! ¿Por qué brilla su sexto sentido en las peores situaciones?


-Nada…



Eso es lo único que podía decir, admitir que tengo a la hermana de Perto en mi cuarto estaba fuera de cuestión.



Petra se acercó a mí y lentamente me rodeó, al mismo tiempo que ella giraba yo hacía lo mismo.



-¡Rin! ¡Muéstrame que estás ocultándome!



-¡No estoy ocultando nada!



-¡Si ese es el caso no me dejas otra opción!



Sin que pudiera preverlo, la pequeña Petra me golpeó en el estómago. Para solo tener tres niveles tiene una terrible fuerza. Ese golpe hizo que me doblara y cayera al suelo. Lo siento Raris.



-¡¿Raris?!



-Hola…Petra. Por favor… no se lo digas a mi hermano.



Petra volteó a verme y luego a la avergonzada Raris varias veces y sin decir ninguna palabra como si fuera un zombi sin vida salió de la habitación chocando con todo lo que se encontraba.



-Rin creo que nuestro asunto tendrá que esperar…



-Estoy de acuerdo…



Después de eso estuve media hora en mi habitación esperando mi destino, era lógico pensar que Petra se lo había dicho a todo el mundo. Mientras estaba sentado en mi cama, la causa de mi tormento psicológico, por tercera vez entró en mi habitación. Nada de lo que he enfrentado en toda mi vida me produjo tanto miedo como el que estoy sintiendo ahora. Petra tenía una sonrisa de oreja a oreja, pero no era una sonrisa que irradiara alegría y amor, era más bien como si uno se asomara al abismo y el abismo te hiciera un guiño. ¡Verdaderamente aterrador!



-Rin mi padre me envió de nuevo a buscarte.



-… ¿Le dijiste a tu padre lo qué pasó?



-Por favor no hables de eso, Raris es mi amiga y no quisiera manchar su reputación.



Con la misma sonrisa macabra la pequeña Petra me respondió. Qué alivio al parecer el peor escenario no sucederá. Aun así presiento que algo horrible puede pasarme si hago un movimiento o digo algo erróneo. Sin poder hacer nada más me levanté y fui a la cena acompañado de Petra.



Ahí mientras intentaba mantenerme lo más callado posible, Petro me informó del plan para limpiar la montaña, yo solo asentí a cada palabra que me dijo, no me sentía de humor para hablar mucho.



-Perto por cierto sobre tu hermana ¿Cómo le va?  ¿Tiene algún pretendiente?



Petra que estaba sentada a lado mío inició una plática de forma casual con Perto. Al escucharla me atraganté severamente con la comida. ¡Te odio Petra esto lo estás haciendo adrede! ¡¿Así que planeas que me linchen en plena cena?!



-Raris está bien y sobre pretendientes ni me hables. Tiene demasiados pero me he encargado de todos ellos después de todo ella es demasiado joven.



-Ella ya tiene 18 años, hay algunas que se casan desde los quince cuando cumplen la mayoría de edad, no sería raro para ella salir con alguien a tus espaldas.


Comencé a sudar frío.



-¡Definitivamente no dejaré que cualquier idiota se le acerque a mi hermanita!



- Hipotéticamente hablando ¿Qué harías si descubres que está saliendo con alguien?



-Lo destrozaría sin dudar pero ¿Por qué me preguntas todo esto?



Perto dijo eso mientras quebraba una inmensa pierna asada de Roc. Inconscientemente tragué saliva.



-Solo curiosidad, simplemente me sorprende el hecho de que a pesar de que Raris es muy hermosa nunca la he visto con alguien.



-Ya veo ciertamente ella es hermosa.



El resto de la cena pasó con escenas similares. Debo decir que Petra es realmente malvada, terminé bañado en sudor frío, para mitigar mi ansiedad decidí beber grandes cantidades de Thó que es una bebida alcohólica ligera.



Por fin mi suplicio terminó al menos por día de hoy. Cuando estaba regresando a mi habitación con la intención de tener un merecido descanso me encontré con Petra quien bloqueaba la puerta del cuarto.



-Buenas noches Rin vine a traerte un pequeño regalo de mi parte.



Ella me observó con la misma tétrica sonrisa que usó toda la noche, tenía las manos detrás de su espalda. Con miedo en mi voz le pregunté.



-¿Qué cosa es?



-Sé qué te gustara, tarán observa.



Con un efecto de sonido que no era para nada tierno, Petra me mostró lo que sostenía en sus pequeñas manos. Creo haber visto eso en alguna parte, plateado, obviamente hecho de metal, en forma triangular con tres orificios, si no hay error, no hay error, ¡Houston tenemos un problema! , definitivamente eso era un ¡Maldito cinturón de castidad!



-¡¿Estás loca?! ¡¿Estuviste bebiendo?!



-Sí, bebí un poco pero eso no es ningún problema. Quiero que uses esto.



Ahora que la veo de cerca su rostro está ligeramente rojo y su habla es lenta, definitivamente bebió de más.



-Me rehúso a usar eso, es una ofensa a la dignidad y derechos humanos.



-Yo no soy humana. Si no lo usas le diré a Perto lo que hiciste.



En realidad no hice nada pero no creo que a estas alturas y dadas las circunstancias mis palabras tengan algo de credibilidad.



-Habías dicho que no dirías nada para proteger a Raris.



- Me encargaré de hacerla ver como la víctima y así no le harán nada.



-¡Eres un monstruo!



-¡Así que usa esto ahora mismo!



La única opción en situaciones como estas es recurrir a la piedad, inmediatamente me hinqué a los pies de Petra.



-Por favor te lo suplico cualquier cosa menos un cinturón de castidad, eso sería demasiado humillante.



-No.



-¡Por favor Gran Petra busca en el fondo de tu corazón algo de piedad, si me pongo eso ¿Cómo rayos haré mis necesidades biológicas?!



-No te preocupes este cinturón de castidad es mágico, cuando vayas a hacer tus necesidades desaparecerá así que todo está bien.



-¡¿Cómo rayos puede estar eso bien?! ¡Por favor Petra, haré cualquier cosa pero no me obligues a usar eso!



Petra pareció debatirse sobre qué hacer y después de unos segundos me dijo.



-Hay otra cosa…




Una nueva mañana llegó. Aunque dentro de esta montaña la percepción del tiempo es algo que se pierde fácil al no poder ver la luz del sol, en la sala principal se encontraba un inmenso reloj de arena de varios metros de altura que servía de sustituto para el sentido del tiempo. Lámparas mágicas iluminaban el lugar durante todo el día.



Desperté cuando el ruido del cuerno que anunciaba la mañana llegó a mis oídos. Sentí algo cálido a mi costado y cuando volteé pude ver a una hermosa señorita rubia, ella se encontraba abrazándome tanto con sus brazos como con sus piernas. Ahí recordé lo que pasó anoche. Petra me dio a elegir dos opciones o usaba un cinturón de castidad o ella se quedaba en mi cuarto y dormía conmigo para evitar que algo como lo que pasó con Raris se vuelva a repetir. Al principio sus ronquidos no me dejaron dormir pero luego debido al cansancio mental y físico caí rendido.



Ahora que el alcohol había desaparecido de mi sangre me di cuenta que tomé una terrible decisión, hubiese sido mejor el cinturón de castidad, después de todo si su padre el Virrey de esta ciudad nos descubriera, estaría en una situación terrible, muy terrible. Realmente espero que Petro termine pronto la armadura que me prometió para poder irme de este lugar. Nuevamente observé a Petra, ella tenía una sonrisa, aceptaría que es algo linda la verdad sino fuera porque babea cuando duerme. Sin querer despertarle intenté liberarme pero su abrazo era demasiado fuerte, creo que sería buena idea añadir algunos puntos a mi fuerza.



-Petra, despierta. Ya amaneció.



Sacudiéndome intenté despertarla. Ella abrió y me miró con sus grandes ojos azules.



-Cinco minutos más…



-¡Nada de cinco minutos más! ¡Si nos ven juntos tú padre me matará!



Nuevamente abrió sus ojos y me miró sorprendida.


-¿Rin? ¿Qué estás haciendo en mi cama? ¿Tú me…asaltaste en la noche?



-¿Eres una idiota o qué? Tú me dijiste que sí no quería usar el cinturón de castidad la otra opción era que me vigilarías personalmente.



-¡Oh! Ya recuerdo.



Lentamente me soltó, sentó en la cama y estiró su cuerpo.



-Escucha bien Petra, iré con los demás a limpiar la montaña, saldré primero de esta habitación y después de una hora tú te irás a tu propia habitación, así nadie sospechará nada.



- ¿Y si alguien me ve salir?



-Si eso pasa solo tienes que decir que me estabas buscando pero no me encontraste.



-Está bien.



¿Es mi imaginación o ella se ve un poco extraña? Bueno, dejando de lado eso, tengo que reunirme con los demás antes de que alguien venga a buscarme. Tomé mi equipo, excepto las flechas especiales ya que Petro me daría flechas mágicas, y salí de la habitación.



En la sala principal de la montaña me topé con los quinientos soldados de élite y a la cabeza de todos se encontraba Petro.



-Buenos días Rin, ¿Cómo amaneciste?



-Dormí plácidamente.



Y como no aunque no quiera admitirlo Petra fue una excelente almohada…debo detener esta línea de pensamiento o de la contrario me llevará a la muerte.



-¡Qué bueno escuchar eso! Y cambiando de tema ¿Has visto a Petra? Hoy cuando me desperté no la encontré en su habitación.



-No, no la he visto para nada, absolutamente.



-Ya veo…Bueno no perdamos tiempo ¡Adelante enanos!



Me parece que Petro hizo una pausa innecesaria, ¿Sospechará algo? Eso me afectará durante todo el día, estoy seguro.



Y así empezó una cacería frenética, revisando varios compartimentos y cavernas internas estuvimos en todas las partes posibles de la montaña. Nos enfrentamos a un montón de monstruos interesantes, serpientes gigantes, Chupaminotauros, Muertos vivientes, insectos horribles del tamaño de una res y también orcos. Los orcos son similares a como los describen en libros de fantasía de mi mundo, de piel verdosa, rostro grande, ojos con pupilas verticales, del tamaño de un humano, andan vestidos con ropa de la más baja calidad.



Durante todo el tiempo Petro se quejaba de que había demasiados monstruos.



No queriendo desaprovechar la oportunidad usé mi arco como loco, para derribar a los monstruos difíciles de tratar como el chupaminotauros, primero los envenenaba y luego cuando estaban debilitados los enanos los terminaban.



Pasados unas seis horas nos detuvimos a descansar por una hora. Pude ver que Porto y Perto se dirigían en mi dirección.



-Rin, nosotros no te hemos agradecido por salvarnos es por eso que…



-Te agradecemos que nos hallas salvado Rin, no eres tan mal tipo después de todo.



Perto inició pero Porto terminó la frase. Esta clase de agradecimento no se siente del todo bien ¿Cómo que no soy un mal tipo después de todo?



-No tienen que agradecerme la idea de salir a cazar fue mía así que se puede decir que yo los puse en peligro.



-Nada de eso para nosotros los enanos morir en combate es algo normal.



-Y además pudiste haber huido pero no lo hiciste.



-Acepto sus agradecimientos no se preocupen por algo así.



-Te debemos una y no lo olvidaremos.



-Así es, te salvaremos si llegas a estar en peligro.



-Está bien, cuento con ustedes entonces.



Después de decir lo que querían se retiraron y en ese momento abrí mi boca y declaré algo muy importante.



-¡Espero que no se les haya olvidado quien ganó el concurso!



Por un momento se detuvieron en seco pero no se atrevieron a voltear a ver, como si nada pasados unos segundos  ellos regresaron con su grupo. Juro que es la última vez que me divierto a sus expensas, no quiero que el karma se vengue de mí además está el asunto de la hermana de Perto, solo haber visto a esa hermosa mujer fue recompensa suficiente para olvidar esa ridícula apuesta.



Cuando estuvo a punto de cumplirse el tiempo de descanso, la amplia caverna donde estábamos comenzó a temblar, en la entrada más cercana aparecieron tres criaturas humanoides de unos cinco metros de altura con bello rojizo en todo su cuerpo, su rostro era la cosa más fea que alguien podría ver en toda su vida, ¿Conocen al  Blobfish? Si no lo conocen entren a internet y así entenderán como son estos monstruos.



-¡Prepárense! ¡Rodeen a esos troles!



Así que estos son los famosos Trols. Además de ser feos tienen un olor terrible. Como armas portaban al igual que los ogros garrotes inmensos. Mientras estaba analizándolos, Petro se acercó a mí.



-¡Rin! ¿Te quedan flechas mágicas?



-Sí, cinco de veneno, dos de viento y tres de fuego.



-Ya sabes que hacer, debilítalos primero.



-Entendido.



Preparé mi arco con una flecha de veneno, al mismo tiempo Petro dio la orden de no atacar solo usar los escudos y resistir los ataques enemigos al mismo tiempo que mantenían un perímetro de unos cinco metros alrededor de los monstruos. Este perímetro de seguridad era para evitar que la nube tóxica que la flecha liberaba al contacto envenenara  a los enanos.



Solté mi flecha y esta golpeó el pecho del trol más cercano la nube de veneno envolvió su rostro, el monstruo se tambaleó de un lado a otro y me dirigió a una mirada asesina, yo ya tenía preparada una segunda flecha, en el lapso en que le costó recuperarse de la sorpresa, ya la había dejado ir. La flecha de fuego golpeó su sien y explotó, el trol cayó muerto como una muñeca de trapo. Petro me dijo que solo los debilitara pero debido a que temía que me arrojaran su garrote como proyectil decidí cambiar el plan de acción.


Los otros dos troles gritaron encolerizados al ver a su amigo muerto. Sabía que no podía perder tiempo, durante esta campaña había ganado tres niveles más y todos los puntos los invertí nuevamente en agilidad con lo cual había llegado a tener 60 puntos el doble de lo que tenía cuando me enfrente al rey ogro, por cierto mi nivel actual era 24, también había adquirido el título de cazador  de chupacabras pero eso no es importante ahora. Corriendo a toda velocidad cambié de lugar y les disparé una flecha de veneno a cada Trol. Ahora solo me quedan dos flechas mágicas de veneno, dos de viento y dos de fuego.



Como había pensado ambos Trols consideraron que yo era la mayor amenaza, arrojando sus garrotes intentaron matarme pero yo ya estaba preparado y pude esquivarles. La experiencia y una gran agilidad sin duda son necesarias. Al igual que con mi defensa debo lograr que mi agilidad llegue a cien puntos.



Sin sus armas y envenenados, los monstruos fueron abatidos, no sin antes causar algo de daño moderado, afortunadamente además de huesos rotos no hubo muertos. Después de tratar a los heridos y enviar de vuelta a los más agotados, continuamos nuestro camino y finalmente llegamos a una salida que aparentemente se encontraba al otro lado de la montaña, con grandes puertas negras de metal, las cuales abrimos, la luz del sol nos cegó por unos momentos.



-¡Que rayos hace esto aquí!



Ya veo por la expresión de Petro puedo darme cuenta de que esto no debería existir.



-Señor Petro ¿Cuál es el problema?



-Tú no lo sabes pero detrás de esta cadena montañosa se encuentra el amplio bosque de Ertra que se divide en dos secciones, la de los vivos y la de los muertos. Nosotros colindamos con la parte de los muertos.



Poniendo a mi mente a trabajar en modo fantasía pude entender la situación.



-Me imagino que dado su nombre ahí habitan muertos vivientes y por la reacción de usted puedo deducir que esta entrada no estaba antes. ¿Es exacto pensar en alguna clase de invasión hacia la montaña?



-Como dicen los rumores la mente de los elfos es ágil. Es tal como dices me temo que estamos en un gran problema. Al menos esto explica porque hemos encontrado demasiados monstruos peligrosos.


Por alguna razón tuve una extraña premonición.


-Señor Petro…



-¿Si?



- Esta entrada sin duda fue hecha por seres inteligentes no por monstruos estúpidos.



-Eso es lógico.



-Lo que quiero decir es ¿Qué tan lejos estamos de la ciudad? ¿Cuántos hombres se quedaron a cuidar la ciudad?



Petro volteó a verme directamente a los ojos y pude darme cuenta que vio mi preocupación.



-¡Maldición! ¡Alguien planeó invadirnos y el mejor momento para hacerlo es ahora que las tropas de élite no están!  ¡Maldición! ¡Bloqueen esta entrada para que nadie pueda pasar! ¡Apúrense tenemos que regresar cuanto antes!



Apenas la puerta fue destruida regresamos a toda prisa.



Y aunque llegamos agotados no tuvimos ni un momento de descanso, los enanos que se habían quedado estaban peleando encarnizadamente contra una multitud de monstruos vivos y no-muertos en la plaza central. Los defensores estaban haciendo un excelente trabajo contra los monstruos pequeños pero los grandes eran su némesis.



Sin un solo momento de retraso nos unimos a la pelea.



Sin dudar vacíe todas las flechas en los  cuatro monstruos más grandes que tenía cerca, contra los dos  Trols usé las de veneno para debilitarlos y luego con las de viento los decapité y contra otros dos Golems de roca usé las de fuego para volarlos en pedazos.



Ahora solo me quedan las normales, decidí usarlas de prioridad en los enemigos más rápidos, los chupacabras, orcos, cabras demoniacas tricornes y terrops. Los gritos de guerra y los lamentos resonaban por todo el lugar, los monstruos caían muertos en grandes cantidades pero nuestro lado también comenzaba a tener bajas. Vi como Petro y los demás enanos con hachas o mazos en mano destrozaban todo a su paso, en su rostro podía verse una expresión fiera a pesar de que los monstruos parecían asomarse de cualquier rincón de la ciudad, los enanos sin lugar a dudas son realmente valientes. Cambiando de arma desenvainé mi Shamsir, sin flechas era mi única opción, el miedo que sentí al pensar que era una situación desesperada desapareció junto con ese pensamiento que me decía “Huyé lo más lejos que puedas”.



Morir a lado de estos idiotas no puede ser tan malo, después de todo ¿Soy un hombre o un payaso? ¡Definitivamente soy un hombre! ¡Y los hombres no huyen abandonando a sus amigos!



Con mi espada en mano, el entrenamiento infernal de mi padre, y mi renovada agilidad dejé fluir la herencia de mi familia, la herencia de un forjador de armas pero también de un legítimo usuario de ellas. Uno no puede forjar buenas armas si no las entiende y para entenderlas es necesario usarlas. En mi mundo nunca tuve una oportunidad en que yo pudiera dar rienda a suelta a quinientos años de herencia pero aquí es diferente. ¡Todos mis enemigos se van a ir a la #$%&”!



Mi espada comenzó a cortar cabezas, me moví al frente acabando con un grupo de goblins, algunos orcos y gnomos profanos estaban entre ellos pero sus armas nunca podrían hacerme daño, estaban hechas de pedernal, cobre u otros materiales de baja calidad ¡Nunca podrían perforar mi armadura y piel! Cuando algún monstruo astuto intentaba atacar mi rostro, con mi agilidad le esquivaba y luego acababa con su vida. Sentí mi sangre hirviendo. ¡Nunca me me había sentido mejor!



Divisé a un trol  inmenso que se encontraba masacrando a un grupo de soldados, entre ellos vi a Porto que con escudo en mano intentaba resistir. Aunque el cuerpo del trol estaba lleno de heridas y quemaduras era obvio que no tenía la intención de darse por vencido. Porto alzó sus manos y de ella una esfera de fuego voló hacia el monstruo y al impacto explotó, pero eso solo enfureció al monstruo sin causarle mucho daño. Corrí hacia él, en el camino tomé el hacha de un enano caído, aunque pesaba no era algo que no pudiera levantar, con todas mis fuerzas la arrojé al muslo del monstruo, el hacha se insertó profundo en su carne



El trol dirigió su atención hacia donde había llegado el inusitado ataque, nos vimos fijamente a los ojos, con un grito el monstruo corrió hacia mí, yo hice lo mismo. Cuando blandió su garrote aumenté mi velocidad todo lo que pude y me colé entre sus piernas, su arma impactó en el suelo dejando un gran cráter. Aprovechando que me encontraba detrás de él hice un corte con mi Shamsir a nivel de su rodilla en la fosa poplítea donde la arteria del mismo nombre se encontraba después me alejé de la bestia y observé como un charco de sangre se formaba a sus pies, el trol sin darse cuenta de su terrible situación nuevamente cargó contra mí pintando de rojo el lugar, al tener dañadas sus dos piernas desesperado me arrojó su arma pero eso nunca más funcionaría contra mí, me coloqué en un lugar donde si él hacía eso solo golpearía a los suyos y así fue, después de esquivar su ataque el garrote golpeó a varios orcos volviéndolos carne molida.



Finalmente el trol cayó visiblemente debilitado sin ninguna fuerza en su cuerpo. Lo dejé ahí pues de todos modos moriría desangrado y regresé al campo de batalla en busca de una nueva presa, afortunadamente había de donde elegir.

Unos segundos después un mensaje me llegó.


Se han detectado siete títulos de “Cazador de” más el Asesinato de tres Monstruos de Clase Rey. Con esto se cumplen las condiciones necesarias para obtener el título “Asesino de Monstruos”

Efecto: Cuando te enfrentes a cualquier tipo de Monstruo de nivel Rey y menor, tus estadísticas aumentarán de manera temporal en un 10%.


Generando nueva habilidad  “Valor” Nivel 1 adquirida: A pesar de una situación desesperanzadora tú te mantienes firme sin huir prefiriendo morir a lado de tus amigos. Tú irradias un aura de puro valor. Los monstruos tiemblan ante tu presencia.

Todos los monstruos de Nivel Rey e inferior se verán debilitados en un 10% cuando estén cerca de ti.




Nombre: Rin Vell
Nivel 24
PV: 150/316
PM: 165/165
EXP: 727/4800
Clase: Espadachín, Arquero.
Raza :Humanidad
Edad: 17 años
Fuerza: 
55

Defensa:
132
Agilidad: 
60
Destreza: 
65
Vitalidad:
 33
Inteligencia:
25
Mentalidad: 11
Suerte: 
10

Puntos de Estatus disponibles por asignar: 0
Puntos de Habilidad disponibles por asignar: 18
Puntos de Magia disponibles por asignar: 0

-Títulos:
“El Cazador de Gnomos Profanos”
“El Cazador de Trasgos”
“El cazador de Kobolds”
“El cazador de Goblins”
“El cazador de Grimms”
“El cazador de Chupacabras”
“El cazador de Duendes Sangrientos”
"Asesino de monstruos"



-Habilidades:


Experiencia: Esta habilidad pasiva te permite identificar la información de diversas clases de criaturas siempre y cuando ya hayas asesinado a un miembro de dicha raza.


Identificar Nivel. 1: Esta habilidad te permite identificar objetos y tesoros. Costo de mana 5 unidades por intento.


Piel de Arsen Nivel 1: Está habilidad pasiva forjada por el sometimiento ante una fuerza colosal te concederá una increíble defensa. Cualquier tipo de impactó se verá disminuido enormemente. Tu piel ahora es una armadura viviente de buena calidad. Disminución de un 15% de daño ante ataques físicos. Resistencia básica a las magias elementales.



Valor Nivel 1: A pesar de una situación desesperanzadora tú te mantienes firme sin huir prefiriendo morir a lado de tus amigos. Tú irradias un aura de puro valor. Los monstruos tiemblan ante tu presencia. Todos los monstruos de Nivel Rey e inferior se verán debilitados en un 10% cuando estén cerca de ti.

-Magia: Ninguna disponible.

-Resistencias:
Magia de Fuego: 0%
Magia de Agua: 5%
Magia de Viento: 6%
Magia de Tierra: 8%
Magia de Madera: 2%
Magia de Metal: 3%
Magia de Veneno: 0%
Magia de Luz: 0%
Magia de Oscuridad: 1%

Al recibir esa notificación. En mi rostro se formó una gran sonrisa, verifiqué si es que era posible maximizar la habilidad “Valor” y me encontré con que podía añadir cinco puntos, lo mismo que me pasó con piel de hierro, sin dudarlo gasté cinco puntos, con lo que mi nueva habilidad evolucionó a “Bravura” provocando una aura que debilitaba en un 20%  a los monstruos cercanos.



Sentí como mi fuerza aumentó, cada vez que me enfrentaba a un enemigo una cabeza rodaba, para mí todo parecía ser mucho fácil que al inicio. Los monstruos aterrados comenzaron a huir de mí pero no me molestaba que me dieran la espalda después de todo era más fácil acabar con ellos así.



Cuando ya no quedaban enemigos cerca observé la situación de alrededor, a cien metros Petro y otros enanos intentaban con cadenas retener a un monstruo similar a un elefante, solo que este tenía la piel blanca como la nieve y 8 patas, con unos ojos rojos carmesí. El elefante intentaba romper los pilares de la sala, era obvio que intentaba sepultar a todos.



Como si fuera el viento llegué hasta donde estaba Petro y usándolo de apoyo brinqué hasta el monstruo. Montado en la grupa del elefante clavé una y otra vez mi espada en la bestia, aunque esta  se resistió gracias a los enanos que le mantenían en su lugar pude hacer lo mío sin tantas preocupaciones. No sé cuánto tiempo pasó ni cuantas veces lo apuñalé con mi espada pero eventualmente cayó al suelo. 


Dejando el cadáver del monstruo que no se disipó en partículas de luz y bañado en una gran cantidad de sangre posé mi vista en un numeroso grupo de orcos y alzando mi mano derecha les apunté.



-¡Ustedes siguen!



Con esa declaración cargué hacia ellos, la mayoría de los orcos retrocedió. Solo los más valientes decidieron enfrentarse a mí y eso es lo que deseaba, sin importar mis habilidades o nivel, si todos ellos me atacaran al mismo tiempo sin duda alguna no podría esquivarles, afortunadamente mi alardeo hizo que muchos se acobardaran. Pronto esos cuantos valientes cayeron ante mi espada y después le siguieron los cobardes. La mayoría de los monstruos grandes habían sido abatidos, poco a poco empezamos a repeler  a los invasores. Algún enano se acercó  a mí y me entregó un carcaj con flechas, al verlas me di cuenta de que cinco de ellas eran mágicas, del elemento fuego.



Los golems aunque eran monstruos no tenían instintos más que destruir, era necesario de deshacerse de ellos lo antes posible, el miedo no funcionaba en ellos y además nunca se rendirían. Las cinco flechas de fuego me vinieron como anillo al dedo, con ellas convertí en grava a los tres golems restantes.



Viendo que era imposible ganar incluso los ogros y trols que quedaban decidieron huir. Hice un gran agujero en la espalda de los dos troles más cercanos quienes al caer aplastaron a muchos monstruos más pequeños. Ni siquiera las otras tres flechas normales que quedaban en el carcaj dejé sin usar, tres pequeños cadáveres se unieron a la lista de enemigos caídos. Cuando se acabaron todas las flechas nuevamente tomé mi espada y corrí tras ellos, mi agilidad era por mucho superior a las de monstruos tales como goblins, kobolds, duendes sangrientos, gnomos profanos u orcos, estos se volvieron mis presas. Pude ver el miedo en sus ojos incluso los ogros y trols me veían de la misma manera. Eso está bien. ¿Querían sangre? ¡Yo les daré a beber la suya! Incluso en la guerra hay reglas y ellos no la respetaron. ¿Hubo una declaración de guerra? ¡No! ¿Mostrarían piedad a los derrotados? ¡No lo creo!  ¿Eligieron un campo de batalla libre de civiles? ¡De ninguna manera! Su meta sin lugar a dudas era asesinar a todos los pobladores cuando la mayor parte del ejército estuviera fuera, esto fue planeado para lograr un genocidio, eso es lo que mis instintos me gritaban. Entonces no había forma  de que les dejara escapar, un monstruo menos era una amenaza menos.



Finalmente incluso para mí el cansancio llegó, agotado caí sobre mis rodillas jadeando profusamente, pude ver como los monstruos se alejaban cada vez más y más, maldije el hecho de que no me quedaran flechas.



Pasados unos momentos, el grito de júbilo de los enanos llegó a mis oídos.


-¡Ganamos!



-¡Hemos vencido!



-¡Huyan, malditos monstruos!



Al desaparecer los gritos, Petro se dirigió a sus hombres.



-¡Guerreros, hemos ganado la batalla pero la guerra aún continuará! ¡De eso pueden estar seguros! Ahora mismo lo más importante es rehacer nuestras defensas, tratar a los heridos y enterrar a los muertos.



Con voz firme repartió diversas órdenes. Varios grupos se formaron de acuerdo a sus instrucciones. Yo me quedé a lado de Petro quién se reunió con un grupo de los que eran los enanos a cargos de la defensa y ahí me enteré de todo el panorama de la batalla.



El grupo que enviamos de vuelta después de la primera batalla con los tres trolls, mientras regresaban se encontraron con que una multitud de monstruos se dirigían a la ciudad, los más rápidos corrieron a avisar a los guardias de la ciudad, mientras que el resto se quedó con la meta de atrasar por todo el tiempo posible el avance de los enemigos



La ciudad recibió la información, los guerreros evacuaron a los civiles a un lugar seguro y prepararon las defensas. Cuando los monstruos llegaron, recibieron una cálida bienvenida, al mismo tiempo, nosotros, el grupo de élite, al darnos cuenta de la posibilidad de un ataque, regresamos sin dudarlo. Los monstruos fueron atrapados en un ataque frontal y por la espalda, lo que nos dio una abrumadora ventaja.



A mi parecer los héroes de esta historia es el grupo que se sacrificó para retrasar a los monstruos y avisar del peligro a la ciudad o de lo contrario  cuando nosotros regresáramos solo hubiesemos encontrado un río de sangre. El peor escenario se evitó gracias a esos hombres. Ahora entiendo que la valentía de los enanos es proporcional a su rudeza, idiotez, necedad e ingenuidad juntas.



Petro mandó un grupo especial para recuperar sus cuerpos, yo me ofrecí y me uní a este grupo. Como era lógico encontramos los cadáveres de esos héroes y los trajimos de vuelta. Agotado hasta el límite busqué a Petro y le informé de la recuperación exitosa pero al ver a Petro quien estaba visiblemente desgastado y con los ojos rojos me di cuenta de que algo había pasado.



-Señor Petro ¿Qué pasó?


El me miró y como si cada palabra pesara una tonelada me respondió.



-No hemos encontrado a Petra.


Petra…esa enana de grandes ojos azules y cabello rubio. Maldición esto no puede ser…Aunque quise negar mis malos pensamientos, necesitaba entender lo que estaba pasando. Ella era la hija del Virrey de esta ciudad, el enemigo que planeó el ataque no era un estúpido monstruo, la posibilidad de haber secuestrado a Petra para usarla contra Petro era alta pero eso significaba que al menos estaba con vida.



-Señor Petro ¿Ella fue secuestrada?



-Eso es lo que todos pensamos.



-¿Alguien se ha comunicado con usted?


El tono de mi voz estaba cargado de miedo…



-No, hasta ahora nada ni nadie se ha comunicado conmigo.



-¡Maldición! ¿Qué haremos entonces?



-Solo podemos esperar, no sabemos quién se la llevó o dónde puede estar.



Él tenía razón, no hay nada que podamos hacer de momento.



-Ve a descansar, toma un baño. Luego celebraremos un banquete de victoria para subir la moral del pueblo.



-Entiendo…



Sin decir nada más me retiré del lugar. Al entrar a mi habitación me dirigí inmediatamente a la cama, la noticia de la desaparición de Petra me afectó más de lo que pensé, su alegría y necedad siempre me sacaban una sonrisa pero ahora ella no estaba. Es  irónico que la haya devuelto a su casa pensando que estaría más segura aquí.



Al llegar al pie de mi cama me dejé caer.



-¡Auch!



Creo que mi cama acaba de hacer un ruido extraño y además se siente inusitadamente suave, ¿Será que porque estoy agotado física y mentalmente estoy escuchando y sintiendo cosas raras? Con ese pensamiento en mente tanteé la superficie de mi cama.


-¡Mmm! ¡Aaaa!



No, no fue mi imaginación, más y más sonidos salieron de mi cama. Algo confundido la observé con más atención y pude ver un par de montículos cerca de mi rostro, sin pensarlo dos veces los tomé con mis manos y los apreté y en está ocasión un par de gemidos muy femeninos se hicieron presentes. Esta sensación de suavidad y esa voz, solo hay alguien que podría ser, haciéndome a un lado quité las sabanas que cubrían la cama y ahí estaba ella, la pequeña enana tenía su rostro rojo y sus ojos azules bien abiertos con algunas lágrimas amenazando con escaparse, nos quedamos viendo por unos instantes, el primero en romper el silencio fui yo.


Sin saber cómo o por qué instintivamente me moví y la abracé con todas mis fuerzas.



-¡Eh! ¡¿Rin?! ¡¿Qué crees que estás haciendo?!



-¡Gracias al cielo! ¡Realmente gracias al cielo!



-¡Hey! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Por qué estás llorando?!



Así es, yo un hombre hecho y derecho estaba llorando de alegría aunque no sabía exactamente por qué.



-¡Petra! ¡¿Estás bien?! ¡¿Tienes alguna herida?!



-¡Tranquilízate un momento! ¿Puedes decirme que está pasando?



Sin deshacer mi abrazo le conté todo lo que había sucedido.



-¿Entonces fuimos atacados?


-Si


-¿Mi padre está bien?


-Si


-¿Murió alguien?



-Ningún civil gracias al heroico sacrificio de los hombres. Pero ¿Petra cómo es posible que no te hayas enterado de esto?



Ella, apenada me respondió.



-La verdad es que cuando te fuiste yo me quedé en está habitación y me volví a dormir hasta ahora.



-¡Eres una idiota! ¡Pero qué bueno que eres una idiota! ¡De verdad que bueno que eres una completa idiota!



-¡Hey deja de decirme idiota o me voy a enojar! ¡Rin! ¡Suéltame! Me estoy asfixiando… aire.



Y así Petra perdió la conciencia, creo que me emocioné un poco.



Cuando Petra volvió a despertar, la llevé con su padre y como yo, él la abrazó hasta que ella se desmayó.



Totalmente bañado y con ropa nueva me uní a la gran celebración. A pesar de la tristeza por perder a muchos seres queridos, el ambiente fue festivo. El reloj de arena fue destruido así que era muy difícil determinar la hora pero sin duda fue una celebración corta.



Dos días más tarde con Petra en mi habitación nos pusimos a discutir.



-Rin, Yo quiero viajar contigo y conocer el mundo.



-¿Estás loca? Tú padre no te dejará ni siquiera salir de la montaña dada la inminente situación de guerra. Además tu nivel es bajísimo.



-Es por esa razón que quiero viajar contigo.



-En resumen tú quieres que sea tu niñera. Me rehúso totalmente.



-¡Si no aceptas le diré a mi padre que me manoseaste y no solo a mí, también a Raris!



-Eso fue sin querer además tú no te atreve…



No pude terminar esa frase era totalmente obvio que Petra era capaz de eso y más, ella era una persona que se la pasó durmiendo durante toda la invasión de monstruos, “increíble” esa palabra la definía perfectamente, aunque no en una luz positiva.



-Aunque yo no tenga nada en contra, tu padre  no te dejará ir.



Me aferré a esa última posibilidad.



-En ese caso convéncele.



-¿Disculpa?



-Como escuchaste convéncelo o le diré muchas cosas a mi padre. Y como papi me quiere mucho me creerá sin falta.



Maldición.



Y así terminé agendando una cita privada con el padre de Petra.




-Señor Petro, la razón por la que pedí una plática privada con usted es para hablarle sobre Petra.



-¿Qué pasa con Petra?



Inmediatamente me respondió mientras me dirigía una mirada ligeramente hostil, como pensé tengo que ser muy delicado.



-Ella quiere ser una aventurera.



-Si lo sé, siempre me presiona con eso pero nunca dejaré a mi niña apartarse de mi lado.



-Y sin embargo ya pasó. Cuando la conocí estaba escapando de tres ogros, si no la hubiese salvado Petra estaría muerta.



- Por eso te estaré agradecido por todo el resto de mi vida.



-Señor Petro, ella no se dará por vencida y sin importar cuanto la vigile terminará buscando una oportunidad para escaparse de nuevo pero esta vez podría no tener tanta suerte.



-¿A dónde vas con todo esto?



-En esta situación de guerra, dado que ella es la hija del virrey de esta ciudad ¿No sería mejor enviarla lejos?



-¿Enviarla lejos?



-Sí, así la posibilidad de atentados contra ella debería disminuir en gran medida.



-Tus palabras tienen sentido pero no entiendo ¿Qué tiene todo esto que ver con que ella quiera ser una aventurera?



-Lo que le estoy proponiendo es que yo la puedo escoltar hacia un lugar más seguro y mientras viaje conmigo también cumplirá su sueño de ser aventurera y tal vez al ver que las cosas no son como ella pensaba decida desistir de ser una aventurera.



Petro entrecerró sus ojos y me dio la espalda, probablemente está evaluando mi propuesta. Tras unos minutos volteó a verme.



-¿Y por qué te ofreces para escoltarla?



¿Qué debería responderle?



-Los monstruos atacaron cuando el grueso de sus hombres no estaba y eso quiere decir que la ciudad está siendo monitoreada y probablemente usted también. Si ella viaja con una sola persona que no es un enano, es posible que se pueda burlar esa vigilancia y pasar desapercibidos.



-Estoy de acuerdo pero eso no responde por qué quieres tomar este trabajo.



-Ella me pidió que hablara con usted para que la dejara convertirse en una aventurera y aunque usted y yo nos neguemos a ello, ella continuará buscando una oportunidad de cristalizar sus sueños y en el proceso puede terminar muerta. Lo que estoy diciendo es que es mejor apoyarla y protegerla al mismo tiempo si de todos modos no cambiará de idea. Como su salvador no me gustaría que ella muriera por algo como eso. ¿No piensa lo mismo?



-… ¿Puedo confiar en ti?



-No lo sé pero lo que si se es que no deseo que ella sufra daño alguno.



Petro me miró a los ojos y viendo verdad en ellos aceptó mi proposición.



-Entonces cuídala. Sobre donde enviarla tengo un lugar en mente, muy al este pasando varias ciudades  y bosques se encuentra la ciudad enana de Takma ahí vive su hermana mayor que al igual que yo es un virrey, ese lugar es una zona bastante salvaje pero la ciudad posee un ejército mucho más poderoso que esta. Pienso que Petra estaría más segura ahí.  Y por curiosidad ¿Podrías decirme que nivel eres?



-27.



Durante la batalla subí tres niveles más aunque no me di cuenta sino hasta el día después.



-Antes de que partan me gustaría que cuando menos llegaras a nivel 30 y ella al 10.



-Me parece una excelente idea.



Ese mismo día Petro llamó a su hija y le contó el plan que habíamos trazado para ella. Como se pueden imaginar Petra se puso increíblemente feliz. Como su padre sugirió nos quedamos hasta que nuestros niveles aumentaron. Con varios hombres como guardias, Petra y yo nos unimos a un grupo de caza para erradicar a cualquier monstruo peligroso que pudiera estar dentro de la ciudad.



Y finalmente el día de decir “nos vemos pronto” llegó.



Sólo Petro, Perto, Porto, Raris, Petra y yo nos reunimos en un pasadizo secreto que daba al exterior.  Petro no quería soltar a su hija pero al final decidió dejarla ir. Por mi parte yo también me despedí de todos prometiendo que algún día regresaría, por cierto Raris me susurró palabras dulces al oído que definitivamente me motivaron para pensar en regresar lo más pronto posible.



Fue una buena experiencia el tiempo que pasé en esta ciudad enana pero ahora debo continuar y en esta ocasión no estoy solo pues tengo una compañera de viaje. Espero que la suerte nos sonría, por el momento nuestro siguiente destino es la Ciudad de Fortuna.







5 comentarios:

  1. Gracias Por El Capitulo, Por Cierto Hay Que Estar Más Atentos En Cuanto A Los Punto Y Aparte.

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  2. JAJAJAJAJAJAJAJAJA esa condenada Petra ya se convirtió en mi favorita después del ṕrota.

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  3. joder se pone cada vez mas interesante.... el prota tan baddas XD

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  4. ¡Por supuesto que respeto el veneno! ¿Qué tienes que hacer si te enfrentas a alguien más fuerte que tu? ¡Veneno! ¿Qué tienes que hacer si te enfrentas a alguien más rápido que tu? ¡Veneno! ¿Qué tienes que hacer si te enfrentas a alguien más inteligente que tu? ¡Veneno! ¿Qué tienes que hacer si quieres salvar a alguien? ¡Veneno! ¡El veneno siempre es la respuesta!
    PD: Considerando que el prota de verdad pensó que sus únicas opciones era cinturón o pasar la noche juntos y que se haya dejado chantajear tan fácilmente me hace pensar que es de los que se dejan llevar fácilmente.
    PD2: Si cuando llegaron utilizó las pocas flechas mágicas que le quedaban en los monstruos más grandes ¿Cómo es que un elefante monstruoso seguía por aquí? Supongo que matar a alguien tan grande no puede ser tan fácil, pero no se menciona que el elefante tenga flechas clavadas.
    PD3: Siento como que subir de nivel, conseguir puntos de estado y títulos es demasiado fácil, pero todavía no tenemos ningún punto para comparar de forma más o menos exacta.

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  5. Buen capítulo aunque creo ( solo como opinión ) que podrías definir algo más la personalidad de los personajes ya que hasta ahora me confundo un poco al intentar imaginarlos ya que aparte de Rin los demás personajes son definidos con personalidad típica de enano.
    También estaría bien que describieras algo más el paisaje.

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