Hola a todos mis lectores, nuevamente les traigo el noveno capitulo de mi novela, espero les guste.
Esta ocasión no comentara mucho acerca de este capitulo, dejare que disfruten ustedes mismos, nada más recordandoles que subo un poco tarde los capítulos, porque necesito tomarme mi tiempo para para escribir y lamentablemente por mi trabajo no dispongo de mucho,
Aunque suba tarde no dejare de escribir mi novela, les prometo traerles el final del juego!
Hasta el próximo capitulo!
Capitulo IX
“Desterrado”
El cielo estuvo de luto
por medio siglo, los guardianes y elegidos por nuestro señor habían caído
víctimas de la guerra contra el nuevo señor de las tinieblas, solo quedaron los
anillos de luz que portaban con orgullo junto con recuerdos de su excelente
trabajo sirviendo al todo poderoso.
Los anillos de luz fueron
celosamente ocultos, se habían convertido en reliquias celestiales dignos de
alabanzas; nadie con excepción de Padre e Hijo tenían derecho a conocer su
paradero. Por desgracia el anillo de luz portado por Zophiel jamás fue
encontrado, en los cielos se piensa que fue destruido para de esta forma
desterrar a la rebelión.
El anillo extraviado es
uno de los secretos más resguardados en todo el cielo, si esta información llega
a oídos equivocados podría desatar nuevamente la guerra entre el cielo y el
infierno.
Alemania, escondite de la
organización.
24
de diciembre del 2026, 11:00 am.
Han pasado dos horas
desde que Ian junto con algunos
miembros de la organización se marcharon en búsqueda de la corona dejando atrás
a Marianne, sin embargo algo con lo
que no contaba el líder de la organización era que el jugador número uno
estaría interesado por la chica y al marcharse la dejaría indefensa.
Una luz resplandeciente
cubre la habitación donde se encontraba descansando Marianne; dicho resplandor
provoca que despertara de su largo sueño, abre lentamente sus ojos dejando ver
en una esquina de la habitación a un hombre con máscara blanca y capucha roja.
Es tomada por sorpresa,
gracias a su riguroso entrenamiento se pone en guardia inmediatamente mientras
busca entre sus ropas su arma; las acciones de la chica hace reír al
enmascarado mientras se acerca lentamente a una mesa de madera que se
encontraba a lado de la ventana, la cual tenía sobre ella el arma que tanto
buscaba Marianne.
El arma tenía un grabado
en hebreo, el cual le resultó interesante al encapuchado, la toma de inmediato
mientras se acerca a la cama sin decir ni una sola palabra; Marianne se levanta de un salto tratando de
escapar, pero es apuntada con el arma haciendo que se detuviera. Gira
lentamente su rostro, tratando de no hacer movimientos en falso, lo mira
fijamente a la máscara tratando de averiguar la identidad del encapuchado.
— ¿A dónde crees que vas
Marianne? —El enmascarado continuaba apuntándola.
— ¿Cómo conoces mi
nombre? Sé que eres uno de los jugadores, no tengo duda al ver tu máscara, pero
no entiendo qué quieres conmigo. No ganaras nada matándome.
Beowulf baja el arma, de inmediato se dispone a tomar
asiento en la orilla de la cama; la actitud tan despreocupada del enmascarado
hacia enojar cada vez más a la mujer y contestándole con una voz serena trata
de tranquilizarla.
—Como se tu nombre es lo
de menos, estoy aquí porque quiero hacer un pequeño trato contigo el cual puede
ser beneficioso para ambos.
— ¿Un trato, porqué crees
que haría un trato con el enemigo de mi señor Ian?
La risa del enmascarado
se escucha por toda la habitación molestando más a Marianne. Un disparo se
escucha por todo el lugar, haciendo eco en todo el lugar; Beowulf había disparado, la bala había rozando la
mejía de la mujer.
—No me gustan las mujeres
orgullosas, te recomiendo que no me hagas enojar, he venido a ti con esta
propuesta tratando de ayudarnos a ambos.
— ¡Maldito, ya te he
dicho que no ganaras nada matándome! —El cuerpo de Marianne estaba temblando.
—Te equivocas en eso,
estoy seguro que tu querido amo perdería la razón si algo te sucediera y lo
volvería presa fácil para los demás jugadores. ¿Quieres que eso suceda?
Las palabras de Beowulf han hecho que la belleza de la organización
guardara silencio y tomara una actitud más respetuosa hacia él, cayendo de
rodillas al piso y sin levantar la mirada le respondió al encapuchado.
—Escuchare todo lo que
tengas que decirme, lamento mi actitud no volveré a ser tan irrespetuosa.
Beowulf se levanta de su asiento y sin soltar
el arma se acerca a la ventana dándole la espalda a la mujer. La risa del
encapuchado es estrepitosa, era una burla clara para ella.
—Muy bien, me alegra
saber que eres una mujer que aprende rápido y conoce cuando ha perdido.
—Antes que comience a
hablarme del trato le suplicó que me devuelva esa arma, puede quitarle las
balas si desea, pero esa arma me la dio…
—Ian te la entrego cuando te uniste a la organización e incluso grabo
en ella una palabra en hebreo que significa "soledad" para que nunca
olvides que él fue el que te saco de esa vida tan miserable en la que vivías.
—Se gira mientras la mira a los ojos con una sonrisa debajo de la máscara.
Todo lo que había salido
de la boca del enmascarado era cierto, por unos segundos Marianne se hizo
cientos de preguntas; Beowulf sin decir
más le arroja el arma cargada, la máscara de su rostro es quitada lentamente
dejando ver aquella sonrisa en su rostro.
— ¿Quién eres tú en
realidad? ¿Por qué conoces todo acerca de esta arma y su significado para mí? —Su rostro estaba pálido, tenía miedo del jugador.
—Yo solo soy un simple
observador que estuvo documentando a Ian desde
el principio, también logré apreciar la belleza de tu amor que crecía
velozmente hacia el jugador maldito número cuatro.
— ¿Por qué lo espiaste
desde un principio?
— ¿Por qué? Porque
siempre supe que él sería capaz de poner a todo el mundo de cabeza y si lo
dejaba sin vigilancia podría causarnos muchos problemas en el futuro, al
parecer estuve en lo correcto.
—Aun no entiendo por qué sigo
viva, lo más probable es que mi señor Ian
me salvo de mi horrible destino, ahora debo de pagarle la deuda que tengo o
de otra manera no lograre sentirme bien conmigo misma.
El encapuchado había
bajado la guardia, aprovecha el momento para correr hacia él, en segundos el
arma estaba siendo apuntada en la cabeza, sin titubear dispara inmediatamente; Beowulf estaba sorprendido al ver como Marianne casi igualaba su velocidad, con una
sonrisa en el rostro le susurra a la mujer.
— ¿Por qué todas las
personas son tan idiotas? Jamás podrán lograr matarme con movimientos y armas
tan simples. —Estaba detrás de ella apuntándola con su espada.
— ¡Maldito, este es tu
final!
Antes de que pudiera
apretar nuevamente el gatillo, el encapuchado ya había desaparecido de su
vista; una risa se escucha al fondo de la habitación, había desaparecido
nuevamente del rumbo de la bala, nuevamente aparece detrás de ella, pero esta
vez la espada apuntaba justo en el medio de la cabeza, Beowulf continuaba sonriendo.
— ¿Crees qué me hubiera
tomado la libertad de entregarte el arma cargada si no conociera que soy más
fuerte que tú? Aunque admito que eres una mujer muy hábil, casi eres tan rápida como yo.
— ¡Mátame,
mátame ya! Si no puedo asesinarte, no le seré útil a mi amo en la pelea contra
Dimitri.
— ¿Matarte? Es todo lo
contrario lo que haré, hace un momento hablaste sobre pagar una deuda con él
por haberte salvado ¿cierto?
— Si, pero no entiendo
¿Qué tiene que ver eso en estos momentos?
—He venido hasta aquí
para hacer un trato que no podrás rechazar, básicamente consiste en que tú me
ayudes a buscar a una persona en especial, la cual podría causarnos grandes
problemas a todos los jugadores si sigue libre, a cambio yo te hare dos
favores.
El ambiente se
tranquiliza, Marianne parecía estar interesada en el trato, ambos bajan sus
armas, la hermosa chica había sido atrapada por las palabras de Beowulf; la
habitación queda en silencio mientras espera la respuesta de la mujer, sin
embargo todo el alboroto que habían hecho había alertado a los miembros de la
organización que se encontraban cerca, los pasos se escuchaban cada vez más
cerca haciendo que el encapuchado la apresurara a responder.
— ¿Cuál es tu respuesta?
¿Aceptaras?
Ella ya había escuchado
los pasos que se acercaban y tratando de hacer tiempo comenzó a hablar mientras
se acercaba a la ventana.
— ¿Qué
clase de persona tendré que buscar? ¿Por qué no lo haces tú?
—La persona que buscaras
es otro jugador que ha roto el trato que hicimos el día que llegamos a la
tierra y ha asesinado a uno de nosotros; yo soy una copia enviado por él
verdadero yo, en este momento estamos investigando el laboratorio donde al
parecer estaba experimentando algo sumamente peligroso. He venido hasta aquí
para tratar de convencerte de buscar a esa persona mientras yo busco pistas
junto a otro jugador.
—Si puedes hacer copias
de ti mismo. ¿Por qué no lo haces tú mismo?
Los pasos estaban cada
vez más cerca y tomándola de los hombros la hace voltear y así lograr verla
directamente a los ojos; sonrojándola acerca su rostro al de ella y
susurrándole le contesta.
—Mantener una copia
consume demasiada energía y en mi estado actual sería imposible mantenerla por
más de dos horas sin caer desmayado; así que he
optado por buscar a alguien capacitado para tomar mi lugar en la búsqueda,
mejor dicho tu eres la única que puede ocupar mi lugar en esto.
—Jamás traicionaría a mi
amo, además. ¿Qué favores me darías si yo cumpliera con lo que me pides?
Alejándose de ella
muestra una sonrisa despreocupada, la espada desaparece para evitar poner
nerviosa a Marianne.
—Ya era hora que me lo preguntaras,
los dos favores que te daré sé que te complacerán y no habrán objeciones al
respecto.
— ¡Dímelos ya!
—Qué mujer tan impaciente.
El primer favor será convertirte en alguien lo suficientemente poderosa como
para poder luchar al mismo nivel que yo.
La sonrisa en el rostro
de Beowulf se había hecho más grande,
había dejado nuevamente sin palabras a Marianne; los miembros por fin habían
llegado, intentan abrir la puerta que estaba con llave, comienzan a golpear la
puerta, el encapuchado se acercó de nuevo a la hermosa mujer y susurrándole al
oído suavemente le ordeno deshacerse de todos ellos antes que pudieran entrar
mientras acariciaba su rostro con delicadeza.
Las palabras de Beowulf en este momento se habían convertido en
una orden para ella, después de todo Marianne no podía dejar escapar esta
oportunidad, por fin podrá proteger a Ian
tal y como él se lo merecía; los guardias seguían insistiendo en abrir.
— ¿Señorita
Marianne sé encuentra bien? Abriremos
en unos segundos no se preocupe.
—Vamos mi querida
Marianne haz que se marchen. —Beowulf
acercaba lentamente sus labios a los de ella.
—Lo haré, pero prométeme
que me convertirás en alguien lo suficientemente fuerte para poder proteger al
amo Ian. —Marianne estaba sonrojada e
inmediatamente se aleja del jugador.
—Te lo prometo. —Una
sonrisa burlona es observada en el joven.
— ¿¡Señorita Marianne se encuentr…!?
— ¿Qué están tratando de
hacer inútiles? Déjenme dormir en paz o le tendré que decir al amo Ian.
—Sorprende a los miembros que están sin palabras ante el despertar de la
belleza.
—Mis disculpas, pero
escuchamos disparos y mucho alboroto en la habitación, ¿está segura que no
quiere que entremos?
—Solo fue la televisión,
ahora váyanse de aquí que quiero dormir. ¡Inútiles!
Los miembros de la
organización habían obedecido a Marianne e
inmediatamente se marcharon; haciendo que el
plan de Beowulf funcionara dejándolos solos nuevamente, la mujer mirándolo a
los ojos continuo hablando con él.
—Ya he hecho lo que me
ordenaste, ahora dime, ¿cuál es el otro favor
que me darás?
Beowulf comenzó a reírse mientras volvía a
colocarse la máscara, un destello en la mano izquierda hizo aparecer la espada
y sin dejar de ver a la chica le contesto mientras la habitación comenzaba a
llenarse de luz producto de la espada.
—El último favor que te haré
es algo muy bondadoso de mi parte.
— ¡Habla
de una vez!
—El segundo y último favor que haré por ti es no asesinar a Ian hasta
que tú te hagas lo suficientemente poderosa como para poder luchar a mi nivel,
aunque podre matarlo antes si tú me das tu permiso.
— ¿Cómo podría darte
permiso de algo tan ridículo? ¡Mientras yo esté viva, no dejare que nadie lo
lastime!
La risa de Beowulf se volvió incontrolable mientras la
espada comenzaba a parpadear intensificando cada vez más la luz dejando a Marianne por breves segundos ciega, no entendía
nada de lo que estaba sucediendo; estaba en guardia, después de escuchar las
últimas palabras del enmascarado no podía dejar que se escapara hasta que
aclarara todo.
— ¿Qué está pasando? ¿Dime
qué es lo que tratas de decir?
—Ya es hora de que me
marche antes que mi cuerpo real no soporte más y el otro jugador comience a
sospechar.
— ¡Espera, aún no te
vayas!
La luz comenzó a
parpadear cada vez más rápido y arrojándole un sobre de color rojo a la cama se
acercó a ella mientras le susurraba al oído.
—El sobre que dejo en la
cama contiene en su interior un mapa que señala hacia dónde debes ir, en ese
lugar se te otorgara una fuerza lo bastante poderosa como para poder luchar al
mismo nivel que yo. Toma esto como un adelanto de tu paga, pero si no cumples
con lo que te he ordenado no tendré más remedio que asesinar a tu querido Ian.
—Soy mujer de palabra,
prometo que cumpliré con mi parte del trato, pero ¿quién es al que busco?
—En el sobre está la
información necesaria, también en el interior deje un localizador el cual indica mi posición actual así que no tendrás ningún
problema en encontrarme. Buena suerte Marianne.
La espada brillo con gran
intensidad haciendo desaparecer todo rastro del encapuchado de la habitación y
dejándola nuevamente sola.
Israel, ciudad de
Jerusalén
25
de diciembre del 2026, 9:30 am.
Unas
nubes grises cubrían todo Israel, truenos y relámpagos iluminaban el cielo,
todo demostraba que una tormenta estaba por llegar; los tres jugadores habían
podido descansar y mudarse de ropa mientras el avión llegaba a su destino.
Todas las personas estaban observando a los hombres encapuchados que había
bajado del avión e Ian tratando de no llamar la atención les ordena a todos sus
subordinados esparcirse por los alrededores.
Los
tres jugadores no perdieron tiempo y emprendieron el viaje hacia el último
tesoro antes que fuera demasiado tarde; en el camino Dimitri había notado muy callado a su hermano
menor e inmediatamente recordó las consecuencias que recibía Beowulf al usar la espada, no tenía mucho
tiempo que perder, el cuerpo de su hermano no podría soportar mucho tiempo.
El
joven de ojos rojos intenta convencer a Ian para que renunciara a la corona.
—La corona… creo que la corona debería tenerla Beowulf.
Es muy difícil de explicar en estos momentos, pero te aseguro que es la mejor
opción en estos momentos. ¿Te parece buena
idea?
Deteniéndose
en medio de la calle Ian comienza a
replicarle a Dimitri, los gritos
estaban empezando a llamar nuevamente la atención de las personas del lugar; los cuales no quitaban la mirada de ellos y tratando
de evadir las miradas Beowulf toma a ambos por las mangas de la
camisa y los aleja del lugar arrastrándolos lejos de todos esos curiosos.
— ¿Acaso están locos? No conocemos el paradero de
Anthony y es muy riesgoso llamar la
atención, si nos encuentra antes que nosotros a él estoy seguro que no dudara
en acabar con nosotros.
Soltándose
de Beowulf bruscamente el joven rubio continúo caminando mientras que los otros
jugadores lo seguían guardando distancia para así evitar molestarlo más; Dimitri alcanzó a Ian y tratando de no mirarlo a los ojos continúo con su intento de
persuadirlo para que entregue la corona a su hermano menor.
—No te alteres Ian
sé que me odias por lo que paso en Tokio, pero te propongo un buen trato;
te entregare mi cáliz si a cambio tu dejas que Beowulf se quede con la corona.
Las
palabras del Dimitri sorprendieron a ambos jugadores; tomándolo desprevenido Beowulf lo golpea en el rostro haciéndolo caer al
piso, Ian le extiende la mano como ayuda para levantarse.
— ¿Lo qué me acabas de proponer era cierto? ¿Conoces la
consecuencia qué tienes que pagar al entregarme tu reliquia?
—Si la conozco y aceptare el hecho de morir en tus
manos siempre que tú mantengas tu promesa de alejarte de la corona.
Ian
se mostraba escéptico ante las palabras de Dimitri, nadie sería tan tonto como
para entregar un tesoro divino tan fácilmente. Tras varios segundos en
silencio, aceptó.
—Tenemos un trato, pero tendrás que entregarme el cáliz
antes que lleguemos a la corona para asegurarme de que no se trate de un
engaño.
—Te daré el cáliz, pero hasta que consigamos la corona
dejare que me asesines y así tú puedas ser el dueño del tesoro.
—No tengo ningún problema con ello, lo aceptó.
Beowulf no podía creer lo que estaba
escuchando, nada de lo que hablaba su hermano tenía sentido; continua caminando
dejando atrás a los otros jugadores, su rostro mostraba enojo y frustración a
la vez, después de todo él había arriesgado su propio bien para salvarlo y
ahora Dimitri se sacrificara para poder salvarlo del castigo de la espada. ¿De
qué habrá servido todo lo que ha hecho Beowulf si su hermano muere después de todo?
Dimitri e Ian aún seguían hablando, habían dejado a Beowulf seguir adelante, ahora se disponían a sellar el trato, titubeo
unos segundos después de recordar que no llevaba el cáliz consigo, eso hizo
sospechar a Ian.
— ¿Dónde tienes escondido el cáliz? —Pregunto
el jugador rubio con un tono de voz molesto.
—No te preocupes,
llama a uno de tus hombres en el avión y ordénales traerlo hasta aquí, lo
he escondido en una maleta negra.
— ¿Todo el tiempo estuvo en el avión? Creí que eras más
listo. —Una
sonrisa se dibujó en su rostro, parecía que se había tragado la mentira.
Sacó
su celular del bolsillo y llamo al avión; le contestan de inmediato, sin perder
más tiempo le ordena buscar la maleta siguiendo las indicaciones de Dimitri y en un par de minutos logra
encontrarla, emocionado por tener el cáliz lo más pronto posible Ian le ordena traer la maleta ante él.
Termina la llamada y continúan su camino a la corona tratando de alcanzar a Beowulf
que ya estaba lejos.
Seguían
caminando, Belzebuth empezó a hablar
con el joven de ojos rojos.
— ¿Estás seguro de esto? ¿Crees mantener la mentira por
tanto tiempo?
La
conversación que había comenzado su demonio no debía ser detectada, intento
actuar normalmente evitando de esta manera no hacer evidente la conversación
que se llevaba dentro de su cabeza.
—No te preocupes todo saldrá bien, recuerda que es mi
hermano y no puedo dejarlo morir a causa de la espada.
—La corona podría ser de mucha utilidad para ti,
incluso podrías acabar con Anthony tu
solo.
—No necesito la corona si logro controlar a mi demonio,
me prometí protegerlos y haré todo lo que este a mi alcance para poder mantener
mi promesa.
—El honor y la lealtad es algo escaso entre los
demonios, nunca podré entender como piensas.
Habían
llegado al lugar dónde se encontraba oculta la corona y Beowulf estaba esperando en la entrada; el
miembro de la organización aparece detrás de ellos con la maleta en sus manos,
impresionando de esta forma a los jugadores por su pronta llegada.
—Mi señor aquí esta lo que me ordenó.
Tomando
la maleta sin perder tiempo se dispone a abrirla, observa en su interior el
cáliz, el rostro de Ian mostro una
enorme sonrisa; cerró nuevamente la maleta, tras conseguir lo que deseaba
continuo con su parte del trato, entraron al lugar a toda prisa.
El
lugar estar lleno de personas como era costumbre; feliz por el contenido de la
maleta no iba a dejar que algo tan insignificante como esto arruinara su
felicidad y chasqueando los dedos hizo aparecer en segundos a personas de la
organización los cuales estaban ocultos vestidos como turistas para poder
cubrir a los tres jugadores y hacer que pasen desapercibidos por el lugar.
Dirigiéndose
a la puerta donde habían podido pasar la última vez, observan nuevamente la
pared con los dos huecos, pero extrañamente la inscripción que estaba en
lenguaje demoniaco había desaparecido; la puerta se había cerrado nuevamente e
igual a la última vez los anillos comenzaron a emitir el mismo resplandor; los
miembros de la organización los rodearon para así ocultarlos de la multitud.
Los
hermanos introdujeron su dedo con el anillo en los huecos de la pared haciendo
aparecer por segunda vez la puerta blanca con la cruz en ella. Los miembros de
la organización se quedaron alrededor de la puerta cuidando que ninguna persona
estorbara hasta el regreso de su amo.
Los
tres jugadores entraron por la puerta, nuevamente estaban en aquella habitación
oscura donde no se podía observar nada más que el pedestal; el escrito que
estaba en la pared ahora se encontraba escrito en una esquina del pedestal,
para Ian era la primera vez en ese
lugar e intrigado por el lenguaje usado en ese escrito se acerca rápidamente
intentando leerlo, para sorpresa de todos, las palabras comenzaron deformarse
lentamente hasta que se tradujeron por si mismas al inglés, siendo comprensible
para todos en la habitación.
— ¿Qué significa todo esto? ¿Dragón? Recuerdo que
Beowulf mencionó algo con respecto a esto. —Ian estaba intentando
descifrar el significado de las palabras.
Dimitri mira fijamente a su hermano mientras esperaba
escuchar la respuesta que le daría a Ian,
sin poder evadir la pregunta no tiene otro remedio más que contestarle;
acercándose al escrito empieza a leerlo.
—Cuando el mundo
sea arrastrado a la desgracia una nube negra cubrirá el cielo siendo esta la
señal para que el dragón muestre su verdadera forma.
— ¿Qué significa esto? ¿Cómo sabias acerca del dragón?
No creo que haya sido una coincidencia.
Beowulf
seguía mirando fijamente el pedestal dándoles la espalda a los demás para
evitar de esta manera mostrar su rostro. Coloca la mano en uno de los huecos
del pedestal, continúa hablando.
—Cuando mencione la palabra dragón hace días, me
refería en ese entonces al poder infinito que poseería el jugador que causaría
gran devastación en la tierra, basándonos en la información que tenemos hasta
este momento podríamos deducir que este escrito habla de…
Interrumpiendo
a su hermano se acerca al pedestal; Ian también
lo había descifrado, su rostro palideció, estaba atento a las palabras del
jugador cero con la esperanza de escuchar algo diferente a lo que había
deducido.
—El escrito habla del plan de Anthony, cuando el plan de usar la lluvia como
medio para esparcir el virus comience él mostrara toda su fuerza y tratará de
asesinarnos. El planea destruir el mundo como lo conocemos, quiere que nadie
sea una interrupción en la batalla final, usará el alboroto causado por sus
bestias para así ganar el juego.
Se
escucha la risa de Beowulf, mira acercarse a su hermano al pedestal, una
sonrisa aparece en su rostro, le contesta mientras no quitaba la mano del hueco
en el pedestal.
—Yo no lo hubiera dicho mejor, todo lo que has dicho
verdad.
El
joven rubio se veía decepcionado, al parecer los tres habían llegado a la misma
conclusión, en estos momentos había aceptado lo inevitable, se acercó al
pedestal sin decir ni una sola palabra, en estos momentos debía depositar toda
su confianza en su plan.
Los
tres jugadores colocaron sus manos en los huecos sobre el pedestal, de
inmediato la habitación se ilumino de la misma manera que sus anillos; Ahora se
podía observar claramente la habitación con paredes de piedra, decorados por
pinturas bizantinas hechas mosaicos, candelabros de oro y delante del pedestal
en lo más alto de la pared; estaba una figura de
oro representando la crucifixión, bajo ella la vista se volvía insípida, una
pared blanca sin nada que ofrecer para el deleite visual, era diferente a todo
lo demás visto en esa habitación. Un pequeño temblor sacudió a los jugadores los
cuales no mostraban preocupación por todo lo que estaba sucediendo; el piso de
la habitación frente a ellos se abrió dejando salir dos pilares blancos los
cuales estaban uno al lado del otro y justo en medio de ellos una luz apareció,
era obvio que la corona se encontraba al cruzar este destello de luz.
Beowulf corrió impulsivamente hacia aquella
luz, los demás jugadores intercambiaron miradas y tras breves segundos de
cuestionarse sí era buena idea, lo siguieron.
Han
aparecido en un lugar completamente oscuro,
donde solo se podían ver pedestales blancos los cuales estaban alineados del
lado izquierdo y derecho formando una especie de camino; ya estaban dentro, no
podían cuestionarse nada en absoluto, ya era demasiado tarde, sin más
comenzaron el recorrido.
Dimitri
intentaba ver a los otros dos jugadores, pero en ese lugar todo estaba tan
oscuro que solo se veía los pedestales blancos, era una luz extraña, no
iluminaba nada a su alrededor; después de caminar por más de treinta minutos no
era posible observa el final del camino o algún indicio que les diera
esperanzas.
— ¿Beowulf, Ian siguen
ahí? —Todo
este tiempo han estado callados, sus anillos podrían brillar para iluminar,
pero por una extraña razón; en este lugar no
tienen tanto poder como de costumbre.
En
un tono molesto le contesta Ian mientras
se le escuchaba respirar con dificultad, este lugar los estaba cansando más
rápido de lo habitual.
— ¿Qué quieres? No estoy de humor para escuchar tus estupideces.
—Hemos caminado por mucho tiempo y estoy empezando a
creer que estamos caminando en círculo así que pídanle a sus demonios que hagan
brillar el anillo, todos a la vez, así podríamos ver aunque sea un poco el
camino.
Beowulf le contesta pausando entre gemidos, se
escuchan sus pasos cada vez más lentos, se estaba quedando cada vez más atrás.
—No es necesario intentarlo, le pedí a Abbadon hacerlo desde que empezamos a caminar,
sin embargo por alguna razón no me contesta, supongo que este lugar tiene algo
que interfiere con nuestros demonios.
El
joven de ojos rojos se detiene mientras intenta recuperar fuerzas reposando
sobre un pedestal, los demás también cansados se detienen, descansan por unos
minutos tratando de recuperar sus fuerzas para poder seguir.
— ¿Ya has intentado usar tu espada en este lugar? Al ser
un tesoro talvez funcioné.
—Sí, yo también creí que mi espada funcionaria en este
lugar, pero al parecer esta espada a pesar de que fue creada por Dios también posee poder demoniaco.
—Había olvidado ese detalle, entonces ¿qué haremos?
Ian mantenía silencio, no tenía intenciones
de meterse en la conversación, solo escuchaba la plática entre los hermanos;
mientras veía al horizonte tratando de ver el final del camino observo una
pequeña luz purpura, la cual hizo que se levantara inmediatamente y corriera
dicha luz, los otros jugadores escucharon correr
al actual Papa y sin pensarlo lo siguieron guiados por el sonido de sus pasos.
La
acción del jugador cuatro les hizo pensar que el final del camino, estaba cerca;
mientras más se acercaban a la luz purpura esta se hacía más grande; para su
decepción no indicaba el final del camino, más bien la luz venia de unos
pedestales los cuales tenían grabados inscritos en su superficie.
Las
palabras encontradas en uno de los pedestales había captado la atención de los
tres jugadores, se podía leer en ingles la frase, "En un principio"; Beowulf le pide el celular a Ian,
sin preguntar se lo entrega e inmediatamente escribe lo mismo que estaba en el
pedestal para así no olvidarlo, luego investigaría su significado. Todos estaban
tan interesados en el primer pedestal que no habían notado que más adelante
habían pedestales con palabras inscritas en ellos las cuales emitían de igual
forma una luz purpura.
Al
darse cuenta de la existencia de los demás pedestales inscritos con más
palabras, comenzaron a reunir cada frase, todas
eran anotadas en el celular, después
de unos minutos lograron recolectarlas, sin embargo estaban en su límite, ya no
podían caminar por más tiempo algo en ese lugar había hecho que se cansaran.
Reposaron
en el piso los tres jugadores, mientras recuperabas sus fuerzas comenzaron a
unir las palabras encontradas, Beowulf les había mostrado en la pantalla del celular
y de inmediato se dieron cuenta que todas ellas forman una oración, las
palabras estaban según el orden en el que los había encontrado.
Todos
los jugadores tenían entendido que al leerlo en el orden según su encuentro no
tendrían ningún sentido, de inmediato empezaron a ordenar las palabras una y
otra vez hasta que la oración tuviera un mínimo de sentido.
Han
estado en ese lugar por más de una hora y sus cuerpos estaban muy cansados y
sudados, no podían pensar con claridad, tenían mucha sed; esto era importante
para ellos y para el destino del mundo, haciendo su mayor esfuerzo Ian toma el celular y trata de armar la
oración una vez más.
—En un principio
las rosas marchitas portadas como escudos por la legión de ángeles detendrán la
furia del dragón, la tierra caerá en desgracia, la vida de inocentes será
devorada por la bestia, dándole fuerza suficiente para gobernar a las masas.
Los ángeles harán su retirada mientras esperan la llegada prometida de su rey.
Armar
correctamente la oración no era difícil, sin embargo los tres jugadores
empezaban a delirar, dificultándoles de esta manera pensar con claridad; Ian estaba tan cansado que después de
descifrar la oración no dijo ni una sola palabra para ahorrar energía y saliva.
Dimitri
lee la oración en voz alta, haciendo que todo el lugar reaccionara ante
aquellas palabras; un pequeño temblor sacudió aquel oscuro lugar; Beowulf le
pide a su hermano volver a repetir la oración y esta vez lo más fuerte que sus
energías le permitieran, aunque talvez solo fuera una casualidad el temblor
debía intentarlo o de lo contrario morirán en el lugar.
—Lo siento Beowulf
no puedo gritar, estoy demasiado cansado. —El joven de ojos
rojos, necesitaba agua, su garganta estaba reseca y cada palabra que salía de
su boca era una tortura.
—No te preocupes intentare hacerlo yo, después de todo
soy el único de nosotros tres que no esta tan cansado.
Haciendo
su mayor esfuerzo para gritar, lee el celular y repite la oración formada por Ian tratando de esta manera hacer que el
lugar reaccione una vez más; antes que lograra decir una palabra se observan
pequeñas luces rojas que se acercaban a ellos como una multitud, viendo
aquellas luces no pierde el tiempo y de inmediato repite la oración.
—En un principio las rosas marchitas portadas como
escudos por la legión de ángeles detendrán la furia del dragón, la tierra caerá
en desgracia, la vida de inocentes será devorada por la bestia, dándole fuerza
suficiente para gobernar a las masas. Los ángeles harán su retirada mientras
esperan la llegada prometida de su rey.
Las
luces rojas se acercaban cada vez más rápido, ahora estaban lo suficientemente
cerca como para que los jugadores pudieran escuchar los escalofriantes gritos
provenientes de la oscuridad, no eran simples luces, eran criaturas que se
dirigían a ellos.
La
oración fue dicha por Beowulf e hizo
reaccionar el lugar haciendo que comenzara a temblar ahora con intensidad,
delante de ellos apareció una luz, la cual
parecía ser la salida de esta trampa siniestra; con las criaturas detrás de
ellos no pensaron dos veces para correr hacia la luz con las escazas fuerza que
les quedaba.
Monte Chimborazo,
Ecuador.
26
de diciembre del 2026, 01:15 am.
El cielo estaba cubierto
de estrellas, el viento soplaba fuertemente, el clima en la punta de la montaña
era frio, para un humano común sería una tortura soportar aquellas temperaturas, aún con suficiente fuego para calentarlos. Los
animales estaban ocultos en sus madrigueras y cuevas, a estas horas de la
madrugada nadie tenía el suficiente valor como para estar fuera.
Anthony se encontraba con
aquel encapuchado misterioso, estaban ocultos en la cueva más cercana a la
punta del monte, en ese lugar se ocultaba aquella máquina que desataría el final
del mundo como lo conocemos. Era una maquina
enorme, llena de engranajes, en el centro se podía observar una pequeña ventana,
que dejaba ver a través de ella un hueco donde iría aquella sustancia mortal
para el mundo. Dicho objeto poseía un enorme cañón el cual estaba justo en la
cima de la misma.
— ¿Estás listo para el
acto final de nuestro plan? —El encapuchado estaba ansioso.
—Tantos años han pasado
desde que te presentaste frente a mí en busca de ayuda. Fue necesaria mi muerte
para que todo esto llegara a ser realidad. —Anthony se mostraba frío ante todo
esto, sus palabras y su personalidad no coincidían.
El encapuchado se acerca
al maletín que se encontraba en una esquina de la cueva, pero antes de que
pudiera tomarla un sonido se escucha en lo profundo de la oscuridad. Temiendo
ser descubierto se dirige a investigar, no sin antes ordenarle al jugador que
se quede vigilando la máquina.
El sonido es cada vez más
fuerte, a medida se acercaba, aquel extraño sonido tomaba forma, todo este
tiempo eran llantos de un pequeño ciervo oculto en el lugar, lo más probable es
que se hubiera alejado de su madre e intento cubrirse del frio hasta que
amaneciera.
—Pequeño me hiciste pasar
un susto, hubiera sido problemático que alguien nos descubriera, aún no es
momento para nuestra aparición. —El sonido de pequeñas piedras caer contra el
piso, alerta nuevamente al encapuchado. — ¿Quién
anda ahí? ¿Saldrás o tendré que ir por ti?
La capucha de color
marrón le llegaba hasta los pies, ocultaba perfectamente su cuerpo e incluso
sus manos eran ocultas, era un misterio su identidad, sin embargo en ese
momento un resplandor hizo brillar la cueva, gracias a las largas mangas de la
capucha no se podía aprecias que era lo que sostenía en sus manos, la cual era
causante de esa luz.
En la esquina de la
cueva, justo al final de ella, se encontraba un
hombre; estaba acorralado como una rata, su rostro estaba cubierto de miedo, su
cuerpo temblaba y en sus ojos se podían apreciar como las lágrimas empezaban a
salir.
—Por favor, por favor no
me hagas daño, prometo guardar silencio, no diré nada. —El hombre estaba de
rodillas pidiendo misericordia, el pequeño ciervo se acercó e intentando
calmarlo empezó a mostrarle afecto frotando su cabeza contra su abdomen.
—Veo que tienes alguien
que se preocupa por ti, lastimosamente ustedes estaban en el lugar equivocado.
—Se quitó la capucha que cubría su rostro, mostrando una enorme sonrisa que
hacia evidente cuanto disfrutaba esto. —No te preocupes, la muerte no es tan
mala, aparte deberías agradecerme que morirás antes que todo el mundo se vuelva
loco.
— ¿Qué quieres decir
con…?
Antes que pudiera
completar la pregunta el encapuchado se acercó en un parpadeo, sin que pudiera
reaccionar a ello, colocó los dedos de su mano derecha juntos intentando formar
la punta de una lanza e inmediatamente atravesó la garganta del hombre.
—Creo que esto será
suficiente, admito que pude haberte asesinado de inmediato, pero será divertido
ver como mueres lentamente mientras te asfixias cada vez más rápido por la
falta de oxígeno.
Se coloca nuevamente la
capucha y observa pacientemente como su víctima empieza a perder la vida, las
risas del asesino se escuchan en toda la cueva, no había piedad, el hombre con
su último suspiro después de retorcerse en busca de ayuda le grita a su animal.
— ¡Corre!
Nuevamente aquella luz en
su mano aparece, esta vez una lanza de color dorado aparece en sus manos, la
figura de una serpiente rodeaba la lanza, la punta plateada brillaba
intensamente, se podía observar letras muy antiguas alrededor de la lanza.
Sin siquiera mirar su
objetivo tira su lanza, a continuación se escucha el grito del ciervo, había
dado en el blanco. ¿Este pequeño animal representaba peligro en su plan? No,
simplemente le agradaba escuchar a los demás gritar de dolor, era como una
adicción para el encapuchado.
Israel, templo oculto de
las siete bestias.
Todos
pudieron atravesar la luz sin problemas, haciéndolos aparecer en un templo
antiguo, en las paredes había estatuas de las siete terribles bestias que
señalaran el comienzo del apocalipsis; según las escrituras antiguas. En las
orillas de las paredes pasaba un pequeño riachuelo, en el techo había una
gigantesca estatua de dragón que recorría de principio a fin, al fondo del
lugar se encontraba un trono de oro y cubierto por joyas, de lado izquierdo se
observaban un candelabro de oro puro con cinco velas, las cuales cuatro de
ellas están encendidas.
Los
tres jugadores estaban tan cansado y sedientos que no pensaron dos veces en
beber del riachuelo, aunque no supieran sí era seguro beber de ese lugar no
tenían otra opción que hacerlo; el agua de ese lugar poseía un sabor extraño,
en segundos el cuerpo de los tres jugadores recobro sus energías.
El
agua de ese lugar no era normal e hizo que todos se sintieran como si hubieran
descansado por varios días. Todo dolor y heridas en su cuerpo desaparecieron
inmediatamente.
Todos
comenzaron a inspeccionar aquel extraño lugar, las estatuas de las bestias
llamaron la atención de Beowulf que sin pensarlo se acercó a ellas, las observó
detenidamente mientras Ian y Dimitri se dirigieron hacia el trono donde los
anillos reaccionaron en segundos despidiendo una luz de gran intensidad. El jugador
número cuatro tomo asiento en el trono sin soltar la maleta que poseía en su
interior el cáliz que le habían entregado.
—Este lugar es el correcto no tengo duda en ello, ahora
debemos encontrar la corona lo más pronto posible, tengo un mal presentimiento.
—Ian
se aferró al maletín.
La
estatua del dragón comenzó a brillar, repentinamente el cuerpo de Dimitri empezó a subir de temperatura, estaba ardiendo
de tal forma que creo una atmósfera de calor la cual le impedía a cualquiera acercársele, el dolor era insoportable, estaba aterrado por su demonio, sería
un gran problema si se despertase en este lugar, el ojo derecho se había
tornado verde y el izquierdo amarillo.
Los
gritos de dolor de Dimitri inundaron el lugar, Ian estaba alarmado, se preparaba para lo que está por venir, todo
esto le recordó el incidente en Tokio; sacó su arma que escondía bajo su ropa y
de inmediato le apunto entremedio de los ojos esperando disparar al instante en
que se comenzase a transformar en ese demonio de fuego.
Beowulf escucho los gritos de dolor de su
hermano, un resplandor cubrió su mano derecha e hizo aparecer su espada, la cual
uso para partir en dos la estatua del dragón haciéndola caer al piso y
rompiéndose en miles de pedazos que se esparcieron por todo el piso del templo.
Tras
unos segundos el cuerpo de Dimitri volvió
a la normalidad, los ojos volvieron a tornarse rojos y el dolor había cesado; Ian le ayudó a sentarse en el trono
mientras se recuperaba de ese extraño suceso.
—Creí qué no podíamos usar nuestros poderes o tesoros
en este lugar. —Ian estaba sorprendido tras ver la espada.
Dándole
la espalda, Beowulf camina nuevamente
hacia las estatuas.
—Jamás he dicho que en este lugar no se puedan usar, yo
dije que en ese lugar tan oscuro no se podían usar. —Beowulf parecía interesado en las estatuas.
— ¿Cómo sabias que en este lugar si podrías usar tu
espada?
—Después de tomar agua y recuperar nuestras fuerzas
Abbadon me habló, así que de esa
manera descubrí que en este lugar podía usar mi reliquia y mi poder del anillo.
—Entiendo, sin embargo no explica el cambio de
apariencia de Dimitri, creí que yo
tenía el cáliz. ¿Acaso es falso el que me ha entregado?
—Él no se ha transformado por el cáliz, si hubiera sido
obra del tesoro nosotros no estuviéramos vivos en este momento.
Interrumpiendo
la conversación se escucha a Dimitri llamándolos,
al parecer había algo escrito en el respaldo del trono, ambos jugadores
corrieron para verlo con sus propios ojos.
— ¿Qué has descubierto? —preguntó Beowulf.
— Mi anillo comenzó a reaccionar con el trono y varias
letras aparecieron tras unos minutos de haber tomado asiento.
Beowulf
inspeccionó cuidadosamente, descubrió que las letras eran idénticas a las que
encontraron en la primera puerta, estaban escritas en el lenguaje demoniaco. Ian le pide a Sidragaso traducirle las letras y aceptando de mala gana comienza a
traducir.
—El dragón no es
una bestia corriente, tiene la sabiduría entregada por Dios a los hombres, la
cual usara astutamente para causar estragos y muertes por todo el mundo durante
años hasta que el verdadero rey aparezca
de entre los muertos llenando nuevamente de esperanza al ángel de luz.
Ian repite todo lo que ha dicho su demonio
a los otros jugadores, los cuales asombrados por lo escuchado tratan de
descifrar qué significado posee el escrito. ¿Por qué en este lugar hablan tanto
de un rey prometido? ¿Dios? Todos estaban callados pensando en alguna forma de
traducir lo leído en el trono, parecía que ya estaba prevista la victoria del
dragón desde tiempos antiguos; habla Dimitri rompiendo el silencio.
— ¿Han notado qué en ese lugar oscuro también hablaba de
un rey y acerca de una legión de ángeles?
En
un tono burlón le contesta Ian.
—Sí, pero es obvio que cuando se habla del rey se están
refiriendo a aquel que gane este juego y ángel de luz podría ser una palabra
que se otorgue a la acción de coronarse como vencedor ante todos nosotros.
—Incorrecto, también pensé eso y tu teoría no está nada
mal, sin embargo debemos pensar un poco más, ¿Qué pasaría sí el ángel de luz no solo es un nombre dado al poder
que obtendrá el vencedor?
— ¿Qué intentas decir? —Había captado la
completa atención de Ian.
Beowulf interrumpe a su hermano, el tono en su
voz demostraba cuan preocupado estaba.
—Trata de decir qué el ángel de luz existe y se nos
unirá a la batalla muy pronto.
Dimitri comienza a reír mientras toma asiento
en el trono, continúa.
— ¡Exacto! El ángel de luz se nos unirá en cualquier
momento, he llegado a esta conclusión gracias a los dos últimos escritos que
hemos encontrado. El primer escrito dice que la rosas marchitas portadas como
escudos por la legión de ángeles podrán retrasar al dragón ¿cierto?
Ian
continuaba confundido, sin embargo la
lógica del jugador cero cobraba sentido cada vez más.
—Sigo sin comprender. ¿Qué tiene que ver las rosas con
todo esto?
Dimitri miro al joven rubio fijamente y con una
sonrisa en su rostro le contesto en una forma arrogante.
—Es obvio, nosotros no seremos los únicos que tratan de
detener al dragón, tendremos aliados cuando todo esto comience, las rosas
marchitas podrían representar a todas aquellas personas sobrevivientes que lo
han perdido todo tras los sucesos que están por ocurrir. —Se
coloca de pie. —Lucharemos mano a mano en
espera de aquel rey prometido por las escrituras.
—Tenemos una oportunidad de vencer al dragón después de
todo. —El
rostro de Ian demostraba un poco más de tranquilidad.
Beowulf al contrario se observaba más
preocupado, miraba a los alrededores como si buscara algo mientras contestaba a
Ian.
—La posibilidad de vencerlo es del uno por ciento,
lamentablemente es una cruel realidad ya que aún no conocemos la identidad del rey,
podría ser cualquiera de nosotros o de igual manera podría ser alguien que aún
no haya hecho su aparición en el juego. ¿Me equivocó Dimitri?
Suelta
un suspira para después responderle a su hermano.
—Es todo lo que ha dicho Beowulf, aún no sabemos si en realidad el rey está entre nosotros. El
segundo escrito y en el que más indicios da que la persona a la que denominamos
el verdadero rey no está con
nosotros, dice que esperaremos su llegada, más no menciona qué está entre nosotros.
— ¿Eso quiere decir qué el rey aún no conoce de su
destino? —Ian volvió a preocuparse, y esta vez más.
—Es solo una teoría, la cual en este momento abarca un
setenta y cinco por ciento de posibilidades, pero siendo optimista; debo de admitir que estoy esperanzado en el otro veinticinco
por ciento, el cual indica que uno de nosotros es ese rey.
Una
estatua cayó al piso haciendo un enorme estruendo en el lugar y poniendo en
guardia a los tres jugadores, un rugido atemorizante se escuchó proveniente de
una esquina oscura del templo, Beowulf no lo pensó dos veces e inmediatamente hizo
aparecer su espada mientras corriera hacia el centro del lugar como si esperaba
ser atacado; el jugador cero y cuatro lo siguen mientras esperan a la criatura
que se avecina, Dimitri no tenía
ninguna arma lo cual lo convertía en el más indefenso de los tres, Ian saca su arma mientras se preguntaba qué estaba pasando.
— ¿Beowulf conoces
la identidad de la criatura qué se acerca? —Ian saca otra arma
oculta entre sus ropas y se la entrega a Dimitri al verlo indefenso.
Con
una sonrisa en el rostro le contesta al joven rubio mientras se preparaba a
atacar.
—Claro que sí, desde que entramos a este lugar estuve esperando que
aparecieran.
— ¿Han estado aquí todo este tiempo?
—De hecho llegaron al mismo tiempo que nosotros, estas
criaturas son esas luces rojas que nos estaban siguiendo en ese lugar lleno de
pedestales.
Una
criatura espantosa parecida a un murciélago aparece volando sobre ellos
tratando de tomar a Dimitri, cuatro criaturas idénticas aparecieron de la nada
y todos esos monstruos tenían como objetivo a la misma persona; Beowulf e Ian comenzaron a pelear con ellos intentando detenerlos mientras
defendían del ataque al joven ojos rojos.
—Dimitri trata
de encontrar la corona, nosotros lo entretendremos, necesitamos salir
inmediatamente.—Ian parecía tan seguro en sus palabras
que sin cuestionarlo hace lo que le pide.
Una
de las criaturas vio una pequeña oportunidad de atacar mientras Beowulf estaba distraído, se abalanzó sobre él
lanzándolo sobre una estatua haciéndolo soltar su espada al piso; Ian empieza a dispararle a la criatura que
tenía arrinconada al jugador uno, sin embargo él también se había distraído,
dos bestias lo toman por sorpresa, lo capturan con las garras que poseían en sus
patas y elevan por los aires para después dejarlo caer sobre el piso.
Sintiéndose
imposibilitado para luchar Dimitri trata
de encontrar la corona para poder salir de ese lugar tan extraño, sin embargo
una de las criatura que había aparecido lo ha estado observando todo este
tiempo; aquella bestia vuela a toda prisa hacia el joven ojos rojos y aunque fue
visto el placaje que estaba a punto recibir, no logro reaccionar a tiempo; tras
aquel golpe es lanzado varios metros hasta chocar con una estatua de serpiente,
aturdido por el impacto observa como es elevado por los aires sin poder
defenderse, la criatura comienza a volar en círculos tratando de tomar impulso
para después lanzarlo a toda velocidad sobre el trono haciendo que este se
destruya en miles de pedazos y dejando al joven casi inmóvil.
Beowulf estaba arrinconado y para su mala
suerte ahora estaba siendo atacado por dos de las criaturas, con sus garras
estaban desgarrando su piel lentamente; la espada está lejos de su alcance, el
templo le imposibilitaba controlar a su antojo el tesoro, no podía hacerla
aparecer nuevamente en su mano, era imposible detener el tiempo o desaparecer
si no tenía su espada consigo; estaba a punto de ser atacado por ambos
monstruos a la vez, cuando recordó que tenía su anillo consigo. Las bestias
abrieron sus bocas mostrando así sus colmillos afilados llenos de un líquido
verde, sin esperar más tiempo se lanzaron sobre él tratando de saborear su
carne, repentinamente uno de ellos es cortado por la mitad espantando a la otra
bestia que se alejó unos metros, esto fue obra de la copia que había hecho Beowulf
en el momento justo, se jugó la vida y entrego su vida al destino, hizo
aparecer una copia de él mismo esperando que la creación del anillo si tuviera
la espada consigo, para su suerte el destino aun no reclamara su vida; la otra
criatura comenzó a planear por los aire preparándose para atacar nuevamente,
esa fue la oportunidad que esperaba para que el jugador uno pudiera tomar su
espada del piso, sus movimientos eran lentos, las criaturas le habían causado
mucho daño.
Dos
espadas del rey han aparecido en el templo, la espada comienza a emitir un
destello haciendo que las cuatro criaturas fijaran como objetivo a Beowulf.
Ian
intenta levantarse y tomando agua del riachuelo recupera sus fuerzas y sana sus
heridas, sin tiempo que perder se dirige hacia donde se encontraba Dimitri intentando ayudarlo ahora que las
cuatro criaturas estaban concentradas en Beowulf.
El
trono estaba roto y Dimitri no podía
moverse por su cuenta, sin otra opción Ian
lo levantó mientras le ayuda a caminar hacia el riachuelo y así hacer que
recupere sus fuerzas; Beowulf estaba
siendo atacado por las cuatro bestias a la vez haciendo que él y su copia se arrinconaran;
dos criaturas se lanzan sobre ellos, intenta usar su espada para cortarlo por
la mitad, pero la agilidad que poseen en el aire es más de lo que puede lidiar
el jugador uno en su estado actual y sin problemas las criaturas logran
esquivarlo. Derriban al jugador uno y su copia, lo lanzan contra la pared y
para su suerte el riachuelo está a la par, tira su máscara y sin pensarlo bebe
del agua.
Ahora
que había recuperado nuevamente sus fuerzas, no tenía otra opción más que usar
su técnica más poderosa ya que sería una pérdida de tiempo seguir intentando
atacarlos con la espada, se movían demasiado rápido como para que acertara un
golpe.
El
jugador cero y cuatro logran llegar al riachuelo para así poder recuperar todas
las energías perdidas de Dimitri; Ian observa
un resplandor que venia del lugar donde se encontraba el trono y dejando atrás
al otro jugador, se acerca para
observar que era aquello que emitía esa luz; logra diferenciar una silueta en
forma de corona la cual hace reír a Sidragaso mientras comienza a hablar con su compañero.
— ¿Qué esperas maldito? Es tu oportunidad de tomarla
ahora que están ocupados.
—No puedo, hice un trato con Dimitri.
— ¡Eres un idiota! Toma la corona y tendrás dos
reliquias en tu poder, el cáliz no tiene adversarios, la espada es un simple
juguete comparado con la fuerza de las otras dos reliquias.
—Tienes razón, podría asesinarlos en este mismo
instante y así poder tomar la reliquia de Beowulf.
Dejándose
convencer por su demonio corre hacia la corona, Dimitri había terminado de beber del riachuelo, de inmediato observa la
corona y a Ian corriendo tras ella,
tratando de alcanzarlo corre tras él.
Beowulf muestra dolor en su rostro, era muy difícil
para él mantener una copia de él mismo y
a la vez luchar con la espada; las criaturas son muy rápidas y sería muy
problemático para su salud seguir luchando de esa manera así que sin tener
opción cruzan las espadas haciendo aparecer una grieta en el aire igual a la
que usó para limpiar los restos de los representantes mundiales, inmediatamente
la grieta se abrió y comenzó a succionar a las cuatro criaturas que estaban
volando alrededor de ellos; la corriente no solo estaba tratando de succionar a
las criaturas, también succionaba todo lo que estuviera frente a ella.
El
viento emitido por la grieta era muy fuerte, más de lo normal, el agua no solo
había recuperado su fuerza, si no que la había incrementado.
Tratando
de no ser succionados, Ian y Dimitri se tiran al suelo tratando de
sostenerse lo más fuerte posible; en segundos la corriente de aire había
succionado casi todas las cosas del lugar incluyendo a dos de las criaturas, la
corona comienza a tambalearse gracias al viento producido, el jugador cuatro
trata de ir por ella antes de que fuera llevada por esa grieta creada por Beowulf, pero sus esfuerzos son en vanos ya que
era imposible levantarse sin ser succionado.
Las
otras dos criaturas se estaban sosteniéndose de la pared tratando de no ser
tragadas por ese oscuro y frío portal, la succión era tan potente que no
pudieron resistir más tiempo y fueron tragados por ese portal sin retorno.
La
corriente de aire hizo que la corona se elevara por los aires dirigiéndose
hacia el mismo lugar donde fueron enviados las criaturas, Ian no podía perder su única oportunidad de
obtener tanto poder y sin pensarlo dos veces se suelta dejándose llevar al
interior del portal para así poder tomar la corona.
Beowulf observa la corona a punto de ser succionada y
tratando de cerrar el portal desaparecer su copia junto con ambas espadas, sin
embargo la grieta se cerraba lentamente siendo demasiado tarde para Ian y la corona. El portal desaparece,
lamentablemente fue muy tarde para el jugador cuatro y el último tesoro
faltante.
Dimitri no tuvo el valor para soltarse
sintiéndose responsable por la pérdida de la corona y la salud de su hermano,
el jugador número uno se acerca a él ofreciéndole su mano como ayuda para
levantarse del piso.
—Lo lamento, no logré cerrar a tiempo la grieta, estaba
concentrado en absorber a las criaturas que no me di cuenta que Ian estaba siendo succionado.
Tratando
de no mirar a los ojos a su hermano se dirige hacia el candelabro que por
alguna extraña razón, no se había movido del lugar y las llamas seguían
encendidas.
—No lamentes nada todo esto fue
mi culpa, no tuve el valor para soltarme en ese momento, sí hubiera tenido el
valor tendríamos la corona en nuestras manos.
—La corona no importa en este momento después de todo
perdimos a Ian y ahora sin la ayuda
de él no podremos derrotar a Anthony. Soltarse
jamás fue una opción, sí te soltabas también hubieras sido succionado.
—Tenías razón todo este tiempo, Ian nos traiciono en el último momento. —Dimitri evita ver
a la cara a su hermano.
— ¿Qué quieres decir con eso? —El
rostro adulto de Beowulf era preocupante, usar la espada le estaba consumiendo
la vida cada vez más.
—Cuando él observó la corona corrió tras ella dejándome
indefenso mientras bebía agua; el poder de la corona lo cegó, era obvio que la
tomaría para usarla en nuestra contra.
Beowulf parecía
decepcionado y a la vez preocupado por los hechos.
— ¿Qué harás ahora?
—Seguiremos sin él y trataremos de vencer a Anthony.
Beowulf se sentó en el piso mientras descansaba
un poco.
—Hasta en sus últimos momentos no dejo de ser
ambicioso, típico de Ian.
Aquellas
palabras habían dejado dudas en Dimitri, cambiaron de tema repentinamente evitando seguir
hablando de ello; Beowulf mira el
candelabro mientras continúa hablando con su hermano.
— ¿Tienes idea por qué no
se ha movido del lugar o porque siguen encendidas sus llamas a pesar de todo el
viento causado?
—Yo también me pregunto lo mismo.
La
espada de Beowulf aparece
repentinamente en su mano sin ser invocada, sorprendiendo a su usuario,
inmediatamente el tesoro emitió una luz parpadeante; Dimitri no entendía que sucedía, parecía que su
hermano había perdido el control sobre ella, tratando de ayudarlo le arrebata
la espada de las manos lanzándola lejos de ellos.
El
tesoro estaba en el piso mientras aquella intermitente luz continuaba, Beowulf estaba tratando de controlar su espada
a distancia, pero todo intento que era inútil, no podía pararla y tampoco podía
hacerla desaparecer.
La
espada se elevó por los cielos, un rayo de luz salió de la punta de la misma,
haciendo que la grieta en el aire que había succionado a casi todo a su
alrededor apareciera nuevamente, como era de esperarse dicha grieta se abrió,
sin embargo en esta ocasión aquel portal oscuro no se mostró, en su lugar se
podía observar un portal parecido a un espejo, el cual reflejaba un mundo
destruido, muertos por doquier, era una destrucción como jamás se había visto
antes.
De
inmediato Ian atraviesa aquel portal con
la corona sobre su cabeza, en sus ojos reflejaba odio, era una mirada
atemorizante, parecía que algo había ocurrido en aquel lugar, era una persona
distinta a la que fue succionada hace unos minutos.
— ¡Nathalia resiste! —Un
grito sale del portal antes cerrarse por completo.
Los
hermanos se sorprendieron al ver nuevamente a Ian, pero su mayor sorpresa fue
escuchar aquella voz al otro lado del portal, ambos conocen a quién pertenece.
El
jugador cuatro había sido dado por muerto, era sorprendente como había podido
salir de ese lugar sin ayuda; la corona comienza a brillar, despierta de sus
pensamientos a los demás jugadores, antes de que pudieran reaccionar; Ian aparece justo detrás de ellos haciendo que se
dispersaran de inmediato, sin embargo esto era un señuelo, el cual distrajo a Beowulf lo suficiente como para que ignorara a
su espada que se dirigía a gran velocidad hacia su pecho, a segundos de ser
impactado por su propio tesoro lo esquiva tirándose al piso bruscamente,
haciendo que su espada pasara a centímetros de él y clavándose en la pared
cerca de una estatua de Leviatán.
La
risa de Ian hace eco por todo el
templo haciendo que los hermanos se agrupen mientras se cuidan de cualquier
ataque sorpresa que pueda lanzar, Beowulf
le susurra a su hermano evitando ser escuchado por el dueño actual de la
corona.
—Hermano, sí llegara a ser asesinado en este lugar
debes prometerme que huirás de este lugar, recuerda que tienes una promesa con
Nathalia y si mueres en este lugar
nadie podrá salvarla.
— ¿Estás jugando conmigo? No te prometo huir, pero sino
pudiéramos vencerlo te prometo llevarte conmigo lo más lejos posible.
Con
una sonrisa en el rostro, ambos hermanos intercambian miradas.
—Tuve la impresión que me dirías eso.
—No dejare a mi hermano menor morir, debes tener en
mente que siempre cuidare de ti; no importa lo que suceda.
Dimitri observa la arma de Ian en el piso aquella que soltó mientras
era succionado por el portal, intenta tomarla y sin pensarlo corre hacia ella,
pero era demasiado lento y es rápidamente alcanzado por el joven rubio, el cual
le lanza una patada que hace caer al piso al joven ojos rojos dejándolo sin
aliento.
— ¿Creíste qué podías tomar esa arma sin que pudiera
darme cuenta? Han pasado diez años desde la última vez que estuve en este
templo, no creas que soy el mismo de antes. —Le sonríe mientras un
resplandor de color blanco se observa en ambas manos. Poseía siete anillos de
luz, además de su anillo demoniaco.
Las
palabras y los siete anillos nuevos del actual dueño de la corona dejan confundidos a los hermanos. ¿Cómo
ha conseguido tanto poder?
Beowulf
logra hacer que su espada lo obedezca nuevamente y haciéndola aparecer en su
mano derecha corre a una inmensa velocidad que lo caracteriza y aparece detrás de Ian, en un movimiento
imposible de mirar para cualquier ser humano común y corriente levanta su
espada al aire e intenta cortarlo por la mitad, sin embargo la corona brilla
nuevamente, en micro segundos la espada desaparece de sus manos, salva a Ian y
deja completamente indefenso a Beowulf.
Ian
aprovecha la oportunidad al tenerlo tan cerca, de inmediato uno de los anillos
de luz resplandece y a continuación una lanza dorada aparece en sus manos;
utiliza su arma para golpearlo repetida veces sin cortarlo de gravedad, hasta
dejarlo mal herido en el piso. Beowulf no
podía levantarse producto de los golpes y heridas causadas por el arma.
— ¿Cómo has podido conseguir los anillos de luz? ¿Es
gracias a la corona?
Con
una risa burlona le responde mientras le restregaba su pie en el rostro.
—La corona es maravillosa, pero esto no tiene nada que
ver con ella, la razón de porque soy tan fuerte es porque dentro de ese portal
encontré un paraíso hecho a mi medida, un lugar donde nadie conocía la
existencia de estos objetos, donde este juego maldito jamás existió. Gracias a que fui succionado logre llegar;
viví varios años en busca de la corona, una vez la había encontrado Sidragaso
me hablo a cerca de los anillos de luz y de su existencia en ese mundo. No
podía regresar sin tenerlos en mi poder.
— ¿Qué quieres de nosotros? Creí que teníamos una
alianza. —Ante las palabras y evidencias de Ian no había duda
alguna, esto se salió de sus manos hace mucho.
— ¿Alianza? Creo que eso se terminó, ahora mi única meta
es asesinar a los tres jugadores que faltan para así coronarme como vencedor.
Estaba
tan ocupado hablando con Beowulf que
no presto atención a Dimitri que se
acerca lentamente hacia el arma que continuaba en el piso; logró llegar a ella
sin llamar la atención y tomando por sorpresa a Ian le dispara consecutivamente
hasta vaciar el arma, asegurándose de esta manera que muriera.
Una
risa se escucha, el anillo de luz que tenía puesto en el dedo meñique brilla
haciendo aparecer un escudo plateado en su espalda, deteniendo todas las balas.
El anillo en su dedo medio brilla haciendo aparecer un arco dorado en su mano
derecha; fugazmente un destello es observado en su mano izquierda, aquel
destello se materializa en una flecha plateada, en un movimiento casi
imperceptible usa el arco para lanzar la flecha directo entre los ojos a
Dimitri, el cual no tuvo tiempo de reaccionar. Ian da en el blanco y perfora la
cabeza del jugador cero haciéndolo caer al piso bruscamente, la flecha después
de haber completado su objetivo desaparece dejando el cuerpo en el piso. Los ojos
rojos que tanto temor causaba a todos aquellos que lo veían mostraron por
última vez una pequeña luz que lentamente, se fué apagando hasta dejar oscuridad en su lugar.
buen capitulo como siempre
ResponderEliminarCreo que deberias empezar a hacer spin-offs de todos los personajes
( con spin-off me refiero a escribir historias cortas sobre ellos como personaje principal contando sus pasados y sus ambiciones así ademas de complementar más la historia podriamos entender más a los personajes )
Muchas gracias por seguir mi serie y siempre comentar, y a tu sugerencia pues estoy ahorita trabajando en la serie central, ya que no quiero dejar huecos sin cubrir, pero en todo caso cuando termine la novela tratare de ver que fue lo que está sin profundizar y de ese punto partiré a decidir si me es factible o no hacer spin-off
EliminarDe todas las historias esta es la que más me gusta gracias por el capítulo. Sigue asi
ResponderEliminarGracias a ti por seguir mi novela y comentar, esto es lo que me motiva a seguir adelante!:)
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