Saludos Mortales
Hola, hola y hola. Les habla su tío Gato "MMBelial". En esta oportunidad el prometido capítulo 5 de Promotion Game. Este capítulo tiene buena dosis novela rosa, por lo que recomiendo inyectarse insulina antes de seguir. Este capítulo tiene MÁS DIBUJOS, por lo que espero se entretengan bastante. POR FAVOR, dejen sus críticas, las necesito para mejorar.
Ah si un saludo para aquellos que apoyan el proyecto y se manifiestan por facebook :v los tengo en mi kokoro, si fueran cartas de yu gi oh estarían en mi deck.
Mi página de facebook aquí.
Promotion Game 5: Mil Primaveras
Parte
1
—Entonces, si este ángulo es noventa
y este otro cuarenta y cinco ¿Cuánto mide el que queda?— preguntó Chiharu, que
se encontraba a un lado del escritorio de Mijaíl. La habitación en la que
estaban presentaba tonos marrones por la madera pulida, con un enorme librero
que ocupaba dos muros. — ¡Ah, yo lo sé!— gritó emocionada Arnett, la pequeña
niña de primaria llevaba su vestido de domingo, uno muy bonito y de color rojo
que contrastaba con su pelo rubio.
— ¡Ey, ey, deja de presumir, Arnett!—le
gritó el muchacho que intentaba concentrarse.
—Amo Mijail, si Arnett puede usted también...
—dijo Chicharu sonriendo. Mijaíl tenía un rostro de frustración pero sonreía de
vez en cuando. — ¡Es cuarenta y cinco! —gritó.
Arnett y Chiharu se miraron
sorprendidas y luego le sonrieron a Mijaíl.
—Es correcto— dijeron a la vez.
— ¡Joder, si!— alzó la voz, luego
tosió un poco avergonzado.
<<En solo unos días ya domina
muchas materias, para alguien que no ha pisado una escuela en su vida eso es
impresionante, aunque hay mucho trabajo que hacer aún, debe nivelarse por
completo para cuando comiencen las clases >> pensaba Chiharu mientras
sonreía de esa manera tan particular.
—Oye, Chiharu ¿Puedo tomarme un
descanso?— preguntó despreocupado el estudiante, llevaba un abrigo de lana, las
noches ya se estaban poniendo frías..
—Amo Mijail, tenemos un acuerdo...
Solo quedan veinte minutos, por favor no abandone su asiento hasta que hayamos
terminado.
—Tch, de acuerdo, pero el próximo lo
haré sin ayuda.
—Fu fu, está bien, los hombres
independientes son siempre más interesantes. Arnett ¿Puedes traer un poco de
agua con hielos?— dijo la sonriente Chiharu. Arnett se levantó del mini sofá, tenía
los labios fruncidos. —Está bien—, dijo caminando con los brazos colgados, se
fue sin cerrar la puerta. Chiharu se ruborizó un poco al observar como Mijaíl
desenmarañaba un acertijo matemático.
—Amo, está usando un método
incorrecto— dijo con un tono de preocupación, recostando su pecho en la espalda
de Mijaíl. —Debe usar esta relación de ecuaciones— mientras tomaba la mano con
la que Mijaíl tomaba el lápiz. —Es interesante como dos expresiones que lucen
tan diferentes puedan congeniar y llegar al resultado…
— ¡Ey, Chiharu! — respondió levantándose.
— ¿Lo incomodé mi señor? —dijo sujetándose
las mejillas. — Lo siento, solo quería ayudarlo un poco...
—N-no digas nada más...
<< ¿Qué está pasando?>>
Arnett, escondida tras la puerta observaba la escena, sus mejillas enrojecidas
denotaban una interpretación correcta. Desde hace unos días la pequeña había
notado en su compañera de cabello negro un comportamiento bastante inapropiado
con el joven amo.
— ¿Qué haces, pequeña Arnett?
Arnett volteó asustada, pero luego se
tranquilizó. Se trataba de Belial, el señor de la mansión donde vivía. — ¡Amo
Belial!— sonrió efusivamente...
Belial acomodó su capa y tomó en sus
brazos a Arnett. —Llevas un vestido muy lindo hoy ¿Tú lo elegiste?— le preguntó
con esa sonrisa que inspira seguridad...
—Chiharu lo compró para mí— le
respondió la niña.
—Ah, Chiharu es muy amable contigo.
Por favor cuida de ella si alguna vez yo no puedo. Me alegra ver cómo te
conviertes en una mujer saludable.
Arnett estaba embelesada con aquel
hombre, para ella él era la persona más amable, generosa y adorable del
universo. Belial siempre se comporta con sus sirvientes como un benefactor,
esto, según sus propias palabras promueve la fidelidad definitiva.
—Mijaíl, traigo algo para ti—. Belial
entró cargando a Arnett. El joven campeón estaba algo incómodo por la escena de
hace un momento, Chiharu hizo una reverencia ante la presencia de su amo,
inclinando sus fuertes piernas y levantando un poco su vestido de sirvienta.
— ¿Ya terminaron sus lecciones?—preguntó
el demonio con completa seriedad.
—Sí, mi señor, el joven amo es muy
talentoso.
—Es bueno oír eso— acomodó a Arnett
sobre sus hombros y sacó un paquete de algún bolsillo secreto en su traje
elegante.
Pag.
Cayó en el escritorio. — ¿Hu? ¿Ropa?—
preguntó Mijaíl. Belial sonreía.
—Daré un paseo con está señorita tan
encantadora... Chiharu...
— ¿Si, amo?
—Dale los detalles... Y por favor Mijaíl...—
se fue sin voltear— respeta la tranquilidad de mi casa.
***
—El amo se ve muy atractivo.
Mijaíl tenía la cara roja, vestía
unos pantalones rojos y una camisa blanca. Minutos antes Belial trajo un
paquete con esa muda de ropa, luego Chiharu le contó que todas las personas que
pasaron por esa mansión iban a la misma escuela, llamada Red Star High, donde
Belial era socio (de los más importantes). Mijaíl tenía conocimiento de aquella
escuela, una vez se metió a robar algunas cosas de valor para poder venderlas
en las calles, siempre consideró que ese lugar era estrictamente destinado a
gente pudiente, lo que para él era lo mismo que molestosa, por lo que estaba un
poco fastidiado con la idea.
— ¿Tendré que usar esto diario?—
refunfuñó.
—Sé que nunca has usado uno, pero es
muy elegante y práctico… —Mijaíl puso rostro de enojo, pero no respondió.
—Déjame anudar tu corbat...
Pero Mijaíl le retiró las manos y se
dio media vuelta. Chiharu entrecerró los ojos. — ¡Ey! — gritó Mijail, Chiharu
lo tomó de la mano y lo llevaba con rumbo desconocido.
—Fu fu fu, acompáñeme.
—Ey... ¿A dónde vamos?
Cruzaron un pasadizo largo y se
toparon con una muchacha de veinte años y cabello castaño que respondía al
nombre de Sofy, ella estaba en un recibidor, limpiado la cristalería que
alojaban en una vitrina.
—Sofy, mira— dijo Chiharu sonriente.
— ¿Qué? Oh... Esto me trae recuerdos.
Ju ju... El joven amo será popular...
— ¿Eh? — Mijail estaba confundido. Ya
había visto a Sofy antes, era delgada y de cabellos color avellana. Por alguna
razón su rostro siempre estaba relajado. De la puerta contigua salió una mujer
adulta con una mochila en la espalda, usaba ropa muy a la moda, por el gesto de
su rostro se podía adivinar que regresaba después de un día agotador.
—Hola Sofy, Chiharu... Oh, el amo Mijaíl
trae el uniforme de Red Star también... — se tumbó sobre un sofá, su ondeado
pelo negro se recostaba en su escote.
—Bienvenida, Amelia— respondieron
Sofy y Chiharu a la vez.
—Bi-bienvenida Amelia— tartamudeó Mijaíl.
— ¿Qué tal la universidad? — pregunto
Sofy.
—Hoy no fue un día tan pesado— le
respondió dejando sus cosas sobre una mesa— ¿Quiénes tienen turno ahora?
—Las chicas de turno "C"—
respondió Sofy.
— ¿Verdad que el amo Mijail es
apuesto?— preguntó Chiharu. Amelia sonrió desde el mueble…
—Bueno, si fueras un poco mayor tal
vez... o quizá sea ese uniforme que me trae recuerdos, no he sido de las chicas
más tranquilas en la escuela— soltó una risita—. Mijaíl intentaba no parecer
apenado. —Aun cuando el joven amo no es un sirviente estudiará en la Red
Star... Interesante— prosiguió.
Amelia y Sofy.
— ¿A qué se refiere, Amelia?—
interrogó Mijaíl.
Chiharu abrió sus ojos rasgados y puso
redonda la boca. — ¿Aún no lo sabe?
Mijaíl se sintió avergonzado. —El amo
Belial nos da la oportunidad de estudiar hasta el escalón más alto que podamos—
decía Sofy— una vez hecho nos introduce en alguna empresa que tenga... Es
entonces cuando nos vamos de casa. Por otro lado, la noche que llegaste nos
reunió a todas y nos dijo que tu serías su heredero, nos sorprendió un poco
pero la mayoría estamos más que agradecidas con lo que el amo nos da… No sé
bien tu historia… He oído rumores, algunas piensan que eres hijo del amo… Otras
piensan que le salvaste la vida… Yo quiero entrometerme, ya estoy mayor como
para patalear por eso, él ya nos ha dado la oportunidad de hacernos un buen
futuro…
— ¿Eh? ¿Ese bastardo?— susurró el
muchacho, las chicas lo miraron con enojo. Mijaíl suspiró profundamente.
—Las personas que se van de aquí
visitan con frecuencia al amo... Aunque hay una regla extraña...
— ¿A qué te refieres, Amelia?—
preguntó dudoso.
—Al cumplir treinta años el amo... ya
no permite que lo visites... Es una regla tan estricta como la de los
expulsados... —. Chiharu rompió su sonrisa tan cálida.
<<Qué monstruo tan
extraño>> pensaba Mijaíl.
—Ey, Chiharu ¿Por qué no le acomodas
bien una corbata? Me interesa verlo vestido correctamente— dijo Amelia con una sonrisa
pícara. —Oh, estoy igual de interesada, ju ju jú— añadió Amelia.
— ¿Eh?
Chiharu lo tomó del brazo y salió
corriendo.
Parte 2
Pap pap tap
pap pap.
Mi mano ha sanado perfectamente,
ahora puedo golpear este saco de arena sin sentir dolor. Estoy en el gimnasio
de la mansión, Belial dijo que no lo use cuando las chicas estén aquí, así que
estoy solo durante las noches.
—Jaaa... jaaa...
¿Hu? Una toalla me cubrió la cabeza.
—Veo que tu mano ha sanado
correctamente— sonreía Belial detrás mío... No llevaba camisa, tenía una
cicatriz muy grande en el abdomen. Él es realmente delgado, pero su cuerpo
parece estar hecho de piedra cubierta con piel…
— ¿Ey, qué mierda quieres? Estoy
ocupado...
—Ahhh, es que es hora de que los
chicos entrenen... La verdad solo somos nosotros ahora. A veces me siento como
un pájaro enjaulado…
—Bueno, solo no me distraigas.
—Mijail...
— ¿Qué?
Pad pad papad
—Yo te entrenaré.
—¿Eh?
—Intenta darme un golpe.
Me di media vuelta. A veces ese
demonio me causa una sensación extraña solo con un gesto, pero sinceramente
odio esa cara de presumido. Podemos hacer negocios, pero no quiero ser su
amiguito.
—Anda... intenta.
Pak, Zam...
— ¡Iaaag!— Tomó mi puño y le dio
vuelta hasta tenerme en el suelo. ¡Cómo rayos lo hace!
—Eres pura fuerza bruta... Chiharu
podría derrotarte fácilmente.
Intenta provocarme... No caeré en tu
juego...
—Escucha Mijaíl, no estoy seguro que
nos prepara futuro, pero confió en que brindarás tu mejor esfuerzo— dijo Belial
con una sonrisa.
— ¿Aún no sabes que hacer para ser
rey?— le dije mientras me ponía de pie.
Zan, Pak
Ese infeliz deslizó su pierna y me
hizo caer otra vez. No contento con uso puso su pie encima de mí, al menos
nadie puede vernos. No pienso soportar este tipo de situaciones otra vez…
—Chiharu ya tiene cinta negra en
karate, es superior en el club de la escuela. Arnett es campeona regional de
tiro... Puede desarmar una escopeta en treinta segundos ¿Podría haberle dado
ese anillo que llevas a una de ellas?
—Malnacido... Si no estás contento
conmigo solo despídeme, he vivido dieciséis años solo, puedo hacerlo por otros dieciséis
¡Quita tu asquerosa pata de encima!— Belial suspiró. Quitó su pie y me extendió
la mano, pero su puta madre la va a tomar...
—Ja ja... ja ja ja...
— ¡De que te ríes!
— ¿Será que aún no te preguntas porque
tú eres mi compañero?
¿Oh? Claro... Chiharu conoce artes
marciales, Arnett es tiradora, ambas muy bien educadas, ambas listas... Todas aquí
son superiores ¿Soy lo peor que ha pisado esta mansión? ¿Por qué yo?
—Mijaíl... Tú tienes algo especial,
por eso te elegí, por eso fuiste designado como un objetivo.
— ¿Especial...?
Belial comenzó a cambiar su
apariencia, aparecieron dos grandes cuernos en su frente, no solo uno, y un
tercer ojo se abrió entre sus cuernos.
Su piel se hizo más dura ¡Joder qué aspecto! Las cicatrices que tenía brillaban
como hierro al rojo vivo y a su alrededor la luz se distorsionaba, como si
estuviera muy caliente.
—Yo no sé bien que potencial oculto
hay en ti, aunque reconozco que tienes agallas creo que debe haber algo más...
—me dijo con una voz vibrante y seca. Sus dientes son tan afilados… ¿Este es el
verdadero Belial…?
—Yo... no sé a qué te refieres.
Quizá... quizá en este mundo...
Siempre seré insignificante.
—Demuéstramelo Mijaíl, hazme saber te
designaron... Demuéstrame la sed que tienes... Quiero ver que tan lejos puedes
llegar...
Patch
Belial desapareció. No comprendo la
forma complicada en la que habla la gente rica… Esa chica, Sofy… y Amelia…
todas aquí han dado lo mejor por ese monstruo… ¿Es un monstruo? Dijo que yo soy
su heredero… ¿Sed? Es extraño, apesto a sudor... por primera vez en mi vida me
importa quitarme ese olor.
Parte 3
—De acuerdo. Comencemos cuando
quieras.
Frente a mi hay un muchacho alto, un
poco delgado pero eso se puede solucionar, fu
fu, su cabello lacio... Lo torturaré por distraerme tanto. Este gimnasio es
muy amplio, no hará falta nada.
—Como sabe el amo Belial me encargó
preparar un entrenamiento físico para usted, con el fin de que luego pueda
entrenar con él con menos dificultades— le dije. Estoy usando mi camiseta más
suelta y mis pantalones más ceñidos, tomará tiempo domarlo.
—Vale Chiharu, no es que no tenga
buena salud, solo que necesito un poco de orientación. Ese sujeto me tiene
mucha ventaja…
Está un poco avergonzado, debe
tratarse de la famosa "hombría”. Eso los hace un poco patéticos, pero esa
cara... Intentan ocultar su vergüenza... Creen que nadie se entera, es adorable
hasta cierto punto.
— ¿Por qué estás tan sonriente?— me
preguntó.
—Yo siempre estoy sonriendo.
—Co-como sea, vamos a comenzar.
***
Después de saltar y correr el cuerpo
de Mijaíl está listo para trabajar con peso. Ah, su camiseta esta mojada,
comienzo a desconcentrarme. ¿Pero porque sigue tan avergonzado? Ahora que lo
pienso yo también estoy bañada en sudor... Quizá estamos en la misma situación,
al menos llevo ropa interior apropiada, no quiero revelar nada por accidente.
—Amo Mijail vamos a trabajar esos músculos—
le dije con ánimos.
—De acuerdo, solo dime bien que tengo
que hacer.
Tomé unas mancuernas y acomodé los
pesos... Listo, diez kilogramos de puro hierro, eso estará bien para empezar.
Este muchacho ha vivido allá afuera, no se ha alimentado debidamente, no quiero
ser tan exigente pero el amo Belial insistió en ponerlo a prueba.
—Toma una en cada mano y flexiona tu
brazo, llévalas a la altura de tu pecho.
— ¿De esta forma? — preguntó el joven
amo tensando su antebrazo. Comprendió bien.
—Correcto. Luego de hacer treinta con
cada brazo debes sujetarlas bien y dar un paso al frente, bajas la parte
anterior al muslo y luego subes y comienzas con la otra pierna. Como dar los
pasos más largos que puedas.
—Ahmmm...
Vaya, creo que le di una explicación
complicada. Tomé las mancuernas, haré el desplante para que aprenda mirándome...
Es un poco vergonzoso, suelo hacer esto con las otras chicas... Avancé un paso,
luego otro... — ¡Yiiiay!
Caí de lado, mi pie se torció... Debo
estar muy distraída hoy... ¡Cómo duele!
—Ey, ey, Chiharu... —se me acercó
intentando levantarme... supongo no puedo evitar apenarme por esto. Ah, rayos,
me torcí bien el pie.
— ¡Joder, creí que se te saldría el
pie!— dijo llevando mi brazo sobre su hombro... Estoy muy sudada, debe serle desagradable
juntar tanto su cuerpo... Creo que me rompí algo…
—Vamos a la enfermería, está cerca
del jardín— le dije, aún no sabe bien donde está cada cosa, y no es para menos,
esta mansión es un verdadero laberinto.
***
Durante todo el camino no dijo nada,
ni una sonrisa o gesto...
—Déjame descansar aquí— le dije,
andar en un pie es agotador, aun si me apoyo en su cuerpo. Nos sentamos en una
banca del jardín. Ni una nube en el cielo... mis mejillas están al rojo vivo.
—Hace mucho calor... tengo la
camiseta pegada a la piel— dijo, estaba algo incómodo. Yo estoy igual. —Vamos a
ponernos morenos— añadió. No sentía ganas de hablar, de verdad el dolor en mi
pie es intenso.
—Te llevaré cargando— dijo. ¿Eh? Se
supone él es el tímido aquí. —Llevarte será como la parte que falta del
entrenamiento.
Este chico... Se puso de pie y por
primera vez me regaló una sonrisa... Quiero pensar que la hizo para mí, para
que me sienta bien... Siempre es así, los chicos quieren ser caballeros rescatadores
y las chicas princesas rescatadas, por muchos huesos que haya partido esta
situación conmueve mi interior...
Avanzamos un rato, su espalda estaba húmeda
y caliente, su piel traslucía un poco... El calor, este ambiente, tengo ganas
de dormir aquí...
—No parecías jaaa... tan pesada... —decía
jadeando. Sus piernas temblaban. —Sé que a las mujeres no les gustan las bromas
respecto a su peso, pero no es una broma.
—No me molesta. Mi peso es debido a
que como bien y al entrenamiento que llevo. Si fuera obesa quizá me frustraría
con ese comentario—. Mijaíl siguió avanzando. —Amo Mijail, quiero recompensar
esto que hace por mí, de verdad me está doliendo, no sé cómo hubiese sido de
haberme pasado sola.
—Tch, ¿es entrenamiento no? se supone
era tu deber ponerme en forma. Las mujeres se ponen problemáticas hasta cuando
soy buena persona...
Qué tonto...
—Pero... si de verdad necesitas hacer
algo para no sentirte en deuda conmigo, puedes dejar de llamarme amo, al menos
cuando ese viejo no esté... no me agrada...
Joven amo… ¿Qué es este ambiente tan
extraño? ¿Mi boca no deja de sonreír, será acaso que la primavera ha llegado?
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