5 mar 2016

Hell Kaiser VOL 1 – Capítulo 1 - Hell Caller

 Lo prometido es deuda, aquí les dejo el primer capitulo
keitaro-sempai presenta:

Hell Kaiser VOL 1 – Conozcan al Emperador




Capítulo 1 - Hell Caller
Dicen que el día que nací, fue el fin del mundo, y uno nuevo comenzó, uno más oscuro, más difícil. Yo nací en un lugar al que llamaban Hungría, pero ese nombre cambió como muchos otros, naciones cayeron y otras se formaron, aquellos que tenían los números, o los recursos, decidían los nombres, y las personas lo aceptaban gustosas, a quien le importa si te llaman húngaro, francés o fulano, si nos daban comida y un mejor nivel de vida, tirábamos el patriotismo a la basura.
 Cuando fui niño cambié de nacionalidad muchas veces, hasta que se estableció el gobierno de Nueva Holanda, el cual aún permanece, por lo que a mí me dirían Neo-holandés, si no tuvieran ya otro nombre para mi, <<Hell Caller>>, el que llama al infierno.
No sé cuando comenzó, ni quien fue el primero, solo sé que a mí me pasó por primera vez cuando tenía seis años, primero era como una voz que me llamaba, pero no era una voz, era algo así como un aullido, por alguna razón sentía que decía mi nombre: Andrei.
A mis ocho años lo vi por primera vez, parecía un lobo enorme, pero en lugar de pelaje tenía escamas, y sus ojos eran penetrantes, como si pudiera ver mi alma, sabía que debía tener miedo, los demás niños en el orfanato estaban aterrados, tanto que no podían moverse, ni siquiera gritar, tal vez creían que los atacaría si reaccionaban bruscamente. Yo  tampoco podía moverme, pero no sentía miedo, era distinto, estaba contemplándolo, había pasado los últimos dos años imaginando como sería, y cuando se acercó a mí, suficiente para posar mi mano en su cabeza y acariciarlo, un nombre me vino a la mente, <<Berion>>, ese era el nombre de mi Under.
Pasaron tan solo dos noches antes de que unos hombres llegaran al orfanato a buscarme, el gobierno no se toma a la ligera a los Hell Callers, vestían ropa oscura, con algo que parecía armadura, ahora sé que eran chalecos antibalas. Estaban armados y hacían preguntas, muchas preguntas. Me llevaron con ellos a un lugar donde había otros como yo, éramos pocos, no estoy seguro de cuantos, pero creo que si los hubiera visto a todos, habría podido contarlos con los dedos.
Por aquel entonces, el mundo apenas empezaba a conocer de nuestra existencia. Nos hicieron pruebas, más de una vez me obligaron a llamar a Berion, pero no lo hice, no podía hacerlo, no solo porque era muy débil entonces, sino porque probablemente le harían lo mismo a él. Un par más también se rehusaron, pero la mayoría obedecieron, al principio no sabían cómo, pero luego aprendieron a invocar a sus Under...
Under
Nadie sabe cuándo, ni quién lo dijo primero, pero al parecer ese nombre se popularizó, para la gente era fácil pensar en ellos como seres del inframundo, en especial porque ya habían decidido llamar a las puertas  <<Hell Gates>>, y a nosotros, que podíamos invocar a las criaturas que provenían del otro lado de las puertas <<Hell Callers>>.
Luego de que pasara los primeros meses sin invocar una sola vez a Berion, decidieron ignorarme e incluso me excluían de algunos de sus experimentos, pero aun así no me dejaban ir, algunos de ellos dudaban de que fuera un Hell Caller, pero los otros niños lo sabían, y yo también lo sabía, podía sentir en ellos a sus Under. Recuerdo un niño que me daba miedo cada vez que le veía, le decían Número uno, nunca supe su nombre, pero incluso los guardias se comportaban cautelosos con él, así que decidí mantener mi distancia.
Ese chico generaba un aura aun más escalofriante que el lugar en el que estábamos, aunque nunca supe bien donde era, las paredes eran de roca y metal, cuando pasábamos por las puertas podía ver el grosor que tenían, un niño pequeño como yo hubiera podido caber dentro de esas paredes.
Las paredes más gruesas de todas estaban en el área donde llevaban a Número uno, y siempre lo vigilaban el doble de guardias que al resto de nosotros, nunca vi el cuarto donde dormía, pero estoy seguro que debía estar en la parte más interna de la instalación, para que estuviera lo más lejos de la salida posible. Como si pudiésemos escapar, aunque llamáramos a nuestros Under, nosotros solo éramos niños, un disparo y todo terminaría.
Durante años estuve en esas instalaciones, hasta el día en que llego un nuevo niño, en cuanto estuvimos en el espacio común, invocó a su Under repentinamente y comenzó a atacar a todos, los guardias trataron de pararle, pero su Under era diferente, era más fuerte, las balas no le hacían daño, ni a él.
Luego de acabar con los guardias comenzó a atacarnos a nosotros, mató a dos antes de que supiéramos que pasaba, otros tres le plantaron cara.
Entonces escuché un sonido, como algo crujiendo, una puerta se abrió con un fuerte ruido detrás de mi, al que llamaban Número uno, aprovechó el momento para escapar, confundido, lo seguí, sin importar que, tenía que alejarme de ese extraño chico que había comenzado una masacre, tenía miedo. Pero Número uno no.
Era fuerte, igual que el otro chico, se deshizo de los refuerzos que iban a detenernos y derribó las puertas que bloqueaban nuestro camino.
Cuando finalmente salimos al exterior, recuerdo que estaba nevando, no lo sabía, pero nos habían llevado a un lugar apartado por seguridad, entonces se dio vuelta, me miró y dijo:
<<No me sigas, si nos separamos tendremos más posibilidades, ahora que saben de nuestra fuerza, no nos mantendrán cautivos, nos matarán en cuanto nos vean... Suerte. >>
Entonces se marchó y le perdí de vista en la nieve, pero antes de que pudiera procesar lo que pasaba, escuché un estruendo tras de mí.
Era él.
El que había enloquecido, estaba cubierto de sangre y en su rostro tenía una sonrisa que aun hoy veo en mis pesadillas.
En ese frio lugar nos reunían, para vigilarnos, para estudiarnos, y para encerrarnos, nunca hablamos mucho entre nosotros, no sé si nos lo hubieran permitido, pero éramos iguales, estando en la misma situación, había entre nosotros un cierto espíritu de camaradería, y él los mató sin piedad, sentí muy dentro de mí, como si sus víctimas hubieran sido mis amigos del orfanato, y me hizo hervir la sangre.
Entonces comencé a recordar los acontecimientos de ese día, Número uno lo había dicho antes...
<<Nuestra fuerza.>>
Casi lo había olvidado mientras me marchitaba en ese asqueroso sitio, yo también era un Hell Caller, aunque no lo practiqué como los demás, observé siempre con atención cuando alguno invocaba a su Under, y por primera vez en años, Berion y yo nos veíamos de nuevo, pero esta vez en circunstancias críticas.
Frente a mí se encontraba la persona más aterradora que jamás hubiera visto, y eso significaba que sin duda había matado a los otros tres que se le opusieron.
'¿Qué tan fuerte era?'
Sin duda era una clase de monstruo.
Salvo por el hecho de poder invocar a los Under, los Hell Caller no éramos más que humanos, simples niños. Pero ese chico era fuerte, las balas no podían con él, su Under -una especie de tigre con cuernos- era el doble de grande que el de cualquiera de los que estábamos en ese lugar y uno de sus zarpazos había bastado para acabar con los tres guardias que lo habían escoltado.
¿En qué rayos pensaba?
Pelear con él era suicidio, yo lo sabía, pero la ira dentro de mí no se detenía y en la mirada de Berion no veía duda, me llenó de determinación.
Aullamos juntos, en ese instante mi propia voz se fundió con la de Berion, como si yo también fuera una especie de lobo, estoy seguro que cualquiera que escuchara, hubiera confundido mi aullido con el de Berion.
En ese momento sentí algo que hacía tiempo me habían arrebatado, me sentí libre.
Por un instante el sentimiento de libertad me embriagó, y de mi vista desaparecieron el chico y su Under, podía ver claramente el edificio en donde había estado años encerrado, desde fuera. Por primera vez desde que me sacaron del orfanato, no veía paredes a unos metros de mí, podía ver a lo lejos.
Aun con la nieve bloqueando mi vista.
Era hermoso.
Escuchaba sonidos, sentía el viento y la nieve en mi rostro y en todo mi cuerpo.
Estire mis brazos y piernas lo más que pude, los sentimientos y sensaciones que había estado reprimiendo se soltaron y se mezclaron con nuevas emociones.
Gratitud.
Hacia Número uno, siempre me había causado pavor. Cuando lo veía, volteaba para que nuestras miradas no se cruzaran, pero él abrió el camino a nuestra libertad y se despidió deseándome suerte. Si algún día lo viera otra vez, le agradecería desde el fondo de mi corazón.
Alegría.
Por ser libre y ver a Berion una vez más sin temer que experimenten con él, por abrazar estás asfixiantes sensaciones que me brindaba el mundo a mi alrededor, que nunca más volvería a ser tras esas ruines paredes de roca y metal.
Tristeza.
Por los años perdidos, porque los demás niños de la instalación jamás conocerían esta libertad.
Odio.
Por el culpable de que sus vidas terminaran estando enjaulados.
Y...
Fuerza.
Una fuerza que no conocía, con cada latido de mi acelerado corazón, sentía vívidamente cada una de mis extremidades y músculos. Mis sentidos, que ya no se hallaban restringidos por paredes, se agudizaban con cada respiro que daba.
Lo que no sentía, era miedo, el temor que momentos antes había sembrado en mí, se desvaneció, abrumado por todas esas emociones, y ya no me impediría actuar...

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En una ciudad, que dos décadas atrás había sido una bulliciosa metrópolis, de la que solo quedan descuidados edificios y calles cubiertas por la arena, dos figuras caminan despreocupadas, buscando un sitio adecuado para descansar antes de continuar su viaje.
Por delante camina la figura más alta, un hombre de refinadas facciones e impecable vestimenta, un traje de smoking negro, lo suficientemente suelto para dejar ver una camisa roja debajo, y la cadena de un pendiente tras de esta. La complexión del hombre tenía el balance perfecto entre robusto y esbelto, permitiéndole emanar un aire de elegancia. Su cabello era corto y sedoso, de un color negro oscuro con un toque rojizo, igual que sus ojos.
Lo primero que pensarías al verlo, sería mayordomo, pero en una segunda mirada, notarias algunas ornamentas doradas en los bordes de sus mangas y su pantalón, y unas muñequeras de apariencia excesivamente fuerte. Si, lo segundo que pensarías al verlo, sería guardia real.
"No parece haber nadie en las inmediaciones, creo que esa estructura en la esquina del camino es la más apropiada para hacer una pausa, Su Excelencia. Si pudiera esperarme allí, con su permiso traeré lo necesario para un desayuno apropiado para el emperador."
Dice con voz fuerte pero sumisa, el elegante hombre, mientras se inclina ante el joven que venía tras de él
Este 'Emperador', era un joven de 15 años, su rostro tenía el ímpetu de la juventud, y dependiendo de la expresión que tuviera, podrías fácilmente confundirlo por un pandillero salvaje o por un noble, ese era el tipo de rostro que tenía. Su cabello te haría pensar primero en pandillero, situado justo sobre sus ojos, una mecha de cabello rubio, cubierta por un rojo intenso, el resto de su cabeza poseía un negro rojizo, similar al de su refinado acompañante.
Vestía unos jeans algo rasgados y una camiseta negra, una desabrochada chaqueta de un peculiar púrpura, lo más llamativo de su vestimenta, era una capa afelpada que ondeaba con el viento del lugar. Si era un emperador, sería el de los maleantes de una pandilla.
"Procede, pero no me hagas esperar, este desolado lugar se ve aburrido."
Dijo altaneramente el joven a su respetuoso acompañante, que al instante desapareció, dejando solo una estela de viento donde antes se encontraba. Sin sorprenderse de lo ocurrido, el joven camina hacia el edificio acordado mientras observa los alrededores.
"Esta ciudad no se ve muy dañada, debió ser de las primeras opciones para reconstruir, me pregunto ¿por qué no la repoblaron?"
A pesar de lo deteriorado de la ciudad debido al abandono, el estado de los edificios es bueno, ninguno se ha derrumbado a pesar de estar los últimos 15 años sin mantenimiento, lo que significa que las estructuras están intactas. Por el camino vimos algunos edificios dañados, pero solo unos cuantos, debió ser de las ultimas ciudades en ser atacada antes de que las puertas se cerraran, está en mejor estado que varias de las ciudades pobladas que hemos visto últimamente. Aun así no hay nadie aquí.
"Ah, espero hallar uno pronto"
Hace unos días alcancé los 15 años y decidimos que era hora de comenzar a buscarlos.
<<Hell Callers>>
Un curioso nombre el que decidieron ponerles, los humanos consideran a los Unders como seres venidos del infierno. '¿Entonces lo que hay del otro lado de las puertas es el infierno?'. Que divertido pensamiento. ¿Eso me convierte en el emperador del infierno acaso? Ese título no suena muy bien, tendré que pensar en algo para arreglarlo.
"Disculpe que interrumpa su meditación, tengo listo todo lo necesario para el desayuno. ¿Desea el emperador comer ahora mismo?"
Dijo una voz a espaldas del joven.
"Si, está bien, hagámoslo para seguir buscando cuanto antes"
Con esto dicho, la figura del respetuoso sirviente se hizo presente, así como una mesa con platos repletos de comida, cubiertos y una silla. Todo de una calidad excelente, la silla relucía como si estuviera hecha de oro y la mesa de cristal, los cubiertos eran de plata pulida y la comida no podría ser descrita más que como manjares, de pie junto a la mesa el hombre colocaba en posición la silla, con un gesto pedía al joven que tomara asiento, mientras inclinaba su cabeza.
"¿Qué rumbo sugieres que tomemos?"
Dijo el joven emperador mientras tomaba asiento, asegurándose de no sentarse sobre su capa, la cual dejo ondear con el viento tras de sí.
"Detecté la presencia de un individuo al Noroeste de aquí, estará llegando a la ciudad en los próximos minutos, al parecer es un Hell Caller, creo que es un buen candidato para empezar, si decide darle el honor de ser el primero."
El joven miró unos instantes en dirección noroeste.
"Me parece bien, confío en tu juicio, además no soy tan quisquilloso, estoy ansioso por comenzar con esto de una vez."
Tras decir esto, fijó su atención en la mesa y comenzó a comer.

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Dejando atrás un camino arenoso donde las únicas plantas son las figuras lejanas de unos pocos árboles y pasto seco, un joven cubierto con una capucha para protegerse de la arena mira con alivio la ciudad a la que llegaba. Aunque no parecía poblada, le permitiría pasar unas noches sin estar a la intemperie, con suerte hallaría algo que comer, no sería la primera vez que encuentra latas con comida en una ciudad abandonada.
"Si pudiera cazar algún animal sería lo mejor, casi no me queda comida. ¡Joder! Por qué tenía que ser descubierto, me estaba llevando bien con la gente del pueblo..."
Su mente reproducía los acontecimientos ocurridos hacía 3 días. Una casa se había derrumbado dejando atrapada dentro a una familia, para empeorar las cosas, el derrumbe provoco un incendio. Algunos trataron de abrir un camino para sacar a la familia, pero el único con la fuerza para lograrlo era él, y no dudó en salvar a esas personas, pero al hacerlo su identidad como Hell Caller fue revelada y tuvo que abandonar el poblado inmediatamente.
"Apenas tuve tiempo de tomar lo esencial, tuve que robar algo de comida también, pero les dejé como pago el resto de mis pertenencias... no es que fueran muchas."
A pesar del problema que le causó, no había rastro de arrepentimiento en su corazón, si no hubiera hecho nada, entonces si se hubiera arrepentido para siempre.
"Esta ciudad... está en muy buen estado, siendo así, el mercado puede que esté intacto, debe haber comida, ropa, alguna casa debe tener una cama cómoda... Creo que hoy dormiré muy bien."
"Bueno, eso depende."
Dijo una voz proveniente de la ciudad. Un hombre alto vestido de negro caminaba tranquilamente desde esa dirección.
"¿Quién eres?"
Una pregunta lógica, el hombre vestía como si fuera un mayordomo, pero tenía unas muñequeras propias de un guerrero, se veían tan fuertes como para detener balas.
No solo se ve extraño, sus palabras... Parece haber escuchado claramente lo que dije, desde esa distancia, no es un simple hombre.
"Soy el no tan humilde sirviente de su magnificencia, El Emperador."
Dijo sin titubeo el hombre mientras se inclinaba para mostrar su respeto a la persona que acababa de nombrar, lo que también puede verse como un saludo.
"¿Emperador?"
"Así es, no puedo ser humilde cuando fui glorificado como su primer sirviente."
La expresión del hombre no daba lugar a dudas sobre la seriedad de sus palabras.
"Creí que esta ciudad estaba abandonada, si está gobernada por un emperador..."
"Oh, sin duda esta ciudad fue abandonada, aunque se encuentra en buen estado, diría que la razón es la distancia entre la ciudad y una fuente de agua. A pesar de que las máquinas funcionan en la actualidad, muchas personas se sienten inseguras y temen que dejen de funcionar otra vez, por lo que son precavidos con cosas como esa."
"Vaya, así que por eso... Momento, entonces si está abandonada."
"En efecto."
"..."
"..."
"Si está abandonada, ¿qué pasa con eso del Emperador y que tiene que ver conmigo?"
Dijo mientras observaba con desconfianza al hombre.
"Que la ciudad esté abandonada o no, es irrelevante, aunque es beneficioso no tener que silenciar testigos."
El hombre cambia finalmente de postura, antes de decir las siguientes palabras:
"Estoy aquí porque tú eres un Hell Caller, ¿no es verdad?"
Estás palabras causaron en el joven unos escalofríos como no había sentido en años, la expresión de este extraño hombre al decirlas, era la mirada de un depredador que acababa de encontrar a su presa.
"El Emperador se encuentra en la búsqueda de los Hell Callers, como su sirviente es mi deber ir delante para presentarlo adecuadamente."
Con esto dicho, el hombre se hace a un lado y se apoya en su rodilla.
"Su excelencia imperial, he confirmado que este individuo es un Hell Caller."
"Bien hecho."
Dice un joven de extraña vestimenta cuya figura se encontraba oculta tras la de su sirviente. Con expresión de máxima autoridad, el joven emperador extiende una mano.
"¿Tu nombre?"
"...Soy Andrei, Andrei Arschiel."
"Regocíjate Andrei, desde hoy serás mi sirviente."
¿Qué rayos dice este tipo?
¿Es este chico 'El Emperador' del que hablaba ese hombre? parece de mi edad, ¿Es acaso un Hell Caller?, no puedo sentir su Under. Pero esta situación es muy rara.
"Ese hombre dijo algo sobre buscar Hell Callers, ¿De qué se trata?".
"Pues es simple, estoy reuniendo a mis súbditos."
"¿Y se supone que yo sea uno de tus súbditos?"
"Como se esperaba de mi nuevo sirviente, no eres nada tonto."
"¿¡Quién te crees que eres!?"
Con una sonrisa de oreja a oreja y una voz altanera, como si hubiera estado esperando por esto, dice mientras pone una mirada de superioridad.
"El Emperador, por supuesto."
"..."
Cálmate, analiza la situación. Este tipo es irritante, pero el verdadero problema es ese hombre, no es un humano ordinario, y lo que es más preocupante, no siento nada, ni el menor rastro de un Under en ninguno de ellos, pero ese hombre ya demostró tener sentidos demasiado agudos para una persona normal.
¿Será una habilidad que desconozco?
Los Hell Caller son diferentes entre sí, tanto como sus Under. ¿Es posible que haya alguna clase de Under que no transmita su presencia? Un Under indetectable.
Si esto es verdad, su Hell Caller no podría distinguirse de una persona común.
La pregunta es, son ellos dos Hell Caller con Unders indetectables o...
El sirviente que hasta ese momento se había mostrado tranquilo se movió a una velocidad incomprensible para la vista humana y lanzó un devastador golpe donde menos de un segundo antes se encontraba Andrei. El golpe fue limpio, su puño se enterró en el suelo como si allí hubiera habido un agujero desde el inicio, casi ni levantó polvo, no dejó más rastro de la violencia acontecida.
"Gusano. ¿¡Cómo te atreves a mostrar semejante actitud ante el emperador!?"
Su rostro mostraba una expresión que sacaba lo peor de su fino rostro. Desprecio.
"..."
Ese ataque... no lo vi venir, mis instintos me decían que mi vida corría peligro, di un salto hacia atrás por miedo. Nunca vi un golpe como ese. ¿Qué me hubiera pasado si me hubiese quedado quieto?
"Hace un momento pude sentir la intención de atacar que mostraste al Emperador. Déjame decirte que mientras yo esté aquí, una sabandija como tú, ni nadie en este mísero mundo, le pondrá un dedo encima."
"Tranquilízate, pudiste matarlo."
Dijo serenamente el joven emperador.
"Sí, disculpe mi brusco comportamiento, estoy arrepentido de mi actitud."
Es fuerte, demasiado fuerte, lo mejor sería escapar, pero con esa velocidad, no tengo posibilidades, mi mejor oportunidad es pelear. Su velocidad es muy superior a la de un Hell Caller cualquiera, me pregunto...
"¡Tú!. ¿Eres siquiera un Hell Caller?".
"Pero, ¿Qué dice ahora este niño? Por supuesto que no soy un Hell Caller."
Lo supuse. Por loco que parezca, eso solo significa... ¡Que es un Under!
Basado en su comportamiento hasta ahora, ese chico al que se refiere como emperador es su Hell Caller, esto empieza a tener sentido, es ridículo pensar que un Hell Caller indetectable sea así de fuerte, tan ridículo como hallar dos Hell Caller con la misma habilidad para pasar desapercibido, además, todos los Hell Caller tienen mi misma edad. Si es un solo Hell Caller y su Under, entonces tengo posibilidades.
"¡BERION!"
Con un grito que se transformó en aullido, Andrei invoca a su Under. Su sombra se retuerce bajo sus pies y de esta sale un gran Lobo escamado, al menos dos veces más grande que el propio Andrei.
"Esta será nuestra primera pelea en mucho tiempo, amigo mío."
"Siéndote sincero, esta será mi primer pelea contra un Hell Caller, así que entiendo un poco el sentimiento que sientes."
Dijo el sirviente mientras fijaba su mirada en Andrei y Berion.
"Así que planeas resistirte, me gusta. Dame un buen espectáculo."
"Será una función que nunca olvidarás emperador de pacotilla."
"Somételo."
Con esto dicho el sirviente se abalanza hacia Andrei decidido a cumplir la orden.
Predecible.
Andrei y Berion ven venir el ataque y se separan.
Ese ataque fue más lento que el anterior, pero sigue siendo muy veloz, si peleara solo no duraría más de un minuto. Veamos como lucha contra dos.
Andrei y Berion atacan a la vez al hombre que se encontraba entre ellos, pero este permanece en su lugar y aprovechándose del largo de su brazo, toma de la cabeza a Andrei con su mano izquierda. Sin poder reaccionar ante el veloz y simple movimiento, Andrei solo podía sentir el vértigo de ser arrojado contra Berion. Al momento del impacto, sintió el dolor de estrellar su espalda con las duras escamas de Berion -escamas que con los años se volvieron tan fuertes como para detener balas-. La inercia empuja a ambos hacia el edificio más cercano, atravesando la pared y levantando una nube de polvo y arena.

"Cuando peleas con los puños como armas, debes tener en cuenta el largo de tus brazos y los de tu oponente, es básico, no lograrás ni ensuciar mi traje si no comprendes ni siquiera eso."
Habiendo realizado un movimiento tan simple y refinado, el sirviente no tenía ni una mota de polvo. Aunque el movimiento fuera simple, solo fue posible gracias a una gran fuerza y velocidad, esto era obvio para Andrei, en el estado actual, una pelea no era posible.
"¡Aúlla conmigo BERION!"
Tan pronto como salieron por el hoyo en el edificio, Andrei y Berion comienzan a aullar.
Dos aullidos pronto fueron uno.
Los espíritus de combate de Andrei y Berion se fundieron y ardieron con mayor intensidad.
Moviéndose a saltos rápidos, Andrei y Berion una vez más rodean al hombre, y repiten el ataque anterior. Nuevamente Andrei es sujetado por la cabeza y arrojado hacia Berion.
"No aprendes."
Al momento de impactar contra las escamas, Andrei contrae sus piernas para acelerar el giro y ponerse en posición, en lugar de impactar, se apoya en Berion para impulsarse. Berion también cambia su postura, su ataque se volvió una embestida.
Aún sujetado por la cabeza, Andrei logra impulsarse hacia el torso del hombre, que es empujado por la fuerza combinada de Andrei y Berion y cae de espaldas, su cuerpo dibuja una línea en el suelo antes de detenerse por la fricción.
"¿Ahora tu traje esta algo más que sucio, no crees Sebastián?"
"¿Sebastián?"
"¿No es así como debe llamarse un mayordomo?"
"Creo que te subestime, has superado mis expectativas y te lo agradezco". Dice mientras se pone de pie.
"Je."
Como pensé, su fuerza y velocidad son grandes, pero no tanto como en su primer ataque, debe haberse puesto al extremo para realizarlo, aun así, ahora que Berion y yo estamos también al límite de nuestra capacidad, apenas pudimos ponernos a su altura. Necesito pensar en una estrategia, no podré soportar mucho tiempo el estrés de este poder, debo ganar rápido.
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Incluso su forma de levantarse es majestuosa, Gran Emperador.
"He terminado, partamos hacia el Noroeste de inmediato."
"Como ordene El Emperador."
Mientras El Emperador comienza a caminar tranquilamente, debo limpiar y dejar los muebles y utensilios a buen recaudo para la próxima vez. Creo que los dejaré en el edificio pequeño que vi al Sudeste, solo para estar seguro. Me tomará un par de segundos, no debo hacer esperar al Emperador.
"Eso me recuerda, ¿Dijiste que era probablemente un Hell Caller cierto?"
"Así es, no me acerqué lo suficiente para comprobarlo, pero se veía más fuerte que el resto de los humanos."
"¿Qué tanto?"
"La diferencia es minúscula excelencia, apenas pude percibirlo. Me disculpo por mi falta de habilidad, pero no domino una unidad de medida de fuerza tan pequeña como para diferenciar entre humanos y Hell Callers, más que como '1' -Humano simple- y '2' -Hell Caller-."
"Ya veo, no te disculpes. Cuando lo vea, sabré si vale la pena tenerlo como sirviente."
"Gracias por su amabilidad excelencia. Sin duda será el mejor día de su vida si decide hacerlo su sirviente."
Tras caminar hasta la entrada de la ciudad, al fin nos encontramos con este potencial sirviente para El Emperador. Sin duda es un Hell Caller, siento la presencia de su Under.
...
Por poco lo mato sin querer, no pude controlarme al sentir que el Emperador sería atacado, debo tener cuidado, El Emperador ya declaró que lo hará su sirviente y me ordenó someterlo. Parece interesado en él.
Además dijo que quería un espectáculo. Si la pelea termina muy rápido, se decepcionará, por ahora me arrojaré muy despacio hacia él, esquívame por favor.
...
Es más resistente de lo que pensé, me asustaba pensar que se muriera de repente, aunque lo atacara con mucho cuidado, creo que es del tipo 'Unison', se supone que son más fuertes y resistentes que otros Hell Callers. Aun así fue buena idea no hacer nada cuando me empujó, si ofrecía resistencia mientras sostenía su cabeza, pude haberla reventado.
"Creo que te subestimé, has superado mis expectativas y te lo agradezco."
Mientras siga así, no morirá y El Emperador estará complacido.
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Puedo ganar, si pongo todo lo que tengo en el siguiente ataque, podré vencerlo.
Una vez más el hombre se lanza a la ofensiva con una velocidad sorprendente, pero Andrei consigue esquivarlo dando un salto hacia atrás. Esto se repite otras dos veces hasta que Berion y Andrei rodean nuevamente al hombre.
"Berion, es hora de nuestra combinación ganadora."
"Oh, así que vas a mostrar tu mejor movimiento, será mejor que sea todo un espectáculo."
Te sorprenderás, Emperador de los ineptos. Ya me he dado cuenta de su estilo de lucha. Ese hombre es un Under, y de los especializados en combate, mientras que el Hell Caller es especialista en energía mental, por eso su Under puede pelear libremente sin problemas. Pero esa clase de Hell Caller no es muy fuerte en combate por sí solo, mientras que yo soy más fuerte que otros Hell Caller.
Mi plan está a punto de dar fruto, conduje la dirección de la pelea desde que les hice creer que me estaba concentrando en el Under, cuando en realidad estaba asegurando mi posición. No se dieron cuenta, pero nos hemos adentrado en la ciudad, y los edificios me sirven de tapadera, en estos momentos me encuentro muchos metros más cerca del Hell Caller que su Under.
Andrei comienza a correr y toma un trozo de la pared que fue destrozada con anterioridad, arrojándola hacia el sirviente que fácilmente la esquiva. Es entonces cuando Berion ataca por la espalda, pero es repelido sin dificultad.
Durante estos cortos segundos, Andrei, oculto entre los edificios, hizo su camino hacia el joven que se encontraba observando la pelea desde lejos, en la entrada de la ciudad, y ataca tan rápido como puede.
"¡Es el fin!"
Entonces todo se volvió oscuridad.
Cuando la luz volvió a sus ojos, Andrei sentía como si el peso del mundo estuviera sobre él, sus brazos y piernas le pesaban como nunca antes y un dolor terrible, proveniente de cada parte de su cuerpo, lo conmocionaba.
Casi no podía moverse, pero con solo voltear su cabeza hacia un lado y al otro, notaba que esta vez no se trataba de una pared, sino de todo un edificio, los escombros que lo rodeaban, eran los restos de un edificio entero que se derrumbó, sin contar algunos pocos trozos, el resto había sido reducido a graba.
"Perdí..."
"Desde el momento en que te resististe ya habías perdido, lo que ocurrió después solo era un show para El Emperador."
"Supongo que ahora me matarás y tomarás a Berion. Sé cómo funciona. Alguien me dijo una vez: Si un Hell Caller mata a otro, se apodera de su Under."
"Esa decisión no es tuya."
"Te lo dije antes. ¿No es así?"
El joven emperador extiende su mano al herido y derrotado Andrei.
"Regocíjate Andrei, desde hoy serás mi sirviente".
Por un instante no podía hacer más que sentirse perplejo, pero luego dejo escapar una adolorida risa.
"Creo que no tengo otra opción."
Utilizando lo último de su fuerza toma la mano del Emperador.
"Oficialmente te declaro como mi sirviente".
Tras estas palabras, Andrei sintió un gran alivio, no sabía la razón, pero sentía como todo el estrés abandonaba su malherido cuerpo. Ya no estaba cansado, sus heridas seguían ahí, pero parecía como si fueran nada. Se incorporó confuso, hace unos segundos se encontraba tan agotado que podría haber muerto, pero ahora se sentía con más energía que nunca. No había sentido tanta fuerza desde la primera vez que invocó a Berion.
"Pero, ¿qué es esto?”
Dijo mientras observaba su mano y movía sus dedos para comprobar que esas eran sus manos, se sentía tan ligero como si su cuerpo hubiera perdido todo su peso.
"Lo sientes ¿verdad?"
Dijo el hombre.
" Sientes al emperador dentro de ti, su energía fluye ahora hacia cada célula de tu cuerpo. Intenta invocar a tu Under."
"...Berion."
Al igual que la última vez, Berion se manifestó de inmediato, pero algo era diferente.
"Ya no lo siento, el estrés de mantener a Berion."
"Eso es porque has perdido ese peso. El Emperador es ahora quien mantiene al Under. Ya no necesitas hacerlo con tu limitada energía, ahora puede permanecer en forma física indefinidamente."
"Eso es... genial. ¿Escuchaste Berion?"
"Lo hice."
El rostro de Andrei estaba aún más perplejo que antes.
"Acabas de hablar... y yo te escuché, no sentí como si lo hiciera, de verdad te escuché."
Una sensación cálida y húmeda comenzaba a recorrer su rostro incontrolablemente.
"Debido a que eres del tipo Unison, tienes un lazo con tu Under más fuerte de lo ordinario, tus sentidos y fuerza física también son algo mayores a otros Hell Callers. Lo que ocurre es que todas esas capacidades han tenido un aumento debido al poder del Emperador que fluye en ti, eso permite que ahora escuches y entiendas a tu Under."
"De verdad, de verdad puedo escuchar a Berion..."
"Yo también lo siento, a pesar de la pelea, no estoy agotado y puedo comunicarme contigo, Andrei".
Andrei se lanzo en un repentino abrazo, no pudo resistir el impulso de abrazar fuertemente a Berion, aunque sus brazos no podían ni rodear su cuello, esto no evitó que lo sujetara como pudiera.
"Soy tan feliz."
"Yo igual."
"Es solo el principio, pronto todos los Under y los Hell Caller se reunirán bajo la sombra del emperador."
Estas palabras exaltaron a Andrei.
"Ustedes, ¿Quiénes son realmente ustedes dos?"
"Lo dijimos desde el principio, somos El Emperador y su no tan humilde sirviente."
"No me refiero a eso."
" Ah, ya sé lo que quieres decir, creo que es buen momento."
El Emperador comienza a hablar mientras se muestra un poco emocionado.
"¿Qué fue lo que dijo antes? Basti...ti...on. Si, ¡Tu!"
El Emperador señala a su sirviente, quien de inmediato se arrodilla.
"Desde ahora tu nombre será Bastión, y serás el fuerte de avanzada para mi alzamiento como emperador."
"Mi nombre es Bastión, escucho y obedezco."
"Oye, ¿De qué habla este? ¿Debes tener un nombre verdadero?"
"Mi nombre verdadero es Bastión, cualquier nombre que no es dado por el Emperador es inválido. Como el gobernante, todo le pertenece a este y es su derecho el ponerle nombre. Que los súbditos se atrevan a nombrar las pertenencias del Emperador es una muestra de arrogancia, sus nombres son falsos."
Andrei no pudo hacer más que permanecer en silencio ante estas palabras.
"Ya que estoy en esto, estoy cansado de que me llames emperador todo el tiempo. Especialmente porque nadie más se refiere a mí de esa manera."
Me pregunto por qué será...
"¿Dijiste qué te llamabas Andrei cierto? y ese Under, Berion... Bien, me gusta, pueden conservar esos nombres. Puedes llamarme Kaiser."
"¿Kaiser?"
"Así es como Bastión me llamaba cuando era pequeño."
"Esa palabra significa 'Emperador' en el lenguaje del lugar donde nos encontrábamos en aquel momento."
"Entonces es apropiado, desde ahora mi nombre será Kaiser."
"...De acuerdo. ¿Kaiser, cierto? Solo por permitirme hablar con Berion, ya estoy agradecido. Si de verdad piensas unir a todos los Hell Caller, entonces gustosamente lucharé a tu lado,"
Andrei le ofrece la mano a Kaiser en una sincera muestra de respeto.
"Conmover a su sirviente tan solo instantes luego de unirlo a sus filas, como se esperaba del Emperador".
Kaiser le da la mano y comparten un verdadero saludo.


2 comentarios:

  1. Buen capitulo ,una cosa no se si soy yo pero creo que el capitulo ha pasado algo rapido y no he entendido bien la historia.
    El mayordomo es demasiado OP lel xD

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  2. El capitulo 2 es considereablemente más largo, espero que te sea más claro. Si tuviera que resumirlo, Andrei nos da un flash de su infancia y luego pasamos a la actualidad y su encuentro con Kaiser y Bastión, donde tiene una pelea y en algunos momentos el punto de vista cambia

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