HE AQUÍ UN CAPITULO MAS. DISFRUTENLO. MAÑANA PUBLICARÉ OTRO.
CAPITULO 8
Jean y Wolvi aprovecharon el
pequeño receso entre clases y decidieron tomar un aperitivo en el comedor de la
academia.
-Señorita Licaon, podría
decirme ¿Quién es esa persona que no deja de vernos?-.
-Ese es Zinn Pert, él piensa
que es superior a todos, su carácter es desagradable, personalmente no aconsejo
relacionarse con alguien así. Simplemente no vale la pena. Cambiando de tema
Nox. Podrías decirme ¿dónde aprendiste los círculos originales?-.
- Donde vivía antes había
unas ruinas antiguas, la mayor parte del tiempo hacia excursiones para obtener
los tesoros que se ocultaban ahí o simplemente me dedicaba a asesinar a los
guardianes para obtener coronas, tambien todo tipo de sabios vivían ahí-.-.
-¿Asesinar guardianes? ¿Te
refieres a los guardianes de piso?-.
-Sí, esa es la forma más
fácil de obtener conocimiento y habilidades-.
-Me pregunto de qué lugar
hablas-.
Con un aire de misterio Jean
respondió.
-Un lugar que no aparece en
los mapas-.
Intrigada Wolvi decidió
presionarle.
-Vamos no hace mal que me lo
digas-.
-Créeme realmente no aparece
en los mapas, no es un lugar muy
popular-.
La bella doncella no hizo
mas preguntas.
La siguiente clase que
tomaron sería sobre “Maldiciones”.
El profesor en esta ocasión
era bastante joven probablemente apenas en sus treinta. De tez blanca y cabello
rubio, con grandes ojeras debajo de sus ojos azules, después de que todos
estuvieron sentados su clase comenzó.
-Buenas noches a todos, hoy
tengo algo interesante que mostrarles pero primero necesitaré ver, si
estudiaron adecuadamente-.
El profesor dio un bostezo
cubriendo su boca con la mano derecha, inmediatamente comenzó a pasar su vista
sobre todos sus alumnos, finalmente señaló a Jean.
-Tú, el que está a lado de
la Señorita Licaon, veo que eres nuevo. ¿Podrías presentarte?-.
-Buenas noches, mi nombre es
Jean Nox Crow, y tal como dice soy nuevo en este lugar-.
-Ok. Es raro tener
estudiantes transferidos, de hecho es muy raro tener estudiantes en este
lugar-.
El profesor nuevamente
comenzó a bostezar.
-Bueno como sea, dime ¿Cómo se clasifican las maldiciones?-.
-Se clasifican en dos tipos,
mayores y menores. Las mayores se basan en el concepto de los pecados
capitales, las menores en aspectos negativos variados de la vida y la muerte-.
-Dame un ejemplo de cada
uno-.
-Por ejemplo la maldición
mayor basada en el pecado de la gula hace que el ser que la sufra, devore todo
compulsivamente, hasta que finalmente su estómago e intestinos revientan. Una
maldición menor sería por ejemplo la del hambre, cualquier alimento que uno
intente llevarse a la boca se vuelve polvo, haciendo que uno muera de hambre
lentamente-.
-Muy bien, coincidentemente ahora mismo les
mostraré una aplicación de la maldición del hambre-.
A un lado del profesor se
encontraba una jaula tapada con una manto negro, en ese preciso instante el
educador la retiró.
Dentro había un lobo negro
sin embargo su aspecto era triste, se encontraba famélico sus costillas y demás
huesos se podían ver perfectamente, había perdido la mayor parte de su pelaje y
en sus ojos se podía ver la locura.
Wolvi que desde que entró al
salón no separaba sus ojos de la jaula apretó fuertemente sus manos hasta que
sus uñas lastimaron su piel y la hicieron sangrar. Jean no dejó pasar ese
detalle.
-Observen con atención, le
daré de comer y podrán ver como la maldición actúa-.
De una caja cercana el
profesor sacó una codorniz desplumada y la acercó a la jaula, el lobo olisqueó
el aire y al sentir la comida, inmediatamente se abalanzó sacando lo más que
pudo el hocico de su jaula. Y aunque logró darle una mordida, inmediatamente
después el alimento se prendió en llamas y se convirtió en cenizas.
Ante esa escena el lobo
soltó un lastimero aullido.
Los alumnos tenían
expresiones encontradas.
Wolvi
Licaon apartó la vista, no podía seguir mirando aquello.
-Siempre
he pensado que la práctica es mejor que solo leer las cosas en los libros .Creo
que esto demuestra lo poderoso de las maldiciones. Ésta en particular no tiene
una forma de ser retirada-.
Cuando
Jean escuché eso decidió actúar.
-Profesor
disculpe mi insolencia. No pretendo hablar como si supiera todo, pero si
existen formas de remover esa maldición. Al menos conozco dos-.
-¿Oh?
¿En serio? Adelante dime como-.
- La
primera forma es con las bendiciones divinas de los grandes paladines-.
-Ya
veo podría ser posible con algo así, pero incluso a un gran paladín le sería
difícil. Además en una situación real no puedes esperar tener a uno a tu lado-.
El
profesor respondió con un ligero tono de burla
-Estoy
totalmente de acuerdo, pero falta que le diga el segundo método-.
-¿Cuál
sería ese?-.
-Si
me lo permite puedo mostrarle en este preciso instante-.
-Ok,
pero si pasa algo malo no tendré la culpa-.
-No
pasará nada-.
Jean
bajo hasta quedar cerca de la jaula, de su ropa sacó una daga con la que se picó
la yema de su dedo índice derecho, después comenzó a escribir algunos símbolos
sobre el arma con su sangre. Terminado el proceso cantó un conjuró sobre el
lobo.
-“El
más grande y valeroso guerrero, sacrificando un brazo ataste al gran mal hasta
los tiempos del Ragnarok, por tu inmensa bravura te pido hagas lo mismo con la
bestia delante de mí”-.
Cadenas
aparecieron de la nada y se enroscaron alrededor del cuerpo del lobo
inmovilizándolo por completo. El profesor solo se quedó observando
detenidamente las acciones de su alumno.
El
joven se acercó hasta poner su mano en el cuello de la bestia, y con la otra
ágilmente clavo la daga en un costado.
Los
demás estudiantes no sabían como responder. Inmediatamente las carcajadas de
Zinn Pert llenaron todo el lugar.
-Jajaja.
¡Matar al animal para sacarlo de su miseria, ¿Ese era tu plan?! ¡Cualquiera
podría haberlo hecho!-.
Dicho
eso continuó riendo, mientras sostenía su inmensa barriga. Jean decidió
ignorarlo y unos segundos después retiró la daga del cuerpo de la bestia y se la
mostró al profesor.
La
hoja de la daga ahora emanaba una luz color ámbar oscuro.
-Profesor.
Este es el segundo método, y a pesar de las apariencias no tomé la vida del
lobo, le aseguro que ni siquiera podrá encontrar la herida de entrada. Puede
verificarlo usted mismo-.
El
educador se movió para verificarlo y después de constatar que las palabras de
Jean eran ciertas, tomó otra codorniz de la caja. Jean viendo la intención del
hombre, inmediatamente liberó al lobo de sus cadenas.
El
profesor le arrojó el alimento por segunda ocasión, y como en la vez anterior
el lobo la atacó sin desperdiciar ni un segundo. En ese momento todo esperaban
que el alimento se transformara en ceniza,… eso nunca pasó. El mismo lobo al
darse cuenta de esto, soltó un nuevo aullido pero este era distinto, estaba
lleno de alivio y felicidad. Enfrente de todos devoró su comida, una que había
tardado en llegar por muchos, muchos días.
Wolvi
Licaon vio todas las acciones de Jean sin despegar la mirada, cuando él atacó al
animal con su daga, ella realmente pensó que lo hizo para sacar al animal de su
miseria. Nunca pensó que realmente lo liberaría de su maldición. Ahora mismo
tenía ambas manos cubriendo su boca, algunas lágrimas caían desde sus ojos. No
podía contener sus emociones.
-Jean
Nox Crow, por favor explícanos ¿Qué fue lo que hiciste?-.
-Transformé
mi daga en un arma fantasmal, de esa forma pude atacar el alma del lobo sin
dañar su carne, después absorbí en la daga la maldición que estaba dentro de su
alma-.
-¿Arma
fantasmal? ¿Absorber la maldición? Nunca había escuchado de tal cosa. Pero como
dice el dicho siempre se aprende algo nuevo-.
-Profesor ¿puedo hacerle una pregunta?-.
-Adelante,
si puedo responderla lo haré-.
-¿Estaba
intentando crear un Inukami?-.
-Efectivamente-.
-En
ese caso, ahora que este lobo está libre de la maldición, si usted quisiera ponerla
nuevamente, el animal no soportaría el proceso. Me temo que he arruinado su
trabajo-.
-No
del todo, siempre puedo conseguir otro ejemplar-.
-Ya
veo, coincidentemente yo estaba buscando un perro o en este caso un lobo, para
transfórmarlo en un Fidelis Canis, pero para ello necesito que el animal este
sumamente agradecido conmigo para que funcione. Creo que este ejemplar cumple
con los requerimientos necesarios-.
-No
sé qué es un Fidelis Canis, pero dado que ya no me sirve más puedes
quedártelo-.
-Muchas
gracias profesor. Sin embargo me enseñaron a nunca aceptar algo sin dar otra
cosa a cambio. Si usted está de acuerdo puedo crearle un Komainu como intercambio por el lobo, y
también como una disculpa por arruinar su trabajo. Un Komainu es mucho más
poderoso que un Inukami-.
-¿Un
Komainu? ¿Acaso eres un fabricante de familiares?-.
Jean
respondió con confidencia.
-Conozco
una o dos cosas-.
-Ok,
me parece un buen trato. Jean Nox Crow. Esperaré con ansias ver tu trabajo-
El
profesor de Maldiciones, decidió grabar perfectamente el nombre de este
estudiante.
La
clase continuó por un tiempo más, a su final Jean ató nuevamente al lobo, y
cargó la jaula, llevándolo a su laboratorio. El profesor le regaló la jaula
junto con la caja que contenía algunas perdices.
En
todo el camino Wolvi Licaon le acompañó en silencio, muchas veces quiso
hablarle, ya sea para preguntarle el porqué de sus acciones o simplemente para
agradecerle que haya salvado al animal pero las palabras no salían de su boca.
Ella
también sabía que el profesor Ster ya no intentaría hacer lo mismo con otro
lobo, ya que Jean le había prometido algo mejor, un familiar creado a partir de
materiales inertes en vez de seres vivos. ¿Qué era un fidelis Canis?, eso no lo
sabía, pero estaba segura que Nox no albergaba malas intenciones para con el
pobre animal.
El tiempo de receso entre
clases pasó rápidamente, Jean y Wolvi regresaron a la Academia, no sin antes
liberarle del conjuro de atadura y dejarle abundante comida al famélico lobo.
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-Sina necesitamos hablar, no
me iré de aquí hasta que me escuches-.
La bella mujer elfo estaba
confrontando a su hermana mayor en la oficina del director.
-¡Nada de eso! ¡¿Qué quieres
de mí? ¿Qué les dé mi bendición?!-.
-¡Por veinteava vez, No es
lo que crees!-.
-¿Y entonces que es?
¿Quieres hablar sobre si será niño o niña?-.
-¡Maldición eres una persona
muy terca, nunca confías en mí!-.
-¡Y es obvio el por qué! ¡Fui
a llevarte el desayuno y te encontré con él en la cama, yo no estoy mal aquí,
la que está mal eres tú!-.
-¿Y cuál es el problema? ¡Ya
estoy lo suficientemente grandecita como para hacer lo que quiera! ¡Además
nuestro padre conoció a tu madre cuando ella era solo un estudiante!-.
La directora recibió un duro
golpe, por un momento no sabía que responder.
-Bueno..eso…eso es verdad.
¡Pero, esos eran otros tiempos!-.
-Las leyes naturales son las
mismas sin importar el paso del tiempo-.
-¡No y no!, nuestro padre
esperó a que mi madre terminara la escuela-.
-Tu madre era muy
inteligente y avanzó un grado o dos antes de entrar a esta Academia, cuando
terminó tenía 16 años y 17 cuando naciste tú. ¡Yo ya tengo casi un siglo de edad!-.
La anciana semielfo recibió
otro duro golpe.
-¡Pero ellos intercambiaron
sus votos de amor cuando ella cumplió la mayoría de edad! ¡Y ese sujeto…Jean
Nox Crow solo tiene 16 años! ¡Es decir es menor de edad!-.
-¡En ese caso yo hice mal y
debo tomar la responsabilidad por mis acciones! ¡Él es inocente en cualquier
caso! ¡Afortunadamente el embarazo de un elfo dura casi un año, fácilmente
puedo esperar a que cumpla 17 años y casarme después!-.
Sena Seyd ante la actitud de
su hermana mayor olvidó por completo que estaba ahí para hablar la verdad, pero
en su lugar decidió mostrar su faceta rebelde, estaba realmente muy molesta.
Por tercera vez la directora
recibió un gancho al hígado.
-No estarás hablando en
serio…-.
-Tú que crees-.
Sina Seyd comenzó a reír
como lunática.
-Jajaja. Sabes Sena… ¡No habrá boda si no hay novio!
¡Me desharé de ese infeliz! ¡Ahora mismo me percaté de que ha regresado a los
dormitorios!-.
Con eso dicho la directora
salió corriendo de su oficina, con la intención de aniquilar a Jean.
Sena se dio cuenta de que
había ido demasiado lejos y quiso detenerla.
-¡Espera hermana! ¡Solo
estaba bromeando! ¡No pasó nada entre él y yo!-.
Sus palabras no llegaron a
oídos de la directora. La anciana mujer llegó y derribó la puerta del
dormitorio de Jean y comenzó a buscarle.
-¡Donde estás canalla!
¡Entrégate de una vez!-.
Al no ver a su presa dentro
de la habitación, la directora se asomó por la ventana y continuó sus ataques
verbales
-¡Cuando termine contigo te
arrepentirás de haber tocado a mí preciosa hermanita!-.
Afortunadamente Jean pudo
escapar de las garras de su ¿cuñada? justo a tiempo.
jjajajajaj pobre jean la tiene difícil con las mujeres?
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