Hola amigos aquí les dejo el capitulo de esta semana, espero les guste.
Nota; a partir de este capitulo quiero mencionar que pongan más atención con las fechas para evitar confundirse en algunos momentos de la historia.
Capitulo III
"Ambición"
T
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odos los humanos presumen
sin cansancio que son la raza más evolucionada que habita este planeta. ¿Qué
tan sobrevalorado estamos los seres humanos? ¿En realidad cuanto valemos?
Los humanos somos seres
capaces de engañar, traicionar, asesinar por nuestro propio bienestar. Siempre
ocultamos nuestras verdaderas intenciones detrás de palabras hipócritas. ¿Y que
sucede si al final de todo nuestra especia fue destinada a la autodestrucción?
Desde la antigüedad cientos de guerras han sido desatadas con el único fin de
probarle al mundo lo superiores que eran ante los demás.
Ahora no tengo nada que
ofrecer al mundo, más que estas simples palabras. No teman a nadie, luchen por
lo que crean correcto aunque sus ideales sean incorrectos, después de todo muchos
tratan de hacer prevalecer lo que ellos llaman incorrectamente justicia, pero
¿En realidad es correcta y justa? ¿Por qué no simplemente toman la justicia con
sus propias manos? ¿Eso te convierte en malo? Que puedes perder si ya te
quitaron todo, tu libertad, tu orgullo, tu esperanza.
Muchos hombres se han aburrido
del monopolio mundial, se han revelado contra el mundo desatando guerras y
trayendo consigo muertes. ¿Porque tacharlos de malos? Ellos simplemente se
aburrieron de la injusticia en la sociedad. ¿Por qué detestar a los hombres
valientes que dijeron lo que pensaban? ¿Los odian por asesinar personas? Si no
sacrificas peones jamás llegaras al rey.
Algún lugar en el océano.
28
de noviembre del 2026. 07:00 am.
Han pasado tres días
desde que Japón desapareció completamente del mapa, nadie conoce quién fue el
responsable. Todos los países empiezan sus investigaciones intentando encontrar
el culpable de aquel ataque tan potente. El mundo esta en pánico, todos los
países están en alerta roja, la seguridad en todo el mundo ha aumentado.
—Jovencito despierta ¿Sigues
vivo?
Dimitri abrió lentamente
los ojos después de haber dormido por varios días. Los rayos del sol entraban
por una ventana del lado derecho de la habitación los cuales apuntaban hacia su
rostro. Frente a él se encontraba un anciano que llevaba puesto un sombrero de
paja. Estaban en una cabaña de madera.
— ¿Quién eres tú? ¿Dónde
estoy? –Dimitri aún estaba desorientado, después de todo lo último que recuerda
es aquella explosión.
—Mi nombre es henzai zuru
soy pescador, vivía en Japón. Estaba en el mar cuando observé a lo lejos una
gran explosión, regresé con mi barco lo más rápido que me fue posible, sin
embargo fue demasiado tarde. –El anciano dejó caer una lágrima, se quitó el
sombrero como símbolo de respeto para los fallecidos.
—Gracias por salvarme
¿Dónde estamos? ¿Cómo logró encontrarme?
—Te encontré flotando en
el mar mientras buscaba algún sobreviviente. Te recogí de inmediato. Después de
navegar por más de veinticuatro horas encontré esta isla desierta. La busque en
todos los mapas que poseo, tal parece que es una isla virgen ya que no aparece
en ninguno de ellos. Han pasado casi tres días desde que te encontré, ya me
estaba preocupando, pensé que no despertarías. —El anciano sonrió amablemente
al joven, parecía aliviado.
Sin decir más, Dimitri se
levantó lentamente de la cama, aún no se había recuperado de sus heridas
causadas por el cáliz. Camino lentamente y con dificultad hacia la puerta de la
cabaña para observar la playa, las palmeras y el gran océano frente a él. Aquel
anciano estaba diciendo la verdad sobre la isla.
— ¿Belzebuth, estas bien?
¿Conoces nuestra ubicación actual?
—No importa donde estemos,
eres un maldito estúpido. Destruiste por completo Japón, has asesinado al
demonio que se encontraba ahí. Despídete de tus recuerdos. –Belzebuth estaba
molesto, pero tenía razón. Dimitri ha perdido la oportunidad de recuperar sus
recuerdos.
Dimitri camino hacia la
playa mientras la brisa le acariciaba el rostro. Cerró los ojos dejándose
llevar por la calma y tranquilidad del lugar.
—No te preocupes por esas
pequeñeces, he podido recordar muchas cosas. Nada esta perdido, estoy seguro
que lograré recordar más cosas de mi pasado durante el juego. Espero…
Belzebuth estaba sorprendido por la actitud tan
relajada del chico. Era diferente. El Dimitri que conocía estaba desesperado
por conocer más de su pasado, pero ahora todo eso parecía no importarle.
—Si esa es tu decisión
está bien. Ahora que ya no existe ese demonio que nos ayudaría a recuperar tus
recuerdos deberíamos buscar por nuestra cuenta los tesoros faltantes. Debería
ser todo más fácil ahora que tienes el poder del cáliz. –Belzebuth se había tranquilizado.
— ¿El poder del cáliz?
Creí que se había destruido con la explosión. Además aunque quisiera poder usar
de nuevo el poder, no es como volver a despertarlo. De hecho no se si aún
existe tal poder dentro de mí. –Dimitri se acostó bajo la sombra de las
palmeras mientras admiraba aquel cielo azul despejado de nubes.
Se escucharon pasos
detrás del chico, al girar observó al anciano que se acercaba lentamente hacia
él. En su mano derecha sostenía un collar con un colgante en forma de cruz
invertida de color dorado. El anciano lo miró a los ojos mientras le sonreía
amablemente.
—El poder del cáliz aún
existe en el mundo ¿Quieres volver a usar dicho poder?
Dimitri estaba confundido
por las palabras del anciano. Se apoyo de la palmera para colocarse nuevamente
de pie.
— ¿Cómo conoces el cáliz?
¿Has visto mi pelea en Tokio? Creí que habías dicho que estabas en el mar
cuando sucedió la explosión.
El anciano extendió su
mano entregándole el collar.
—Toma este collar, es
tuyo. Lo traías puesto cuando te rescate en el océano. El collar contiene
dentro todo el poder destructivo y demoniaco del cáliz.
— ¿Qué intentas decir? El
cáliz fue destruido.
—El cáliz no puede ser
destruido por una explosión tan insignificante. Este collar es su forma activa,
mientras lo lleves puesto tendrás el poder del cáliz cada vez que lo necesites.
—Aún no respondes mi
pregunta ¿Cómo conoces la existencia del cáliz? –Dimitri continuó insistiendo.
— ¿Cómo lo sé? Yo estuve
en el lugar de los hechos, la batalla que tuviste contra la organización, tu
transformación en el demonio de fuego, tu repentina explosión. Todo eso lo
observé. Sé más de ese cáliz que cualquier demonio en este mundo.
El chico no tenía idea de
cómo responder ante esto. Era imposible haber visto lo ocurrido en Japón y aún
continuar vivo.
—Creí que habías dicho
que estabas en el mar ¿Por qué mentir? –Dimitri comenzaba a ponerse nervioso.
—Soy alguien que jamás
mentiría por algo tan insignificante. En realidad estuve en el mar, así como
también en Tokio y en todo el mundo a la misma vez. Se también que estabas en
ese lugar para poder recuperar tus memorias perdidas y ahora te has resignado a
recordar todo ya que asesinaste al demonio que se encontraba en el bosque de
Aokigahara. Podrás engañarte a ti mismo, pero a mí jamás podrás hacerlo. –El
anciano seguía sonriendo.
—Nada de lo que me dices
tiene el mayor sentido ¿Cómo es posible estar en varios lugares a la vez?
—Lo entenderás con el
tiempo.
La conversación había
terminado; el anciano camino lentamente, adentrándose en la isla, alejándose de
la playa. Sorprendido por las palabras del anciano lo siguió lo más rápido que
el cuerpo se lo permitía.
La caminata duró lo
suficiente como para que el cuerpo de Dimitri comenzara a sentir los estragos
que había hecho en él aquella explosión.
Su recorrido los había
llevado a un bosque repleto de animales. En la lejanía se observaba una
montaña. Tal parece que el destino final del anciano era aquel lugar. A medida
se acercaban más, la temperatura comenzaba a descender, estaba tan frió que el
cuerpo de Dimitri comenzó a temblar. El frío no parecía afectarle al anciano.
El recorrido había finalizado justo al pie de la montaña.
El anciano miró fijamente
los ojos del chico, era una mirada tan profunda que parecía como si estuviera
tratando de ver el alma de Dimitri.
—Seré completamente
sincero contigo, pero antes necesito saber algo ¿Aún estas dispuesto a
recuperar tu pasado?
— ¿Lo dices enserio anciano?
¿Es posible poder recuperar mis recuerdos?
El anciano hizo caso
omiso a las preguntas de Dimitri.
—En la cima de esta
montaña se encuentra una cueva muy particular, es conocida como "La cueva de las revelaciones" esta
cueva puede ayudarte con tu problema. En la antigüedad los humanos llegaban de
todas partes para que la cueva
respondiera a todas sus preguntas por medio de visiones del pasado y
futuro.
— ¿En realidad existe tal
cueva? ¿Me mostrara mi pasado?
—Claro, pero como todo lo
bueno también hay un riesgo. Las visiones provocadas por la cueva son demasiado
reales que olvidaras por completo que estas en ellas. A lo largo del tiempo muchas
personas han entrado buscando respuestas pero muy pocos logran salir. Quedan
atrapados en las visiones y jamás despiertan.
Dimitri había quedado sin palabras, su cuerpo
estaba frió y esta vez no era por la temperatura del lugar. El miedo había
invadido su cuerpo ¿En realidad tomaría este riesgo para poder recuperar sus
recuerdos?
Después de unos minutos
logró tranquilizarse. Parecía decidido, no discutió más con el anciano e
ignorando el dolor en todo su cuerpo inicio su recorrido hacia la cima de la
montaña.
Llega a la cima de la
montaña después de haber escalado durante varias horas, su cuerpo estaba a
punto de rendirse. En la cima se encontraba una cueva sellada por una gran
puerta hecha de piedra en ella habían esculpido figuras en forma de ángeles y
demonios. Justo en el medio estaba escrita la palabra "Omnipresente". Abrió la puerta con dificultad,
cansado por el viaje, se internó en la cueva.
El chico estaba dentro
por fin, las puertas comenzaron a rechinar hasta que se cerraron por completo dejando
únicamente oscuridad en el lugar. Dimitri cae desmayado.
Alemania. Escondite de la
organización amanecer.
27
de noviembre del 2026. 09:00 am.
Marianne despierta
después de estar dos días inconsciente. Ian esta sentado en una orilla de la
cama esperando a que la chica abriera los ojos. En su rostro se observa un poco
más de alivio. Antes de que las palabras pudieran salir de sus bocas alguien los
interrumpe entrando a la habitación.
Hace una reverencia ante
el joven rubio. No pierde el tiempo en halagos. Les informa lo importante que es
encender la televisión en este instante. Todos los canales mostraban el mismo
anuncio.
“Algo peor que la catástrofe de Japón está
próximo a ocurrir, a las veinte horas será revelado.”
El hombre hace nuevamente
una reverencia antes de retirarse de la habitación dejándolos solos nuevamente.
Marianne no le toma importancia al anuncio, sin embargo Ian no había dicho
ninguna palabra, era difícil descubrir en que estaría pensando al ver dicho
mensaje.
— ¿Qué opina, mi señor
Ian? –la chica se sienta cuidadosamente en la cama después de haber dormido por
dos días.
El líder de la
organización observa cuidadosamente a la chica mientras le sonríe de una forma
burlona. Se sienta a su lado rodeándola con el brazo.
—No sé de qué se trate
esto, pero no debemos confiarnos. En
este momento nuestro único enemigo al que debemos temer es Dimitri.
— ¿Cree que ese chico de
ojos rojos este detrás de todo esto?
— ¡No! El posee una de
los tres tesoros, sin embargo este anuncio no es su estilo. Estoy seguro que
alguien más esta detrás de esto.
—Tiene razón amo. –la
chica acuesta su cabeza en el hombro de Ian. Su rostro comienza a sonrojarse.
Ambos se miran a los ojos
por unos segundos. Marianne es besada sorpresivamente por Ian. Después de unos
minutos la chica es recostada nuevamente dejándola indefensa. En un movimiento
fugaz y muy hábil Ian le desabrocha la camisa y el sostén dejando ver sus
pechos los cuales son manoseados casi de inmediato. Ambos cuerpos estaban
listos para entregarse el uno al otro. Marianne había quedado completamente
desnuda, las ropas salieron volando de la cama. Ian beso cada parte del cuerpo
de la chica sin dejar ningún espacio libre de sus besos. Ambos estaban
desnudos, ardiendo en pasión y lujuria. Ian le susurró al oído mientras una sonrisa
aparecía en su rostro. —Te concederé lo que me haz pedido durante mucho tiempo,
es hora de que hagas feliz a tu amo— Tras escuchar aquellas palabras, su rostro
se sonroja una vez más. Dejándose llevar por el momento y sin decir más, ambos
cuerpos se volvieron uno, dejando escapar suaves gemidos de placer.
Estados unidos.
Laboratorio de investigación Hawk.
27
de noviembre del 2026. 03:00 pm.
Una empresa médica había
sido convencida de patrocinar una nueva vacuna que sería capaz de regenerar
partes del cuerpo. Las investigaciones y el proyecto estaban siendo dirigidas y
supervisado por el Dr. Phillips Benson. Un hombre de cabello negro, tez clara
(casi pálida) alto y delgado. Usaba lentes pequeños y delgados, los cuales lo
hacían ver muy bien. Su rostro mostraba agotamiento, era mayor de treinta años.
El doctor Benson se
encuentra en su oficina terminando de hacer todo aquel aburrido papeleo hasta
que es interrumpido por el sonido del toque de su puerta. Entra a la oficina su
asistente.
—Doctor Benson, alguien
acaba de llegar y desea hablar con usted ¿Le digo que en este momento no lo
puede atender?
— ¿Quién me busca? ¿No
dijo su nombre?
—No quiso decir su
nombre, pero me dio un extraño mensaje para usted, dijo que saludara ha Astarot de su parte y que usted entendería.
Aquel hombre había
captado la atención de Phillips. Escuchar el nombre de su demonio acompañante lo
hizo comprender que aquella persona era uno de los jugadores.
—Dile que entre de
inmediato— su rostro estaba pálido, parecía preocupado.
La espera se hacía cada
vez más grande, después de todo, la seguridad en el laboratorio era
extremadamente alta y antes de dejarlo pasar tenían que registrarlo por
completo. Phillips comenzaba a inquietarse, su mayor pregunta era ¿Quién de los
jugadores estaría por llegar? En ese momento la puerta se abrió, dejando ver a
un hombre de tez blanca, cabello café oscuro y ojos verdes. No parecía ser
mayor que Phillips, parecía tener veinticinco años a lo mucho. Vestía ropa elegante,
su cabello y manos bien cuidadas, era bien parecido. Caminó hacia Phillips con
una sonrisa en su rostro mientras alzaba su mano para saludarlo.
—Hola Phillips ¿o debería
llamarte jugador número tres?
— ¿Cómo lo sabes? ¿Cuál
jugador eres? —Phillips estaba confundido, era difícil de creer que la persona
que tenia frente a él fuera uno de los jugadores.
—Tal como creí, aún no
conoces las identidades de los demás jugadores.
Alemania, escondite de la
organización Amanecer.
27
de noviembre del 2026. 10:00 am.
Ambos habían terminado
satisfechos. Reposaron sobre la cama por varios minutos. Marianne intenta abrazarlo. En un movimiento
rápido se aleja de ella, parecía molesto por el intento de abrazo de la chica.
— ¿Qué demonios intentas
hacer? No te atrevas a abrazarme de nuevo.
—Amo, creí que por fin me
había aceptado como su novia. Pensé que por ese motivo me había hecho el amor.
— ¡No digas estupideces, idiota!
Jamás serias algo tan cercano para mí, simplemente eres mi mujerzuela y tu
cuerpo es lo único que me interesa de ti. Te respetaría un poco si hicieras
algo bien, ¿Cómo quieres que te respete? Me has decepcionado demasiado, haz
dejado que Dimitri asesinaran a toda
tu división.
Marianne intenta no llorar, sin embargo las lágrimas
brotan de inmediato. Ian continúa.
—Soy hombre, tengo
necesidades, Tú eras la mujer más cercana. No te creas alguien especial. Si no
hubieras estado aquí, seguramente hubiera tomado a cualquiera.
Marianne se sentía sucia, usada, engañada.
Intentó con todas sus fuerzas no llorar. Se vistió rápidamente escapando de la
habitación con la poca dignidad que aún poseía. No hubo reacción por parte de Ian, no le
importaba en lo absoluto.
Estados unidos.
Laboratorio de investigación Hawk.
27
de noviembre del 2026. 03:10 pm.
— ¡Aún no respondes mi
pregunta! ¿Quién eres? —Phillips estaba comenzando a molestarse.
—Mi nombre es Anthony
Hawkins. Soy el jugador número dos —la
sonrisa se hizo más grande aún, parecía disfrutar ver el rostro molesto de
Phillips.
— ¿Qué quieres de mí?
¿Por qué te presentas aquí? ¿Acaso haz olvidado nuestro trato? No iniciaremos
el juego hasta que termine el lapso de dos años.
Anthony comenzó a reírse mientras tomaba
asiento. Se tranquiliza casi de inmediato. Observa a Phillips detalladamente.
Después de unos segundos comienza con la charla.
—Estoy aquí porque quiero
hacer un trato contigo. He vigilado a cada uno de ustedes y conozco muy bien
sus posiciones actuales. También estoy informado de lo que estas haciendo, me
refiero a la vacuna que puede hacer que un humano logré regenerar partes del
cuerpo. —Cruza las piernas mostrando tranquilidad en cada palabra que sale de
su boca —No estoy interesado en el motivo del porque lo haces, solo quiero
ganar este juego y para ello necesito hacer una alianza contigo.
— ¿Estas siguiéndonos a
todos nosotros? ¡Eso es romper el
acuerdo!
—Jamás he roto nuestro
acuerdo. Yo no lastimare a nadie hasta que se hayan cumplido los dos años. ¿Qué
me dices uniremos nuestras fuerzas como en los viejos tiempos? —la sonrisa de
Anthony era imposible de ocultar.
— ¿Viejos tiempos? Jamás
he trabajado contigo y supongo que jamás lo haré. No estoy interesado en el juego, mi vacuna es para ayudar a todas aquellas personas que han perdido
partes de su cuerpo en las catástrofes de hace un par de años. Estoy en este
mundo para expiar mis pecados— Phillips se levantó de su asiento. Estaba
furioso.
—Tal parece que no lo
recuerdas, no es importante después de todo. Esta bien Phillips, estaba seguro
que no seria fácil de convencerte, sin embargo he venido preparado— se levantó
igualmente de su asiento, sacó un cheque de su bolsillo y lo dejó caer en el
escritorio.
—Ninguna cantidad de
dinero, haría que yo hiciera una alianza contigo.
—No te apresures con tus
palabras, mira la cantidad escrita en el cheque. ¡Ah! Olvide decírtelo, yo soy
el dueño de este laboratorio y tu principal fuente de dinero. Creo que estas en
mis manos. ¿Qué harás? Si te niegas no tendrás manera de poder seguir con tu
investigación.
— ¡Maldito bastardo! —golpeó
su escritorio con todas sus fuerzas. Aquella sonrisa de victoria en Anthony lo
estaba volviendo completamente loco. Anthony había logrado ganarle sin pelear —No
tengo opción, acepto.
— ¿Por qué tan triste? —Anthony
no paro de reír durante varios segundos hasta que logró calmarse. Continuó
hablando —No será tan malo, mi objetivo principal es hacer que ambos lleguemos
al final del juego. Acabaremos con los otros dos jugadores.
— ¿Qué pasara cuando solo
quedemos nosotros dos? —Phillips seguía molesto.
—Cuando lleguemos al
final de este juego lucharemos de una forma justa, como caballeros que somos,
lo prometo. Soy hombre de palabra ¿Acepta, Dr. Phillips?
No tenia nada que pensar,
estaba arrinconado, Anthony había pensado en todo para doblegarlo. Una vez más
golpea su escritorio por el coraje que sentía al no poder hacer nada en contra.
—Hare una alianza
contigo. Te advierto que si descubro que tratas de traicionarme te asesinare
sin pensarlo. ¡Soy más fuerte de lo que aparento!
— ¡Tenemos un trato! —Anthony
sonrió una vez más proclamando así su victoria mientras estrechaba la mano de
Phillips.
Tener una alianza al que
fue forzado no era una buena señal, Phillips estaba seguro que en cualquier
momento Anthony intentaría acabar con él. En estos momentos estaba a merced de
los caprichos de aquella persona. Phillips
respira hondo intentando calmarse. Toma asiento una vez más y exige algunas
explicaciones.
—Ahora que hemos unido
fuerzas necesito conocer tu plan para mantenernos vivos hasta el final de
juego.
El joven de cabello negro
observó por última vez a Phillips. Sin decir más salió de la oficina, no sin
antes entregarle un sobre de color rojo. Espero a que Anthony se marchara del
lugar y asegurando la puerta para evitar que alguien entrara abrió dicho sobre.
Dentro contenía un mapa cuidadosamente doblado, seguido de una carta la cual
daba explicaciones del plan.
“Lamento haberme marchado sin decir
nada, pero no podía hablar contigo en persona sobre el plan, sería muy
arriesgado que alguien nos escuchara.
Estoy consciente de que estas
trabajando en una vacuna sorprendente y sé que estas usando tu propio ADN
contaminado con el anillo demoniaco para producirla en masa. Debes ir a la
dirección señalada en el mapa que está dentro del sobre, te explicare todo lo
que quieras cuando llegues.”
Después de leer la carta Phillips había quedado sin palabras. Había
subestimado la situación en la que se encontraba. Había sido demasiado
descuidado como para que Anthony descubriera el secreto de su vacuna. Su
sangre.
Tenía muchas preguntas
que hacerle. Sin perder más tiempo Phillips se pone en marcha hacia la locación
señalada en el mapa.
Alemania, escondite de la
organización destello.
27
de noviembre del 2026. 07:45 pm.
Han transcurrido diez
horas desde que el mensaje televisivo fue visto por el jugador número cuatro. A
pocos minutos de que empiece la transmisión Ian se dirige a toda velocidad al salón principal de la organización y
ordena a todos sus miembros reunirse. Sintonizan el canal y esperan impacientes.
Marianne entra al salón segundos
antes de que empiece la transmisión, aún triste por lo ocurrido prefiere
mantener distancia.
El mensaje no era una
broma. Exactamente a las veinte horas la transmisión inicio, todas las
televisoras y estaciones de radio habían sido tomadas por alguien desconocido. En
todo el mundo lo único que se transmitía era este mensaje. La interferencia dio
la señal de inicio. La interferencia se detuvo tras varios segundos. Un hombre
con capucha azul y una máscara blanca que tenía justo en medio el número cero
se dejó ver en todo el mundo.
— ¡Buenas noches mundo! Es
el momento que han estado esperando. Se preguntaran porque estoy haciendo esto
¿Cierto? ¿Cierto? ¡Estoy seguro que se lo preguntan! —El encapuchado parecía
estar emocionado y a la vez un poco loco —Este mundo ha llegado a un punto
muerto donde nadie puede ser salvado. Mi intención no es declarar una guerra
contra el mundo, después de todo, una guerra significaría que ustedes tienen
oportunidad de ganar— Su carcajada se escuchó en todos los televisores y radios
del mundo —simplemente estoy informándoles que sus días están contados. ¿Por
qué? ¡Por qué me fascina ver la desesperación y el miedo en las personas! —Su tono
de voz se vuelve más animado —Todo el mundo es mi rehén y hagan lo que hagan no
podrán encontrarme, ni enfrentarme, soy la reencarnación del mal, pude destruir
a Japón en segundos y no dudaré en hacer explotar todo el mundo. ¿Querían
encontrar al culpable? ¡Aquí lo tienen! ¿Qué harán al respecto? —su
personalidad cambio nuevamente, su risa estaba descontrolada, estaba
disfrutando el momento— ¿Tienen miedo?
¡Sé que tienen miedo! ¿Quieren matarme cierto? ¡Tienen exactamente un mes para
intentar salvarse!
El mundo se había vuelto
loco, era demasiado con la destrucción de Japón y ¿Ahora hay más de que
preocuparse? Era demasiado malo como para ser verdad. Un demente estaba
amenazando al mundo. La transmisión continúo.
—El veintisiete de
diciembre desataré un virus tan poderoso que será imposible curar. Se los
repetiré una vez más ¡Intenten detenerme si pueden! —la transmisión termina.
Los miembros de la
organización Amanecer y su líder el jugador número cuatro han quedado atónitos.
Marianne se marcha del salón sin ser
notada.
Ian se coloca de pie y ordena avisarles a todos los miembros que
existen esparcidos en el mundo de una reunión de emergencia que será llevada a
cabo en el escondite de Francia dentro de tres días. El joven se marcha del
salón de inmediato, dirigiéndose a la recamara.
Entra a la habitación
intentando tranquilizarse un poco, necesitaba pensar con claridad. Sentada en
el borde de la cama se encuentra Marianne. Lo mira fijamente a los ojos intentando
dejar de lado el problema ocurrido por la mañana.
—Era Dimitri sin ninguna
duda ¿Cierto? —Marianne lanzó una mirada fría.
—Era la capucha y la máscara
de él, no hay duda de ello. Parece ser que Dimitri trata de entrar al juego de
forma llamativa, aunque no entiendo exactamente su objetivo. ¿Qué gana advirtiendo
al mundo? ¿Intenta decirnos a todos los jugadores que él ha regresado? No
entiendo.
— ¿Qué harás? ¿Esperaras a
que libere el virus para asegurarte que va en serio?
— ¿Estás loca? No puedo
arriesgarme a perder a miembros de la organización. Dimitri tiene el poder del
cáliz, no podemos tomarlo a la ligera.
—Es mejor dormir por el
momento— la chica se acostó en la cama dándole la espalda.
—Tienes razón, mañana
será un día muy largo— una sonrisa se dibujo en el rostro del jugador
28
de noviembre del 2026. 05:00 am.
Al día siguiente el
jugador número cuatro despertó temprano, se dirigió hacia una caja negra situada
en una esquina de la habitación sin despertar a la chica. Dentro de la caja se
encontraba una llave dorada, la tomó de inmediato, sus manos temblaban por
algún motivo. Las miró por unos segundos mientras pensaba en miles de cosas a
la vez. Despertó a Marianne tomándola del brazo y la arrastró con él sin
decirle alguna palabra. Ella no se opuso en lo absoluto, su rostro estaba
ruborizado, y aunque tenia claro que solo era utilizada, no le importaba, lo
amaba y lo seguirá al mismo infierno si fuera necesario.
Bosque de Hoia Baciu.
Rumania.
28
de noviembre del 2026. 12:30 pm.
Después de haber viajado
por más de un día Phillips logra llegar al lugar donde se encuentra Anthony. Un
bosque igual de temido que el triangulo de las bermudas. Donde nadie nunca
podría encontrarlo. Una cueva oculta entre toda la espesura del bosque. Un
gigantesco bosque lleno de misterios. Era como una fortaleza en la cual nadie
se atrevería a entrar.
Phillips fue advertido
por los habitantes de las zonas cercanas acerca del bosque, sin embargo él
poseía un demonio consigo, no encontraba razón para temer. Tras internarse al
bosque y pasar horas intentando encontrar la cueva empieza a cansarse, su
cuerpo no es tan resistente de cómo era antes. Los rumores acerca de
actividades paranormales en el lugar eran completamente ciertos. Risas sin
dueños, personas sin rostro, animales jamás vistos, todo era real, si Phillips
no lo estuviera observando con sus propios ojos lo creería. Encuentra la cueva
minutos después.
Entra cuidadosamente, tratando
de inspeccionar el lugar detenidamente. En su interior se encontraba un
laboratorio totalmente equipado con las maquinas más modernas, Dentro no
parecía ser una cueva, todo era tan brillante, moderno. Sorprendido al ver la
maquinaria se adentra al lugar.
— ¿Te gusta? Lo preparé
para que continúes con tu investigación. —Anthony aparece detrás de él.
—Jamás hubiera imaginado
esto. —la sorpresa en el rostro de Phillips era claramente percibida.
Anthony se acercó a una mesa metálica, sobre
ella se encontraba un recipiente lleno de sangre. Lo tomó cuidadosamente
dirigiéndose hacia Phillips con una mirada fría. Le entregó la sangre.
— ¿Qué es esto? ¿Por qué
me lo das? —Phillips estaba confundido tras ver la sangre.
—Eso es tu sangre y
también es el comienzo de un mundo nuevo, donde el dolor, ni el sufrimiento
existan. —Anthony mostraba seriedad en sus palabras.
— ¿Nunca has deseado
ganar este juego sin tener que lastimar a personas inocentes? Es decir,
personas que no tienen nada que ver en el juego.
Phillips estaba sin habla.
Cada palabra que escuchaba, él ya la había pensado antes. Era como escucharse a
si mismo. Proteger a los inocentes de este malvado juego. Era como si Anthony
hubiera robado sus palabras.
— ¿Cómo conoces todo eso?
¿Me haz estado espiando? ¿De donde haz sacado mi sangre?
—Soy
dueño de todo el laboratorio donde has trabajado durante casi un año. No fue
difícil.
—
¡Maldito! La robaste. —Phillips intentaba no golpearlo.
— ¿Creíste que me sería
imposible robar una muestra? —el rostro de Anthony estaba serio, no parecía que
se estuviera burlando. Hizo una pequeña pausa seguido de un suspiro —No tengo
ningún motivo por el cual seguir ocultándote esto. Te llame porque se cual es
tu objetivo y quiero ayudarte a cumplirlo… es decir, yo también quiero expiar
mis pecados. —Lo miró directo a los ojos sin dudar ni un segundo, parecía que
estaba diciendo la verdad —Estoy consciente que tu sangre no es suficiente como
para completar tu proyecto, necesitas la sangre demoníaca de alguien más. ¡De
otro jugador!
— ¿Cómo lo sabes, solo yo
sé eso?
—He estado pendiente de
tus proyecto, analice las posibilidades de éxito, llegue a la conclusión que tu
sangre demoníaca no es lo suficientemente poderosa como para completar la
regeneración humana, necesitas otra sangre demoníaca con distinto ADN para
hacerla más potente.
Las palabras de Anthony
lo habían convencido. Phillips comenzó a revelar un poco acerca de su
investigación.
—Estoy creando lo único
que preparara al mundo para este juego que esta por comenzar. Gracias a mi
anillo demoniaco mi sangre fue infectada, siendo esto la clave para la vacuna
que deseo crear. He aislado mi ADN y estoy tratando de mezclarlo con algo que
sea suficientemente capaz de entrar al cuerpo de un humano normal sin que tenga
efectos secundarios. En este caso intentare utilizar tu sangre para las
primeras pruebas de compatibilidad. Así cuando empiece el juego los humanos que
salgan heridos se regeneraran, dándoles altas posibilidad de supervivencia.
Nadie morirá por nuestra causa.
— ¿Qué diferencia existe
entre tu sangre y la de los demás jugadores? —Anthony mostraba bastante interés
en escuchar la respuesta.
Una sonrisa en el rostro de
Phillips se hizo visible. Hizo una pequeña reverencia antes de presentarse.
—Soy el Dr. Phillips
Benson, mi acompañante es el demonio
verde Astarot y mi poder es conocido como la "Regeneración infernal". Cualquier herida o pérdida de
una parte de mi cuerpo será regenerada de inmediato.
—Ahora comprendo, el
poder que te otorga el anillo es la clave para que esto funcione.
— ¡Exacto! Te he revelado
lo más importante del proyecto y de cómo funciona. ¿Me apoyaras? —Phillips alzo
su mano para cerrar el trato, había confiado en aquella persona; el trato fue
cerrado estrechándose las manos entre ellos.
—Si— le sonrió sin
quitarle la mirada.
—Bien, ahora debemos regresar
al laboratorio para hacer las pruebas correspondientes antes que sea lanzada al
mundo.
Un silencio en la cueva
llena de escalofríos el cuerpo de Phillips después de no recibir respuesta de Anthony.
Pasan varios minutos antes de que retomaran la conversación, todo había quedado
en silencio.
—Creo que regresar a ese
lugar no será posible. No puedo permitir que esto llegue a manos peligrosas,
harán muchas preguntas que no podremos contestar con la verdad.
— ¿Qué tratas de decirme?
¿Quieres que trabajemos solos? ¡Eso es imposible! —Phillips comenzó a
molestarse.
Un viento helado cubrió
la cueva, la temperatura comenzaba a descender rápidamente. Las cosas se
volvieron tensas en segundos. Era imposible realizar tal hazaña con solo dos
personas. Quizás imposible no era, pero si se tardarían el triple de lo
planeado.
— ¿No te gustaría
llevarte todo el crédito por este gran avance medico? ¿Ser reconocido en todo
el mundo como un genio en la medicina? Yo no te pido que me des un poco de
crédito, solo deseo mantenernos ocultos hasta que el juego ya haya comenzado.
¿Qué deseas hacer? —No dejaba de verlo a los ojos detenidamente, era como si
deseaba que viera dentro de él y entendiera que no mentía en lo absoluto —Piénsalo
detenidamente, si sigues con ellos tendrás que compartir el crédito, sin
embargo si te unes a mi podrás utilizar estas máquinas que superan a las que
tenias en el laboratorio. El crédito seria completamente tuyo. No solo
expiarías tus pecados, también podrás ser recordado como un salvador.
Dejándose convencer por
Anthony acepta la propuesta de
inmediato, aquellas palabras lo habían hecho darse cuenta de todo lo que podría
ganar quedándose en esta cueva. Este es un gran escondite, ningún jugador podrá
encontrarlo.
— ¡Acepto! Dime algo que
me he preguntado desde que lo mencionaste. ¿Cuáles son aquellos pecados que
deseas expiar?
El rostro de Anthony
decayó de inmediato, parecía triste, su sonrisa cambio en segundos, suspiró
tras una pausa —Asesine a toda mi familia. Descubrieron que estaba involucrado
en varias estafas y asesinatos, no me dejaron otra opción más que acabar con
sus vidas, ellos estaban dispuestos a entregarme a las autoridades— su cuerpo
comenzó a temblar, su rostro estaba pálido, había terror en su mirada. —Desde
que los asesine he querido hacer algo para desaparecer mi culpa, no quiero que
nadie más salga lastimado a causa mía. Con esta vacuna podremos salvar a todas
las personas inocentes y expiar para siempre mis pecados.
—Creo en cada palabra que
me dices y ahora sé que nosotros dos somos los únicos jugadores que aun
mantienen su parte humana. Ambos nos arrepentimos de nuestros pecados. —Phillips
le coloca la mano en el hombro intentando calmarlo.
Alemania, aeropuerto de
Weeze.
28
de noviembre del 2026. 10:30 am.
Después de salir del
escondite alemán, Ian y Marianne se dirigieron al aeropuerto clasificado
como el de menos presupuesto y con la peor seguridad del país, estaban listos
para partir cuando una anciana con un sombrero floreado, vistiendo un atuendo
de seda color verde se le acerca al jugador cuatro mirándolo a los ojos
cuidadosamente como si tratara de recordar donde lo había visto. Tal parece ser
que la anciana logró recordarlo. Se acerca asombrada y entusiasmada.
— ¿Tú eres el nuevo
camarlengo del Papa o estoy equivocada?
Al escuchar la pregunta de
aquella anciana, el rostro de Ian estaba pálido, era como si no quería ser
descubierto, o más bien pasar desapercibido. Tratando de tranquilizarse
respondió a la anciana con amabilidad y ternura.
—Está en lo correcto mi
querida señora. Yo soy el nuevo camarlengo y estoy a sus servicios.
Todas las personas que
estaban a su alrededor lo escuchan, rodeándolo casi de inmediato para tratar de
saludarlo. Estaba llamando demasiado la atención de todos los de seguridad.
Marianne se adelanto tratando de mantenerse desapercibida, no era inteligente hacerse
notar.
Después de unos minutos
logró escapar de la multitud y aborda su vuelo. Dentro del avión encontró a Marianne
sentada mirando por la ventana ignorando la llegada de Ian.
— ¿Por
qué me abandonaste con todas esas personas? Te necesite a mi lado— Se acercó a
la chica sin que lo notara. Susurrándole al oído la toma por sorpresa.
Se sonrojo de inmediato al
escuchar la voz de su amado. Sus esfuerzo por mantenerse fría y alejada no
surgieron resultados.
—No era inteligente estar
juntos, todos hubieran descubierto que estábamos juntos. Recuerda tu posición
en la iglesia. Además… me sentí un poco celosa de todas esas personas
hablándote y tocándote— la chica estaba apenada y sin mirarlo más continúo
viendo hacia la ventana.
—No hay razón para
sentirse celosa, en este viaje tú serás la única chica que tenga mi atención— le
beso el cuello dejándola sin palabras. Haciendo que la mirada de la chica
vuelva a posarse en él.
Después de recibir ese repentino
beso por parte de Ian corre directo al baño en donde se refrescara un poco
tratando de tranquilizar su acelerado y enamorado corazón.
El avión está a punto de
despegar y todos los pasajeros se sientan en sus lugares correspondientes. Marianne llega del baño y observa que Ian tiene la mirada fija en ella. Volviéndose
a sonrojar pregunta.
— ¿Por qué me miras con
tanta insistencia? Es decir, no es que estuviera mal. Compraste todos los
boletos de primera clase solo para estar conmigo a solas, pero aún así pueden
verte y tu puesto en la iglesia estaría en peligro.
—No me importa eso. Algo
no está bien en ti ¿Qué sucede? —no quita su mirada en la chica.
La chica cambia de
actitud e intenta no quitar su mirada de los ojos de Ian.
—Quiero que me digas
¿Porque eres tan dulce conmigo en estos momentos? Ayer dijiste que solo era una
mujerzuela y que no tenía nada de especial ¿Tu cambio de actitud se debe al
destino de nuestro viaje?
Una pequeña sonrisa
aparece en el rostro de Ian mientras acariciaba el rostro de Marianne —Lamento
mucho lo que te dije ayer, sé que eso fue imperdonable y agradezco mucho que sigas
conmigo. Solo quiero recompensarte por todo lo que dije; estaba estresado por la
derrota que tuvimos en Japón— Hizo una pequeña pausa y tomándola de las manos
continuo— ¿Perdonarías a este tonto que no quiere perder lo más importante en
el mundo para él?
Marianne estaba conmovida
por la disculpa sorpresiva, de sus ojos salieron lágrimas de alegría,
rápidamente y sin darse cuenta estaba abrazando fuertemente a Ian. El abrazo
duro varios minutos, no decían nada, aquella muestra de afecto hizo feliz a
Marianne que no había necesidad de decir nada más.
Marianne rompe aquel
silencio y separándose de él para secarse las lágrimas de sus ojos, le responde
con una hermosa sonrisa que solo ella podría darle al dueño de su corazón.
—No te preocupes por eso,
te amo lo suficiente como para perdonarte todo lo que me hagas, solo eso
deseaba escuchar, una disculpa de tu parte.
El avión comenzó a
despegar y ambos continuaron abrazándose sin importarles nada a su alrededor.
El destino del vuelo era Roma.
Bosque de Hoia Baciu.
Rumania.
01 de diciembre del 2026.
08:15 pm.
Han pasado algunos días
desde que la alianza entre el jugador dos y tres comenzó y aún no hay avances en
la investigación, el ADN del jugador número tres continúa mostrando
inestabilidad en los cuerpos humanos normales. Seria muy complicado finalizar
con la vacuna, incluso con la ayuda de Anthony. Comenzaban a dudar de la
posibilidad para lograr realizar aquella gran hazaña.
Anthony escuchó una voz que provenía de su
anillo. Su demonio acompañante había hablado después de tanto tiempo en
silencio.
— ¿Qué es lo que esperas?
¡Creo que ya es momento de preguntarle! —Ball estaba molesto.
No respondió a las
palabras de su demonio, se dirigió hacia donde se encontraba Phillips y tomando
una actitud muy relajada intentó entablar una conversación. Sacó un pañuelo de
su bolsillo y se limpio el sudor de la frente, estaba nervioso.
—Disculpa si soy molesto
con mis preguntas pero me intriga algo. ¿Es posible que esta vacuna funcione
también con personas infectadas por el anillo?
— ¿Te refieres a nosotros
los jugadores? —No recibe respuesta, continua —Me he preguntado lo mismo, sin
embargo creo que cuando logremos estabilizar la vacuna para ser recibida sin
efectos secundarios en los cuerpos humanos normales, talvez podría haber una
posibilidad de que funcione con las personas infectadas por el anillo
demoniaco. —Phillips lo mira intrigado, era muy sospechosa la actitud de Anthony.
— ¿Por qué la pregunta?
—Estos días que he estado
en la cueva me han hecho pensar en cientos de maneras para sobrevivir al juego,
y he llegado a la conclusión de que si hacemos que esta vacuna funcione en mí,
entonces seria nuestro As bajo la manga. Y así ambos sobreviviríamos.
—No estaría mal
intentarlo, pero correrás peligro si no llegase a funcionar, después de todo es
mi habilidad única otorgada por el anillo. No tendría los mismos resultados,
aunque por esta vez las posibilidades están al cincuenta porciento— una ligera
sonrisa se observó en Phillips.
Al escuchar una respuesta
alentadora no logra esconder la emoción
y felicidad que sentía en ese momento. Anthony se dirige inmediatamente a su
habitación sin decir ni una sola palabra, dejando solo a Phillips.
02 de diciembre del 2026.
12:10 am.
Sin poder dormir después
de descubrir algo en su sangre que podría ayudar al avance del proyecto intenta
tomar un pequeño descanso de cinco minutos mientras se prepara para una noche
larga. Phillips escucha una voz saliendo de su anillo, su demonio acompañante Astarot
intenta mantenerlo despierto.
— ¿Confías
en el otro jugador? —el demonio estaba relajado, era muy pasivo.
— ¿Por qué no tendría que hacerlo? Estamos aquí por la misma razón.
—Debo de advertirte que
la reputación de Ball en el infierno no es la mejor de todas. Es muy conocido
por ser el demonio menos leal de todos.
Tras escuchar la
advertencia de Astarot, se negaba a
creerlo. Confiaba en Anthony ciegamente, se había ganado su confianza que ahora
le resultaba difícil creer que lo traicionaría. Tomó la taza de café que
anteriormente se había preparado, se mantenía a la defensiva, era muy extraña
la manera en la que actuaba.
— ¡Cállate! Confió en
Anthony, él jamás podría traicionarme, al contarme su pasado pude ver en sus
ojos que estaba arrepentido de haber asesinado a su familia. Entiendo cómo se
siente, yo también me arrepiento de mi pasado. —Phillips estaba alterado,
llevaba dos días sin descansar.
—Entiendo tu fe hacia él,
sin embargo te advierto que no bajes tu guardia. Cualquiera que haya investigado tu pasado podría manipularte, jugando con tus sentimientos. Debes
poner fin a esta pequeña alianza antes que termines muerto. Ball puede ser muy
convincente y no culpo al humano por estar siendo influenciado en estos
momentos por su demonio. —no parecía alterado, Sidragaso mantenía la calma.
La conversación finalizó
sin más. Estaba claro que no podría continuar esta noche. Se levantó de su
asiento y se marcho a su habitación para descansar lo más que pueda para un día
lleno de trabajo.
05 de diciembre del 2026.
02:05 pm.
Ha transcurrido el día como
cualquier otro, sin avances importantes en la investigación. Desde muy temprano
Anthony se marchó de la cueva antes
que Phillips despertara ¿Dónde estaría?
Una paloma entra a la
cueva llamando la atención de Phillips, el cual se levantó de un salto. Se
acercó al ave después de observar que en su pata derecha tenia atada una nota
que con delicadeza toma sin alarmar al animal, evitando de esta forma que
escapase.
Phillips lee
cuidadosamente la nota.
Su cuerpo tiembla de la
impresión, era una emoción difícil de comprender ¿Estaba asustado? ¿Feliz? La
paloma aprovecha la oportunidad para escapar, asustando a Phillips con el ruido
de las hojas que golpearon la entrada de la cueva. Deja caer el papel al piso
de la impresión. Había sin quedado palabras, el papel podría ser una trampa sin
duda alguna, sin embargo estaba desesperado. Toma su abrigo de inmediato y se
dirige al bosque. Anthony había desaparecido y no era seguro que regresaría
pronto, tenia que tomar esta decisión solo.
En la nota decía:
Sé
cómo completar la vacuna. Ven al lago antes de las cinco de la tarde.
Roma.
4 de diciembre del 2026.
4:00 pm.
Antes que el avión
aterrizara Ian planeó encontrarse con ella el día cuatro de diciembre a las
cuatro de la tarde en una cafetería ubicada en
las afueras de la capital. Después de haber aterrizado ambos decidieron
tomar caminos separados y así pasar desapercibidos, todo tenía que ser perfecto
para realizar su plan maestro.
Ambos se encuentran en la
cafetería según lo planeado. Marianne juega con su cabello, estaba nerviosa por
ver nuevamente al amor de su vida. Llego treinta minutos antes de lo previsto
para asegurarse que su encuentro parezca coincidencia. No logra ocultar su
sonrisa al verlo entrar por aquella puerta, corre sus brazos dándole un
apasionado beso sin pensarlo, echando a perder la posibilidad de que la gente
creyera que su encuentro fue coincidencia.
Ian vestía de lo más
normal, nadie se imaginaria que fuera camarlengo en el Vaticano, esto podría
funcionar. Usaba lentes tan oscuros que le cubrían por completo los ojos, nadie
con excepción a Marianne conocían su identidad. Tras aquel beso inesperado se aleja
de la chica rápidamente, inspecciona que nadie los estuviera observando y se
dirigen a la mesa en el rincón donde nadie podría escuchar lo que ellos hablen.
— ¿Has logrado
identificar los huecos en la seguridad que dejan los guardias? —Ian susurraba.
Sorprendida por la
reacción de Ian tras su beso intenta parecer arrepentida, entendía muy bien que su acto de cariño casi ponía en peligro
todo el plan. Le contesta de inmediato tratando de enorgullecerlo.
—Sí, todo está listo no
habrá fallos en el plan.
Observa el rostro decaído
de Marianne, entendía que en el interior era una tortura para ella actuar de
una manera tan fría. Intenta animarla tomándola de las manos, acerca su rostro al de la chica mientras le
susurra al oído.
—Recuerda que estamos
tratando de pasar desapercibidos, si empezamos a actuar como una pareja
llamaremos la atención y podrían descubrir quien soy en realidad. Te extrañe— le
guiña el ojo.
Aquella simple palabra
había hecho que su tristeza desapareciera en un instante. Intenta ocultar
aquella gran sonrisa en su rostro, era inevitable para ella estar tan feliz
después de escuchar lo que siempre deseó.
—Tiene razón amo he sido descuidada
lo siento, no volverá a ocurrir.
—No te preocupes.
Cambiando de tema ¿Te reuniste con toda la organización?
—Sí, ya están dadas sus
órdenes, todos llegaran mañana por la
tarde y estarán listos para comenzar la operación a las veintidós horas, tal y
como lo ordenó.
Ian levanta su mano lentamente
y la lleva directo hacia ella. Le acaricia delicadamente su rostro. Era como si
no le importara la gente alrededor, estaba complacido por lo útil y fiel que ha
sido ella.
—Muy bien hecho Marianne
después que termine la operación te daré tu recompensa, por ahora debo irme o
podría levantar sospechas mi ausencia.
Sonrojada por el acto de
cariño, le toma la mano antes de que se marchara e intenta no besarle. Su
corazón latía fuertemente, estaba nerviosa por tomar su mano. Todas esas cosas
que pensaba hacer, no eran adecuadas en este momento, se tuvo que conformar con
inclinar su rostro como acto de reverencia.
—Que usted confié
completamente en mí para esta misión ha sido suficiente recompensa mi amado
señor.
Logra soltarse de Marianne y sin mirarla a los ojos se aleja de
ella con una sonrisa en el rostro. Era como si aquella persona fría y sin
corazón desaparecía cada vez más rápido por los actos de la chica. ¿Era amor lo
que sentía por ella? ¿En realidad alguien como él podría amar?
Ian se dirigía de vuelta al Vaticano su demonio acompañante le habla
en un tono de voz burlón. Se divertía con la pareja.
— ¿Te enamoraste? —La
risa del demonio es escuchada por Ian. — ¿Crees que funcione tu ridículo plan?
¿Podemos confiar en el éxito de esa mujer?
—No te preocupes tanto
Sidragaso confió en ella. —una
sonrisa malévola aparece en el rostro del jugador —Mañana, antes que termine el
día, el vaticano habrá caído ante mí.
—Asesinar al papa no es
algo que se pueda tomar a la ligera, será muy difícil llegar a él. –el demonio
había dejado de reír.
—Mañana vendrán cientos
de miembros de la organización y harán de esto un pequeño juego de niños. No te
preocupes por nada. —Ian termina la conversación ignorando las demás palabras
de su demonio.
Marianne continúa en la cafetería mientras
intenta no seguir pensando en el momento tan especial que compartió con su
amado. Jugaba con su cabello mientras observaba una foto de Ian en su teléfono.
Recibe una llamada despertándola de aquel sueño tan hermoso que pasaba por su
cabeza en ese instante.
El número telefónico era
desconocido para la chica, era muy extraño recibir llamadas que no fueran de la
organización, después de todo no mantenía ningún contacto con personas que no
fueran miembros de la organización. Duda por unos segundos el contestar,
respira hondo y contesta.
—No debes confiar en lo
que escuchan tus oídos, estas advertida.
— ¿Quién eres? ¿Qué
quieres decir con eso?
La llamada se corta
dejando inquietud y dudas en Marianne. Esto parecía una broma, sin embargo esto
era imposible, nadie tenía este número telefónico a excepción de Ian y los
lideres de división en la organización. Nadie sería tan estúpido para hacer una
broma en estos momentos, había una misión en marcha y en estos momentos todos
deben estar realizando sus tareas asignadas.
Trato de no entrar en
pánico e ignorar lo ocurrido, pero había aquella duda. ¿Quién consiguió el
número telefónico? Y ¿Qué es lo que trata de advertirle? Se fue de la cafetería
minutos después dirigiéndose al
departamento donde se hospedaba temporalmente por la misión.
9:00 pm.
Marianne continuaba en su
apartamento, vestía ropa cómoda preparándose para dormir. Encendió la
televisión antes de recostarse en la cama para mantenerse informada de
cualquier noticia sobre el encapuchado que había tomado las televisoras del
mundo por un día.
Han pasado treinta minutos y no hay noticias
relevantes, la chica estaba a punto de apagar la televisión hasta que la
presentadora la detuvo. Una noticia de última hora acababa de llegar. Los
presentadores intentaban mantener su profesionalismo, sin embargo en sus ojos
se podía observar el miedo.
—En noticias
internacionales. Un laboratorio de investigación en Estados Unidos fue víctima
de un ataque terrorista, los cuerpos de los científicos que se encontraban en
el lugar fueron encontrados decapitados y mutilados. Este laboratorio se hizo
conocido por hacer pública su investigación al único meteorito recuperado de
las catástrofes mundiales. Las autoridades intentaran identificar al culpable.
La única pista que poseen en estos momentos es una máscara rota que fue
olvidada por los culpables. Los mantendremos informados a medida avance la
investigación.
Escuchar la noticia había
hecho que Marianne recordara aquel suceso en Japón, y a su vez aquella
transmisión televisiva. Estaba segura que estos asesinatos también están conectados.
Su teléfono comenzó a sonar nuevamente, corrió hacia la sala donde lo había
olvidado. Nuevamente era aquel número desconocido. Contestó sin titubear.
—Si has escuchado sobre
la masacre en el laboratorio, entonces comprenderás que la guerra se acerca.
Decide correctamente por quien lucharas antes que sea demasiado tarde.
— ¿Quién demonios eres?
Nuevamente la llamada
termino antes que pudiera decir algo más. Ahora estaba segura que esto no era
una broma, sin embargo estas llamadas han dejado confusa a la chica.
Bosque de Hoia Baciu.
Rumania.
05 de diciembre del 2026.
4:45 pm.
Phillips había podido
llegar al lago con quince minutos antes de lo estipulado en la carta que le fue
enviada. Esos minutos parecían una eternidad. Se torturaba así mismo pensando
en todos los posibles sucesos que podrían ocurrir. No todos eran buenos, de
hecho casi ninguno era bueno.
Esperaba sentado a la orilla
del lago observando la belleza de aquel lugar oculto por este bosque embrujado,
era una lastima que nadie pudiera acercarse a este lugar. Un par de arbustos
justo detrás de él se comenzaron a mover alarmando al jugador número tres. De
los arbustos se observa la silueta del encapuchado de color rojo que aún
mantenía su máscara en ella estaba el número uno pintado con sangre. Phillips se coloca de pie en segundos sacando un
arma oculta en su abrigo. Le apunta a la cabeza colocando su dedo índice en el
gatillo del arma preparándose para disparar.
El encapuchado se acercó
lentamente sin hacer movimientos bruscos y con las dos manos en alto comenzó a
hablar tratando de tranquilizar a Phillips.
—Dr. Phillips por favor no dispare vengo a entregarle
algo que podría ser de mucha ayuda en su investigación ¿no lo desea?
El enmascarado había
llamado la atención de Phillips. Lo observa durante unos segundos antes de bajar
lentamente el arma, sin embargo aún mantenía su dedo en el gatillo del arma preparándose
para cualquier imprevisto.
— ¿Tú sabes algo de mi
investigación? ¿Qué es eso que quieres entregarme y porque crees que
funcionaria?
—El objeto que necesita
para terminar su vacuna es este fragmento de meteorito— el enmascarado sacó de
su bolsillo una piedra centelleante de color azul.
— ¿Un pedazo de roca
espacial, estas bromeando? ¿Cómo diablos funcionaria esa estupidez en lo que
estoy haciendo?
—Este pedazo de meteorito
es muy especial, esto fue lo que comenzó los sucesos apocalípticos que
ocurrieron el veintiuno de diciembre del dos mil veintidós.
—Solo es un pedazo de
roca espacial, no hay nada útil en eso para mí.
—Eventualmente seria
cierto lo que dices, sin embargo he investigado un poco acerca de la catástrofe
semi-apocalíptica de hace años y gracias a mi demonio Abbadon logré conocer
información valiosa acerca de este meteorito.
— ¿Qué clase de
información? —Phillips lo miró fijamente intentando ver los ojos del
enmascarado tras la máscara.
— ¿Sabías que el meteorito fue enviado por Satán?
Dentro de este pequeño pedazo de roca tiene partículas que pueden ser la base
para estabilizar tu ADN en los cuerpos humanos. En este trozo de roca hay una
pequeña parte del poder demoniaco que fue usado para dirigirlo a la tierra.
— ¿Lo que dices es
cierto? Si no te equivocas y parte del poder demoniaco de Satán esta en ese fragmento de meteorito eso podría
significar que podría estabilizar mi vacuna en los cuerpos humanos— el rostro
de Phillips se lleno de esperanza una vez más.
—Exacto— el enmascarado
hizo una pequeña pausa —sin embargo, antes de entregarte la roca necesito que
hagas algo por mí.
Phillips da la espalda al
enmascarado mientras toma asiento una vez más. Comienza a reírse sin dejar de
mirar el lago.
—Te habías tardado en
decirlo sabía que esta información y el fragmento del meteorito no eran gratis,
dime ahora ¿Qué quieres a cambio?
Quitándose la capucha
roja y aquella máscara revela su rostro. El
encapuchado era apenas un adolescente no mayor de diecisiete años, su cabello castaño claro y ojos de color
café. Se acerca lentamente a Phillips con el fragmento del meteorito en su mano
derecha.
—Como ya te habrás dado
cuenta soy el jugador número uno y mi intención no es ganar este juego, sin
embargo necesito arreglar algo antes de ser asesinado. Para lograr mi cometido
quiero que me entregues una dosis de tu vacuna cuando hayas terminado.
Phillips no podía dejar
de ver el rostro del adolescente con incredulidad. Era apenas un niño ¿Qué hace
alguien como él en este juego maldito?
—Nunca imagine que Satanás
eligiera a un niño para este juego. —se coloca de pie una vez más. Sacude la
tierra de su pantalón y sus manos —Con respecto a tu petición debo decir que
has sido muy útil para mi investigación así que si es todo lo que me pides no
tengo ningún problema en aceptar tus términos.
Le fue entregado el
fragmento de meteorito de inmediato sin decir más. Ambos se miraron directo a
los ojos, estaban seguros que no habría problema con su trato. Se colocó
nuevamente la capucha y su máscara. Se alejó del lago de inmediato. Antes de
que la figura del enmascarado desapareciera por completo entre los arbustos,
Phillips le habló por última vez.
—Gracias por el
meteorito. ¿Te llamas Beowulf cierto?
El chico asintió con la
cabeza y desapareció entre los arbustos.
Roma, ciudad del
Vaticano.
5 de diciembre del 2026.
9:30 pm.
Cien miembros de la
organización habían llegado al Vaticano y sus alrededores. En esta misión
habían sido seleccionados los más capaces y hábiles. Ellos eran la élite, nunca
antes han fallado ninguna misión, su falta de compasión y lealtad a la
organización eran impresionantes. Estaban encubiertos por todo el lugar,
algunos se habían infiltrado en la guardia especial del Vaticano. Todos estaban
preparados para comenzar la operación. Marianne contacta a Ian antes de dar
inicio a la misión.
—Mi señor, todos están en
sus posiciones ¿Está todo preparado de su lado?
—Casi, la seguridad
bajara su guardia exactamente a las diez de la noche cuando sea cambio de
turno, tendrán menos de cinco minutos para moverse. Prepárense.
Cortando la comunicación
de inmediato Marianne prepara sus
armas, esta decidida a no fallar esta vez. Su teléfono suena minutos antes de
iniciar. Nuevamente aquel número imposible de rastrear. Contesta de inmediato.
— ¡Maldito bastardo! ¿Qué
demonios quieres conmigo? —estaba furiosa, sostenía su teléfono con tanta
fuerza que parecía que en cualquier momento se partiría en dos.
—Estas a punto de iniciar
el fin del mundo ¿estas segura que harás lo correcto? —ignora la pregunta de la
chica. Su tono de voz era diferente a la de antes, parecía preocupado.
—No conoces nada de mí,
yo seré fiel a Ian sin importar si sus ideales son lo correcto o no— esta vez
decide colgar, evitando de esta manera distraerse de su objetivo.
Están a segundos de
iniciar la operación, todos esperan pacientemente la señal de Marianne para
iniciar. El teléfono de Marianne suena nuevamente, esta vez era Ian.
—Comiencen con la
operación de inmediato. Estaré esperándote en mi habitación como lo planeamos.
Sin perder ni un segundo Marianne se comunica por los intercomunicadores dándoles
la señal a todos. No podía esconder la emoción que sentía, esta era una gran
oportunidad para demostrarle a su amado lo útil que podría llegar a ser ella.
— ¡Que comience la
operación todos conocen que hacer, no me defrauden!
Todos empiezan a moverse
deprisa. Del lado sur del lugar los miembros de la organización son vistos por
la seguridad del Vaticano tal y como lo habían planeado. Estaban armados y preparados para disparar.
Su plan era distraerlos mientras el lado norte estaba al descubierto. Inician
con el fuego disparando a todos los guardias que se interpusieran en su camino.
Eran muchos encapuchados disparando e intentando abrirse camino a la iglesia,
era inevitable pedir refuerzos para proteger el lugar.
Marianne llega del lado
norte sin problema alguno. Dos guardias cuidaban la puerta principal, aún no se
han percatado del ataque en el lado sur. La chica les dispara directo a la
cabeza en cuestión de segundos con una precisión exacta que no les da
oportunidad de correr. El disparo hace un estruendo a los alrededores alertando
de esta manera a los miembros de la guardia Suiza.
Llegan en segundos
dejándola sin tiempo para correr al interior de la iglesia. La seguridad estaba
al máximo en estos momentos, una docena de guardias aparecen frente a ella.
Eran demasiados, incluso para ella. Si decidía pelear, su derrota era
inminente, eso era muy claro. Toma dos granadas ocultas bajo su ropa, las
cuales detona de inmediato lanzando una contra los guardias, la otra es
detonada justo en la puerta del lugar dejándola pasar de inmediato. Ambas
explosiones hacen estremecer el lugar. Marianne comprendía que había llamado la
atención de todos, convirtiéndola en el centro de atención del lugar. No
tardarían en llegar a ella.
La puerta está abierta,
había cumplido con su parte del plan. Más personas de la guardia suiza y la
seguridad del Vaticano aparecen frente a ella. Todos le apuntan pidiéndole
bajar sus armas. La chica parecía divertirse.
— ¡Oh, vamos! Enserio son
muy ingenuos. ¡Soy la líder de esta operación y no permitiré que arruinen esto!
Miembros de la organización aparecen detrás de
ella. El deber de Marianne era abrir la puerta para que entraran los demás.
Los disparos inician por
parte de la organización, distrayendo de esta manera a la guardia Suiza. Estaban
tan ocupados protegiéndose de los disparos que se habían olvidado de la chica.
Avanzó sin ninguna dificultad por una puerta que se encontraba al fondo del
pasillo. Tenía claro que alejarse de los
disparos no le garantizaba su seguridad, pero su deber en esta misión era cuidar
de su amado. Continúo avanzando precavidamente a la recamara donde era esperada. En su camino encontró miembros de
seguridad del Vaticano, estaban por todos lados vigilando las habitaciones del
lugar. Si luchaba contra ellos solo llamaría la atención de más personas y en
cuestión de segundos estaría rodeada. Aún le quedaban tres granadas y una de
ellas era una granada de luz, la cual uso para cegarlos temporalmente. En medio
de la confusión corrió hacia la habitación de Ian.
Justamente como era de
esperarse frente la habitación donde se encontraba Ian estaban dos guardias
protegiendo la zona. Ellos no tenían la menor idea de que la persona que
intentaban proteger en este momento era en realidad su mayor problema.
Marianne no podía
malgastar más balas y tampoco usaría las últimas dos granadas que aún tenia.
Debía cuidar muy bien sus municiones, después de todo las necesitaría cuando
este junto a Ian. No tuvo más opción que enfrentarlos cuerpo a cuerpo. Corre
hacia ellos dejándose ver de inmediato por los guardias. Empiezan a dispararle
sin pensarlo, era muy claro que en este momento no pensarían dos veces en matar
a los intrusos. La chica era muy ágil, tenia entrenamiento previo para momentos
como este, las balas eran fácilmente esquivadas, era sorprendente ver como se
acercaba sin recibir ningún rasguño.
—Lo siento por lo que
hare, pero considérense afortunados. Acabare con ustedes rápidamente para
evitarles el sufrimiento— estaba sonriendo, esto hacia ver más espeluznante a
la chica.
Llega frente a ellos de
inmediato dejándolos sin tiempo para cambiar el cartucho vació de sus armas.
Los sorprende con un golpe de codo justo en el abdomen de ambos, dejándolos sin
aliento por unos segundos. —Agradezcan que son dignos de misericordia,
malgastare dos balas en ustedes, los veré en el infierno. —Coloca la punta del
arma en la boca de uno de ellos mientras gira su cuerpo rápidamente dándole una
patada al otro guardia haciéndolo caer. Hala el gatillo del arma haciendo un
agujero en la cabeza del hombre. El guardia que aún seguía con vida se levanta
de inmediato tomándola desprevenida. La golpea en el rostro haciéndola
retroceder por el impacto. Se acerca a
la chica antes que ella pudiera volver en si. Le apunta con el arma entre los
ojos.
— ¡Tira tu arma, asesina!
Con una sonrisa en el
rostro Marianne tira su arma levantando lentamente sus manos. Escupe el rostro
del guardia haciendo retroceder unos pocos centímetros para limpiarse la saliva.
Dispara contra la chica la última bala que tenia. En un movimiento
impresionantemente rápido esquiva la bala, golpea la garganta del guardia
haciéndolo tirar su arma. Toma nuevamente aquella arma que había tirado antes
de escupirle al rostro. Los papeles dan un giro inesperado, ahora ella apuntaba
entre los ojos al guardia.
— ¿Cómo te atreves a invadir
y asesinar en este lugar sagrado? No mereces el perdón. Te iras directo al
infierno.
—No es que realmente me
importe. El infierno me parece perfecto para alguien como yo— el rostro de la
chica parecía sin vida, era como ver un muerto caminando. No había luz en sus
ojos, había perdido la cordura.
Dispara sin titubear. Corre
hacia la habitación de Ian pasando por los cadáveres y el charco de sangre de
aquellas personas que asesino sin piedad.
Entra a la habitación,
ahí estaba él, sentado en la orilla de la cama esperando pacientemente la
llegada de la chica. Escucha la puerta abrirse y de inmediato gira para
observar a Marianne vestida con un traje negro, cubierta de sangre y una mirada
llena de miedo… no, esto definitivamente no era miedo.
—Te tardaste mucho ¿Qué
estabas haciendo?
Inclinándose sobre su
pierna izquierda y susurrando le responde.
—Lo lamento amo, hay
mucha seguridad en el interior y me han retrasado, aceptare mi castigo
correspondiente cuando termine la misión— definitivamente actuaba diferente, no
había emoción en su rostro.
—No hay tiempo para eso
debemos apresurarnos antes que huya el Papa por el pasadizo secreto— levanta a
la chica del piso y ambos corren por el pasillo.
Corrieron lo más veloz
que les fue posible. Se dirigieron hacia la habitación del Papa antes de que
fuera evacuado junto con los demás. Los disparos que había hecho Marianne habían obligado a evacuar al Papa por
el pasadizo secreto.
Al fondo del pasillo se
escucharon muchos pasos acercándose hacia donde estaba la pareja. Ian la toma de
la mano fuertemente mientras corrían de frente hacia la dirección de donde
provenían aquellos pasos. Marianne estaba
determinada a no detenerse ya que esta era la única oportunidad que tendrían
para acercarse al Papa sin poner al descubierto a Ian. Los guardias estaban frente a ellos. La chica coloca su brazo
alrededor del cuello del camarlengo intentando hacerles creer que lo
tenía como rehén. Todos la apuntan con sus armas, intenta parecer más realista
y apunta a la cabeza de Ian.
—Bajen sus armas o el
camarlengo muere.
Los guardias no querían
arriesgar la vida de un religioso e hicieron caso a la orden de la chica
dejando caer sus armas al piso, ella le susurró al oído. Estaba desesperada por
terminar con la masacre de una buena vez.
— ¿Amo, podría usar el
poder del anillo sobre ellos?
Con una sonrisa en el
rostro y también susurrando para evitar ser escuchado por los demás le contesta
sin preocupación alguna.
—Será divertido observar
cómo te las ingenias para salir viva de esta. Yo no te enseñe a ser una
cobarde.
—No puedo, no soportare un
segundo más toda esta sangre— era tenebroso verla, estaba aterrada.
—Desperdicie tiempo
contigo, ¿acaso no prometiste arriesgar tu vida por mí si fuera necesario?
Teniendo en cuenta que
por esta vez ella estaba sola en esto, dejo libre a Ian. Ella miró fijamente
los ojos de su amado, después de todo él tenia razón, hace un año atrás prometió
seguirlo sin importar si su vida estuviera en peligro. Corrió directo hacia los
guardias y con aquella arma plateada que siempre llevaba consigo pero que por
algún motivo jamás usaba, comenzó a
disparar. Los guardias trataron de recoger sus armas del piso, lamentablemente
no todos tuvieron suerte. Marianne disparaba sin error alguno directo a sus
cabezas y corazones. Logró tomar del piso otra arma, haciéndola más peligrosa
para todos los demás. Eran demasiados para que ella sola lograra asesinarlos
sin causar gran alboroto. No podía llamar la atención de más personas en este
momento, tenia que dejar el camino libre para que Ian pasara sin problema
alguno. Tras varios minutos luchando contra ellos, todo estaba llegando a su
final. Disparó su ultima bala dejándola desarmada contra ellos. No tuvo opción
más que seguir luchando cuerpo a cuerpo.
—Perdóneme amo al parecer
no podre acompañarlo hasta la habitación, tendrá pocos minutos antes de que
lleguen más guardias, no tengo más opción. Gracias por este año que usted me
regalo— una lágrima bajo por las mejilla de la chica, había decidido su
destino.
Rasgo su camisa mostrando
las granadas que aun escondía, junto con una bomba atada a su cuerpo. Todos
intentaron no ser alcanzados por la explosión. Marianne presiono el control
remoto he hizo explotar la dinamita llevándose consigo parte de la iglesia. El
camarlengo se tiró al piso de inmediato e intentando no ser asesinado usa el
anillo demoniaco contra los guardias.
— ¡Rápido, defiéndanme
con su cuerpo para evitar que muera!
El anillo comenzó a
brillar, los guardias corrieron hacia él haciendo un muro para evitar que la
explosión lo lastimara. Una cuarta parte de la construcción se vino abajo
muchas personas de ambos bandos murieron y otros acabaron lastimados.
Milagrosamente Ian logró sobrevivir
con heridas menores. Los guardias restantes se colocaron sobre él para
defenderlo cuando el muro cayera.
Se levanto de inmediato
quitándose de encima a todos los guardias, no tenia tiempo de lamentaciones, el
plan continuaba activo. Corrió hacia la habitación del Papa.
—Jamás pensé que tuviera
tanto valor como para cumplir su promesa, me caía bien— una sonrisa se dibujó
en su rostro.
Logra llegar a la
habitación. Abre la puerta de inmediato, encuentra más guardias apuntándole, en
el fondo se encontraba su objetivo. Después
de identificarlo bajan sus armas ante el camarlengo. El Papa mostraba alivio por verlo vivo.
—Me alegro que seas tú
Ian ¿Cómo has podido sobrevivir? Debemos marcharnos rápido y encontrarnos con
los demás.
No podía ser más
ventajoso, los altos mandos de la iglesia estaban todos reunidos en el mismo
lugar. Es una oportunidad perfecta para acabar con el plan de inmediato. Todos
temblaban a excepción del Papa que mantenía la calma, estaba seguro que Dios no
los abandonaría en momentos como este.
Ian mantenía su papel de
inocente mostrando temor ante todos ellos. Se acerca lentamente al
representante de Dios.
— ¿Conoce quién está
detrás de todo esto? —Era realmente bueno, parecía estar aterrado, su cuerpo
temblaba.
Con voz serena y llena de
calidez como si intentara tranquilizarlo responde el Papa.
—No estoy seguro de quien
sea pero no tienen la culpa de todo esto, después de todo solo son víctimas de
la circunstancias. Estoy consciente de que la iglesia ha defraudado a muchas
personas. He defraudado a muchas personas y ahora estoy pagando las
consecuencias.
Tratando de no llamar la
atención toma lentamente el arma que tenía oculta bajo su camisa. Estaba frente
al Papa, nadie sospechaba de él. Los demás religiosos ya estaban en el pasadizo
secreto intentando huir. Los guardias se habían confiado, dándole la
oportunidad perfecta para actuar. Ian rodea el cuello del Papa con su brazo
derecho y apuntándolo con el arma con su mano izquierda. Los guardias de
inmediato le apuntaron nuevamente, nadie podría creer lo que estaba sucediendo
en estos momentos. Una vez más uso el poder del anillo para deshacerse de todos
ellos.
— ¡Bajen sus armas! Son
una verdadera molestia, Diríjanse donde se encuentran escondidos los demás religiosos
y asesínenlos sin dejar a nadie con vida, luego dispárense en la cabeza, malditas
ratas.
Los guardias fueron obligados
de inmediato por el anillo. Se dirigieron al escondite para cumplir con las
órdenes del camarlengo. El Papa se
mantenía sereno, no parecía temer, alejó lentamente el arma de su rostro.
—Hijo baja el arma, no
ganaras nada con asesinarme tú eres mejor que esto. Yo estoy seguro que no hay
maldad en ti.
— ¡Cállate! Tú no conoces
nada de mí, no tienes idea de todo lo que ganare si acabo contigo en este instante—
aquellas palabras habían molestado al camarlengo, desquito su furia golpeándolo
con la parte trasera del arma.
—Te ganaras el infierno
si continúas con esto, aún puedes ser salvado.
— ¿El infierno? —comenzó
a reírse, era hilarante todas aquellas palabras —He visto el infierno con mis
propios ojos y he hecho un pacto con el mismo señor de las tinieblas.
Dejó sin palabras al Papa,
había creído cada palabra que salió de su boca, estaba seguro de que había
hecho el pacto y su alma estaba perdida. Lo
miró por última vez a los ojos y con un tono de voz relajado dirige sus últimas
palabras a su asesino.
—Si ya has tomado tu
decisión no hay nada más que pueda hacer, sin embargo quiero que entiendas que
te perdono todo lo que vayas a hacer ahora y después de mi muerte, recuerda que
si te arrepientes de corazón serás perdonado.
Aquellas palabras no
parecían afectarle en lo más mínimo al camarlengo. Se escucharon disparos
seguidos de gritos en el pasadizo. El anillo había cumplido su deber y los
religiosos habían sido asesinados, solo faltaba el Papa para finalizar el plan.
El camarlengo no quiso esperar ni un segundo más, disparó contra el
representante de Dios directo al corazón haciéndolo morir desangrado y en
cuestión de segundos. El cuerpo cae al piso de inmediato dejándole satisfacción
a Ian. Su plan había sido un éxito, no podía creer que por fin había terminado
todo, estaba a un paso de cumplir su meta, ganar este juego maldito.
—Por fin termino todo.
Valieron la pena todos esos peones que sacrifique.
Todos los miembros de la
organización que aún seguían con vida iniciaron con la retirada antes que
llegaran más refuerzos, dejando atrás a su líder. Debía mantenerse en el lugar
para evitar sospechas.
6 de diciembre del 2026.
7:00 am.
El mundo despierta con
una noticia impactante, el Vaticano ha sido destruido encontrando los cadáveres
de todos los líderes religiosos sin vida, a excepción del camarlengo y algunos
guardias que sufrían heridas de gravedad.
Todo el mundo se consume
en temor. Las personas con el suficiente recurso económico viajan de inmediato
al Vaticano para rezar por el rumbo que está tomando el mundo. Muchas personas
intentaban mantener su fé viva. El camarlengo seguía vivo, esto era una señal
positiva para muchos. Se encontró con heridas graves, sin embargo fue llevado
rápidamente al hospital con la mayor seguridad posible, por todo el mundo se
esparce la idea de hacer del camarlengo el nuevo Papa. El mundo reza por su
recuperación inmediata. Estaban seguros que su supervivencia era una señal de
Dios para mantener la calma.
9 de diciembre del 2026.
9:00 am
Después de casi tres días
en el hospital Ian abre los ojos. Su plan había resultado perfecto, antes de
ser encontrado se había lastimado gravemente para hacer creíble su inocencia. Frente a su cama se encontraba un hombre con
barba y traje negro. Parecía feliz por el despertar del camarlengo. Le entrega
un sobre de inmediato sin decir ninguna palabra.
— ¿Qué esto? No entiendo—
toma el sobre sin hacer esperar al hombre. Lo abre lo más rápido posible que su
cuerpo lastimado lo deja moverse.
El hombre hace una
reverencia. Ian comienza con la lectura de la carta que se encontraba dentro
del sobre.
Se
le comunica por este medio que por ser el único miembro sobreviviente del ataque
al Vaticano, y gracias al los feligreses en todo el mundo que lo han aclamado,
usted ha sido elegido para ser el nuevo Papa ignorando las leyes de elección.
Estamos en un momento muy crítico para la iglesia.
El hombre continúo con la
reverencia. Trato de asegurarle la legitimidad de la carta.
—Lamentamos que sea una
carta informal pero en estos momentos de crisis no podemos perder más tiempo
con detalles pequeños, sin embargo para comprobar su autenticidad tiene el sello
legítimo de la iglesia católica.
—Estoy muy honrado de que
me hayan elegido. Prometo no defraudarlos y guiar a la iglesia por el mejor
camino en estos momentos de angustia— era imposible ocultar aquella sonrisa, su
plan había funcionado a la perfección.
El hombre sale de
inmediato del cuarto. Ian toma el celular que se encontraba en la mesita a la
par de su cama. Aquel hombre lo había dejado en caso de una emergencia o
cualquier duda que tuviera. Se contacta con la organización, no antes de
asegurarse que nadie lo escuchara.
— ¿Encontraron lo que les
pedí?
— ¡Es un milagro, mi
señor! La hemos encontrado con vida, no existe lógica para esto, ella esta
entera, ha perdido por completo sus brazos y piernas, pero ella esta viva.
— ¿Qué demonios estás
hablando? Es imposible que siga entera, la dinamita estaba por todo su cuerpo,
debió haber explotado en pedazos.
—No miento, en estos
momentos ella esta recibiendo la ayuda necesaria para seguir viva. Continua
inconsciente pero vivirá.
No puede creer la noticia,
parecía mentira. El celular cae al piso por la impactante noticia. ¿Esto era lo
que todo el mundo llama milagro? No, esto debe ser obra de Satán. ¿Cómo Dios
podría estar de su lado? Después de todo lo que ha hecho era definitivo que no
era obra divina.
Bosque de Hoia Baciu. Rumanía.
11 de diciembre del 2026.
4:00 pm.
En el laboratorio
continuaban con las pruebas para crear la vacuna regeneradora sin perder las
esperanzas. Han pasado muchos días desde que el fragmento de meteorito llegó a
las manos de Phillips y aún no han podido perfeccionarlo. Anthony comenzaba a perder la fé, estaba cansado de tantos fracasos.
— ¿Aún crees poder
completar la vacuna? Me llene de esperanza al ver ese fragmento de meteorito
pero aún no esta perfeccionada. ¿Seguro que esto es lo que nos faltaba para
completarla?
Phillips le contesta
molesto. En su rostro se observaban ojeras, cansancio, y al igual que Anthony,
mostraba desilusión.
—Para ser sincero ya no
estoy muy seguro de esto. He decido que esta será la última prueba que haremos,
si no logramos que funcione esta vez, me daré por vencido.
Ambos asienten, parecían
decididos a cumplir su palabra. Comienzan con la última prueba. La maquina comenzó
unir el ADN con el gen extraño encontrado en el meteorito y el ADN de Anthony.
La máquina se lleno de una luz azul centelleante que cegó por pocos segundos a
los jugadores.
— ¿Qué ha sido todo eso?
¿Lo hemos logrado? —Una ligera sonrisa se dibujo en el rostro de Anthony, todo
indicaba que esta vez lo habían logrado.
Phillips se acerca a la
máquina lentamente teniendo mucho cuidado. Tomó unos guantes protectores que se
encontraban sobre una de las mesas metálicas. Toma con cuidado el contenedor de
la máquina que en su interior almacenaba un extraño y viscoso líquido de color
azul. Esta era la primera vez que veían dicho liquido. Ningún resultado en los
experimentos anteriores era igual a esto.
— ¡Lo hemos conseguido! Después
de tanto tiempo invertido hemos logrado hacer la vacuna regenerativa. —Phillips
no podía dejar de sonreír, lo había conseguido, ahora podría salvar al mundo.
Mientras ambos celebraban
su éxito el ruido de las hojas fuera de la cueva alarma a los jugadores. Se
escuchan pasos caminar lentamente hacia ellos.
— ¿Quién anda ahí?
¡Muéstrate! —Anthony toma su arma preparándose para disparar.
—Felicidades por la
creación de su vacuna. Tranquilos, no vengo a pelear, he venido por mi parte
del trato. ¿Lo recuerdas Phillips? —Beowulf
aparece de entre las sombras, aún tenia puesta la máscara y la capucha.
Anthony estaba furioso al
verlo, dispara contra el encapuchado. En un movimiento imposible de seguir con
la vista Beowulf desaparece de la trayectoria de la bala. Nadie lo vio llegar
hasta Anthony, era como si hubiera desaparecido por unos instantes. Una espada
de color plateado, una empuñadura dorada y un guardamano en forma de dos alas apareció
en su mano derecha. Cortó a la mitad el arma de Anthony, de inmediato la espada
desaparece.
Tratando de evitar la
pelea entre los jugadores, Phillips llena una pequeña jeringa con el líquido
azul entregándoselo de inmediato a Beowulf.
—Aquí tienes, esto será
más que suficiente para una persona. Puedes irte no quiero que destrocen el
laboratorio con una tonta pelea. —Phillips mira molesto a Beowulf mientras se
coloca entre medio de ambos, tranquilizándolos de esta manera.
—Gracias por ser hombre
de palabra. —toma la dosis de la vacuna regenerativa y se marcha del lugar
dejando sin palabras al jugador dos que aún no creía lo que acababa de suceder.
Hospital de nueva york.
Estados Unidos.
15 de diciembre del 2026. 6:55 pm.
Hoy en día los hospitales
han tomado el papel de hogares temporales para muchas personas que han sido
devastadas por las catástrofes semi—apocalípticos. Se llevaron consigo millones
de fallecidos, familiares, amigos. Han dejado huérfanos a miles de niños que
aún no se explican lo ocurrido. En el hospital se encontraba una joven, cabello
castaño claro, ojos color miel, piel blanca como la nieve. Había perdido una de
sus piernas en un accidente, al parecer no tenía familia, ni un hogar, ella
como muchos más lo perdió todo.
El día casi acaba, la joven
se preparaba para la cena. La catástrofe la ha dejado sin hogar al cual
regresar, la fortuna familiar desapareció junto con sus padres. Ha vivido en el
hospital casi tres años gracias a que su padre fue un generoso y muy amable
donador. Ayudó a que el hospital creciera con sus contribuciones económicas.
En el rostro de la joven
se observaba desesperanza combinada con ira. No era una ira común, era algo que
solo se obtiene si es guardada durante años. En segundos había perdido todo.
La puerta de su habitación
se abre de inmediato. Era extraño, aún no es momento para que llegara la
enfermera, y no tenía amigos los cuales podrían visitarla. Se escuchan pasos
avanzar lentamente hacia la joven. Un encapuchado aparece detrás de ella con
una espada extraña en su mano. Era Beowulf sin lugar a duda. Asustada intenta
gritar, sin embargo el miedo le impedía hacerlo.
La toma por la espalda,
sin decir alguna palabra. La espada desaparece en un destello de color dorado.
Toma la jeringa e inyecta su brazo de inmediato. El cuerpo de la joven comienza
a emitir una luz de color azul, un grito de dolor escapa de ella. La pierna
comienza a crecer nuevamente. Fue arriesgado inyectarla sin asegurarse que
funcionaria, sin embargo por esta vez había funcionado, tardo un par de minutos
terminar de regenerarse la pierna, pero no había ninguna mal formación. Era
perfecta como si jamás se hubieran amputado, el Dr. Phillips era un genio.
La pierna se había
regenerado nuevamente, la joven estaba sin palabras, era un milagro, se tocó la
pierna durante unos minutos intentando asegurarse que no fuera un sueño de mal
gusto. Por primera vez durante tanto tiempo estaba feliz. Dio un salto hacia
Beowulf, lo abrazo fuertemente y haciendo a un lado la máscara, lo suficiente
para mostrar su mejilla, le regala un beso, un beso inocente como si fuera una
princesa entregándole las gracias a su caballero. El encapuchado la alejó
rápidamente.
—No tienes que
agradecerme nada. Yo solo cumplí con la promesa que te hice tiempo atrás.
Las palabras de Beowulf
la confunden, de inmediato le quita la capucha y la máscara dejando al
descubierto su rostro.
—Lo siento, no se quien
eres, sin embargo tienes algo familiar en tu rostro. ¿Por qué no puedo recordar
quien eres?
Ya esperaba la reacción
de la chica, sonríe cálidamente sin dejar de mirarla a los ojos. Deseaba que
pudiera ver que no mentía.
—Mi nombre es Beowulf Crow,
talvez ya no me recuerdes, pero yo te recuerdo. Te conozco desde que éramos
niños, conozco tu edad, tu nombre, las cosas que amas y odias. Se podría decir
que en un momento de nuestras vidas fuimos hermanos.
Era imposible creer las
palabras de un extraño que aparece frente a ella diciendo todas esas tonterías,
sin embargo el había realizado un milagro en ella. Merecía el beneficio de la
duda.
—Dime todo lo que crees
conocer de mí. Solo así podré creerte.
—Tu nombre es Nathalia
Roselyne Williams. Tenemos la misma edad, diecinueve años. Amas ayudar a las
personas, odias ser ayudada por los demás porque sientes que eres una carga
innecesaria. Quizás no lo recuerdes en este momento pero amaste a una persona
con tanta intensidad que no te importó dar tu vida por él.
Se detuvo sin decir más,
la chica estaba callada. En su mirada se observaba lo sorprendida que estaba,
era imposible que ella hubiera olvidado el rostro del joven frente a ella. Todo
lo que había dicho con excepción de lo último era completamente cierto.
—Enserio me conociste,
conoces muchas cosas de mí, sin embargo ¿Por qué no puedo recordarte?
Se colocó nuevamente la
capucha. La espada apareció nuevamente en su mano.
—Todo lo que te he dicho
es correcto, quizás no recuerdes lo último, pero es real. —la miró por última
vez antes de colocarse la máscara.
— ¿Cómo olvidaría algo
tan importante? Si en verdad lo ame tanto, ¿Por qué no lo recuerdo?
—Porque has sido obligada
a olvidarle.
Impactada por las
palabras de Beowulf guarda silencio. La espada empieza a destellar, sin embargo
antes de marcharse le arroja a sus manos un anillo plateado que tenia una inscripción
que decía: "Luz en la oscuridad"
—Me pidieron de favor que
te entregara este anillo, no tengo idea de porque desean que lo conserves, sin
embargo me dijeron que pronto lo necesitaras. Cuídate Nathy. —Con una sonrisa
en su rostro desaparece de la habitación.
no habrá capítulo 4 ? :/
ResponderEliminarSe subirá mañana el capítulo 4 :)
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