26 dic 2015

NOX VOLUMEN 3 CAPITULO 3


HOLA A TODOS, COMO DIJE INTENTARÉ RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO. AQUÍ LES DEJO OTRO CAPITULO Y UNA NUEVA ILUSTRACION A CARGO DE NUESTRO COMPAÑERO JOSE MATOS, SI LES PARECE NOS GUSTARÍA LEER SUS COMENTARIOS SOBRE ¿QUE LES PARECE LA ILUSTRACION? POR FAVOR SOLO CRITICAS CONSTRUCTIVAS, TENGAN EN CUENTA QUE NO SOMOS PROFESIONALES.

















Capítulo 3




Actualmente Jean y Carmil se encontraban enfrente de una gran puerta de color bronze. Carmil consiguió un mapa que marcaba algunas entradas donde diversos guardianes se hallaban.




Después de intercambiar puntos de vista, los dos miembros del consejo estudiantil decidieron ir por los guardianes de nivel bronce, después por los de plata y el único marcado como oro en el mapa, se quedaría para el final.



El tiempo que pasaron para llegar a la primera puerta fue de aproximadamente treinta minutos. Fueron recibidos por una gran cantidad de arañas de cueva, ciempiés gigantes y escorpiones. De vez en cuando algunos muertos vivientes vagabundos aparecían entre ellos, pero inmediatamente salían corriendo sin dar pelea. Sin querer perder tiempo Jean y Carmil decidieron ignorarlos.



Jean sentado con las piernas cruzadas enfrente de la primera puerta, estaba mezclando las especias con su sangre. Cuando terminó de preparar la poción, tomó el martillo y el cincel y comenzó a tallar el marco de la inmensa entrada. Unos minutos duro todo el proceso.



Finalmente remojó la brocha en la mezcla, y la pasó en los símbolos que había tallado al mismo tiempo que pronunciaba un conjuro como si fuera un susurró. El cuerpo de Carmil sintió una sensación fría y desagradable al escucharle, pero no fue capaz de distinguir en que lengua habló su compañero.




Al terminar, los símbolos empezaron a soltar una tenue luz de color rojo y después desaparecieron, sin dejar rastros, ni siquiera quedó huella de los grabados que Jean hizo inicialmente.




-Listo, la primera puerta ya está . Mínimo debemos intentar sellar siete hoy-.



-¿Cuál es la contraseña?-.



-Pervertido Fetichista Hija de Mami-.



Jean declaró con un tono de burla.



Carmil realmente estaba interesado en la contraseña, pero al escuchar la respuesta de su compañero no pudo evitar enojarse.



-¡¿Por qué tienes que atacar  a mi persona cada vez que puedes?! ¡Jean Nox Crow!-.



Jean volteó a verlo con una gran sonrisa en su rostro.



-¿De qué forma está relacionada la contraseña contigo? Como lo veo yo me podría estar refiriendo a cualquier persona. El mundo no gira alrededor de usted Señor  Fetichista… perdón quise decir Señor  Presidente-.



-¡Lo ves! ¡Acabas de admitir que solo lo hiciste para fastidiarme! ¡Además dijiste que esperarías a que regresáramos a nuestra habitación antes de continuar con este tema!-.




-Tienes razón Carmil, te pido disculpas, pero tristemente perdería tiempo si es que quiero cambiar la contraseña-.



-¿Cuánto tiempo?-.



El presidente preguntó impacientemente, estaba intentando controlarse para no atacar a su compañero.



-Probablemente unos treinta segundos-.



Dicho eso el joven de cabello negro comenzó a correr dejando atrás a su compañero.



-¡Eres un maldito Jean! ¡Si solo tardarás treinta segundos, ¿Por qué rayos no cambias la contraseña?!-.



Carmil también corrió intentando alcanzar a su compañero.




Durante el proceso para sellar la segunda puerta, el joven pelirrojo le insistió a su compañero que utilizara otra contraseña que no tenga nada ver con “ese tema”.



-Listo, llevamos dos faltan cinco-.



-En esta ocasión ¿Cuál es la contraseña?-.



A través de los ojos del presidente del consejo estudiantil, era fácil ver el enojo  que se encontraba en su corazón.



-“Corvus”-.



Carmil suspiró aliviado, en su interior rogaba que Jean Nox Crow no siguiera usando sus errores para burlarse de su persona.



-Por cierto Carmil ¿Puedo hacerte una pregunta?-.



-Depende si te intentarás burlarte de mí o no-.



-No te preocupes por eso, si tanto lo deseas puedo burlarme de ti en otro momento-.



-¡Tú! ¡Eres imposible!-.



Lagrimas salían de los ojos de Carmil, se encontraba totalmente frustrado.



-Vamos, no te lo tomes personal. Lo que quería preguntarte es que tanto prestigio tiene la Academia Shade-.



Resignándose el joven pelirrojo decidió responder.



-Es considerada una de las tres mejores escuelas para aprender artes místicas oscuras, especialmente la nigromancia. Su director Thade Rooscu es uno de los grandes Arcanos de la Asociación de Artes Místicas. Un gran pez en todo el sentido de la palabra-.



-Ya veo, gracias por aclarar mis dudas, Carmil-.




Mientras se dirigían hacia su tercer objetivo, Carmil vió algo que le llamó la atención en una esquina del camino. Se trataba de un cofre de color dorado.



-Jean, creo que encontré algo valioso. Observa-.




Cargando el cofre en sus brazos Carmil intentó mostrarlo a su compañero. Cuando Jean lo vio su rostro alegre cambió de expresión tornandose serio.




-Carmil hagas lo que hagas escucha atentamente, por nada del mundo te acerques a mí. Aunque solo nos conocimos unos días, no te olvidaré, no en el buen sentido de la palabra, pero al menos es mi deber moral recordarte-.



-¡Hey! ¿Por qué hablas como si fuera a fallecer?-.




-¡Silencio, no hagas ruido si lo despiertas nos matarás a los dos! -.




Carmil se dio cuenta que Jean no dejaba de ver con algo de miedo el cofre en sus manos. Un sudor frio baño su espalda, toda su piel se erizó, bajando el tono de su voz hizo una pregunta.




-Jean dime ¿Qué es exactamente los que tengo en mis brazos?-.



-Es un mimic, y lo que es peor es uno dorado-.



El joven de cabello negro respondió al mismo tiempo que se alejaba lentamente de su compañero.



El joven pelirrojo al escuchar esa respuesta pudo comprender su error. El Mimic es una criatura que toma la forma de un cofre atrayendo a los incautos aventureros con la posibilidad de riquezas, y una vez que las tiene a su alcance muestra su verdadera forma, la de un monstruo con dientes filosos que pueden devorar cualquier cosa.




-¡Jean no me dejes aquí! ¿Dime qué hago?-.




-Probablemente ya devoró a alguien y se encuentra en estado de digestión, por eso no te atacó cuando lo levantaste. Así que ¡Arrójalo lo más lejos que puedas y corre lo más rápido que tus piernas te lo permitan!-.



Un nudo se le hizo en la garganta al joven pelirrojo. Como su compañero le indicó arrojó el cofre.



Jean fue el primero en salir corriendo. Como en cámara lenta el cofre dorado en medio del aire cambió de forma, brazos y piernas musculosos aparecieron al mismo tiempo que el cofre se abrió mostrando en su interior hileras de dientes como los de un tiburón, pero eso no era todo, de sus fauces brotaron tentáculos larguísimos.




El Mimic empezó a dar persecución a sus presas en su nueva forma bipeda.

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Leil Rewn, la líder de los caballeros de la Ciudad, se encontraba junto con otros cinco compañeros patrullando los primeros niveles de los laberintos. Su ceño fruncido indicaba que estaba bajo mucho estrés que se había estado acumulando sobre los pasados días.




El hecho que un grupo de bandidos permitiera que algunos estudiantes ingenuos y no capacitados entraran al laberinto, y en el proceso perdieran su vida, era un asunto sumamente preocupante. Inmediatamente después de obtener información sobre este evento, ella mando a  triplicar las rondas de vigilancia, con la esperanza de poder atrapar a los culpables y si no era posible, al menos quedaba la oportunidad de rescatar a las víctimas.




Un grupo de lombrices gigantes les había atacado, intentando tomarlos desprevenidos, pero afortunadamente fueron detectadas a tiempo. Leil Rewn y su grupo de caballeros sin perder tiempo se deshicieron de ellas. Ahora solo quedaba limpiar sus rostros y armaduras de la sangre  de esas desagradables criaturas.




Mientras estaban en ese proceso, la líder de los caballeros alzó la mirada y vió a una hermosa mujer elfo vestida con ropa simple, encima de la cual llevaba una armadura de cuero. Como arma poseía un arco de color plata.




Dejando lo que estaba haciendo, se adelantó a saludarla.



-Un gusto en verla profesora Seyd, ¿Qué la trae por aquí?-.



-Hola Señorita Rewn, vine a este lugar en busca de plantas mágicas y medicinales, las que tengo en mi invernadero aun no tienen la madurez necesaria para usarlas-.



Con una sonrisa la bella elfo respondió.



-Siendo ese el caso, si le parece bien puede viajar con nosotros. Debido a cierta situación hemos decido adentrarnos más y cambiar nuestras rutas preestablecidas-.



-Entonces, les molestaré con mi presencia por un tiempo-.



La profesora Seyd aceptó la invitación.



Las dos mujeres continuaron hablando sobre diversos temas mientras continuaban su camino.



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-Te dije que corrieras, ¡Pero no en la misma dirección que yo, reverendo Idiota! ¡Ahora las posibilidades de escapar son cercanas a cero!-.


Jean se encontraba regañando a Carmil, al mismo tiempo que los dos huían del Mimic que intentaba devorarlos.


-¡Lo siento mucho! ¡Solo actué instintivamente!-.


-¡Aprende a tomar responsabilidad por tus acciones, deja que el Mimic te coma para que yo pueda escapar!-.




-¡Estás loco! ¡¿Por qué no lo enfrentas tú?! ¡Derrotaste al líder de los ciclopes, estoy seguro que un simple monstruo no es rival para ti!-.



-Eso no es difícil, pero los tentáculos de ese monstruo tienen un potente líquido afrodisiaco. Tardaría treinta días en eliminarlo de mi organismo. Solo recordar las estupideces que hice la última vez con esa tribu de nagas....-




-¡Hey, deja de pensar cosas pervertidas! ¡Regresa de donde sea que hallas ido!-.



Carmil intervino para despertar a Jean, quien al parecer se encontraba perdido en sus pensamientos, su rostro estaba teñido de un rojo intenso y una sonrisa estúpida se plasmaba en su cara.




-¡Lo siento! ¡Pero regresando al tema, no dejes que sus tentáculos te toquen!-.



-¿Qué rayos vamos a hacer?-.



-Gioooo, gioooo-.



Los extraños sonidos del monstruo se oían cada vez más cerca.



-La única opción es que entremos a la habitación de un guardián así no nos seguirá, revisa el mapa y busca uno de nivel bronce. Creo que sería más fácil de tratar un guardián que esta cosa-.




Sin perder tiempo Carmil sacó un pequeño mapa. Realmente estaba desesperado, si por alguna razón esos tentáculos llegaran a alcanzarle sus instintos naturales serían revelados junto con el secreto más importante de su vida.




-A trescientos metros hay una habitación de un guardia de nivel dorado, y un kilómetro después hay uno de nivel bronce-.



-Muy bien, ya que tienes el mapa, tú guiaras el camino-.



Jean siguió las indicaciones de Carmil. Los dos se adentraron cada vez  más en el interior del laberinto.



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-¡Profesora Seyd , quédese detrás de nosotros! ¡Nosotros nos encargaremos de estos bastardos!-.




Después de dos horas de viajar juntos, el grupo de caballeros encontró a unos bandidos que no tenían ninguna identificación ni los permisos correspondientes. Para entrar a los laberintos se necesitaba seguir unos rigurosos trámites. 



Cuando se les pidió que se entregaran, el grupo enemigo se negó rotundamente y el enfrentamiento se hizo inevitable.



Los oponentes eran diez, los aliados seis, siete si se contaba a la profesora Seyd. Sin embargo sin tomar en cuenta los números, el grupo de caballeros no se encontraba en desventaja, pues ellos eran de élite. Despachados específicamente para lidiar con esta posible situación.



La primera en tomar acción fu Leil Rewn, un aura de color naranja rodeo su cuerpo inmediatamente, blandió su enorme espada hacia uno de los enemigos más cercanos, causándole una enorme herida en su pecho, en el  último momento su oponente logró hacer distancia, pero con esa herida ya no se encontraba en condición de pelear.



Con esa acción se marcó el inicio de la pelea.



-¡Ataquen! Si no pueden someterlos, mátenlos, después dejaremos que un nigromante obtenga información de sus cadáveres-.



El sonido de espadas chocando contra espadas llenó todo el lugar. Poco a poco el grupo de caballeros fue acorralando a sus enemigos.



-¡AGHHH!-.




De repente uno de los caballeros soltó un grito de angustia y dolor, al mismo tiempo que se agarraba la garganta.



-¡Cuidado Leil, ese hombre conoce como usar veneno! ¡Usen  ataques a distancia contra él!-.



-Tch ¡Maldita sea! ¡Todos ejecuten el plan b!-.



El líder enemigo decidió que no tenían forma de ganar, todos salieron corriendo  intentando, huir.




-¡No dejen que escapen!-.



Unos momentos después el enemigo entró en un lugar prohibido y peligroso.



-¿Qué hacemos líder?-.




Los hombres aliados se encontraban en un dilema.




-Entrar en este lugar es peligroso, pero si los dejamos ir, esos bastardos pondrán en peligro las vidas de los estudiantes. No es hora de pensar en nuestra seguridad. En el peor de los casos nos veremos forzados a derrotar al guardian dorado que vive en esta habitación-.




Cuando ya se había decidido el plan de acción,  a unos metros de ellos pudieron observar a dos jóvenes corriendo a toda velocidad, dirigiendose en su dirección.




-¡Jean!-.



-¡Nox!-.




El joven se dio cuenta de quienes le llamaban, una persona era la profesora Seyd la otra era  la líder de los caballeros Leil Rewn.




Sin dudarlo se acercó a ese grupo.




-Carmil, si nos reunimos con ellos, el Mimic, se acobardará al ver a tantas personas y nos dejará en paz, al fin y al cabo su especialidad es la emboscada no el ataque frontal-.



-Qué alivio-.



Cuando estuvieron frene a frente Jean cuestionó a su profesora.



-Profesora Seyd, ¿Qué hace en este lugar?-.




-Eso no es importante ahora, estoy segura que conoces del grupo de bandidos que está introduciendo a estudiantes no calificados en el laberinto-.



-Así es Profesora, el presidente del consejo estudiantil y yo venimos para tratar con eso a nuestra manera-.



-Excelente, en ese caso debes saber que casi con seguridad unos miembros de ese grupo intentando escapar de nosotros entraron en está habitación dorada-.



-¿Hace cuánto tiempo?-.



-Hace un minuto-.



-No creo que el enemigo quiera enfrentarse al guardián, lo más probable es que estén preparando un círculo de teletransporte para escapar de ahí, siendo ese el caso no podemos perder más tiempo, por favor déjenme participar-.




-Eso quería escuchar Nox-.




La profesora elfo felicitó a su valeroso estudiante. Jean al mismo tiempo que conversaba, pudo observar que el Mimic dorado, tal y como había dicho se mantenía a la distancia.



-También a mi déjenme participar-.



Carmil también hizo su decisión.



-Lo siento pero poner en peligro a los estudiantes…-



Leil quiso intervenir pero a la mitad de sus palabras fue interrumpida.




-Rewn, no es necesario que pienses así, Jean Nox Crow, y Carmil Carm el presidente de nuestra academia, son excelentes practicantes de artes místicas. Además Jean ya ha trabajado para la ciudad, tú deberías conocer sus habilidades muy bien-.




-Está bien, pero prometan que no harán cosas suicidas-.




-Seré prudente y responsable-.




Carmil respondió inmediatamente.



-Prometo intentarlo-.




-Muy bien, en ese caso prepárense todos-.





La profesora Seyd, Leil Rewn, Carmil Carm, Jean Nox Crow, y el resto de caballeros se adentraron en la enorme habitación.




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