Capítulo 21: Aperitivo nocturno (His_Night)
Resumen del capítulo anterior:
Inserte resumen del capítulo anterior aquí.
Parte 1
La habitación bien iluminaba ofrecía un ambiente bastante agradable; la mesa de unos siete metros estaba llena a rebosar con frutas y carnes, además de estar bellamente adornada con tallados hechos a mano. Las sillas a juego con la mesa le hacían justicia al balance armónico entre otras cosas.
Quiel y Kimizu se sentaron al otro lado de la mesa larga de donde estaba sentado el duque, contemplaron el ambiente y esperaron.
El duque se veía impaciente en su traje caro al otro lado de la mesa.
-héroe, ¿se puede saber que lo trae por acá?- preguntó el conde mientras malograba fingir serenidad.
-prefiero que eso se discuta después de la comida, mis decisiones podrían fácilmente arruinarte el apetito.- respondió Kimizu con una extraña cortesía.
Esa expresión proferida con una sonrisa acida estaba desgarrando el telón de la cordura del Duque.
La conversación entre el duque y el héroe había terminado apenas el empezar, además, el héroe había ignorado posteriormente la existencia misma del duque y había empezado una conversación trivial con el Kira.
El duque había sido relegado mientras danzaba en una macabra danza hecha sobre los tonos de sus pecados.
Esa existencia misteriosa conocida como el decimoctavo héroe invocado había llegado y se había establecido como una molestia para el duque.
Bien hubiera sido, en otro tiempo escrita, la historia de sus fallos, si en vez de héroes, solo hubieran vasallos. Buen poema :3
Ahora, solo había crecido una enorme desazón en el estómago del Duque, una ulcera gástrica fácilmente se vería abierta bajo el profundo estrés que estaba sufriendo.
Parte 2
La lamia observaba el pueblo que no había podido salvar; un pueblo que bien no quería ser salvado; un pueblo que estaba subyugado bajo el peso de su propia adicción.
Para la salvadora, el hecho de que no pudiera actuar a favor de alguien que la necesitaba se le hacía realmente doloroso.
Y la fuente de ese dolor recibía el nombre de Mikarei.
Mikarei: preparación final del extracto de cierta planta del norte; droga que funciona como analgésica, pero en altas dosis resulta ser adictiva; su nombre proviene de la leyenda de un monstruo que había envenenado un reino por todo un siglo. El temible Mikarei.
La leyenda narra la historia de una bruja que, enojada con un reino, envenenó a todos con el uso de un monstruo con forma de serpiente, este monstruo se conoció como “el temible Mikarei”.
El veneno que utilizaba hacia que sus víctimas alucinaran con tiempos mejores, una droga que exaltaba los deseos más profundos.
El efecto de la droga era similar en el hecho de que impulsaba los recuerdos felices ocultos en el cerebro haciéndole sentir placer a su víctima; en dosis mínimas sería una medicina apta para el consumo que provoca baja dependencia, pero ese no era el caso de la droga que se expendía bajo la tutela del duque.
La “Lamia” con el poder de ver los eventos más alejados del planeta, se arrepentía de solo tener el poder para ver.
La impotencia la forzaba a un punto en el cual sus uñas se clavaban en la tela de su ropa de aventurera.
Parte 3
La noche y la cena del duque seguían avanzando de una manera tétrica y vacía, como si los elementos hubiesen sido preparados de antemano para generar una tensión desagradable.
-Esto... Yuusha-dono-
-te lo dije, si conversamos, te dañaré el apetito; así que imagina que esta es una noche más, mañana empezará lo malo de verdad.- respondió Kimizu mientras alteraba su voz para sonar irritado.
-considéralo como un regalo- añadió Quiel- probablemente el último regalo antes de que todo se derrumbe-
El duque tragó saliva.
-¡Genial, la comida!- gritó Kimizu cuando Quiel, que había estado tostando con magia de fuego lo que parecían ser lonjas de jamón frio que estaban en la mesa; este jamón se consumía generalmente frio, había sido precocido con anterioridad, pero aun así Kimizu había hecho que Quiel la cocinara para él.
-aun lo recuerdo de cuando me enseñaste esa noche-
-pensar que tu madre nos encontraría vagando por la cocina y termináramos cocinando para todos en la casa-
-mi… madre-
Quiel estrechó la mirada, Kimizu habló.
-ella está bien y sabe dónde estamos; según tengo entendido, la “lamia” está con ella en una reunión de nobles de Lotos.
Quiel abrió los ojos como platos antes de inferir.
-¿Cuándo te enteraste de eso y porque solo lo dices hasta ahora?
-lo siento, lo siento, lo siento, “Mea Culpa”, pero esto lo descubrí la madrugada en que salimos del pueblo dejándolos a todos, a partir de ese momento no habíamos tenido tanto tiempo y lo había pasado por alto- respondió Kimizu mientras agitaba sus manos frente a su cuerpo. –Además, ella me dijo que te cuidara- Kimizu terminó la frase llevándose el jamón a la boca.
El Duque seguía en el borde de su cordura.
-oh, sí, ahora que lo recuerdo- comentó Quiel- ese mayordomo tuyo; ¿lo puedes traer?
El duque pegó un respingo en su asiento.
- ¡H… Hai!
-llámalo por favor-
El duque se movió hacia la pared contigua y apretó un botón; posteriormente habló a un pequeño conducto metálico.
Sin quitarle los ojos de encima, Quiel y Kimizu siguieron con su charla casual, esto siguió así hasta unos minutos después que el mayordomo llegó.
-¿me necesitaba, duque?
-así es, ellos te llamaron- respondió el duque con un extraño sentimiento de incomodidad.
-condúcenos a las habitaciones, además, ¿conseguiste lo que te pedí?- preguntó Kimizu.
El mayordomo anciano asintió.
-así es.
-¿y lo que yo te pedí?- (Quiel)
-así es, también lo conseguí.
Los niños nada normales sonrieron de un modo anormalmente visto en niños y continuaron.
-al fin podré tomar un “descanso”- (Kimizu)
-te tomaré la palabra y haré lo mismo- (Quiel)
-a…delante- (mayordomo)
Quiel se levantó primero y arrojó el corazón de la manzana que estaba comiendo por la ventana que daba al rio; esta golpeó el agua haciendo un chapoteo apenas audible.
Los dominós estaban parándose uno por uno, cada detalle se afinaba mientras la noche se hacía más profunda.
Kimizu se levantó y empezó a seguir a Quiel; se le cercó desde el lado y le habló al oído por segunda vez en la noche.
-“¿estás listo?”
-“si”
Parte 4
ADVERTENCIA: esta parte del capítulo tiene contenido de sexo leve, se recomienda discreción; bien podrías, si deseas evitar el contenido, saltar hasta la “Parte 5”.
Kimizu y Quiel habían sido llevados a habitaciones contiguas; por el mayordomo; Kimizu se acostó en la cama sin quitarse la ropa y esperó.
Posteriormente, bajo la tenue y azul iluminación de la habitación que ofrecía la luna proyectada sobre el rio, una mujer de rasgos extraños entró.
Su cabello de color verde era fácilmente confundible bajo la iluminación; un traje de seda atado por una cinta en su abdomen hacía a sus pechos sobresalir como si de una cumbre se tratase.
Sus labios rojizos y húmedos también hacían un extraño sentido armónico con sus pequeños cuernos que sobresalían de su cabeza; sus orejas puntiagudas no lograban ocultarse por completo por su cabello.
Esta mujer que fácilmente podría tener 24 años, se movió seductoramente por la habitación y hacia la cama de Kimizu.
Una vez en el borde, la mujer que vamos a llamar “Erea” para dejar de escribir “mujer”, pues ya me dio tedio, una vez llegó al borde inferior de la cama, empezó a realizar un gateo sobre la misma hasta quedar cara a cara con Kimizu, mientras este se encontraba bajo su cuerpo.
Kimizu no interfirió con el movimiento, y una vez que la tenía frente a frente la miró directamente a los ojos.
Y sus labios se estrecharon con un beso.
El romanticismo le dio paso al erotismo cuando Kimizu empezó a sostener la cabeza de Erea y a usar su lengua para llegar cada vez más profundo en la boca de Erea. Erea por su parte empezó a jugar con el cabello de Kimizu.
Las manos de Erea bajaron hasta el cuello de Kimizu y su pecho y empezaron a desabrochar las correas negras.
Kimizu pausó sus movimientos mientras se relajaba.
Erea empezó un camino hecho de besos que empezó desde los labios de Kimizu, sus mejillas, la parte trasera de su oreja, su cuello y en cada parte se tomaba su tiempo y usaba su lengua captando así el sabor del sudor de Kimizu; Kimizu por su parte había empezado a jugar con el cabello de Erea.
Cabe decir que mientras esto ocurría, los senos de Era se veían constantemente frotados contra el cuerpo de Kimizu.
Erea continuó su camino abriéndose paso por el pecho de Kimizu, mientras abría su ropa cada vez más.
Kimizu bajó sus brazos por la espalda de Erea y luego se dirigió a sus senos, los cuales masajeó por los lados.
Erea bajó cada vez más llegando hasta el abdomen bajo de Kimizu, el cual lamió con recelo.
Se separó de su cuerpo, y con el uso de sus manos, dejó al descubierto sus pechos, lanzando el vestido de seda hacia un lado, bajó su cuerpo y se lanzó hacia el rostro de Kimizu mientras sus manos empezaban a jugar con las correas que mantenían íntegros los pantalones de Kimizu.
Kimizu levantó las manos hacia los senos de Erea y empezó a masajearlos suavemente otra vez.
El sonido de la agitación de Kimizu ya se había hecho notar, pero fue en este momento en el cual había sobrepasado un cierto límite.
Erea terminó de desatar la correa del pantalón de Kimizu, se levantó levemente y empezó a frotar su ropa interior sobre él desde hace un buen tiempo, activo, mini-Kimizu.
Kimizu movió sus caderas en un movimiento natural y sus movimientos movieron levemente la ropa interior de Erea hacia un lado mientras su pene rozaba ligeramente la entrepierna de Erea.
Era movió sus manos hacia atrás y…
Un momento después, Erea se encontraba atada en posición vertical sobre la cama de Kimizu, Hastier se había convertido en algo parecido a un crucifijo y había atado a Erea.
-medición, ¿no pudiste esperar un poco más?- dijo Kimizu mientras su mano sobre su rostro trataba de reducir su excitación evocando imágenes profilácticas.
-¿acaso querías morir?- habló desde un lado Hastier sin cambiar su forma.
-no, eso se lo decía a ella.
“ella”, la chica que hemos llamado Erea se encontraba en una pérdida de palabras.
Parte 5
La pared que conectaba a la habitación contigua, en la cual se encontraba Quiel, fue destruida por un ataque de fuego.
Quiel ingresó por ese lugar, si se miraba con cuidado, una niña demonio estaba inconsciente en la cama de Quiel, pero eso no era lo raro de las escenas.
Quiel entró encontrando a Kimizu desnudo frente a una mujer demonio de grandes proporciones atada.
Quizás estos datos sean redundantes, pero, en el momento previo a que Hastier atara a Erea (así se llama la mujer atada), ella habia sacado una daga que ocultaba en el vestido.
Y quizás tampoco sea importante, pero, aquello que Kimizu dijo a Quiel después de salir del baño fue: “esas chicas probablemente intentaran matarnos”
Una vez la chica de Quiel habia entrado, Quiel la habia conducido a la cama y la habia hecho caer inconsciente de un golpe seco; después de revisarla, encontró una daga oculta en su vestido…asi que una vez hizo ese descubrimiento habia derrumbado la pared que lo separaba de la habitación de Kimizu, pero… esa escena fue inesperada.
El odio y la ira invadieron cada célula de Quiel y articularon una frase:
-¿Qué mierda crees que estás haciendo?
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