Capítulo 25: Juntos (I_Will_Be_There_For_You)
Resumen del capítulo anterior:
Si las limitaciones ataran a un villano, este sería obligado a dimitir.
O algo por el estilo… ni yo estoy seguro de que iba el capítulo.
Parte 1
Una vez cruzamos la frontera, las cosas se hicieron realmente simples para nosotros; aparentemente, ese héroe con apariencia angelical había arreglado una serie de carruajes sin contarles a los otros, así que cuando entramos al pueblo más cercano de la frontera; el héroe de la espada y la heroína de la lanza se enfurecieron a un nivel impresionante, mientras la heroína de los guantes solo dijo: “como se esperaba de Rizume-oniichan”
Este grupo de héroes está loco; aunque dudo ser el más cuerdo de todos.
El viaje en los carruajes formaba una caravana de ciento quince; con una extensión de unos ochocientos metros de la vanguardia hasta la retaguardia, cada que nos acercábamos a un pueblo, este nos recibía con una ovación; además de que en cada pueblo me presentaban como el nuevo héroe invocado.
Además de que Aosora Tenshi se encargaba de dar un edicto acerca de la posición de los héroes en la guerra.
Alguien dijo alguna vez y si no lo dijo, lo digo yo.
“el juego de la guerra se gana en la espada y en la política” –Desconocido o WillGoldmaker-
Y si bien, los Kira para los demi-humanos, los reyes para los demonios y los héroes para los humanos son unos activos importante en la guerra; sus posiciones no están necesariamente arraigadas en ayudar a su raza; sino que, las excepciones existían; como cierta “lamia” ayudando sin preocuparse por su raza o ciertos héroes liberando demonios.
Pocos podrían imaginar a Hikari Hina usando magia de luz para ayudar en la desintoxicación de los demonios; sin embargo lo hacía.
Pocos podrían imaginar a Fangus apoyar de manera activa las relaciones con las otras dos facciones del mundo; sin embargo lo hacía.
Pocos podrían imaginar el hecho de que yo aprovechaba las oportunidades para declarar mensajes subliminales y acosaba sexualmente con ellos de manera pasiva a Quiel; sin embargo lo hacía… me salí del tema.
“pero sin embargo gira”, declaró Galileo Galilei.
Es simplemente una verdad contraintuitiva; así es.
Es como pensar que un marcador con carcaza roja tiene que tener la tinta roja; no es necesario, pero es algo tan aceptado que si te muestran un marcador de carcaza roja, no pensarías que es de otro color.
¿De qué color es entonces…?
Para averiguarlo, debes tomar el marcador y rayar una superficie; así de simple.
Así de simple pero así de contraintuitivo.
Pero, aun así, real. Simple, contraintuitivo y real.
La prueba se acumulaba a mi alrededor, demonios cuidados por héroes humanos, demi-humanos salvando demonios y demonios colaborando con humanos; un espectáculo poco creíble, pero real.
Casi como es poco creíble que un dios invocara su héroe en medio del conflicto y este solo consiguiera ser esclavizado; casi tan poco creíble como ser esclavizado por un niño que se convertiría en un Kira; casi tan poco creíble como las habilidades culinarias del héroe que habia blandido una espada en medio de una ciudad demi-humana con la misión de salvar a otro héroe; casi tan poco creíble como la dependencia que ese héroe había tenido hacia su amo.
Este mundo con un sentido del humor amargo estaba plagado con cosas poco creíbles.
Pero, eso está bien.
Parte 2
Seis semanas después de atravesar la frontera; pueblo de Rika, Sagrado imperio.
Mientras más nos íbamos adentrado en el sagrado imperio, los paisajes empezaban a parecer cada vez más urbanizados; los pueblos cada vez más cercanos nos otorgaban un cierto sentimiento de seguridad.
Y aunque al principio viajábamos en el grupo, fue después dos semanas que nos separamos del mismo; por “nos” me refiero a Quiel, a Kimizu, Phiroquimeria, Serlius, Remius, Mimphes, Talina, Diara y Zialta, además, la nueva loli en adición, Misato Mikai.
Misato Mikai, la chica Katakana[1].
Y compitiendo de cerca con Zialta por la loli más linda.
En comparación con la piel trigueña de Zialta, el blanco japonés de Misato le daba su encanto, el cabello largo y liso de Zialta de color canela y sus ojos azules le daban una apariencia de preciosidad del nuevo mundo; por su parte, el corto cabello de Misato la hacían ver, junto con sus ojos oscuros, como la imagen de la prima de Genji[2] en versión loli.
Aunque habia algo en esa cuasi-prima de Genji que no parecía encajar.
Misato usaba una ropa bastante cómoda para hacer deporte; es decir un traje de aventurera, por otra parte, Zialta vestía un traje sin ningún propósito más que ser vestido; era el funcionalismo VS el minimalismo.
Mientras Misato y Zialta seguían modelando frente al grupo de cuatro jueces conformado por Phiroquimeria, Quiel, Serlius y yo; la decisión de dar la respuesta correcta me carcomía las entrañas.
Era una heroína salvaje y una humana celestial.
Aunque no le ganan a Quiel en su versión cosplayer. Así es, no me arrepiento de decirlo.
Incluso entre los hombres, Quiel podría ser considerado todo un bishounen; sus facciones salvajadas y su cabello rojizo, además de sus colmillos y su cola que hasta ahora me digno en mencionar, le dan una imagen perfecta para un aventurero; el hecho de que sea un noble es un tanto gracioso; el que no parezca concordar le da un atractivo extra.
Y luego está Hastier… mejor no.
-Misato.
Phiroquimeria alzó la mano mientras indicaba a su ganadora.
-Zialta.
El juicio de Serlius pudo no haber sido técnicamente objetivo, pero aun así logró un empate.
Miré a Quiel, él seguía decidiendo.
La decisión aparentemente le era igual de molesta, eso o que el apoyo unilineal de los niños espectadores hacia Zialta le fastidiaba.
-mi voto es para Misato.
Ese fue un voto más para Misato; aunque algo dentro de mí quería que me eligiera a mí.
Luchando con las ganas de decir, “mi voto es para Quiel”, levanté mi mano y di mi respuesta.
-mi voto es para Zialta
Aunque, probablemente no fue una elección muy objetiva.
Internamente, mi voto es para Quiel.
En el momento en que iba a dar por terminada la competencia un último juez apareció de la nada con la forma de un Segador hecho de sombras.
-mi voto es para Zialta.
Cerré mis ojos y respiré suavemente en este ambiente merecido de paz.
-con eso termina todo hoy- concluí.
Parte 3
Después de abandonar a los niños en la posada, salí junto con Quiel a tomar algo de aire; en este punto, no éramos héroe y Kira, éramos esclavo y dueño; esa relación enfermiza y al mismo tiempo, esa relación que me hacía sentir tan bien.
Mientras caminaba bajo la tenue iluminación del pueblo, caminando sobre los adoquines y sintiendo el frio aire otoñal en mi rostro, respiraba cada rezago de libertad.
Quiel caminaba junto a mí, era de algún modo, una escena romántica.
Seguimos caminando por la carretera de adoquines hasta llegar a una carretera central, esta nos llevó hasta una taberna.
La taberna no tenía nada especial para muchos, pero si tenía algo especial para mí; eso era un piano corto ubicado en una pequeña tarima; me había encargado de pedir que lo afinaran de antemano; una vez que dije que era el héroe de la guadaña todo ocurrió sin problemas.
Aparentemente la pianista que generalmente tocaba había tomado un descanso debido a que estaba a punto de tener un bebé. Pero aun así, ella estaba allí, esperándome junto al piano.
Entré con Quiel a mi lado, levanté la mano y saludé de manera respetuosa; todos estaban enterados de nuestra posición como héroe y Kira, pero ninguno parecía dispuesto a preguntar mucho desde que escucharon que iba a tocar esa noche en la taberna.
Había también algunos niños y quizá clientes poco habituales esperando oírme tocar.
Había también un par de monjas, que dudo que suelan pasar sus días en este negocio; en su blanco y negro atuendo, ellas esperaban.
Me senté frente al piano que estaba ubicado perpendicularmente a la audiencia; Quiel se paró entre la audiencia y la mujer pianista también hizo lo mismo sentándose en una silla honorifica en medio de los hombres musculosos y al lado de Quiel.
Winter Wind fue una canción impulsada por mi estrés, “New World Symphony” fue una canción de agradecimiento.
En este caso, solo podría tocar algo que demuestre mi serenidad.
Do, Re sostenido, Sol y un segundo Re sostenido en los primeros dos tiempos.
A Cruel Angel’s Thesis.
Una historia del enfrentamiento con dios y la búsqueda de la identidad; una búsqueda del héroe en el cual se convierten las personas en los momentos en los que más lo necesitan.
La suave melodía fluyó con delicadeza los primeros acordes antes de volverse activa y un poco picara.
“pero quizás algún día te des cuenta que en tu espalda tienes alas”
Es una canción que siempre me encantó debido a su enorme espejismo.
Era como lanzarse a la tierra desde una torre y sentir el aire golpear fuertemente cada tejido de tu piel; era como pararse frente a una tormenta de nieve y que los gritos de euforia fueran opacados por el ruido ambiental.
La canción entonces tomó una textura y profundidad entre ella que la hacía casi viva, no, le otorgaba realmente vida.
El sonido de respiraciones se habia detenido al comienzo de la canción todos estaban absortos en el mensaje que las teclas monótonas lanzaban al aire; era una canción esperanzadora y bella.
Fue simplemente mi imaginación, pero el aire se volvió extrañamente ligero; por un momento las notas parecieron reemplazar el aire.
Las notas se volvieron entonces graves, lo cual se sentía un poco en desnivel con el resto de la canción; casi como si te regresaran de golpe a la realidad; pero ese golpe no era doloroso, sino que incitaba a intentar lo que segundos antes fue solo un sueño.
Las teclas agudas empezaron otra vez a emitir un dulce sonido; poco a poco tomaban más y más vida, era una verdadera escalera al cielo estrellado.
La música se filtró por el sentido del oído y movió algo dentro de las personas; era ese el poder de la música.
Unos segundos después, el piano calló.
Y junto con el piano, cada centímetro de la taberna estaba en silencio.
Miré a Quiel el cual me estaba regalando una sonrisa; luego miré a la mujer embarazada y la vi mirándome con ojos llorosos; una verdadera mujer que le entregó su vida al arte.
Unos segundos después, el bullicio estalló en forma de aplausos y chiflidos; una sensación reconfortante.
No tenía más opción, debía darles lo que querían.
Mi siguiente elección: Forbiden Frienship – John Powell.
Quizá una canción que iluminará el camino hacia el futuro.
Parte 4
Salí de la taberna con Quiel una vez habia tomado una bebida no embriagante hecha a base de malta; su sabor dulce era claramente debido al azúcar de la malta tostada agregada al sabor de la madera.
Quiel caminó delante mío y yo lo seguí de cerca; no lo había comentado en el primer volumen, pero, Quiel tiene una cola canina rojiza, algo así como de una especie de lobo rojo; aunque no es algo que produzca tanto placer como lo hacen parecer las novelas y tampoco se mueve de manera correspondiente a su estado de ánimo; aunque aparentemente empieza a crecer cerca del treceavo cumpleaños; así que dicen que todavía tiene que crecer mucho más.
Por otra parte, la cola de Daniel-sama era bastante larga, de hecho le llegaba hasta los tobillos si la estiraba por completo; Ekaterina siempre estuvo en silla de ruedas, así que era algo complicado de estimar.
Aunque ya me salí del tema.
Lo seguí de cerca y en la curva que conectaba con el camino de adoquines, me le acerqué por el lado.
-¿en qué estás pensando?- me preguntó con una mirada afilada.
-me encanta que con tus poderes de Kira, tus habilidades de ESPer no se queden atrás, pero te prometo que no es nada malo.- respondí con sarcasmo.
Quiel entonces miró hacia el cielo estrellado mientras suspiraba.
-de verdad apesto en el piano-
-guhah…-
Ante la despectiva lanzada por Quiel, no pude evitar lanzar usa risilla estúpida.
Después de recuperar la compostura, contesté.
-sí, realmente es un dolor oírte torturar el piano-
El tsukomi de Quiel no se hizo esperar; un puño se dirigió a mi costado, peró lo esquive rápidamente.
-no lo digas de esa manera-
Mientras fingía su enojo y trataba de ocultar una sonrisa, Quiel lanzó un segundo puño, esta vez a mi pecho.
Nuevamente esquivé lanzándome hacia atrás, pero el pago fue grabe; terminé trastabillando con la toma de agua de la carretera y cayendo de una manera magníficamente estúpida sobre mi espalda.
Quiel me lanzó una mirada cálida mientras me acercaba la mano para levantarme; sujeté su brazo y aproveché el impulso para lanzarlo al piso al mismo tiempo que me colocaba de pie.
Como si quisiera llevarme consigo, Quiel me sujetó mientras caía y me terminó lanzando al suelo junto con él.
Era una situación estúpida de gente estúpida que solo puede engendrar la serenidad.
Éramos la máxima expresión gráfica de la libertad mientras nos mirábamos a ambos en el suelo y reíamos como lo que éramos.
No héroes.
No Kiras.
Niños.
Era algo que era imposible de negar.
No… no era posible hacerlo.
-Quiel.
-Ouki.
Éramos otra vez los niños que se embriagaron en la bañera; diciendo nuestros nombres bajo la razón de que era algo lindo de hacer.
Juntos, tirados en la acera, reímos.
Sabíamos que era una pequeña ilusión que duraría hasta que tuviéramos que enfrentarnos al mundo en el cual éramos un Kira y un Héroe; aun así, esa pequeña ilusión era lo suficiente para nosotros.
Era esa sensación de plenitud que recorría el cuerpo cuando alguien con hambre da el primer mordisco.
Ese niño llamado Quiel, el niño al cual le pertenezco.
Era el comienzo de un largo viaje como los elegidos por los dioses.
Era la simple belleza de la existencia.
Era la simpleza de una flor siendo bañada por el roció sin preguntarse un “¿por qué?”
[1] ミサと 未開= el nombre “Misato” está escrito en Katakana en vez de kanji
[2] Genji Monogatari es la historia de un hombre que tubo 15 esposas; literatura de culto en Japón.
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