28 sept 2015

DNS: cap 13


Esta imagen tiene objetivo plenamente shotartistico y no tiene relevancia con la historia (Es Sora el maldito de Arc-V)

Capítulo 13: aquellos que sueñan con Shangri-La (Best_Laid_Plains)


Resumen del capítulo anterior:
Una historia se destrozó con las llamas de telón, en esta historia sin más razón que ser de historia, como historia y para historia, todo se consumió y tornó cenizas.

Parte 1

-recuérdalo Quiel, robar es malo- dijo Kimizu mientras posaba de manera extraña sobre los restos de lo que antes era una casa.
-no quiero que me digas eso después de que me hiciste incendiar y saquear todo un pueblo- respondió Quiel mientras fruncía los ojos con desgano.
-esto no es un robo, esto es una compensación por salvar a una chica- respondió Kimizu de manera heroica mientras cambiaba de pose.

Con los ojos fruncidos, Phiroquimeria contestó:
-no importa por donde se mire, es obvio que esto no es más que un robo.
-más importante que eso, ¿Qué hacemos con esos chicos?- preguntó Quiel mientras apuntaba a una de las casas que aún seguían en pie, aunque sin techo, en estas casas se podía ver un buen montón de niños asustados temblando.
-¿les llevamos con nosotros?- preguntó Kimizu.
-¿deberíamos?, ¿Eso no sería secuestro?-preguntó Quiel.
-lo dice el chico que recibió un esclavo mascota de cumpleaños- respondió sarcásticamente Kimizu, Quiel río tontamente.
-aun cuando sus padres los abandonaron mientras gritaban “perdónanos dragón-sama”- dijo Phiroquimeria mientras hacia una mala actuación de voz.

Quiel y Phiroquimeria centraron sus ojos en Kimizu.
-¡está bien!, es mi culpa, pero aun así…- balbuceó Kimizu.

Después de la expansión de las llamas por el pueblo, los aldeanos asustados ofrecieron a sus hijos como sacrificios mientras decían cosas como: “al dragón le deben gustar las carnes más tiernas” o “lo sentimos mucho, dragón-sama”
-… oye, Phiroquimeria, ¿no te puedes comer algunos?- preguntó Kimizu.
Al oír estas palabras, los niños que estaban asomando sus cabezas empezaron a temblar de miedo.
-¿acaso crees que soy una clase de monstruo?, ¡No comeré ningún humano!- peleó Phiroquimeria mientras trataba de calmar el ambiente.
-ya deja esas bromas- Quiel concluyó- además, ¿Qué rayos haces?- preguntó.
Kimizu seguía haciendo poses en el edificio destruido mientras hablaba.
-solo lo sabrías si te has visto la monogatari o la mekakucity Project.[1]

Dejando a Quiel y a Phiroquimeria confundidos, Kimizu continúo.
-entonces, los llevaremos con nosotros.
-y ¿Cómo los convencerás?- preguntó Quiel.
-hmmm... “si desobedecen, el dragón se los comerá”.
Una mancha roja se movió e impactó el abdomen de Kimizu a gran velocidad, haciendo un tsukomi bastante decente.

Parte 2

-¡no es solo el dragón, ese chico de cabello rojo también es un monstruo!- comentó uno de los niños aldeanos al ver a una bestia de cabello rojo moverse a gran velocidad y golpear a su compañero.
-¡definitivamente vamos a morir!- chilló una de las niñas.
-¿no habrá forma de escapar?- preguntó asustada la mayor de las niñas mientras abrazaba a la que había hablado antes.
-no, no… no quiero morir… esto es una broma, es un sueño.- murmuró uno de los niños.

Eran un grupo de 34 personas, el menor de todos tenía 2 años y el mayor de todos tenía 14 años, todos se habían refugiado en una de las casas que seguían en pie después de ser abandonados por sus familias.
Para resumir, sus emociones eran un caldo de confusión y miedo.
Un miedo por los dos monstruos que estaban en medio de la ciudad llenando una carreta con las cosas útiles que sobrevivieron al incendio.
-Ven a mí, Hastier.

Corrijo, un miedo por los tres monstruos: el demonio, el humano y el demi-humano.

Mientras el humano lanzaba golpes con una guadaña tan negra como el carbón, el demi-humano lanzaba golpes con la mano abierta y esquivaba con un rápido movimiento de pies.
Mientras el humano creaba picos y desniveles con las sombras, el demi-humano usaba unos guantes de fuego.
Y el demonio… el demonio no hacía más que mirar.

Parte 3

Serlius Dwen corrió desde la casa destruida hasta la ubicación de los tres monstruos.
Con solo 11 años el corrió a enfrentarse con los monstruos, sosteniendo entre sus manos un palo de madera, corrió hacia los monstruos.
Sus ojos estaban cargados de lágrimas y sus piernas temblarían si se quedaba quieto, aun así, el corrió hacia los monstruos.

No supo con seguridad lo que había pasado, pero el palo que sostenía ahora estaba en las manos de un demi-humano con cabello rojo.
“voy a morir, definitivamente voy a morir”

-¡¡gyahh!!
-¡Serlius!
-¡¡onii-chan!!
Los gritos de los niños aterrorizados se mezclaron con la escena de un cierto “monstruo” tendiéndole la mano a un niño caído.
Casi como una obra surrealista, el tiempo se expandió y se contrajo de una manera anormal mientras la confusión llenaba el ambiente.

Parte 4

-¿estás seguro de que así los convenceremos?- preguntó Quiel a su esclavo.
-¡lo estoy!- dijo Kimizu mientras guiñaba un ojo y levantaba sus pulgares.
-bueno.- terminó Quiel.

El “monstruo” demi-humano de cabello rojo llamado Quiel avanzó con los ojos cerrados hacia la casa semi-destruida, le seguían aureolas de fuego que emitían una luz acogedora.
El ambiente de miedo pareció disiparse ante la aparición de una criatura celestial.
Movió levemente su cabeza mientras dejaba que su cabello rojizo danzara sobre sus hombros; sus labios ahora resecos se entreabrieron mientras las palabras se formaban.
Estirando su mano derecha de una manera artística, Quiel habló:
-si te parece bien, ¿te puedo llevar… al lugar en esta ciudad, en el que los deseos se hacen realidad?[2]
El espacio y el tiempo destrozaron las teorías de Einstein por segunda vez.
Los registros akashikos escribieron todo un tomo de ese evento.
La existencia de la realidad misma fue confundida con el mundo onírico.
A todo esto, el único que habló fue Kimizu:
-Shakespeare te has equivocado, si la rosa cambia su nombre por Quiel, su olor se hará mucho más dulce; si Quiel se baña de sangre, el pecado no lo llamará pecado sino justicia.[3]

A fin de cuentas, al final de esta actuación digna de un tsukomi que nunca llegó, los niños no aumentaron su estadística de afecto, pero si redujeron su estadística de miedo.

Los “monstruos” se habían ido y en su lugar estaban tres niños sospechosos que pertenecían a las tres facciones del mundo.
La demonio Phiroquimeria, el humano Kimizu y el demi-humano Quiel.

Parte 5


No se sabe cuándo ni cómo, pero 33 niños estaban parados en fila india (ignorando a Serlius Dwen que estaba inconsciente en el piso).

-bien, ¿es hora de las presentaciones?, cada uno, por favor diga su nombre y edad- dijo Kimizu mientras se tomaba las manos como si fuera un profesor de escuela; nadie contestó, ni hubo siquiera un tsukomi decente -~Ara~, aparentemente el dia de hoy todos están algo callados, así que empezaré yo; mi nombre es Kimizu Ouki, tengo 13 años y soy el héroe invocado de la guadaña, por favor refiéranse a mi como Kimizu, aniki, onii-chan o master por favor.
Nuevamente ni un tsukomi, aparte de la mirada de confusión de los chicos cuando mencionó lo del héroe de la guadaña, no hubo mayor reacción.
-Phiroquimeria-chan, es tu turno.- dijo Kimizu mientras extendía los brazos en su dirección.
-mi nombre es Phiroquimeria, tengo diecisiete años, llámenme Phiroquimeria.
¿Qué acaba de decir?
-¿eres mayor que nosotros?- preguntó intrigado Quiel.
-de entre las razas demoniacas, algunas tienen la habilidad de no envejecer por milenios incluso.
La única respuesta fue el silencio nacido de la sorpresa.
-Quiel, ¿continuas?
-ah… si, mi nombre es Dan-Quiel Von Henr-
-Se llama Quiel- interrumpió Kimizu- tiene trece años, es demi-humano y es realmente malo en el piano-
Y el tsukomi llegó en forma de puño.

Kimizu se sostenía el estómago mientras forzaba al aire a expandir sus pulmones mientras decía con una voz afónica:
-y tú, ¿Cuál es tu nombre?
La persona a la cual estaba dirigida la pregunta era una niña de dos años del grupo de los aldeanos sin hogar.
-Hinga, tengo dos años y me gusta que me llamen Hin- respondió la niña de manera animada
-~oh, ya veo~, así que Hin-Tan, dime Hin-tan, ¿Kimizu-oniichan te da miedo?- preguntó Kimizu de una manera infantil.
-~no~, de hecho Kimizu-onichan es bastante lindo- respondió Hin rápidamente.
-y ¿Qué hay de Quiel-oniichan?- continúo Kimizu.
-sí, Quiel-oniichan es bastante lindo.
“ya son nuestros”, pensó Kimizu con una cara de satisfacción.
-¿Quién sigue?- preguntó Kimizu incitando a los demás a presentarse

Cuando alguien hace algo de lo cual unas personas están reacia a hacer, el resto de personas tiende a cambiar de opinión; Kimizu se alimentó de este hecho y utilizó a la más enérgica del grupo para romper el hielo haciendo las cosas más fáciles.

Los 32 niños restantes se presentaron sin mayor problema

-Remius Dwen, 9 años, mi hermano es el que está inconsciente, se llama Serlius, él tiene 11 años.- dijo un niño con ojos y cabello de color avellana, su hermano era bastante parecido.
-Mitha Temil, catorce años- respondió de manera diligente una niña con piel acaramelada.
-Azha Temil, doce años- respondió igual de diligente a su hermana esta niña de piel más clara que la de su hermana.
-Kilen Tiff, once años, me sé hasta la tabla del nueve- respondió con orgullo un niño pelinegro bien vestido.
-Sqem Xzyl, cuatro años- respondió un niño de nombre y cabello extraño.
-Mimphes Hous, siete años…
-Suhan Lazett, ocho años…
-Gena Misel, seis años…
-Talina Ylim, trece años…
-Riinna Viust, diez años…
Tiempo después
-Bien chicos, ya deben ser conscientes de su situación actual, asi que deberían unirse a nuestro grupo- extendió Quiel la invitación tras haberles hablado de el, Kimizu, Aosora, el traje que solo lo pueden ver los inteligentes, Kimizu el pianista, etc.
Los niños se miraron los unos a los otros y aceptaron con algo de inconformidad.

Parte 6 Extra: el creador de cuentos y el poeta


Quiel estaba acostado en la cama con un pijama de seda ligero que permitía ver bastante debido a su translucidez.
-Muy bien, Quiel, esta es una obra original que yo acabé de escribir- dijo Kimizu mientras agitaba unas hojas de pergamino  con un escrito en japonés.
-¿de qué trata?- preguntó Quiel mientras se sentaba en la cama.
-si lo quieres saber, deberías escucharla.
-bien, hagámoslo, respondió Quiel a la propuesta de Kimizu.
-muy bien, el cuento se llama, la bestia de cabello rojo.
Quiel puso una cara que decía “¿se trata de mí cierto?”
-erase una vez, un pueblo que quedaba en las montañas de cierto ducado tenia a sus habitantes aterrorizados; cada noche sin falta, un monstruo de cabello rojo merodeaba las casas donde habían enfermos y también el hospital, el asilo y el orfanato.
Nadie sabía las intenciones del monstruo, pero nadie podía pensar que se tratasen de cosas buenas.
El monstruo visitó los alrededores de estos lugares por cerca de dos meses sin hacer nada distinto.
Poco después de los dos meses, el monstruo trajo consigo un piano; el monstruo tocó las teclas del piano tratando de emitir una melodía, pero el sonido era tan irritante que la gente del pueblo le sacó a escobazos mientras le abucheaban.
Días después, el monstruo apareció con un violín, cabe decir que el sonido que emitió con el instrumento quebró las ventanas de varios edificios.
Días después, apareció con una gaita, pero el ruido dulce y armonioso de la gaita se había convertido en un lamento agónico del instrumento.
La guitarra emitía un ruido ronco.
El tambor era bastante estridente.
La trompeta fue un fracaso total.
La tuba espantó a los perros del pueblo.
Las maracas hicieron creer a los habitantes que había un peligroso derrumbe.
La flauta atrajo ratones al pueblo[4].
El triángulo causó migrañas.
Las castañuelas hicieron volar a las cucarachas de sus escondites.
El gong no dejó dormir a nadie.
Y esos fueron los resultados aceptables.
Entonces una noche, el monstruo decidió recitar poesía.
Miro las estrellas del cielo lejano,
Reflejan cada una, una vida pasajera,
Estrellas que brillaran eternamente en el firmamento,
Seguirán brillando aunque muera;
Si el mundo se destruye por completo,
Seguirán brillando, Deneb, Altaír y Vega.
El triángulo que indica el norte a los viajeros.
Seguirá brillando cáncer,
Haciendo sonar sus pinzas como castañuelas,
Seguirá brillando lira,
Bardo de la guitarra y el arpa,
Seguirá brillando Caellum,
Tocando el gong cuando le plazca,
Escorpio tomó el acordeón,
Tauro, la gaita,
Ofiuco  tomó el xiaolong,
Nicora, la flauta;
Así cuando estoy enfermo o triste,
Mirar al cielo estrellado,
Oír la orquesta celeste,
Me place en sumo grado.

-y bien ¿Qué te parecio?- preguntó Kimizu con sus ojos brillantes.
Quiel sonrió de una manera pocas veces vista y respondió.
-fue hermoso.
-gracias…

[-Polivalente:
>Pianista.
>Contador.
>Creador de cuentos.
>Poeta.]





[1] Monogatari (bake, mono, tsuki, neko-kuro, kizu) y Mekakucity Project: se refieren a los animes basados en las novelas y canciones respectivas de cada franquicia; estos animes poseen ciertas cualidades en el dibujo y encuadres y en especial las poses.
[2] Referencia a clannad (Recomendado)
[3] “una rosa con otro nombre olerá igual de dulce”, “estoy tan bañado de sangre que el pecado me llama pecado”; ambas son frases de dos obras de William Shakespeare.
[4] Obvia referencia al Flautista de Hammelin

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