Capítulo 7: protección y furia (All_Are_Victims)
Resumen del capítulo anterior:
¡Boom, Boom!
¡Waa, me dieron!... Empezó a llover… Todos corran….
En otras palabras, un capítulo explosivo.
Parte 1
Cuatro días después del asalto a Zedal.
En algún lugar del territorio humano.
Una biblioteca.
Un joven de apariencia angelical tiene los brazos estirados de manera artística como una representación divina mientras tres personas sostienen lo que parecen ser pequeñas bombillas en la punta de varitas de metal.
Su nombre es Rizume Yoru, el catorceavo héroe invocado, el héroe de la pluma.
Su apariencia angelical parecía tan frágil como si pudiera desaparecer con solo respirar fuertemente, su piel pálida al extremo que no había tenido contacto con el sol últimamente hacía dudar acerca de si su existencia se podía denominar humana, su cabello se extendía por su espalda hasta llegar al piso y seguía arrastrándose por cerca de 5 metros, su cabello era casi totalmente blanco, excepto por los últimos 4 cm de cabello, vestía una ropa holgada de una sola pieza que resaltaba su apariencia angelical.
Pero había una nota discordante:
Sus ojos.
Sus ojos eran rojos, era un rojo intenso imposible de describir con otra palabra más que <<Rojos>>.
Después de abandonar a los tres individuos caminó hacia una nueva habitación, era una habitación genérica sin nada especial, pero eso sería mentir, de hecho toda la disposición de la habitación seguía un patrón específico designado por el mismo Rizume; en sus investigaciones había llegado a una conclusión acerca de cómo entablar una ruta de comunicación con los dioses, la habitación era el resultado.
Los estantes, los libros, el candelabro, la puerta, el escritorio, los adornos; cada detalle se mezclaba para dar como resultado una formación no mágica de comunicación divina.
El concepto detrás de la misma era el Feng—Shui.
Investigando los puntos de comunicación divina, Rizume había notado que estos lugares no eran especiales realmente; solo eran el resultado del azar que se pudieran oír a los dioses en esos puntos. Él solo replicó los patrones que se repetían en todas las ubicaciones hasta que dio con una combinación que funcionó.
Un ejemplo sería la siguiente situación: alguien dibuja en un papel un patrón mágico de comunicación divina y lo simplifica hasta su base más elemental; luego lanza un montón de semillas de arroz al dibujo.
Si las semillas cubren los espacios necesarios y no estorban en los espacios de comunicación mágica (las rutas de las líneas de ley en una versión miniatura), entonces ese lugar potencialmente se puede convertir en una zona de comunicación con los dioses.
Claro que si suponemos que la posibilidad de conseguirlo sea de 1/100,000, sería necesario replicar el escenario 100,000 veces.
Pero la naturaleza había producido el resultado de manera continua: árboles, rocas, montañas, ríos; cada elemento podría considerarse una de las semillas de arroz y la coincidencia en los patrones se podía generar de manera natural.
Después de eso, solo había que estudiar los patrones que se superponían en los distintos puntos de comunicación divina y replicarlos en un ambiente artificial. Es comparable a tener una combinación de dos filas de números, solo había que mantener aquellos números que se repetían en el mismo punto en ambos grupos.
Mientras tanto, en otro lugar del mundo una mujer demi—humana con piel acaramelada y ojos vendados miraba el mundo entero mientras se servía una copa de licor rojizo. Su nombre: Villeta Salem.
Observando las investigaciones de Rizume, ella había sido capaz de replicar una habitación con funciones de comunicación divina.
Para ser justos, la disposición de los elementos es distinta, pero aun así posee las características necesarias para entabla la conversación con los dioses; la habitación con una enorme ventana que permite ver claramente el cielo nocturno está de frente a un sillón de cuero ubicado a unos 10 metros de la ventana, unos libreros cumplen la función de pared o quizá al revés y es la pared la que cumple la función de librero y disperso en varias partes de la habitación casi vacía se pueden ver una gran cantidad de copas de vidrio siguiendo el patrón designado por el Feng—Shui.
Mientras tanto, en algún lugar del territorio demoniaco un joven de 15 años termina de sellar unos manuscritos que fueron apilados en forma de rollos, levantó la mirada al reloj de sol que funcionaba con magia y asintió para sí mismo.
Si se necesitara describir a este joven tendríamos que empezar con su color de piel; el color de piel de este joven era blanco, no quiero decir que su piel fuera blanca como <<de color claro>>, sino que su piel era indiscutiblemente de color blanca; era tan blanca como la harina de una refinería, era tan blanca que daba una apariencia aterradora; si el blanco de Rizume era angelical, el blanco de este rey demonio era simplemente espectral; su cabello era de un color morado pálido y era relativamente corto, su ropa era poco ortodoxa en comparación con la imagen que se tiene de la ropa de un rey demonio, de hecho vestía unas prendas livianas que más parecían ropas de un pijama que ropas de alguien de la realeza; sus ojos color violeta un poco más oscuros que el violeta de su cabello y además poseía también un par de cuernos de color negro que se enroscaban un poco mientras se elevaban unos 5 cm de su cabeza. Un tatuaje se podía ver debajo de su ojo izquierdo, este tatuaje de un colmillo estaba fraccionado y ligeramente movido al medio dando la apariencia de un relámpago, este era el símbolo del distrito de Fang.
Él era el rey Demonio Fangus.
Salió de la habitación por una puerta lateral que conectaba a otra de unos 100 metros cuadrados.
Solo los bordes estaban hechos de adoquines, el resto toda la habitación había sido convertida en un jardín zen bajo techo. Las líneas grabadas en la arena alrededor de las piedras que conformaban un cierto patrón se podían superponer a cierto círculo mágico de comunicación divina.
Al mismo tiempo, quizá, o mejor dicho, en un lugar fuera de las medidas temporales genéricas existe un salón. Este salón este hecho enteramente de materia estelar. Más que un salón es una enorme sala que se extiende en todas las direcciones de manera infinita, o para ser precisos es solo un techo y un suelo hechos del mismo material y consistencia que se encuentran ubicados paralelamente entre sí.
En este salón existen tres sillas hechas del mismo material que el techo y el suelo; las tres sillas se encuentran mirándose entre sí. Sobre cada una de ellas hay una “persona”, estas personas idénticas entre si eran además indistinguibles en tanto al sexo o la edad. Podrías decir que parecían una mujer pero también podrías decir que parecen hombres.
La edad que lo podrías colocar oscilaba entre los 13 y los 27 años. Ellos eran los dioses.
—Bien, ¿comenzamos esta reunión? —dijo Rizume Yoru.
Parte 2
Una conexión generada por magia permitía la comunicación entre un héroe, un kira y un rey demonio.
—Doy la apertura a la reunión secreta #23 de Los tres bendecidos— dijo Rizume Yoru mientras se dirigía al vacío en frente de él, la voz fue transmitida de manera telepática a dos personas más alrededor del mundo. — Continuó. —Voy a empezar con el trabajo que habíamos dejado de la reunión #22, Fangus, ¿quieres continuar?
—Es acerca del nombre del grupo, el nombre de <<Los tres bendecidos>> es el quinto título provisional que tenemos, sin embargo aún no estamos contentos con ese título, dicho esto, los títulos que se me han ocurrido no me satisfacen tampoco. — Respondió este.
—¿Cómo cuáles? — preguntó el primero.
—Prefiero no decirlo, es probable que se rían de mí.
—Vamos dilo, trataremos de no reírnos — insistió Villeta.
—Está bien, ¿Qué tal El triángulo de la bondad?
—¡Pfff!—
—¡Uha!— se burlaron los otros dos de Fangus.
—¡Lo ven!, dijeron que no se reirían— replicó este enojado.
—Perdón, perdón… solo que…— Intentó excusarse Villeta.
—Me parece un buen nombre— dijo el dios 1, dios de los demi-humanos)
—¡Solo lo dices porque no quieres hacerme sentir mal!—
—Bien, ¿Qué hay acerca de los nombres para los dioses?— preguntó Rizume.
—¿Se te ocurre alguno?—
—Sí, en mi anterior mundo existía una constelación llamada el triángulo del norte, las estrellas se llamaban Deneb, Altaír y Vega. — respondió Rizume.
—Me gusta. — dijo el dios 2, dios de los humanos, Vega.
—Acepto— concordó el dios 1, Altaír
—Si eso los hace felices. — declaró el dios 3, dios de los demonios, Deneb.
—Ahora sí, a lo que nos atañe— Cambió el tema Rizume.
La atmósfera en las 4 salas se puso más densa.
—Kimizu Ouki y Dan-Quiel, ¿no es cierto?— Aclaró Fangus.
—¿Qué vamos a hacer con ellos?— cuestionó Rizume.
—Nada. — Concluyó Villeta.
La conversación había guardado silencio, la tensión parecía tan densa que podía ser cortada con un alambre.
—No lo malinterpreten, no somos dioses ni jueces, solo somos oráculos; no, ni siquiera oráculos, solo tenemos la disponibilidad para hablar con los dioses, no tenemos jurisdicción aquí— la voz de Villeta estaba teñida en un color monótono mientras continuaba— yo soy la mejor persona para servir de testigo, por esa misma razón es que puedo defender la libertad en las acciones de Kimizu y Quiel.
—¿Qué viste?
—Lo que necesité ver.
—Es suficiente para mí— expresó Altaír.
—Deberían concentrarse en lo que han hecho bien hasta el momento— declaró Vega.
—Una pregunta; ¿Cómo definirías a Kimizu?— Se interesó Rizume.
—Personalmente, me parece una persona bastante interesante; ya se lo había dicho antes a Altaír, es uno de los aciertos más grandes que han tenido hasta el momento.
—¿Cómo estas tan segura?— Quiso saber más.
—Porque lo vi— respondió Villeta.
Parte 3
El día del asalto a Zedal.
Una cierta caravana que pertenecía a un circo se movía entre el territorio humano y demi-humano, aunque eso probablemente no importe en lo absoluto. De hecho no importa, así que movámonos hasta donde nos quedamos la última vez.
¿Dónde era? ¡Ah sí!
Bueno, a partir de ahí la historia tiene un lapsus de 20 minutos sin importancia así que adelantemos un poco los eventos.
El ejército de 10,000 personas había sido obligado a retroceder.
En la ciudad de los canales pocas personas aún seguían, para ser concisos, solo había 15 personas en la ciudad.
Pero de ellos los más importantes en esta historia son:
• Kimizu Ouki
• Aosora Tenshi
• Dan-Quiel von Henrius
Y aunque no se encontraba en la ciudad:
• Villeta Salem
Y por supuesto, estoy yo…
¿Cuál es mi nombre?
Eso es bastante fácil de responder…
Mi nombre es… el dios invocado de la oscuridad Hastier.
La figura de ojos azules y armadura plateada era iluminada por las llamas mientras avanzaba hacia el noreste de la ciudad. En su pierna derecha se balanceaba la funda plateada de una espada de estilo europeísta, la espada tenía un metro de largo desde el mango hasta la punta en forma de diamante y estaba bellamente adornada con gemas de lapislázuli; era una réplica para una mano de la legendaria Gallatin , la misma espada que un día sostuvo el héroe Gawayn. Su armadura plateada también tenía incrustadas de estas gemas azules y además estaba reforzada por un encanto mágico.
El encanto mágico decía:
<<Por tanto exista el poder para destruir, este será el poder para defender, por tanto exista el poder para dañar, este será el poder para sanar, por tanto exista el poder para llorar, este será el poder para hacer reír, en cuanto el agua entonces aliada mía ahora y siempre se mantenga en movimiento, que defienda, sane y cause sonrisas.>>
Un encanto mágico del elemento agua.
Un encanto del más alto nivel.
Un encanto de una persona que odia causar sufrimiento.
No soy alguien que deba juzgar a las personas, ese es el límite de un dios invocado, sino de todos los dioses. Es una de nuestras obligaciones y principios básicos. Quizás solo sea que perdimos la habilidad después de convertirnos en dioses.
Parte 4
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Capítulo 1
1- En un principio solo había dioses, el mundo había terminado de nuevo.
2- Un dios encargado de los dioses, el dios decidió entonces crear un mundo nuevo.
3- Un dios encargado de la luz, el dios decidió entonces crear una luz nueva.
4- Un dios encargado de la oscuridad, el dios decidió entonces crear una oscuridad nueva.
5- Un dios encargado del fuego, el dios decidió crear un fuego nuevo.
6- Un dios encargado del agua, el dios decidió entonces crear un agua nueva.
7- Un dios encargado de la tierra, el dios decidió entonces crear una tierra nueva.
8- Un dios encargado del aire, el dios decidió entonces crear un aire nuevo.
9- Un dios encargado de las criaturas, el dios decidió entonces crear criaturas nuevas.
10- Un dios encargado de las plantas, el dios decidió entonces crear unas plantas nuevas.
11- Un dios encargado de los monstruos, el dios decidió crear unos monstruos nuevos.
Capítulo 2
12- Sin embargo, había un dios que había muerto, el dios de las personas.
13- Persona es entonces aquello que posee personalidad.
14- En el mundo anterior, ese dios había creado a las personas, eran criaturas brillantes y de piel colorida que podían interactuar con la energía misma del cosmos.
15- En el mundo anterior a ese, ese dios había creado a las personas, eran criaturas cubiertas por una gruesa capa de metal y consumían el aire y las rocas.
16- En el mundo anterior a ese, ese dios había creado a las personas, eran criaturas flotantes y sin extremidades.
17- En el mundo anterior a ese, ese dios no había creado a las personas.
18- En este mundo, ese dios no había creado a las personas.
19- Ese dios había muerto antes de que este mundo existiera.
20- Pero ese dios había tenido 3 hijos.
21- Ese dios no había concebido ni creado a sus tres hijos; esos hijos son una representación del mismo dios.
22- Tres dioses empezaron a existir de ese dios.
23- Sus nombres no se pueden pronunciar en el lenguaje de las personas.
24- El nombre de uno de ellos sonaba como un rayo al impactar un árbol.
25- El nombre de uno de ellos sonaba como una estrella explotando en el espacio vacío.
26- El nombre de uno de ellos sonaba como el último aliento que expiraba un dragón al morir.
Capítulo 3
27- Ellos heredaron la misión de crear a las personas.
28- Ellos viajaron por mundos y más mundos de otros dioses, entonces basados en esos mundos, ellos crearon a las personas.
29- Uno de ellos creó a los demonios.
30- Uno de ellos creó a los humanos.
31- Uno de ellos creó a los demi-humanos.
32- Pero estos dioses murieron.
33- Estos dioses fueron reemplazados por tres dioses más.
34- Estos dioses eran dioses de la paz.
35- Uno de ellos era el dios de las invocaciones de los héroes.
36- Uno de ellos era el dios de las habilidades.
37- Uno de los dioses era el dios de la selección de los gobernantes.
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(Extracto de los evangelios del nuevo mundo, libro del nuevo génesis, capítulos de 1 al 3, versículos del 1 al 37) (Versión no oficial)
Parte 5
La Gallatin guiaba a Gawain en la oscuridad de los bosques de Avalon.
Del mismo modo, la Gallatin a una mano de Aosora lo guiaba de manera constante a su objetivo. Entonces el arma lo empezó a dirigir hacia el noreste de la ciudad. Una zona boscosa y un cementerio, en el fondo de este cementerio se encontraba una cabaña de madera donde se guardaban las herramientas para el mantenimiento del cementerio.
Desde el pórtico de piedra, un camino de piedra avanzaba hasta la cabaña mientras una cantidad enorme de lápidas de piedra se extendían a los lados de la misma.
Pero eso no era lo que veía Aosora, él se concentró en una figura. Lo pudo reconocer aun a la distancia de 25 metros.
Era una figura de baja estatura, cabello castaño y ropa ensangrentada, además, detrás de la figura, podía ver a un niño que había sido vendado casi en su totalidad.
Kimizu y Dan-Quiel.
Los nombres le vinieron a la mente.
—¡Oye tú…!
La voz en un principio amistosa se había quedado atrapada en su garganta. Había algo que no había notado sino hasta ese momento.
Sus ojos.
El color de los ojos de un humano no podía tener ese color; no era una cuestión poética sino biológica. Unos ojos negros lo miraban con vehemencia, era un extraño ímpetu mezclado con intención asesina de alto nivel.
Ambos caminaron lentamente hacia el otro.
Aosora había desenfundado su espada Gallatin mientras daba pasos con cautela.
Kimizu había sujetado el tubo de una hoz de dos metros de largo con su mano derecha mientras caminaba sin levantar los pies del suelo, el sonido de la punta de la segadora recorriendo el suelo era tan irritante como alguien dando arañazos al pizarrón.
En unos segundos que parecieron eternos ya se habían acercado lo suficiente como para hacer un movimiento rápido. Pero la primera persona en hacer un movimiento fue una persona en el otro lado del mundo: Villeta Salem se había quitado una venda de los ojos mientras miraba con fiereza el espacio vacío ante sí.
Aosora Tenshi sintió un extraño estremecimiento recorrer su espina dorsal y dirigirse a cada músculo y célula de su cuerpo, se había quedado congelado por completo, entonces, con un movimiento del brazo derecho, con su cuerpo como centro de rotación, la hoz metálica recorrió un arco cortando el aire justo frente al rostro de Aosora. El filo de la herramienta para la agricultura recorrió a pocos centímetros del puente de la nariz de Aosora.
El viento fue expulsado poco después de que fue cortado por la hoz de Kimizu.
Fue cuestión de décimas de segundo, cuando recuperó la conciencia de la situación lo pudo notar, un paso más le hubiese costado la vida.
Esa extraña petrificación del cuerpo lo había acabado de salvar.
—Esa maldita lamia de las leyendas me acaba de salvar. — Pensó para mismo el usuario del Gallatin.
Una vez cayó en cuenta de que su primer ataque había fallado, Kimizu apoyó el peso de su cuerpo en la punta de sus pies y giró la guadaña formando un arco y usando la inercia del movimiento para aumentar su velocidad.
La parte trasera de la guadaña trazó un arco con fuerza mientras se dirigía hacia la cabeza de su oponente. Aosora dio un leve salto hacia atrás para evitar el golpe de la guadaña. Aun con una apertura causada por el contragolpe de la guadaña contra el suelo, Aosora no lo atacó, para él, Kimizu era una víctima de las circunstancias.
—Pobre alma que está siendo controlada por criaturas malignas— recitó para sí mismo Aosora.
Kimizu aumentó el ímpetu de sus ataques.
Blandiendo la pesada guadaña de manera horizontal, mientras giraba su cuerpo y usaba su talón derecho como punto de rotación, otorgaba más y más velocidad a sus golpes.
Aosora se mantenía moviéndose hacia los lados o hacia atrás mientras esquivaba cada ataque. La danza de furia causada por la guadaña que aceleraba sin parar dejaba lo que parecían ser imágenes residuales en forma de estela.
Pero Aosora seguía sin recibir un solo golpe.
No solo eso, también había recorrido la distancia suficiente hasta unas lápidas un tanto más grandes. Utilizando toda la fuerza de sus músculos inferiores, saltó desde el suelo hacia la cabeza de las lápidas mientras esquivaba la guadaña una vez más.
Cambió su objetivo hacia aquel que <<controlaba>> a Kimizu, un demi-humano joven de cabello rojizo.
Realizó la carrera de unos cinco metros en una fracción de segundo, sujetó al demi-humano por el cabello y lo pretendía lanzar con fuerza hacia el suelo, pero alguien lo detuvo. Nuevamente esa sensación de petrificación recorrió su cuerpo.
Solo gritaba palabras que lo colocaban como el centro de la justicia.
—¡Eso es, malditas criaturas demoniacas, vengan a mí, vengan, me encargaré de sacarle las tripas a todos uste… —
Esos gritos fueron detenidos por una guadaña que cortó el espacio entre la mano de Aosora y el cuero cabelludo de Quiel; este movimiento había cortado de manera violenta la sujeción.
Siguiendo el movimiento, la guadaña se movió como una palanca intercambiando las posiciones de Kimizu y Aosora. La guadaña se blandió una vez más para generar un espacio entre ellos dos.
Entonces:
—Ven a mí, Hastier.
Un dios invocado había descendido a la batalla entre héroes.
Las sombras alrededor de Kimizu habían empezado a temblar mientras la hoz en sus manos se cubría del color más oscuro que podía ser definido.
Parte 6 omake
En algún punto en el pasado:
Un joven noble de la familia Von-Henrius caminaba desnudo, no, vestido con un traje que solo lo pueden ver los inteligentes frente a su esclavo.
—Oye, Kimizu, ¿Cómo me veo?
—Te ves realmente bien, eso te lo puedo jurar.
—Y… dime… ¿Cuál de los trajes te gusta más?— preguntó el demi-humano pelirrojo mientras cubría su rostro enrojecido en vergüenza.
—Pues, estaba pensando en realizar un traje de Adán para el próximo de los trajes, pero si tengo que escoger entre los que me has mostrado, tendría que escoger el Quin-shao sin lugar a dudas.
—¿Traje de Adán?
—Cierto, aquí la religión es diferente.
—¿Qué es un traje de Adán? ¿Es mejor que el traje que solo lo ven los inteligentes?— decía Quiel mientras movía los brazos mostrando así su cuerpo desnu… cubierto por el traje que solo lo pueden ver los inteligentes frente a Kimizu.
—Créeme, este es mejor.
—¿Por qué te sonríes tanto?
—¿Estoy sonriendo?... bueno, supongo que es porque tu rostro rojo, ojos rojos y cabellos rojos me recuerdan un tomate de mesa.
Se quedó en silencio, Kimizu lo imitó hasta que…
—Activar.
—Sí, estoy acti… ¡Wahhhhh!, ¡perdón Quiel—sama!, ¡DUELE! ¡DUELE HE DICHO…! ¡PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN… NO LO HARÉ DE NUEVO!
Y así terminó el día del sastre Kimizu Ouki.
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